Hombres de renombre
Annamarie Sauter: En ocasiones parecería que este mundo está en las manos de líderes poderosos.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Es fácil sentirse impotente, sentirse vencido. Pero tenemos que recordar que estos son solo hombres. Ellos no tienen poder contra Dios.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Hoy continuamos explorando el evangelio en el Antiguo Testamento, en la serie titulada, Noé y el diluvio.
Nancy: Hemos estado hablando acerca de la era en la que vivió Noé, la era en la cual Dios envió un diluvio para juzgar al mundo. Como dije anteriormente, si solo escuchas los primeros días de la serie y no continúas por el resto de la serie te sentirás deprimida porque nos estamos enfocando mucho en la depravación del hombre y en la maldad extrema que había en la tierra en esos días.
Es deprimente, pero …
Annamarie Sauter: En ocasiones parecería que este mundo está en las manos de líderes poderosos.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Es fácil sentirse impotente, sentirse vencido. Pero tenemos que recordar que estos son solo hombres. Ellos no tienen poder contra Dios.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Hoy continuamos explorando el evangelio en el Antiguo Testamento, en la serie titulada, Noé y el diluvio.
Nancy: Hemos estado hablando acerca de la era en la que vivió Noé, la era en la cual Dios envió un diluvio para juzgar al mundo. Como dije anteriormente, si solo escuchas los primeros días de la serie y no continúas por el resto de la serie te sentirás deprimida porque nos estamos enfocando mucho en la depravación del hombre y en la maldad extrema que había en la tierra en esos días.
Es deprimente, pero pienso que es importante que profundicemos y que entendamos cuán pecador puede llegar a ser el hombre. Porque si no entendemos la pecaminosidad del hombre, luego cuando Dios envíe Su juicio sobre la tierra vamos a pensar que Dios es injusto. Nosotras cuestionaremos a Dios y lo retaremos.
Pero si te percatas de cuán pecador es el hombre, entonces no retarás a Dios. Te darás cuenta de que los juicios de Dios son justos y verdaderos. También, si nunca ves cuán pecador puede llegar a ser el hombre, entonces tampoco podrás apreciar y disfrutar el gozo de la salvación que ha sido provista por Dios para nosotros a través de Jesucristo.
Y nos adentramos en Génesis capítulo 6; en la última sesión vimos el primer párrafo. Allí vimos que en esos días se había esparcido e iba en aumento la maldad sobre la tierra. Los descendientes de Caín, el hijo de Adán, y sus descendientes, se volvieron paganos y se alejaron de Dios de forma extrema.
En Génesis, en el capítulo 6 en el versículo 4, se habla acerca de una raza poderosa de gigantes que vinieron a la tierra en esos días y que se convirtieron en una fuerza dominante en la tierra. Ellos fueron llamados en algunas de nuestras traducciones, Nefilim o Nefilitas (NTV). En el versículo 4 dice: «los Nefilim» o los gigantes dependiendo de tu traducción, estuvieron en la tierra en aquellos días. Estos son los héroes de la antigüedad, hombres de renombre. En hebreo la palabra Nefilim significa caídos u ocasión de caer. Se relaciona con caerse. Algunas traducciones se refieren a ellos como violentos. Es una palabra que sugiere violencia. Estos fueron gigantes y se nos dicen dos cosas de ellos. Ellos eran fuertes y eran hombres de renombre.
Eran poderosos. Eran guerreros feroces. Hoy en día ves estos juguetes con que los niños juegan y estos son hombres poderosos que conquistan cualquier cosa sobre la tierra. Estos fueron hombres reales y poderosos. Superhombres. Ellos eran fuertes, dominaban a otras personas, eran hombres de renombre, eran famosos. Ellos eran héroes. Estos hombres, en la medida que ves todo este pasaje, tienes la impresión de que eran arrogantes. Se oponían a Dios (eran anti Dios).
Ellos se dieron a conocer a través de sus actos de violencia, de rebeldía y de corrupción. Probablemente eran gobernantes. Porque si eres fuerte y poderoso puedes hacer todas estas cosas y llegarás a la cima bien rápido. Probablemente estaban controlados por demonios, dependiendo de cómo interpretes el pasaje del que hablamos en la sesión anterior, acerca de los «hijos de Dios» y las «hijas de los hombres». Al ver nuestro mundo hoy, vemos que hay personas que son gigantes. No gigantes físicamente, pero gigantes en términos de su personalidad y de su influencia. Por así decirlo, ellos son los gobernantes de esta tierra. No necesariamente son gobernantes literales, pero son hombres que ejercen un gran poder y una gran influencia en nuestro mundo.
Algunos de estos Nefilim modernos, de estos gigantes, son obvios. Son dictadores crueles y déspotas que disponen de millones de seres humanos como si no tuvieran ningún valor. Los Adolfo Hitler, los Saddam Hussein, los Idi Amin de hoy—simplemente hombres malvados que destruyen a otros seres humanos.
Pero al meditar en este texto, me doy cuenta de que hay otros Nefilim en nuestra cultura. Son los hombres poderosos, los hombres de renombre que no son tan abiertamente corruptos. La cultura los ha abrazado. Son populares. Pienso en muchos de los íconos de nuestra cultura pop.
Pienso en Bill Maher, un comediante que dice que la religión es un desorden neurológico. Él dice que «la oración es una noción tan tonta como Santa Claus». Ora a santa y él te dará lo que quieras. Es tan tonto. Es tan infantil. Él continúa diciendo, «son los idiotas de hoy en día que toman la Biblia literalmente». Él dice también, «en los últimos diez años tenemos el doble de personas que dicen que no tienen una religión. Encuentro que eso es bastante alentador». Él es un hombre que se gana la vida profanando y haciendo humor en contra de Dios.
Y pienso también en Bill Gates, que no es tan abierto en su oposición al cristianismo. En una entrevista que le hizo la revista Time le preguntaron acerca de la religión y la existencia de Dios. Él contestó: «Yo no tengo ninguna evidencia de eso. En términos de manejo del recurso de tiempo la religión no es muy eficiente. Tengo muchas cosas que pudiera hacer en un domingo en la mañana». Un hombre que se hizo a sí mismo, que no necesita a Dios o no se percata de que sí lo necesita.
Luego tenemos otros Nefilim de los tiempos modernos, unos gigantes con mucha influencia, personas anti Dios que se encuentran en el escenario religioso. Pienso en Gene Robinson, quien es el primer obispo abiertamente homosexual dentro de la Iglesia Episcopal. Él dijo: «Es la tradición de otras denominaciones el interpretar las Escrituras de forma literal, pero nunca ha sido esa la tradición en la denominación anglicana». Contestó esto cuando le preguntaron sobre el punto de vista de la Biblia acerca de la homosexualidad.
Ahora, cuando leemos acerca de los Nefilim del siglo XXI, vemos estos hombres fuertes, poderosos, de influencia, hombres y fuerzas anti Dios. Es fácil sentirse impotente. Eso fue lo que hicieron los Nefilim en los tiempos de Noé. Ellos eran poderosamente abrumadores, ellos eran gigantes. Miras a estos gigantes y dices, «¡son enormes! ¿Qué podemos hacer en contra de este tipo de personas tan malvadas?»
Esta gente del Antiguo Testamento, en los días de Noé, parecían invencibles poderosos y desde el punto de vista humano, ellos eran «los hombres poderosos de la antigüedad, hombres de renombre». Tenemos que recordar que estos Nefilim, ya sea que hayan vivido en los días de Noé o en nuestros días, son simplemente hombres. Ellos no tenían ni tienen ningún poder sobre Dios. De modo que aunque estés viviendo en los días de los Nefilim modernos o rodeada de ellos en nuestra cultura…y pienso en una mujer quien me habló recientemente acerca de su exesposo que había enloquecido y había comenzado a aterrorizarla, y a aterrorizar a su familia, y a la comunidad y terminó en la cárcel— un Nefilim moderno. Uno podría creer que en el corto plazo los gigantes están ganando, pero Dios tiene la última palabra. Él está escribiendo el último capítulo y por la gracia de Dios, tú sobrevivirás, y verás a Dios triunfar sobre los gigantes de maldad de nuestros días.
No estoy tratando de deprimirte al señalarte cuán malvadas pueden ser las cosas y cuán depravadas han sido las culturas y cuán depravada es nuestra cultura hoy, pero creo que es importante que tengamos un vistazo de cómo la pecaminosidad del hombre ha traído tanta corrupción a esta tierra. Recientemente he estado mirando artículos, titulares, historias, noticias, y viendo esta corrupción por todos lados y la violencia de nuestro mundo hoy. Déjame leerte artículos que he visto recientemente—los titulares de los principales artículos.
En el área de la bahía de San Francisco «el fiscal del distrito presentó cargos el miércoles contra un hombre de Richmond, acusado de apuñalar hasta la muerte a su hijo adoptivo de 18 meses de edad».
El día después de Acción de Gracias, en Worcester, Massachusetts, una noticia leía:
«Un hombre fue acusado por apuñalar a dos familiares durante la cena de Acción de Gracias, alegando que le criticaron sus modales en la mesa durante la cena».
El centro de prevención de violencia doméstica y sexual estima que «una de cada tres niñas y uno de cada siete niños es abusado sexualmente para la edad de dieciocho años, y en la mitad de los casos los abusadores son miembros de la familia».
Luego estas estadísticas: «un asesinato es reportado a la policía cada 21 minutos, un robo cada 48 segundos, asalto agravado cada 28 segundos. Se estima que cada cinco minutos una mujer es víctima de violación o de intento de violación».
La Asociación Americana de Psiquiatría dice que «para la edad de 18 años, un joven norteamericano habrá visto 16,000 muertes simuladas y 200,000 actos de violencia».
El embarazo en adolescentes ha incrementado en un 621% desde el año 1940.
Por lo menos 30 millones de mujeres han sido vendidas para prostituirse a nivel mundial en los últimos veinte años. En Tailandia hay 800,000 niños en prostitución, 400,000 en la India, 250,000 en Brasil y entre 90,000 a 300,000 en los Estados Unidos. Niños que practican la prostitución.
En los Estados Unidos, el ingreso generado por la pornografía es mayor que la combinación de todos los ingresos generados por las franquicias de balompié profesional, baseball y baloncesto. La pornografía infantil genera $3 billones anualmente.
Uno de cada tres niños concebido en los Estados Unidos es abortado. Más de 33 millones de abortos se han practicado tan solo en los últimos veinte años.
Wao, esto es difícil de creer, ¿no es cierto? Cuando le enseñé esa lista de estadísticas y titulares a nuestro productor, él dijo, «¡qué lista tan deprimente!» Y es realmente deprimente. En la medida que escuchas este tipo de titulares y de historias, pienso que estarías de acuerdo conmigo que hay dos palabras por las cuales nuestro mundo se caracteriza: corrupción y violencia. Esas eran las mismas dos palabras que caracterizaban la época en la que Noé vivió.
Lo que fue un evento aislado, una excepción (recuerdas cuando Caín mató a Abel—que fue algo sorprendente) se propagó durante el tiempo de Noé. Se convirtió en la norma—corrupción y violencia. Estamos en Génesis capítulo 6, vamos a leer comenzando en el versículo 5:
«Y el Señor vio que era mucha maldad de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón era solo hacer siempre el mal… La tierra se había corrompido delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. Entonces Dios dijo a Noé: He decidido poner fin a toda carne, (algunas traducciones dicen, la voy a destruir) porque la tierra está llena de violencia por causa de ellos; y he aquí, voy a destruirlos juntamente con la tierra» (vv. 5,11-13).
Algunas de sus traducciones dicen, «he decidido el fin de todo ser» (RV-60). «La tierra está llena de violencia por ellos». Ves todas estas palabras, violencia, corrupción, maldad, iniquidad. Lo que se describe aquí es un reinado de terror, algo similar a los titulares que acabamos de escuchar.
Los recuentos noticiosos de nuestros tiempos no nos dicen nada comparado con la época en la que vivió Noé. Si recuerdas bien, la ley aún no había sido entregada al hombre—la Ley de Dios, pero Dios vio lo que estaba aconteciendo y dijo, «es corrupto, es perverso», porque los hombres tienen una ley escrita en sus corazones. Ellos sabían que estaba mal.
Había una responsabilidad ante Dios, aunque ellos no tenían la ley de Dios escrita. Desde luego, nosotras tenemos la ley de Dios escrita…¿cuánta más responsabilidad tenemos? En la medida en que vemos este pasaje, primero quiero que veamos el grado de pecaminosidad del hombre en ese día; lo permeado que puede llegar a estar y cuánta influencia tiene el pecado.
Veamos el versículo 5: «Era mucha la maldad de los hombres en la tierra». Había mucho pecado, era masivo, extendido, pecado profundo generalizado. El versículo 11 y el versículo 13, dicen que la tierra estaba llena de violencia. Esto es opresión extendida; crueldad extendida. Las personas eran torturadas, oprimidas y la crueldad estaba saliendo a flote. El versículo 12 dice que, «toda carne había corrompido su camino sobre la tierra». Se había extendido el pecado, el pecado había permeado todo.
A medida que lees este pasaje, es como si Dios fuera el fiscal. Él está estableciendo su caso contra el acusado. Déjame reiterar eso, si no entendemos la pecaminosidad del hombre, si no nos damos cuenta de cuán pecador el hombre es, y cuán pecador puede llegar a ser, los juicios de Dios podrán lucir excesivos o injustos.
Este es el trasfondo de todo esto, y es por eso que nos estamos pasando tantos días en esta sección. Hoy en día no escuchas muchas enseñanzas y prédicas o conversaciones acerca de la pecaminosidad del hombre, y no escuchamos muchas enseñanzas tampoco acerca del Antiguo Testamento.
Pienso que es para nuestro detrimento, porque el Nuevo Testamento nunca será precioso para ti, si no has experimentado el peso del Antiguo Testamento, el peso de nuestra culpa, el peso de nuestro fracaso y de nuestra pecaminosidad ante un Dios santo.
Este es el trasfondo que nos ayuda a entender por qué fue absolutamente justo de parte de Dios acabar con toda la tierra en una inundación catastrófica. Y por qué todos los juicios de Dios son justos.
Hoy en día vemos que el mundo está lleno de violencia en una escala global o mundial y también a pequeña escala. Terrorismo, guerra, violación, violencia doméstica, crímenes violentos, divorcio, abuso de niños, división en las iglesias. ¿Es una forma de violencia, no es así? Nada de esto es nuevo. El corazón del hombre es pecaminoso, y cuando el hombre es dejado en sus propios caminos, cuando el hombre no le cree a Dios y no entra en la gracia de Dios, su corrupción solo se empeora.
Lo que acabamos de leer en Génesis es el resultado inevitable de cualquier cultura que se rehúsa a reconocer a Dios. Hemos estado hablando del linaje de Caín, de los hombres que se hacen a sí mismos, que viven a su manera y viven sin Dios. Esto es lo que pasa. Leemos un pasaje similar en el capítulo 1 de Romanos, donde se describe ese espiral descendente de nuestra cultura. Romanos capítulo 1 versículo 28 dice: «Como no tuvieron a bien reconocer a Dios, (justo como en la época de Noé), Dios los entregó a una mente depravada, para que hicieran cosas que no convienen». Ellos estaban llenos de toda injusticia, maldad, avaricia y malicia. Colmados de envidia, homicidios, pleitos, engaños y malignidad.
«Son chismosos, detractores, aborrecedores de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de lo malo (siempre pensando en nuevas formas para pecar), desobedientes a los padres, sin entendimiento, indignos de confianza, sin amor, despiadados; los cuales, aunque conocen el decreto de Dios que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que también dan su aprobación a los que las practican» (Rom 1:28-32).
Esa es la descripción de la época de Noé, pero esa es también la descripción de cualquier cultura que rehúsa reconocer a Dios. Es ahí hacia donde se dirige. No se pone mejor, solo se empeora. El hombre dejado a sí mismo solo empeora las cosas. Y eso es lo que leemos en 2 Timoteo donde Pablo dice que:
«En los últimos días… Los hombres serán amadores de sí mismos, avaros, jactanciosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, irreverentes, sin amor, implacables, calumniadores, desenfrenados, salvajes, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, envanecidos, amadores de los placeres en vez de amadores de Dios» ( vv. 1-4).
Así era en los tiempos de Noé, y eso es lo que vemos más y más en nuestros días en la medida en que nos acercamos al fin. Veremos más y más de lo mismo. Tenemos que darnos cuenta que la corrupción humana y la violencia es seria y tiene consecuencias serias.
El Salmo 11 versículo 5, dice:«El Señor prueba al justo y al impío, y su alma aborrece al que ama la violencia. Proverbios capítulo 21: «La violencia de los impíos los arrastrará…» ¿Te suena eso como el diluvio? «…porque se niegan a obrar con justicia» ( v.7).
¿Cuál debe ser entonces nuestra respuesta? Más adelante estaremos hablando más acerca de eso en esta serie, pero déjame tocar algunos puntos. Primero, pienso que debemos orar para que Dios reivindique la justicia. Eso fue lo que hizo el salmista en el Salmo 7 en el versículo 9. Él dijo: «Oh Dios justo, quien pruebas las mentes y los corazones, trae a su fin la violencia del que hace maldad y dale seguridad al justo» (Parafraseado).
Es correcto orar para que la justicia prevalezca y que la maldad sea juzgada. «Señor, trae la maldad a su fin». ¿Qué podemos hacer, más que orar? «Señor, reivindica la justicia. Pon fin a la violencia de los malvados».
En la medida en que oremos por esto, tenemos que revisar nuestros propios corazones. Porque es tan fácil señalar a otros—es muy fácil. No hay duda de la corrupción y de la violencia que existe en el mundo, quizás hay mucha corrupción y violencia alrededor de ti y en el mundo en el que vives. Quizás es tu jefe, quizás tu cónyuge, miembros tu familia. Pero he aquí lo que no vemos tan fácilmente: ¿En la medida en que Dios mira tu corazón, ve Él allí corrupción y violencia? Tal vez no en las formas manifiestas, flagrantes que encabezaría un titular en el periódico, pero, ¿qué tal en tu forma de hablar? ¿Hay en tu hablar engaño, grosería, aspereza hacia tus hijos, crueldad hacia tu esposo o hacia tus hijos, o quizás a espaldas de tu jefe? ¿La corrupción y la violencia están en tus conversaciones?
¿Hay violencia en tus actitudes? Quizás nunca hayas salido a matar una persona, pero, ¿acaso has odiado tanto a una persona que desearías que estuviera muerta? Tengo que decir, oh Dios, que no solo es el mundo allá fuera que necesita de Ti y de Tu gracia. Es mi corazón. He cometido asesinato en mi corazón. Mi corazón es corrupto es violento apartado de Tu gracia.
¿En tu comportamiento hay aspereza, existe corrupción? Examina tu corazón y luego ora por el regalo de un verdadero arrepentimiento. Me encanta el pasaje en Jonás capítulo 3 donde el rey de Nínive, habiendo sido advertido por Jonás de que el juicio vendría, hizo una proclamación. Él dijo: «sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios con fuerza, y vuélvase cada uno de su mal camino y de la violencia que hay en sus manos».
Quizás haya en tu corazón corrupción y violencia, o en tu lengua o en tus manos. ¿Qué debes hacer? Humíllate. Clama a Dios en arrepentimiento. Apártate del mal camino y de la violencia que está en tus manos. No te puedes arrepentir por el resto del mundo, pero sí puedes arrepentirte por ti misma.
Puedes decirle, «Señor, no es mi hermano, no es mi hermana, no es mi vecino, no son todos esos criminales allá afuera —soy yo, oh Dios, parada aquí delante de Ti, en necesidad de Tu misericordia y de Tu perdón. Señor, ten misericordia de mí. Yo me entrego, yo me humillo delante de ti. Me arrepiento de mi maldad, me arrepiento de mi corrupción, de la violencia de mis propias manos y de mi propio corazón».
Annamarie: Nancy DeMoss Wolgemuth nos ha estado ayudando a ver nuestra pecaminosidad, de modo que podamos entender mejor el juicio y la misericordia de Dios. Este mensaje es parte de la serie titulada, Noé y el diluvio.
Y en la medida en que profundizamos en esta porción de la Escritura, es importante que recordemos que Dios está obrando en medio nuestro.
Nancy: Realmente hay mucha corrupción y mucha maldad en este mundo, pero Dios está obrando en medio de todo ello. Una de las formas como está obrando es trayendo a las mujeres de regreso a Su corazón, a Su llamado y a Su diseño para ellas. Y de eso se trata el movimiento de la Mujer Verdadera: Dios llamando a las mujeres en este mundo a volverse a las sendas antiguas y a vivir Sus propósitos en este mundo.
Annamarie: Así es, Nancy. Y una de las formas en las que participamos de esto es a través del Reto Mujer Verdadera 365. Estamos animando a cada oyente a leer la Biblia de tapa a tapa junto a nosotras este año 2021.
Esperamos que puedas ser parte de este gran ejército de mujeres que ha dicho: «Sí Señor», y que participes de este reto con el deseo de conocer mejor a Dios y Su propósito para nuestras vidas. Para ver el plan de lectura y los devocionales diarios, visítanos en AvivaNuestrosCorazones.com. La lectura bíblica para hoy es Éxodo capítulos 35 al 37.
Bueno, estamos viviendo en una época donde hay increíbles avances tecnológicos, pero, ¿hace esto que el mundo sea verdaderamente mejor?
Nancy: Hemos visto en este pasaje una descripción de la naturaleza caída del hombre; de su naturaleza pecaminosa. No mejorando, no mejora, sino que hemos visto que la maldad se vuelve cada vez más perversa. El hombre, abandonado a sí mismo, podría hacerse más inteligente. Podría aprender más, pero hacerse más inteligente sin Dios solo lo puede hacer más perverso. Solo y apartado de Dios, él haría un mundo cada vez peor y peor.
Annamarie: Escucha más acerca de esto en nuestro próximo programa.
Escudriñando la Escritura juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
1. Matthew Henry (1996, c1991). Matthew Henry's Commentary on the Whole Bible: Complete and Unabridged in One Volume (Genesis 6:4). Peabody: Hendrickson.
Mi esperanza está en Jesús, Jonathan & Sarah Jerez, Periscopio ℗ 2017 Jonathan & Sarah Jerez.
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