La resurrección de Cristo
Débora: ¿Vives con temor? ¿Con miedo al rechazo, al futuro, miedo a la muerte?
Nancy:«Pero vemos a aquel que fue hecho un poco inferior a los ángeles, es decir, a Jesús, coronado de gloria y honor a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios probara la muerte por todos. Porque convenía que aquel para quien son todas las cosas y por quien son todas las cosas, llevando muchos hijos a la gloria, hiciera perfecto por medio de los padecimientos al autor de la salvación de ellos» (Heb. 2:9-10).
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 14 de abril de 2023.
El día de hoy concluimos con la serie titulada, Redención incomparable. En episodios anteriores hemos visto uno de los actos fundamentales de nuestra fe, la crucifixión. Hoy Nancy nos ayudará …
Débora: ¿Vives con temor? ¿Con miedo al rechazo, al futuro, miedo a la muerte?
Nancy:«Pero vemos a aquel que fue hecho un poco inferior a los ángeles, es decir, a Jesús, coronado de gloria y honor a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios probara la muerte por todos. Porque convenía que aquel para quien son todas las cosas y por quien son todas las cosas, llevando muchos hijos a la gloria, hiciera perfecto por medio de los padecimientos al autor de la salvación de ellos» (Heb. 2:9-10).
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 14 de abril de 2023.
El día de hoy concluimos con la serie titulada, Redención incomparable. En episodios anteriores hemos visto uno de los actos fundamentales de nuestra fe, la crucifixión. Hoy Nancy nos ayudará a profundizar en otro acto, que junto a este, hacen de la redención una realidad.
Nancy: En los últimos días hemos estado celebrando dos acontecimientos –acontecimientos monumentales– que forman la bisagra de la historia humana. Estos dos hechos separan la fe cristiana de todas las otras religiones. ¡Son estos dos eventos que muestran al Cristo incomparable!
El primero de estos eventos, la crucifixión del Señor Jesús, es el mayor crimen cometido y a la vez el acto supremo de amor sacrificial de toda la historia de la humanidad. Estamos de acuerdo en esto, por supuesto. El segundo evento, la resurrección, cambió la desesperación y aparente derrota en esperanza y victoria eterna. ¡Gloria a Dios! Y ¡gracias, Jesús!
Ahora, creo que la mayoría de nosotras nos damos cuenta de que la muerte de Cristo es central para nuestra redención, pero podríamos preguntarnos si es tan importante el que Él se haya levantado de los muertos. ¿Qué tanto valor tiene esto? Sí, yo lo creo, pero ¿es esencial que Jesús haya resucitado de entre los muertos? ¿Es tan importante como la cruz?
Al leer el Nuevo Testamento, te das cuenta de que la resurrección tiene una importancia suprema. Por ejemplo, en Romanos capítulo 1, versículos 3 y 4, vemos que la encarnación de Cristo, cuando Él nació en este mundo, validó Su humanidad, pero es Su resurrección, la que validó Su deidad, la que comprobó que Él era Dios.
Escucha Romanos 1:3 y 4:
«(Jesús) nació de la descendencia de David según la carne (esa es Su humanidad; comprobada por Su nacimiento como un ser humano), y (Él) fue declarado Hijo de Dios con poder, conforme al Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos».
Es la resurrección que valida la deidad de Cristo. No hay manera de que pudiéramos exagerar la importancia de la resurrección de Jesús a los discípulos de Cristo en ese primer siglo. Antes de la resurrección ellos eran tímidos, eran temerosos. La idea de que sus vidas podrían estar en riesgo hizo que corrieran a esconderse. Ninguno de ellos, excepto Juan, apareció en la cruz, sino que estaban todos escondidos.
Pero entonces llegó la noticia de la resurrección y el regalo y el poder del Espíritu Santo. La combinación de estas cosas transformó esos primeros discípulos en una banda osada de creyentes que estaban dispuestos a dar sus vidas por amor a Cristo. La iglesia nació y se extendió a través de la proclamación de que Cristo murió por nuestros pecados y resucitó de entre los muertos.
Si tú no lo crees, lee el libro de los Hechos, los Hechos de los apóstoles y la primera iglesia, y mira con qué frecuencia se hace referencia a la resurrección, la frecuencia con la que se encuentra en el núcleo de los mensajes que se predicaban, que dieron a luz a la iglesia primitiva. Aparte de la resurrección de Cristo de entre los muertos, no tenemos esperanza de la vida eterna. Primera de Pedro 1 dice que, «según su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos» (v. 3).
Así que no hay duda de que la resurrección tiene importancia. Pero ¿qué diferencia hace la tumba vacía en nuestras vidas esta semana y la próxima semana y la semana después de esta?
Prácticamente todos los días oímos de oyentes de Aviva Nuestros Corazones que escriben para compartir con nosotros acerca de las diferentes luchas y las cargas que enfrentan, las diferentes angustias, los retos y las dificultades. Entonces, ¿qué diferencia hace la realidad de la resurrección? ¿Cuál es la diferencia para las personas que se enfrentan a los problemas y al dolor, al fracaso o a los temores?
Quiero hablarles hoy de siete implicaciones de la resurrección para los que han puesto su fe en Cristo. Una vez más, si tú estás escuchando el audio, no trates de anotar todas estas cosas o de mantenerlas todas en tu cabeza. Puedes ir a avivanuestroscorazones.com y puedes obtener la transcripción y podrás leerla en su totalidad. Así que podrás revisarla y reflexionar sobre las posibles repercusiones de la resurrección, no solo en el día de Pascua, sino en todo el transcurso del año.
Número 1: La resurrección significa que hay esperanza en las circunstancias más desesperadas.
Esto significa que Dios puede traer una salida donde no hay ninguna salida humana. Significa que Dios es todopoderoso y nada está más allá de su control. Esto significa que un día todas las lágrimas serán enjugadas y toda tristeza se convertirá en gozo. Esto significa que Él puede traer belleza de las cenizas e incluso que Él puede hacer que las circunstancias del mal, le den en última instancia toda la gloria a Él.
Piensa por un momento en las cosas que otras personas que conoces te han hecho, cosas que han sido delitos graves o circunstancias atroces; que son muy dolorosas, y tal vez ocurrieron en tu niñez. Deja que tu mente vuelva a la cruz donde hombres perversos le dieron muerte a Cristo y donde podrás darte cuenta de que los malos nunca tienen la última palabra. Dios tiene la última palabra. Hay esperanza en las circunstancias más desesperadas.
Es la resurrección la que nos anima a recordar que Cristo ha vencido a la muerte; que sería la circunstancia más desesperada. Él venció a la muerte, caminando a través de ella y Él ha salido del otro lado. Así que no importa cuántos enemigos traten de matarlo, no puede morir otra vez. Eso es lo que la resurrección nos dice. La resurrección significa que hay esperanza en las circunstancias más desesperadas.
Número 2: La resurrección significa que Dios siempre cumple Sus promesas.
En Mateo capítulo 28, versículo 5, cuando las dos mujeres fueron a la tumba buscando el cuerpo de Jesús que había sido enterrado allí, por lo menos eso creían ellas, «…el ángel dijo a las mujeres: Vosotras no temáis, porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, porque ha resucitado, tal como dijo» (vv. 5-6). Tal como dijo…Jesús había dicho a los discípulos que no se quedaría muerto; que se levantaría de entre los muertos.
Permítanme leerles uno de los relatos en que Él les dijo eso. En Mateo, capítulo 16, comenzando en el versículo 21, dice:
«Desde entonces Jesucristo comenzó a declarar a sus discípulos que debía ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas de parte de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día.Y tomándole aparte, Pedro comenzó a reprenderle, diciendo: ¡No lo permita Dios, Señor! Eso nunca te acontecerá» (vv. 21-22).
Ahora, ¿cuál es el problema? ¡Pedro no oyó el final del mensaje! Lo único que oyó fue la parte donde dice sobre el Hijo del hombre que iba a «sufrir muchas cosas… y ser muerto», y eso es todo lo que Pedro oyó. Entonces Pedro dice: «¡De ninguna manera, Señor! ¡Eso no te va a pasar!» Él no escuchó la última parte que decía, «y resucitar al tercer día». Lo oyó con sus oídos físicos, pero no captó la promesa de la resurrección.
Así que cuando los ángeles dijeron a las dos mujeres: «No está aquí, porque ha resucitado, tal como dijo», los discípulos comenzaron a recordar las cosas que Jesús les había dicho, las promesas que había hecho que ellos no entendieron. Así que pensamos en la cantidad de estrés y la ansiedad y el miedo que los discípulos tuvieron que soportar, todo porque en realidad no escucharon y no se aferraron a las promesas de Dios.
Esto me hace preguntarme, ¿cómo sería nuestra vida diferente, si realmente creyéramos, si realmente escucháramos y creyéramos y nos aferráramos a las promesas de Dios? ¿Cuántas veces estamos estresadas? «Señor, no! ¡Esto no puede suceder!» ¡No! No hemos escuchado el final de la historia. No hemos oído las promesas. En realidad, no hemos oído las promesas.
Piensa en la maravillosa promesa de 1 Pedro capítulo 5, versículo 10 que dice:
«Y después que hayáis padecido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia, que os llamó a su gloria eterna en Cristo, Él mismo os perfeccionará, afirmará, fortalecerá y establecerá».
¿Cuántas veces nos olvidamos de esto cuando estamos en medio del sufrimiento? Si solo escucháramos, creyéramos, y nos aferráramos a las promesas de Dios, cuánta cantidad de estrés y de desánimo seríamos capaces de evitar si tan solo nos acordamos de que Dios siempre, siempre cumple Sus promesas. Ese es el mensaje de la resurrección.
Número 3: La resurrección significa que la muerte ya no es de temer.
Debido a que Cristo venció a la muerte, nuestras separaciones y pérdidas son solo temporales. En el último día, los que están en Cristo serán resucitados de entre los muertos. Esa es una consecuencia de la resurrección de Cristo de entre los muertos. Debido a que Él se levantó de entre los muertos, aquellos de nosotros que estamos en Cristo, un día resucitaremos también. ¿Recuerdas esas increíbles palabras de Jesús a Marta, quien estaba de duelo por la muerte de su hermano Lázaro? En Juan 11 Jesús le dijo a Marta:
«Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá, y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?»
Eso es lo que Jesús le dijo a Marta, pero ¿no crees que Él nos dice lo mismo a nosotras? ¿Crees esto? ¿ Que todo aquel «que vive y cree en mí, no morirá jamás?» Escucha, si Jesús es la resurrección y la vida, y lo es, ¿qué tenemos que temer? ¿Qué es lo peor que te puede pasar? Dices: «¡Yo me puedo morir!» Bueno, la buena noticia es que Él ha vencido la muerte.
Así que la resurrección significa que los que están en Cristo ya no tienen necesidad de temer a la muerte. Él nos ha librado del poder de Satanás, quien durante muchos años nos mantenía en la esclavitud del miedo a la muerte, nos dice Hebreos.
Número 4: La resurrección corporal de Cristo nos asegura nuestra resurrección corporal
No solo Su espíritu resucitó de entre los muertos, como algunos teólogos liberales te dirán, sino que también Su cuerpo fue resucitado de entre los muertos. Esto nos asegura nuestra propia resurrección corporal por venir.
Pablo dice esto muchas veces en las epístolas. Primera a los Corintios capítulo 6 dice: «Y Dios, que resucitó al Señor, también nos resucitará a nosotros mediante su poder» (v. 14). El mismo poder que resucitó a Cristo de entre los muertos resucitará nuestros cuerpos mortales un día.
A causa de la resurrección de Jesús se nos ha dado una esperanza segura para el futuro. Su resurrección es la promesa de nuestra resurrección futura, y del hecho (y me encanta este versículo en Filipenses 3), de que Dios «transformará el cuerpo de nuestro estado de humillación en conformidad al cuerpo de su gloria» (v. 21). ¡Amén! ¿Alguna está preparada para ese momento? Esta es nuestra esperanza que tenemos a causa de la resurrección.
Hay un cementerio en una iglesia en la ciudad de Newbury, Massachusetts, que tiene una lápida que dice así:
«Aquí se encuentra en un estado de perfecto olvido John Adams (no el John Adams en que estás pensando, otro John Adams) que murió el 2 de septiembre 1811, a la edad de 79 años. La muerte lo ha descompuesto, y en la gran resurrección, Cristo lo recompondrá».
¡Me encanta! La muerte lo ha descompuesto, qué tragedia es eso. No era la intención de que fuera de esa manera hasta que el pecado entró en el mundo. Pero en la gran resurrección, será recompuesto por Cristo, y tú y yo tenemos la misma esperanza.
En muchos de nuestros servicios de Pascua afirmamos que Cristo ha resucitado. El ministro, el pastor, en algunos casos, diría: «¡Cristo ha resucitado!» Y ¿qué es lo que decimos en respuesta? «¡Ciertamente, Cristo ha resucitado!»
Phillips Brooks, quien era un escritor en los 1800, dijo: «No digamos simplemente: «Cristo ha resucitado», sino «yo también seré levantado». Me levantaré, esa es la promesa de la resurrección.
Número 5: La resurrección significa que Dios acepta y aprueba la obra que Cristo hizo en la cruz, y por lo tanto, nos acepta y nos aprueba.
Ahora, esto es algo en que quizás no has pensado mucho anteriormente, pero es una gran implicación de la resurrección.
La resurrección para Cristo significó que Su obra estaba terminada. El precio por el pecado había sido pagado, no quedó nada por pagar. La ira justa de Dios contra el pecado y los pecadores había sido completamente satisfecha. No hubo culpa restante. La resurrección fue la prueba de que Dios había aceptado el pago y totalmente aprobó la muerte de Cristo en el lugar de los pecadores.
Ahora, la Escritura nos dice que estamos unidas con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección. Efesios 2 dice que Dios «nos resucitó con Cristo», lo que significa que Dios no solo acepta a Cristo, sino que Él nos acepta a nosotras. Él nos aprueba como aprueba a Cristo. Para los que están en Cristo, significa que ya no hay ninguna condenación por cualquiera de nuestros pecados, pasados, presentes o futuros. ¡¿Puedo escuchar un aleluya?! ¡Amén! ¡Gloria a Dios!
Muchos creyentes que conozco están plagados de culpa acerca de su pasado, frustrados por su incapacidad de agradar a Dios. Muchas veces lucho con esos pensamientos en mi corazón.
Romanos 4 nos dice que Jesús «fue entregado por causa de nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación» (v. 25). Es la resurrección lo que permitió que la justicia de Jesús fuese acreditada a nuestra cuenta. Que la justificación requiere la resurrección, y la justificación no es solo «como si nunca hubiera pecado». Muchas de nosotras estamos familiarizadas con ese significado, pero también significa, «como si siempre hubiera obedecido».
Porque Jesús ha satisfecho perfectamente a Su Padre, los que estamos en Cristo también somos agradables a Dios. Esa es una consecuencia de la resurrección; que somos aceptados; que somos aprobados por Dios, porque Dios ha aceptado y aprobado la obra que Jesucristo hizo en la cruz.
Número 6: La resurrección significa que el poder y el dominio del pecado en nuestras vidas han sido superados.
Ha habido momentos en los últimos días en que he pensado: «El pecado parece muy poderoso en mi vida. Las tentaciones son tan fuertes». Mientras yo estaba trabajando en esta serie, tuve que recordarme a mí misma y aconsejar a mi corazón con la verdad de que por la resurrección hemos sido libertadas del poder y del dominio del pecado en nuestras vidas.
La lucha por ser libre de ataduras pecaminosas, de adicciones…Cristo ha vencido el poder del pecado para controlarnos. Eso significa que no tenemos que seguir en pecado. Esto no significa que no vamos a pecar, pero eso significa que no tenemos que pecar, todo esto a causa de la resurrección.
Escucha este pasaje en Romanos 6, y deja que lave tu corazón al pensar en esas luchas con ataduras y con adicciones. Romanos 6, comenzando en el versículo 4:
«Por tanto, hemos sido sepultados con Él por medio del bautismo para muerte, a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida».
Ahora, antes de continuar en ese pasaje, ese versículo me recuerda mi propio bautismo en agua, cuando era una niña. Recuerdo al pastor Conners, cuando nos sumergía en el agua él decía: «sepultados con Él en la semejanza de Su muerte» y luego cuando nos sacaba del agua, decía, «levantados para caminar en novedad de vida».
Continuando en Romanos 6:
«Porque si hemos sido unidos a Él en la semejanza de su muerte, ciertamente lo seremos también en la semejanza de su resurrección».
Versículo 9: «Sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, no volverá a morir; ya la muerte no tiene dominio sobre Él. Porque por cuanto Él murió, murió al pecado de una vez para siempre; pero en cuanto vive, vive para Dios».
Ahora, ¿cuál es la consecuencia de todo eso? Tú dirás: «Sí, yo morí con Cristo, resucité con Cristo, pero ¿qué tiene eso que ver con la vida real?» Esto es lo que tiene que ver con la vida real:
«Así también vosotros, consideraos muertos para el pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús. Por tanto, no reine el pecado en vuestro cuerpo mortal para que no obedezcáis sus lujurias» (vv. 5, 9-12).
No eres ya esclava del pecado. Ya no es tu maestro. Si has sido crucificado con Cristo, muerto con Él y resucitado con Él, el poder y el dominio del pecado en tu vida ha sido vencido. Esa es otra cosa que vale la pena decir: «¡Alabado sea el Señor! ¡Gracias Señor Jesús!»
Entonces, finalmente, la número 7: La resurrección significa que el mismo poder que resucitó a Cristo de entre los muertos está disponible para nosotros.
En Efesios capítulo 1, el apóstol Pablo oró para que los efesios supieran, «cuál es la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, conforme a la eficacia de la fuerza de su poder, el cual obró en Cristo cuando le resucitó de entre los muertos y le sentó a su diestra en los lugares celestiales».
¿Qué significa esto? Esa es una frase larga…como las que Pablo usa tan frecuentemente. Esto significa que el mismo poder que Dios envió para levantar a Cristo de entre los muertos y que causó que Él se sentara a la diestra del Padre en los cielos, ese mismo poder está trabajando en nosotras, el poder de Cristo. El poder de Su Espíritu Santo vive, mora en nosotras. Ese mismo poder para obedecer a Dios, para vencer el pecado, para caminar con Dios, para amarle y agradarle, ese mismo poder está disponible para nosotras.
Así que el asunto no es tanto: ¿tiene la resurrección importancia? Vemos que sí la tiene. Creo que la pregunta que debemos hacernos es: ¿Vivimos como si Cristo realmente hubiera resucitado de entre los muertos?
Débora: Escuchemos una canción que nos ayuda a recordar estas hermosas verdades.
¿Por qué es la resurrección de Jesús tan significativa? Esto es de lo que Nancy DeMoss Wolgemuth nos ha estado hablando y ella regresará para orar con nosotras en un momento. Este mensaje es parte de la serie titulada, Redención incomparable, y con este episodio llegamos a su conclusión. Si te has perdido cualquiera de los episodios anteriores, puedes leerlo, escucharlo o descargar el audio visitando avivanuestroscorazones.com.
Y el lunes, regresa con nosotras para escuchar una nueva serie, aquí en Aviva Nuestros Corazones.
Ahora, Nancy concluye el episodio de hoy con una oración.
Nancy: Señor, te damos gracias, te adoramos. No hay nadie como Tú. Gracias por estas semanas en que hemos meditado en Ti, hemos reflexionado en Ti, hemos explorado los misterios inescrutables de quién eres, de Tu grandeza, de Tu obra de redención a nuestro favor. Oh Señor, tan solo hemos tocado la superficie. No hemos podido hacer justicia en cuanto a Tu grandeza. Te agradecemos por haber tocado nuestros corazones y por haberte manifestado a nosotras. Nos has dejado con la esperanza y la gran promesa de Tu regreso. Haz que podamos seguir conociéndote y permite que otros te conozcan a través de nosotros, que el mundo pueda ver, conocer, adorar y creer que verdaderamente Tú eres el Cristo incomparable. Oramos en Tu santo nombre. Amén.
Débora: Conociendo al Redentor juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Maravilloso Amor, Sovereign Grace Music, Eres Dios, ℗ 2012 Sovereign Grace Music.
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