La tierra
Annamarie Sauter: Escuchar es mucho más que simplemente recibir información...
Nancy DeMoss Wolgemuth: ¿Sabías que cada vez que escuchas la Palabra de Dios —ya sea en tu devocional, a través de Aviva Nuestros Corazones o en otro programa cristiano en el radio, o en la predicación de tu pastor– que siempre que oigas la Palabra de Dios, tendrás que hacer algo respecto a lo que escuchaste?
¿Cada vez que no haces algo respecto a lo que escuchaste, sabes lo que estás haciendo? Estás haciendo un camino en tu corazón donde la semilla no penetrará fácilmente la próxima vez, estás endureciendo tu corazón.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
La porción de la Escritura para hoy es Salmos 64 al 69.
Nos encontramos en la semana número doce y última de la serie de programas titulada, «En busca de Dios» …
Annamarie Sauter: Escuchar es mucho más que simplemente recibir información...
Nancy DeMoss Wolgemuth: ¿Sabías que cada vez que escuchas la Palabra de Dios —ya sea en tu devocional, a través de Aviva Nuestros Corazones o en otro programa cristiano en el radio, o en la predicación de tu pastor– que siempre que oigas la Palabra de Dios, tendrás que hacer algo respecto a lo que escuchaste?
¿Cada vez que no haces algo respecto a lo que escuchaste, sabes lo que estás haciendo? Estás haciendo un camino en tu corazón donde la semilla no penetrará fácilmente la próxima vez, estás endureciendo tu corazón.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
La porción de la Escritura para hoy es Salmos 64 al 69.
Nos encontramos en la semana número doce y última de la serie de programas titulada, «En busca de Dios». Esta se basa en el libro de estudio que lleva el mismo título, escrito por Nancy y por Tim Grissom. Han sido semanas muy especiales, y en esta nos hemos estado enfocando en el tema «La vida personal de devoción». Aquí está Nancy para hablarnos más acerca de esto.
Nancy: «Buscad a Dios, y vivirá vuestro corazón» (RV1960). Este es uno de mis pasajes favoritos, lo encontramos en el Salmo 69 versículo 32: «Buscad a Dios, y vivirá vuestro corazón».
Esto es lo que hemos estado haciendo durante todas estas semanas pasadas, de manera concentrada, buscando al Señor. Espero hayas estado con nosotros a través de esta serie, uniéndote a otros que están buscando a Dios -—buscando experimentar el gozo del avivamiento personal que se encuentra al buscar al Señor.
Durante estas semanas, sé que muchas personas no solo lo han estado escuchando sino han estado respondiendo a estas verdades básicas del avivamiento. Ellos están experimentando una obra nueva de la gracia de Dios en sus corazones, a la vez que han respondido a estas verdades básicas de la humildad, del arrepentimiento, la santidad, la gracia, el perdón y una conciencia limpia.
Si tú has estado con nosotros a través de esta serie, quizás te estés preguntando acerca de la nueva obra que Dios está haciendo en tu vida, ¿durará? Tal vez estés pensando: «No quiero perder el avivamiento que Dios ha estado empezando en mi corazón durante estas semanas pasadas». ¿Cómo puedo mantener este avivamiento en mi corazón?
El punto en el que me quiero enfocar hoy es muy importante, y es que tú necesitas aprender a guardar tu corazón.
Déjame pedirte que vayamos al Nuevo Testamento, al Evangelio de Lucas, capítulo 8. Mientras, permíteme decirte que la condición de tu corazón es revelada por cómo respondes a la Palabra de Dios. Esto es lo que veremos en esta parábola en Lucas 8. En un momento dado, la condición de tu corazón es revelada por la forma en que respondes a la Palabra de Dios.
Empecemos en el versículo 4:
«Habiéndose congregado una gran multitud, y los que de varias ciudades acudían a Él (Jesús), les habló por parábola: El sembrador salió a sembrar su semilla; y al sembrarla, una parte cayó junto al camino, y fue pisoteada y las aves del cielo se la comieron. Otra parte cayó sobre la roca, y tan pronto como creció, se secó, porque no tenía humedad. Otra parte cayó en medio de los espinos; y los espinos, al crecer con ella, la ahogaron. Y otra parte cayó en tierra buena, y creció y produjo una cosecha a ciento por uno. Y al hablar estas cosas, Jesús exclamaba: El que tiene oídos para oír, que oiga» (vv. 4-8).
En otras palabras, no solo escuches con tus oídos físicos. Asegúrate de escuchar con los oídos del corazón.
Ahora, cuando Jesús terminó de decir esta parábola, sus discípulos se acercaron a Él y le preguntaron: «¿Qué significa esta parábola? ¿Qué quisiste enseñarnos a través de ella?» Y Jesús les explicó, empezando en el versículo 11: «La parábola es esta: la semilla es la Palabra de Dios».
En cada uno de estos cuatro casos, la semilla era la misma, el sembrador es el mismo. La semilla es la Palabra de Dios.
Ahora, permíteme detenerme antes de entrar a este pasaje. La interpretación principal de este pasaje, yo creo, se refiere a tres grupos de personas, los cuales aún no poseen la salvación, en comparación con el cuarto grupo, que sí la tiene.
En cuanto a la aplicación, yo creo que estos cuatro tipos de suelo representan cuatro respuestas diferentes que los creyentes algunas veces tienen hacia la Palabra de Dios. La manera en que respondemos a la Palabra de Dios expone la condición de nuestro corazón, y la tierra en este pasaje es un reflejo de nuestro corazón.
La semilla es la misma, el sembrador es el mismo, pero la diferencia en cada caso es el terreno. Esto es lo que hizo la diferencia al final.
Lo que hace la diferencia en los resultados y el fruto que obtengas de tu vida es la condición del terreno de tu corazón. Tú puedes ser, en un momento dado, cualquiera de estos tipos de suelo –cualquiera de estas cuatro condiciones diferentes del corazón— y es increíble cuán rápido podemos cambiar del uno al otro.
Un día puedes tener un corazón con una tierra buena, pero en 24 horas, ¿sabías que tu corazón puede volverse una tierra dura? Vamos a ver cómo esto puede suceder.
Veamos estas cuatro condiciones diferentes del corazón, versículo 12: «Y aquéllos a lo largo del camino son los que han oído». ¿Qué fue lo que ellos oyeron? La Palabra de Dios—la semilla que fue sembrada.
«…pero después viene el diablo y arrebata la palabra de sus corazones, para que no crean y se salven».
Este es el camino duro. Esta es la tierra dura. La semilla cayó ahí, pero el camino ha sido desgastado y endurecido porque las personas han caminado a través de este camino una y otra vez. La semilla no pudo penetrar en la tierra. Se quedó solamente en la superficie, así que los pájaros vinieron —o como Jesús explica, Satanás vino y se llevó la semilla. Y nunca dio fruto.
¿Qué quiere decir tener este tipo de corazón? Es el corazón que escucha la Palabra de Dios, pero la Palabra no puede penetrar porque no estamos haciendo nada respecto a lo que escuchamos.
¿Sabías que cada vez que escuchas la Palabra de Dios —ya sea en tu devocional, a través de Aviva Nuestros Corazones o en otro programa cristiano en el radio, o en la predicación de tu pastor— que siempre que oigas la Palabra de Dios tienes que hacer algo respecto a lo que escuchaste?
Cada vez que no haces algo respecto a lo que escuchaste, ¿sabes lo que estás haciendo? Estás haciendo un camino en tu corazón donde la semilla no penetrará fácilmente la próxima vez. Estás endureciendo tu corazón.
Es por esto que Santiago nos dice que no seamos solo oidores de la Palabra sino hacedores (1:22, parafraseado). Es por esto que el autor a los Hebreos dice en el capítulo tres: «Antes exhortaos los unos a los otros cada día…no sea que alguno de vosotros sea endurecido por el engaño del pecado» (v. 13).
¿Sabes lo que quiere decir? Que a tu corazón le toma menos de 24 horas pasar de ser una tierra blanda a ser una tierra dura. ¿Y cómo es que sucede esto? Sucede cuando escuchas algo de la Palabra de Dios, pero no haces nada al respecto.
Este es uno de los mayores peligros, por cierto, de crecer como lo hice yo, expuesta a la Palabra de Dios desde el nacimiento. Claro, es una enorme bendición, y agradezco al Señor por esto, pero ¿cuál es el peligro? Que yo sé mucho más, a veces, incluso que lo que estoy viviendo en realidad. O cuando escucho algo otra vez siento como: «Ya había escuchado yo eso antes, yo ya sé eso». Hay veces que me encuentro leyendo la Escritura con esos ojos vidriosos otra vez: «Yo he estado ahí, yo he hecho esto, yo ya sé eso».
Esto no penetra en mi corazón, y eso es peligroso. Es por eso que necesitamos meditar en la Escritura, y asegurarnos de que cada vez que nos expongamos a ella, respondamos en adoración, oración, alabanza, y obediencia. Lo que sea que las Escrituras te estén mostrando, hazlo antes de avanzar al siguiente pasaje.
Ahora, el versículo 13 nos dice: «Y aquéllos sobre la roca son los que, cuando oyen, reciben la palabra con gozo».
Ellos aman las cosas que escuchan en Aviva Nuestros Corazones. Ellos aman la verdad cuando la escuchan. Ellos entienden una nueva verdad y dicen, «esto es maravilloso».
Pero no tienen raíz, entonces, ¿qué pasa? «Creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan» (RV1960). Ves, todas estas verdades Dios las está usando para enviar un avivamiento a tu corazón. No es suficiente solo recibir todas estas verdades con entusiasmo.
Necesitas echar raíces en tu corazón con cada una de estas verdades. De otra manera, cuando venga el tiempo de la prueba, serás el primero en apartarte de estas verdades que Dios está usando para hacerte libre.
Después el versículo 14 nos dice: «Y la semilla que cayó entre los espinos, estos son los que han oído, y al continuar su camino son ahogados por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, y su fruto no madura».
Bueno, si este versículo no describe lo que es tratar de vivir una vida cristiana en el siglo 21, no sé qué lo hará. Tenemos muchas oportunidades de escuchar la Palabra de Dios. ¿Pero qué pasa?
Los afanes, las riquezas, los placeres de esta vida ahogan la Palabra de Dios, y no damos fruto.
Tenemos muchos avances tecnológicos, pero a veces no sé si son una bendición o una maldición. Estoy muy agradecida por ellos en muchas maneras. Los utilizo mucho. Pero hay algunas cosas, como el correo electrónico, que pueden ser una enorme distracción para mí al buscar al Señor con todo mi corazón —-cosas que me impiden escuchar y responder a Dios.
«Las preocupaciones, las riquezas, los placeres de esta vida» —se refiere a ocupaciones, sobre todas las cosas que acumulamos y que creemos que necesitamos, sobre todas las distracciones.
Miren, algunas de sus familias están demasiado ocupadas. Ahora bien, no estoy diciendo cuánto es demasiado. Pero si estás tan ocupada como para no buscar a Dios y responder a Él, entonces estás demasiado ocupada. Necesitas deshacerte del desorden, de las distracciones, de esas cosas, cualesquiera que sean, que te impiden dar fruto espiritual —de las cosas que estén ahogando la Palabra de Dios en tu corazón.
Pero, el versículo 15, nos dice que algunas semillas cayeron en buena tierra. Jesús dijo: «estos son los que han oído la palabra con corazón recto y bueno, y la retienen, y dan fruto con su perseverancia».
En la primera parte de este pasaje, cuando Jesús nos cuenta esta parábola, Él dijo: «y llevó fruto a ciento por uno». Esa es una enorme y abundante cosecha, y eso es lo que Dios quiere para tu vida. Él quiere que des fruto. Él es glorificado cuando tu vida lleva mucho fruto. ¿Y cómo pasa esto? Cuando tú no solo oyes la Palabra sino que también la haces.
Guarda tu corazón. Asegúrate de que tu corazón sea tierno, sensible y receptivo al Señor. Tú dices: «Es ahora». Asegúrate de que lo hagas más tardar en una semana.
Por eso necesitas estar cerca de otros creyentes que te ayuden a ver esto y a perseverar para cumplirlo. Estas son personas que retienen la palabra fuertemente en un corazón honesto y bueno, y ellos producen fruto con paciencia, con perseverancia.
Recuerda, el fruto que Dios quiere producir en tu vida no aparecerá de la noche a la mañana. Estamos en este largo trayecto, hasta que veamos a Cristo —buscando, presionando, perseverando, y permaneciendo pacientemente hasta que Dios produzca ese fruto en nuestras vidas.
Ahora, hoy quiero dar otras sugerencias específicas mientras piensas en avanzar en este asunto del avivamiento. La primera es esta: Recuerda que lo que se necesita para obtener avivamiento es lo que se necesita para mantener el avivamiento.
Déjenme decirlo nuevamente: lo que se necesita para obtener avivamiento es lo que se necesita para mantenerlo. Piensa en las verdades básicas que Dios ha estado usando para liberarte durante estas semanas pasadas:
- Humildad
- Honestidad
- Arrepentimiento
- Santidad
- Obediencia
- Una limpia conciencia
- Perdón
- Caminar en el Espíritu
Estas son las mismas verdades que te harán capaz de experimentar un avivamiento continuo cada día por el resto de tu vida.
Si tú continúas viviendo en estas verdades, si continúas respondiendo a esas verdades, tú continuarás experimentando avivamiento fresco desde ahora hasta que veas a Jesús. Es por eso que es importante que tú regreses a esos principios fundamentales una y otra, y otra vez.
Por cierto, esa es la razón por la que esta serie ha sido de tanto bien para mí. He tenido que prepararme. He enseñado estos principios antes, los he escuchado muchas veces. Pero mientras me he preparado para estos estudios, Dios ha hecho una obra fresca en mi propio corazón —no tanto enseñándome cosas que no sabía antes, sino recordándome las cosas que ya sabía y refrescando mi respuesta y obediencia en estas mismas áreas.
Necesitas repasar estos principios una y otra y otra vez, hasta que sean grabados en tu corazón, en tu mente, en tu vida.
Recuerda la «ambulancia de gracia», por ejemplo. Si no escuchaste ese programa, querrás obtener la serie para que puedas oír cómo Dios envía su gracia rápidamente a la escena de nuestra necesidad cuando nos humillamos y clamamos a Él.
Eso es algo que necesitas cada momento por el resto de tu vida —aprender a clamar a Dios y decir, «Señor te necesito. No puedo hacer esto sin ti». Y Dios enviará Su gracia, Su deseo sobrenatural y Su poder para ayudarte y suplir tu necesidad.
Si lo echas a perder, vuelve al arrepentimiento. Si empiezas a caminar en la carne, vuelve a caminar en el Espíritu. Los mismos principios que Dios usó para avivar tu corazón son los mismos principios que mantendrán tu corazón sensible y avivado ante Dios.
Ahora, hay algo más que tienes que saber, y es que el avivamiento involucra un punto de inicio y un proceso. Déjenme explicar eso. Tanto el punto de inicio como el proceso son esenciales.
El punto de avivamiento es algo que tal vez tú has escuchado durante las semanas pasadas. Quizás digas, «Dios ha avivado mi corazón a través de esta serie». Pero ese punto de avivamiento debe estar seguido por un proceso constante, un avivamiento que dure toda la vida.
No es suficiente solo tener un punto de inicio. Ese es el lugar de inicio. No puedes entrar al proceso si no tienes un punto de inicio, pero el punto de avivamiento tiene que estar seguido por un proceso constante de avivamiento.
Eso aplica en muchas áreas diferentes. Por ejemplo, puntos de arrepentimiento a los que llegamos —puntos de confesión, puntos de buscar el perdón de Dios— son importantes, pero tienen que estar seguidos por un proceso constante de arrepentimiento que dure toda la vida, limpiando nuestra consciencia, y perdonando a otros.
Creo que esto es lo que muchos cristianos ignoran. Tienen una gran experiencia emocional, o asisten a un curso o escuchan algún gran mensaje, y sus corazones son realmente tocados. Responden y obedecen inicialmente.
Y piensan, «ya está. Ahora mi matrimonio deberá ser genial. Ahora mi familia deberá estar muy bien. Ahora mi vida deberá permanecer en excelente forma». No se dan cuenta de que necesitan un proceso continuo, renovar sus mentes y reconstruir sus vidas alrededor de la Palabra de Dios constantemente.
Ahora, aquí está el peligro. Si olvidas el proceso —si solo pasas por la experiencia del avivamiento, o el punto de arrepentimiento, o un punto de obediencia— pero no continúas en el proceso, entonces, esto es lo que sucederá.
Habiendo probado y experimentado el avivamiento de Dios en tu vida, si no continúas en el proceso, hay un peligro de que no solo vuelvas a como estabas antes, sino a un lugar aún peor de como estabas antes.
Déjenme ilustrar eso en la Escritura, en Lucas en el capítulo 11. Tú recuerdas este pasaje, donde Jesús dijo: «Cuando un espíritu maligno sale de una persona, va por lugares áridos buscando un descanso. Y al no encontrarlo, dice: "Volveré a mi casa, de donde salí". Cuando llega, la encuentra barrida y arreglada» (vv. 24-25, NVI).
El espíritu maligno fue echado fuera, y ahora la casa está limpia, pero vacía. Nada ha sido puesto en lugar de él, así que el espíritu maligno «va y trae otros siete espíritus más malvados que él, y entran a vivir allí. Así que el estado final de aquella persona resulta peor que el inicial» (v. 26, NVI).
Verás, si no pones en tu vida la gracia de una vida llena del Espíritu en el lugar de las cosas que has quitado de tu vida, entonces es posible que esas cosas que has quitado regresen y sean aun peores de lo que eran antes.
No es suficiente deshacerte de la amargura, necesitas poner el perdón. No es suficiente deshacerte del pecado, necesitas la justicia o la rectitud. No es suficiente deshacerte de la carne, necesitas el Espíritu de Cristo.
Luego, recuerda esto: las piezas de carbón se mantienen calientes si permanecen juntas, pero se enfrían si están separadas. Piensa en las últimas piezas de carbón que han quedado en tu fogata, si quieres que se mantengan ardiendo, necesitas amontonarlas juntas. Si dejas que una de ellas se separe, muy pronto se apagará. Esa es la forma en el cuerpo de Cristo cuando llega un avivamiento. Por eso necesitas permanecer cerca de otras personas que están comprometidas con buscar a Dios en serio.
Necesitas tener entre tus amigos a aquellos que buscan a Dios con todo su corazón. ¿Por qué? Porque necesitas ánimo, necesitas responsabilidad, necesitas la oración, y necesitas personas que te digan: «¿Por qué te estás quejando? ¿Estás amargándote? ¿Cómo ha estado tu tiempo con Dios? ¿Estás caminando en el Espíritu? ¿Cómo puedo orar por ti? ¿Qué está haciendo Dios en tu corazón?» Necesitamos estar preguntándonos esto unos a otros, manteniendo nuestros corazones cerca unos de otros mientras buscamos estar cerca del Señor.
Y luego finalmente, no solo necesitas estar cerca de otros que tienen un corazón avivado por Dios, sino que también necesitas involucrarte en las vidas de las personas que no lo tienen aún.
Quiero retarte a pedirle a Dios que te haga un instrumento de avivamiento en las vidas de otros en los días que vienen. Si has estado siguiendo la serie, tú has estado experimentando algo de la obra de la gracia avivadora Dios en tu vida.
Dios quiere usarte como instrumento de avivamiento en las vidas de otros. No puedo decirte cuán frecuentemente recibimos cartas o correos electrónicos de nuestros radioescuchas, «yo soy la única persona en mi familia que está buscando a Dios». O personas que sienten que son solo unos pocos que realmente buscan a Dios, un remanente muy pequeño en su iglesia local.
Déjame advertirte en contra de criticar a otros por no buscar a Dios de la forma que lo haces tú. Tan pronto como eres crítico, has dejado de caminar en humildad, y ahora eres una persona que necesita avivamiento. Pídele a Dios que te dé un corazón compasivo, con carga por aquellos en tu familia, aquellos en tu iglesia, y aquellos en tu comunidad que no están siguiendo al Señor.
Arrodíllate. Intercede. Clama a Dios por aquellos que amas y que no están buscando al Señor. Y mientras lo haces, busca uno o dos creyentes con el mismo corazón y oren por avivamiento.
Oren por avivamiento en sus familias, en sus matrimonios, y entre sus hijos. Oren por avivamiento en su iglesia. Háganlo de una manera que no critique a su iglesia o a su pastor. No oren diciendo: «Señor, si nuestro pastor predicara más sermones ungidos, nuestra iglesia tendría avivamiento».
No, oren en espíritu de humildad. Levanten las manos de su pastor. Oren para que él sea un hombre de Dios. Oren para que él sea lleno del Espíritu de Dios. Pidan que Dios envíe Su avivamiento a su iglesia.
Ora para que Dios envíe Su avivamiento a tu casa, a tu comunidad, y a nuestro mundo. Que tu vida cree hambre y sed de Dios en los corazones de las personas a tu alrededor. Comparte con personas el mensaje de tu vida, «esto es lo que Dios ha estado haciendo en mi vida».
Sé honesta y abierta al compartir con los demás. No conozco tu historia. Sea la que sea, compártela con otros. Compártela no solo cuando hayas triunfado, sino también cuando lo hayas echado a perder. Comparte cómo te arrepentiste y cómo Dios te ha dado Su gracia restauradora. Es el poder de un mensaje de vida lo que crea hambre y sed.
Y déjame animarte: si tú no has completado el libro de En Busca de Dios: El Gozo de un avivamiento en la relación personal con Dios. Ahora que has escuchado la serie en Aviva Nuestros Corazones, quiero animarte a obtener el libro y a leer este material una vez más. Son los mismos temas, pero diferente contenido. Júntate con un grupo pequeño para estudiar y buscar al Señor con estos mismos principios. Tú puedes ser un instrumento de avivamiento.
Tal vez tú ya hayas leído el libro. Júntate con un grupo nuevo y repásalo una vez más. Tú dices, «ya hice eso». Hazlo de nuevo. Necesitas recordatorios, y así es como puedes ser un instrumento de avivamiento en las vidas de otros.
Annamarie: Espero que la enseñanza que has escuchado hoy de Nancy DeMoss Wolgemuth caiga en tu corazón como semilla en tierra buena.
Si no tienes tu copia del libro «En busca de Dios», lo puedes adquirir a través de nuestro sitio web, AvivaNuestrosCorazones.com; nunca es tarde para comenzar el estudio. Y si lo estás concluyendo y Dios ha estado obrando en tu vida, te animamos a compartir lo que Él ha estado haciendo en ti con otras personas.
De los momentos más importantes a lo largo de esta serie han sido los momentos de oración por avivamiento. Mañana concluiremos esta serie escuchando otro de esos momentos, así que acompáñanos y juntas clamemos a Dios para que avive nuestros corazones y los corazones de su pueblo.
Buscando a Dios juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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Recursos del Episodio
En busca de Dios | Semana 11
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