Historias de verdadera gracia
Annamarie Sauter: ¿Dependes totalmente de la gracia de Dios?
Nancy DeMoss Wolgemuth: No podrás enfrentar ningún momento de tu vida sin la gracia de Dios. Y si alguna vez piensas que puedes, Dios te amará lo suficiente como para crear circunstancias en tu vida que te hagan entender cuánto lo necesitas a Él, para que así puedas seguir viniendo a Él y continuar clamando por Su gracia y Su misericordia.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
La lectura de hoy de la Biblia es 2 Reyes capítulos 15 al 17.
Nos encontramos en la serie titulada, «En busca de Dios». Ese también es el título del libro de estudio en el que se basa esta serie, escrito por Nancy y por Tim Grissom. Puedes hacer este estudio individualmente o en grupo. Encuentra todos los recursos relacionados (programas, transcripciones …
Annamarie Sauter: ¿Dependes totalmente de la gracia de Dios?
Nancy DeMoss Wolgemuth: No podrás enfrentar ningún momento de tu vida sin la gracia de Dios. Y si alguna vez piensas que puedes, Dios te amará lo suficiente como para crear circunstancias en tu vida que te hagan entender cuánto lo necesitas a Él, para que así puedas seguir viniendo a Él y continuar clamando por Su gracia y Su misericordia.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
La lectura de hoy de la Biblia es 2 Reyes capítulos 15 al 17.
Nos encontramos en la serie titulada, «En busca de Dios». Ese también es el título del libro de estudio en el que se basa esta serie, escrito por Nancy y por Tim Grissom. Puedes hacer este estudio individualmente o en grupo. Encuentra todos los recursos relacionados (programas, transcripciones y el libro) en nuestro sitio web, AvivaNuestrosCorazones.com.
Bueno, los eventos más desafiantes tienen un aspecto positivo, y es que nos recuerdan cuánto necesitamos la gracia de Dios. Esto es lo que algunas oyentes que han escuchado las enseñanzas de esta semana han experimentado. Hoy veremos cómo ha lucido la gracia de Dios en sus vidas, en medio de sus retos y dificultades. Iniciemos escuchando de una de estas oyentes.
Mujer 1: Esta historia es terrible, pero en verdad me casé con un hombre que no amaba. Oré para que el día de la boda se desplomara el techo de la iglesia, o algo parecido —por diversas razones me encontré haciendo eso.
No tuve consejería. No sabía lo que hacía. Jamás he sido feliz. Nunca lo amé. De cierta manera le tengo respeto. Es un gran trabajador pero yo siento como si estuviéramos en vías contrarias. Tenemos diferentes valores morales.
Tuvimos dos hijas, algo que nos ha causado conflicto a lo largo de nuestra vida matrimonial. Creo que Dios ha usado esto para humillarme. Pero me doy cuenta que al no haber respetado a mi esposo lo suficiente, al no ser la esposa que debí haber sido, mis hijas no tendrán una relación correcta con sus esposos. Siento que esto es una gran injusticia para mis hijas.
Nancy: Aprecio tanto que seas honesta y compartas tan humildemente esta historia, que en algunos aspectos no es muy diferente de la de muchas mujeres. La diferencia es que has sido honesta para admitir que no has reverenciado a tu esposo como Dios quería que lo hicieras.
Pero esa es una realidad para la mayoría de las esposas. De hecho, no conozco una esposa que no haya dicho en algún momento: «Hay momentos en que no he respetado verdaderamente a mi esposo como Dios hubiese querido que lo hiciera». Has compartido algo que es muy común en las mujeres. Me alegra que lo hicieras porque es una ilustración perfecta de lo que la gracia de Dios puede hacer.
La gracia de Dios primero puede hacerte ver tu necesidad en esta situación, que no solo es tu esposo el problema, sino que estás tomando responsabilidad personal por tu parte dentro el matrimonio. Al decir esto estás yendo hacia el monte Calvario. Estás corriendo al lugar de la humillación.
Y aquí están las buenas nuevas: Dios da gracia al humilde. Escucha, Dios no te mandará a hacer nada para lo cual Él no te haya dado la gracia necesaria, si clamas a Él y así se lo pides.
Quiero ir un paso más allá y decirte que en Dios hay gracia suficiente, no solo para ayudarte a respetar a tu esposo, en obediencia al Señor, sino que Dios puede darte la gracia para amar a un hombre al que no amas ni has amado jamás.
¿Sabes por qué sé esto? Porque las Escrituras ordenan a las esposas a amar a sus esposos, Tito capítulo 2. Y si Dios te ordena que ames a tu esposo, eso significa que por Su gracia puedes aprender a amar a tu esposo con un amor sacrificial, desprendido, con un amor que sirve, como el de Cristo; con un amor ágape.
Dios tiene gracia, si la pides esta te dará el deseo y el poder de amar a un hombre que quizás en este momento ni siquiera soportas. Dirás, «¡imposible!» Pero para eso está la gracia. Para las circunstancias y situaciones imposibles; para esto es la gracia de Dios.
Clama a Dios por ella. Confía en que Dios te la dará.
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Mujer 2: La gracia que necesito es para criar los hijos que Dios me ha dado. Intelectualmente sé como luce una vida como la de Cristo. Más aún, soy extremadamente bendecida por tener personas muy cerca de mí. Mi madre vive justo al lado mi casa y probablemente es la persona más piadosa que conozco, lo cual es una bendición increíble.
Pero cuando miro a mi alrededor y veo las cinco personas que me han sido encomendadas y que soy responsable de criar, me miro al espejo y pienso: «¿Qué estás haciendo?» Pero sé que Él es fiel, y sé que Él es sabio y que es suficiente. Lo he visto y me he asombrado de ver el carácter de Cristo manifestarse en mis hijos en momentos que han sido difíciles para mí.
Y pienso, «wow, eso proviene de Dios porque yo ni siquiera actué así esta mañana». Así que quiero alabarlo y agradecerle a Él por Su fidelidad al darme gracia para criar a los hijos que Él me ha dado.
Nancy: Por cierto, madres, permítanme decir que sin importar cuán buena o mala madre seas, no te llevas el crédito si tus hijos salen bien. Será la gracia de Dios. Puedes hacer todo correcto… es decir ¡no puedes y no lo harás! Pero aun si lo hicieras, es por la gracia de Dios en sus vidas que todo esto hace «CLICK» y funciona.
De manera que no solo eres tú dependiente de la gracia de Dios, sino que será mejor que empieces a orar para que Dios derrame de Su gracia en la vida de tus hijos, en la vida de tu esposo, para que ellos sean humillados y reciban la gracia de Dios para ellos también.
Mujer 3: Ha sido maravilloso escuchar sobre la gracia hoy. Tengo una hermana que ha vivido en una relación lesbiana durante los últimos siete años. No he respondido con gracia. Ambas crecimos en un hogar cristiano sólido. Ambas estuvimos en la iglesia aun durante los nueve meses antes de nacer. Pero no se nos enseñó que continuamente debíamos arrepentirnos. La he visto darle la espalda al Señor y tomar un camino horrible.
La necesidad de humillarme ha sido un buen recordatorio para mí. Ella se ha desligado de la familia por como nosotros respondimos. Pensamos que lo hacíamos en amor. Gracias a Dios aún tenemos algún contacto con ella. Solo oro por la gracia de Dios para saber qué hacer como próximo paso.
Nancy: Seguro hay padres escuchando, que tienen un hijo envuelto en una relación homosexual; y su corazón está roto. Necesitas sabiduría para saber cómo amar a ese hijo, cómo ministrarle la verdad en amor. Necesitas la gracia de Dios. Cualquier padre necesita la gracia de Dios, pero cuando tienes un hijo que te rompe el corazón, necesitas de la gracia de Dios para poderte convertir en un canal de esa gracia para que ese hijo pueda ver la gracia de Dios fluyendo a través de ti.
Mujer 4: Crecí en un hogar muy piadoso. Por 18 años viví un engaño siendo una persona hacia afuera y otra totalmente diferente hacia adentro. Aun a mí misma me engañé pensando que simplemente era una mujer cristiana con problemas.
No fue hasta el pasado agosto, cuando entré a la universidad, que la vida de engaño que había vivido por dentro se hizo evidente e hice muchas decisiones equivocadas.
Pero Dios mostró gracia. Aunque yo sabía que vivía en pecado, en aquel momento ignoraba que no era salva. Pero Su gracia era continua sobre mí, alcanzándome. Y sabía aun en medio de todo eso cuánto Él me amaba.
Entonces en febrero, Dios mostró su gracia salvándome y llevándome al borde de mí misma. Me mostró gracia cuando justo tres días antes de salvarme yo estuve contemplando el suicidio. Si lo hubiera hecho realmente pienso que me hubiera ido al infierno. Y me mostró su gracia no permitiendo que eso aconteciera, para luego hacer un trabajo extraordinario trayéndome salvación.
Luego me dio gracia para hacer lo más difícil que he tenido que hacer en mi vida: decirles a mis padres la vida que había vivido, decirle a mi iglesia y volver de la universidad a casa a vivir, para establecer una base y colocarme bajo una autoridad nuevamente.
Nancy: Más que nada esta historia de esta madre e hija, ponen de manifiesto una gracia increíble, increíble. Si alguna vez piensas que la gracia de Dios no es suficiente para tu situación, para tu circunstancia, déjame decirte que acabas de escuchar que la gracia de Dios te llevará y te alcanzará y te encontrará en los lugares donde jamás soñaste que podías llegar, para darte mucho más de lo que antes tenías.
Las Escrituras dicen que Dios restaura los años que la langosta se ha comido. Dios es un Dios que redime. Él es un Dios de gracia. Él es un Dios que está haciendo todas las cosas nuevas por Su gracia.
A veces al atravesar grandes batallas encontrarás la gracia de Dios. Pienso en un pasaje del Antiguo Testamento donde un rey del Antiguo Testamento clamó a Dios en medio de la batalla, y Dios vino y lo salvó y lo ayudó a liberar a Su pueblo. Se trataba de un enemigo muy poderoso.
Luego tuvieron una pequeña batalla posterior, pero la manejaron en sus propias fuerzas. «Yo puedo con esto»…pero se fueron de cabeza. No puedes hacerlo en tus propias fuerzas. Y a veces pasas una gran batalla y llegas a la pequeña batalla al día siguiente y piensas, «esto es fácil después de lo que acabo de atravesar». No trates de hacerlo en tus propias fuerzas. No trates de hacerlo sin la gracia de Dios.
No podrás lograrlo. No podrás enfrentar ningún momento de tu vida sin la gracia de Dios. Y si alguna vez piensas que puedes, Dios te amará lo suficiente como para crear circunstancias en tu vida que te hagan entender cuánto lo necesitas a Él, para que así puedas seguir viniendo a Él y continuar clamando por Su gracia y Su misericordia.
Mujer 5: He tenido la gracia de Dios en mi vida y lo reconozco. En ocasiones pensaba que yo estaba haciendo las cosas por mi cuenta sin entender que Él quería darme Su gracia. Conocía por las Escrituras que Su gracia era suficiente, pero aun así, tantas veces preferí hacer las cosas a mi manera y solo consultarle cuando estaba desesperada.
Él había permitido que la desesperación llegara innumerables veces. Ahora tengo 58 años y medio, y soy la madre de dos hijos adultos y abuela de tres pequeños. Me encuentro ahora pronto cumpliendo los 60, con un nieto de cinco años del cual soy —más de lo que es normal— responsable de su crianza. Estas son circunstancias que Dios ha permitido para que este niño esté en mi vida.
Pero es la gracia de Dios que me ayuda a negar las palabras de Satanás cuando me dice, «tú fracasaste con tus hijos adultos y puede que no te vaya muy bien con este jovencito tampoco». Y es un niño adorable, como toda abuela piensa de sus nietos. Pero es demasiado sabio para mí. Está lleno de triquiñuelas todo el tiempo.
Y clamo a Dios por sabiduría cada día para ayudar a moldearlo y así canalizar esa astucia de manera que sirva a Dios, lo honre y lo glorifique.
Pero clamo a Dios por Su gracia desesperadamente cada día. Estoy deseosa de ser parte de la vida de este niño para poder moldearlo para que sea un hombre de Dios y un esposo piadoso cuando el camino se torne difícil. En muchos sentidos reconozco que no tengo muchas piedras en el camino ahora, pero se que estos pocos obstáculos en el camino, me impiden levantar la vista y ver a Dios.
No imagino un día siquiera donde no clame, «Dios, ¡ayúdame con estos pensamientos!» Aun con los pensamientos. No son solo los eventos. Batallo con los pensamientos. De manera que clamo las Escrituras, y Su gracia borra esos pensamientos completamente y de esa forma puedo seguir sonriendo, amando y sirviéndole a Él.
Nancy: Estoy tan agradecida de que mi amada amiga Holly Elliff esté aquí con nosotras hoy. He visto a Holly. La conozco desde hace muchos años. Creo que cuando nos conocimos tenía 4 hijos. Ahora tiene 8. He visto como Holly se ha apropiado de la gracia de Dios en diferentes situaciones y circunstancias a lo largo de los años.
Es una mujer cuyo mensaje de vida está anclado en la gracia de Dios. Hablamos mucho ella y yo sobre la gracia de Dios. He estado en situaciones donde pensaba que no podría sobrevivir y Holly ha venido y ha ministrado de la gracia de Dios a mi vida.
Y cuando ella habla con mujeres –las mujeres se acercan mucho a Holly para pedirle consejo– estas la buscan porque ella de verdad ama al Señor y tiene mucha sabiduría. Invariablemente, de una forma u otra, siempre termina llevando a las personas, una y otra vez, a descansar en la gracia de Dios.
Así que quiero pedirle a Holly, si tiene algo que compartirnos en relación con lo que hemos compartido hoy acerca de la gracia de Dios, que pueda ser de ayuda al cierre de nuestro tiempo juntas.
Holly Elliff: Ya sea que tengas ochenta años u ocho, Dios tiene toda la gracia que necesitas en el momento que la necesites. Y solo Dios sabe cómo voy a necesitar de Su gracia esta semana. Las Escrituras dicen que es sobre Su gracia donde estamos paradas.
Creo que una de las cosas más peligrosas que hacemos es adelantarnos a la gracia de Dios en nuestras vidas. A veces nos movemos de nuestra cuenta y de repente nos damos cuenta de que no tenemos la más mínima capacidad de hacerle frente a lo que estamos atravesando en un momento en particular.
Y tantas, tantas veces pienso que necesitamos retroceder y asegurarnos de tener la gracia de Dios. Me gusta pensar en esta gracia como ese casco de minero que arroja una luz justo adonde me dirijo. Tendré la gracia de Dios justo para el momento que esté viviendo justo en ese instante de mi vida. Y mañana cuando me levante tendré gracia para ese momento.
Si miro mucho más allá, si vivo más adelante en el futuro y me pongo a especular sobre las razones por las que necesitaré de la gracia de Dios, viviré en temor. Y esa es una de las herramientas de Satanás para mantenernos alejadas de la gracia de Dios.
Pero si retrocedo y me digo: «Dios, en ese momento y circunstancia de mi vida, has prometido darme todo lo que necesito para la vida y la piedad. Así que viviré ahora, en este momento, parada sobre la gracia que Tú has prometido darme para este tiempo.
Nancy: Permíteme cerrar con este versículo que puede que encierre todo lo que hemos dicho en los últimos programas acerca de la gracia. 1 Pedro 5:10: «Y después de que hayáis sufrido un poco de tiempo…» Puede que sientan que han estado sufriendo por mucho tiempo, y desde una perspectiva humana puede que sea un largo tiempo. Pero si pudieras ver esto a la luz de la eternidad, es un poco de tiempo.
«Y después de que hayáis sufrido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia…» –El Dios de toda gracia. Ese es nuestro Dios– «…que os llamó a Su gloria eterna en Cristo…» Él tiene un propósito en mente, una meta para tu vida. Y es que tu vida le glorifique a Él, que seas eternamente glorificada en Cristo.
¿Qué hará Dios después que hayas sufrido, qué hará este Dios de toda gracia? «Él mismo os perfeccionará, afirmará, fortalecerá y establecerá». Es una promesa maravillosa. Y Dios está usando esas circunstancias. Él está usando esta etapa de tu vida.
Hemos compartido sobre diferentes etapas y tipos de ilustraciones representativas de matrimonios e hijos. En cada etapa de la vida, Dios usa las luchas, las presiones, y los problemas con un propósito.
Su propósito es que si recibes Su gracia, si te humillas, si clamas a Él, Dios te restaurará. Él te confirmará. Él te fortalecerá y te establecerá.
Ahora, si resistes la gracia de Dios, no tendrás todos esos beneficios. Dios tiene en Él toda la gracia necesaria. Está disponible. Pero si no clamas a Dios por gracia, si dices que Su gracia no es suficiente, «yo no puedo; la gracia de Dios no es suficiente para sobrellevar esto». Si vives de esa forma, ¿sabes lo que dice Hebreos 12? Que una raíz de amargura brotará en tu vida y causará dificultades y contaminará a muchos. (Ver Hebreos 12:15).
¿De dónde vienen la amargura y la falta de perdón en medio de las relaciones? Vienen de personas que no han recibido la gracia de Dios, la gracia que Dios tiene disponible. Él tiene su ambulancia en el cielo, lista para enviarla, pero ellos no clamaron. Manejaron las cosas en sus propias fuerzas.
Así podrías terminar tu vida de manera amargada, marchita, como una persona cascarrabias, aislada, segregada y sola, porque has pasado tu vida resistiendo la gracia de Dios. O puedes terminar como una mujer bella, fragante, radiante, íntegra, completa y gozosa, porque has sido restaurada, confirmada, fortalecida y establecida por la gracia de Dios.
No sucederá sin sufrimiento. Es parte del paquete. Pero Dios usa el sufrimiento para acercarnos a Su corazón, para presionarnos para que clamemos a Él en medio del matrimonio, de esa etapa de la vida, en esa presión, en ese problema. Clama a Él, y el Dios de toda gracia vendrá a la escena de tu necesidad, y derramará Su gracia al humilde. Agradezcamos a Dios esa increíble gracia.
Señor, te amamos. Amamos tu gracia hoy más que ayer. Hoy la vimos en otra perspectiva. Gracias a Ti, al salir de aquí hoy, sabemos que tenemos gracia para cualquier cosa que enfrentemos. Gracias que estamos paradas en la gracia, la gracia de nuestro Señor y Salvador Cristo Jesús.
Y por eso gracias, gracias, gracias.
Annamarie: La vida puede ser muy difícil, por eso necesitamos la gracia de Dios cada día. Hoy Nancy DeMoss Wolgemuth ha estado interactuando con un grupo de mujeres como tú y yo, en necesidad de la gracia de Dios.
Quizás te identificas con alguna de las mujeres que compartió hoy. Para profundizar acerca de un tema en particular, como el sufrimiento, las dificultades, el matrimonio, la crianza, entre otros; haz uso de nuestro sitio web, AvivaNuestrosCorazones.com. A través del buscador o de la sección «recursos», encuentra todo un archivo de programas, blogs, videos, entre otros—por tema.
Una mujer, luego de escuchar una serie de programas acerca del matrimonio, nos escribió para dejarnos saber cómo la gracia de Dios había obrado en su vida. Escucha lo que ella dijo,
«Hermanos amados, soy de Chile, y les he estado escuchando este último tiempo...glorioso tiempo.
Hace algunos días venía preguntándome cómo poder respetar a mi esposo, y no podía, no me salía, fallaba una y otra vez, hasta que por fin llegó esta gran y tremenda bendición del Dr. Emerson, a mis oídos».
Se refiere a la serie, «Amor y respeto». Ella continúa diciendo:
«Ha sido una tremenda bendición, al segundo día de escucharlo, le dije a mi esposo: Esposo, te admiro, sí, te admiro porque tienes un liderazgo muy noble en nuestro hogar, te admiro porque le crees a DIOS con todas tus fuerzas, ¡te admiro porque eres único!
Se quedó en blanco, no halló qué decirme, se fue para adentro... Y luego me dijo... Amor, estás rara, yo solo sonreí... Él no podía conciliar el sueño producto de lo que había escuchado y me volvió a decir... Amor ¿qué te pasa? Me siento extraño, no puedo dormir... Le dije... Te respeto, sé que no te he respetado en todo este tiempo, pero quiero que sepas que te respeto, respeto tu liderazgo y tu rol en nuestro hogar, no he sido la mejor respetando, pero te respeto y quiero ser mejor para ti cada día... Creo que le causé un shock en su mente. Esa noche me conversó sus miedos, sus temores, me abrazó y besó como nunca, fue maravilloso...
Al final me dijo... Anhelaba tanto escuchar tus palabras de aliento, nunca me decías nada...
Nuestra relación va viento en popa, se ha mejorado una enormidad y estoy luchando para cada día decirle a mi esposo lo que más amo de él y animarle... Espero al final de todas estas series, terminar con un matrimonio fortalecido para la gloria de Dios.
Hermanos quiero agradecer al Señor por ustedes. Son una tremenda bendición realmente y estoy gozosa de poder oírles cada día.
El Señor les fortalezca».
Amén. Qué gozo nos trae leer testimonios como este de la gracia de Dios obrando en la vida de las oyentes.
«Belleza divina, rectitud, adopción, dadas a aquellas que son culpables de maldad». Así es como uno de los invitados de nuestro próximo programa describe la gracia. Escucha más, mañana, en la medida en que oramos junto a un grupo de hombres sabios y piadosos aquí en Aviva Nuestros Corazones.
En busca de Dios juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
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