Honrando a los líderes espirituales
Débora: ¿Perteneces a una iglesia local? Nancy DeMoss Wolgemuth tiene una pregunta importante para ti.
Nancy DeMoss Wolgemuth: ¿Saben los líderes en tu iglesia que los aprecias, los respetas, los estimas y los amas?
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de ¡Vamos a la iglesia! En la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 27 de marzo de 2023.
Nancy: Hoy vamos a hablar acerca de por qué es importante que honremos a nuestros líderes espirituales.
Débora: Y si estás diciendo: «No sé lo que la Biblia dice acerca de honrar a nuestros líderes espirituales». Bueno, acompáñanos durante toda esta semana para descubrirlo. Esta semana, Nancy, vas a enseñar esta serie llamada: «Sigue a los líderes», y pienso que aquellas de nosotras que nos hemos beneficiado de tu enseñanza durante años, le debemos mucha gratitud a los líderes que invirtieron en ti.
Nancy: Bueno, de …
Débora: ¿Perteneces a una iglesia local? Nancy DeMoss Wolgemuth tiene una pregunta importante para ti.
Nancy DeMoss Wolgemuth: ¿Saben los líderes en tu iglesia que los aprecias, los respetas, los estimas y los amas?
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de ¡Vamos a la iglesia! En la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 27 de marzo de 2023.
Nancy: Hoy vamos a hablar acerca de por qué es importante que honremos a nuestros líderes espirituales.
Débora: Y si estás diciendo: «No sé lo que la Biblia dice acerca de honrar a nuestros líderes espirituales». Bueno, acompáñanos durante toda esta semana para descubrirlo. Esta semana, Nancy, vas a enseñar esta serie llamada: «Sigue a los líderes», y pienso que aquellas de nosotras que nos hemos beneficiado de tu enseñanza durante años, le debemos mucha gratitud a los líderes que invirtieron en ti.
Nancy: Bueno, de mi parte sé que les debo mucho. Estoy muy agradecida por los muchos pastores piadosos y líderes espirituales que el Señor ha puesto en mi vida y que invirtieron en mí durante años. Recuerdo a mi primer pastor cuando era niña, el pastor Earl Connors. Parecía muy anciano entonces, pero estoy segura de que él no era tan anciano como yo pensaba. Ya hace muchos años que está con el Señor. Y uno de los recuerdos que tengo es que el pastor Connors me bautizó cuando yo tenía cinco años.
Tengo otros dos recuerdos muy especiales de mi pastor. Uno es que los domingos por la mañana durante la adoración él hacía la oración pastoral. Y me parecían unas oraciones pastorales muy largas. Siendo una niña pequeña, me parecía una eternidad. Pero recuerdo eso ahora, años después, a este hombre orando por los hermanos de la iglesia. Hoy en día ya no se escucha mucho eso.
Y tengo otro recuerdo, Débora. Cuando se servía la cena del Señor, la comunión, los diáconos y ancianos repartían los elementos a toda la congregación, y luego volvían a sentarse en la primera fila de la iglesia, la que está justo al frente del púlpito. El pastor Connors les servía a estos hombres sentados al frente. Mientras lo hacía, citaba de memoria pasajes bíblicos del Antiguo y Nuevo Testamento sobre el sacrificio, el cuerpo, y la sangre de Cristo. Recuerdo al pastor Connors llenando la congregación con la Palabra de Dios y orando por nosotros.
Débora: Nancy, que hermosos recuerdos. También está el pastor que ofició tu boda y la de Robert.
Nancy: Bill Hogan, otro pastor y gran amigo. Bill recordaba que cuando yo era una adolescente, le dije: «Si el Señor quiere que me case, quiero que usted oficie mi boda». No pensábamos que ese día llegaría. Pero cuando llamé a Bill y le pregunté si querría oficiar mi boda, él se acordó de aquella conversación. Estuvo encantado de poder hacerlo. Es el pastor con el que crecí durante la secundaria y los primeros años de la universidad.
Y este hombre, cuando yo estaba soltera (él y su esposa lo hicieron muchas veces) inculcó en mí un gran amor por la enseñanza y la predicación expositiva de la Palabra. Predicó fielmente durante esos años y eso estableció en mi vida un fundamento sólido de la Palabra de Dios.
Le pude decir: «Bill, la enseñanza que estoy dando hoy a través de Aviva Nuestros Corazones es el fruto de esa inversión, de ese fundamento que usted puso en mi vida. Él y su esposa Jane han sido amigos preciosos durante todos estos años. Han orado fielmente por Aviva Nuestros Corazones y han apoyado el ministerio económicamente. Ambos tienen casi noventa años de edad y Bill está delicado de salud; no se siente muy bien. Pero he estado en contacto frecuente con su dulce esposa, Jane, y le pregunto, ¿cómo está él, cómo sigue? Estoy muy agradecida de poder ser un apoyo para estas personas que han significado tanto para mí.
Y también tengo que mencionar a otro pastor, el pastor de la iglesia a la cual Robert y yo estamos asistiendo. Este hombre es un fiel expositor de la Palabra de Dios y tiene un gran corazón pastoral por sus ovejas. Él ama, sirve, y ora por todos aquellos que el Señor ha puesto bajo su cuidado. De hecho, justo esta mañana, Robert y yo recibimos un mensaje de texto muy alentador de parte de él y de su esposa. Ellos nos aman y nos apoyan. Y nosotros tratamos de ser de apoyo y bendición para este joven pastor y su esposa. Estoy muy agradecida por este hombre de Dios.
Y pienso en tantos otros líderes espirituales, maestros de escuela dominical, líderes de jóvenes, ministros de música, personas que han ministrado mi vida, que han pastoreado mi corazón y me han apoyado. Hoy en día, que hay algunos abusando de su rol y posición, quiero decir cuán agradecida estoy de haberme beneficiado y de haber sido bendecida por algunos hombres piadosos que están liderando la iglesia de Dios. ¡Qué bendición han sido para mí!
Débora: Yo también, Nancy. He tenido hombres en mi vida que han sido pastores fieles del Señor. Es muy importante, que hagamos una pausa cuando las noticias se enfocan en algunas de estas historias negativas, y digamos que hay historias hermosas de hombres que han terminado bien.
Bueno, comencemos la serie Sigue a los líderes. Aquí está Nancy.
Nancy: La Palabra de Dios nos muestra una serie de requisitos para aquellos que están en posiciones de liderazgo espiritual. Nos dice cómo deben administrar sus obligaciones, cuáles son sus responsabilidades. La Escritura también nos muestra algunos requisitos para los que estamos bajo su liderazgo, llamados a seguir su liderazgo. Nos habla acerca de las actitudes que debemos tener hacia nuestros líderes espirituales y cómo debemos actuar con ellos, cómo debemos tratarlos.
Y durante los próximos días, quiero que veamos algunos de esos pasajes en el Nuevo Testamento. Quiero animarte a que permitas que el Señor escudriñe tu corazón, y te muestre cómo estás siguiendo a los líderes espirituales que Dios ha puesto en tu vida.
Y uno de los pasajes más importantes, se encuentra en 1 Tesalonicenses capítulo 5. Así que quiero pedirte que abras tu Biblia allí. Vamos a ver los versículos 12 y 13, en 1 Tesalonicenses capítulo 5. Y en este pasaje vemos tres responsabilidades para los líderes y tres responsabilidades para los seguidores.
Mientras lees esos versículos, trata de encontrar cuáles son las responsabilidades de los líderes y cuáles son las responsabilidades de los seguidores. Versículos 12 y 13:
«Pero les rogamos hermanos, que reconozcan (otras traducciones dicen que los honren, que los respeten) a los que con diligencia trabajan entre ustedes, y los dirigen en el Señor y los instruyen, y que los tengan en muy alta estima con amor, por causa de su trabajo. Vivan en paz los unos con los otros».
¿Encontraste cuáles son las responsabilidades de los líderes? Dice que deben trabajar. La Nueva Traducción Viviente dice que «trabajan arduamente». John MacArthur dice: «Ellos deben mostrar un gran esfuerzo y trabajo, hasta el punto de sudar por el esfuerzo». En otras palabras, ser un pastor o líder espiritual es un trabajo arduo. Ellos tienen que trabajar diligentemente en el ministerio.
Y luego dice que ellos «los dirigen en el Señor». Esto quiere decir que deben guiar y ejercer autoridad y dar dirección, guía y liderazgo al rebaño del Señor. Ellos son pastores del rebaño, así que deben proveer liderazgo.
Y continúa diciendo que «los instruyen». Otra traducción dice, «dan orientación espiritual». Deben enseñar, amonestar, no solo por un conocimiento intelectual, sino también con el propósito de cambiar vidas. Su responsabilidad es corregir a las ovejas del rebaño cuando ven que están tomando una dirección equivocada. Deben mostrarnos dónde necesitamos cambiar y advertirnos lo que sucederá si no lo hacemos.
Así que, esas son las responsabilidades de los líderes. Ahora, es muy importante que veamos en este versículo nuestras responsabilidades como seguidoras. ¿Cuáles son? En primer lugar: nosotras debemos respetar y conocer a nuestros líderes. En segundo lugar, debemos estimarlos. Y en tercer lugar, debemos vivir en paz los unos con los otros; lo que creo que habla de la relación que hay entre el pueblo y los líderes espirituales.
Hoy quiero que veamos las tres responsabilidades. ¿Cuáles son las dos primeras? La primera es respetarlos y reconocerlos, la segunda es tenerlos en muy alta estima con amor. ¿Que significa eso de respetarlos, de conocerlos? Significa reconocerlos, apreciarlos.
En primer lugar, necesitamos saber quiénes son nuestros líderes. Supongo que sabes quién es el pastor principal en tu iglesia, y probablemente sabes quiénes están en el equipo pastoral y el personal que trabaja con el pastor. Hoy en algunas iglesias, es posible que algunos no sepan quiénes son esas personas. También necesitamos saber quiénes son los diáconos, los ancianos, los líderes espirituales, cómo sea que los llamen en tu iglesia; necesitas saber quiénes son. Necesitas conocerlos lo suficientemente bien, para que puedas agradecerles profundamente por la forma en que sirven al rebaño. Lo suficientemente bien para respetarlos. Debemos respetar y reconocer a aquellos que nos ministran espiritualmente, aquellos que se preocupan por nuestras almas.
También debemos tenerlos en muy alta estima con amor. Es un término fuerte. Esto significa que debemos apreciarlos mucho, eso es lo que nos enseñan las Escrituras. Aquí no está diciendo que son perfectos. Estamos asumiendo que ellos son humanos que todavía no han sido glorificados y que están cumpliendo con sus responsabilidades. Pero dice que debemos tenerlos en alta estima.
¿Y por qué? No dice que es porque ellos tienen una gran personalidad o porque nos guste su estilo. Dice que es por su trabajo, por el trabajo que ellos hacen; porque cumplen con esas responsabilidades delante de Dios.
Y pienso que es importante, no solo que tengamos esta actitud de corazón de respetar y tener en alta estima con amor a aquellos que nos proveen liderazgo espiritual, sino que también se lo demostremos. Necesitamos expresarles que los estimamos, que los respetamos y que los amamos.
Así que eso significa que debemos tomarnos el tiempo para reconocerlos, para reconocer el impacto que han tenido en nuestras vidas, expresarles aprecio y gratitud a nuestros líderes espirituales, por su labor para nuestro beneficio. ¿Saben los líderes espirituales en tu iglesia, que los aprecias, los respetas, los estimas y los amas?
Tú dices: «Soy solo una persona de la congregación. No les interesa lo que yo piense».
Sabes, tu actitud y respuesta a esos líderes espirituales es importante. Pablo está hablando aquí a toda la gente de la iglesia. ¿Saben tus líderes espirituales que estás cumpliendo con esa responsabilidad?
¿Cómo puedes hacerlo? Bueno, díselo. Exprésalo verbalmente, y luego escríbeles una nota. Puedes escribir o buscar otras maneras para expresarles tu aprecio. Felicitaciones por su cumpleaños, por su aniversario. Y no solo para el pastor, sino también para el pastor de los jóvenes, el director de alabanza, los ancianos, los diáconos, y por supuesto para sus esposas. Es muy importante incluir a sus esposas en esto, porque ellas son parte del ministerio.
Agradéceles. Dile a tu pastor lo que apreciaste de algún mensaje en particular, cómo el Señor ha usado ese mensaje en tu vida. No te lo guardes para ti sola. Hazle saber; él necesita ese incentivo. Hónralo, afírmalo.
Me gusta enviar notas de agradecimiento a las personas que están ministrando y sirviendo, que están guiando mi vida espiritualmente. «Gracias por tu tiempo y tu inversión en mi vida».
Hace poco recibimos un email de la esposa de un pastor, en el que nos decía: «El año pasado nuestra iglesia no hizo nada especial para mi esposo en el mes de la apreciación pastoral, y eso entristeció mi corazón. Siendo su esposa, no podía sugerirles eso de ninguna manera. Gracias a Aviva Nuestros Corazones porque evidencia su amor y preocupación por los pastores y sus esposas. Para mi sorpresa, unos días después, la iglesia inundó a mi esposo con tarjetas de aprecio, y esto definitivamente alegró su año».
Ella es la esposa de un pastor. Y la esposa de tu pastor se sentirá muy bendecida, muy animada si le ministras a ella y si la iglesia le ministra a su esposo.
Y permíteme añadir esta idea acerca de respetar y estimar a tus líderes espirituales, teniéndolos en muy alta estima con amor. Una forma práctica de hacerlo es asegurándote de hablar bien de tus líderes espirituales. Esa es la manera positiva de hacerlo.
Aquí hay otra sugerencia. No los critiques. No digas chismes. No seas crítica. No evalúes los sermones de forma negativa, especialmente delante de tus hijos. La manera en que respondas a las autoridades espirituales tendrá un impacto en la forma en que tus hijos ven tu autoridad, y la forma en que respetan a otras autoridades. Así que habla bien de tus líderes espirituales, no solo a ellos sino también a los demás.
Si hay algo que te preocupa… Y de nuevo lo digo; ellos son seres humanos, ellos no son perfectos. Si hay algo que te preocupa, díselo al Señor. Ora por eso. Pídele al Señor que trate con ese asunto. Ahora, si hay un principio bíblico que ha sido quebrantado, violado, hay otros pasos que tal vez se deben tomar; pero asegúrate de no estar creando ninguna división o deslealtad en el cuerpo de Cristo, sino que hables bien de tus líderes espirituales a los demás.
Respétalos, reconócelos, tenlos en muy alta estima con amor, por causa de su trabajo.
Bueno, llegamos a la tercera responsabilidad que se encuentra en ese pasaje donde Pablo dice: «Vivan en paz los unos con los otros». Nunca pensé mucho en este pasaje hasta que hice este estudio. Mientras pensaba en esto de vivir en paz los unos con los otros, con los pastores y las personas, me llamó la atención el hecho de que Satanás se deleita en crear división y conflicto en la iglesia.
El Señor ha creado a la iglesia para que sea una, para que sea una unidad, para que sea una en el Espíritu. ¿Y qué hace Satanás? Viene y trata de causar división. He visto esto suceder a mi alrededor, y parece que ocurre de una u otra manera. Él se va a uno de los extremos: o tienes líderes espirituales que no están calificados bíblicamente, o no cumplen con sus responsabilidades bíblicas.
Y he visto y tú has escuchado historias sobre grandes fallas morales o pecados encubiertos en el liderazgo, errores doctrinales, abuso de poder, abuso de autoridad. Estas cosas son trágicas, y sé que algunas de ustedes han sufrido esas situaciones en la iglesia, donde han sido realmente afectadas por este tipo de cosas.
Pero quiero decirles que no es mi responsabilidad tratar con esos asuntos. El Señor no me hace responsable, y el Señor no te hace responsable a ti de los pecados de tus líderes espirituales. Podemos vernos afectadas por esto, pero nuestra responsabilidad es cumplir con lo que el Señor nos ha dicho que hagamos como cristianas. Eso es en lo que nos queremos enfocar.
Y el otro extremo que he visto que Satanás usa, no es solo el pecado de los líderes, sino el pecado de los miembros. Son los miembros «carnales» de la iglesia que tienen que estar en control, que causan conflicto cuando no logran lo que quieren.
Y déjenme decirles, quiero decir esto con gracia, pero a menudo lo causamos las mujeres. No siempre, pero a menudo hay mujeres que hablan cuando no deberían hablar y mujeres que crean desorden, que están fuera de control, que a veces no cumplen con las responsabilidades bíblicas y que cuando tienen una preocupación no hablan con sus esposos primero; si son casadas.
A veces como mujeres hablamos demasiado…por lo general hablamos más que los hombres, y podemos crear todo tipo de disensiones y división en la iglesia. Eso no significa que los hombres no cometen errores, pero dice que nosotras debemos tener mucho cuidado.
Así que, vemos algunas de estas iglesias que se caracterizan por tener desacuerdos y conflictos, descartando a los pastores que son hombres piadosos, no perfectos pero sí piadosos; iglesias que son conflictivas, que hacen imposible que algunos pastores guíen al rebaño. He dicho esto muchas veces en los últimos años: «No me imagino queriendo ser pastor hoy en día».
Haymuchas iglesias que hacen las cosas muy difíciles para los pastores. Hay algo en nuestra cultura que está en contra de la autoridad, que no le importa hablar abiertamente o externamente de sus desacuerdos con la autoridad. No somos lo suficientemente cuidadosos con la manera en que le hablamos a la autoridad. No nos importa si respetamos o no a las autoridades. Esto sucede en toda nuestra cultura.
Y cuando la iglesia sufre las malas consecuencias, eso puede ser algo devastador. He visto muchas veces, a hombres de Dios que han quedado incapacitados, impotentes, descalificados y definitivamente tienen que dejar la iglesia; porque hay todo tipo de habladurías, de deslealtad, mezquindad, división, enfados, hostilidades, y ataques, ataques públicos o ataques a espaldas de ellos.
Y muchas veces es por causa de la carnalidad, por temas de control. Tienen este pequeño grupo que controla todo en la iglesia. «Esta es mi iglesia. Yo empecé esta iglesia. Soy un miembro fundador. He estado aquí por más tiempo. Tengo el doble de su edad». Estas actitudes tan pecaminosas pueden dividir a las iglesias.
Sé que algunas de ustedes han estado en medio de algunas situaciones así recientemente, y han visto el peligro de lo que puede suceder. ¡Cómo se contrista el corazón de Dios, cuando Él ve que Su iglesia, que Él ama, la iglesia por la cual Él murió, se divide! Esto es satánico. No es de Dios cuando estos asuntos dividen la iglesia de Dios.
Supe de una iglesia donde el pastor había estado por catorce semanas. Esta iglesia tenía unas cincuenta personas, incluyendo a niños. Convocaron una reunión para denunciar algunas de las acciones y actividades del pastor, y ciento cincuenta personas asistieron. Algunos de ellos eran miembros de la iglesia, que no venían a la iglesia hacía mucho tiempo. Pero vinieron para mostrar su descontento, su desacuerdo, y para discutir esta controversia que involucraba a este pastor.
Alguien me envió unos documentos con información y la mayoría eran artículos de un periódico local hablando sobre toda esta controversia –cartas al editor. Ahora hay una demanda, la gente está demandando al pastor. Es algo increíble. Leí algunos de estos artículos y las cosas se han puesto horribles. Hay tanta contención y acusaciones. Algunos de estos artículos hablan acerca de cómo los chismosos han esparcido rumores agravando las cosas. Ha habido acusaciones públicas y la mayoría son mentiras. Algunas cosas son insignificantes.
Déjame decirte algunas de las acusaciones:
- Sus sermones son muy largos.
- Fue importado del norte. (Lo cual es mentira. Él se crió en el sur)
- Él estudió en un seminario en California en vez de estudiar en uno del sur.
Estas son cosas que se han dicho públicamente. Hay problemas doctrinales y es evidente que la gente no está arraigada en la Palabra, y por eso toda esta controversia y contención.
Y al leer estos artículos, mientras pensaba en esta situación, cómo se contrista el corazón de Dios, cuando Él ve que Su iglesia, que Él ama, la iglesia por la cual Él murió, se divide. Esto es satánico. Esto no es de Dios cuando estos asuntos dividen la iglesia de Dios.
Y eso hace que surja esta pregunta: ¿Qué pasa cuando suceden cosas en mi iglesia, que realmente no puedo aceptar o creo que realmente están mal? Una amiga me escribió recientemente, expresando su preocupación por una situación en su iglesia. Su iglesia es una iglesia reconocida, una iglesia evangélica. Hubo situaciones, que de hecho la involucraron a ella, que sucedieron en esa iglesia, y la manera como manejaron la situación fue algo muy decepcionante y frustrante para ella.
Yo solamente conozco su lado de su historia. Si su lado de la historia es correcto, en mi opinión, la situación debió manejarse de una manera diferente. Pero debo tener muy en cuenta, que solo conozco su lado de la historia. No tengo la perspectiva del liderazgo de su iglesia. Pero le creo a ella, y quiero compartirles un email que le envié a mi amiga. Esta fue mi respuesta, quiero darles algo de perspectiva sobre cómo lidiar con situaciones como esta.
Le dije:
«Me entristeció escuchar lo que pasó en tu iglesia. Al leer tu mensaje, el pasaje que primero vino a mi mente fue el Salmo 118:8-9. (Y por cierto, estos dos versículos están precisamente en la mitad de la Biblia, y son dos buenos versículos que podemos recordar en muchas situaciones). Dice: «Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en el hombre. Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en príncipes».
Tu experiencia confirma que el Señor es el único en quien podemos confiar. Las personas nos fallan; hasta los cristianos más respetables y los líderes cristianos, incluidas nosotras mismas, tenemos pies de barro. Somos personas imperfectas, viviendo en un mundo imperfecto, y debemos responder a las situaciones imperfectas con humildad, gracia, compasión y sabiduría. Desafortunadamente, si vives lo suficiente, no hay manera de evitar las situaciones con las que estás luchando. El reto es aprender a responder a esas situaciones sin caer en el pecado.
Tú situación es de particular interés para mí en este momento; porque estoy produciendo una nueva serie para Aviva Nuestros Corazones, sobre nuestras responsabilidades bíblicas hacia aquellos que están en posiciones de liderazgo espiritual, así que he estado pensando mucho en este tipo de situaciones. Tienes que buscar la dirección del Señor, para ver si debes quedarte en esa iglesia» (Ella me estaba preguntando: «¿Debo dejar la iglesia? ¿Qué debo hacer?»)
Mientras tú piensas y oras por eso, recuerda que nunca vas a encontrar una iglesia o un liderazgo en la iglesia que sea perfecto».
Y quiero recordarte esto. Puedes ir a otra iglesia. Pero, en primer lugar: a donde vayas, vas a llevar tu propia naturaleza pecaminosa. Así que, si puedes encontrar una situación perfecta, una vez que entres allí ya no será perfecta. Y en segundo lugar: no vas a encontrar una situación perfecta de este lado del cielo.
«En todo caso, ya sea que te quedes o te vayas, quiero animarte a que ores por tus pastores y por todo el equipo de tu iglesia. Sé que tu pastor toma las cosas del Señor seriamente, y que él quiere ser el hombre y el pastor que el Señor quiere que él sea. A través de tus oraciones puedes ser parte del proceso de santificación en la vida de esos líderes. Puedes ayudarlo a ser más el hombre de Dios que el Señor quiere que él sea por medio de tus oraciones, las cuales son infinitamente más valiosas que tus críticas.
Ya sea que el Señor te guíe a quedarte o a dejar esa iglesia, ora al Señor para que Él guíe tu corazón y tus labios; así no desarrollarás un espíritu de amargura o resentimiento, de esta forma no llegarás a ser un instrumento de crítica o división en la iglesia. Pídele al Señor que te ayude a enfocarte y a expresar gratitud por las muchas cualidades dignas de admiración, que estoy segura que existe en estos hombres y en la iglesia.
Definitivamente, (aquí hay algo importante que recordar) el Señor no te hace responsable por lo que estos hombres hacen; pero sí por la manera en que respondes a lo que ellos hacen. Finalmente, cuando te sientas desanimada o desilusionada por la condición de una iglesia en particular o la iglesia en general, como muchos lo están…»
Y por cierto, permítanme contarles, el otro día estaba caminando con una sierva cristiana, que trabaja en el ministerio de una iglesia. Me dijo que hacía diez años que no asistía a la iglesia porque estaba desilusionada por las faltas, defectos y deficiencias en la iglesia. No sé cuáles son esas faltas. Sé que existen, pero la actitud que ella tiene no es la correcta.
Y le dije a esta amiga a la cual le estaba escribiendo:
«Cuando te sientas desanimada o desilusionada por la condición de una iglesia en particular o la iglesia en general, te animo a que abras la Palabra y repases el plan de Dios y el amor de Dios por Su iglesia. He notado que esto me ayuda a mantener los ojos en el final de la historia. El resultado final de la iglesia es que será una hermosa novia sin mancha ni arruga ni nada por el estilo. Nos guste o no, la iglesia, con sus defectos y todo, es crucial para que tú y yo seamos todo lo que Dios quiere que seamos».
Me gustaría darte un consejo. No sé cómo es tu iglesia, no sé cuál es la situación en tu iglesia. Algunas de ustedes están en iglesias muy pequeñas, otras están en iglesias muy grandes, y algunas, sus iglesias van a buen paso en este momento, y no hay mayores contiendas.
Tal vez, algún día, estarás en una situación donde podrás ser crítica, o negativa. Pero quiero animarte con esto, la Palabra de Dios dice: «Vivan en paz los unos con los otros». Haz las cosas sin contiendas ni murmuraciones. A Dios le desagrada cuando causamos conflictos, división o contención entre Su pueblo. Esto puede suceder en la iglesia, no seas parte de ello.
Ora. Pídele al Señor que haga de ti una pacificadora, y que te muestre cómo ser de apoyo y aliento a los líderes espirituales de tu iglesia.
Débora: ¿Alguna vez has notado que la manera en que tratas a otros creyentes afecta a los líderes espirituales en tu iglesia? Nancy DeMoss Wolgemuth nos ha estado ayudando a ver las cosas desde su punto de vista en la serie: «Sigue a los Líderes».
Nancy, en la enseñanza de hoy, señalaste algo en lo que yo creo que muchas de nosotras estábamos pensando, y eso es porque hay tantas historias de abuso en la iglesia; pastores u otros líderes de la iglesia quienes en vez de cuidar a las ovejas, las están hiriendo.
Nancy: Sí, Débora, eso es muy triste. Eso sucede y está sucediendo con demasiada frecuencia. En realidad, no es algo nuevo. Las Escrituras dicen en Ezequiel, que Dios le habla a aquellos que fueron escogidos para ser los pastores del rebaño; pero ellos han sido malos pastores. Se han llenado y engordado ellos mismos, en vez de alimentar a las ovejas. No han guiado a las ovejas, no las han protegido; han descuidado a las ovejas. Dios toma esto muy en serio. De hecho, Él dice que porque Él les pidió a estos hombres que fueran los líderes espirituales del rebaño y puesto que ellos no han sido buenos pastores, Yo vendré, Yo Mismo pastorearé a Mi rebaño. Entonces debemos saber que Dios es el Pastor supremo. Jesús es el buen Pastor que nunca peca en contra de Sus ovejas.
Y sé que hemos hablado hoy que hay algunas personas que han sido manipuladas o heridas profundamente, o maltratadas o abusadas por un líder de la iglesia en el que ellas confiaban; alguien que de manera pecaminosa se aprovechó de esa confianza y la usó para sus propios deseos egoístas. Creo que nosotras debemos admitir eso.
Débora: Y en esta serie «Sigue a los Líderes», queremos ser cuidadosas; porque no estás diciendo que debemos obedecer ciegamente todo lo que nuestros líderes espirituales nos digan…principalmente si no es bíblico.
Nancy: ¡No, de ninguna manera! Por eso es que seguimos a Cristo como nuestro Pastor Supremo; así como seguimos Su Palabra como nuestra guía Suprema. Debemos seguir a nuestros líderes así cómo ellos siguen a Jesús. Eso fue lo que el apóstol Pablo dijo en 1 Corintios, «Sean imitadores de mí, como yo también lo soy de Cristo». Así que, si un pastor u otro líder de la iglesia está actuando o hablando de una manera que no es como Jesús, definitivamente no es un ejemplo para seguir. Y como ya mencioné antes, ese líder podría ser descalificado totalmente, bíblicamente hablando, del liderazgo de la iglesia. Espero que este no sea el caso en tu iglesia. Quiero decirles que yo estoy muy agradecida por mis líderes, y este no es el caso en la mayoría de los líderes de la iglesia. También estoy muy agradecida porque la mayoría de líderes, aunque los malos reciban toda la atención en los medios, la mayoría de ellos realmente aman a Dios y quieren servir bien a sus congregaciones. Así que no olvidemos esto.
Débora: Gracias por aclararnos eso, Nancy. Y vas a hablar más en esta serie sobre cómo responder cuando nuestros líderes nos fallan.
Bueno, es fácil decir: «Sigue al líder», pero en la vida real, ¿realmente lo seguimos? Hablaremos más sobre esto mañana. Por favor continúa escuchando Aviva Nuestros Corazones. Ahora, oremos con Nancy.
Nancy: Gracias, Señor, por los líderes espirituales que Tú has traído a mi vida durante estos años. ¡Qué bendición, aliento y apoyo han sido para mi vida! Gracias por su trabajo, por sus labores, por su diligencia al estudiar Tu Palabra y al enseñarla, aconsejar al rebaño y proveer liderazgo para Tu iglesia. Señor, te pido que Tú nos muestres a nosotras como mujeres, cómo podemos administrar gracia y aliento y respeto a estos hombres que te te sirven fielmente a Ti. Ayúdanos a ser una bendición para ellos, así como ellos han sido una bendición para nosotras. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.
Débora: Llamándote a ser una bendición mientras extiendes libertad, plenitud y abundancia en Cristo, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
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