¿Intimidas a tu esposo?
Carmen Espaillat: Como recién casada, Kim Wagner anhelaba saber que su esposo la amaba.
Kim Wagner: Recuerdo en los primeros años de matrimonio, viajando en el auto, y estar ahí sentada pensando, ¿por qué no toma mi mano? Él no es cariñoso. Es tan frío. Es tan ensimismado. Si él me amara, ¿no querría acercarse y tomarme de la mano?
Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia Saladín.
Esta semana hemos estado escuchando la historia de Kim Wagner. Ella y su esposo, LeRoy, se esforzaban trabajando para servir en la iglesia en que LeRoy pastoreaba. Sin embargo, su matrimonio apenas sobrevivía. Ayer Kim nos habló sobre cómo Dios trajo convicción a su corazón, por ser crítica hacia su esposo. Retomaremos la historia en la parte donde Kim describe el momento en que conoció a la anfitriona de Aviva Nuestros Corazones, Nancy …
Carmen Espaillat: Como recién casada, Kim Wagner anhelaba saber que su esposo la amaba.
Kim Wagner: Recuerdo en los primeros años de matrimonio, viajando en el auto, y estar ahí sentada pensando, ¿por qué no toma mi mano? Él no es cariñoso. Es tan frío. Es tan ensimismado. Si él me amara, ¿no querría acercarse y tomarme de la mano?
Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia Saladín.
Esta semana hemos estado escuchando la historia de Kim Wagner. Ella y su esposo, LeRoy, se esforzaban trabajando para servir en la iglesia en que LeRoy pastoreaba. Sin embargo, su matrimonio apenas sobrevivía. Ayer Kim nos habló sobre cómo Dios trajo convicción a su corazón, por ser crítica hacia su esposo. Retomaremos la historia en la parte donde Kim describe el momento en que conoció a la anfitriona de Aviva Nuestros Corazones, Nancy DeMoss de Wolgemuth.
Kim: Durante ese año, con mi corazón cambiando e intentando modificar mi actitud hacia él, estaba muy frustrada porque parecía que él se iba metiendo más y más en su cueva. Pensé, nada está cambiando. Nada está mejorando
Tú y yo tuvimos una conversación y estoy muy agradecida de que pudimos pasar un tiempo juntas. Me hiciste preguntas muy difíciles. Nancy, para mí nuestra conversación valida la verdad de Tito 2. A pesar de que no eres mucho mayor que yo, y aunque en ese momento no estabas casada, la labor de las mujeres que están más adelantadas (maduras) espiritualmente, en su crecimiento espiritual, en la santificación, es acercarse a las mujeres jóvenes, porque ellas necesitan que la verdad sea vertida sobre sus vidas.
Y tuvimos una muy buena conversación donde me hiciste preguntas muy difíciles y me diste verdad. Recuerdo la primera pregunta que me hiciste.
LeRoyWagner: Cuando oí esa pregunta que le hiciste, la primera pregunta, pensé, ¡wow! Dios está en Su trono. Él realmente sabe lo que está sucediendo en nuestras vidas. Yo no conozco a esta mujer, pero ella está en sintonía con el Espíritu.
Nancy: ¿Y la pregunta fue…?
Kim: Me miraste, no como juzgándome, sino llena de gracia y dijiste, «creo que tú intimidas a tu esposo». Esa fue tu declaración. Y entonces preguntaste, «¿no crees que intimidas a tu esposo?»
Yo dije, «¿cómo podría intimidar a mi esposo? No lo puedo imaginar. Bueno, no, no creo que él se sienta intimidado por mí». Mientras más pensaba en eso, el Espíritu Santo comenzó a confirmarlo. No me di cuenta de que mis afirmaciones insistentes, obstinadas, eran intimidantes para él.
LeRoy: Estallidos emocionales para los cuales no tenía respuesta y con los que no podía lidiar de manera alguna.
Kim: Para él, era como si estuviera en firme oposición contra él. Me tenía tanto respeto que en ocasiones hasta pensaba, bueno, tal vez ella sabe de esto mejor que yo. Muchas veces me decía, «tú harías mucho mejor trabajo como pastor de esta iglesia, que el que hago yo».
LeRoy: Y no es que los que me conocen me hubieran visto como debilucho, porque enfrentaba retos muy, muy difíciles. Fuera de casa podía soportar las confrontaciones y el conflicto. Aunque no me gustaba lidiar con eso, podía hacerlo.
Como pastor tienes que lidiar con todo tipo de situaciones en la vida de las personas, que sencillamente están en caos. Tienes que afirmarte en la verdad, lo cual a veces resulta muy difícil. Debes tomar una posición. Tienes que ir a reuniones donde la gente va a estar en desacuerdo contigo. Tienes que dirigir de una manera que sabes que va a haber oposición. Va a haber crítica.
Siempre he podido soportar eso, pero es completamente diferente cuando la persona que amas, a la que estás unido, expresa que no te tiene confianza; que deberías hacerlo de otro modo; que ella lo haría de otra manera; que esa no era la forma en que debió haberse hecho. Entonces, aunque yo era una persona que podía hacerlo así, y lo había hecho, se fue volviendo más y más paralizante para mí el hacer lo que necesitaba hacer en público, cuando en la parte privada de mi vida, mi matrimonio, no era como Dios planeó que fuese.
Nancy: Creo que ese es un punto muy importante LeRoy, porque vemos la cultura y vemos hombres batallando tanto. No todos, por supuesto, pero son muchos los hombres que realmente están batallando con inseguridad, con dar un paso al frente, con ejercer liderazgo, con tomar decisiones correctas y sabias. Te preguntas cuántos de ellos lo habrían hecho o lo harían, pero debido a lo que está sucediendo en sus casas, en sus matrimonios, se sienten desanimados, lastimados, intimidados, incapacitados, castrados, y todas las palabras que apliquen. Y luego salen de casa como un perrito con la cola entre las patas.
LeRoy: Ante eso creo que existen dos reacciones que están afectando mucho los hogares cristianos. Estamos hablando de hogares cristianos y de cómo la influencia feminista que comenzó en la cultura, se ha metido en nuestros hogares, incluso hogares basados en la Biblia. Creo que los hombres reaccionan en una de dos maneras, ambas igualmente destructivas. Ya searetroceder, como yo lo hice, refugiándose en un caparazón. Creo que probablemente dependerá de su personalidad. O la otra, enseñorearse y dominar y decir, «no voy a aguantar esto», y entonces la casa se convertirá en un campo de batalla, de enojo y resentimiento. Es tan destructivo. Porque si la mujer es fuerte, se va a levantar aún con más fuerza, y entonces el hombre va a …
Nancy: …o la mujer va a acobardarse.
LeRoy: O ella va a acobardarse y entonces tienes una situación igualmente devastadora, donde no hay la unión, la armonía, la comunión que el Señor quiere que tengamos. Sin la gracia de Dios y sin pararse firme, con un compromiso inquebrantable basado en la Palabra de Dios, no hay esperanza de tener un hogar piadoso. No podemos hacerlo en nuestras propias fuerzas. No podemos hacerlo en la carne.
Aunque estemos en la iglesia hasta tres, cuatro, cinco veces a la semana, aunque estemos en un ministerio, aunque creamos la Palabra, creamos en las cosas correctas, queramos hacer las cosas correctas, aún así necesitamos la obra del Espíritu Santo y la verdad de Dios continuamente limpiándonos, continuamente dirigiéndonos, animándonos, consolándonos. Necesitamos tener eso.
Nancy: Así es. Amén a todo eso.
Kim, una vez que comenzaste a darte cuenta del factor de intimidación, ¿hablaste con LeRoy de inmediato?
Kim: Sí, lo hice. Él no estaba muy abierto al respecto.
LeRoy: No era comunicativo porque tenía mucho cuidado de no decir algo que pudiera causar una reacción de su parte, que después no pudiera yo contrarrestar, igualar, conversar con ella, ir a la par con su emoción, que asemejara su intensidad. Entonces traté de ser muy cuidadoso y me medía con lo que decía, y la manera en que le respondía.
Nancy: En esos momentos realmente sentías que no podías abrir tu corazón.
LeRoy: No sentía la libertad de expresar mi corazón.
Kim: Aún no se sentía a salvo conmigo. No estaba a salvo. Yo hacía preguntas que eran muy dolorosas para él y él todavía no podía ir hacia allá.
LeRoy: En Su tiempo, Dios tenía que traerme a un lugar donde yo pudiera comenzar a ser parte de esta obra redentora de sanación que comenzó con tu librito y tu conversación con ella. Ambos estábamos en este viaje, pero a ritmos diferentes y el Señor estaba usando diferentes medios para traernos a donde Él quería tenernos.
Kim: Él regresó de estar fuera por una semana, a solas, donde Dios lidió con su corazón y le reveló este lazo de temor hacia mí, y que necesitaba ser abierto y honesto conmigo al respecto. Él simplemente me lo comunicó abiertamente y con humildad. Pero Nancy, no creo que él lo hubiera hecho si no hubiera sentido que tenía un lugar seguro.
Me tomó tiempo preparar ese lugar seguro de hacer las cosas difíciles, de comenzar a modelar las verdades de las Escrituras que habíamos enseñado, como Filipenses 2, andando en la humildad de Cristo; Colosenses 3, demostrando verdadero amor, gracia, humildad. Este tipo de cosas con las que debemos tratar a nuestros hermanos, pero con las que yo no había tratado a mi esposo, como preparar un lugar seguro para que él pudiera venir y ser honesto conmigo.
Nancy: Entonces tú dijiste…
LeRoy: Bueno, simplemente derramé mi corazón y le expresé lo que Dios me había mostrado. Solamente Dios conoce cómo estamos hechos cada uno de nosotros, cuáles son nuestras experiencias, cuáles nuestros pensamientos, cuáles nuestras emociones y sentimientos más profundos, y nuestras experiencias. Él sabe exactamente dónde necesita tratar con nosotros y mostrarnos gracia
Me dí cuenta, y como hombre temía admitir, que el temor había atrapado mi alma. El temor me había paralizado. Tenía temor de mi esposa. Tenía temor de tomar decisiones. Tenía temor del fracaso. Tenía temor de cualquier reunión, de cada oportunidad de interactuar con alguien. Literalmente me había vuelto una persona temerosa, y yo no soy débil. Por naturaleza soy tranquilo, e introvertido, pero no soy una persona temerosa.
El Señor me mostró cómo a lo largo de mi vida había tenido ese problema. Por la gracia de Dios, Él me mostró que no quería que nuestro matrimonio destruyera a Kim. Él no quería que me destruyera. Él quería sacar las cosas que siempre habían sido parte de nuestra vida, que Él conocía, en Su bondad y en Su omnisciencia, y conociendo todo sobre nosotros, qué se necesitaría llevar un matrimonio piadoso, comprometido a permanecer juntos. Él sabía lo que íbamos a hacer, pero nos puso ahí para que Él pudiera trabajar justo en los asuntos que nos impiden crecer al grado que él quería que creciéramos, servirle servirle en el camino, y ser las personas que Dios deseaba que fuéramos.
Él usó la prueba del matrimonio y el fuego de la dificultad y de la aflicción y del dolor para ir al corazón de los problemas en nuestra vida que habían estado ahí desde antes que nos conociéramos, y de los que quizá no estábamos conscientes. Pero en realidad, Él nos llevó a lugares muy oscuros y dolorosos, con el propósito de redimirnos, para rescatarnos, con el fin de liberarnos…
Kim: … de conformarnos a la imagen de Cristo.
LeRoy: Conformarnos a la imagen de Cristo. Y estoy tan agradecido por la verdad de Dios, por como Dios te usó, por el Espíritu Santo que nunca nos ha dejado, nunca nos abandonó a nuestras propias actitudes y acciones destructivas, sino que está trabajando continuamente en nuestras vidas.
Kim: Lo que Dios trajo a la luz en su vida fue ese lazo de temor. En mi vida, Él estuvo trayendo a la luz el egoísmo, la autocompasión, las demandas y expectativas irreales, el deseo de controlar. Todas esas cosas son parte de nuestra naturaleza carnal, pero cuando vivimos la vida crucificada, esas cosas pueden ser crucificadas y conformadas a la imagen de Cristo.
LeRoy: Cuando piensas en ello, esas dos cosas negativas con las que Dios trató en nuestra vida, son probablemente la base de la caída y en muchos casos, de la interacción de esposas y esposos. «Tu deseo será para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti», dice Génesis 3:16. Aquí estaba Adán, él estaba con ella, y no tomó el liderazgo, y no cumplió con la obligación que Dios había dado: «Debes guardar mi Palabra. No tomar del fruto del árbol. Esto está fuera del límite marcado». Así que Adán no afirmó su posición ni tomó el liderazgo con Eva ni dijo: «Esto es lo que Dios nos ha enseñado que hagamos. Esto no lo debemos hacer».
Él fue pasivo y se quedó callado. Esta es una receta para el desastre no solamente en el matrimonio, sino también en el ministerio. Al final nos impedirá realizarlo con todo nuestro corazón y con una consciencia clara, porque sembrará el caos en nuestra alma.
Kim: LeRoy luchó con una crisis de fe, porque decía, «veo a mi esposa en la Palabra todos los días. La veo buscando a Dios. La veo orando». Y en esos primeros años, él no vio ninguna transformación en mi vida. Mi pasión y mi deseo ahora es comunicar a las mujeres es que tengo un matrimonio transformado. Hemos visto el poder de Dios entrar a nuestro matrimonio. Un hombre natural pensaría que este matrimonio terminaría en divorcio o en suicidio. Pero Dios intervino, y Él ha transformado nuestro matrimonio.
Y para aquellas que nos escuchan ahora, esta es una pequeña ilustración, pero están siendo testigos de la evidencia de algo que es real. Me acuerdo de los primeros años de matrimonio, yendo en un viaje en el auto, y estar ahí sentada pensando, ¿por qué no toma mi mano? Es tan distante. Es tan frío. Vive tan para sí mismo. Si Él me amara, ¿no querría acercarse y tomarme de la mano?
Mientras hemos estado grabando aquí este programa, él repetidamente ha estado tomando mi mano. Es muy cariñoso conmigo. Comparte cada uno de sus pensamientos y su corazón conmigo. Se comunica libre y abiertamente conmigo, y yo no experimenté nada de eso durante años.
Nancy: Porque justamente aquello que querías experimentar, era justamente lo estabas ahuyentando.
Kim: Así es. Lo llevaba a alejarse de mí. Cuando yo trataba de presionarlo para entrar en un molde, y ser el hombre que yo quería que fuera, cuando trataba de manipularlo para ser de esa manera y controlar las circunstancias, controlarlo a él, lo empujaba más y más lejos. Creaba un hombre que yo no reconocía.
Pero cuando me hice a un lado y verdaderamente acudí a Dios, y rendí delante de Dios al hombre que yo quería, y le hice esa petición, al mismo tiempo comencé a permitirle a Dios que me cambiara, que cambiara mi trato hacia él, mis reacciones con él, y Dios lo transformó en el hombre por el cual hoy nuestro matrimonio es mucho mejor de lo que yo nunca podría haber imaginado o soñado.
LeRoy: Es un verdadero gozo poder hablar con parejas respecto a estas cosas y enfocarlas en las Escrituras y dirigirlos a la gracia de Dios que es suficiente, y poder hablar de mi experiencia que Dios es capaz. Dios es poderoso. Dios está consciente de lo que sucede en tu vida y en tu matrimonio.
Todo el tiempo les decimos con una gran sonrisa y gozo en nuestra cara, que estamos disfrutando el mejor momento de nuestro matrimonio, el mayor gozo. Y estamos absolutamente seguros de que Dios tiene más crecimiento y gozo para el camino.
Es un testimonio de la veracidad de la Palabra de Dios, del poder del Dios viviente, del Cristo resucitado, y es un testimonio de la obra del Espíritu Santo trabajando a través de personas como tú, Nancy. Dios está trabajando en la vida de las personas.
Me estremece pensar en personas que están ahora donde Kim y yo estuvimos. No quiero que nadie se encuentre en ese lugar. Me gustaría que entendieran que yo no conozco todos los lugares oscuros donde están o han estado, pero sí sé que nosotros estuvimos en un lugar muy oscuro, y yo estaba en un lugar sin esperanza. Sé que Dios no me ama más de lo que ama a los demás. No importa dónde estén, no importa por lo que estén pasando, no importa cuán desesperados, ni cuán oscuro pueda ser ese lugar, nuestro Dios no hace acepción de personas. Él es poderoso para redimirnos y rescatarnos y transformar matrimonios y transformar vidas.
Yo solo deseo, que cada matrimonio que no está en el lugar donde el Señor desea (puede que no sea igual que nosotros), llegue al lugar donde traigan gloria a Dios, donde las personas sean atraídas a Cristo a través de ese matrimonio, a través de esa relación entre esposo y esposa, porque el aroma de Cristo es tan penetrante que las personas pueden ver a Dios trabajando en su vida; quiero que todos experimenten eso.
Nancy: Amén. Entonces, el primer paso para avanzar en esa dirección –porque quizás hay alguien escuchando ahora mismo que está donde ustedes estuvieron. Ustedes le han dado esperanza. ¿Cuál es el primer paso que esa persona puede tomar?
LeRoy: Si tú estás escuchando e en estos momentos, te animaría a levantar tus ojos al Señor de dónde viene tu socorro. Él es fiel. Todo lo que Él ha prometido, todo lo que Él ha dicho, Él hará, Él lo hará. Pero necesitas clamar a Él. Creo que ese es el primer paso porque muestra nuestra humildad, nuestra necesidad. Muestra que estamos buscando la ayuda que necesitamos, conscientes de que solamente Él la puede dar y Él escuchará el clamor de tu corazón. Él no despreciará al de corazón contrito y humillado.
De manera que si Dios en Su bondad y Su gracia ha permitido que seas quebrantada, no es para que permanezcas así, sino para que clames a Él y Él contestará. Probablemente requerirá arrepentimiento. Implicará humildad y transparencia delante de tu esposa o tu esposo, y delante de tus hijos, y tal vez delante de otros que te conocen.
La verdadera prueba de un matrimonio cristiano no es lo que las personas ven en la iglesia cada domingo a las 11 de la mañana, tampoco si estás tratando de criar buenos hijos. Esa no es la prueba de lo que es un matrimonio piadoso. La verdadera prueba es cómo es tu vida espiritual como pareja cuando nadie te está mirando, solamente el Señor.
Nancy: Este es el Pastor LeRoy Wagner. Hemos estado escuchando cómo Dios habló a su corazón y le reveló algunos ajustes serios que necesitaba hacer como esposo. Pero como hemos escuchado esta semana, esta obra de la gracia de Dios en la vida de LeRoy, no comenzó sino hasta que Dios obró gracia primero en la vida de Kim.
Y como también hemos oído, Kim tuvo que ser paciente con este proceso. De hecho, ella esperó dos años. Durante ese tiempo ella se mostró resuelta a crear un lugar seguro que animara a LeRoy a abrirse, a mostrar liderazgo, y a responder a la convicción de Dios.
Me pregunto si Dios ha estado hablando a tu propio corazón en la medida que has escuchado esta historia. De hecho, permíteme hacerte algunas preguntas para que lleves esto a un nivel un poco más personal.
- ¿Es tu hogar un lugar seguro, o un campo de batalla, un lugar donde tu esposo se siente criticado y analizado?
- ¿Has creado en tu matrimonio un clima donde tu esposo se siente libre para compartir su vulnerabilidad? ¿O quizás él tiene el temor de que si realmente se abre, si es honesto, si comienza a lidiar con sus asuntos, vas a rechazarlo o tratar de arreglarlo?
- En la manera en que te diriges a los hombres y hablas de ellos, ¿transmites su valía y su mérito como seres creados a imagen de Dios?
- ¿Haces que sea fácil para los hombres cumplir con el llamado de Dios a liderar en la casa, en la iglesia y en la sociedad?
Por cierto, he descubierto que cuando somos demasiado prontas para tomar las riendas nosotras mismas, realmente desanimamos a los hombres a ser los líderes que decimos querer que sean.
- ¿Respondes a los hombres en maneras que comunicas la afirmación y el respeto apropiados a su masculinidad?
Bueno, por supuesto que con estas palabras no estamos hablando aquí de ganar su favor, sino de mostrar un respeto genuino, aprecio, admiración.
Al reflexionar sobre esta pregunta, creo que todas nosotras tenemos espacio para seguir creciendo. Estoy muy contenta que Kim haya escrito un nuevo libro que aborda estos temas. Se titula, «Fierce Women», está solo disponible en inglés).
Carmen: Gracias Nancy. El libro escrito por Kim es uno de los libros de la línea Mujer Verdadera. Otro de estos es el libro «Mujer Verdadera 101: diseño divino». Hemos escuchado de mujeres que han sido grandemente impactadas a través de este. Una de ellas es Diana Morelli. Ella nos escribió para contarnos cómo Dios la llevó a la obediencia a través de ese estudio. Ella escribió,
Diana: «Llevo 23 años de casada con un hombre que es muy bueno, respetuoso y amable. Cree en Dios, más no acepta que Jesús sea Dios...»
Carmen: Nos cuenta Diana.
Diana: «...uno de sus grandes defectos es que es muy cuidadoso con el dinero, yo siempre le he dicho que es un tacaño. Al casarme con él, yo sabía de ese defecto, pero nunca me preocupó ya que siempre he sido una mujer muy trabajadora, productiva y muy bendecida por Dios.
Al comenzar con el estudio de Diseño Divino jamás me imaginé que fuera a causar tanta confusión en mi vida».
Carmen: A pesar de leer el libro, Diana crecía en soberbia, queriendo que su esposo hiciera lo que dice la Biblia… Él no compartía esas ideas; y ella sentía que él le era de tropiezo. Un día, mientras consideraba divorciarse, le comentó su situación a una de sus maestras en la iglesia, quien le había sugerido que prepara el estudio del próximo capítulo del libro «Mujer Verdadera 101».
Diana: «En la mañana me levanté para ir a orar... y Dios me decía, ¡antes de que vengas a mí, quiero que vayas con tu esposo y le pidas perdón! ¿Por qué te enorgulleces al decir que eres tan independiente, acaso no soy yo tu proveedor, no soy yo quien te sostiene? Y me quedé helada, ¿pedirle perdón yo, cuando era él quien me estorbaba, cuando era él quien no era cristiano? Y me lo repitió tres veces, y ya a la tercera me levanté, y le dije, ¡ok Señor te haré caso, pero está dormido! Y me fui a la recámara y ya se estaba poniendo la bata, y le digo: ¡Anibal necesito hablar contigo! El pobre se me queda viendo con cara de susto, y me pongo frente a él, y le digo: ¡Aníbal, no se trata de ti, no se trata de mí, se trata de Dios que me ha dicho que te pida perdón, y que te regrese tu lugar, lugar que yo he usurpado por tantos años, lugar que yo te quité por sentirme tan poderosa, tan independiente, quiero que me perdones, te regreso tu lugar, pues tú eres, la cabeza de este hogar. No me dejó terminar cuando me da un fuerte abrazo y llorando me dice: Diana que bueno que Dios te habló, yo te quiero mucho y no me hubiera gustado perderte. Quiero decirte que a partir de ese momento, mi esposo está irreconocible… »
Carmen: Diana se despide diciendo:
Diana: «Le doy gracias a las autoras de este maravilloso libro, ya que si no hubiera sido por este estudio y la gran misericordia de Dios, yo hubiera tirado a la basura más de 20 años de matrimonio. Dios en Su Palabra nos dice, y me dice a mí que mi esposo puede llegar a sus pies con mi ejemplo, con mi amor y paciencia, nunca a bibliazos; y así lo creo, y estoy muy tranquila y respetando los tiempos perfectos de Dios».
Carmen: ¡Gracias Diana por compartir tu testimonio con nosotros!
Esta historia que escuchaste, y las que has estado escuchando esta semana, son posibles gracias a tu apoyo. Tu participación en este ministerio hace posibles recursos como este programa, libros, nuestro sitio web, entre otros. Para acceder a los recursos que tenemos disponibles para ti visítanos en AvivaNuestrosCorazones.com.
Nancy: Con frecuencia contamos con oyentes que escriben y comparten con nosotros que se sienten desesperadas en su matrimonio, creyendo que no tiene solución. Si eso te describe a ti, o a alguien que conoces y has estado tratando de animarla, asegúrate de regresar mañana con nosotros a Aviva Nuestros Corazones, con Kim y Leroy Wagner que nos hablarán de la verdadera fuente de esperanza.
Carmen: Ayudándote a descubrir y abrazar el diseño de Dios para tu vida, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
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Recursos del Episodio
Escucha la Serie: Esperanza para un matrimonio sin esperanza, Dean & Julie Petersen
Vídeo de testimonio de Leroy y Kim Wagner
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