Las Cinco Solas de la Reforma Protestante
Annamarie Sauter: ¿Realmente has entendido la salvación?
Dr. Erwin Lutzer: El error más grande a través de toda la historia es querer añadir obras. Querer decir, «sí, eres salvo por gracia, somos salvos por fe, ¡PERO tienes que ser una buena persona!» Bueno, es mucho mejor hacer obras buenas que malas, entiendo eso. Pero cuando se trata del asunto de la salvación, hay un solo camino y es a través de Jesucristo.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Hoy Nancy nos trae la conclusión de la conversación titulada, De regreso al evangelio. Si te perdiste alguno de los episodios anteriores en esta serie encuéntralo en nuestra aplicación llamada Aviva Nuestros Corazones o en nuestro sitio web, avivanuestroscorazones.com.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: Bueno, estoy muy agradecida por la oportunidad de haber tenido estas conversaciones estos últimos días con el …
Annamarie Sauter: ¿Realmente has entendido la salvación?
Dr. Erwin Lutzer: El error más grande a través de toda la historia es querer añadir obras. Querer decir, «sí, eres salvo por gracia, somos salvos por fe, ¡PERO tienes que ser una buena persona!» Bueno, es mucho mejor hacer obras buenas que malas, entiendo eso. Pero cuando se trata del asunto de la salvación, hay un solo camino y es a través de Jesucristo.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Hoy Nancy nos trae la conclusión de la conversación titulada, De regreso al evangelio. Si te perdiste alguno de los episodios anteriores en esta serie encuéntralo en nuestra aplicación llamada Aviva Nuestros Corazones o en nuestro sitio web, avivanuestroscorazones.com.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: Bueno, estoy muy agradecida por la oportunidad de haber tenido estas conversaciones estos últimos días con el Dr. Erwin Lutzer.
La verdad es que nuestra relación de amistad lleva ya mucho tiempo. Rebecca, la esposa del Dr. Lutzer, ha sido una compañera de oración y una amiga de mucho tiempo, siempre animándome. Estoy muy agradecida por sus oraciones y su aliento.
Y también por todo lo que hemos aprendido a través de los años, con los libros del pastor Lutzer, su enseñanza, su ministerio, su corazón por el avivamiento.
Nos sentimos muy honrados de que se haya tomado el tiempo esta semana para venir y ayudarnos a entender mejor los asuntos alrededor de esta Reforma. Hablamos un poco acerca de dos personajes importantes en todo esto de la Reforma; de Juan Calvino (en Ginebra) y de Zwinglio (en Suiza), y ya hablamos también de Martín Lutero, su rol en la Reforma Protestante y su matrimonio. Tenemos a estos reformadores que aman las Escrituras, aman a Cristo y han recuperado el evangelio.
Dr. Lutzer, ¿podría darnos un resumen? ¿Por qué importa todo esto 500 años después?
Dr. Lutzer: Hace 500 años Martín Lutero clavó sus noventa y cinco tesis en la puerta de la Iglesia de Wittenberg, Alemania. Las tesis estaban escritas en Latín, con la intención de que solamente se debatieran entre los intelectuales.
Fueron traducidas al alemán (la imprenta de Gutenberg se había desarrollado el siglo anterior), y se difundieron por toda Alemania. Todos los alemanes las estaban leyendo y estaban de acuerdo con ellas. De pronto, como resultado de esto, Europa fue conmocionada.
Por tanto, celebramos esa Reforma. La celebramos no porque estemos de acuerdo con todo lo que Lutero dijo, no porque él fuera perfecto, ciertamente era un individuo con fallas. Pero él sacó el evangelio puro al descubierto. Creo que fue la más grande recuperación del evangelio puro desde los tiempos de los apóstoles.
Él entendió que la salvación se nos ofrecía como un regalo gratuito de gracia, dada a aquellos que creyeran. Eso lo liberó de sus luchas, y ayudó a que más personas fueran liberadas de sus luchas. Pero, por supuesto, arraigado en las Escrituras.
Nancy: Y eso nos lleva a lo que nos referimos en uno de los programas anteriores como las 5 Solas de la Reforma, cinco afirmaciones resumidas que creo que capturan la esencia teológica de este movimiento. Sola significa «solo» o «solamente».
Para beneficio de aquellos que no estén familiarizados con esto, ¿podríamos detenernos unos segundos en ello? La primera sola a la que acaba de hacer referencia es Sola Escritura.
Dr. Lutzer: Sola Escritura fue la base sobre la cual sucedió la Reforma. Lutero tenía un gran respeto por la Biblia. Eso resultó en el hecho de que tradujera el Nuevo Testamento a un alemán que la gente realmente comprendiera.
Hubo muchas traducciones donde había varios dialectos del alemán. Y Lutero, cuando llegó al Antiguo Testamento, recibió ayuda con eso. De hecho iba donde un carnicero, porque lo que quería hacer era entender las diferentes partes del animal –cómo se llamaban aquellas partes– porque estaba traduciendo Levítico. Quería ser exacto.
Lo que él hizo fue darle la Palabra de Dios a la gente. Eso impactó mi vida. Permíteme leer solamente un par de afirmaciones respecto a Lutero y lo que dijo acerca de la Escritura.
«La Palabra de Dios es un escudo ardiente de más sustancia y más pureza que el oro, que al ser probada en el fuego no pierde nada de su sustancia en absoluto, sino resiste y vence toda la furia del calor más fiero. Incluso aquel que cree la Palabra de Dios vence todo y permanece eternamente a salvo en contra de toda desgracia, porque este escudo no teme a nada, ni al infierno ni al diablo».
Cuando Lutero tradujo la Biblia, lo hizo con muchísima reverencia, porque él creía –y así también nosotros-– ¡que estaba traduciendo la Palabra de Dios!
En uno de los programas anteriores, cité a Lutero. Él dijo: «Yo no hice nada. Yo solo estaba aquí en Wittenberg con Amsdorf, y dejamos que la Palabra hiciera la obra». Pues sí, Lutero hizo muchísimo. Pero al final del día, es la Palabra la que hace la obra.
Nancy: Y la Palabra, confiada y reverenciada, creída y sobre la cual nos sostenemos…sobre todo consejo, autoridad, tradiciones de la iglesia, historia, es la autoridad máxima.
Dr. Lutzer: Aquí hay un desafío para todos los padres que están escuchando ahora mismo. ¿Quieres saber lo que puedes hacer por tus hijos? Piensa en las palabras de Lutero en la dieta de Worms. Lo que necesitamos en el mundo hoy son cientos de miles y millones de cristianos que digan, «mi conciencia ha quedado cautiva por la Palabra de Dios». ¡Cuánto amo esa expresión!
Necesitamos conciencias cautivas por la Palabra de Dios, y como dijo Lutero, «¡no lo haré, no puedo y no me retractaré! Estoy aquí de pie. ¡No puedo hacer otra cosa!»
Nancy: Así es.
Y a propósito de esta sola y de eso que dice, Dr. Lutzer, quiero que nuestras oyentes escuchen una breve porción de un sermón predicado por un pastor hispano que también ha enseñado sobre este tema. Este sermón, titulado «Nuestra herencia reformada (primera parte)», fue predicado por el pastor Sugel Michelén. Él estaba hablando acerca de Sola Escritura, y hacia el final de su sermón habló sobre la importancia de esta sola para nosotros al día de hoy. Escuchemos:
Pastor Sugel Michelén: ¿Por qué debemos celebrar y atesorar el hecho de que el Señor haya guiado a los reformadores a volver a poner en alto el principio de Sola Escritura?
Como decía al principio de este mensaje, hermanos no es nuestra intención idolatrar a ningún hombre. Aquí no idolatramos a Lutero, aquí no idolatramos a Calvino, aquí no idolatramos a Ulrico Zwinglio, aquí no adoramos a ningún hombre, pero lo cierto es que Dios en Su providencia levantó a los reformadores en ese momento particular de la historia de la iglesia, para que los creyentes de los últimos 5 siglos pudiéramos disfrutar de enormes, enormes privilegios que los creyentes de siglos anteriores ni pudieron soñar.
Por ejemplo, fue por la labor de los reformadores y por su plena confianza en el principio de Sola Escritura, que hoy disfrutamos el privilegio de poder leer la Biblia en nuestro propio idioma sin ser encarcelados, sin que nos lleven a la hoguera por eso; ¡qué privilegio! Hermanos eso era algo impensable durante casi toda la edad media.
Muchos creyentes fueron llevados a la muerte por el único delito de haber traducido la Biblia al idioma común o de haber tenido en sus manos una de esas traducciones de la Biblia. Casiodoro de Reina, el traductor de la versión en español de la Biblia que hoy se conoce como Reina Valera, se pasó 12 años huyendo por toda Europa con los manuscritos del Antiguo y del Nuevo Testamento para que el mundo de habla hispana tuviera el privilegio de poder leer la Palabra de Dios en su propio idioma. Y luego Cipriano de Valera pasó 20 años revisando lo que Casiodoro había hecho.
Mis hermanos, nosotros debemos estar profundamente agradecidos a Dios por esos hombres, debemos estar agradecidos a Dios por esos hombres que Él usó para permitirnos tener en nuestras manos un tesoro tan grande y al mismo tiempo honrar a Dios aprovechando al máximo ese tesoro. Mi hermano lee tu Biblia, lee tu Biblia, memoriza tu Biblia, medita en tu Biblia y sobre todas las cosas procura obedecerla en dependencia del Espíritu Santo porque es la voz de Dios hablándote a ti, es la voz del cielo hablándote a ti.
Por otra parte, es por el principio de Sola Escritura que hoy podemos adorar a Dios como iglesia cada semana de la manera como Él desea que lo hagamos y no conforme a tradiciones e imposiciones humanas. Uno de los lemas favoritos de los herederos de la reforma es una frase latina que dice: «Ecclesia reformata semper reformanda est». Algunos han traducido esta frase al español: «La iglesia reformada siempre se está reformando». Pero la mejor traducción de esta frase es: La iglesia reformada siempre está siendo reformada por la Palabra de Dios. Siempre está siendo reformada por la Palabra de Dios.
Recuerden mis hermanos que la iglesia solo puede avanzar volviendo hacia atrás. La iglesia solo puede avanzar no con cosas nuevas, Dios no nos ha llamado a ser geniales, Dios no nos ha llamado a ser creativos, Dios nos ha llamado a apegarnos a Su Palabra, debemos regresar, estar continuamente regresando al fundamento que Dios nos ha dejado en Su Palabra, eso es lo que distingue una iglesia reformada de una que no lo es. El compromiso de honrar las Escrituras apegándose al principio regulativo de la adoración; y eso ¿qué es? La convicción de que nuestros servicios congregacionales en el día del Señor deben ser regulados únicamente por la Biblia.
¿Qué le dice Pablo a Timoteo? Timoteo, estas cosas te escribo aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte para que si tardo sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad, Timoteo no te pongas a inventar en la iglesia porque la iglesia no es tu casa, la iglesia no es la casa de los pastores, la iglesia no es la casa de los miembros, la iglesia es la casa de Dios y en la casa de Dios se hace lo que Dios dice.
¿Por qué nosotros nos congregamos cada día del Señor? Porque Dios lo manda. Y ¿Por qué hacemos en estos cultos lo que hacemos? Nada impresionante, nos reunimos a cantar himnos, nos reunimos a orar, a ofrendar, a escuchar la Palabra de Dios predicada, es a eso que nos reunimos; a celebrar la cena del Señor. ¿Saben por qué eso es lo que hacemos en la iglesia? Porque eso fue lo que Dios dijo que hiciéramos en Su día. Por otra parte, íntimamente conectado con lo anterior, es por el principio de Sola Escritura enarbolado por los reformadores que hoy nosotros disfrutamos del beneficio de la predicación de la Palabra en nuestros servicios de adoración, ¿ustedes sabían eso?
Es tan normal y tan natural para nosotros que todos los domingos alguien viene, se pare en este púlpito, abre la Biblia, explica un pasaje de las Escrituras y en español, sin subtítulos. Hermanos, cada vez que eso suceda deberíamos darle gracias a Dios por los hombres y las mujeres que dejaron un rastro de sangre a través de los siglos por mantener en alto el principio de Sola Escritura, porque eso no era así en los años anteriores a la reforma. Pero cuando los reformadores volvieron a colocar la Biblia en su lugar, ¿saben qué pasó? Volvieron a colocar la predicación en su lugar. Alguien ha dicho que ese desplazamiento físico del altar de la misa para colocar el púlpito en su lugar, representa gráficamente el movimiento teológico desde una adoración basada en los sacramentos, a una adoración basada en la Palabra.
¿Por qué este púlpito está aquí y no allá? Porque nosotros queremos que todo el que entre por estas puertas sepa que aquí la predicación de la Palabra de Dios es central, y lamentablemente hermanos, esa no es la realidad de muchas iglesias evangélicas en el día de hoy. Hay muchas cosas que han desplazado o sustituido la predicación de la Palabra, ¿por qué? Porque han dejado caer a tierra el principio de Sola Escritura. Y es importante resaltar aquí que no son los líderes únicamente los que deben mantener en alto esa bandera. La iglesia no está compuesta únicamente de pastores, son los miembros de la iglesia mis hermanos, junto a sus líderes los que deben defender y mantener a toda costa el principio de Sola Escritura.
Mi amado hermano, mi amada hermana déjame hacerte una pregunta: ¿Es la Palabra de Dios la autoridad suprema de tu vida? De tal manera que tú puedes decir como Lutero en la dieta de Worms: «Mi conciencia es cautiva de la Palabra de Dios». Nota, que él no dijo: «Mi conciencia está convencida de que la Biblia es la Palabra de Dios». No, eso no fue lo que él dijo. Lo que él dijo es que su conciencia estaba atada de tal manera a la autoridad de Dios en Su Palabra que él prefería que Carlos V le cortara la cabeza antes que negar cualquier doctrina de las Escrituras.
Nos pueden despojar de bienes, nombre, hogar,
El cuerpo destruir, más siempre ha de existir de Dios el reino eterno.
Esta Palabra del Señor que el mundo no apetece,
Por el Espíritu de Dios para siempre permanece.
Es la Palabra de Dios, es la Palabra de Dios. Y yo te pregunto una vez más mi hermano, ¿está tu conciencia atada a la Biblia de ese modo? ¿Por encima de cualquier autoridad humana? ¿Por encima incluso de tus propias opiniones? ¿O de los movimientos y las inclinaciones de tu corazón?
Mi hermano, ¿es cada vez más evidente en tu vida la autoridad de las Escrituras en la relación con tu esposo, con tu esposa, en la relación con tus hijos, con tus padres, en tu trabajo, como miembro de una iglesia, en el uso de tu tiempo, en el uso de tus recursos, en el uso de tus dones, en el uso de tus talentos?
¿Es evidente que Dios te gobierna por Su Palabra? Oh, mis amados hermanos, que el Señor nos ayude a cada uno de nosotros a atar nuestras conciencias a la Palabra de Dios.
Nancy: Amén. Esta es una porción de un sermón predicado por el Pastor Sugel Michelén, titulado «Nuestra herencia reformada I». Él nos exhortó a basar nuestras vidas en la verdad revelada en la Palabra de Dios.
Una convicción arraigada en la Escritura.
Y Dr. Lutzer, continuando con nuestra conversación, explíquenos por favor la segunda sola: Sola fide.
Dr. Lutzer: Con mucho gusto, Nancy. Sola Fide es «la fe solamente». La pregunta es: «¿Hay algo que pueda añadirse a la fe?» Y la respuesta es «no». Y la razón por la que tiene que ser la fe solamente es porque la justicia de Cristo y el regalo de la salvación tienen que ser un regalo. Y por lo tanto, solo pueden ser recibidas por fe.
Todas nuestras obras están contaminadas con el pecado, por lo cual no podemos contribuir a la justicia de Dios. No podemos hacer nada para disminuirla. Lo único que podemos hacer es recibirla. Lutero dice que es como la tierra; cuando llueve, todo lo que la tierra tiene que hacer es recibir la lluvia. No la causa, la recibe. Y esa es la fe.
Pensemos en el ladrón en la cruz. Miró a Jesús y pensó para sí mismo, ¿sabes qué? Si él es un rey…sí, ya sé que se están burlando de Él, pero, si Él es un rey, debe tener un reino. Entonces le dijo a Jesús: «Acuérdate de mí cuando vengas en Tu reino».
Y Jesús, hablando con gran debilidad, pero con gran autoridad dijo: «En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso». ¡Fe solamente!
Nancy: Justificación solamente por fe en la justicia de Cristo –no en la justicia propia. Es una justicia fuera de este mundo ¿verdad?
Y luego una tercera sola que está estrechamente relacionada con esa: Solo por gracia.
Dr. Lutzer: Sí. Solo Gracia. Solamente por gracia. El favor inmerecido de Dios. Dios no tenía que salvarnos. Dios decidió salvarnos. A través de Jesucristo Él bajó de los cielos para salvarnos, pero no era algo que nosotros merecíamos. No podíamos decirle a Dios: «Esto me lo debes». «Gracia solamente» significa que somos salvos por gracia solamente.
En el tiempo de Lutero la iglesia decía que éramos salvos por gracia solamente, pero que tenemos que hacernos dignos de recibir esa gracia. Y ese era el problema de Lutero: ¿Cómo puedes hacerte digno de recibirla?
La fe, solo decía: «Puedes venir, y puedes ser muy indigno». En ocasiones cantamos, «el más vil de los pecadores». Y quizás, Nancy, alguien está escuchando y está pensando: «Si conocieras mi pecado. Si supieras…»
Podríamos estar hablando a criminales, a personas que han hecho cosas verdaderamente terribles. Quizá hayan violado a alguien; quizá hayan cometido asesinato. Bueno, las buenas noticias son que la salvación se nos ofrece a todos.
Nancy: ¡Sí! Gracia solamente. No obra alguna que podamos hacer –ninguna cantidad de buenas obras sería suficiente.
Dr. Lutzer: Así es.
Nancy: Entonces, la cuarta sola: «Solo Cristo»
Dr. Lutzer: Solo Cristo. Millones de personas estarán en la iglesia el próximo domingo, y les dirán que Cristo es necesario para alcanzar la salvación, pero lo que no les van a decir, necesariamente, es que Cristo es suficiente para alcanzar la salvación. Les dirán, «Cristo es necesario, pero lo que tienes que hacer es añadir esto a lo que Jesús hizo…»
Pero si debes añadir a lo que Jesús hizo, lo que se está diciendo es, «Cristo es necesario, pero no solamente Cristo». Lo que los reformadores dijeron fue: «Si es solamente por gracia y solamente por fe, ¡tiene que ser solamente por Cristo!»
Nancy: Porque hay un solo Dios y un solo Mediador entre Dios y los hombres.
Dr. Lutzer: Así es.
Nancy: Y luego, la número cinco, «solo a Dios la gloria»; Soli Deo Gloria
Dr. Lutzer: Así es, todo tiene que ver con la gloria de Dios. Al final del día, nada importa excepto la gloria de Dios. Y eso es verdad en nuestra vida como individuos; y en nuestra experiencia.
Cuando me despierto por la mañana, antes de salir de la cama oro y digo, «oh Dios, glorifícate en mi vida hoy, a pesar de mí». En otras palabras, «no te preocupes por mí en esto. Quiero que a través de mí Tú seas glorificado».
Porque al final del día, ¿te das cuenta de cómo eso simplifica tu vida? No importa si te dan esa promoción (aunque por supuesto que te sentirías desilusionado si no la obtienes), pero al final del día, no importa. Lo que importa es que Dios se lleve la gloria.
Todo el esquema de Juan Calvino, de quien hablamos ayer, su gran énfasis era: «Todo es para la gloria de Dios», la salvación y todo lo demás nos beneficia, y no hay necesidad de decirlo, pero quien realmente es glorificado a través de nuestra salvación es Dios.
Nancy: Estoy pensando en cuando estudiaba piano y tocaba algo de Juan Sebastián Bach. Al final de cada una de sus composiciones él escribía «S.D.G.» –Soli Deo Gloria. Solo a Dios la gloria, cada obra que hacemos –sea espiritual o algo cotidiano– todo es para la gloria de Dios.
Eso realmente cambió toda la naturaleza de hacer obras y de las buenas obras, porque todo lo que hacemos para la gloria de Dios se convierte en un acto de adoración, seas un laico o un sacerdote. Realmente la Reforma acabó con todas esas distinciones artificiales entre el clérigo y los laicos al decir que todos somos sacerdotes para Dios a través de Jesucristo.
Dr. Lutzer: ¡Revolucionario!
Nancy: Y realmente resulta tan alentador ver la obra de traducción de la Biblia llevándose a cabo en todo el mundo. Y ver su impacto aún en países donde tenemos fácil acceso a la Escritura, haciendo todo lo posible por lograr que la Biblia llegue a las manos y los corazones del pueblo de Dios.
Eso es lo que tratamos de hacer a través de Aviva Nuestros Corazones– no buscar estrategias creativas para hacer algo nuevo– sino contar la antigua, antigua historia de Jesús y Su amor, para lograr que las mujeres vayan a la Escritura.
En nuestros días mucha gente –incluso sentada en nuestras iglesias– no entiende el evangelio. Es por eso que necesitamos llevarlos a la Palabra y que la Palabra esté en ellos. ¡El poder de la Palabra de Dios!
¡Es tan poderosa! Libera, da vida, da luz. No hay suficientes palabras que podamos decir acerca de la importancia de la Palabra de Dios! Mucho de eso lo sacamos de la Reforma que nos lleva de regreso a la Escritura, a esa reverencia por la Palabra de Dios.
Y pastor Lutzer, ¿nos puede explicar un poco más esto del sacerdocio del creyente?
Dr. Lutzer: Claro. Para nosotros en nuestro contexto, damos por sentado que podemos orar cuando queramos y que tenemos la misma autoridad que los demás, porque somos creyentes.
Pero imagínate a ti misma en tiempos medievales. Cuando ibas a la iglesia, la distancia física entre tú (donde estabas sentada) y el púlpito y la plataforma resaltaba el hecho de que es el sacerdote quien va a ir a Dios por ti. Él está transformando pan ordinario y vino ordinario en el cuerpo y la sangre de Cristo (para ellos algo literal). Se te permite adorar esos elementos, porque son «Dios en Dios mismo».
Ahora, de pronto, por primera vez –un día de Navidad en 1521– ¡Carlstadt les da la copa a los laicos! Hasta ese momento no les había sido permitido porque podrían haber derramado la sangre de Cristo en el piso. Y lo que él hizo fue dar la copa a cada uno y decir: «Recibes la copa y el pan porque ahora eres un sacerdote delante de Dios».
Cambió por completo la mentalidad de la gente respecto a quienes eran. Eran valiosos para Dios tal como eran. La accesibilidad a Dios, el significado de las obras, todo eso vino como resultado de la Reforma.
Nancy: Todos podemos alabar a Dios. Todos podemos venir a Dios a través de Jesucristo. 1 Pedro 2:4-5 dice:
«Y viniendo a Él como a una piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa delante de Dios, también vosotros, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Pues esto se encuentra en la Escritura:
«He aquí pongo en Sion una piedra escogida, una preciosa Piedra angular, y el que crea en Él no será avergonzado».
Esto era radical, y algo que no queremos dar por sentado. Mucho de ese entendimiento en nuestro mundo de hoy nació en la Reforma.
También, la iglesia y el estado todavía estaban muy ligados.
Dr. Lutzer: Es muy confuso. Sí, estaban muy unidos entre sí. Carlos V dijo: «Miren vamos a hacer una nueva regla. Si eres católico, puedes adorar como católico bajo un príncipe luterano. Pero si eres un luterano y estás bajo un católico y quieres adorar como un luterano, tienes que ir a una tierra luterana».
Los luteranos protestaron en la dieta de Espira, y dijeron: «¡Esto es injusto!» Se les conoció por eso como los «protestadores» y por eso ahora tenemos los «protestantes». El protestantismo fue una respuesta a un problema injusto de libertad de religión bajo Carlos V.
Después de eso, Carlos todavía quería acabar con ellos, quiere vencer la fe luterana, y utiliza la guerra para lograrlo pero no lo logra.
Con el tiempo, el luteranismo prevaleció. Pero no había libertad de religión para los católicos y para los anabautistas. Eso sucedió después. Luego tenemos treinta años de guerra, en su mayoría religiosa y política. ¡Fue un tiempo horrible!
Finalmente la Paz de Westfalia termina en 1648, y todo el mundo dijo: «Mira, hemos estado luchando por treinta años sin lograr nada. Finalicemos la guerra y digamos que puedes creer o no creer lo que quieras».
¡Nunca des por sentada la libertad de religión! Es un privilegio por el que se luchó arduamente.
Nancy: Y las semillas de eso fueron plantadas en la Reforma.
Dr. Lutzer: ¡Absolutamente!
Nancy: Aquí podemos ver claramente otra lección que aprendemos de todo esto, y es la necesidad de valentía, de coraje. Podemos ver mucho de eso en la Reforma.
Dr. Lutzer: Un cristiano en el Medio Oriente dijo, «aquí en el Medio Oriente, no sabemos si vamos a estar vivos al día siguiente, constantemente estamos sujetos a la posibilidad de ser martirizados».
Muchos de nosotros podríamos preocuparnos porque podríamos ofender a nuestros vecinos por pertenecer a Jesús.
Y es más fácil decirlo que hacerlo, pero necesitamos desesperadamente héroes de valor. Es una de las razones por las que tomamos todo este tiempo para hablar acerca de la Reforma. Necesitamos creyentes como Lutero y como Juan Hus.
Nancy: Algunos de ellos prepararon a sus estudiantes y seguidores para la persecución y el sufrimiento. Necesitamos hacer eso hoy.
Dr. Lutzer: ¡Absolutamente! Wycliffe tenía un curso completo sobre cómo morir por la fe; cómo puedes mantener tu fe en medio de la persecución. Cientos de sus seguidores murieron bajo la persecución.
Nancy: Y luego también tenemos la necesidad de aclarar el evangelio. Dr. Lutzer, me encanta cómo usted en su predicación, enseñanzas y escritos, vuelve a, «¡regresemos al evangelio!»
En esa época había mucha confusión, mucho error, respecto a cómo una persona es justificada, cómo una persona es salva. Pero aún hoy hay mucha confusión respecto a esto. Una de las lecciones que ha señalado de la Reforma es que necesitamos una continua aclaración de «¿cómo se pone una persona a cuentas con Dios?»
Dr. Lutzer: El error más grande a través de toda la historia es querer añadir obras. Querer decir, «sí, eres salvo por gracia, somos salvos por fe, ¡PERO tienes que ser una buena persona!» Bueno, es mucho mejor hacer obras buenas que malas, entiendo eso.
Pero cuando se trata del asunto de la salvación hay un solo camino y es a través de Jesucristo. La razón de por qué hay solamente un camino es porque Él es el único Salvador. Otras religiones tienen gurús y profetas, ¡pero lo que no tienen es a alguien que esté realmente calificado para quitarte tu pecado! Es por eso que Él es el único camino al Padre.
La única manera es que aceptes lo que Él ha hecho y lo recibas como tuyo, por fe, y que vengas con tus dudas. Sabes, Nancy, uno de mis himnos favoritos es «Tal como soy» (Just as I Am, Without One Plea).
Pienso, por ejemplo, en algunas personas que nos están escuchando hoy –damos gracias a Dios por ellas. Me encanta esa estrofa que dice:
Tal como soy, con mi maldad
Miseria pena y ceguedad.
Pues hay remedio pleno en ti.
Cordero de Dios heme aquí.
Y ahora mismo hay gente que puede creer en Jesús. Ven con tus dudas, ven con tus preguntas, ven con tu pecado. Pero ven a Alguien que tiene lo que necesitas para salvarte y librarte y ¡finalmente llevarte al cielo!
Nancy: ¡Amén, amén y amén! Gracias Pastor Lutzer. Esto ha sido muy enriquecedor. Estamos muy agradecidos por la obra de Dios a lo largo de los años. En la Escritura, Dios repetidamente le dijo a Su pueblo; «no olviden su historia. No olviden lo que he hecho para redimirlos».
Cuando el pueblo de Dios olvida, o cuando olvida enseñar a sus hijos, entonces sus hijos finalmente se olvidan de Dios. Por tanto, no solamente estamos mirando hacia eventos y acontecimientos de hace 500 años, sino que también estamos diciendo: «Oh Dios, ayúdanos a pasar a la siguiente generación las maravillas de Tus obras, de Tu amor redentor, de Tus hechos redentores; que esta generación pueda saber y poner su confianza en el Señor y transmitirla a sus hijos».
Gracias Dr. Lutzer, por animarnos, desafiarnos, y enseñarnos. ¿Podría por favor cerrar esta serie en memoria de la Reforma dando gracias al Señor y encomendándole todo esto que hemos estado hablando, en la medida que llega al corazón de aquellas que nos escuchan?
Dr. Lutzer: Claro Nancy. ¡Y ahora mismo hay gente que puede creer en Jesús! Pueden orar con nosotros.
Padre, te agradecemos tanto que Jesús murió siendo el Hijo de Dios, Él llevó nuestro pecado. Él expió el pecado de todos los que creerían en Él. Te pedimos que muchas de las que están escuchando este programa –sin importar su trasfondo, no importa cuál sea su afiliación religiosa– que en este momento puedan mirar al Salvador que puede realmente salvarlas.
Te agradecemos hoy que somos salvos por fe y no por obras, porque sabemos que fracasamos todo el tiempo en nuestras obras, y te alabamos porque cuando te recibimos, haces que nazca en nosotros amor por ti.
Te amamos. ¡Tan solo deseamos poder amarte más! Gracias. En el bendito nombre de Jesús oramos, ¡amén!
Nancy: ¡Amén!
Annamarie: Hemos estado escuchando la conclusión de una conversación entre Nancy DeMoss Wolgemuth y el Dr. Erwin Lutzer titulada De regreso al evangelio. Si esta ha sido de bendición para tu vida compártela con más mujeres. Hazlo fácilmente a través de nuestra aplicación llamada Aviva Nuestros Corazones, o de nuestro sitio web, avivanuestroscorazones.com. ¡Y asegúrate de acompañarnos mañana para una nueva serie!
Contemplando la belleza del evangelio juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
Sermón, «Nuestra herencia reformada I», por Ps. Sugel Michelén.
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