La fuente de verdadera paz
Annamarie Sauter: ¿Has conocido a la fuente de verdadera paz?
Nancy DeMoss Wolgemuth: Por Su muerte Él ha roto todas las barreras, cada muro; Efesios capítulo 2 nos lo dice. Cada barrera entre Dios y nosotros, cada barrera entre tú y tu compañero, entre tú y tus hijos, solamente puede ser derrumbada por medio de Cristo, el Príncipe de Paz.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. La lectura bíblica para hoy es la carta a los Hebreos, capítulos 5 al 8.
Cantamos acerca de la paz, escribimos acerca de la paz y hasta se dan reconocimientos por ella; sin embargo parece que no podemos alcanzarla. Hoy Nancy nos hablará acerca de la fuente de verdadera paz. Y también, más adelante, escucharás la historia de una mujer que la experimentó. Aquí está Nancy con nosotras.
Nancy: Uno mira a través …
Annamarie Sauter: ¿Has conocido a la fuente de verdadera paz?
Nancy DeMoss Wolgemuth: Por Su muerte Él ha roto todas las barreras, cada muro; Efesios capítulo 2 nos lo dice. Cada barrera entre Dios y nosotros, cada barrera entre tú y tu compañero, entre tú y tus hijos, solamente puede ser derrumbada por medio de Cristo, el Príncipe de Paz.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. La lectura bíblica para hoy es la carta a los Hebreos, capítulos 5 al 8.
Cantamos acerca de la paz, escribimos acerca de la paz y hasta se dan reconocimientos por ella; sin embargo parece que no podemos alcanzarla. Hoy Nancy nos hablará acerca de la fuente de verdadera paz. Y también, más adelante, escucharás la historia de una mujer que la experimentó. Aquí está Nancy con nosotras.
Nancy: Uno mira a través de la historia y parece que la gente siempre está buscando un gobernante que traiga paz, que traiga paz al mundo. Hemos estado viendo el texto en Isaías capítulo 9, el versículo 6 donde, más de 700 años antes de Su nacimiento, Dios anuncia cuatro nombres por los que Su Hijo sería llamado. «Admirable o Maravilloso Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno», y luego el nombre que estaremos viendo hoy, el «Príncipe de Paz».
Al estudiar para esta sesión leí un sermón que fue escrito en 1973, acerca de Cristo el Príncipe de Paz. Ese pastor dijo que en ese tiempo la gente estaba pensando que Henry Kissinger podría traer paz mundial. Bueno, creo que desde entonces hemos dejado de pensar que Henry Kissinger va a traer paz mundial. Pero la gente sigue tratando.
En 1997 el fundador de CNN, Ted Turner, anunció su intención de dar un billón de dólares para promover paz mundial a través del trabajo de las Naciones Unidas.
En marzo del 2004, el reverendo Sun Myung Moon y su esposa fueron coronados rey y reina de paz en la oficina del edificio del senado en Washington, D.C., en presencia de por lo menos una docena de miembros del Congreso. Líderes religiosos de denominaciones mayores, embajadores en los EE. UU. y otros invitados se reunieron para honrar al reverendo Moon, el nuevo rey de paz—así llamado o autoproclamado.
Bueno, hoy estoy aquí para decirte que Henry Kissinger no va a traer paz mundial, y Ted Turner no puede comprar paz mundial no importa cuánto dinero les dé a las Naciones Unidas, y de seguro el reverendo Moon no es el rey de paz. Solo hay un Príncipe de Paz, y Su nombre es Jesús. Él es el Mesías, y leímos acerca de Él en Isaías capítulo 9: «Y Su nombre será llamado… Príncipe de Paz» (v. 6).
Ese es el término hebreo Sar Shalom. Sar Shalom, el gobernador de paz. De hecho, este nombre, Príncipe de Paz encontrado en Isaías 9, es la primera referencia de paz en el libro de Isaías. Pero Isaías ha dispersado a través de su libro 25 referencias de paz, de las cuales esta es la primera. De hecho, en el próximo versículo, Isaías capítulo 9 versículo 7, leemos, «el aumento de su soberanía y de la paz no tendrán fin». ¿Sabes por qué habrá paz? Porque Sar Shalom, el Príncipe de Paz, reinará y gobernará.
Ahora, seguro has escuchado el término Shalom, paz, bienestar. Implica varias cosas. Primero, es un sentimiento de bienestar. Habla acerca de corazones enfermos de pecado y almas restauradas a la salud. Shalom... tener paz personal. Y luego, Shalom también habla de una relación restaurada que podemos tener con Dios—pecadores siendo reconciliados con un Dios santo, Shalom.
Luego, Shalom también se refiere a la restauración de relaciones entre individuos. Si estamos bien con Dios, podemos estar bien unos con otros. Y también esta palabra, Shalom, es usada en otro sentido para hablar de justicia y prosperidad prevaleciendo a través de todo el mundo.
Detente y piensa en esto por un momento...lo que será aquel día. Describe una condición de tranquilidad que será establecida un día en este planeta. Este término, Shalom, anticipa el reino milenial y el gobierno de Cristo cuando habrá paz en la tierra. Pero tenemos que recordar que nunca habrá paz en esta tierra hasta que Cristo sea coronado Rey. Y luego como Rey, Sar Shalom, el Príncipe de Paz, otorgará la paz en esta tierra.
Ahora, Isaías habló y ministró al pueblo de Judá en un tiempo cuando no estaban experimentando mucha paz. El rey de Siria y el rey de Israel habían unido fuerzas para pelear contra Jerusalén. Este era un tiempo de derramamiento de sangre, de conflicto, y de guerra.
Pero Isaías dijo que vendría un Mesías que sería el Príncipe de Paz. Esto le daba a estos israelitas algo que anticipar. Esto daba a estos judíos en el tiempo de Isaías una esperanza—la venida del Príncipe de Paz. Bueno, la buena nueva del evangelio es que Jesús el Mesías es el Príncipe de Paz. Él trae Shalom a un mundo incierto.
Y vez tras vez puedes ver este concepto. Zacarías –el padre de Juan el Bautista– profetizó, en el Nuevo Testamento, que vendría el Mesías. Él vendría a «dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pies en el camino de paz» (Lucas 1:79). Para eso vino Cristo a la tierra. Cuando los ángeles proclamaron en el cielo estrellado esa noche que Jesús nació, ellos proclamaron las buenas nuevas. ¿Y qué fue lo que dijeron?
«Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace» (Lucas 2:14). Ese es el mensaje del evangelio —el Príncipe de Paz ha llegado.
Y luego mientras el Señor Jesús estaba pasando sus últimos momentos con sus discípulos, al prepararse para ir a la cruz sabiendo que Él resucitaría de entre los muertos y regresaría al cielo, Él les dijo a sus discípulos: «La paz os dejo, mi paz os doy» (Juan 14:27). Este es el Príncipe de Paz hablando.
Él dijo: «Estas cosas os he hablado para que en Mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación». ¿Es eso cierto? Claro que es cierto. En este mundo tendrás tribulación. Pero Él dijo: «pero confiad, Yo he vencido al mundo» (Juan 16:33). Así que por medio de Cristo, el Príncipe de Paz, podemos tener paz, aun en este mundo tumultuoso.
Ahora, para el tiempo en que Cristo nació, los judíos habían escuchado y leído y citado estas profecías acerca de la venida del Mesías por cientos de años; la venida del Príncipe de Paz, el Dios poderoso. Ellos anticipaban unMesías que traería paz con armas humanas y con ejércitos, un gran rey guerrero que derrotaría y destruiría a los romanos que vivían en Palestina. Eso era lo que ellos buscaban.
Por eso no creían que Jesús era el Mesías cuando Él vino, porque no vino con ostentosidad ni con mucha ceremonia como pudiera haberlo hecho un rey humano. Porque ese no era el plan de Dios. De hecho, Isaías nos dice en el capítulo 53, cómo establecería la paz este Mesías.
«Mas Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y por sus heridas hemos sido sanados» (v. 5).
Como puedes ver, el Príncipe de Paz tuvo que sufrir, tuvo que morir. Tuvo que dar Su vida para que pudiéramos tener paz al ser perdonados de nuestros pecados. El Mesías, el Príncipe de Paz, trajo paz a este mundo al ser traspasado, molido y herido.
No se te olvide que enNavidad todo apunta y guía a la cruz. En la cruz el Señor Jesucristo hizo posible que pecadores que estaban en guerra con Dios y alejados de Él se reconciliaran, se acercaran a Dios. Él hizo posible que personas alejadas las unas de las otras se reconciliaran.
Por Su muerte Él ha roto todas las barreras, cada muro, Efesios capítulo 2 nos lo dice. Cada barrera entre Dios y nosotros, cada barrera entre tú y tu compañero, entre tú y tus hijos, solamente puede ser derrumbada por medio de Cristo, el Príncipe de Paz.
En nuestro mundo y en nuestras relaciones a menudo tenemos conflicto, tenemos aislamiento, guerra, divorcio, relaciones rotas; y todas estas cosas son resultado del pecado, del egoísmo, del orgullo. Así que en la cruz, el Señor Jesús, el Príncipe de Paz, tomó nuestro lugar. Fue quebrantado por nosotros. Fue separado de Dios por nuestro pecado, para que podamos ser declarados justos ante Dios y para que pudiéramos ser restaurados a una relación con Él y el uno con el otro.
¿Tienes alguna relación tensa o quebrantada? Quizás la tensión va en aumento en este tiempo de Navidad porque te estás preparando para ver a tu familia y hay tensión, hay conflicto entre ustedes. ¿Tienes algunas relaciones que están en necesidad de paz? Quiero decirte que esos muros caerán, solo si cada uno individualmente se rinde a Cristo como el Príncipe de Paz.
Así que en la medida en que visitas familiares, en que pasas tiempo con tus seres queridos y quizás con unos que deberías amar pero que realmente no amas, con los que se te hace difícil estar en este tiempo de Navidad, pídele al Príncipe de Paz que reine sobre tu corazón, que te haga un pacificador.
Quizás necesitas paz. Quizás tu corazón está en agitación; quizás estás ansiosa e inquieta por algunas circunstancias en tu vida. Te puedo decir esto.
La paz no vendrá si cambias tu compañero
La paz no vendrá si tienes un compañero
La paz no es el resultado de adquirir más posesiones que se van a acumular durante este tiempo de Navidad; todos sabemos esto
La paz no vendrá por el gobierno o por tratados de paz, por más buenas intenciones que tengan
La paz para tu corazón no va a ser encontrada en una botella o en una pastilla o en un programa de autoayuda
Ahí no es donde conseguirás paz. Cristo es el único que te puede dar paz, profunda paz interior, la paz de Dios, la paz que sobrepasa todo entendimiento.
El versículo que hemos estado viendo en Isaías capítulo 9 versículo 6 dice: «Y la soberanía reposará sobre sus hombros». Es una imagen de Cristo como Rey vestido con una túnica real, y la imagen aquí es que Cristo es responsable de gobernar la nación de Israel y un día gobernar el mundo.
Solo te quiero decir que si Sus hombros son lo suficientemente grandes para llevar la carga y la responsabilidad del mundo, ¿no crees que Sus hombros son lo suficientemente grandes para cargarte a ti y tus problemas, cualesquiera que estos sean? No importa que tan grandes parezcan, Sus hombros son más grandes.
Así que, sea paz personal, paz relacional, paz mundial, nunca podrás tener verdadera paz aparte de conocer y ser gobernada por el Príncipe de Paz, Sar Shalom, el bebé que nació en un pesebre en Belén, deja que Él sea tu paz.
«Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros, y se llamará su nombre Admirable Consejero». Él es un consejero maravilloso.
«Se llamará Su nombre Dios Poderoso», El-Gibbor, nuestro poderoso campeón. Se llamará su nombre Padre Eterno, por siempre nuestro padre. Y se llamará Su nombre Sar Shalom, el Príncipe, el Rey, el Gobernador de Paz.
Annamarie: Acabas de escuchar la conclusión de la enseñanza de Nancy titulada, «Su nombre es Maravilloso». Ella nos ha estado recordando algo muy importante, y es que una de las cosas que Cristo hace en nuestras vidas, por Su obra en la cruz, es restaurar nuestras relaciones—tanto nuestra relación con Dios como nuestras relaciones con los que nos rodean. Una mujer llamada Gina experimentó esto. Escucha su historia.
Gina: Cuando mi esposo y yo decidimos casarnos, tuvimos una discusión acerca de cuál sería mi apellido después casada. Le propuse la idea de usar apellidos compuestos, que él podía tomar mi apellido también y que ambos podíamos usar los apellidos de los dos. Si él esperaba que yo usara su apellido, entonces yo debía esperar que él usara mi apellido también.
Él, por supuesto, no tomó mi apellido. Algunas personas me han dicho: «no puedo creer que él esté casado contigo todavía». Pero Dios tenía un plan en medio de esta situación. Así que yo mantuve mi apellido paterno cuando nos casamos.
En ese entonces yo me habría descrito a mí misma como una mujer orientada hacia su carrera, alguien que definitivamente tenía metas. Una de esas metas era ser una abogada exitosa. Era también una feminista intransigente y reaccionaria. Yo era una liberal.
Solo para darte una idea de dónde estaba, recuerdo haber escrito una presentación para la escuela de leyes en la universidad donde estudiaba, sobre Ruth Bader Ginsburg, quien era una jueza muy liberal de la Suprema Corte de Justicia acerca de temas como el aborto y el derecho de las mujeres a escoger.
En mi matrimonio mi tendencia era que en todo éramos iguales. Yo mantenía una lista en mi cabeza de todo lo que yo hacía. Si mi esposo no llenaba las expectativas, esto causaba mucho conflicto.
En lo profundo de mi ser probablemente era una persona realmente infeliz, pero por otro lado, había logrado mucho. Pensaba que esto me traería felicidad y gozo.
Pienso que Dios comenzó a atraerme hacia Él cuando tuve mi primera hija, que fue en 1999. El ser responsable por otro ser humano me hizo comenzar a darme cuenta de que quizás yo quería darle a esta niña fundamentos para su vida más allá de los míos o los de mi esposo. Así que comenzamos a visitar iglesias y tratamos de regresar a la iglesia.
Dios orquestó un encuentro con la persona más inusual. Yo tenía un cliente sentenciado a pena de muerte. A este punto lo había representado por aproximadamente tres años. Parte de mi trabajo era aprender todo lo posible acerca de su vida para tratar de obtener atenuantes para su sentencia y así salvarle la vida.
Durante este tiempo teníamos muchas conversaciones sobre temas espirituales. Él compartía conmigo sus puntos de vista sobre la Biblia. Y durante este tiempo fui a visitarlo.
Él estaba cumpliendo su sentencia de muerte en Pontiac. Comencé a compartir con él el hecho de que mi vida se sentía fuera de control y sentía que estaba en una montaña rusa. Trabajaba toda la semana. Entonces llegaba a la casa y trataba de ser una buena madre en las noches y en los fines de semana. Me sentía que nunca tenía el tiempo suficiente para hacer todo lo que tenía que ser hecho. Esto era deprimente para mí.
Yo pensaba que sería esta gran abogada y esta gran mamá y que iba a tener este grandioso matrimonio y lograr todo esto. Y en cierto sentido lo había hecho todo, y aún así yo me sentía tan vacía.
Su sugerencia fue que fuéramos a visitar una iglesia en particular. Cuando regresé a casa y lo compartí con mi esposo, él como que dudó... no sabíamos ni siquiera lo que significaba la palabra evangélica. No teníamos marco de referencia para ni siquiera entender un poco más allá de cómo habíamos sido criados.
El saltó de su computadora y fue como: «¿Qué significa una iglesia basada en la Biblia? ¿Qué quiere decir evangélica? Esta iglesia es bien grande. Esto parece una locura. ¿Por qué visitaríamos una iglesia sugerida por tu cliente que está sentenciado a muerte?» Así que no fuimos.
Un par de semanas más tarde tuve una conversación con una amiga. Ella me sugirió: «Oye, he oído que están buscando una iglesia donde asistir. Supe que la jueza con la que trabajas visita una iglesia. ¿Por qué no le preguntas sobre su iglesia y ves si te puede dar alguna guía?»
Así que fui y hablé con la jueza ante la que me presentaba todos los días en corte. Le pregunté sobre la iglesia a la que ellos asistían, de la cual su esposo era un anciano. En lugar de recomendarme su iglesia, ella me recomendó la misma iglesia que mi cliente, sentenciado a muerte, me había sugerido que visitáramos.
Así que fui a casa y le dije a mi esposo: «No sé lo que está sucediendo, pero pienso que estamos supuestos a ir y evaluar esta iglesia». Y así lo hicimos. Un sábado por la noche, tomamos nuestra bebé y fuimos al servicio del sábado en la noche.
Solo recuerdo pensar: «acabo de escuchar el evangelio por primera vez». Yo pensé que me estaban hablando directamente a mí. Me di cuenta de que esto era lo que había estado buscando. Nunca había entendido que yo era pecadora y que necesitaba un Salvador. Todos los bombillos comenzaron a encenderse y pensé: «quiero lo que esta gente tiene». Le entregué mi vida a Cristo muy pronto después de esto. Continuamos asistiendo a esa iglesia, y mi esposo vino a la fe unos años más tarde.
Dios hizo dos cosas importantes. Él trajo a mi vida una mujer más madura como creyente. Ella realmente fue mi mentora. Al mismo tiempo (todavía trabajaba medio tiempo) conducía mi auto por largo tiempo de ida y vuelta a la corte. Por lo general estaba en el auto cuando Aviva Nuestros Corazones estaba en el aire. Escuchaba a Nancy todos los días.
En este punto ella realmente me ayudó para reformular una gran parte de mis ideas equivocadas y deshacerme del pensamiento feminista que había añadido a mi vida. Empecé a comprender la cosmovisión bíblica, lo que la Biblia enseña de lo que es ser mujer, lo que significa ser esposa y madre, y qué significa vivir para Cristo.
Cuando pienso atrás en quién yo era antes de que Dios me salvara, especialmente en lo relacionado a mi esposo, lo destructivo del feminismo, y la forma en que percibía la igualdad dentro del matrimonio, y cómo yo había internalizado que en cada pequeño detalle debíamos ser iguales y todos los conflictos que esto causó… Hubo un día en que Nancy estaba hablando del Génesis. Recuerdo que estaba hablando de Eva deseando el rol del hombre. En ese momento la Palabra de Dios se hizo tan relevante para mí. Dio en el blanco porque pensé: «Dios sabía que esta era la lucha que las mujeres iban a tener. Es el resultado del pecado». Esto realmente me abrió los ojos en términos de deshacer y tener que dejar a Dios cambiar mi proceso de pensamiento y ayudarme a abrazar las cosas que Él dice que son buenas y rectas para mí.
Las cosas que estoy haciendo ahora están haciendo un impacto en el reino. Las cosas que estoy haciendo ahora van a durar por generaciones. Si puedo criar a mis hijos para que anden con el Señor y en Sus caminos, y si ellos a su vez lo pasan a sus hijos, eso tiene mucho más valor.
Las cosas en las que me regocijo son las pequeñas cosas que nunca pensé que tenían valor. Cosas como cuidar de mi casa, cuidar de mi familia, hacer que la vida para ellos transcurra con suavidad y que sea deleitosa, el hacer cosas para ellos que les muestren mi amor de formas tangibles.
Después de haber venido a la fe en Cristo comencé a poner en práctica las enseñanzas bíblicas y a respetar a mi marido, honrarlo y cambiar mi perspectiva de nuestro matrimonio, verlo como un equipo y una sola unidad. No buscando ser antagónica sobre cada pequeño detalle y comprender la gran importancia de ser su ayuda idónea. Creo que él diría que le da crédito a muchas de mis decisiones y comportamientos, al hecho de haber sido atraídos al Señor, como dice 1 Pedro 3.
En nuestro décimo aniversario, que fue como cinco años después de haber venido a la fe, finalmente tomé el apellido de mi esposo. Cuando nos casamos no tomé el apellido de mi esposo porque pensé que eso era rebajarme.
Él estaba totalmente asombrado. De hecho, en ese punto, había cambiado tanto mi forma de ser, mi comportamiento y mis decisiones; había renunciado a mi carrera, y estaba en la casa como esposa y madre a tiempo completo. Él realmente no necesitaba que yo hiciera eso porque ya había demostrado mi unidad con él de muchas maneras. Pero yo sabía que era algo que tenía que hacer. Quería esa manifestación visible de unidad para nuestra familia.
Lo hice para nuestro aniversario. Él abrió su tarjeta de aniversario y yo había puesto mi licencia de conducir ahí adentro. Él preguntó: «¿qué hace tu licencia de conducir aquí dentro?» Después la miró y fue, ¡wao! Imagínate, no usar su apellido. Era algo que …algunas veces cuando pienso atrás quién era yo y las cosas que pensaba, y puedo recordar cuán lejos estaba de Dios y cuán mundana era mi forma de pensar y aun así, Dios intervino a través de las personas menos probables y me transformó. Yo estaba lejos y Él me acercó a Él; me da esperanza cuando veo personas que se hallan lejos de Dios.
Algunas veces es difícil no sentirme: «huy, no quiero recordar a esa persona», porque estoy tan agradecida de quien soy ahora. El gozo que disfruto ahora por todas las cosas que nunca pensé que tenían valor.
Nancy: Estoy tan agradecida por lo que Dios ha estado haciendo en la vida de Gina y que Aviva Nuestros Corazones pueda ser parte de ello.
A medida que reflexionas en la historia de Gina, quizás hay algunas prioridades para tu vida que deban ser ajustadas, así que espero que le permitas al Señor hablarte sobre esto.
Annamarie: Muchas de nosotras nos hemos hecho cierta imagen de los personajes involucrados en el nacimiento de Cristo, pero ¿qué dice la Biblia? En nuestra próxima serie profundizaremos en lo que esta nos dice acerca de María de Nazaret. Asegúrate de acompañarnos, aquí en Aviva Nuestros Corazones.
Llamándote a libertad, plenitud y abundancia en Cristo, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
Gloria en las Alturas, Jonathan & Sarah Jerez, Gloria en las Alturas ℗ 2017 Jonathan & Sarah Jerez.
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