La adopción y la hermosura del evangelio, día 2
Annamarie Sauter: ¿Alguna vez has pensado que no tienes un futuro? Con nosotras el Dr. Russell Moore.
Dr. Russell Moore: Yo quiero que recuerdes que somos herederos, y herederos de todo. Así qué, ¿por qué actuamos como personas que están buscando migajas?
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Ayer el Dr. Russell Moore empezó a compartirnos su corazón con relación a la adopción, y lo que Dios tiene que decirnos sobre este tema, basándose en una porción de la carta a los Gálatas. El Dr. Moore lanzó un reto en el programa de ayer: preguntarnos cómo Dios quiere que nos involucremos en traer niños a nuestros hogares. En el programa de hoy tenemos una invitada especial que compartirá su historia con nosotras, pero antes, escuchemos la segunda parte del mensaje del Dr. Moore, titulado, «La adopción …
Annamarie Sauter: ¿Alguna vez has pensado que no tienes un futuro? Con nosotras el Dr. Russell Moore.
Dr. Russell Moore: Yo quiero que recuerdes que somos herederos, y herederos de todo. Así qué, ¿por qué actuamos como personas que están buscando migajas?
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Ayer el Dr. Russell Moore empezó a compartirnos su corazón con relación a la adopción, y lo que Dios tiene que decirnos sobre este tema, basándose en una porción de la carta a los Gálatas. El Dr. Moore lanzó un reto en el programa de ayer: preguntarnos cómo Dios quiere que nos involucremos en traer niños a nuestros hogares. En el programa de hoy tenemos una invitada especial que compartirá su historia con nosotras, pero antes, escuchemos la segunda parte del mensaje del Dr. Moore, titulado, «La adopción y la hermosura del evangelio».
Dr. Moore: La Escritura dice que cuando reconoces y miras tu adopción en Cristo, tú estás luchando en contra de esos viejos poderes que una vez te mantenían atado, ese viejo orfanato que una vez te reclamaba. Es una lucha, es un estado de guerra. Y lo mismo es cierto cuando la iglesia del Señor Jesucristo reconoce a los huérfanos y recibe a los huérfanos.
Hermanos y hermanas, los poderes satánicos detestan a los recién nacidos. Los recién nacidos les recuerdan a ellos el hecho de que han sido aplastados por Aquél que nació de una mujer. Los recién nacidos representan una vida nueva. Y ellos detestan esto.
Cuando nosotros, en esta congregación, vemos a las personas adoptando niños y convirtiéndose en padres sustitutos temporales y equipando a otros para ser padres adoptivos, cuando esto sucede, lo que está ocurriendo no es un simple acto de caridad. Lo que está pasando aquí no es algún tipo de ministerio social. Lo que está sucediendo aquí es una guerra espiritual en la cual nosotros, como congregación, estamos diciendo a los poderes satánicos: «Tú podrás pensar que este niño con el labio desfigurado no vale nada, pero nosotros creemos en el evangelio de Jesucristo.
Lo que produce más temor a los poderes satánicos es ver una congregación en la cual podemos reconocer y comprender cómo una madre negra puede amar a su hijo blanco; y cómo un padre hispano puede amar a su hijo afroamericano, porque nosotros, en esta congregación, entendemos que lo que nos define no es ser un ejecutivo, o un empleado ni negro o blanco, demócrata o republicano o cualquier otro tipo de título que sea, sino que recibimos los unos a los otros porque somos la familia de Dios. Y cuando los poderes satánicos ven esto tiemblan, porque ven que el evangelio está en marcha porque no se ha detenido.
Eso es lo que hace el poder de la adopción, y por esa razón las Escrituras dicen: «Esta es la religión pura y sin mancha: que asistan a los huérfanos en sus necesidades» (Sant 1:27). Y eso es para todas las personas que invocan el nombre de Cristo.
Ahora bien, no todos en este salón están llamados a adoptar un niño, pero algunos de ustedes sí. Y algunos están buscando razones para no adoptar. Y algunos de ustedes están escuchando a su cónyuge hablar del asunto todo el tiempo y tú lo ignoras una y otra vez. Y el Espíritu Santo te está diciendo: «Tú eras una huérfana. Tú fuiste recibida, te estoy llamando a recibir un huérfano en el nombre del Señor Jesucristo. ¿Por qué luchas contra el Espíritu Santo?»
Hay otros aquí que Dios no está llamando a adoptar, pero quizás les está instando a utilizar sus recursos y su dinero para ayudar a una pareja joven que no tiene los medios para hacerlo.
La única manera en que María y yo pudimos adoptar dos hijos de aquel orfanato fue porque alguien llegó a mi oficina y dijo: «Me han entregado una herencia de 10,000 dólares y estaba planificando usarlo para hacer un pago del préstamo de una propiedad, pero se lo vamos a dar a ustedes para que puedan adoptar esos niños. Y hay dos condiciones. Las condiciones son que ustedes nos envíen cada Navidad una tarjeta y que nunca le digas a nadie quién soy...»
Quizás Dios te está llamando a ser esa persona. Quizás el Espíritu Santo te dice que no necesitas ese viaje a Disney este año. «En lugar de esto, rescata huérfanos en el nombre de Cristo».
Quizás Dios no les ha dado dinero a algunos de ustedes, pero si pueden ayudar a parejas que tienen niños encargándose de sus pequeños mientras ellos viajan a recibir los niños. Pueden hacer otras cosas para animar y equipar. El punto aquí es que Dios está llamándonos, como un pueblo que ha sido adoptado, a vivir el evangelio. Y nosotros seremos evaluados el día del juicio en base a esto.
Para algunas de ustedes aquí hoy, el problema no son los huérfanos del mundo, sino el huérfano sentado ahí en su asiento porque aún está vagando lejos de su Padre. La Escritura dice que si tú cierras tus ojos ahí esta mañana, y simplemente hablas en la quietud de tu mente: «Oh Padre, yo reconozco y sé que soy una pecadora o un pecador. Yo reconozco y sé que estoy vagando lejos de Ti, y que he querido ser una huérfana y que he sido una esclava. Pero Padre yo sé que Jesús se hizo huérfano por mí. Él atravesó por todas las consecuencias desastrosas que yo estoy trayendo a mí misma cuando murió en la cruz. Y yo sé que Tú lo has recibido a Él levantándole de los muertos. Padre, por favor, recíbeme como tu hija o hijo, como un hijo tuyo». Yo te garantizo que Él lo hace. Tú vendrás a formar parte de una nueva familia.
Hay otros aquí en este lugar, que están viviendo sus vidas como si nunca hubieran sido huérfanos. Hermanos y hermanas, ahora mismo, en esta ciudad, hay infantes triturados, colocados en fundas de basura como «desecho médico», niños que nunca tendrán un nombre.
Hay niños en orfanatos preguntándose en sus mentes, al ver parejas entrando y recibiendo a otros niños, si habrá algún momento de esperanza para ellos.
Hay niños en orfanatos que están creciendo en edad, y sus problemas conductuales se están empeorando y se preguntan si alguna vez pudieran ser amados.
Hay niñas que están esperando en una habitación de un hotel que un ejecutivo norteamericano toque su puerta para entrar a abusarla sexualmente por dinero.
Y el resto del mundo diciendo: «Los niños así y las personas así, no merecen nuestra atención y miran para otro lado». Y quizás nosotros pudiéramos también mirar hacia otro lado si el Darwinismo fuera cierto. Pero nosotros somos personas que creemos que estos niños son hermanas y hermanos de nuestro Señor Jesucristo, y que si tú les haces daño a ellos, vas a tener que enfrentarte con nosotros. Y nosotros somos un pueblo que entiende y sabe que una vez estuvimos en la situación que ellos están, y que fuimos traídos a una familia, y por eso seremos de aquellos que traigan a esos niños a nuestras familias.
¿No será ya tiempo de que tú hagas esto?
Nosotros volveremos a Rusia para visitar, probablemente cuando los chicos tengan doce años más o menos. Quiero ver ese orfanato una vez más. Quizás no permanezcamos allí por mucho tiempo. A mis hijos quizás les repugne el olor del lugar. Y quizás se sientan perturbados viendo a tantos niños sin un lugar donde ir. Quizás no les guste la comida rusa igual que a mí, y quieran ir a un McDonald’s. Solo pasaremos un momento y tomaremos fotos de aquel lugar y regresaremos al carro.
Pero quiero hacer eso, y lo quiero hacer no solo para que ellos puedan ver el orfanato. Sino para ver a esos dos jóvenes sentados en el carro con sus lentes de sol mirando el sol. Y quiero siempre ser recordado, de la forma como tan a menudo vivo la vida, mirando el orfanato desde mi espejo retrovisor. ¿No te pasa a ti?
Quiero que cierren sus ojos e inclinen sus rostros y oremos juntos.
Quizás aquí haya alguien en este lugar que diga: «Yo soy un huérfano. Yo no tengo un papá. Yo sé todas las palabras que debo decir, quizás sí, quizás no, pero el Espíritu de Cristo no clama «Abba Padre en mi corazón». Yo les quisiera invitar a venir a Cristo. Él te recibirá, te lo prometo. No hay nada tan grande que hayas podido hacer, que te impida recibir el poder purificador de la sangre de Cristo.
Y quizás digas: «Yo no estoy segura de que quiera seguir a Cristo. Yo solo quiero tener un poco más de información acerca de esto». Quizás otros quieran simplemente decir: «Dios me está llamando hacer algo por los huérfanos del mundo, y no sé necesariamente de qué se trata. ¿Podrían orar por mí? Quizás otros digan: «Yo me siento muy cómodo o cómoda con esos antiguos patrones de esclavitud y de orfandad». Quizás quieras pedirle al Padre que te de convicción y que te muestre estas cosas.
Pero no salgas de este lugar sin pedirle al Espíritu Santo que has recibido que te muestre qué has de hacer. Yo quiero que recuerdes que somos herederos y herederos de todo. Así que ¿por qué actuamos como personas que están buscando migajas?
Nancy: Acabas de escuchar al Dr. Russell Moore con la conclusión del mensaje, «La adopción y la hermosura del evangelio». Para escuchar, leer o descargar el programa con la primera parte, visítanos en AvivaNuestrosCorazones.com.
El Dr. Moore nos ha ayudado a reflexionar en la maravilla que es ser adoptados en la familia de Dios. ¿Te ves como la heredera que eres? Quizás has creído que para ser aceptada por Dios debes cumplir cierto estándar… o quizás has creído que para adoptar, debes haber tenido un pasado perfecto.
Escucha ahora la historia de Nedelka. Nos pusimos en contacto con ella vía telefónica y ella compartió con nosotros su testimonio de adopción. Y es más que un testimonio de adopción, es un testimonio de la gracia, la provisión y el amor de Dios. ¿Cómo llega de la incredulidad a la fe? ¿De no conocer su diseño a abrazarlo y vivirlo? ¿De una niñez traumática a una vida plena en Cristo?
Nedelka nace en Nicaragua, estudia en Canadá y regresa a Nicaragua, donde conoce, por medio de un testimonio, al Cristo del que había oído en teoría, al tiempo que enfrenta un pasado de abuso...
Nedelka: Mi familia es muy política de influencia en el país. Entonces teníamos choferes, tú sabes, lo que es muy conocido en nuestros países, empleadas domésticas en el hogar, y mis padres por el afán de vivir en la política, en todo eso, pues yo me quedaba a cargo de las niñeras en el hogar. En esas situaciones a la edad de seis años, fue cuando yo viví ese abuso sexual por el chofer del hogar. Entonces, cuando yo tengo la primera memoria, a los dieciocho años, yo no soy cristiana. Entonces me lleva a una reunión donde una mujer da un testimonio y su vida tan real con ese Cristo que yo estudiaba en teología, pero yo no lo conocía. Esa noche que yo llego a mi casa, yo le digo al Señor, hablo por primera vez con Él y le digo: yo no te conozco como esa mujer estaba hablando, yo estoy perdida, mi vida es un desastre, yo me quiero morir. Si tú no me salvas, si tú no haces algo por mí, yo ya no quiero vivir.
Entonces lloré toda la noche...esa noche en la misma casa en que fui abusada a los seis años, clamándole al Señor fue un desahogo tremendo, y cuando yo despierto al día siguiente, soy otra persona. Yo padecía de anorexia y bulimia en ese entonces y era una manera por la cual yo me estaba matando de hambre. Cuando despierto esa mañana, lo primero que yo quiero es comer, tengo unas ganas de comer increíbles. Ahora soy una nueva criatura y me doy cuenta con el tiempo de que ahora yo tenía otro papá que me iba a proteger, que me iba a guardar, que iba a estar conmigo como Él lo promete, lo contrario del papá y la mamá que en esa misma casa me abandonaron por vivir su vida política, vivir su sueño de realizados en el país y que ahora en el mismo hogar mi padre celestial me salva.
Nancy: Esta salvación sería el inicio de un peregrinaje espiritual,
Nedelka: Y esa hambre física después se volcó en un hambre espiritual tremenda, que yo quería saber todo lo que me había pasado. Me quedé unos meses en Nicaragua pero después tengo que regresar a Canadá porque necesito terminar mi carrera. Casarme y tener hijos era una idea... totalmente...que yo no quería, como cristiana yo no queria, mucho menos tener hijos. Yo sabía que desde una edad pequeña, después de esa experiencia traumática, cuando yo era adolescente yo sabía que yo no iba a salir embarazada y no iba a tener hijos. Era algo muy profundo dentro de mí. Casarme era algo que yo no necesitaba, no necesitaba casarme. Empiezo a trabajar en Naciones Unidas, pues ese es otro mundo que me dio tantas libertades, privilegios y una influencia tremenda. Después llego a descubrir que yo soy una evangélica feminista y que sí cristiana, amaba el Señor, pero mis ideas eran feministas y como el hombre puede hacer, pues yo también.
Nancy: Pero aunque no era parte de sus planes, ella es introducida al que hoy es su esposo…
Nedelka: Bueno, nos casamos, yo tenía treinta y uno y Diego tenía treinta y tres, y una de las cosas que le dije a Diego fue que yo no quería tener niños y él me dijo, pues yo tampoco. Entonces para mí, eso fue algo...este es el hombre que Dios tiene para mí. Nos casamos y ese primer mes fue horrible, que yo dije: ¡Qué hice, ¿por qué me casé?! Y yo, una mujer cristiana, los dos cristianos, pero yo era feminista cien por ciento. El Señor me dio al que yo no quería pero al que yo necesitaba; y cuando vi lo que yo necesitaba, era lo que yo quería.
Nancy: A raíz de fuertes dificultades en su primer mes de matrimonio, ella clamó a Dios
Nedelka: Empiezo a clamar y a llorar: esto no puede ser así. Empiezo a leer Efesios y cuando llego a Efesios 5, el Señor manda a la esposa a que se someta como al Señor, se someta a su esposo como al Señor… y esas palabras, como al Señor, brincaron de la Escritura y yo tuve una convicción tremenda de que yo no estaba siendo la esposa de ese versículo, sometiéndome a Diego como al Señor. Y yo dije, yo amo al Señor, amo a mi esposo, pero es más fácil someterse al Señor que a mi esposo, especialmente después de este mes. Pero algo, algo pasó dentro de mí. Yo me doy cuenta que no sé lo que es ser esposa y que necesito averiguar en la Biblia qué es lo que el Señor dice que una esposa debe ser. Cuando mi esposo llegó a la casa esa noche, literalmente, él encontró otra mujer.
Nancy: Su encuentro con la verdad de las Escrituras avivó su corazón y cambió su matrimonio. Pero había algo más que Dios quería hacer,
Nedelka: Yo empiezo a sentir que tal vez yo quiero ser mamá y que por primera vez en mi vida, desde los seis años hasta los treinta y dos años, yo empiezo a sentir por primera vez que podría ser mamá y que ¿qué significaba ser mamá? pero mamá bíblica. Qué significaba eso...y como al año y medio, seis meses después voy donde mi esposo y le digo: creo que tal vez quiero ser mamá. Él no me hacía caso, y me daba la vuelta, pero a los dos años, ya después, seis meses después, yo le digo: Ya son dos años de casados, no salimos embarazados, tal vez hay algo que está mal. Nos vamos a chequear el médico y no hay absolutamente nada que nos impida, al día de hoy, que yo salga embarazada, pero no salía embarazada. Entonces a esos dos años, cuando yo veo que no salgo embarazada, que no hay nada de malo ni en él ni en mí, la idea se me viene, de que tal vez el Señor quiere que adoptemos.
Nancy: Lo que la llevó a considerar esta opción fue el testimonio de adopción de un pastor y algo que encontró en la web,
Nedelka: Yo puse en Google: esposa bíblica, y lo primero que me sale es Revive our Hearts. Entro a ese mundo de Revive our Hearts que yo en mi vida había leído antes en tantos años de caminar con el Señor. Entonces Revive our Hearts fue una de las herramientas que Dios usó para que yo averiguara. Todo era sobre la mujer y era bíblico y entonces....era algo insaciable. El tema de mamá era constante en todo lo que leía. La adopción igual, el tener hijos...
Nancy: Aunque este deseo estaba en su corazón, no era así en el corazón de su esposo. Pero Dios estaba en control.
Nedelka: La voluntad de Dios y la soberanía de Dios, se va a cumplir en la vida de Sus hijos, eso es primordial y yo lo vi desde un principio, que era el plan de Dios en mi vida. Tomo una decisión en ese momento que mi esposo me dice que no, de nunca más tocar este tema con él si el Señor no le cambia su corazón. Lo único que hacía era leer y orar, porque ya estaba aprendiendo lo que era ser esa esposa conforme a la Escritura. Un viernes después del trabajo, un año después, él llega a la casa, cenamos y me dice: Yo creo que sí, que el Señor quiere que adoptemos. Yo brinqué de alegría, no podía creer lo que estaba escuchando. Me quedé despierta toda esa noche, averiguando cuál era el primer paso de una pareja que quiere adoptar. Cuando ya estamos listos para esperar que los niños vengan, teníamos tres requisitos.
Cuando ya estamos listos, la agencia empieza a buscar esos niños conforme a nuestros requisitos. La agencia nos llama y nos dice que hay un grupo de tres hermanitos. La niña mayor va a cumplir siete, no era lo que queríamos, el niño del medio va a cumplir seis, tenía cinco, y la chiquita tenía tres, iba a cumplir cuatro. Yo le digo: pero eso no fue lo que nosotros pedimos, y ella me dijo: yo lo sé, pero el gobierno nos pidió que ustedes por favor consideraran...les puede ayudar tanto…. Ahí nos dimos cuenta que desde el principio era Dios escogiendo los niños que Él quería que vinieran a nuestro hogar. Le pedimos a la iglesia que orara, que si de verdad esto era la voluntad del Señor. Cuando la iglesia oró sentimos como una paz de que sí, tres de un solo, no la edad pero eran los que Dios había escogido para nosotros. Al final de los seis meses todo se finaliza y adoptamos a los primeros tres. Ellos son biológicamente hermanitos por parte de madre. De padres biológicos diferentes. Ahora tienen una mamá y un papá. Una vez que legalmente ellos se vuelven nuestros hijos ya son nuestros; y es tan bello, porque la partida de nacimiento es una nueva, donde los nombres de mi esposo y yo estamos ahí como si yo los hubiera dado a luz a los tres. Es lo que el Señor hace, nos da el sello del Espíritu Santo, así como para nosotros esa partida de nacimiento es el sello que los hace legalmente nuestros hijos delante de la ley.
Nancy: Nedelka es un vivo testimonio, al igual que el Dr. Moore, de quien escuchamos hace unos minutos, de obediencia al llamado de Dios. Como escuchamos decir al Dr. Moore, adoptar no es un llamado para todas las que escuchan, pero sí es algo que aquellos a quienes Dios ha inquietado deben considerar.
Nedelka: Si hay gente que lo está considerando, si hay gente que el Señor, de verdad, está haciendo algo dentro, eso no se les va a quitar, eso va a crecer mucho más y Dios va a ir mostrando de una manera muy clara, que esa es Su voluntad. No es un romanticismo de que yo tengo un vacío y quiero ser madre, entonces voy a ir a adoptar. Eso no funciona de esa manera, los niños no van a llenar el vacío. Si uno no está en Cristo y Cristo no lo es todo, los niños no van a llenar el vacío del corazón. Eso solo Cristo lo hace. En mi caso no fue eso de que yo no quería ser mamá, ahora quiero ser mamá y entonces voy a ir a adoptar porque fue algo lindo que oí. No, no, eso fue un avivamiento del corazón que Dios hizo para poder llevarme a ese lugar donde Él quería. Entonces adoptamos los primeros tres y me quedo con el deseo de tener un bebé y qué significaba tener un bebé. Un año después de la adopción de los primeros tres, le volvemos a decir a la agencia que estamos interesados en un bebé. Como a los tres meses nos llamaron y nos dijeron que había un bebé recién nacido en el hospital, que fue abandonado por la mamá y que si nos interesaba que fuéramos. Empezamos el proceso, el niño había nacido prematuro. Llegamos al hospital y éramos nosotros los que lo visitábamos, lo bañábamos, etc. Un año y medio después de todo ese proceso de cuidar a ese niño, lo adoptamos. Se llama Caleb y hoy tiene seis años.
Nancy: Luego de tener a Caleb, ellos pensaron que su plan había terminado; cuando recibieron una llamada...
Nedelka: Nos llama la agencia, de la nada, y nos dice que la mamá biológica de los primeros tres tuvo otro bebé y que la niña nació con droga en su sistema y que se la quitaron; y como nosotros tenemos a los hermanitos, ellos quieren mantener a los hermanitos juntos. Yo dije: wow, tuvo que ser de esa manera, la manera de Dios, de que esa fuera hermanita de los primeros tres para nosotros considerarlo. Entonces le pedimos a la iglesia que orara por nosotros, que iban a ser cinco y que cuatro era bien pesado, imagínate cinco. Hablé por primera vez con mi pastor y él me dijo lo siguiente: Toma esa niña porque un día ella se va a dar cuenta de que está con sus hermanitos biológicos y qué bendición para ellos. Mi esposo igual, así que dije que sí, lo que Dios hace no es a medias. Y si él lo hizo de esa manera, que es biológicamente hermana de sus tres hermanos, cómo voy a decir que no. Dios dice que el que viene a Él, Él no lo rechaza. Entonces dije: claro que sí, y adoptamos un año después a esa niña que tenía dos meses de nacida, nuestro quinto hijo, que hoy tiene cinco años. Las edades son: catorce, trece, once, seis y cinco.
Nancy: Y ciertamente los retos no se hacen esperar…
Nedelka: Cosas de que quieren hacer su voluntad, a veces no quieren leer la Biblia, no quieren ir a la iglesia, desobediencia, es algo que experimentamos todos los días. Sí ha habido momentos muy difíciles, por ejemplo cuando mi hija mayor le dijo a Caleb de seis años… él preguntó: adopción es cuando yo no tengo una mamá y el Señor me trae una nueva mamá; y mi hija mayor le dijo al niño de seis años: sí, porque fuiste abandonado, y él corrió donde mí y me dijo: ¿qué es ser abandonado? yo pensé que yo era un regalo. Yo tuve que sentarme y explicarle. Son esos momentos difíciles que tú dices: ¡oh, no! ¿Cómo voy a lidiar con esto? Y con mi hija mayor, ¿cómo manejar cosas que ella pregunta, como ¿dónde está mi mamá biológica y por qué yo no me parezco a mi hermanito de seis años, por qué él es diferente? Un día me dijo: mamá, si la vida es tan difícil como es, si yo siento este vacio dentro de mí, yo me quiero morir. Y yo le dije: eso es lo que hace el pecado. El pecado dice que quiere matarte. Esos vacíos en el corazón solo Cristo los va a llenar. Cuando tú me dices que te quieres morir es cierto. Una persona sin esperanza se quiere morir, pero yo estaba allí, yo me quería morir porque yo no tenía esperanza, pero Cristo vino a darte esperanza.
¿Qué quiero hacer? ¡Salvarla! Pero yo no puedo salvarla, tengo que llevarla y pensar: Dios mío ¿qué dice tu Palabra al respecto, y llevarla. Es Cristo, la respuesta es Cristo. Tú tienes que ver lo grande que es el Señor que te rescató de donde estabas para traerte a un hogar donde su Palabra y su Nombre es exaltado. Eso es el evangelio Paciencia, para que tú ahora ya no seas lo que eras y seas una niña con un apellido diferente. Eres una nueva criatura, otra vida totalmente diferente al venir a este hogar. Le digo, eso pasó conmigo, Dios me rescató, Dios me eligió a mí para llevarme a una familia nueva y poder ahora llamarme cristiana, lo mismo que a ti te pasó, en lo físico.
Nancy: Nedelka ha experimentado el evangelio de maneras tan prácticas. Y al mismo tiempo ha sido un canal de bendición para sus hijos:
Nedelka: Por ejemplo, una vez, mi niño estaba en el baño y me quería contar una historia que me la había dicho en esa mañana, ocho veces. Y mami, la historia, y la historia...Entonces cuando lo llevo al baño me dice: mami, una vez más te quiero decir la historia. Le digo: Caleb, ya no la quiero escuchar, ya me la dijiste ocho veces. En ese segundo escucho una voz por dentro: y cuando tú vienes a mí con la misma oración, yo no te digo eso, yo te escucho la número ocho, la número nueve, la diez y ¿por qué no haces tú eso con tu hijo? Yo me senté en ese piso, en frente de él y le dije: dime, ¿qué pasó en la historia? Cuando mi niño estaba limpiando el piso y tenía en un balde agua limpia y después tenía en otro balde también agua limpia y cuando limpia los pisos luego pone el mapo en un balde y el agua comienza a ensuciarse, negra, y al final teníamos un balde con agua limpia y otro con agua sucia, y yo me quedo viendo eso y le digo: George, ven, la vida en Cristo y la vida de pecado. Mira el agua sucia, después que tú limpiaste el piso y limpiaste el mapo en esa agua y mira lo sucio. Pero mira esta, ¡qué limpia, cristalina! Le digo: Cada vez que tú limpiaste el piso es lo que el Señor hace con nosotros que se llama santificación. ¿Cuántas veces lo pasaste? Me dijo: mamá lo hice dos veces. ¿Cuántas veces dos veces, como treinta veces, de un lado al otro, un lado al otro? Eso es lo que Dios hace en mi vida todos los días. Tú vas a botar esa agua sucia, y nunca nos vamos a volvernos a recordar de esa agua sucia, se fue, no existe. Es lo que Dios hizo conmigo en la cruz. Agarró mi pecado, lo clavó y lo botó, y nunca más se va a recordar. Este balde con agua limpia es lo que ahora soy en Cristo.
Nancy: Gracias Nedelka por compartir tu historia con nosotras. Ciertamente la verdad de la Palabra de Dios continúa transformando, avivando, salvando... y Dios nos ha dado medios de gracia a través de los cuales Él nos confirma Su voluntad.
Es nuestra oración aquí en Aviva Nuestros Corazones, que Dios continúe avivando muchas mujeres más, por el poder de Su Palabra, y que juntas reflejemos la hermosura del evangelio, en nuestras vidas, al mundo que nos rodea.
Annamarie: Si no sabes cómo clamar, puedes empezar con palabras como estas,
Nedelka: Yo digo, Señor, ayúdame a ceder, ayúdame a ceder con la primera seña. Yo sé que tú me vas a santificar, yo sé que voy a sufrir porque es el llamado, voy a cargar una cruz, Tú lo dices, yo lo sé, pero ayúdame a ceder a Tu voluntad, yo no quiero ser pelionera como yo era antes, no quiero hacer mi voluntad porque yo sé mejor, Señor, ayúdame a ceder.
Annamarie: Señor, ayúdanos a ceder. Para concluir nuestro tiempo, oremos junto al Dr. Russell Moore.
Dr. Moore: Padre, te pido que si hay alguien aquí que Tú estás llamando a ser Tu hijo o Tu hija, Padre, muéstraselo. Por favor, tráelos a ti. Concédeles un sentido de urgencia y de que están siendo invitados a venir a Ti.
Padre, si hay alguien en este lugar que Tú estás llamando para que adopte, Padre, yo te pido que Tú se lo dejes saber claramente. Dales un sentido de urgencia, un sudor frío, un deseo intenso a favor de los niños huérfanos del mundo.
Y Padre, pudiera haber otros aquí a los que simplemente quieras mostrarles que aún desean vivir como huérfanos en lugar de como herederos. Señálales estas cosas en sus vidas. Padre, muéstranos estas cosas en nuestras vidas.
Annamarie: Cuando tienes un encuentro con Jesús, todas las demás relaciones toman su lugar correcto. Mañana Erin Davis te comenzará la historia de ocho mujeres que tuvieron un encuentro con Jesús, y nunca volvieron a ser las mismas.
Te esperamos aquí en Aviva Nuestros Corazones.
Llamándote a reflejar la hermosura del evangelio al mundo que te rodea, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
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