La señora Ley y la señora Gracia
Carmen Espaillat: Aquí está Jani Ortlund.
Jani Ortlund: Donde hay desaliento Dios puede crear esperanza de la nada. No necesitas traer nada. Dios puede crear esperanza. Él no necesita buenas condiciones, Él puede renovar tu matrimonio.
Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy DeMoss De Wolgemuth: Bueno, durante los últimos días, Jani Ortlund ha estado explorando qué significa ver el matrimonio a través de los ojos del evangelio. Sé que para nosotras, las que estamos casadas, nos ha dado algunas cosas realmente útiles en qué pensar. También es un mensaje para aquellas que están solteras. Ellas necesitan escuchar porque, en última instancia, se trata de amar a los demás así como Cristo nos ama. Y todas estamos llamadas a hacer eso en las diferentes temporadas de la vida y en nuestras variadas relaciones.
Jani ha estado contrastando dos …
Carmen Espaillat: Aquí está Jani Ortlund.
Jani Ortlund: Donde hay desaliento Dios puede crear esperanza de la nada. No necesitas traer nada. Dios puede crear esperanza. Él no necesita buenas condiciones, Él puede renovar tu matrimonio.
Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy DeMoss De Wolgemuth: Bueno, durante los últimos días, Jani Ortlund ha estado explorando qué significa ver el matrimonio a través de los ojos del evangelio. Sé que para nosotras, las que estamos casadas, nos ha dado algunas cosas realmente útiles en qué pensar. También es un mensaje para aquellas que están solteras. Ellas necesitan escuchar porque, en última instancia, se trata de amar a los demás así como Cristo nos ama. Y todas estamos llamadas a hacer eso en las diferentes temporadas de la vida y en nuestras variadas relaciones.
Jani ha estado contrastando dos tipos de mujeres que podemos ser: la señora Ley y la señora Gracia. Puedo decirte que personalmente, a veces me veo reflejando las características de la señora Ley, pero realmente quiero ser como la señora Gracia, no solo en mi relación con Robert, sino cuando interactúo con otras personas que el Señor ha puesto en mi vida. Bueno, estamos a punto de escuchar la tercera parte de este mensaje que se grabó en la Conferencia de Mujeres de la Coalición por el Evangelio (The Gospel Coalition Women´s Conference).
Jani es esposa y madre de cuatro hijos casados. Es charlista, autora y colaboradora habitual del blog de Aviva Nuestros Corazones. Y nuevamente, si no estás familiarizada con nuestro blog, quiero invitarte a que vayas a AvivaNuestrosCorazones.com. Tiene varios recursos excelentes para las mujeres en cada temporada de la vida.
Ahora, si tienes niños pequeños en casa mientras escuchas este programa, querrás saber que hacia el final del programa escucharás material sobre la intimidad en el matrimonio. Por lo tanto, es posible que desees asegurarte de que tus pequeños estén en otra habitación u ocupados haciendo otra cosa cuando lleguemos al final del programa.
Ahora, escuchemos la parte final de «El matrimonio a través de los ojos del evangelio». Aquí está Jani Ortlund.
Jani: Luego de haber visto los dos primeros puntos, déjame llegar a mi tercer punto ofreciendo cinco maneras en que Dios me ha ayudado. Todavía no estoy ahí, pero me esfuerzo por seguir adelante, olvidando lo que que sucedió en el pasado. Aquí hay cinco maneras en las que yo estoy tratando de vivir como la señora Gracia.
Quiero que sepan que todas podemos comenzar de nuevo. La Biblia habla una y otra vez sobre el avivamiento, la renovación. Puedes comenzar la renovación en tu matrimonio, comenzar de nuevo. Donde sea que te encuentres, da el siguiente paso en tu matrimonio hacia el perdón y la renovación.
Mi esposo y yo hemos estado casados por cuarenta años, y estamos teniendo el mejor momento que jamás hemos tenido. Esperamos que los próximos veinticinco años sean aún mejores. Nuestros mejores días están siempre por delante. No te rindas. Si estás en un mal lugar, no te rindas. Esto es lo que quiero que le pidas a Dios que te ayude a hacer, que renueve un espíritu recto dentro de ti.
¿Qué les dice Dios a los pecadores que se sienten atrapados, que sienten que nunca habrá ningún cambio? Él entiende. En Isaías 64:5 el pueblo se queja con Dios: «He aquí, te enojaste porque pecamos; continuamos en los pecados por mucho tiempo, ¿y seremos salvos?»
Mira, tenemos pecados viejos. Algunos de nuestros pecados vienen de nuestra infancia. Tenemos pecados fuertes que sentimos que no podemos superar. Tenemos pecados en los que nos sentimos tan justificadas porque ya ni pensamos en ellos como pecados. La única esperanza para nosotras está en la gracia de Dios. Para nosotras que sabemos lo que debemos hacer y luchamos por hacerlo, la gracia de Dios es lo único que puede derribar muros y curar heridas profundas y construir los romances más grandes del universo, que es lo que deben mostrar nuestros matrimonios.
Así que antes que nada, la señora Gracia es amable. Piensa en Efesios 4:31–32. Piensa, ¿alguna vez has usado esos versículos con tus hijos? Recuerdo un mal momento cuando mis cuatro hijos se estaban delatando el uno al otro. Como una gran madre cristiana, me enojé mucho con ellos e hice que se sentaran a memorizar estos versículos porque eso los haría ser buenos, ¿verdad? ¡Oh!
Tendemos a aplicarlo a los demás y no a incorporarlo a nuestro matrimonio. Mientras leo esos versículos, escúchalos y visualiza al hombre que prometiste amar en tu mente. Efesios 4:31–32:
«Sea quitada de vosotros toda amargura, enojo, ira, (y calumnia) gritos, maledicencia, así como toda malicia. Sed más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, así como también Dios os perdonó en Cristo».
Cada pecado que ves en tu cónyuge, Dios ya lo ha perdonado, por lo tanto tú también puedes. Me encanta esa palabra amable. Sean amables unos con otros. Veamos eso. Me dice mi esposo que es exactamente la misma palabra griega que Jesús usa en Mateo 11, donde dice: «Venid a mí todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. Tomad mi yugo sobre vosotros» (vv. 28-30). Él habla de «aprende de mí porque soy amable. Soy fácil. Mi yugo es amable. Mi yugo es fácil». Amabilidad significa fácil. Son las mismas palabras aquí.
Estás unida a tu esposo. ¿Lo estás haciendo fácil para él? Piensa cuando estás en una situación complicada, ¿cómo puedo hacer esto fácil para mi esposo? ¿Cómo puedo hacer que sea más fácil tener éxito conmigo como la mujer que eligió amar? ¿Cómo puedo abrirle la puerta y no cerrarla de golpe?
En segundo lugar, la señora Gracia tiene esperanza. Déjame leer Isaías 41:17-20. Escucha estos versículos:
«Los afligidos y los necesitados buscan agua, pero no la hay, su lengua está reseca de sed. Yo, el Señor, les responderé, yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. (Escucha lo que Él va hacer).
Abriré ríos en las alturas desoladas, y manantiales en medio de los valles; transformaré el desierto en estanque de aguas, y la tierra seca en manantiales. Pondré en los desiertos el cedro, la acacia, el mirto y el olivo; pondré en el yermo el ciprés, junto con el olmo y el boj, (¿ves el bosque que Él levanta en el desierto?) para que vean y entiendan, consideren y comprendan a una que la mano del Señor ha hecho esto, que el Santo de Israel lo ha creado».
Donde hay desaliento, Dios puede crear esperanza de la nada. No necesitas traer nada. Dios puede crear esperanza. Dios no necesita buenas condiciones. ¿Escuchaste el lugar desértico donde Él hizo que agua corriera y un bosque creciera? Él no necesita buenas condiciones. Él puede renovar tu matrimonio. Él no necesita buenas condiciones para lograr algo hermoso. Ríos en las alturas descubiertas; Él hace del desierto un estanque de agua. Soy justo el tipo de persona que Dios puede crear en una nueva persona, y tú también lo eres. Las misericordias creativas de Dios.
He sido testigo de eso en mi propio matrimonio. Cuando conocí a mi esposo, él era un estudiante de segundo año en el colegio Wheaton. Yo era estudiante de primer año. A mí realmente me gustó él desde la primera vez que lo vi entrar por el comedor. Traté de averiguar cuándo llegaba de practicar fútbol, cuál mesa de comida miraba primero y así tendría que ver a la pequeña Jani Giles comiendo. Me tomó ocho semanas lograr que me invitara a una cita. Pero nos enamoramos y salimos durante tres años y medio.
Pensé que me estaba casando con el atleta del campus. Él era el capitán de fútbol. Él era un estudiante con notas promedio; iba a ir al seminario para ser un pastor de jóvenes. Fue al seminario durante el último semestre que yo estaba terminando en Wheaton. El Señor se apoderó de su mente y de su corazón. No nos vimos del 16 de agosto al 16 de diciembre porque no teníamos suficiente dinero para viajar y volar de Dallas a Wheaton. Esa fue la edad oscura, sin teléfono celular, sin correo electrónico; las llamadas telefónicas de larga distancia eran muy caras. Así que no nos veíamos.
Ese semestre Dios realmente se apoderó de su corazón. Me debí haber dado cuenta cuando en la luna de miel él sacó unas tarjetas de memorización de hebreo. (Risas) Y cuando dijo: «Ahora cariño, necesito ir a estudiar mi hebreo. Yo te voy a dar estas asignaciones de la clase de Howie Hendricks sobre los métodos inductivos de estudio de la Biblia que tomé este último semestre. Estas dos semanas juntos dejaré que trabajes en estas asignaciones. Ahora, tu primera asignación es abrir tu Biblia en Hechos 1:8 y escribir veinticinco observaciones».
Fui y me puse mi negligé. Intenté todo. Pero ese hombre. . . (Risas) Recuerdo dos o tres meses después en nuestro matrimonio, yo no sabía con quién me había casado amigas. Lo siento. Él perdió veinticinco libras. Es decir, él ya no era el deportista del campus. Él era el erudito de la Biblia. No había negociado casarme con un erudito de la Biblia.
Recuerdo una noche, oh, estaba tan mal. No puedo creer que todavía esté casado conmigo. Él ha sido muy paciente. Él dijo: «¿A qué esposa no le encantaría tener un esposo que la guíe en la Palabra?» Él no fue cruel o malo. O sea, nos divertimos mucho juntos esas dos semanas. No sé por qué me ofendí por eso. Probablemente fue una idea preconcebida que tenía en mente, es algo que nosotras las mujeres tendemos a hacer.
Recuerdo una noche cuando estaba particularmente enojada con él por una pequeñez que hizo. Creo que tal vez fue que no llegó a matar una cucaracha en nuestra cocina lo suficientemente rápido. Él estaba estudiando su hebreo, y tuve que matar la cucaracha yo. (Risas) Pero recuerdo haberle dicho: «Me engañaste. Me pediste que me casara contigo y te has convertido en una persona diferente». Y él, querido Ray Ortlund, aquellas que lo conocen, saben que es el esposo más maravilloso para Jani. Él simplemente sonrió y dijo: «Sabes, creo que probablemente todas las esposas se sienten así». Me abrazó y lo discutimos, y superamos ese mal momento.
Pero necesitamos tener esperanza. Tal vez te sientas engañada en tu matrimonio. Tal vez no tienes el lujo que yo tengo de decirte cuarenta años en el futuro, «Él no me engañó. Él me amó, y Él se preocupó por mí. Él ha demostrado esto año tras año, mes tras mes, semana tras semana, día tras día, hora tras hora. Él está orando por mí ahora mismo».
Dios no te engañó. Mantén la esperanza. «Y el Dios de la esperanza...» Romanos 15:13, «...os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo». Él puede crear algo hermoso de lo que piensas que es un desierto. No renuncies a la esperanza.
En tercer lugar, la señora Gracia, sufre. El matrimonio tiene que ser un compromiso incondicional con una persona imperfecta. Eso significa un compromiso a ser infeliz a veces. La infelicidad no es la peor emoción. No te matará ser infeliz a veces. Puedes traer esa infelicidad a Cristo y encontrar tu verdadero gozo en Él.
Primera de Pedro habla de que la verdadera gracia de Dios es un patrón de sufrir por Cristo ahora, y compartir Su gloria más tarde. Pedro dice: «Mantente firme en esa gracia de sufrimiento ahora y gozo después». Y Pedro habla a las mujeres, tú conoces ese famoso pasaje en el capítulo 3, versículos del 1 al 6. No vamos a leerlo, solo voy a mencionar algunas cosas al pensar acerca del sufrimiento.
Pedro nos enseña una manera de tratar a nuestros esposos como Cristo. Mira, nosotras maltratamos a Cristo, y Él nunca nos maltrató. Él lo absorbió todo en la cruz. Y esposas, nosotras podemos seguir el ejemplo del Señor aquí. Cuando quieras corregir, gana su corazón sin una palabra con tu comportamiento respetuoso, 1 Pedro 3: 1–6. Cuando desees su atención, hazte hermosa para él y para Dios con tu amabilidad y tranquilidad. Eso no significa silencio. Pero sí significa no ser quejumbrosa. Dios premia a una mujer así. Él se da cuenta de ese tipo de belleza, y puedo prometerte que tu esposo también lo hará.
Mi esposo ahora tiene que preguntarme y hacerme hablar. El Señor me ha enseñado a morder mi lengua y no decir esas palabras. Es mucho más fácil decirle cuando me pregunta: «Quiero escuchar lo que piensas de esto».
Y por último, cuando te asustas por el llamado a someterte en 1 Pedro 3, confía en Dios. Él es fiel a ti. En última instancia, no es que confías en tu esposo, sino que confías en tu Dios. Piensa en María, la madre de Jesús. Piensa en su corazón. El ángel vino a ella primero, no a José. Él no le creyó, y pensó que ella le había sido infiel. ¿Qué te parece eso?
No hay ninguna indicación en las Escrituras de que ella presionara a José para que creyera lo que ella sabía que Dios le había dicho. Ella esperó en Dios y le dio la oportunidad de comunicarse directamente con José, lo cual Él hizo.
María era una mujer que sabía cómo mantener las cosas en su corazón y reflexionar sobre ellas. Lucas 2:19. Ella podía darse el lujo de esperar porque conocía el poder de Dios, confiaba en Él para cumplir Sus planes para su vida y su familia. La señora Gracia sufre.
Número cuatro, la señora Gracia, también es gentilmente persuasiva. No pienses en la señora Gracia como un tapete. Piensa en Abigail. Ella era hermosa e inteligente y tenía discernimiento. Ella supo la mejor manera de acercarse a David con gracia, humildad y con comida. Creo que eso ayuda.
Mi suegra me enseñó esto al principio de nuestro matrimonio cuando le pedí ayuda: Ella me dio veinte dólares. Ella dijo: «Llevas a comer a ese hombre. Esperas hasta que su estómago esté lleno. Entonces, le hablas con dulzura y le dejas saber lo que está en tu corazón». Esto funcionó (risa).
Asegúrate de que haya comido. Sé gentil y persuasiva. No necesitas estar totalmente en silencio, pero deja que tu comportamiento, como hablamos en 1 Pedro 3, deja que eso sea primero. No pienses: «Nunca puedo decir una palabra». ¿Ves el equilibrio? No es una contradicción, quiero darte el equilibrio de las Escrituras.
Y finalmente, y tendremos que terminar con esto, la señora Gracia es atractiva. Cuidate de la dureza de corazón. Jesús dice que Moisés permitió el divorcio debido a un corazón duro. Una dureza de corazón en una mujer arruinará su vida sexual. Ora por un corazón suave. Tal vez algunas de ustedes estén sintiendo esto ahora mismo, «Señor, no tengo ningún sentimiento por este hombre. Sé que me casé con él. Sé que hice una promesa. No hay sentimientos aquí. Señor, ¿puedes crear sentimientos en este corazón desierto? ¿Harías eso por mí? Ablanda mi corazón. Aumenta mi amor hacia él. Ayúdame a aceptarlo».
Creo que la salvaguarda más fuerte de un marido contra el adulterio es una relación divertida y satisfactoria con su esposa. Nosotros, como cristianos, debemos tener los matrimonios más felices y románticos de todo el mundo. Todos deben acudir a los matrimonios cristianos para recibir asesoramiento. Eso es lo que queremos.
La Palabra de Dios no se avergüenza de ser proromance. Piensa en todos los romances ahí. Podemos tomar cinco minutos y nombrarlos todos. Dios celebra el amor y el sexo en el matrimonio. Él valora nuestra sexualidad y nos llama a disfrutar este regalo hermoso dentro de la seguridad del compromiso marital.
Una mujer felizmente casada sabe que el matrimonio es más que tener un esposo. Tienes que amar a tu esposo para hacer de tu matrimonio algo seguro.
Mira, en realidad te casas con tres hombres: el hombre con el que pensaste que te casaste, el hombre en el que se convirtió después de caminar por el pasillo, y el hombre en el que se está convirtiendo al pedirte que vivas tu vida con él. ¿En qué se convertirá tu esposo porque se casó contigo? ¿Le estás ayudando a ser un hombre de una sola mujer?
Hay muchas fuerzas por ahí que quieren dividirte a ti y a tu esposo. La Biblia habla mucho sobre la intimidad sexual como una seguridad contra ellas. Tú eres la única fuente legal de satisfacción sexual bendecida por Dios que tu esposo tendrá si sigue al Señor cuidadosamente. Dale la alegría y el placer que solo puede experimentar contigo.
Proverbios 5:19, habla de dejar que nuestros esposos se intoxiquen con nuestro amor, que sean cautivados por él. ¿Estás haciendo lo que puedes para ser lo más cautivadora posible? Déjame compartir unas sugerencias que me han servido a mí.
Saca una foto de tu boda y mírala bien. ¿Hay algo que puedas hacer para ser un poquito como esa mujer que caminó por el pasillo hacia tu esposo? ¿Si tuvieras que cautivarlo de nuevo, qué necesitarías hacer? Compra ese camisón atractivo. Usa tu dinero. Manda a tus hijos a otro lugar por una hora.
Sabes, a mi esposo, cuando él llegaba a la casa (yo no podía hacerlo muy seguido, tal vez una vez cada tres o cuatro meses) y no habían niños ahí, teníamos una hora juntos para platicar antes de ir a recogerlos donde vecinos.
Le ofrecía a mi vecina comprarles comida rápida, se la llevaba y ella les daba de comer, y así yo tenía a mi esposo por una hora. A él le encantaba eso. Porque la mayoría de sus esposos, especialmente si tienen niños pequeños, manejan hacía sus casas tratando de dejar el trabajo atrás, tratando de prepararse para ser buenos esposos mientras entran por la puerta de la casa.
Prográmate en el calendario de tu esposo y no siempre le digas cuando. Es divertido. Lo hice una vez. No tengo tiempo de contarte toda la historia. Lo que hice fue cambiar un almuerzo que él pensó que tenía con un anciano de la iglesia, y simplemente sucedió que era en un hotel, y sucedió que había una llave de una habitación debajo de su plato.
Encuentra algo que puedas hacer para ayudarte a que tu amor sea cautivante y embriagante para tu esposo.
Si tu vida sexual no llega a ser todo lo que puede ser, tu matrimonio aún puede sobrevivir porque el sexo no lo es todo. Entendemos eso. Pero tu matrimonio tendrá una debilidad. Será vulnerable en un área determinada, un área bíblica bendecida por Dios, donde Satanás puede meterse y atacar. No quieres eso. Oh, no quieres eso.
Tener un buen matrimonio te costará algo porque cualquier cosa de valor es valiosa y cuesta. Si el sexo es una carga para ti, no es lo real. Dios quiere darte un regalo. Quiere regalarte un día festivo. Él quiere darte una liberación de las cargas de la vida. Quiere darte un poco de diversión y buena salud.
Mi esposo me recuerda eso a veces (risas). Nos suaviza como mujeres y nos ayuda hormonalmente. Es una salvaguarda contra el adulterio. Beneficia a tus hijos. Ellos ven que están enamorados juntos. Si no disfrutas de tu vida sexual en este momento, hay placeres inimaginables esperándote. Consigue ayuda. Hay bastantes libros buenos. Un libro que recomendamos es el libro de Ed y Gaye Wheat, El Placer Sexual («Intended for Pleasure») escrito por un médico cristiano y su esposa.
Ahora, déjame cerrar con esto. Los cristianos deben tener los matrimonios más felices, más satisfactorios y ejemplares del mundo. Tu redención es una historia de amor y tu matrimonio debe mostrar esta historia de amor dentro de los límites de tu hogar. Piensa en las bendiciones del matrimonio.
- Tú perteneces a un lugar
- Tú le perteneces a alguien
- Alguien te eligió
- Tuviste la opción de decir sí o no
- Puedes construir una relación de confianza, comodidad y alegría
- Pueden escribir sus historias compartidas que nadie más tiene, excepto ustedes
El matrimonio hace a dos personas lo que ellas nunca podrían ser estando solas. En maneras en que has estado viviendo como la señora Ley, ¿podrías pedirle a Dios que te ayude? Si has sido impaciente, temerosa o desafiante o queriendo el control, ¿podrías pedirle que te ayude? ¿Podrías pedirle a Dios que te convenza de Su gracia tan profunda y dulcemente la sientas y la pruebes lo suficiente como para poder ofrecérsela a tu esposo? Los mejores días en la vida de un cristiano y en la vida de un matrimonio cristiano siempre están por delante, especialmente si tu esposo está casado con la señora Gracia.
Nancy: Las personas que te conocen bien, ¿te consideran más como la señora Ley o como la señora Gracia? Al grabar este material dije, «necesito preguntarle a mi esposo a cuál me parezco más». Es una pregunta muy importante, y sé que al igual que tú, quiero ser la señora Gracia para mi esposo.
Y escuchamos del esposo de una oyente. Él nos escribió diciendo,
«Permítanme primero que todo agradecerles por tan precioso ministerio que el Señor en su infinita gracia está llevando a cabo por medio de ustedes, ha sido de gran bendición en nuestro hogar, ya que mi esposa escucha su ministerio casi diariamente y la verdad de la palabra de Dios enseñada por ustedes está transformando a mi esposa cada vez más a la imagen de nuestro glorioso Salvador. Mil gracias por sus esfuerzos».
Nos da mucho gozo recibir testimonios como este, y sabemos que muchos hombres y hogares serán bendecidos por mujeres transformadas por la verdad de la Palabra de Dios.
En el día de hoy, Jani ha estado contrastando a la señora Ley y a la señora Gracia, en un mensaje llamado «El matrimonio a través de los ojos del evangelio». Jani grabó este mensaje en la Conferencia para Mujeres de la Coalición por el Evangelio.
Ahora, si eres como yo, a veces escuchas un mensaje como este y piensas: «¡Oh, estuvo muy bueno!» Pero luego se desvanece de la memoria y unos días u horas después, ni siquiera recuerdas lo que acabas de escuchar. Quizás eres esposa, y después de haber escuchado a Jani Ortlund en estos últimos días, has recibido convicción por lo que has escuchado, y deseas ver al Señor hacer cambios en tu vida.
Puedes escuchar de nuevo o leer estos programas a través de nuestro sitio web, AvivaNuestrosCorazones.com. También puedes usar estos recursos, y muchos más que puedes encontrar allí en nuestro sitio web, para compartirlos con un grupo de amigas y hermanas.
Carmen: Gracias Nancy.
Cuando escuchas la verdad, ¿cuál es la respuesta correcta? Debes afirmarla con tu mente, pero… eso no es todo. Aprende cómo incorporar la verdad a tu vida, en nuestra próxima serie, aquí en Aviva Nuestros Corazones.
Viviendo la belleza del evangelio juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
Rey de Gracia, Sovereign Grace Music, Sea la Gloria Sólo a Ti ℗ 2002 Sovereign Grace Music
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