Juntos a través de las tormentas, día 2
Annamarie Sauter: Sarah Walton sentía que su vida estaba volviendo a la normalidad cuando su esposo Jeff le dio malas noticias otra vez.
Sarah Walton: Él esperó hasta que los niños se fueran a la cama, me sentó y me dijo: «Aquí tenemos otro capítulo para nuestro libro. He vuelto a perder el trabajo».
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Una cosa es cuando las cosas no marchan como te gustaría; cuando no consigues el ascenso de puesto que estabas esperando, o cuando tus hijos están muy inquietos…y otra cosa es cuando, a veces, la intensidad aumenta y te acabas encontrando en medio de un diluvio.
Podría ser una enfermedad grave, una dificultad financiera o una desavenencia con tu familia o seres queridos cercanos. Te preguntas si podrás salir de la tormenta. Si estás casada, puede …
Annamarie Sauter: Sarah Walton sentía que su vida estaba volviendo a la normalidad cuando su esposo Jeff le dio malas noticias otra vez.
Sarah Walton: Él esperó hasta que los niños se fueran a la cama, me sentó y me dijo: «Aquí tenemos otro capítulo para nuestro libro. He vuelto a perder el trabajo».
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Una cosa es cuando las cosas no marchan como te gustaría; cuando no consigues el ascenso de puesto que estabas esperando, o cuando tus hijos están muy inquietos…y otra cosa es cuando, a veces, la intensidad aumenta y te acabas encontrando en medio de un diluvio.
Podría ser una enfermedad grave, una dificultad financiera o una desavenencia con tu familia o seres queridos cercanos. Te preguntas si podrás salir de la tormenta. Si estás casada, puede que te preguntes si tu matrimonio saldrá de esta tormenta.
En medio de todo, debemos acordarnos de que Dios no está ausente en estas tormentas. De hecho, hay un par de versículos interesantes en el Salmo 107. El versículo 25 dice: «Pues Él habló, y levantó un viento tempestuoso que encrespó las olas del mar». ¿Has pensado en que Dios no solamente está consciente de lo que está sucediendo sino que Él está detrás de esas circunstancias?
Cuando llegamos al versículo 29 del Salmo 107, dice: «Cambió la tempestad en suave brisa y las olas del mar se calmaron». En medio de nuestras tormentas, necesitamos aprender a levantar nuestros ojos, al que a veces hace que los vientos tormentosos vengan, pero en Su tiempo y a Su manera, Él también calma esas tormentas.
Hoy en Aviva Nuestros Corazones tenemos a unos experimentados sobrevivientes de tormentas. Aquí está Dannah Gresh para presentar a nuestros invitados.
Dannah Gresh: Ninguno de nosotros ha caminado hasta el altar el día de su boda con la esperanza de pasar por muchas tormentas en el matrimonio. Normalmente esperamos tener una vida normal.
Hoy vamos a escuchar a una pareja que ha enfrentado tormentas, tanto de manera individual como en su familia y en su matrimonio, tormentas que hacen que las cosas no se vean muy normales… sino dolorosas y difíciles.
Y hoy estoy contenta de decir que siguen juntos a través de las tormentas, y ese precisamente es el título del libro que escribieron Juntos a través de las tormentas: Palabras de aliento para tu matrimonio.
Bienvenidos de nuevo, Jeff y Sarah Walton. ¿Cómo están hoy?
Jeff Walton: Muy bien. Gracias, Dannah.
Sarah: Sí, estamos muy bien. Gracias por tenernos aquí otra vez.
Dannah: Tuvimos una conversación muy enriquecedora y transparente ayer. Si te perdiste esa primera parte, vuelve atrás para escucharla. Vas a escuchar cómo el primer bebé de Sarah y Jeff entró súbitamente en una condición de salud no diagnosticada que hizo que reaccionara erráticamente—perdiera el control con regularidad. Se salió tanto de control que Jeff tuvo que dejar su exitoso y lucrativo trabajo como médico consultor. Sarah tuvo que cuidar a su hijo, que a veces tenía que ser sujetado para su propia protección, así como para la protección de los otros tres niños. Hicieron unos sacrificios drásticos, se aferraron a Dios y aún hoy siguen juntos, a pesar de las tormentas.
Quiero empezar hablando de algo que comenzamos ayer, pero que creo que está en la mente de muchas personas ahora mismo: ¿Qué consejo tienen para las familias cuyas condiciones económicas han cambiado dramáticamente y a lo mejor su identidad que provenía de sus carreras profesionales ha cambiado? ¿Cómo enfrentamos esto, cómo permanecemos juntos a través de las tormentas? ¿Qué consejo les darías, Jeff, a las parejas?
Jeff: Es una muy buena pregunta y algo a lo que nos hemos tenido que enfrentar porque he perdido el trabajo dos veces debido a la reducción de personal en la compañía. De hecho, hace poco me despidieron. Así que estamos junto a millones de personas que están sin trabajo y se enfrentan a lo desconocido—se enfrentan a «de dónde va a venir el siguiente ingreso, o cuándo va a venir, o cómo vamos a cubrir las necesidades básicas». La pregunta es, ¿cómo vamos a seguir adelante? ¿Dónde podemos buscar refugio?
Creo que lo que nos ha ayudado… Esto es un proceso largo. No se trata de algo que puedes simplemente activar, pero que a medida que continuamos leyendo fervientemente la Palabra de Dios y continuamos buscándole, meditando en preguntas como estas: ¿Por qué? ¿Por qué tuvo que despedirme mi empresa o suspenderme y disminuir mi pago si se trata de esta circunstancia?
Y hay familias que tienen a sus hijos en casa y tienen el estrés añadido de intentar que aprendan… es como si estuviéramos luchando por sobrevivir y simplemente llegar al final del día.
Creo que lo que realmente tenemos que ver, en primer lugar, es todas estas preguntas a las que nos enfrentamos. Tú y tu cónyuge están enfrentando estas preguntas de diferentes maneras. Todos necesitamos recordar continuamente que Cristo quiere que traigamos estas cosas delante de Él. No podemos esconder las cosas. No podemos guardárnoslas para nosotros.
Creo que una cosa que hemos intentado y que podemos extraer de nuestro libro es muy aplicable a hoy día, y es que todos estamos pasando por el concepto de lamentar: ¿Cómo se hace realmente? ¿Cómo nos lamentamos? En nuestro libro caminamos a lo largo del ejemplo de Job. Él es un buen ejemplo.
Job lo perdió todo. Desde su trabajo, su rebaño, todo su sustento a su alrededor, todas sus relaciones, sus diez hijos... Y perdió la relación por lo menos con su esposa—porque hay mucha información sobre cómo habría sido después de que ella lo animaba a maldecir a Dios.
Encima de esto, como si no fuera suficiente, vemos que Job padece una condición horrible y todo su cuerpo se llena de llagas. Así que todo esto causa soledad. Vemos que está marginado de sus amigos que siguen vivos, y su esposa desaparece del cuadro que se nos pinta.
Así que, ¿cómo salimos de aquí? Job está luchando con «¿por qué está pasando esto Dios?» Él no tiene ni idea. Afortunadamente, podemos ver el diálogo entre Satanás y Dios sobre el porqué está pasando esto, pero Job no lo sabía. Dios ni siquiera se lo revela al final del libro. Así que lo único que sabemos es que Job está sufriendo. Ni siquiera puede dormir o descansar. Se le atormenta en sus sueños simplemente porque está disconforme y luchando. Ni siquiera puede dormir bien por la noche.
Y puede que haya personas así hoy que están en casa: lidiando con los hijos, trabajando desde casa a lo mejor, si aún conservan el trabajo, o buscando un nuevo trabajo. Probablemente no están durmiendo bien, así que el estrés aumenta. Y ¿hacia dónde vamos?
Es muy importante, primeramente, traer esto ante Dios y acordarnos de que Él quiere escuchar estos problemas.
Dannah: Piensas que Dios quiere oírnos decir: ¿Por qué Dios?
Jeff: Sí, y es una de las cosas más fascinantes. Cuando te fijas en Job, en ciertos salmos y en el libro de Lamentaciones, si los lees y realmente meditas en las palabras que están diciendo, es chocante para mí, porque yo no hablo de esta manera, o en el pasado nunca he hablado así a Dios. Parece que se están quejando, y ¿está bien mencionarlo en voz alta a Dios?
Es increíble estudiar realmente lo que es un lamento bíblico. Creo que la diferencia es cuestión del corazón porque si simplemente nos estamos quejando, vamos a caer en un círculo vicioso. No existe ninguna salida. No estamos buscando a Cristo. Solo estamos sacando todas nuestras heridas y dolores, pero no nos lleva a ninguna parte.
Así que lo más importante que tenemos que recordar, y podemos verlo modelado en la vida de Job, es que cuando estamos en el proceso del lamento y no estamos simplemente hablando a Dios, trayendo nuestro dolor, nuestra confusión, todos nuestros problemas a Él, vemos este punto de inflexión en el lamento que dice, «y», «aún», «pero» y volvemos a poner nuestra confianza en Él.
Tenemos que acordarnos en estos tiempos, no importa por lo que estés pasando en tu matrimonio ahora mismo, o luchando con la incertidumbre «¿de dónde vendrá nuestra siguiente comida?» Y nosotros estamos recibiendo ayudas para la comida. Existe la lucha de «¿tenemos suficiente para mantenernos en donde estamos?» Pero ha habido recortes, y estamos luchando con cómo será la nueva realidad.
En estos días tenemos que mirar atrás y acordarnos de la fidelidad de Dios en el pasado porque ahora mismo parece que «no hay nada bueno que pueda salir de esto». Y esta es la historia de Job. No hay nada bueno y Job clama «¿para qué he nacido? ¿Por qué?»
Dannah: Sarah, esta es una afirmación muy transparente. Un hombre que estaba en las mejores condiciones, sacrifica su carrera profesional por su familia y llega a casa y dice, «no tengo trabajo». ¿Qué es lo que has hecho como esposa para lamentar la situación y a la vez apoyar a tu marido?
Sarah: Esa es una buena pregunta. Creo que esta segunda vez ya tenía consejo. En verdad Jeff, creo que fue hace cinco meses, acababa de empezar a trabajar y estábamos agradeciendo al Señor por Su provisión. Y estaba contigo en aquel momento…
Dannah: Sí. Pasamos un tiempo juntas en noviembre, con Nancy Wolgemuth y Mary Kassian. No sé creo que unas quince o veinte de nosotras estábamos simplemente leyendo la Palabra juntas.
Sarah: Sí. Fue una gran bendición. Llegué a casa el viernes y Jeff esperó a que los niños se fueran a la cama. Me sentó y me dijo: «Bueno, creo que tenemos otro capítulo para nuestro libro. Acabo de perder el trabajo otra vez». Me desanimé. Creo que se lo hice saber después.
Dannah: Sí. Recuerdo recibir el mensaje y pensar: «Oh, justo nos estábamos regocijando de que las cosas se estaban volviendo más fáciles… Pero no fue el caso, ¿verdad?
Sarah: No, no fue así. Por más difícil que fuera, vi la provisión en esto porque mi corazón respondió de una manera diferente a la primera vez. Tenía mucha más estabilidad. Estaba asombrada, simplemente asombrada. Pero vi mucho más de lo que vi la primera vez… Creo que la primera vez no solo estuve asombrada, también respondí con temor. Creo que el temor probablemente se tradujo para Jeff en «¿qué es lo que has hecho mal?» Como si le dijera: «es tu culpa».
Creo que no dije esto la primera vez, pero creo que Dios utilizó este tiempo para revelarme, como resultado de la primera pérdida de trabajo, que mi corazón estaba sintiendo un poco de resentimiento hacia Jeff. Pero al final, me di cuenta de que era realmente hacia el Señor.
Sentía que el Señor nos debía algo porque habíamos seguido lo que sentíamos que Él nos estaba guiando. Nos tomó sacrificios, y creo que en lo profundo de mí pensaba, «Señor, Tú tienes que cuidarnos porque nosotros te hemos seguido. Hemos confiado en Ti. Nos tomó sacrificios confiar hacia donde nos estabas guiando y ahora parece que acabas de dejarnos».
Dannah: Querías una recompensa por tu decisión.
Sarah: ¡Sí! Quiero decir, es lo que desea nuestra carne. El Señor estuvo trabajando en nosotros durante este tiempo para que parara de fijarme en Jeff y me diese cuenta realmente de que el Señor es soberano aun sobre las decisiones que Jeff toma. Él es soberano sobre las cosas que Jeff no podía ver que estaban pasando dentro de mí. «Jeff, ¿por qué no te diste cuenta de esto antes?» Y no era justo.
Así que esta vez, hace cinco meses, sentí que el Señor me dio paz para no tener que temer. Puedo confiar y no tengo que echarle la culpa a Jeff. No tengo que romper a llorar diciendo: «¿Qué vamos a hacer? ¿Cómo vamos a sobrevivir esto?»
Fui capaz de ver de una manera más piadosa que él estaba dolido. Esto no solo me afectaba a mí. Quería reconfortarlo. Vi que esto debía ser más duro para él que para mí. Perdió el trabajo dos veces y yo sé lo trabajador que es. No parecía ser justo. Y quería gritar que no era su culpa. Él es muy trabajador. Él es muy bueno en lo que hace.
Y vi como el Señor le dio humildad. Cuando veía esto, mi deseo de mostrarle de cualquier manera mi gracia, apoyo y ánimo, aumentaba.
Así que, para la esposa, yo diría que el mejor regalo que le puedes dar a tu esposo es no hacerlo sentir que dependes de él completamente porque es un peso que no ha sido pensado para que lleven. Sí, es un regalo de nuestros esposos proveer si el Señor les da la habilidad, pero Dios quiere que confiemos en que Él es nuestro proveedor por encima de todo. Le doy un regalo a Jeff cuando le doy espacio para decir. «Jeff, estoy en esto contigo. Somos un equipo en esto. No voy a poner todo esto encima de ti. No voy a hacerte sentir culpable como si fueras tú el causante de esto en nuestra familia».
Le intentaba animar diciendo: «Gracias por todo lo que has hecho por nuestra familia. Gracias por tu trabajo duro. Siento que esto esté pasando otra vez. No parece justo».
Así que esto nos ayudó a unirnos como si fuéramos compañeros en un reto, en vez de que él se sintiera como si me hubiera defraudado. Así que sentí que tenía que ser cuidadosa con cómo le dejo ver mi propia respuesta a esta situación.
Dannah: Jeff, ¿qué diferencia hizo esto de la primera vez que te enfrentaste al desempleo frente a la segunda vez cuando ella reaccionó diferente? ¿Qué provocó en ti? ¿Cómo te sentiste?
Jeff: Creo que esto es un testamento justo de la obra del Señor en nosotros, independientemente y juntos. Es un gran regalo cuando ella respondió con entendimiento y compasión, además estábamos moviéndonos hacia delante en esto. No es que no fuera así hace cuatro o cinco años cuando pasó por primera vez, pero creo que el tono fue totalmente diferente.
Y creo que el ánimo es que todos estamos pasando por algo duro ahora mismo. Y si esta es la primera gran tormenta por la que estás pasando, desde nuestra perspectiva, cuando miramos atrás aún a la primera pérdida de trabajo puedo decir: «Dios nos ha hecho crecer mucho desde ese entonces». Y ahora mi respuesta en esta segunda oportunidad fue solo por Su gracia, porque mi respuesta fue igual que las palabras de Job, «el Señor da y el Señor quita. Bendito sea el nombre del Señor».
Así que me estaba sujetando a eso débilmente y no era con mi propia fuerza. Esto es la obra del Señor. Así que vi que era otra oportunidad. Mis palabras a uno de mis buenos amigos cuando le expliqué al día siguiente fue, «no puedo creer que esto esté pasando otra vez, pero ¿sabes qué? Esta es una oportunidad para vivir lo que escribí en nuestro libro».
Así que esto solo es un testamento de lo que Dios ha estado haciendo en nuestra vida. No es nada de lo que me pueda enorgullecer, porque soy débil, orgulloso y todas las cosas que son de la carne. Pero Cristo, quien está trabajando profundamente en mí y Su Espíritu quien es mi ayudador, me han dado las palabras y los pensamientos para reflexionar en estas cosas. Así que ahora podemos movernos hacia adelante y continuar aferrándonos a Él, porque aparte de Él no somos nada.
Y esta es la gracia de Dios que estaba fluyendo a través de Sarah cuando respondió misericordiosamente hacia mí, y esto dice mucho.
Dannah: Cuando mencionaste el versículo del libro de Job, «el Señor da y el Señor quita. Bendito sea el nombre del Señor». He estado diciendo reiteradamente que ahora tenemos el privilegio de vivir la Escritura de una manera que siento que no he conocido antes en mi vida. Cuando oigo que dices esto, me doy cuenta. «oh, ustedes están pasando por esto, están viviendo esta realidad».
El Señor les ha quitado cosas. Y están auténticamente bendiciendo Su nombre. Y cualquier Escritura que leen hoy cuando abren la Biblia, tienen la oportunidad de vivirla. Pueden vivirla. Escucho esto en ustedes.
Sin embargo, tengo que decir que nunca he leído un libro sobre el matrimonio basado en el libro de Job. Es más común usar el Cantar de los Cantares, o Efesios 5 y 6. Pero, ¿Job…? ¿Cómo fue el momento en que supieron, «vamos a escribir un libro y vamos a usar la experiencia de Job para hablar sobre cómo atravesar las tormentas en el matrimonio»?
Sarah: Oh, bueno se desarrolló en diferentes etapas. Hemos estado meditando en el libro de Job durante los últimos años debido a la naturaleza de nuestros problemas. Job atravesó muchas etapas y diferentes tipos de problemas… Y él y su esposa respondieron de manera diferente al sufrimiento. Y lo mismo sucede en nuestro matrimonio, no respondemos de igual manera a todas nuestras pruebas.
Habíamos estado trabajando en el índice y seguimos todavía trabajando: «¿En qué queremos basar esto?» Estaba sentada con mi madre un día y me dijo, «sabes, la historia de ustedes se desarrolla igual que la historia de Job». Y empezamos a hablar, «bueno, sería genial poder escribirlo partiendo del libro de Job. Hemos hablado mucho del libro y hemos caminado por el libro».
Así que Jeff y yo empezamos a revisar el libro de Job con el índice que teníamos y nos quedamos atónitos. Era como si el índice encajase con los pasajes de Job que habíamos conectado. Y desde ahí decidimos continuar.
No es definitivamente el típico libro al que acudirías, pero ahí está el tema: no hay muchos versículos específicos que hablan acerca del matrimonio en las Escrituras, pero el matrimonio representa a Cristo y a la iglesia. Y de este modo toda la Escritura trata sobre el discipulado y Cristo en la iglesia. Y ¿no son los matrimonios así?
Toda la Escritura debería ser aplicable. Creo que esto fue muy dulce para nosotros, ver cómo Dios nos dio estos pasajes en Job con los que es tan difícil de lidiar, pero nos dieron mucho ánimo porque nos ayudaron a formar nuestra teología del sufrimiento. Y al mismo tiempo, nos ayudaron a ver que el libro de Job tiene mucha sabiduría que Dios puede usar en nuestro matrimonio. Si lees este libro, encontrarás que son fascinantes las cosas que están relacionadas con él.
Es gracioso…los capítulos abarcan desde enfermedades crónicas hasta la intimidad. El versículo que encabeza el capítulo acerca de la intimidad es Job 19:17, que dice: «Mi aliento es odiosoa mi mujer, y soy repugnante a mis propios hermanos».
Dannah: ¡El factor de la intimidad es importante en el matrimonio!
Sarah: Pero, ¿no es verdad? Si estás pasando por algo que los está dividiendo… se están separando el uno del otro, y te puedes sentir así. Puede ser una dolencia física o algo emocional, o lo que sea. Sé que Jeff y yo nos hemos sentido de esta manera, totalmente desconectados el uno del otro. Bueno, ¿cómo restaura esto el Señor? Y esto es lo que realmente queremos ofrecer.
Dannah: Bueno, ¿qué le pueden decir a la pareja que se siente así en este momento? Puede ser una mujer que está escuchando esta conversación y siente que no quiere tener a su esposo cerca y está en una encrucijada. ¿Qué consejo tienes para ellos, de modo que puedan adoptar una perspectiva que les ayude a superar las tormentas en vez de huir de ellas?
Sarah: Quiero decir una cosa, y es que queremos que quede claro y he dicho esto en muchas conversaciones últimamente. Hay muchos oyentes, y estoy segura de que sienten que…no tienen un esposo creyente, o que a lo mejor están en espacios o situaciones totalmente diferentes o que no están conectando. El punto de inflexión en nuestro matrimonio fue el darnos cuenta de que mi relación con Cristo no dependía de Jeff, pero mi relación con Jeff depende de Cristo.
Hubo momentos en nuestro matrimonio en que Dios nos permitió llegar al punto en el que yo no pensaba que íbamos a salir de ahí. Pensaba que no había ninguna manera de salir adelante. Estos eran los momentos cuando el Señor tuvo que abrir mis ojos para ver que yo no podía cambiar el corazón de Jeff. Yo no podía cambiar las cosas que habría querido cambiar. La única cosa que podía hacer era poner mi corazón delante del Señor y empecé haciendo esto.
Esto es lo que aconsejaría a la pareja que se encuentra en esta situación porque había cosas que me herían profundamente, pero no podía forzar los ojos de Jeff a que se abrieran. No importa cuanto tiempo o las diferentes maneras en que intentara reformular las cosas, el resultado no era fructífero porque estaba intentando hacerlo en mis propias fuerzas. Estaba intentando forzarlo yo misma separada de Dios y Él utilizó esto para abrir mis ojos y ver que tengo que buscar primero lo que necesito en el Señor.
Dios desea realmente sanidad para nuestro matrimonio. Es una oración que Él quiere que oremos. Así que no huyas porque parece imposible a tus ojos. Vuelve tu mirada hacia el Señor, el Único que puede cambiar todos los corazones, el Único que puede hacer cosas más allá de lo que te imaginas. Y Él lo ha hecho en nuestro matrimonio.
A medida que Él me ha ido dando la habilidad de empezar contarle todo lo que me hería y lo que sentía que tenía que ver en Jeff, pero no podía forzarlo, empecé a orar, «Señor cambia mi corazón donde no puedo verlo. Quiero sanidad en mi matrimonio, pero no sé cómo seguir adelante; así que te pido que cambies el corazón de Jeff como tú creas adecuado. Si él tiene que ver estas cosas, cámbialas. Y si no, ayúdame a descansar en Ti»
Nancy: Mostramos nuestros verdaderos colores cuando las tormentas de la vida nos golpean. O para añadir a la mezcla de metáforas aún más, te puedes dar cuenta de lo que hay dentro de nosotros cuando nos empiezan a apretar y a presionar.
Has escuchado a Jeff Walton junto con su esposa Sarah. Ellos tuvieron esta conversación con Dannah Gresh para hablar sobre algunas tormentas que han atravesado en su matrimonio.
No puedo evitar pensar en la actitud del apóstol Pablo cuando pasaba por una tormenta. Él lo llamaba el aguijón de la carne. Podemos leerlo en 2 Corintios capítulo 12 donde dice:
«Acerca de esto, tres veces he rogado al Señor para que lo quitara de mí. Y Él me ha dicho: “Te basta Mi gracia, pues Mi poder se perfecciona en la debilidad”. Por tanto, con muchísimo gusto me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí. Por eso me complazco en las debilidades, en insultos, en privaciones, en persecuciones y en angustias por amor a Cristo, porque cuando soy débil, entonces soy fuerte» (vv.8-10).
¡Guau! Esta es la mentalidad que quiero tener cuando me enfrente a una tormenta.
Jeff y Sarah Walton escribieron el libro que hemos mencionado a lo largo de esta serie, titulado, Juntos a través de las tormentas: Palabras de aliento para tu matrimonio. Este es un libro que cada pareja necesita tener a su disposición para prepararse para las tormentas, para cuando estén en medio de una tormenta y para que les dé una perspectiva bíblica para ayudar a otros que estén pasando por una.
Dannah muchas gracias por compartir tu conversación con Sarah y Jeff Walton con nosotras. Este es un tema que tenemos que recordar en estos tiempos difíciles.
Dannah: Bueno, si has estado escuchando estos dos días, sabrás que hay una parte de la historia que no hemos terminado de abordar, ¿qué le ha pasado a su hijo? ¿Cuál es el diagnóstico? ¿Cómo vives con un hijo que tiene una enfermedad crónica? Mañana Jeff y Sarah Walton nos traerán algunas respuestas a estas preguntas.
Nancy: ¡Muchas gracias por estar aquí con nosotras hoy! Y asegúrate de acompañarnos mañana aquí en Aviva Nuestros Corazones.
Annamarie: Invitándote a no solo sobrevivir en la vida cristiana, sino a tener una vida fructífera en Cristo, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Y no olvides que la lectura para hoy en el Reto Mujer Verdadera 365 es Marcos capítulos 4 y 5.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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