La soledad en tiempos de crisis
Débora: Con nosotras, Kim Jaggers.
Kim: Cuando corro a Dios y le entrego mis cargas, desde las más abrumadoras hasta las más simples del día a día, ahí es donde viene la fuerza. Ahí es donde Él nos lleva al camino que nos da la paz que sobrepasa todo entendimiento. Nos da fuerza para seguir adelante.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 6 de diciembre de 2023.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Si no has estado con nosotras durante los últimos episodios, hemos estado escuchando una historia muy conmovedora de Kim Jaggers, quien está aquí con nosotras. Estamos en el proceso de ver, de contemplar cómo Dios saca tesoros de las tinieblas y belleza de las cenizas. Si eres como yo, puede que mientras escuchabas el episodio anterior tus ojos se llenaran de lágrimas, así como los de Kim. Y …
Débora: Con nosotras, Kim Jaggers.
Kim: Cuando corro a Dios y le entrego mis cargas, desde las más abrumadoras hasta las más simples del día a día, ahí es donde viene la fuerza. Ahí es donde Él nos lleva al camino que nos da la paz que sobrepasa todo entendimiento. Nos da fuerza para seguir adelante.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 6 de diciembre de 2023.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Si no has estado con nosotras durante los últimos episodios, hemos estado escuchando una historia muy conmovedora de Kim Jaggers, quien está aquí con nosotras. Estamos en el proceso de ver, de contemplar cómo Dios saca tesoros de las tinieblas y belleza de las cenizas. Si eres como yo, puede que mientras escuchabas el episodio anterior tus ojos se llenaran de lágrimas, así como los de Kim. Y aunque lo que nos compartió ayer fue hace más de 15 años, es evidente que todavía permanece muy fresco para ella, no solo el dolor, sino también la bondad y la gracia de Dios en medio del dolor.
Kim, sé que algunas de las que están escuchando el episodio de hoy, tal vez no estuvieron con nosotras en los últimos días. Pero pueden ir a avivanuestroscorazones.com y escuchar el audio o leer la transcripción. Y Kim, ¿podrías hacer un resumen de lo que has compartido con nosotras y luego continuar con la historia?
Estuviste casada con Rick, tuvieron un precioso niño de tres años y luego un pequeño de un año de edad que tenía serias necesidades físicas al nacer. Hubo una larga estadía en el hospital y muchas visitas dentro y fuera del hospital. Con solo un año de edad, Ben necesitó una cirugía mayor muy delicada y potencialmente mortal. Pero en medio de todo eso recibiste otro duro golpe. Llévanos a esa parte de tu historia.
Kim: Fue durante este tiempo, mientras Ben estaba en cirugía, que mi esposo se quitó la vida. La mayoría de los hombres quieren ser capaces de arreglar las cosas, y nuestra vida se había hecho pedazos. Nadie podía arreglar nuestras circunstancias. Ben estaba muy enfermo, nuestras finanzas se habían desmoronado y habíamos perdido nuestra casa. Durante este tiempo, Rick, en lugar de volverse al Señor, se había vuelto a la cocaína, adicto a las drogas. Los acontecimientos de nuestras vidas continuaron yendo cuesta abajo. Nuestro hijo, Ben, se enfermaba cada vez más, hasta que finalmente requirió de una cirugía muy arriesgada, pero los médicos nos habían dicho que probablemente no sobreviviría.
Fue durante ese tiempo, mientras Ben estaba en cuidados intensivos después de salir de esa cirugía, que Rick desapareció. Él estuvo desaparecido durante cinco días. Al quinto día la policía lo encontró. Él se había quitado la vida.
Nancy: Así que tú estabas en la unidad de cuidados intensivos con tu hijo muy enfermo, habías descubierto que tu esposo era adicto a las drogas, y entonces te enteraste de que tu esposo había muerto. Kim, al escuchar tu historia es evidente que hay dos lugares a los que podemos acudir cuando llegan los problemas. Y no es cuestión de si llegan los problemas, sino de cuándo llegan. Los problemas habían llegado a tu familia y tu esposo no escogió volverse al Señor en ese tiempo de dificultad. Y sin duda, él hizo algunos intentos, algunos esfuerzos tal vez, pero al final solo se desesperó de la vida misma y tomó el camino que conduce a la muerte.
Y en medio de todo eso tú estabas atravesando las mismas circunstancias. Como madre, no sabías si tu hijo iba a sobrevivir y poco después perdiste a tu esposo. En ese momento tú misma podrías haberte desesperado. Y no hay duda de que hubo muchos momentos en los que quisiste hacerlo.
Kim: Así es. Hubo muchos momentos en los que quise morir. Quise darme por vencida; pensé: «Señor, no puedo soportar esto». Pero por la gracia de Dios, escogí creerle. Escogí correr hacia Su Palabra para llevar cautivo cada pensamiento y emoción hacia lo que decía Su Palabra. Eso es lo que me mantuvo de pie. Fue Él, y solamente Él. No existe una dosis extra de fuerza en mí. No manejo las cosas mejor que nadie, sino que es Dios quien me ayuda cuando trato de hacerlo.
Cuando corro a Dios y le entrego mis cargas, desde las más abrumadoras hasta las más simples del día a día:
- Ahí es donde viene la fuerza
- Ahí es donde Él nos lleva al camino que nos da la paz que sobrepasa todo entendimiento
- Nos da fuerza para seguir adelante
- Nos da un gozo que las circunstancias difíciles no nos pueden robar
- Ahí es donde nos encontramos con esa gracia de saber escoger lo que Dios dice, y luego escoger obedecer de todo corazón
- Ahí es donde podemos ir a Él cuando la vida se sale de control.
Nancy: Algunas personas dirían que estás negando la realidad al adoptar ese tipo de enfoque o que estás siendo ingenua. Es como si estuvieras jugando «el juego del gozo», fingiendo que todo está bien. Pero realmente sentiste ese dolor punzante y desgarrador, y lo llevaste al Señor. ¿Te encontraste siendo realmente honesta con el Señor acerca de lo que estabas experimentando?
Kim: Oh, sí. Tenía todas las emociones que se podía esperar que tuviera en esas circunstancias. Estaba enojada, furiosa. Incluso, en un momento pensé: «Señor, he tratado de seguirte con todo mi corazón y las cosas no han salido bien, no es lindo». Creo que una de las más grandes mentiras que el enemigo va a utilizar es que creas que una vez que eres cristiana todo funcionará de maravilla.
Nancy: Y sin embargo, desde que te convertiste las cosas comenzaron a desmoronarse en cuanto a tus circunstancias.
Kim: Eso es correcto. Las cosas para mí fueron en la dirección opuesta. Pero Dios es Dios, y podemos confiar en Él. Él puede darnos una perspectiva para disfrutar de la vida de una manera que no dependa de nuestras circunstancias. Cuando digo disfrutar no quiero decir que no me moleste, que no pasen cosas que no me gustan. La realidad es que siguen sucediendo cosas que no me gustan. Pero yo sé que Dios es capaz de tomar todas esas cosas y sacar belleza de las cenizas, llevar el óleo de alegría para aquellos que están de luto.
El enemigo quiere mantenernos derrotados todo el tiempo, no solo por nuestras circunstancias, sino por nuestras emociones y por lo que creemos acerca de Dios. Es por eso que tenemos que correr a Él diariamente por Su verdad. El enemigo es el gran mentiroso, el gran engañador, y él no quiere que pensemos correctamente las cosas. La Biblia dice: «Pues como piensa dentro de sí (el ser humano), así es él» (Prov. 23:7). Necesitamos tomar nuestros pensamientos y filtrarlos por la santa Palabra de Dios, para que de esa manera podamos atravesar las circunstancias difíciles en esta vida, aunque no sea agradable, ni fácil, ni bonito, la mayor parte del tiempo. Pero podemos caminar en victoria cuando nos mantenemos caminando hacia Jesús.
Nancy: Y realmente encontraste que la Palabra de Dios fue un ancla para tu corazón en esos días tan turbulentos y emocionalmente desesperantes.
Kim: Sí, un ancla diaria. En ese momento tenía dos niños pequeños de 1 y 3 años. Era una madre soltera que nunca pensó que sería madre soltera. Había salido de la casa de mis padres a la casa de Rick. Siempre había tenido a alguien que se ocupaba de cosas como la gasolina, cambiar el aceite del vehículo, cortar el césped, todas esas cosas que yo ni siquiera sabía qué hacer. Además de eso tenía un bebé que necesitaba medicación cada hora y media durante todo el día. Estaba agotada físicamente. Ben tenía tantos cables que salían de su cuerpo que si en la noche se daba la vuelta una alarma sonaba. Y no solo me levantaba para darle la medicina, también me despertaba con esas alarmas. Yo estaba totalmente agotada.
Nancy: En esa condición tan agotadora, ¿cómo encontraste tiempo para sumergirte en la Palabra?
Kim: Oraba para que Dios multiplicara mi tiempo, para que me diera energía y hambre de Él. Me levantaba intencionalmente a las 5 de la mañana. Antes de tomar café, iba a Su Palabra. Él me fortalecía, me daba energía. Dios me daba una palabra muy específica que yo sabía que iba a necesitar ese día. A medida que los niños crecían, Ben me miraba a veces y decía cosas como: «Mamá, estás de mal humor. ¿No leíste tu Biblia hoy?» Ellos se daban cuenta si yo había tenido ese tiempo con el Señor, porque todo mi semblante cambiaba si no lo había tenido. No puedo pasar un día sin leer la Palabra, y la leo varias veces durante el día. Tengo la mano en mi Biblia en este momento porque me da una sensación de seguridad y de dirección.
Nancy: Cuando las Escrituras dicen que: «…el hombre no solo vive de pan, sino que vive de todo lo que procede de la boca del Señor», ¡eso es verdad! (Deut. 8:3).
Kim: ¡Eso es verdad! Y vivir, para mí, es una palabra clave, porque queremos vivir en victoria. Y para eso debemos vivir con el Señor todos los días. Tenemos que prepararnos para los tiempos difíciles que vendrán. Puedes estar pasando por un buen momento ahora mismo. Pero no puedes descuidar Su Palabra porque la necesitamos todos los días. Tenemos que prepararnos para las batallas que vendrán.
Nancy: Creo que eso es de lo que Jesús estaba hablando en Mateo 7, donde Él habla de dos hombres que construyeron sus casas. Él dice que cada persona que escucha Su Palabra y la pone en práctica –el que arriesga su vida por ella, la cree y la obedece– es como el hombre que construyó su casa sobre la roca, sobre un cimiento fuerte y sólido. Y cuando las tormentas de la vida vienen (y repito, tarde o temprano, siempre llegan), la casa se mantuvo firme.
Pero Jesús dijo que la persona que oye Sus palabras y no las pone en práctica (puede conocer Su Palabra intelectualmente, pero si no la recibe con fe ni la pone en práctica), esa persona es como el hombre que construye su casa sobre la arena, con cimientos débiles y frágiles. Y cuando llegan las tormentas esa casa se hunde (ver Mateo 7:24-27).
La manera en que respondemos cuando estamos bajo presión, cuando la vida se desmorona, cuando la vida se complica, es una evidencia de si hemos estado construyendo nuestra vida sobre la Palabra de Dios. Una vez que estás en la crisis, ya es demasiado tarde. Quiero decir, en realidad no es demasiado tarde, pero es mucho mejor comenzar por adelantado a preparar nuestros corazones para lo que la vida puede traer: circunstancias que están a la vuelta de la esquina de las que no tenemos ni idea. Debemos estar ceñidas con toda la armadura de Dios, teniendo nuestras mentes y nuestros corazones atados a la Palabra de Dios.
Y Kim, eso es lo que habías estado haciendo durante esos años hasta este punto; habías estado viviendo en la Palabra de Dios y dejándola a ella vivir en ti. Cuando tocaste fondo, y ese fondo se desvaneció, tenías un ancla. Tenías un fundamento sólido. Aunque tu mundo se desmoronó, tu casa había quedado firme.
Kim: Porque Dios es quien Él dice ser. Ciertamente lo necesitamos en los días difíciles. Pero, sabes, Él hace que los días buenos sean aún mejores. Cuando pensamos acerca de una vida plena, no hay nada como una relación con Cristo. ¡Eso es lo más maravilloso!
Y la gente pudiera decirme que las cosas van bien para mí ahora porque volví a casarme. Pero lo cierto es que todo eso es solo la decoración del pastel. Dios es mi pastel. ¡Él es mi todo! Yo nunca pediría atravesar ese camino tan duro, pero no conocería a Dios como lo conozco ahora.
No hay nada más dulce, nada más rico que una verdadera relación personal con Jesucristo. Tú nunca encontrarás eso en una religión. Tú nunca encontrarás eso en ningún lugar, excepto en la persona real de Jesús. Y si no lo conoces, ¡oh, cuánto necesitas conocerlo!
Nancy: Fue conocerlo a Él y conocerlo a través de Su Palabra, lo que te guió durante los días duros y largos que tenías por delante después de perder a tu esposo, y todavía con tu pequeño niño enfermo. Pero hay algo más que Dios usó en tu vida. Al escuchar tu historia, Kim, veo que la iglesia de Cristo fue un maravilloso medio de gracia durante ese tiempo. Háblanos sobre algunas de las necesidades que experimentaste siendo una madre joven soltera con un hijo enfermo, y cómo Dios usó Su pueblo, la iglesia para ministrarte en esa temporada difícil.
Kim: En ese punto habíamos iniciado la construcción de una casa. Yo estaba en la Iglesia Bautista Westpark, una iglesia pequeña de la zona, y ellos vinieron y terminaron esa casa para mí. Trabajaron en ella; construyeron ese hogar para mí. La gente venía y se sentaba conmigo, no necesariamente para hablar, sino para acompañarme o para que yo pudiera tomar una siesta. Los pañales llegaban a mi puerta. En un momento dado, cuando estábamos mejor y podíamos ir a la iglesia, tenía poco dinero para la gasolina. Me di la vuelta y estreché la mano de un hermano de la iglesia que me saludaba, y él puso un billete de 20 dólares en mi mano, lo que me permitió llegar a casa.
Dios me mostraba Su amor una y otra vez a través de otras personas. Las hermanas de la iglesia me enviaban cartas anónimas con versículos que eran tan necesarios para cada día. Recuerdo un día en particular, (y las que tienen hijos saben que algunas veces están alborotados) …recuerdo que estaba agotada y sabía que tenía que levantarme para disciplinarlos. Yo estaba cansada y pensando: «Señor, ayúdame». Fui a mi buzón de correos y había una tarjeta que decía: «Seré un Padre para los huérfanos». La iglesia fue muy intencional en ser las manos y los pies de Dios. Fueron intencionales en reflejar a Jesús a través de ellos.
Nancy: ¿Ellos tomaron la iniciativa en todo esto, o en algún momento fuiste y les dejaste saber que tenías una necesidad?
Kim: Bueno, es toda una experiencia de humildad, porque es difícil ser realista y decir: «Me estoy desmoronando. Necesito a alguien que me ayude». Pero eso permite que otras personas reciban una bendición cuando son capaces de bendecir. Había días en que tenía que despojarme de esa mentalidad orgullosa de: «me puedo cuidar yo sola», y decir: «Señor, esto está pasando en mi vida, ¿podrías ayudarme?» Por la gracia de Dios, ellos fueron buenos e intencionales en hacer muchas cosas por mí y por mis hijos.
Nancy: ¿Cómo ministraron a tus hijos?
Kim: Bueno, algunos hermanos de la iglesia eran muy buenos jugando a la lucha libre con los chicos. Ellos tienen la necesidad de identificarse con los hombres. Así que algunos hermanos de la iglesia venían a veces solo para jugar con ellos, o traían a sus hijos a jugar. En ese momento, creo que eso le permitía particularmente a Will, que ya era más grande, ver a hombres piadosos. Él estaba lidiando con lo que su padre había hecho y cómo se relacionaba eso con Dios. Así que él fue capaz de ver a Dios en los hombres de maneras muy prácticas.
Nancy: ¿Sabías que la gente estaba orando por ti durante ese tiempo?
Kim: Sí. Al igual que las tarjetas con los versículos, la gente me decía que oraba por mí y por mis hijos. Eso fue tan maravilloso… El enemigo es muy bueno lanzándonos dardos de fuego. Él quiere derribarnos y mantenernos derrotadas. Esas oraciones proporcionaron protección para mi familia, y todavía lo hacen. La oración es una clave tan importante. Todo lo que estemos haciendo debe ser llevado en oración.
Nancy: Durante los años siguientes, ¿cuáles dirías que fueron algunas de las más grandes batallas y dificultades a las que te enfrentaste como madre soltera con niños pequeños? ¿Qué fue lo más duro de ser madre soltera con niños pequeños?
Kim: Es muy doloroso recordar lo feliz que fuiste en tu matrimonio y que ahora no tengas ese compañero de vida que fue el padre de tus hijos. Recuerdo muchas veces querer decir: «¿Sabes lo que hizo tu hijo hoy?» Yo quería compartir eso con Rick, pero tenía esa sensación de vacío de que ya no podía compartir ese momento con el que fue su papá.
Fue difícil porque yo no quería reemplazar a Rick con alguien más. Creo que el enemigo nos puede tentar a creer que solo tenemos que llenar ese vacío con otra persona. Pero Dios me ministró a través de las mujeres de mi iglesia, ellas me dijeron que cuando yo empezara a considerar casarme de nuevo, les gustaría ayudarme a rendir cuentas en cuanto a cuáles eran los rasgos de un hombre piadoso que yo estaba buscando. De hecho, los escribimos y me hicieron responsable de ello.
Esa es la manera en que la iglesia interviene y nos ayuda a tomar buenas decisiones. Necesitamos estar conectadas al cuerpo de Cristo. Es tan difícil para las madres solteras estar conectadas a la iglesia. El enemigo quiere hacerlas sentir que no pertenecen allí. La familia de una madre soltera no se parece a las demás familias de la iglesia. Así que Satanás procura mantenerlas alejadas; esas madres están realmente cansadas. Hubo muchos momentos en los que pasar los domingos en pijama sonaba muy bien para mí. Pero sabía que tenía que ir a la iglesia y llevar a mis hijos.
A pesar de que yo era una de las pocas madres solteras en nuestra congregación, ellos se preocupaban mucho por mí y por mis hijos, por mostrarnos amor. Yo llegaba al estacionamiento y alguien iba y agarraba mi bolso de pañales y el monitor del corazón de Ben para ayudarme. ¡Cuánto significaba eso para mí!
Nancy: Se trata de un balance entre saber que necesitamos el cuerpo de Cristo sobre la base de la ayuda que recibimos de la iglesia, y así darnos cuenta de lo que tú llegaste a entender antes, y es que: en última instancia, no hay nada ni nadie que pueda llenar las necesidades más profundas de nuestro corazón, aparte de Cristo. No es un esposo, los hijos, o los amigos. Hay momentos en los que estamos solas. Y tú descubriste lo que luego se convirtió en un lema, una realidad para ti, que Cristo es suficiente.
Kim: Creo que Jesús me permitió tener suficiente tiempo a solas, suficiente tiempo en el que el teléfono no sonaba, las tarjetas con versículos no llegaban, y los chicos estaban dormidos. Y fue en esos momentos de soledad donde Él habló muy claramente a través de Su Palabra para consolarme, para levantar mi cabeza y decirme que podía seguir adelante. Me ayudó a aferrarme a Sus promesas de que Él sacaría belleza de las cenizas. Él se reveló a mi vida de una manera que sigue siendo preciosa para mí, ¡porque Él es suficiente! Todo lo demás es la decoración del pastel, todas esas cosas buenas. ¡Pero Jesús es mi razón para vivir, Él es tan real!
Y creo que muchas veces nos confundimos por lo que el mundo y la religión dicen acerca de Él, porque no hemos tomado el tiempo para desarrollar una verdadera relación de amor con el Rey de reyes. Eso es lo que mi corazón desea, que otros lo conozcan y prueben y vean que Él es bueno, no solo en los tiempos difíciles, sino también en los tiempos buenos, y que esos días son aún mejores cuando caminamos con Él.
Nancy: La historia que hemos estado escuchando esta semana nos permite ver dos cosas. En primer lugar, la vida puede ser increíblemente difícil. En segundo lugar, en todas y cada una de las circunstancias difíciles que enfrentemos, el Señor puede darnos Su paz de una manera que está más allá de la comprensión humana. A lo largo de los años, a menudo he encontrado esa paz llenando mi mente con la Palabra de Dios.
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth volverá mañana de nuevo con nuestra invitada Kim Jaggers. Sabremos qué pasó con Ben, el niño que tenía serias necesidades físicas y de salud. Regresa mañana con nosotras.
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