La Revelación
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth describe cómo terminó el libro de Apocalipsis en nuestras Biblias.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Dios se lo dio a Cristo para que se lo diera a Su ángel, para que este se lo diera a Juan y Juan nos los diera a nosotros. Él fue un testigo ocular. Juan vio estas cosas. Él oyó estas cosas. Y creo que eso es parte de lo que lo hace tan convincente para nosotras hoy.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 2 de mayo de 2023.
Hay pocos libros en la Biblia que generan tanta pasión como el libro de Apocalipsis. Ha sido una fuente de controversia, debate, novelas y películas. Bien, en esta serie, Nancy nos va a mostrar cómo este libro puede ser una fuente de estímulo práctico para nuestras vidas.
El día de hoy, …
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth describe cómo terminó el libro de Apocalipsis en nuestras Biblias.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Dios se lo dio a Cristo para que se lo diera a Su ángel, para que este se lo diera a Juan y Juan nos los diera a nosotros. Él fue un testigo ocular. Juan vio estas cosas. Él oyó estas cosas. Y creo que eso es parte de lo que lo hace tan convincente para nosotras hoy.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 2 de mayo de 2023.
Hay pocos libros en la Biblia que generan tanta pasión como el libro de Apocalipsis. Ha sido una fuente de controversia, debate, novelas y películas. Bien, en esta serie, Nancy nos va a mostrar cómo este libro puede ser una fuente de estímulo práctico para nuestras vidas.
El día de hoy, ella inicia una serie sobre el libro de Apocalipsis titulada, Una visión del Cristo glorificado.
Nancy: Tengo una amiga que durante años les ha estado leyendo toda la Biblia a sus hijos. De hecho, esta es su segunda vez recorriendo toda la Biblia. Ella tiene un volumen del comentario de John MacArthur, y al inicio de cada nuevo libro de la Biblia, les lee a los niños la introducción de ese comentario para ilustrarlos un poco con los antecedentes del libro.
Y ellos llegaron al libro de Apocalipsis por primera vez. En sus comentarios introductorios, John MacArthur dice que el libro de Apocalipsis es el mejor y más grande libro escrito jamás. Bueno, una mañana, Carrie me contó que después de haberles leído unos cuantos capítulos del libro de Apocalipsis, su hijo de cinco años de edad, Benjamín, le dijo: «Bueno, si este es el mejor libro jamás escrito, yo no sé».
Él estaba un poco escéptico, en la medida en que se metía en algunas de esas complejidades que tiene el libro de Apocalipsis. Y tal vez tú también has tenido a veces la misma sensación: «¿Es este el mejor libro de la Biblia? Bueno yo no sé, no estoy segura».
He compartido esto antes pero me sentí guiada a embarcarme en este estudio del libro de Apocalipsis. Desde entonces he pasado meses sumergida en este libro, inmersa, viviéndolo, estudiándolo, meditándolo y memorizándolo.
Ha sido grandioso, ha sido un gran gozo. Todavía no he terminado el estudio. Todavía estoy caminando a través de él, y en realidad no sé cuánto tiempo me tomará terminarlo. Pero en realidad me ha dado una nueva perspectiva sobre muchas cosas de la vida –de mi propia vida, de situaciones por las que mis amigos están pasando, y sobre los tiempos en que vivimos.
Así que el libro de Apocalipsis me ha ayudado a ver muchos aspectos de la vida desde el punto de vista de Dios. He sido reconfortada; he sido alentada y bendecida; me ha desafiado, me ha hecho más sobria.
Hay algunas cosas que dan que pensar en el libro de Apocalipsis, y las personas tienden a irse a uno de dos extremos en su acercamiento a este libro. Ya sea que lo ignoren y lo pasen por alto, como algunos son propensos a hacer –y probablemente yo estuve en esa primera categoría durante los primeros años de mi vida cristiana– diciendo: «Bueno esto simplemente no tiene sentido para mí. Dejaré que alguien más lo estudie».
Pero para otros, y especialmente en ciertos momentos de la historia de la iglesia, hay personas que se han obsesionado con el libro de Apocalipsis, tratando de descifrarlo todo: el desarrollo de las secuencias, las cronologías precisas, los plazos para todos estos eventos futuros –el rapto de la iglesia, la tribulación, el milenio.
Hay libros enteros escritos sobre cuándo van a suceder estas cosas y cómo lucirán. Solo te voy a adelantar que puede que yo sea la primera persona que estudia el libro de Apocalipsis y que trata de enseñar cómo será el final, sin saber si estoy en la pretribulación, en la mitad de la tribulación, o después de la tribulación, porque en realidad no lo sé.
No voy a especular sobre algo que personas más sabias y más inteligentes que yo no han sido capaces de averiguar en años y años. Tengo mis opiniones acerca de estas cosas, y es probable que tú también tengas las tuyas.
Pero hay muchas cosas de las cuales no podemos estar seguras a medida que vemos el libro de Apocalipsis. Una de las cosas de las que podemos estar seguras es del hecho de que hay algunos megatemas. Hay algunos grandes temas generales de los cuales debemos estar conscientes, ya que vivimos en el siglo XXI.
El libro del Génesis, como por supuesto sabes, es el primer libro de la Biblia. En el principio, si comienzas a principios de la Biblia, encuentras la creación del mundo, la creación del hombre, la caída del hombre, todas las primeras cosas. Es el principio de las cosas. Pues bien, Apocalipsis es el final de la historia. Génesis es el principio, y Apocalipsis nos dice cómo va a terminar todo.
El propósito de Apocalipsis no es que vivamos con la cabeza en las nubes o tengamos una especie de escape de las presiones y de los problemas del aquí y el ahora. El propósito es que sepamos cómo vivir entre Génesis y Apocalipsis –la formade prepararnos para lo que viene. Por eso Dios nos dio este libro.
En el libro de Apocalipsis vemos esta batalla cósmica entre Satanás y Cristo. Y nos enteramos de que el desenlace es seguro. Es una batalla feroz. A veces, mientras Satanás lucha contra los seguidores de Cristo, incluso se le da permiso para tener victorias sobre los creyentes por un corto período de tiempo.
Durante un período de tiempo, él parece que está ganando. Pero sabemos, conocemos el resultado. Al final, Satanás y todos sus seguidores serán derrocados, y Cristo gobernará y reinará por los siglos de los siglos.
Eso nos da esperanza. Nos da ánimo. Nos da perseverancia en el aquí y el ahora.
Entonces, cuando pensamos en esos megatemas del libro de Apocalipsis, está el muy aleccionador tema del juicio final y eterno de los que no se arrepienten. Este debería ser un libro aterrador para las personas que no están dispuestas a doblar sus rodillas y reconocer a Cristo como Señor. También nos debe animar como creyentes a compartir el evangelio, apelando a que las personas sean guiadas al arrepentimiento y crean en el evangelio, porque sabemos que al final, los que no crean, estarán bajo la ira y el juicio eterno de Dios.
Hay un tema no solo del juicio de los impíos, sino también de la recompensa eterna y las bendiciones de los creyentes. Podemos sufrir aquí podemos sufrir ahora –vamos a sufrir en esta vida– pero sabemos que para los que han puesto su fe en Cristo, los que han doblado sus rodillas, los que han ondeado la bandera blanca de rendición, hay gozo y alegría eternos.
Se acerca el día en que ¡no habrá más dolor, ni más lágrimas, ni más pena, ni más muerte, ni más dieta, ni más nada! De las cosas que son parte de la vida de este mundo caído todo acabará. Todo habrá terminado.
Debemos esperar esto con ansias, con impaciencia. Ese pensamiento es lo que nos debe levantar en la mañana, en los días difíciles, en los momentos difíciles. Seguimos adelante porque sabemos que viene ese día eterno en el que estaremos siempre en la presencia del Señor.
Durante las próximas dos semanas, quiero que recorramos los tres primeros capítulos del libro de Apocalipsis. Quiero animarte a leer estos capítulos por ti misma porque Dios quiere hablarte a través de Su Palabra. Así que toma los capítulos y léelos una y otra y otra vez. Medita en ellos, y trata de memorizar porciones como lo he estado haciendo yo.
El primer capítulo, en el que nos concentraremos en los próximos días, es una introducción al libro. Nos da la configuración del libro. Nos ofrece lo que pudiera ser la más espectacular visión en toda las Escrituras de la gloria de Cristo –el Cristo resucitado, el Cristo ascendido.
Lo verás de una manera que es simplemente magnífica. Vamos a echar un vistazo a esa visión.
Y luego, en los capítulos dos y tres, iremos a las cartas que fueron escritas por Cristo, o enviadas por Cristo, a las siete iglesias en Asia Menor.
Así que déjame animarte a abrir tu Biblia en el libro de Apocalipsis, capítulo 1, versículo 1. Los tres primeros versículos son una especie de prólogo, y comienzan en el versículo uno. Dice: «La revelación de Jesucristo, que Dios le dio a sus siervos para mostrarles las cosas que sucederán pronto».
La primera palabra del texto griego, revelación, es el vocablo de donde obtenemos la palabra apocalipsis. Ahora, Apocalipsis es intimidante para muchos cristianos.
Una mujer oyó que esta semana íbamos a estar grabando la serie sobre el libro del Apocalipsis, y le dijo a un amigo: «Ay yo no sé si realmente estoy interesada en eso». Su respuesta fue, «no estoy segura de querer entrar en eso».
El Apocalipsis puede ser muy difícil de entender. Hay partes que son muy confusas, muy complejas. Algunas parecen muy extrañas. Tiene imágenes de leones y corderos, demonios y ángeles, sellos, trompetas y copas. Gran cantidad de chispas para un gran debate.
Pero la palabra traducida como revelación o apocalipsis en realidad significa «descubrir». Significa mostrar algo, darlo a conocer. Eso nos ayuda a comprender que Dios no nos está tratando de ocultar cosas. Él no está tratando de confundirnos. Él quiere mostrarnos estas cosas. Él quiere que veamos en el libro de Apocalipsis cosas que de otra manera estarían ocultas.
Así que esta es la revelación, la develación, el despliegue, el descubrimiento de Jesucristo. La revelación de Jesucristo. Eso puede significar dos cosas, y creo que probablemente significa las dos cosas. En primer lugar, la revelación de Cristo significa que Cristo mismo fue el que dio esta revelación. Nos ha llegado de parte de Él. Pero también significa que es la develación, la revelación, de Cristo mismo –retirando la cortina para que podamos tener una visión de la gloria de Cristo.
El libro de Apocalipsis, de principio a fin, nos señala a Jesucristo. Es lo que los teólogos llaman «cristocéntrico», que es lo que nuestras vidas estaban destinadas a ser: centradas en Cristo.
Toda la historia se está moviendo hacia la consumación de ese momento en el que Cristo reinará y gobernará –el Cordero de Dios, el León de la tribu de Judá, sobre Su trono como rey por los siglos de los siglos. Él es el punto de partida de la historia. Él es también el fin de la historia. Él es el que controla, el que gestiona y el que dirige todo lo demás.
En la medida en que tengamos una visión del cielo en el libro de Apocalipsis, nos daremos cuenta de que todo en el cielo gira en torno a Cristo. Nos señala, nos apunta a Cristo.
Y lo desesperadamente que los creyentes del primer siglo necesitaban esta revelación de Cristo. Esto fue a finales del primer siglo. Como veremos más adelante en nuestro estudio, los creyentes estaban sufriendo intensamente. Necesitaban una revelación de parte de Cristo y una revelación de Cristo mismo para que tuvieran esperanza, para que pudieran perseverar y para que supieran que valdría la pena, incluso si se les llamaba a dar sus vidas por causa del evangelio.
Esta es la mayor necesidad de todo creyente de todas las épocas en todo el mundo: ver a Cristo y oír de Él.
Hoy tenemos entre nosotros a una mujer cuyo hijo de cinco meses de nacido, se encuentra en estado crítico en un hospital no muy lejos de aquí. Ella tomó un descanso para venir a la sesión de grabación de Aviva Nuestros Corazones. Ella necesita hoy una visión fresca de Cristo. Necesitas una visión fresca de Cristo en cualquier situación que estés enfrentando en el día de hoy o lo que sea que vayas a enfrentar mañana. Tenemos que ver a Cristo.
«La revelación de Jesucristo, la que Dios le dio, para manifestar a sus siervos», dice el primer versículo. Esta revelación es para los siervos de Dios. Y dices: «¿No es para los no creyentes?» El problema es que los no creyentes no tienen ojos para ver a Cristo. Ellos no tienen fe para creer lo que Él dice. Pero Dios nos ha dado ojos espirituales. Él ha puesto fe en nuestros corazones para que podamos ver a Cristo, y podamos escuchar y creer Su Palabra.
«La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto». Que deben y me gusta esa palabra, porque en esta vida hay mucha incertidumbre.
Hay muchas cosas que no sabemos, como lo que va a pasar dentro de diez minutos o mañana o el próximo mes o el próximo año. No sabemos. Pero sí sabemos que las cosas de las que habla este libro deben llevarse a cabo. Se realizarán.
Hay una certeza que envuelve todo este pasaje del Apocalipsis. No es algo especulativo. La gente ha hecho películas, y hablan de visiones apocalípticas, como si esto fuera algo muy extraño, imaginario o ficticio.
Escucha: No hay nada ficticio sobre el libro de Apocalipsis. Indudablemente estas cosas deben ocurrir.
«Él dejó (esta revelación) y la declaró, enviándola por Su ángel a Juan Su siervo, el cual ha dado testimonio de la Palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto» (vv. 1-2).
Juan era un siervo de Jesucristo, como nosotros, y se le dio este mensaje para que lo compartiera con otros servidores de Cristo. Él fue uno de los 12 apóstoles originales, como recuerdas, él era hermano de Santiago, hijo de Zebedeo. Fue el autor del Evangelio de Juan y de las tres epístolas del Nuevo Testamento que llevan su nombre: Primera, Segunda y Tercera de Juan.
Juan fue el último apóstol vivo. Muchos de los otros ya habían sido martirizados. Todos habían muerto para este tiempo, para el final del primer siglo. Juan tenía aproximadamente 90 años de edad cuando se le dio esta revelación.
Y como ya he dicho, la revelación se dio al final del primer siglo, hacia el final del gobierno del emperador romano Domiciano. Ahora, Domiciano fue un dictador autocrático y cruel. Él declaró que él era dios y señor, y exigió ser adorado. Cualquier persona que se negaba a adorarle era perseguida.
Y como podrás imaginar, esto creó una situación difícil para los que decían: «César no es señor; Domiciano no es señor. Jesús es Señor y Dios, y no vamos a doblar la rodilla ante ningún emperador romano o cualquier otro emperador. Nosotros solo doblamos las rodillas ante Cristo».
Así que los creyentes fueron duramente perseguidos bajo el gobierno de Domiciano. Nerón había iniciado las primeras persecuciones 25 años antes, y se había centrado en Roma, pero cuando Domiciano llegó al trono, se inició una persecución más sistemática y exhaustiva de los cristianos en todo el imperio.
Ese era el mundo en el que estos cristianos estaban viviendo. Un mundo en que anticipo, podríamos llegar a vivir en nuestros días. Tenemos que estar preparadas para saber cómo doblar la rodilla, solo ante Cristo, cuando el mundo diga que otros señores están a cargo. Así que este es un libro muy importante para nosotras en el siglo XXI.
«Juan dio testimonio», él dice, «de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todo lo que vio». Y verás esta palabra. Vio esto. Oyó esto. Esto no es algo que alguien le pasó a Juan. Esto no se lo susurraron por el camino, y cuando llegó a Juan, ya estaba distorsionado y confuso. Dios se lo dio a Cristo para que se lo diera a Su ángel para dárselo a Juan para que nos lo diera a nosotros. Él es un testigo ocular.
Juan vio estas cosas. Oyó estas cosas. Creo que eso es parte de lo que lo hace hoy tan atractivo para nosotras. Es algo que Juan ha experimentado, y me recuerda que el testimonio más convincente que podemos dar de nuestra fe no es solo algo que hemos oído hablar a los demás, sino algo que hemos experimentado personalmente por nosotras mismas.
Mi oración es que a través de este estudio, llegues a tener un encuentro de primera mano con Jesucristo, mayor del que tal vez hayas experimentado antes.
El versículo 3 dice:
«Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de la profecía y guardan las cosas que están escritas en ella, porque el tiempo está cerca».
Bienaventurado el que lee en voz alta las palabras de esta profecía. La palabra traducida aquí como «leer en voz alta», implica que estás leyendo a otras personas, aunque algunas traducciones solo dicen: «Bienaventurado el que lee».
La implicación es que alguien está leyendo en voz alta a otros que están escuchando. Eso tiene sentido, porque esta carta inicial de la revelación habría sido leída en todas las iglesias de Asia a las que fue dirigida. Los creyentes no tenían sus propios ejemplares de las Escrituras como los tenemos nosotras hoy. Hoy en día todos podemos tener nuestras propias copias de la Biblia, abierta en el libro de Apocalipsis. Puedes leer por ti misma, pero en el primer siglo, no habrías tenido una Biblia sobre tu regazo.
Así que los pastores, los ancianos y los líderes de las iglesias leerían quizás en pequeñas reuniones como ésta –en pequeñas iglesias, en las casas y en reuniones de grupo, leerían esta carta en asambleas locales.
Las Escrituras dicen que el que lee en voz alta a los demás es bendecido. Esto demuestra la importancia, a propósito, de la lectura pública de las Escrituras. Estoy tan agradecida de que en nuestra iglesia tenemos el hábito, la práctica, de leer en voz alta las Escrituras en cada servicio de domingo.
Estamos a favor de la lectura de la Palabra de Dios. Las Escrituras dicen que el que lee en voz alta es bendecido y podría por supuesto, significar un pastor, un anciano, o alguien que se pare a leer en la congregación. Tú puedes quizás haber oído a un pastor o leer o predicar del libro de Apocalipsis, igual que yo.
Pero no creo que esta bendición sea solo para los pastores. Creo que es también para las mamás, así como mi amiga que ha estado leyendo la Biblia en voz alta a sus cuatro hijos aun antes de que fueran lo suficientemente mayores como para entender todo lo que estaban oyendo.
Hay una bendición prometida para esa mamá. Hay una bendición prometida para las abuelas que les leen las Escrituras a sus nietos. Hay una bendición prometida para los amigos que les leen las Escrituras a los demás.
Tengo una compañera de caminatas y mientras caminamos, a veces vamos citando las Escrituras que estamos memorizando entre nosotras. Soy bendecida con esas citas. Y ella es bendecida cuando cita las Escrituras. Soy bendecida al escucharla citar las Escrituras, y ella es bendecida mientras me escucha citar las Escrituras. Hay una bendición ligada a leer en voz alta las Escrituras y luego al escucharlas, dice que: «Bienaventurados son los que oyen, y guardan las cosas en ella escritas».
El libro de Apocalipsis termina con una repetición de esta misma bendición. En Apocalipsis capítulo 22, versículo 7 dice: «Y he aquí, yo vengo pronto. Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro».
He sentido una especie de desconcierto mientras me sumerjo y estudio el libro de Apocalipsis, pensando: «¡Bueno bendito es el que oye; ¡Puedo entender eso! ¿Pero, bienaventurado es el que guarda? ¿Cómo guardar el libro de Apocalipsis?»
Bueno, todavía estoy considerando eso, pero eso me dice que el punto principal de Apocalipsis no es un rompecabezas que se supone debemos armar. El punto principal es la revelación de Jesucristo y que debemos obedecer. Se supone que debemos obedecer lo que dice Cristo como Él se ha revelado a Sí mismo; y no solo en el libro de Apocalipsis, sino en todo el libro, porque es toda la Palabra de Dios.
Una de las razones por las que deseo grabar y enseñar esta serie es porque quiero una bendición, y quiero que tú recibas una bendición. Y obtendrás esa bendición cuando oigas, pero no solo cuando escuches. Santiago dice que: «No solo seamos oidores de la Palabra. Sino que seamos hacedores» (1:22, parafraseado). Y serás bienaventurada cuando hagas lo que oyes durante los próximos días.
Así que hay una promesa de bendición en este libro para aquellos que lo leen, para aquellos que lo escuchan, y también para los que lo guardan.
Por cierto, estas dos bendiciones del capítulo 1 y del capítulo 22 son solo dos de las siete bendiciones, o siete bienaventuranzas, que hay en el libro de Apocalipsis.
- Son bendecidos de ahora en adelante los muertos que mueren en el Señor
- Son bienaventurados los que están invitados a la cena de las Bodas del Cordero
- Son bienaventurados también los que lavan sus ropas, para que puedan tener derecho al árbol de la vida y puedan entrar en la ciudad por las puertas.
Bendición, bendición, bendición. (Mira Apocalipsis 14:13, 16:15, 19: 9, 20: 6, y 22:14)
Esto me recuerda al Génesis capítulo uno, donde las Escrituras dicen que Dios los bendijo después que los creó. No fue sino hasta Génesis capítulo tres que la maldición vino al mundo por el pecado, por la rebelión del hombre contra Dios.
Luego vino la maldición. Y lo que vemos en Apocalipsis es la abolición de esa maldición y la restauración de la bendición eterna de Dios a quienes leen, oyen y guardan las cosas escritas en este libro.
Y quiero ser bendecida por leer estas palabras en voz alta, y quiero que seas bendecida por oír y guardar lo que está escrito en este libro.
Débora: Creo que muchas personas abordan el libro de Apocalipsis con el tipo de escepticismo que Nancy mencionó hace unos minutos. Apocalipsis puede parecer aterrador o simplemente confuso.
Así que, Nancy, estoy emocionada por escuchar el resto de esta serie sobre Apocalipsis y averiguar por qué ha sido una bendición para ti.
Nancy: Bueno, tuve el privilegio de pasar más de un año inmersa en el libro de Apocalipsis cuando estaba desarrollando esta serie.
Y tengo que decir que fue una experiencia muy significativa e impactante en mi propia vida. Por eso espero con ansias explorar los primeros tres capítulos de este libro en varias semanas aquí en Aviva Nuestros Corazones.
La serie que comenzamos hoy se titula Una visión del Cristo glorificado. Es tan importante tener esa visión si queremos tener una perspectiva adecuada de todas las cosas que vemos y oímos en las noticias, que de otra manera podrían ser muy preocupantes.
Durante esta y otras serie que seguirán sobre el libro de Apocalipsis a lo largo de las próximas semanas, espero que tomes el tiempo para estudiar y crecer en tu apreciación del libro de Apocalipsis. Quiero animarte especialmente a leer los tres primeros capítulos –no solo una vez, sino una y otra vez hasta que se conviertan en parte de tu vida, cómo se convirtieron en parte de la mía.
Débora: Sabemos que Dios está en todas partes. Pero ¿qué significa decir que Dios está cerca? Este es un concepto importante que tiene grandes implicaciones para tu vida. Vamos a explorar más acerca de esto, mañana, aquí en Aviva Nuestros Corazones.
Contemplando a Cristo juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de La Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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