¿Has experimentado la sublime gracia?
Annamarie Sauter: Tan a menudo vivimos corriendo, aún durante las festividades, ocupadas con tantas cosas. Pensamos en resoluciones para el nuevo año, y dentro de dos semanas ¿quién recordará cuáles fueron?
Nancy de Moss de Wolgemuth: Así que . . . detente. Toma tiempo hoy, esta semana, para reflexionar, para mirar atrás a la gracia de Dios a través del espejo retrovisor, para mirar a tu alrededor la gracia de Dios hoy, y luego mirar hacia adelante las promesas de Dios y la gracia que puedes anticipar para el próximo año.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Ayer en Aviva Nuestros Corazones, Nancy DeMoss de Wolgemuth comenzó a hablarnos sobre la historia de un himno muy amado. Como escuchamos, este himno acompañó un sermón un día de Año Nuevo. Nancy nos cuenta más...
Nancy: Hablamos sobre «Sublime …
Annamarie Sauter: Tan a menudo vivimos corriendo, aún durante las festividades, ocupadas con tantas cosas. Pensamos en resoluciones para el nuevo año, y dentro de dos semanas ¿quién recordará cuáles fueron?
Nancy de Moss de Wolgemuth: Así que . . . detente. Toma tiempo hoy, esta semana, para reflexionar, para mirar atrás a la gracia de Dios a través del espejo retrovisor, para mirar a tu alrededor la gracia de Dios hoy, y luego mirar hacia adelante las promesas de Dios y la gracia que puedes anticipar para el próximo año.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Ayer en Aviva Nuestros Corazones, Nancy DeMoss de Wolgemuth comenzó a hablarnos sobre la historia de un himno muy amado. Como escuchamos, este himno acompañó un sermón un día de Año Nuevo. Nancy nos cuenta más...
Nancy: Hablamos sobre «Sublime Gracia», el himno más famoso de John Newton. Fue publicado por primera vez en 1779 y escrito en 1772 para un servicio de Año Nuevo. No sabemos con qué melodía se cantó en 1773, pero está escrito en lo que los poetas llaman la métrica común, por lo que puede adecuarse a muchas melodías diferentes. O quizás la congregación pudo haberlo recitado al unísono.
Los compositores pronto comenzaron a agregarle música para acompañar las palabras. En los siglos dieciocho y diecinueve, este himno fue cantado con unas veinte y tantas melodías diferentes. Luego, en 1835, más de sesenta años después de que se escribiera «Sublime Gracia», se le añadió la melodía popular que cantamos con mayor frecuencia en la actualidad. Hoy día este himno está incluido en mil o más himnarios publicados.
Y desde la llegada de la radio y la grabación, se ha grabado, según una estadística que leí, más de siete mil veces; otra estadística decía más de diez mil veces. Puede ser mucho más que eso al dia de hoy.
La primera grabación que conocemos fue una versión a capela en 1922 y luego muchas, muchas personas la grabaron. Mahalia Jackson, en 1947, lo usó durante el Movimiento por los derechos civiles.
Cuando la cantante de folk Judy Collins lo grabó en 1979, inmediatamente se colocó en el «Top 20» de las listas pop de todo el mundo, que es probablemente cómo se hizo famoso en esta parte del mundo.
Ha sido grabado por Aretha Franklin, Ray Charles, Johnny Cash, Willie Nelson y Elvis. Fue cantado en el Festival de música de Woodstock en 1969. ¡Un himno en Woodstock!
Digamos que ha sido cantado por muchas personas que realmente no tienen idea de su valor o desconocen acerca de qué es, pero me encanta cómo Dios puede tomar estas palabras y entrelazarlas y hacerlas parte de la cultura. Se hizo famoso en la cultura pop. Ha estado en Los Simpson, inspiró un musical de Broadway y se usa con frecuencia (se canta o se toca) en funerales y en servicios memoriales. Fue el tema, quizás recuerdes, de un documental que Bill Moyers hizo público en la televisión en 1990.
Bueno, se ha vuelto muy famoso, pero lo que queremos hacer en esta corta serie es hablar sobre el significado del himno y el significado de la sublime gracia de Dios.
Veamos un poco más de la historia que rodea este himno: A la edad de 39 años, John Newton, como dijimos, había sido traficante de esclavos. Había sido un rebelde y estuvo lejos de Dios, pero Dios lo había traído a Cristo. Se convirtió en el pastor de una pequeña iglesia en el pueblo de Olney, en Inglaterra. Creo que leí que la población, en ese momento, era de aproximadamente 2500 personas.
En ese tiempo, las iglesias cantaban principalmente salmos. Muchas iglesias cantaban solo salmos. Newton comenzó a presentar en sus servicios, a su congregación, himnos simples sobre el evangelio y las experiencias cristianas. Esto fue algo radical en esos días.
Él escribía himnos en muchos casos porque muchos de ellos no existían. Los escribía para acompañar sus propios mensajes porque la música puede ayudarte a recordar cosas que de otro modo podrías olvidar.
Tenía un amigo cercano llamado William Cowper. Cowper fue uno de los poetas más conocidos de la época, y ayudó a Newton a escribir algunos de estos himnos.
En 1779, Newton y Cowper publicaron una colección llamada Himnos de Olney. Era el pueblo de Olney. Era la iglesia de Olney, y la compilación de himnos se llamó los Himnos de Olney. La edición original tenía casi 350 himnos, de los cuales Cowper escribió casi setenta, incluyendo el muy amado, «Hay una fuente carmesí».
Newton escribió 281 de los himnos escritos en este himnario, incluyendo, «Glorias mil de ti se cuentan», «Cuán dulce el nombre de Jesús», y otros que reconocerías. Por supuesto, el más conocido hoy en día es «Sublime Gracia» que es parte de esa colección.
Ahora, Olney era una pequeña comunidad rural con feligreses pobres y sin mucha educación. Entonces, en el prefacio de este himnario, Newton explicó que estos fueron escritos «para el uso de personas comunes». Esta no era una gran cosa. Solo pretendía que las personas sencillas, comunes y corrientes pudieran cantar las riquezas de la gracia de Dios y del evangelio.
Dijo que su propósito al escribir este himnario era «un deseo de promover la fe y el consuelo de cristianos sinceros».
Es interesante que a menudo pensamos acerca de la música hoy en la iglesia, como el tipo de música que podríamos escribir para que alcance a las personas que no conocen a Jesús. No estoy diciendo que no hay lugar para eso, pero históricamente, e incluso escrituralmente, encontrarás que la norma es que la música en la iglesia esté dirigida al pueblo de Dios. Es para edificar el pueblo de Dios. Es para fortalecerlos en su fe y consolarlos en su caminar con Dios.
Las canciones de Sión son para la gente de Sión. Y típicamente, aquellos que no conocen a Cristo, no entienden nuestros himnos, nuestras canciones cristianas, nuestras canciones acerca del evangelio. No importa cuán contemporáneos se les pueda hacer sonar, para aquellos que se pierden es una tontería, pero para los que se salvan, aquellos que pertenecen a Jesús, es un canto rico y precioso que podemos hacer con la ayuda de este tipo de himnos.
En enero 2017, hace dos años, leí una publicación de un hombre llamado Tony Reinke. Él trabaja para DesiringGod. Tony escribió un post en el blog titulado, «Hasta aquí me ha traído el Señor». El subtítulo fue «Sublime gracia para un nuevo año».
Mientras leía ese post –por supuesto, he estado familiarizada con el himno «Sublime Gracia» durante años, muchos años. Había leído bastante sobre la historia de John Newton, quien escribió la letra. Pero cuando leí esa publicación, aprendí algunas cosas que no sabía sobre los antecedentes de este himno, y me inspiró a grabar esta serie al comienzo de este nuevo año.
Tony señaló que John Newton tomaba un tiempo al comienzo de cada nuevo año, para reflexionar sobre lo que Dios había hecho en el pasado y para recordarse a sí mismo de las promesas de Dios para el futuro, y animaba a su congregación y a sus amigos a hacer lo mismo.
Al comienzo de cada año nuevo, escribía himnos y sermones para su iglesia, himnos para un nuevo año, sermones para un nuevo año. Y escribía cartas a varios amigos para alentarlos a detenerse, hacer una pausa y pensar en la gracia de Dios –pasada, presente y futura– y a adorar a Aquel que nos ha dado esta sublime gracia.
Por ejemplo, voy a compartirles una carta que Newton escribió a un amigo, explicando su práctica. Él dijo:
«El Año Nuevo me encuentra ocupado. Lo comparo con una colina en el camino, desde la cima intento mirar hacia atrás en la forma en que el Señor me ha guiado hasta ahora a través del desierto (la gracia pasada de Dios).
Miro alrededor para contemplar la diferencia que Su bondad ha hecho entre mi situación y la de miles de seres humanos. (Así que está mirando a la gracia de Dios al presente en su vida).
Luego miro hacia adelante, y percibo que estoy llegando rápidamente al final de mi viaje. Pronto estaré en casa. (Gracia futura. Pasado, presente y futuro).
Esto es lo que él hacía justo o cerca del día de Año Nuevo. Y quiero decirte que al inicio de este año, sería una buena práctica, un gran modelo para todas nosotras, un buen hábito. Lo he hecho por muchos años en mi caminar con el Señor, pero fue un gran recordatorio al leer el artículo de Tony y leer las cartas de Newton y darme cuenta del valor de detenerse, de parar.
Simplemente vamos muy rápido. Las festividades se van rápido, y ahora, antes de que te des cuenta. . . Tenemos nuestras resoluciones de Año Nuevo en marcha, pero dentro de dos semanas ¿quién recordará cuáles fueron?
Así que . . . detente. Toma tiempo hoy, esta semana para reflexionar, para mirar atrás a la gracia de Dios a través del espejo retrovisor, para mirar a tu alrededor la gracia de Dios hoy, y luego mirar hacia adelante las promesas de Dios y la gracia que puedes anticipar para el próximo año.
Conocer esta práctica de Newton y saber que escribió «Sublime Gracia» para un servicio de Año Nuevo en Olney, el 1 de enero de 1773, arroja nueva luz sobre estas palabras tan familiares que se escribieron veinticinco años después de la conversión de Newton.
Ese mensaje y ese himno para el servicio de Año Nuevo en ese año, salieron del estudio de Newton de un pasaje en 1 Crónicas capítulo 17. Es una oración del rey David.
En esa oración David reflexiona sobre la gracia pasada de Dios en su vida y se da cuenta de que no la merecía. Él dice en 1 Crónicas 17, versículo 16 –este fue el texto para el mensaje de Newton en ese servicio del Día de Año Nuevo. De hecho, me preguntaba si el servicio realmente fue el día de Año Nuevo, que ese año era un viernes, o si fue el domingo siguiente, así que le escribí a Tony Reinke porque no pude encontrarlo con certeza. Él me dijo: «No, tuvieron un servicio especial el día de Año Nuevo, cuando Newton predicó este sermón de 1 Crónicas 17, y cuando introdujo el himno Sublime Gracia».
1 Crónicas 17 dice:
«Entonces el rey David entró y se sentó delante del Señor, y dijo: ¿Quién soy yo, oh Señor Dios, y qué es mi casa para que me hayas traído hasta aquí?» (v. 16).
¿Quién soy yo? ¿Por qué deberías hacer esto por mí? Él reflexiona sobre lo que Dios ha hecho, y luego reflexiona sobre lo que la gracia que Dios ha prometido mostrarle en el futuro. Versículo 17:
«Y aun esto fue poco ante tus ojos, oh Dios, pues también has hablado de la casa de tu siervo concerniente a un futuro lejano, y me has considerado conforme a la medida de un hombre excelso, oh Señor Dios».
Así que él enumeró las promesas de Dios, las acumuló. Las llevó al banco, y le dijo: «Creo lo que has dicho. Veo lo que has hecho en el pasado y puedo confiar en Ti para el futuro».
Ya ves, David llevaba un registro con Dios. Si has estado caminando con Dios por un tiempo, tú también puedes llevar uno. Puedes mirar hacia atrás si lo piensas, te detienes y reflexionas: «¿Qué ha hecho Dios por mí este año pasado?»
Ahora, puedes haber tenido muchas pruebas y problemas, pero todavía estás viva. ¿Dios te dio paz? ¿Te dio valor? ¿Él te evitó algo? ¿Qué hizo Él? Medita sobre lo que Dios ha hecho, y eso te dará confianza, como lo hizo con David, para confiar en las promesas de Dios para su futuro.
Newton escribió «Sublime Gracia» para acompañar ese mensaje de 1 Crónicas. Y el himno fue escrito siguiendo la estructura de ese pasaje. La versión original, que fue publicada en los Himnos de Olney en 1779, tenía seis estrofas. Las tres primeras son las más familiares y se encuentran en la mayoría de nuestros himnarios. Pero estas estrofas muestran esta progresión de regocijarse en la gracia pasada y confiar en Dios para la gracia futura en el año por venir. Es por eso que él tituló ese himno, no «Sublime Gracia», como lo llamamos hoy en día, sino «Revisión de la fe (gracia pasada) y esperanza» (la gracia futura).
Así que recordó los días en que había sido un marinero grosero y profano, activamente involucrado en el tráfico de esclavos, y cómo la asombrosa gracia de Dios había llegado a él, había conquistado su corazón y había transformado su vida. Y él sabía que esa misma gracia todavía estaba obrando en su vida, haciéndolo más como Cristo, permitiéndole vencer el pecado, y agradar y servir al Señor. Y sabía que él iba a depender de la gracia de Dios todos los días por el resto de su vida –gracia pasada, presente y futura.
Ahora, observa cómo todo se desarrolla mientras escuchas estas estrofas de «Sublime Gracia».
Primero: Las liberaciones pasadas:
Sublime gracia del Señor,
que a un infeliz salvó,
fui ciego mas hoy veo yo,
perdido y Él me halló.
Su gracia me enseñó a temer,
mis dudas ahuyentó;
oh cuán precioso fue a mi ser
cuando Él me transformó.
Gracia pasada. Liberaciones pasadas. Reflexionando sobre esa «Revisión de la fe».
Ahora, reflexionar sobre la gracia que Newton había experimentado en los últimos veinticinco años, le dio confianza para confiar en Dios por la gracia hoy, ahora, en el presente y en el futuro.
Y la tercera estrofa pasa de las liberaciones pasadas a las liberaciones presentes y futuras:
En los peligros o aflicción
que yo he tenido aquí,
Su gracia siempre me libró (aquí está el cambio)
y me guiará feliz.
Y cuando en Sión por siglos mil,
brillando esté cual sol,
yo cantaré por siempre allí
Su amor que me salvó.
Él expresó su confianza en que la gracia de Dios que había experimentado en el pasado, sería suficiente para el resto de su vida. Su esperanza no estaba en sí mismo, sino en Dios y en Sus promesas. Él dijo:
Mi bien promete el Salvador,
me da seguridad.
Será mi escudo y mi porción
lo que haya de durar.
Y ves, cuando llevas un registro de los tratos de Dios contigo, te permite tener fe y expectativas para el futuro. Y no solo por el resto de tu vida aquí en esta tierra, sino más allá, no solo «lo que (esta vida) haya de durar» aquí, sino lo que dice la siguiente estrofa no tan familiar para la mayoría de nosotras:
Y cuando falle el corazón
y mi vida mortal,
yo poseeré con Él allí
reposo eternal.
¿Has oído esa estrofa antes? «Sublime Gracia». Está en las seis estrofas originales. Y luego, ¿cuál fue su última estrofa, la última que escribió?
Esta tierra pronto se disolverá como la nieve,
El sol ocultará su brillo;
Pero Dios, quien me llamó aquí debajo,
Será por siempre mío.
Esperanza para el futuro. «Revisión de la fe y esperanza». La gracia de Dios será nuestra en esta vida y por toda la eternidad.
Ahora, a lo largo de los años, se le han añadido estrofas adicionales escritas por otros. La más conocida es la que comúnmente cantamos como la última estrofa de «Sublime Gracia», escrita, pensamos, por un hombre llamado John Rees en 1859, aunque he visto a personas decir que no están tan seguros de eso. Pero fue escrita después. La que dice:
Y cuando en Sión por siglos mil,
brillando esté cual sol,
yo cantaré por siempre allí
Su amor que me salvó.
Sublime gracia, pasado, presente y futuro.
Ahora, hay un giro extraño y poco conocido en esta historia. El amigo y colaborador de Newton, William Cowper, ¿lo recuerdas? Él era el hijo de un ministro anglicano. Él era una persona con un alto nivel de educación. Fue uno de los mejores escritores del siglo diecinueve. Pero era una figura extremadamente compleja y trágica.
Él era un alma atormentada. Tuvo episodios de depresión y desesperación durante la mayor parte de su vida. Intentó suicidarse varias veces, y Newton permaneció a su lado a lo largo de los años y siguió tratando de ayudarlo a creer en la asombrosa gracia que Newton había experimentado y que quería que Cowper experimentara.
Y podríamos decir en cierto nivel, ¿era Cowper creyente? Es difícil saberlo. Él escribió algunos himnos asombrosos, pero tuvo inmensas e intensas luchas. Hay uno que es uno de los himnos más amados y conocidos que cantamos:
Hay un precioso manantial
de sangre de Emanuel,
que purifica a cada cual
que se sumerge en él.
El malhechor se convirtió
pendiente de una cruz,
Él vio la fuente y se lavó
creyendo en Jesús.
Y yo también mi pobre ser
allí logré lavar,
la gloria de su gran poder
me gozo en ensalzar.
Eterna fuente carmesí
raudal de puro amor,
se lavará por siempre en ti
el pueblo del Señor.
Esas palabras fueron escritas por William Cowper.
Bueno, y la tarde del 1 de enero de 1773, el mismo día, que John Newton dio a conocer «Sublime Gracia a su congregación en Olney, Cowper escribió otro himno –el mismo día– que también se haría famoso. Déjame leerte las letras:
Dios se mueve de una manera misteriosa
para realizar sus maravillas;
planta sus huellas en el mar
y cabalga sobre la tormenta.
Profundo en insondables mentes
de destreza que nunca falla,
El atesora sus brillantes diseños,
Y obra Su voluntad soberana.
Santos temerosos, cobrad nuevo valor;
las nubes que tanto teméis
están hinchadas de misericordia y se abrirán
con bendiciones sobre vuestras cabezas.
No juzguéis al Señor con vuestros débiles sentidos,
sino confiad en Su gracia;
detrás de una providencia de ceño fruncido
Él esconde un rostro sonriente.
Sus propósitos madurarán con rapidez,
abriéndose hora tras hora;
el capullo tendrá amargo sabor,
pero dulce será la flor.
La ciega incredulidad yerra con seguridad,
Y escudriña en vano Su obra;
Dios es su propio intérprete,
y Él es quien la dará a conocer.
(Dios se mueve de maneras misteriosas por William Cowper)
¡Palabras fabulosas! Él habla sobre los propósitos soberanos y el plan de Dios, y cómo podemos confiar en Él, incluso cuando no podemos entender las circunstancias que permite que lleguen a nuestras vidas. Rica teología acerca de la misericordia y la gracia de Dios, escrita en la tarde del mismo día en que John Newton había presentado el nuevo himno, «Sublime Gracia», a su congregación.
Pero Cowper no pudo creer sus propias palabras elocuentes. Estaba convencido de que Dios estaba enojado con él, y que la gracia de Dios simplemente no se aplicaba a él. Así que más tarde esa misma noche, el 1 de enero de 1773, en un ataque de desesperación, intentó quitarse la vida con un cuchillo, justo después de escribir estas palabras asombrosas.
Permíteme decirte esto: no sé cómo explicar todo esto. Cowper tuvo una vida muy confusa. De hecho, he leído que nunca regresó a la iglesia después de ese día. Estaba tan seguro de haber caído fuera de la gracia de Dios. Newton trató de seguir siendo su amigo. Es difícil explicar todo esto, pero hay una cosa que creo que nos dice:
No es suficiente conocer sobre la gracia de Dios, la asombrosa gracia de Dios, o contarle a otros acerca de ella. Debemos ejercitar la fe y apropiárnosla como nuestra. La gracia de Dios es suficiente para mí, para mis dudas, para mis miedos, para mi confusión, para mis enfermedades mentales, para mis pensamientos suicidas. Y no estoy juzgando a William Cowper.
Solo digo que precisamente de todo lo que escribió, y de lo que escribió Newton, la asombrosa gracia de Dios y Su soberanía, el buen plan de Dios, es exactamente lo que Newton necesitaba. Es exactamente lo que Cowper necesitaba. Y es exactamente lo que tú y yo necesitamos en cada situación y momento de nuestras vidas.
Cualquiera que sea la vergüenza, cualquiera que sea la culpa, cualquier dolor, cualquier confusión, no es suficiente tener esta teología en nuestras cabezas. Necesitamos actuar en fe. Tiene que ser «Revisión de la fe y esperanza», como Newton llamó su himno que ahora llamamos «Sublime Gracia».
Entonces, al entrar en este nuevo año, ¿qué puede inquietarte? Todos los demás están de fiesta, pasándolo muy bien y celebrando el cambio del calendario a un nuevo año, pero tu corazón está pesado y afligido.
Tú conoces estas palabras. Tú cantas los himnos en la iglesia. Cantas «Sublime gracia, del Señor que a un infeliz salvó... Su gracia siempre me libró y me guiará feliz». Cantamos estas preciosas palabras. Hemos repasado lo que la fe ha hecho en nuestras vidas, lo que la gracia de Dios ha hecho. Y repasamos las promesas de Dios para nuestro futuro.
La pregunta no es: ¿Sabes todas estas cosas? Pero aquí, al pasar a este nuevo año, la pregunta sería, ¿confiarás en que Dios será Dios en tu vida? ¿Podrás echar mano de Su asombrosa gracia y decir: «Señor, te necesito. Necesito esta gracia en mi vida, y la recibo por fe»?
Newton escribió otra carta a un amigo, nuevamente en Año Nuevo: «Con el año nuevo, nuevas misericordias». Con el nuevo año, nuevas misericordias. ¿Recordarías eso mientras comenzamos un nuevo año? Con el año nuevo vienen nuevas misericordias. Con el nuevo dia vienen nuevas misericordias. Con una nueva hora vienen nuevas misericordias. Sus misericordias son frescas y nuevas cada mañana.
No sé a qué te enfrentas hoy. Puedes estar felizmente celebrando este Año Nuevo. Pero durante el próximo año, vas a experimentar desafíos, presiones, problemas, crisis inesperadas.
No podemos escribir el guión para lo que viene. Pero Dios lo ha escrito. Él sabe lo que es, y con lo que traiga este año nuevo, traerá nuevas misericordias de la mano de Dios, y Su gracia siempre, siempre, siempre será suficiente, y siempre será sublime y sorprendente.
Annamarie: Nancy DeMoss de Wolgemuth nos ha estado ayudando a apreciar el trasfondo del bien conocido himno, «Sublime Gracia». Pero más importante aún, nos desafió a todas nosotras a evaluar si verdaderamente hemos experimentado esa sublime gracia de Dios por nosotras mismas.
Escuchar esta enseñanza de Nancy me ha animado a reunirme el próximo domingo junto a mis hermanos en Cristo, en mi iglesia local para cantar himnos juntos. ¡Espero que te haya animado a ti también!
Este mensaje sobre la gracia de Dios y la verdadera esperanza en Cristo, ha sido posible gracias a tu apoyo el año pasado. ¡Gracias a cada una de ustedes que dona mensualmente para Aviva Nuestros Corazones, que ora para que la Palabra de Dios llegue hasta lo último de la tierra, aquellas que comparten nuestros recursos con otras mujeres, y a las que trabajan voluntariamente para hacer este ministerio una realidad! ¡Gracias!
No dejes de acompañarnos en nuestra próxima serie. ¿Sientes que no tienes tiempo para orar y leer la Biblia? Nancy te ayudará a entender por qué el tener tiempo de comunión con Dios es crucial, y te ofrecerá consejos prácticos para proteger y cultivar tu tiempo con Él.
¡Te esperamos!
Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, un ministerio que tú has hecho posible con tu apoyo, es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
Mahalia Jackson, Amazing Grace. © 2008. 20 seconds used. Canción usada con permiso.
Johnny Cash, Amazing Grace. © 1975 Columbia Records. 22 seconds used. Canción usada con permiso.
Judy Collins, Amazing Grace. © 2004 Elektra Entertainment Group. 24 seconds used. Canción usada con permiso.
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