La convicción de dar
Annamarie Sauter: ¿Está bien decir «no» a las oportunidades de dar para poder decir «sí» a las necesidades del día a día? Con nosotras Randy Alcorn.
Randy Alcorn: Tenemos necesidades legítimas y Dios se preocupa por ellas, y proveerá para esas necesidades. Pero Dios también asumirá la responsabilidad de proveernos cuando nos sacrifiquemos y demos este paso con fe, como lo hizo esta viuda pobre.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy DeMoss Wolgemuth: No puedes llevarlo contigo pero puedes enviarlo por adelantado. Esto es lo que Randy Alcorn llama «El principio del tesoro». Y él ha escrito un pequeño y maravilloso libro con ese título. El subtítulo es «Descubre el secreto del dador alegre». La conversación que hemos estado teniendo con Randy, trae conceptos que son relevantes para nosotras hoy, y espero que …
Annamarie Sauter: ¿Está bien decir «no» a las oportunidades de dar para poder decir «sí» a las necesidades del día a día? Con nosotras Randy Alcorn.
Randy Alcorn: Tenemos necesidades legítimas y Dios se preocupa por ellas, y proveerá para esas necesidades. Pero Dios también asumirá la responsabilidad de proveernos cuando nos sacrifiquemos y demos este paso con fe, como lo hizo esta viuda pobre.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy DeMoss Wolgemuth: No puedes llevarlo contigo pero puedes enviarlo por adelantado. Esto es lo que Randy Alcorn llama «El principio del tesoro». Y él ha escrito un pequeño y maravilloso libro con ese título. El subtítulo es «Descubre el secreto del dador alegre». La conversación que hemos estado teniendo con Randy, trae conceptos que son relevantes para nosotras hoy, y espero que hayas estado disfrutando esta conversación.
Si te perdiste alguno de los dos episodios anteriores, encuéntralo en nuestro sitio web, avivanuestroscorazones.com, o en nuestra aplicación, Aviva Nuestros Corazones.
Randy, gracias por acompañarnos nuevamente hoy.
Randy: No hay de qué, Nancy.
Nancy: Nuevamente quiero agradecerte como autor, orador y como pastor que fuiste, y por cómo has sido responsable de pastorear y guiar la vida de las personas. Gracias por abordar este tema de dar. Creo que necesitamos escuchar mucho más sobre la importancia de esto.
En lo personal, me he dado cuenta de que necesito recordatorios constantes acerca del corazón de Dios en cuanto a dar, porque soy muy propensa a perder mi enfoque sobre la eternidad y a consumirme con cosas de este tiempo y espacio, olvidando que este mundo no es mi hogar.
Como dice un antiguo himno, «Solo estoy de paso, soy peregrino» –y nos has recordado esto poderosamente en tu pequeño libro. Y espero que cada una de nuestras oyentes pueda leerlo, y no digo esto tan a menudo acerca de un libro.
Pero este libro, como dije a principios de esta semana, es muy valioso. Querrás obtener una copia para ti y tal vez otras copias para compartir con otras personas. Se titula «El principio del tesoro». El autor es Randy Alcorn.
Randy, a principios de esta semana hablamos de una serie de principios bíblicos sobre dar y cómo es un antídoto contra el materialismo. Decíamos que:
- Nuestro corazón siempre está donde está nuestro tesoro
- Es importante acumular tesoros en el cielo en lugar de aquí en la tierra
- Trae alegría cuando damos a la manera de Dios, y nos parecemos más a Dios cuando damos.
Entonces, hoy quiero que ayudemos a nuestras oyentes de una manera más práctica. Quiero hacerte algunas preguntas que a lo mejor ellas se hicieron al escuchar nuestra conversación.
Cuando hablamos de dar –y teniendo en cuenta que nuestro programa está dirigido a la necesidad espiritual de las mujeres– puedo escuchar a algunas de ellas decir: «Realmente tengo un corazón para dar. Me encantaría poder dar más. Pero tengo un esposo que no es creyente, o que es cristiano pero es muy cuidadoso con la forma en que gasta su dinero y lo vigila. Él no está tan entusiasmado como me gustaría con respecto a esto de dar».
¿Cómo ayudarías a una mujer en esa situación? En su corazón tiene el deseo de dar, pero dice: «No sé si tengo la libertad para dar, a la luz de mi situación particular en mi matrimonio».
Randy: Esa es una gran pregunta.
Mira, mi madre era una creyente que vino a Cristo un año después de mí, cuando yo estaba todavía en la escuela secundaria. Mi padre no fue creyente hasta unos años antes de morir. Entonces, mi mamá y yo conversábamos de ese tema. Ella quería dar, pero no tenía un ingreso separado. Mi papá era muy «anticristiano» y «anti iglesia», y pensaba que los cristianos eran unos hipócritas y ese tipo de cosas. Así que él no quería que se le diera nada de dinero a la iglesia. Entonces ella tenía que ser realmente creativa.
Pero, a aquellas mujeres cuyos esposos son cristianos, les diría algo diferente. Creo que deben confrontarlo con amor –de una manera cuidadosa, reflexiva y sumisa. Deben darse cuenta de que Dios las ha puesto en la vida de su esposo con un propósito; y no solo deben ayudarlo a sentirse bien, sino que deben ayudarlo a ser bueno, a actuar bien. Eso es parte de nuestro ministerio.
Creo que una mujer necesita poder preguntarle a su esposo: «¿Cuáles son tus convicciones sobre dar? ¿Qué crees que dice la Biblia acerca de dar? Evidentemente ambos somos cristianos y queremos seguir a Cristo. Pero, ¿qué piensas? ¿Cuál es tu comprensión de lo que dice la Escritura sobre esto? Ayúdame a entenderlo mejor».
Creo que así pones apropiadamente el liderazgo en sus manos para que piense: «Bueno, si soy cristiano, necesito tomar en serio lo que dice la Palabra de Dios. Así que déjame echarle un vistazo a esto».
También creo que es muy apropiado que ella le proporcione algún material. Le puede dar una copia de «El principio del tesoro» o cualquier otro material sobre este tema de dar, y decirle: «¿Podrías leer esto?» O tal vez, «¿podríamos leer esto juntos?» O simplemente decir: «Hablemos de esta área, porque me parece que es importante».
Esto no forzaría inmediatamente el asunto. No es decir, «necesito una decisión mañana sobre si vamos a cambiar en esto de dar», sino, «¿puedes guiarme?» Y, «¿podemos discutir esto juntos?» Ya sea durante un período de meses o el tiempo necesario. Y decir: «¿Podemos orar por esto?»
Ahora, volviendo al caso de la mujer que está casada con un no creyente, obviamente es un poco diferente porque probablemente no va a pedirle que sea consistente con sus convicciones, ya que probablemente no tenga esas convicciones.
Pero creo que hay algo que se puede hacer en términos de que una mujer se acerque a su esposo y le diga: «Esto es lo que gastamos en comida cada mes» –en la mayoría de los hogares, la mujer compra los alimentos y ese tipo de cosas, y probablemente se encarga de muchas otras cosas también. Tal vez tenga un presupuesto, ya sea un presupuesto oficial o no, o gasta una cierta cantidad de dinero en ropa u ocasionalmente en comidas con amigas o algo por el estilo.
Ella podría acercarse a su esposo y decirle, «esto es lo que gastamos al mes en comida y en mi ropa, o en esta otra cosa. Me gustaría proponer reducir cierta cantidad de dinero de lo que ya estamos gastando y tomar eso para dárselo a mi iglesia. Es algo con lo que me sentiría bien, y voy a poner todo de mi parte. Me comprometeré a no llevar esto mucho más allá para que no sientas la diferencia con esto. De hecho, sí podrías sentir una diferencia con esto, pero sería la bendición de Dios. Porque creo que Dios honrará y bendecirá esto, quizás de alguna manera material tangible, o a lo mejor de otras maneras. Esto es parte de mi convicción como cristiana. Así que te pido que consideres trabajar en esto conmigo y que le demos a Dios la oportunidad de bendecir esta acción. ¿Te parece bien?»
Y bueno, puede que la mayoría de los esposos digan: «Oh, ¿realmente estás diciendo que no habrá diferencia? Bueno, adelante».
Pero, entiendo que habrá algunos casos en los que la respuesta que obtengas sea: «No. No estoy de acuerdo con eso». Y esto es algo que mi padre también habría dicho en ese momento.
Creo que, ciertamente a la luz de 1 Pedro 3 y otros pasajes, debes ser muy cuidadosa y sumisa hacia tu esposo. Pero al mismo tiempo, 1 Pedro 3:1 dice: «Asimismo ustedes, mujeres, estén sujetas a sus maridos, de modo que si algunos de ellos son desobedientes a la palabra, puedan ser ganados sin palabra alguna por la conducta de sus mujeres».
Creo que la convicción, y el deseo de llevar a cabo esa convicción, es una de las formas en las que los esposos pueden ser ganados. No creo que las mujeres deban sentirse como, «bueno, solo puedo tocar este tema una sola vez. Si responde negativamente, esa es la respuesta final; y para ser una esposa sumisa no debo dar». Nancy, no creo que esa sea la solución.
Nancy: Esta es una oportunidad increíble para que una mujer haga de esto un motivo de oración y buscar al Señor, porque dar requiere fe. Si tu esposo no quiere dar, entonces tu fe está en Dios, quien dice que el corazón del rey está en Su mano. Y Dios puede cambiar el corazón de ese esposo cuando la mujer presente su caso ante el Señor y dice: «Señor, Tú conoces mi corazón».
Randy: Correcto.
Nancy: De hecho, 2 Corintios, capítulo 8, nos dice que lo que importa es que haya una disposición, y entonces Dios acepta aquello que puedes dar. El versículo 12 dice: «Porque si hay buena voluntad, se acepta según lo que se tiene, no según lo que no se tiene».
Randy: Eso es correcto. Si el peor de los casos es continuar sin obtener el ánimo de tu esposo o incluso no tener permiso para dar, al menos puedes decir: «Está bien, Señor. Conoces mi corazón en esto. Tú conoces mi deseo. Puedo dar y daré de mi tiempo y de mis habilidades. Me esforzaré por hacerlo a pesar de que no estoy en condiciones de poder dar en los niveles en que me gustaría dar en este momento, debido a lo que dices de mi relación con mi esposo».
Nancy: Así que a pesar de esto ella puede ser una mujer con un corazón generoso para dar –dadivosa y generosa.
Randy: Así es.
Nancy: Permíteme agregar algo aquí…creo que necesitamos alentar a las mujeres que tienen un corazón para dar –y a menudo estas mujeres son las que escuchan los programas de radio cristianos y están expuestas a los ministerios que tienen necesidades financieras, y puede que a menudo quieran ser de las primeras en dar.
Pero también creo que debemos alentar a las que son esposas a ir donde sus esposos –especialmente si son esposos creyentes– para hablar juntos sobre este tema. Y esta es una manera en que una pareja puede crecer espiritualmente en la gracia de dar, más que simplemente actuar el uno independientemente del otro.
De hecho, ayer estabas compartiendo conmigo cómo tú y tu esposa realmente han crecido juntos en esta gracia de dar.
Randy: Así es. Mi esposa, y yo nos sentamos y hablamos sobre oportunidades para dar. Por ejemplo, periódicamente, en nuestra iglesia tenemos ofrendas para misiones especiales y ofrendas para los que tienen escasez. Tenemos una cantidad regular que está un poco por encima del diezmo que siempre damos a la iglesia. Y también apoyamos a otros ministerios en nuestra iglesia con ofrendas especiales.
Hablamos, oramos y luego nos sentamos juntos. A veces escribimos una cifra específica, o simplemente pensamos en la cifra. Y decimos: «Está bien. Estoy pensando en una cifra y tú estás pensando en otra. Ahora, comparemos las cifras de los dos y tomemos nuestra decisión de cómo creemos que Dios nos está guiando en esto».
Mi esposa es muy generosa y es una persona con un corazón servicial. Pero a veces se desanimaba un poco porque mi cifra tiende a ser la más alta –quizás yo tengo el don de dar y me resulta más fácil, así como en ella resaltan otras cualidades de Cristo. Entonces es un poco desalentador para ella. Pero recuerdo una vez cuando a ella se le ocurrió una cifra más alta que a mí y ella estaba muy emocionada, y yo también. Pensé que esto era genial, porque ella se había sacrificado mucho, y creo que como resultado de eso su recompensa será mayor.
Y nuevamente, es algo muy generoso, pero también a veces pensamos: «Bueno, es normal en esta sociedad dar el mínimo del diez por ciento. Nosotros damos mucho más que eso, entonces, ¿necesitamos seguir aumentando el monto de lo que damos?»
Pero esto nos ha servido para comunicarnos. Ha habido momentos en que han surgido ciertas asperezas que hemos tenido que resolver juntos, pero ha sido de mucho crecimiento. Realmente alentaría a las mujeres a que no se alejen de esto.
Y claro, sin presionar o fastidiar a tu esposo en esta área. Pero, no obstante, no dejes esto a un lado. Si tienes un esposo a quien Dios le ha dado un don o una inclinación a dar, haz todo lo posible para alentarlo. Esa dinámica espiritual se trasladará a todos los demás aspectos de su vida, y tendrás un esposo más piadoso.
No lo retengas. Anímalo a dar, aunque eso requerirá algo de fe y sacrificio de tu parte.
Nancy: Randy, creo que en particular para algunas mujeres, este tema puede traer un poco de temor. Pienso en las viudas o en aquellas que su ingreso viene de la seguridad social o de un fondo de retiro, o algunas mujeres solteras pueden sentir que no tienen a nadie que provea para ellas, y si dan con generosidad, ¿cómo sabrán que –a largo plazo, cuando sean ancianas y no puedan proveer para sí mismas– sus necesidades estarán cubiertas? Randy, ¿cómo pueden saber estas mujeres que sus necesidades serán satisfechas?
Randy: Bueno, eso es un reto. Las Escrituras dan muchos ejemplos de mujeres dadoras y uno de los más conocidos y poderosos es el de la viuda pobre. Encontramos este ejemplo en Marcos 12:
«Jesús se sentó frente al arca del tesoro, y observaba cómo la multitud echaba dinero en el arca del tesoro; y muchos ricos echaban grandes cantidades. Llegó una viuda pobre y echó dos pequeñas monedas de cobre, o sea, un cuadrante.Y llamando Jesús a Sus discípulos, les dijo: "En verdad les digo, que esta viuda pobre echó más que todos los contribuyentes al tesoro; porque todos ellos echaron de lo que les sobra, pero ella, de su pobreza, echó todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir"» (vv. 41-44).
Él puso a esta mujer como ejemplo. Creo que debería ser un recordatorio para todos nosotros de que, sí, tenemos necesidades legítimas y Dios se preocupa por nuestras necesidades y Él proveerá para nuestras necesidades; pero Dios también asumirá la responsabilidad de proveernos cuando nos sacrifiquemos y demos este paso con fe como lo hizo esta viuda pobre.
Y, seamos sinceros, lo que nosotros consideraríamos como un esfuerzo en la fe, probablemente ni se acercaría a ser como lo que hace una viuda pobre que regala literalmente todo lo que tiene para vivir.
Y si Jesús elogia esto, seguramente elogiará tu ofrenda generosa y estará allí para proveer para ti.
Nancy: Mi padre solía decir que nuestra generosidad es realmente un reflejo de lo grande que creemos que es Dios.
Randy: Eso es muy cierto.
Nancy: A él le cargaba que la mayoría de las personas dieran lo que piensan que pueden presupuestar, en base a lo que perciben que tienen. Para él esto es caminar por vista y no por fe. Y él decía: «Nuestra ofrenda debe ser un reflejo de cuán grande y cuán maravilloso creemos que es Dios».
Y de hecho, para él esto a veces significó pérdida financiera –mi padre era un hombre de negocios. Tuvo momentos en los que su empresa estaba bastante bien y ganaba dinero. Pero hubo otros momentos en los que había reveses y/o la economía era un factor o cosas por el estilo, y la compañía no iba bien…en esos momentos él sabía que era hora de crecer en fe y confiar en Dios para ayudarlo a descubrir cómo dar más.
Mi madre recuerda uno de esos momentos en particular, cuando él llegó a casa y dijo: «Ya hemos recortado el presupuesto y nos hemos ajustado los cinturones, pero creo que Dios quiere que demos más».
Ella es una mujer muy práctica, y lo amaba y amaba dar. Fue muy buena en seguir su liderazgo en esta área. Pero confiesa hoy que se sintió un poco preocupada por esa decisión, porque no tenía sentido en la lógica humana. Y ya sabes, dar a la manera de Dios realmente no tiene sentido humano, pero tiene sentido en la economía de Dios.
Y para muchas personas, esto de dar en un momento de recesión económica o de crisis económica o en cualquier otro momento de la vida donde no tienes mucho, algunos te dirán que es actuar irresponsablemente. Pero lo que tú estás diciendo es que actuamos responsablemente cuando vivimos nuestras vidas dentro del marco del reino de Dios y de las realidades eternas.
Randy: Así es. Malaquías 3:10 dice: «"Traigan todo el diezmo al alfolí, para que haya alimento en Mi casa; y pónganme ahora a prueba en esto", dice el Señor de los ejércitos, “si no les abro las ventanas de los cielos, y derramo para ustedes bendición hasta que sobreabunde"».
Y no siempre luce de una manera material que podemos ver con claridad. Es, por ejemplo…que Dios mantiene funcionando el lavaplatos, la lavadora y la secadora –que tienen veinte años de uso– y un automóvil que tiene más de doscientas mil millas, y sigue funcionando. Hemos visto a Dios extender la vida de las cosas que nos rodean cuando elegimos dar.
Y Él bendice de maneras tan grandiosas y alentadoras…solo tenemos que darle la oportunidad. No es frecuente que Dios diga: «Pruébame en algo». Y cuando Él lo hace, debemos tomarlo en serio, con gozo e intentarlo.
Nancy: Creo que muchos de nosotros nunca descubrimos lo que Dios es capaz de hacer porque no le damos la oportunidad.
Randy: Sí.
Nancy: Si lo pusiéramos a prueba en todas las áreas de nuestras vidas, si realmente camináramos por fe y dijéramos: «No voy a confiar en mi razonamiento natural y humano. Pero más allá de eso –más allá de mi conocimiento y sabiduría– estoy dispuesta a asumir el desafío y a confiar en Dios».
Mi papá diría: «Si vas a vivir por fe, tienes que arriesgarte tanto que si Dios no interviene, no lo lograrás». Es en ese momento cuando empiezas a entrar en el ámbito de la omnipotencia y el poder de Dios, y a ver a Dios actuar a tu favor.
Randy: Amén.
Nancy: Randy, creo que muchas de nuestras oyentes realmente quieren hacer lo que dice la Escritura, y es excederse en esta gracia de dar. Así que me pregunto si podemos tomar un momento para orar. Me gustaría que le pidieras a Dios que haga de estos principios bíblicos que has compartido, una realidad en nuestras vidas.
Randy: Claro que sí. Oremos.
Padre, Tú eres un Dios grande y asombroso. Y es tan cierto que nuestra ofrenda es un reflejo de lo grande que creemos que eres… Cuando damos y vemos Tu respuesta fiel, entonces vemos Tu grandeza de maneras aún mayores.
Quiero agradecerte, Señor, por todas las mujeres que están escuchando hoy. Gracias por sus corazones de siervas mientras ministran a sus hijos, a sus amigos, a sus familiares. Y oramos, Señor, para que un día estemos delante de Ti y, por Tu gracia escuchemos las palabras: «Bien hecho, sierva buena y fiel».
Gracias por el ejemplo de la viuda pobre que confió en Ti, sin saber que iba a ser utilizada como ejemplo durante los siguientes miles de años, simplemente haciendo fielmente y en silencio, lo que Tú viste. Tú ves los actos discretos de fidelidad que hacemos.
Y oramos, Señor, para que hagamos esto con un espíritu y un corazón rendido, dando de nuestro dinero, de nuestro tiempo y de los talentos que nos has confiado. Y Señor, te agradecemos y te alabamos por ser el mejor Dador de todos. En el nombre de Jesús.
Nancy: Y oh Padre, cuando pensamos en dar, debemos pensar en Ti, porque ciertamente eres el Dador supremo. Nunca nos parecemos más a Ti que cuando damos. Gracias por ser un Dador tan alegre, generoso y de corazón abierto; por amar tanto al mundo que diste lo mejor de Ti. Diste a Tu Hijo por nosotros.
Gracias por nuestro Señor Jesús, quien es Tu regalo indescriptible para nosotros. Y Señor, nuestro deseo es que nuestras vidas estén a la altura de tu entrega, que reflejemos Tu corazón en nuestras ofrendas y que descubramos ese principio del tesoro; que no nos aferremos a todo lo que tenemos, porque te pertenece a Ti y tarde o temprano nos separaremos de eso.
Ruego que nos muestres cómo hacerlo a través de la gracia de dar. Que enviemos tesoros por adelantado para que seamos ricas en la eternidad y tengamos para ofrecerte lo que es digno de Ti. Oramos en el nombre de Jesús, amén.
Gracias Randy Alcorn por acompañarnos para esta conversación tan relevante. Y gracias por escribir tu libro, «El principio del tesoro». Quiero animar a cada una de nuestras oyentes a adquirirlo. Tenemos un enlace donde lo pueden obtener, en la transcripción de este episodio, en avivanuestroscorazones.com.
Bueno, hemos hablado de lo que realmente significa acumular tesoros en el cielo. Y cada vez que escucho a alguien hablar sobre este tema, Dios lo usa para arraigar mi corazón más y más en Su perspectiva de las posesiones y de los tiempos en que vivimos.
Vemos y leemos en las noticias relatos de lo que sucede alrededor del mundo. Y mucho de eso nos afecta financieramente. Esto nos recuerda diariamente que nada es estable en este mundo…nada es eterno ni permanente solo Dios. Y en última instancia nuestra confianza no está en los economistas o en otros expertos, ni en nosotras mismas y lo que podemos hacer por nuestro futuro. Nuestra confianza está en el Señor. Nuestra esperanza se encuentra únicamente en Él.
Y la forma en la que damos expresa lo que realmente creemos sobre aquello en lo que hemos puesto nuestra esperanza y nuestra confianza. Por eso aquí en Aviva Nuestros Corazones nos encanta compartir mensajes basados en la verdad. Así ayudamos a las mujeres alrededor del mundo a experimentar libertad, plenitud y abundancia en Cristo.
Es nuestra oración que aún en medio de los recortes salariales, las pérdidas de empleos y el colapso financiero, Dios traiga avivamiento a Su pueblo y nos muestre la alegría de vivir para la eternidad. También oramos para que Dios satisfaga nuestras necesidades como ministerio durante esta temporada. No podemos continuar sin las oraciones y el apoyo financiero de nuestras oyentes.
Y quisiera que ahora escuches a Ana Nin de Olivo, la gerente administrativa de Aviva Nuestros Corazones. Ella te invita a ser parte de lo que Dios ha estado haciendo a través de este ministerio.
Ana Nin: Una mujer que ha sido bendecida a través de episodios como este –y muchos recursos más que tenemos disponibles en nuestro sitio web, avivanuestroscorazones.com– nos escribió:
«Doy gracias al Señor por permitirme ser parte del ministerio Aviva Nuestros Corazones mediante la oración y la ofrenda mensual. Antes de conocer el ministerio, lidiaba con la idea de cómo hacer práctica la Palabra de Dios en mi vida, pero luego de escucharlas y hacerme seguidora constante, poco a poco he aprendido cómo vivir una vida contracultural y arraigar mi vida en Cristo de forma constante. Es mi oración que otras mujeres puedan llegar a este gran ministerio y puedan encontrar cómo hacer de la Palabra de Dios su estilo de vida».
Y hermanas, es que podemos transmitir la verdad de la Palabra de Dios gracias al apoyo de mujeres como esta oyente y como tú. Y si alguna vez has hecho una donación para apoyar este ministerio, o has ofrendado trabajo voluntario, has orado por nosotros, o has compartido los recursos con más mujeres; te quiero decir «gracias». Gracias por disponer tu corazón a dar de lo que Dios te ha dado. No estaríamos donde estamos hoy sin tu colaboración y apoyo en esta misión, y para expandir este mensaje.
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Y Padre, cómo te ruego que abras nuestros ojos espirituales... Danos discernimiento para que podamos distinguir lo temporal de lo eterno, enséñanos a vivir a la luz de la eternidad y a entender que cuando guardamos recursos para nosotros tiene un efecto temporal, pero cuando te los damos a ti, experimentamos gozo y podemos tener un impacto eterno para Tu gloria. Gracias por lo que ya nos has dado, y gracias por lo que harás a través de este ministerio y el apoyo de nuestras oyentes. En el nombre de Jesús, amén.
Annamarie: Janet Lynn fue una atleta de clase mundial con grandes oportunidades para competir alrededor del mundo. En un momento de su vida ella enfrentó una decisión que muchas madres jóvenes tienen que tomar. Escucha su historia, mañana, aquí en Aviva Nuestros Corazones.
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