La verdad sobre el futuro
Mónica: ¿La próxima generación de mujeres está lista para el matrimonio y la crianza? Aquí está Dannah Gresh.
Dannah Gresh: Lo que me asusta es que hemos tenido el problema de que las mujeres jóvenes dicen: «No sé si quiero someterme a mi esposo cuando tenga esposo; no sé si realmente quiero tener un esposo». Y en los últimos cinco años, más o menos, han dicho: «No sé si quiero tener hijos, en absoluto, alguna vez. No he visto que eso sea algo bueno. No quiero estar atada a eso. No quiero que me frenen».
Me da miedo que esta forma de pensar ya no sea solo una presión cultural, sino que sea la forma de pensar algo dentro de la iglesia.
Dannah: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, coautora de «Mentiras que las Jóvenes Creen», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, …
Mónica: ¿La próxima generación de mujeres está lista para el matrimonio y la crianza? Aquí está Dannah Gresh.
Dannah Gresh: Lo que me asusta es que hemos tenido el problema de que las mujeres jóvenes dicen: «No sé si quiero someterme a mi esposo cuando tenga esposo; no sé si realmente quiero tener un esposo». Y en los últimos cinco años, más o menos, han dicho: «No sé si quiero tener hijos, en absoluto, alguna vez. No he visto que eso sea algo bueno. No quiero estar atada a eso. No quiero que me frenen».
Me da miedo que esta forma de pensar ya no sea solo una presión cultural, sino que sea la forma de pensar algo dentro de la iglesia.
Dannah: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, coautora de «Mentiras que las Jóvenes Creen», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 7 de agosto de 2024.
Mónica: Durante más de una década, dos libros escritos por Nancy han ayudado a las mujeres a encaminar sus vidas hacia la verdadera libertad: «Mentiras que las mujeres creen y la verdad que las hace libres», y «Mentiras que las Jóvenes Creen», este último coescrito con Dannah Gresh.
En estos episodios, nos hemos centrado en «Mentiras que las jóvenes creen». Hoy, Nancy y Dannah hablarán sobre las mentiras que las jóvenes creen acerca de su futuro.
Joven:
«Las cosas que hago ahora no afectarán mi futuro».
«Tener una carrera fuera del hogar es más valioso y gratificante que ser solo esposa y madre».
Mónica: Una joven en nuestra audiencia expresó bien su frustración de manera políticamente correcta.
Joven: Todo lo que he querido hacer en mi vida es ser esposa y madre; ese es mi objetivo. Pero al mismo tiempo, también voy a la escuela de enfermería en este momento, o mejor dicho, me estoy preparando para hacerlo porque eso también es algo en lo que estoy muy interesada: el campo de la medicina.
Sin embargo, al mismo tiempo (nunca lo había experimentado hasta que ingresé a la universidad), parece que existe un gran impulso para que las mujeres se destaquen y sientan que tienen que ser alguien importante. Es algo que realmente nunca antes había experimentado.
En la universidad secular, cuando estás haciendo un trabajo o una entrega o hasta una presentación, tienes que usar un lenguaje inclusivo. Hay mucho feminismo.
Así que creo que sería útil saber cómo manejar esto y como ser una mujer de Dios piadosa y capaz de hacer sus labores. Una mujer de Dios que no tiene que estar completamente en la sombra, pero al mismo tiempo quiere saber cuál es su lugar y está haciendo las cosas que Dios quiere que haga con un espíritu gentil y tranquilo.
Mónica: Nancy dice que hay confusión y una falta de pensamiento claro cuando se trata de perspectivas sobre el matrimonio y la maternidad.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Y ese es el fruto, o mejor dicho, el resultado de décadas de un esfuerzo intencional por parte de algunos para minimizar el valor y la importancia de ser mujeres portadoras de vida y que nutren la vida de otros, y decir que eso es una vocación inferior y de segunda categoría.
Así que pienso que esta generación joven de hoy nunca ha conocido otra cosa que no sea asumir que, por supuesto, vas a perseguir una carrera profesional, y lo que hagas en relación con la familia es secundario o posterior.
Dannah: Esta es una de las preguntas que tratamos en libro «Mentiras que las jóvenes creen» y que tanto me preocupa.
Mónica: Dannah recuerda con mucho cariño cuando ella y Nancy escribieron por primera vez Mentiras que las jóvenes creen y la Verdad que las hace libres.
Dannah: Tenía el nido lleno en casa. Mi hijo Robbie estaba en su penúltimo año de escuela y mis hijas en la secundaria. Yo era una madre feliz. Pero cuando mi nido quedó vacío, sentí que me habían despedido del mejor trabajo que tendré en toda mi vida. Soy esa mamá que cuando va al supermercado y tiene que comprar el tamaño pequeño de salsa en lugar del tamaño familiar, estallará en llanto.
Ahora, tengo un gran propósito, y el Señor me ha dado una vida emocionante, así que no me deprimí, pero extraño mucho a mis hijos. Extraño mucho ese trabajo. Es el trabajo más maravilloso, y lo sabes desde el momento en que sostienes a ese dulce bebé en tus brazos, ¡y tu vida cambia para siempre!
Es por eso que me entristece que esa sea una de las mentiras con las que tuvimos que lidiar en el año 2007, cuando escribimos el libro por primera vez, y hoy es más que un problema: tener una carrera fuera del hogar es más satisfactorio que ser esposa y madre.
Hablamos con chicas todo el tiempo que están decididas a obtener un título universitario, y debo agregar que en la mayoría de los casos eso causará una gran deuda. Dios tiene muchas advertencias en Su Palabra sobre eso. A veces las chicas simplemente dicen: «Necesito tener un trabajo gratificante. Está bien si soy madre, pero necesito un trabajo o no sentiré que tengo valor».
Esta es una mentira que nuestra cultura les ha alimentado fácilmente.
Cuando escribimos por primera vez «Mentiras que las jóvenes creen», descubrimos una investigación muy interesante. Fue en 1987 que solo alrededor del 20 por ciento de los cristianos sentían que las mujeres no debían destacar en los roles de madre y esposa: «¿Quieres que una mujer joven crezca soñando con ser esposa y madre? Esa no es una buena idea. Ella vale mucho más que eso».
Ahora, creo que eso suena como una mentira, pero en 1987, solo el 20% de la población cristiana creía esto. En 2007, justo cuando escribimos «Mentiras que las jóvenes creen», había crecido hasta un 47% el número de cristianos que pensaban que era una mala idea decirles a nuestras niñas que es importante ser esposa y madre. Eso realmente entristece mi corazón.
En «Mentiras que las jóvenes creen», escribí una conversación que tuve con mi hijo y su amigo. Estaban en onceavo grado. Les conté lo que estaba escribiendo en «Mentiras que las jóvenes creen», y dije: «¿Qué piensan sobre eso? La mentira es básicamente que lo más importante en lo que puede pensar una adolescente es en tener una carrera satisfactoria.
Ambos se miraron el uno al otro y dijeron: «Bueno, este es el problema: si dijéramos eso, si tuviéramos ese tipo de actitud como hombres acerca de no querer una esposa e hijos y sobre pensar que una carrera es lo más importante que podríamos hacer en nuestras vidas, nos considerarían como idiotas (y estoy citando a un niño de onceavo grado aquí)». No lo entendían, ellos estaban diciendo: «Se supone que debemos ser piadosos, buenos hombres que sean caballeros y quieran tener esposas y ser padres algún día. Entonces, ¿qué hay de malo en que las chicas también quieran eso?».
Mónica: La premisa detrás del título del libro de Nancy y Dannah es que las mentiras esclavizan y la verdad de Dios libera. Entonces, ¿cuál es la verdad de Dios cuando se trata de ser esposa y madre?
Dannah: Sabes, la Biblia dice que uno de los mayores tesoros que un hombre puede tener es encontrar una buena esposa.
Voz de hombre:
«El que halla esposa halla algo bueno y alcanza el favor del Señor» (Prov. 18:22).
Y creo que podemos concluir que también es un tesoro para nosotras encontrar un buen esposo. La Biblia también dice que una de las mayores bendiciones que podemos tener es tener hijos.
Voz de hombre:
«Un don del Señor son los hijos, y recompensa es el fruto del vientre. Como flechas en la mano del guerrero, así son los hijos tenidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que de ellos tiene llena su aljaba; no será avergonzado cuando hable con sus enemigos en la puerta» (Salmos 127:3–5).
Dannah: Nuestra cultura ha desmantelado ese valor, y la iglesia cristiana lo está creyendo y se está tragando el anzuelo.
Mónica: Nancy DeMoss Wolgemuth explica que la visión bíblica de ser esposa y madre va más allá de las preguntas prácticas de quién hace qué.
Nancy: No se trata solamente del rol de la mujer, sino que se remonta a todo nuestro llamado y diseño como mujeres, y al hecho de que Dios hizo a los hombres y a las mujeres con propósitos distintos y únicos para traerle gloria a Él en este mundo. De eso se trata. No se trata de nuestra satisfacción o nuestra felicidad. Creo que en las últimas dos o tres generaciones nos hemos olvidado del sentido de lo que significa ser mujer.
Hace unos años, una mujer de mediana edad me dijo: «Tengo cincuenta y tres años y nunca he podido aceptar el hecho de que soy mujer y lo que significa ser mujer. Entiendo lo que significa ser cristiana, pero cuando me hablas de ser una mujer cristiana, no entiendo eso, y creo que no abrazo su significado». Esta mujer tenía unos cincuenta años.
Ahora, hay mujeres más jóvenes que han crecido con madres que no saben lo que significa ser una mujer, no saben cuál es el diseño y el propósito de Dios, ni saben cómo nosotras, como mujeres, glorificamos de manera única al Señor al recordar que cuando Él creó todo, dijo que era bueno.
Todo eso vincula el llamado de una mujer, de manera significativa, a su papel de ayuda idónea de su esposo y como portadora y cuidadora de la vida.
Es decir, el nombre Eva significa dadora de vida, madre de todos los vivientes. Tener bebés es algo que los hombres no pueden hacer. Y esa es una parte específica, no solo fisiológica y biológica, sino espiritual, del llamado de las mujeres. Pero, lamentablemente, hoy se tiene una comprensión casi nula de esto aún dentro de la iglesia cristiana
Erin Davis: Me encantaría escucharte, quiero saber qué sientes cuando escuchas lo que el mundo piensa sobre ser esposa, y el desear ser mamá.
Mónica: Esposa, madre y autora, Erin Davis, dirigió un tiempo de preguntas y respuestas con Dannah Gresh, Nancy y las jóvenes de la audiencia de Aviva Nuestros Corazones.
Joven: Una cosa que me han dicho es que necesito tener un plan alternativo, un plan B. ¿Qué pasará si me caso y le sucede algo a mi esposo? ¿Debería procurar alguna forma de mantener a la familia? Hasta cierto punto estoy de acuerdo con esto, pero no tengo idea de cómo luciría ese plan B en la vida real.
Erin Davis: ¿Alguien más tiene algún comentario sobre si se siente libre para que su hogar sea su mayor aspiración?
Joven: Pienso que el mundo nos dice, o nos decimos a nosotras mismas, que podemos ser esposa, madre y tener una carrera. Creo que nos dicen que podemos tenerlo todo. La verdad es que en el mundo convulso en que vivimos hoy, dudo que se pueda hacer todo eso de manera plena y eficaz.
Erin: Mi sabia amiga Dannah me dijo hace unos años: «Erin, puedes tenerlo todo, pero no puedes tenerlo todo a la vez». Recuerdo que no quería escuchar eso porque me gusta tenerlo todo ahora. Pero, ¿pueden darles algún consejo a estas mujeres que están navegando por este tema?
Dannah: Bueno, lo primero que llega a mi corazón es la mujer de Proverbios 31, con la que todas están familiarizadas. Su prioridad es su esposo.
Comienza hablando de su esposo, y luego habla de sus hijos. Pero luego habla de todas esas otras cosas maravillosas que ella es: es una comerciante, costurera; es una empresaria. Ella es realmente como una mujer maravilla.
En el versículo 12 dice: «Ella le trae bien y no mal todos los días de su vida». Eso significa que hoy, cuando te despertaste y te vestiste, y elegiste lo que te pondrías, te pusiste un atuendo que no solo es agradable a Dios, sino que protegería tu virtud y tu modestia, porque hoy le estás haciendo bien a tu esposo.
Eso significa que cuando vayas a la escuela la próxima semana, ya seas una estudiante de enfermería en la universidad, o si estás en noveno grado, o en un bachillerato cristiano, o en escuela en casa, o en una escuela pública, tus pensamientos son, en parte, sobre el hecho de que un día Dios puede bendecirte con un esposo. Creo que puedes pensar, «este día en el que estoy estudiando, ¿bendecirá a mi esposo algún día?». Y deberías pensar esto «todos los días de [tu] vida».
Pienso que, como mujeres, es un gran honor que podamos tomar un versículo como este y aplicarlo cada mañana a nuestros corazones y decir: «Dios, solo estoy en noveno grado, pero si algún día tienes un esposo para mí, quiero vivir este día tan bien que luego pueda mirar atrás y decir: “Hice bien a mi esposo ese día en noveno grado”».
Nancy: Hace un tiempo estuve estudiando los Salmos, y llegué al Salmo 45. Esa mañana, cuando me levanté, leí este Salmo, pero me sentí impulsada a volver a leerlo mientras me preparaba para ese día. Y quiero compartir contigo, antes de concluir esta serie, algunas cosas sobre las que el Señor me habló a través de ese pasaje.
El salmo 45, si no estás familiarizada con él, se titula «Canción de amor». Es la historia de una boda entre un rey y su novia.
Este salmo tiene dos partes. Comienza con una introducción que dice: «Rebosa en mi corazón un tema bueno; al Rey dirijo mis versos; mi lengua es como pluma de escribiente muy ligero» (v. 1).
El salmista dice aquí: «Esta es una hermosa historia que me estoy preparando para contarte. Es una canción; es una canción de amor. Es el mayor romance». Y luego la primera estrofa es una descripción del rey.
Si recuerdas las costumbres de las bodas judías del Antiguo Testamento, tenían este desposorio donde se comprometían a casarse. El novio se iba y preparaba un hogar donde iban a vivir juntos. Y entonces llegaba el día en que volvía a buscar a su novia y se casaban oficialmente, por fin.
Esta es una procesión nupcial. Primero habla del rey que viene a buscar a su novia. Ella le dice: «Eres el más hermoso de los hijos de los hombres; la gracia se derrama en Tus labios» (v. 2). Lo llama «valiente» (v. 3).
En realidad, aquí se describe a Cristo, el Esposo celestial. No hay hombre en la tierra que se ajuste a toda esa descripción, excepto Cristo.
Habla de Su esplendor, Su majestad, cómo vence a Sus enemigos, cómo Su trono reina por los siglos de los siglos y ama la justicia. Describe a este increíble novio como una imagen de Jesucristo.
Habla de cómo se alegra cuando viene a buscar a Su novia. Él es fragante. Hay música; hay aromas. Esta es una procesión nupcial increíble.
Así que vemos esta magnífica procesión de este rey, que es Cristo mismo, y ahora la imagen se vuelve hacia la novia. Comienza a describirla, y es un canto para ella.
Dice: «Escucha, hija, presta atención e inclina tu oído; olvídate de tu pueblo y de la casa de tu padre» (v. 10). Lo que está diciendo es: «Es hora de irse y partir». Es tiempo de alejarte de los apegos terrenales, de las cosas que amas, de las cosas que aprecias, y es tiempo de venir y unirte a tu novio en matrimonio. «Olvídate de tu pueblo y de la casa de tu padre». Los vas a dejar.
Luego dice, y esta frase me detuvo en seco: «Entonces el Rey deseará tu hermosura» (v. 11).
Acaba de describir a este rey asombroso y majestuoso; y le dice a esta futura novia: «El rey, ese rey, deseará tu hermosura». Me detuve y me encontré adorando al Señor y diciendo: «A la luz de quién es Él, ¿qué hay en mí que Él pudiera desear?».
Quiero decir, no me considero hermosa. Pero Él sí y es lo que desea.
Hemos hablado sobre cómo hay en el corazón de cada mujer un anhelo de ser deseada, un anhelo de ser encontrada. Pensé: «Soy encontrada. Soy amada. Soy deseada. Soy estimada». Soy valorada, no porque haya algo en mí, sino porque Dios tiene ojos de amor y porque me ha escogido para ser Su novia.
Luego sigue diciendo el salmo: «Inclínate ante Él, porque Él es tu señor» (v. 11). Adóralo. Dale las gracias; dile: «Gracias Señor, por amarme como lo haces, ya sea que me des un esposo, o que me concedas mis esperanzas y sueños. . .».
Tengo algunas amadas amigas que siempre han deseado ser esposas y madres, y Dios no les ha concedido en algunos casos ese deseo de sus corazones. Ellas han tenido que ofrecerlo como sacrificio al Señor, porque Dios no concede ese anhelo en la vida de cada mujer.
El versículo 11 dice: «Si lo hace o no, si escribe el guion de la forma en que tú lo habrías escrito o no; ya que Él es tu Señor, inclínate ante Él; adóralo. Agradécele por Su amor y dile: “Señor, eres suficiente. Si Tú eres todo lo que tengo, puedo estar satisfecha en Ti”».
Ahora, somos humanas. Tenemos deseos y anhelos, y no hay nada de malo con esos anhelos. Pero en última instancia, todo se reduce a decir: «Él es mi Señor, y me inclino ante Él, y lo adoro».
Luego describe esto, dice: «Toda radiante está la hija del Rey dentro de su palacio; recamado de oro está su vestido. En vestido bordado será conducida al Rey; las vírgenes, sus compañeras que la siguen, serán llevadas a Ti» (vv. 13-14).
Hay una sensación de que la llevan a un lugar. Es algo parecido a lo que se ve en una boda, donde el novio viene y se para al frente y luego la novia comienza la procesión por el pasillo para encontrarse con su novio.
A veces me gusta mirar al novio mientras la novia llega al altar. Él está radiante; está encantado. La ve por primera vez con ese vestido espectacular, y es como si nunca la hubiera visto antes. Está hechizado. Está «cautivado con su hermosura», dice otra traducción.
Así es como Dios se siente cuando nos acercamos a Él. Ella es conducida al Rey y me encanta esta frase: «Serán conducidas con alegría y regocijo; entrarán al palacio del Rey» (v. 15).
Pensé: «Sabes, Señor, cuando nos llamaste a servirte, a seguirte, a nadar contra corriente, a ser contraculturales, no dijiste que solo teníamos que apretar los dientes y soportarlo». Sí, la vida será difícil. Sí, habrá sufrimiento. Tienes que decir no a tu carne, y debes obedecer a Dios.
Así que hay obediencia, hay sacrificio y hay sufrimiento en la vida cristiana, pero también hay toneladas y toneladas de gozo y alegría. Ella es llevada al rey con gozo y alegría, y es llevada a su palacio.
Y luego, muy discretamente allí, aunque no dice lo que sucede una vez que entran al palacio. Pero lo que sucede es que se casan, y consuman esa relación de amor de la manera más íntima posible. Se han guardado el uno para el otro. Nosotras hemos sido guardadas para Cristo.
Hay un sentido muy terrenal en el que puedes aplicar esto a tu matrimonio y ser guardada físicamente para la persona con quien te casarás. Es un regalo precioso para ti y para tu futuro esposo algún día.
Pero hay un sentido supremo que es mayor que todo eso, y es que hemos sido guardadas para Cristo, nuestro Esposo celestial. Estamos siendo conducidas con alegría y regocijo a Su palacio, donde pasaremos la eternidad con Él en la relación más íntima posible.
Cuando tengo esa perspectiva, cuando veo la historia de la boda de Dios y la historia que está escribiendo para mi vida, entonces puedo soportar. Todo lo demás se vuelve «insignificante» en comparación.
Así que mi cabello puede no tener un buen día. Quiero decir, eso puede arruinar mi día; puede arruinar tu día. Pero no tiene que hacerlo si lo vemos en el contexto del gran plan de Dios.
Puede que algún joven te haya rechazado, o que ningún chico te haya prestado atención, o simplemente no existes para ellos. Alguna de ustedes ha experimentado el rechazo de sus padres, ¿Podría haber algo más doloroso que eso?
Esas cosas suceden, y duelen, y son difíciles. No es como Dios quería que fuera. ¿Pero sabes qué? Puedes pasar por todo eso y más.
Hay cosas que sucederán en tu vida que serán difíciles, que ni siquiera han pasado por tu mente. Hay más por venir. Hay sufrimiento por delante. Pero puedes soportarlo, y puedes avanzar con alegría y regocijo, porque sabes que Dios te está conduciendo hacia el palacio de un Rey donde pasarás la eternidad.
Déjame decirte: «Mantén tus ojos en la meta final y recuerda que vale la pena. Vale la pena correr la carrera. Vale la pena ser fiel. Vale la pena guardarse para Cristo, buscarlo, nadar contra corriente, ser contracultural».
La corriente va en la dirección equivocada. Cristo lo dijo. Él dijo: «Ancha la puerta… que conduce a la destrucción» (Mateo 7:13). Puede parecer un camino alegre en este momento, pero su final no es nada deseable. Así que toma las decisiones difíciles ahora.
Dile «sí» al Señor, «sí» a Sus planes, «sí» a cómo Él trabaja en nuestras vidas a través de Su Palabra, a través de las autoridades humanas, a través del consejo piadoso. Dile «sí» a eso, y Dios dice: «Tengo algo guardado para ti que es más grande, dulce y rico que cualquier cosa que puedas imaginar».
Nuestro deseo cuando escribimos este libro es que puedas experimentar eso. Todavía creemos mentiras; todavía luchamos con ellas. No estamos viviendo de manera plena todas las cosas que quisiéramos. Pero sabemos que vale la pena seguir adelante en esa batalla y decir: «Sí, Señor». Eso es lo que queremos para ti.
Mónica: Tener el hábito de decir: «Sí, Señor», cosechará recompensas en tu vida, ya seas una mujer joven de veinte años o una mujer «joven» anciana. Hemos estado escuchando a Nancy DeMoss Wolgemuth retar a las jóvenes a edificar sus vidas en la Palabra de Dios.
Nos acompañó Erin Davis, y también hemos escuchado de Dannah Gresh. Ella y Nancy fueron coautoras del libro Mentiras que las jóvenes creen y la Verdad que las hace libres.
¿Conoces a mujeres jóvenes con quienes puedas compartir y discutir este libro? Te animamos a que visites nuestra página AvivaNuestrosCorazones.com para obtener una copia y puedas ser un canal de bendición en la vida de muchas jóvenes que necesitan ser conducidas con alegría y regocijo a Cristo.
Dannah: Queremos aprovechar y dedicar este espacio para hablarles de «Joven Verdadera» a las madres que nos escuchan. Este es uno de los alcances de Aviva Nuestros Corazones y está diseñado para conectar e impactar a nuestras adolescentes y jóvenes. Nuestro objetivo es fomentar su crecimiento espiritual, inspirarlas y motivarlas a seguir a Cristo.
Contamos con nuestro «Pódcast Joven Verdadera», en el que tenemos invitados especiales, testimonios del poder transformador de Dios y enseñanzas bíblicas sólidas. Y también, contamos con el «Blog Joven Verdadera», una fuente constante de ánimo y enseñanza bíblica diseñada para fortalecer la fe de nuestras jóvenes y ayudarlas a vivir para la gloria de Dios. Con este alcance buscamos apuntar activamente al evangelio a la nueva generación de adolescentes y jóvenes, fortalecer su fe en Cristo y su conexión con la comunidad de su iglesia local.
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