La belleza de establecer prioridades
Annamarie Sauter: ¿Vives desenfocada de tu misión por vivir afanada con las cosas de este mundo? Escucha lo que dijo Anne Ortlund.
Anne Ortlund: Vivimos atiborrándonos de cosas que no son necesarias. Nuestros armarios están llenos. Nuestras alacenas están tan llenas que luego tenemos que comprar espacios adicionales para almacenar, y eso aumenta nuestras deudas cada mes.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Sí, como ese hombre en el Evangelio de Lucas, que tenía que construir graneros más grandes para poder guardar más cosas.
Anne: Exactamente. Nosotras necesitamos disminuir, necesitamos aligerarnos y hacerlo en serio.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. La lectura para hoy en el reto Mujer Verdadera 365 es Amós capítulos 1 al 4.
Mientras estaba en la universidad, Nancy fue influenciada por su pastor Ray Ortlund y su esposa Anne —quienes ya se encuentran en la presencia del …
Annamarie Sauter: ¿Vives desenfocada de tu misión por vivir afanada con las cosas de este mundo? Escucha lo que dijo Anne Ortlund.
Anne Ortlund: Vivimos atiborrándonos de cosas que no son necesarias. Nuestros armarios están llenos. Nuestras alacenas están tan llenas que luego tenemos que comprar espacios adicionales para almacenar, y eso aumenta nuestras deudas cada mes.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Sí, como ese hombre en el Evangelio de Lucas, que tenía que construir graneros más grandes para poder guardar más cosas.
Anne: Exactamente. Nosotras necesitamos disminuir, necesitamos aligerarnos y hacerlo en serio.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. La lectura para hoy en el reto Mujer Verdadera 365 es Amós capítulos 1 al 4.
Mientras estaba en la universidad, Nancy fue influenciada por su pastor Ray Ortlund y su esposa Anne —quienes ya se encuentran en la presencia del Señor. Esta semana has estado escuchando una conversación en la que Anne compartió con Nancy, sabiduría práctica acerca de la viudez, del envejecimiento y de las disciplinas de una mujer verdaderamente bella.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Nuestra sociedad tiene mucho que decir acerca de lo que es hermoso y de qué es la belleza verdadera. Pero sabemos por la Palabra, que la definición de Dios de la belleza tiene que ver principalmente con la belleza del corazón.
Anne, tienes mucho que decirnos de lo que has aprendido a través de los años cuando pensamos en una mujer hermosa, ¿qué significa esto? ¿Qué significa ser una mujer hermosa desde la perspectiva de Dios?
Anne: Bueno, Nancy, tú y yo estábamos hablando justamente de esto antes de salir al aire. Tú dijiste, «bueno, hoy vas a hablar de tres prioridades, ¿no?» Este es realmente el punto central en el que cualquier mujer necesita enfocarse si es que quiere convertirse en una hermosa mujer de Dios.
Las tres prioridades son: Cristo,el Cuerpo de Cristo, y el mundo por el cual Cristo murió para salvarnos. Cuando hacemos de estas tres cosas algo primordial en nuestras vidas, nuestros espíritus realmente se vuelven más hermosos porque no permanecemos enfocadas en nosotras. Nos enfocamos en Él y en Sus asuntos.
Annamarie: Escucha la continuación de esta conversación titulada, «Sabiduría práctica para la vida y la vejez».
Nancy: Anne, comenzamos una conversación ayer, que me gustaría que retomáramos hoy, y es con relación a las disciplinas de una mujer hermosa. Tú escribiste un libro con ese título.
Gracias, Anne, por escribirlo y ahora por compartir de tu vida algunas de esas disciplinas de una mujer hermosa. Son transculturales e incluyen las diversas etapas de la vida. Así que gracias por estar aquí hoy y por compartir sobre estas disciplinas.
Anne: Bueno, se me ocurre pensar en este momento, Nancy, acerca de primera de Pedro capítulo tres, cuando Dios habla acerca del concepto de lo que es la verdadera belleza de la mujer. Él dice que es la pureza y la reverencia de nuestras vidas lo que hace a una mujer hermosa. Dice:«Y que vuestro adorno no sea externo: peinados ostentosos, joyas de oro o vestidos lujosos…»
Esto no quiere decir que no vamos a peinar o trenzar nuestro cabello. Si así fuera, entonces tampoco usaríamos vestidos. Y Dios no nos ha llamado a estar desnudas.
Nancy: Realmente de lo que está hablando es acerca de la preocupación de la mujer; por el énfasis y el enfoque que la mujer le da a la belleza hoy en día, ¿no es así?
Anne: Exactamente, «…sino que sea el yo interno, con el adorno incorruptible de un espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios.Porque así también se adornaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos» (vv.4-5).
El diablo debe estar bien alegre cuando ve la errónea interpretación que se le ha dado a estos pasajes de la Biblia. Debe reírse mucho cuando comenzamos a hablar acerca de que no queremos ser limpiapiés y cosas por el estilo... Pero tú sabes que hoy en día es penoso ver tantos lugares en los que el diablo se ha enseñoreado, y donde tú encuentras a las mujeres realmente siendo serviles.
Sin embargo, en los países donde Cristo es honrado, tú encuentras las mujeres honradas. Las mujeres fueron las más cercanas amigas de Jesús. Así que estos conceptos no tienen nada que ver con degradar a la mujer; solamente dice que en el yo interno es donde Dios quiere que radique la belleza. «El hombre ve la apariencia externa», dice 1 Samuel, «pero Dios ve el corazón» (16:7). Eso es lo que Dios está buscando.
Nancy: Cuando tú usas la palabra disciplina, yo pienso que a algunas personas les suena como algo muy difícil. Como, «hoy vas a hablar de la ley, oh, no me digas que debo ser disciplinada acerca de una cosa más. . .» Aunque disciplina realmente no es una palabra negativa, ¿verdad?
Anne: Claro que no Nancy, lo que pasa, es que la disciplina tiene muchas facetas. Está por ejemplo, la rendición de tu tiempo. Yo soy una que sufro de posponer las cosas. Esta es una de las cosas que me mantiene orando porque fácilmente me distraigo perdiendo el tiempo si no le digo al Señor, «¿qué quieres que yo haga? Bendice mi tiempo en este momento y dime qué quieres que yo haga después». Yo mantengo esta conversación continua porque de otra manera fácilmente puedo holgazanear. Así que esto me ha ayudado con mi vida de oración.
Nancy: Cuando tú piensas acerca de la disciplina del tiempo, creo que una de las cosas más comunes que escucho acerca de la disciplina del tiempo de otras mujeres hoy en día es, «yo estoy tan ocupada que no puedo hacer todo lo que tengo que hacer». Sin embargo, nosotras tenemos muchísimos dispositivos y muchísima tecnología, que nos ayudan a ahorrar tiempo, que no tenían las mujeres en el pasado. Deberíamos pensar que tenemos mucho tiempo para descansar, pero la gente vive jadeando, sin poder respirar, y me encuentro a mí misma de esta manera muchas veces, sintiendo que el día no tiene las suficientes horas o los minutos para hacer todo lo que necesito hacer.
Así que, Anne, ¿qué nos aconsejas? ¿Cómo puede una mujer hermosa tomar el tiempo, someterlo al Señor y ordenarlo de tal manera que ella pueda estar haciendo lo que está en la agenda de Dios para ella ese día, en vez de sentirse halada en cientas de direcciones diferentes?
Anne: Bueno, Nancy, esta es una de las cosas que hacemos en los grupos de discipulado: hacemos la agenda para nuestra semana que comienza. Si nos juntamos los jueves en la noche, esta semana comienza el viernes por la mañana por supuesto. Y tenemos esos siete días uno detrás de otro en el cual nosotros ponemos todo lo que nosotros sabemos que vamos a estar haciendo.
Por ejemplo: El lunes voy a lavar. El martes voy a ir al supermercado a comprar la comida de la semana. El jueves voy a tomar café con una vecina que no conoce al Señor. El miércoles tengo una cita para salir con mi esposo. Y así, ellas y yo también, vamos anotando todas las cosas. Luego intercambiamos agendas, y oramos las unas por las otras.
Cuando pienso en cómo debo invertir el tiempo cada día, pienso básicamente en tres prioridades de las cuales hablamos en el último programa —prioridad número uno: Cristo; prioridad número dos: el cuerpo de Cristo; y prioridad número tres: el mundo por el cual Cristo murió para salvar. Pienso en esto en la medida en que voy anotando las cosas que voy a hacer cada día de cada semana.
Puedo colorear las actividades. Por ejemplo, prioridad número uno con color azul y colorear la actividad prioridad dos con color rojo; cuando voy a compartir con otro cristiano, enseñar una clase de Biblia o hacer algo parecido. Prioridad número tres, cuando voy a una reunión de misiones, cuando puedo sentarme a escribir cheques para darlos a una organización de misiones, o cuando voy a ser testigo de Cristo para mi vecino que vive frente a mi casa, lo que es prioridad 3 lo coloreo de verde.
Lo hago porque de esta manera puedo ver las consecuencias eternas de cada una de mis actividades en el curso de la semana. Luego descubro, «¿cuáles son estas otras actividades?» Bueno, es increíble, descubro cuánto tiempo de ver televisión hay allí, cuánto tiempo me toma tomar esa última taza de café, o leer el periódico, y las cosas que hacemos que no necesitan estar allí.
Cuando verdaderamente ponemos por escrito en papel nuestros deberes y la manera en que usamos nuestro tiempo, y lo coloreamos y lo vemos… entonces nos convencemos de cuánto tiempo perdemos.
Nancy: Así es, y nos damos cuenta para qué cosas es que nosotras realmente estamos viviendo.
Anne: Absolutamente.
Nancy: Por eso es que lo que hablamos en el último programa fue de tanta ayuda. . . Esos conceptos de eliminar cosas y de concentrarte en otras cosas. Hay algunas, como tú dijiste, que no son necesariamente pecaminosas, pero que se constituyen en enemigos para las cosas que son mejores cosas en nuestras vidas. Se requiere de una voluntad inquebrantable para eliminar esas cosas que no contribuyen con el propósito del reino de Dios para mi vida.
Vamos a aclarar algo, cuando tú piensas de esta manera, ¿quiere decir esto que tú no vas a tener ningún tiempo de recreación, que no vas a tener diversión, que no vas a tener ningún tiempo libre? ¿Será esta vida disciplinada algo rígido que pondrá a las personas como en una camisa de fuerza?
Anne: Recuerda lo que ya dijimos anteriormente. A nuestro Dios le encantan las fiestas. Cuando hablamos de los 72 ancianos del A. T., que cuando subieron a la montaña vieron al Señor y no murieron, ellos comieron y bebieron. ¿Quién dijo que Dios es aburrido?
«En Su presencia hay plenitud de gozo». Cuando vivimos nuestras vidas conscientes de la presencia de Dios, hay tanto gozo que casi no podemos soportarlo, y habrá suficiente tiempo para hacer lo que es divertido.
Déjame hablarte de otra disciplina; se trata de la disciplina de nuestras cosas. Tenemos tantas cosas. Vivimos atiborrándonos de cosas que no son necesarias. Nuestros armarios están llenos. Nuestras alacenas están tan llenas que luego tenemos que comprar espacios adicionales para almacenar, y eso aumenta nuestras deudas cada mes.
Nancy: Como ese hombre en el Evangelio de Lucas que tenía que construir graneros más grandes para poder guardar más cosas.
Anne: Exactamente. Nosotras necesitamos adelgazar, necesitamos disminuir, necesitamos aligerarnos y hacerlo en serio. Necesitamos diezmar, cuando diezmamos no debemos pensar en esto como un gran regalo que le damos al Señor. No. De hecho, diezmar es pagar nuestra renta al Señor. Tenemos un lugar en este mundo que estamos ocupando, respiramos el aire, usamos el agua. Dios tiene todo el derecho de decirnos: «Hey, págame mi diezmo, soy tu propietario».
Pero lo más importante es que le damos porque le amamos. Mucha gente empieza a dar 20, algunos 30 y 40, y hasta el 50 por ciento —y conozco algunos que dan hasta el 90 por ciento y viven con el 10 por ciento.
¿Te acuerdas de aquella querida viuda que Jesús elogió en el Evangelio de Marcos capítulo 12:41-46? Él dijo: «Ella ha dado todo lo que tenía». Esa es la manera en que la Biblia lo dice. Oh, nosotras no sabemos realmente lo que es dar al Señor.
Así que rendirnos, disciplinarnos, significa ciertamente deshacernos del dinero que no necesitamos. Dios nos mantendrá suplidas de comida y de aquellas cosas que necesitamos. «Buscad primero el reino de Dios y Su justicia, y todas las cosas serán añadidas», dice Mateo 6:33. No necesitas preocuparte.
Nancy: Anne, yo sé que eres famosa recomendando un instrumento en particular, y ese instrumento es un cuaderno. Lo has usado a través de los años para poder implementar algunas de las disciplinas para la mujer hermosa. Cuéntanos un poco sobre ese cuaderno.
Anne: Bueno, yo empecé con un cuaderno una especie de agenda, porque soy muy olvidadiza. Aun las cosas que amo hacer, las olvidaba. Aquí tengo mi agenda, justo aquí. Ray decía que era ridículo que yo tuviera un cuaderno a prueba de agua porque tenía que ir conmigo hasta la ducha. No es verdad, pero va a casi todos los lugares.
Yo iniciaba con lo que fuera del día. Tenía una página para cada día. Luego si tenía que lavar, y pensaba, «bueno, casi no me queda jabón», iba a la página para el día en que yo debía ir a hacer la compra al mercado, y escribía jabón para lavar la ropa. Y ya podía continuar tranquila y seguir, porque había sacado esto de mi mente e iba al papel, lo podía olvidar hasta el día que iría a comprarlo.
La noche antes revisaba la agenda, entonces esto me decía qué ropa debía ponerme. Me decía qué debía poner cerca de la puerta de salida para llevar al carro.
Metas es la próxima sección. No sé cuál es la diferencia, pero tengo propósitos de vida, y tengo también metas para la vida. Yo pongo en esta primera sección muchas citas. Cada vez que oigo una buena cita, la escribo.
Luego tengo divisiones con las letras del alfabeto, y no solo las uso para anotar nombres y números de teléfono; pero por ejemplo, debajo de la «V», tengo siempre millas de viajero, así que sé lo que tengo para cuando voy a viajar. Debajo de la «C» tengo celebraciones, y escribo desde enero hasta diciembre, todas las celebraciones, los aniversarios y cumpleaños, así que sé qué tipo de tarjetas debo enviar y cuándo.
Lo próximo es estudio bíblico, y escribo todo lo que estoy aprendiendo.
Continúo con las oraciones. Como te dije, escribo mis oraciones.
Y siempre dejo un espacio en blanco porque siempre hay algo nuevo en mi vida que me gustaría escribir en esa sección, y quiero vivir con frescura.
Nancy: Y esto es solo una herramienta. No es algo que maneja tu vida, que controla tu vida, sino que es algo que te ayuda a poder desarrollar esas disciplinas de la mujer hermosa. Es algo que puede ser hecho, como lo ves, con un cuaderno, o una carpeta de esa de 3 anillos y papel. Mucha gente está haciendo esto hoy en día en sus computadoras.
No hay una sola manera correcta de hacerlo, pero creo que el concepto es el de ordenar tu vida alrededor de las prioridades del Señor para tu vida, y ser intencional, no solo dejar pasar los días, sino ser intencional acerca de cómo tu vives tu vida.
Tú miras hacia atrás y te das cuenta de que si no hubieras sido intencional habrías desperdiciado tu vida. Los años pasan, y no hay nada de significado eterno que puedas mostrar. Luego terminas lamentándote.
Estas disciplinas, este cuaderno, estas herramientas que tú nos ayudas a ver Anne, nos ayudan a mirar hacia atrás con gozo en vez de con lamentos.
Anne: Y alabamos a Dios por toda la nueva tecnología que existe hoy en día. No te lo niego, algunas son más útiles que otras, estoy segura. Pero para mí, simplemente —porque es a lo que estoy acostumbrada— mi vida es mi vida entre dos portadas de un cuaderno, y todo lo que me concierne está en algún lugar de ese cuaderno. No es nada llamativo; solo lo veo delante de mí porque es blanco y negro y lo llevo conmigo.
Nancy: Comenzamos hablando acerca de 1 Pedro 3, y lo que hace que Dios mire a una mujer y diga, «ella es hermosa». Está hablando allí del corazón, de la belleza imperecedera, de la belleza que no se desvanece, de un espíritu tierno y sereno.
Hemos hablado de disciplinas prácticas de una mujer hermosa, pero tomemos un momento para ver algunas disciplinas del corazón que son importantes para nosotras poder cultivar la piedad en nosotras como mujeres.
Anne: Bueno, eso lo podemos encontrar muy bien en el tercer capítulo de Pedro. Un espíritu tierno y sereno.
Nancy: ¿Qué significa eso?
Anne: Fíjate, yo soy una líder natural, y me casé con un líder. Y cuando tienes a un líder casado con una líder, imagínate hay muchos choques. Yo tuve que aprender lo que era tener un espíritu tierno, y lo que significaba un espíritu sereno. Encontré que era de ayuda leer los dos versículos que nos llevan a este capítulo: «Esposas, de la misma manera, sean sumisas a sus esposos».
Bueno, de la misma manera, ¿qué significa esto? Y la razón la encontramos explicada en el capítulo 2 de 1 Pedro en el versículo 13 que dice:
«Someteos, por causa del Señor, a toda institución humana, ya sea al rey, como autoridad (como ciudadanos debemos someternos al gobierno). «Siervos, estad sujetos a vuestros amos con todo respeto, no solo a los que son buenos y afables, sino también a los que son insoportables» (v.18). Luego dice en el versículo 21: «Porque para este propósito habéis sido llamados, pues también Cristo sufrió por vosotros(esto es lo más difícil), dejándoos ejemplo para que sigáis sus pisadas» (sus pisadas; esto es para las esposas). Dice: «…y quien cuando le ultrajaban, no respondía ultrajando; cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba a aquel que juzga con justicia» (v. 23).
Esto tiene un gran significado Señor, porque cuando esté delante de Ti, yo solo responderé por mi propia vida, no por cómo mi esposo me trató, o por cómo el gobierno me trató, o cómo lo hizo alguien que estuvo en autoridad sobre mí.
«Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos» (1 Ped. 3:1).
Nancy, este es el único lugar en las Escrituras que creo (corrígeme si estoy errada) que testificar se hace sin palabras. De otra manera nuestras vidas no serían suficientemente buenas, y nadie podría aprender del evangelio a menos que escuche las palabras. Eso es lo que dice Romanos capítulos 8 y 9.
Pero aquí, porque yo creo que las esposas tendemos a ser habladoras de todas maneras, y nuestras lenguas nos meten en problemas todo el tiempo, él dice:
«…de modo que si algunos de ellos son desobedientes a la palabra, puedan ser ganados sin palabra alguna por la conducta de sus mujeresal observar vuestra conducta casta y respetuosa» (1 Ped. 3:1-2).
Este es el espíritu manso y sereno, cuando ellos ven la pureza en tu vida.
Una de las palabras en la versión Reina Valera es «casta». Cuando las mujeres van a un desfile de modas, ellas pueden escuchar describir un vestido como casto. ¿Qué querría decir esto? Quiere decir clásico, elegante pero discreto. Esto es lo que las esposas deberían ser. Podemos ser modestamente discretas. Es parte de nuestra belleza.
Nancy: Así que para una mujer tener un espíritu sereno y tierno, ¿quiere decir eso que ella nunca ha de hablar, que ella no tenga personalidad, que ella esté como pintada en la pared como si fuera un adorno? Sé que eso no es una verdad para ti, ¿cómo es que eso luce?
Anne: Es interesante que Dios le dice a Abraham, «escucha a lo que tu esposa Sara te dice» (Gén. 21:12).
Nancy: Y nos gusta ese versículo.
Anne: Uy… No, no es que nosotras no tengamos nada que decir. Pero hay una dulzura y modestia que dicen: «Tú primero, mi hermano, quiero ser dirigida por ti. Tú eres mi héroe, mi esposo; tú eres el hombre al que admiro». Tú estás para obedecer a tu esposo de la manera que la iglesia debe obedecer a Cristo, lo que es una declaración fuerte.
Así que nos encontramos con que este espíritu tierno y sereno está tomando un segundo lugar y eso te lleva a decir: «Oh, no, tú primero, mi hermana». Y él tendrá deferencia contigo porque tú la tuviste primero con él. Eso es contagioso, así que la relación de un esposo y una esposa se hace más y más dulce, en la medida en que el uno tiene deferencia con el otro.
Nancy: Y, desde luego, ese espíritu viene de Cristo a nosotros. Es Su gentileza, Su mansedumbre, Su humildad. En la medida en que Él nos llena con Su Espíritu, en la medida en que nos rendimos a Él, mientras nos humillamos delante de Él y le dejamos vivir Su vida a través de nosotros, entonces esa ternura, esa humildad, esa bondad, esa quietud —la vida de Cristo— vendrá a través de nosotras.
Anne: Y eso no es solo para las esposas, es para todas las mujeres, acerca de la forma cómo ellas tratan a los hombres. Es algo interesante —y una cosa– Ray y yo fuimos al campo misionero muchas veces.
En el campo misionero puedes ver mujeres que se han convertido en mandonas y se han vuelto agresivas y han tomado ese lugar en las misiones, y los esposos, los hombres se callan y se han convertido en debiluchos. Ellos las dejan hacer, lo cual es su culpa, pero observamos la tensión que esto provoca en el campo misionero.
Puede pasar, desde luego, en el hogar, también en el lugar de trabajo. Las mujeres deben estar seguras de que deben ser sumisas en el sentido más dulce, más encantador e interesante y atractivo para que puedan ser oídas.
No serán escuchadas por ser gritonas, sino que serán escuchadas porque cuando abren su boca tienen algo sabio que decir.
Nancy: Como hemos visto en 1 Pedro 3, hay un gran poder, una influencia, un impacto dado a la mujer que dice: «Sí Señor», y que cultiva esa disciplina de un corazón hermoso, de ese espíritu tierno y sereno. Tiene un gran poder y una gran influencia, y es la influencia y el sabor de Cristo. Es lo que queremos reflejar en todos los que nos rodean.
Anne: Él fue manso y humilde y fue abusado y permitió que pasara porque Él sabía que el resultado final sería la salvación de las almas. Así que Él estaba listo para bajar la cabeza y someterse a una cruz por nosotros. Es lo menos que podemos hacer, buscar ser como Cristo.
Annamarie: Has estado escuchando una conversación que Nancy DeMoss Wolgemuth tuvo con Anne Ortlund —quien ya partió a la presencia del Señor. Ellas nos han estado hablando acerca de la belleza de establecer prioridades respecto al uso del tiempo, de nuestros recursos y de cómo nos conducimos en una relación matrimonial.
Esta conversación trae a mi mente un testimonio que una mujer compartió con nosotros en la Conferencia Mujer Verdadera de este año. Es una mujer que ha traído bendición a su hogar con su conducta y que ha crecido en su vida de oración. Escucha lo que ella dijo:
Sabine: Vengo de Alemania. Cuando me casé con mi esposo pensé que mi esposo tenía que ser Jesús para mí, tenía que darme todas las cosas que necesitaba, y no soy una excepción. Pienso que la mayoría de las mujeres de ahora lo piensan.
Pero Dios ha cambiado mi pensamiento completamente en los últimos años, porque ahora veo que mi esposo está cambiando. Ahora él toma la iniciativa y asume la responsabilidad, lo que no hacía antes. Él se siente fuerte y es diferente. Y a mí como esposa me gusta mucho llenar mi papel de trabajar en la casa para mi esposo, mis hijas, tener un corazón de servicio. La prioridad es mi corazón, es mi cambio, y entonces mis hijas ven cómo actúo y cómo hago las cosas. Espero que sea un ejemplo para ellas. Es el trabajo que puedo hacer, es mi vida donde puedo trabajar. No en la vida de ellas porque depende de Dios y estoy orando mucho más que antes, mucho más.
Dios no se queda en un cuarto solamente sino en toda la casa.
Annamarie: Aquí en Aviva Nuestros Corazones esperamos escuchar muchos más testimonios como este. Si este programa ha sido de bendición para tu vida te animo a compartirlo con más mujeres. Encuentra todos los programas en esta serie o temporada en nuestro sitio web, AvivaNuestrosCorazones.com. Desde allí podrás compartirlos a través de diversas plataformas.
¿Has visto la mentoría como un instrumento de Dios para cambiar tu propia conducta? Anne aprendió acerca de esto. Ella compartirá con nosotras su experiencia mañana aquí en Aviva Nuestros Corazones.
Adornando el evangelio juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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