Glorifica a Dios en tu soltería
Annamarie Sauter: Con nosotras Nancy DeMoss Wolgemuth.
Nancy DeMoss Wolgemuth: No es malo tener anhelos insatisfechos, lo que es malo es estar exigiéndole a Dios que los cumpla a mi manera y en mi tiempo.
Y sé que pueden sonar como palabras piadosas cuando estás sola y realmente quieres estar casada. Pero lo que es realmente cierto es que no hay nada ni nadie aparte de Cristo que pueda llenar las partes más íntimas de mi corazón, y un esposo no va a hacer esto.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
En una ocasión Nancy tuvo la oportunidad de hablarle a un grupo de mujeres acerca del tema de la soltería y los anhelos insatisfechos. En esa audiencia había tanto mujeres solteras como casadas. Ellas interactuaron con Nancy y le hicieron algunas preguntas con las que creo que muchas …
Annamarie Sauter: Con nosotras Nancy DeMoss Wolgemuth.
Nancy DeMoss Wolgemuth: No es malo tener anhelos insatisfechos, lo que es malo es estar exigiéndole a Dios que los cumpla a mi manera y en mi tiempo.
Y sé que pueden sonar como palabras piadosas cuando estás sola y realmente quieres estar casada. Pero lo que es realmente cierto es que no hay nada ni nadie aparte de Cristo que pueda llenar las partes más íntimas de mi corazón, y un esposo no va a hacer esto.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
En una ocasión Nancy tuvo la oportunidad de hablarle a un grupo de mujeres acerca del tema de la soltería y los anhelos insatisfechos. En esa audiencia había tanto mujeres solteras como casadas. Ellas interactuaron con Nancy y le hicieron algunas preguntas con las que creo que muchas de nosotras nos identificamos, y hoy estaremos transmitiendo algunas de esas interacciones.
Iniciemos escuchando la primera intervención y pregunta de una de las mujeres que estuvo presente en esa ocasión.
Mujer 1: Nancy, tengo una hija que lo único que ha deseado toda su vida es ser esposa y madre. Incluso cuando era una niña, siempre era la pequeña ama de casa. He visto a mi Diana, lidiar con su soltería en el Señor a través de los años. En una plática que tuve con ella le dije, «Diana, lo que veo es que tú y tus amigas están poniendo sus vidas en pausa y esperando para que esta comience. Dios te ha puesto en esta posición por una razón».
Nancy, en tu experiencia como mujer soltera, ¿qué les dirías?
Nancy: Bueno, tú misma has dicho unas sabias palabras y creo que lo que has dicho es la respuesta para todo en la vida. Dijiste algo acerca de hacer frente a la soltería con el Señor. Creo que la mitad de las mujeres que nos escuchan son solteras y la otra mitad casadas. Y tienen que lidiar con el matrimonio con el Señor; porque casadas o solteras, con hijos o sin ellos, jóvenes o adultas, ricas o pobres, cada situación requiere la crucifixión. Se necesita la cruz.
Y la única forma en que puedes caminar a través de la pérdida (y cada una de esas etapas de la vida consiste en diferentes tipos de pérdida), la única manera de caminar a través del dolor, (y todos los aspectos y etapas de la vida implican de alguna manera dolor), es caminar a través de ellas con el Señor.
Ahora, eso no significa que no experimentes pérdida o que no experimentes dolor, pero lo enfrentas con el Señor y lo abrazas. Creo que no es sabio y que es un error poner tu vida en pausa en lugar de disfrutar el momento donde Dios te tiene y abrazar el momento que Él tiene para ti, diciendo, «Dios me tiene en este lugar en este momento, en esta época, para un propósito que no podría lograr si estuviera en otro lugar o en otra época. Estar en este lugar y en esta época es la voluntad de Dios para mi vida en este momento».
Y puedo escoger ir gritando y pataleando todo el camino, o puedo escoger aceptarlo al ir caminando. No hay otra opción. Yo voy a seguir caminando a través de esta etapa. ¿Por qué entonces a la luz de algo que no es una realidad en este momento, perderme algo que sí tengo aquí al presente?
Puedo aceptar cualquier etapa de la vida en que Dios me ha puesto y todo lo que requiere. Muchas de ustedes ya tienen el nido vacío, y están viviendo la etapa de los nietos. Y hay otras en el ministerio que tienen muchos niños pequeños y esa puede ser una etapa muy estresante de tu vida, muy ocupada. Y yo pienso que estoy ocupada, pero después veo a estas madres con niños pequeños y pienso: «No sé lo que es estar ocupada». Es fácil en esa etapa de la vida esperar a que crezcan esos niños.
Pero entonces nos perdemos el hecho que hoy es el momento, y que esta etapa es un regalo. Pasaré por ella, pero puedo elegir cómo pasaré por ella y sacarle el máximo provecho; puedo elegir dejarlo todo en las manos de Dios con todo y sus desafíos y decirle: «Señor, entrego esto en tus manos, aún mis anhelos insatisfechos, como un sacrificio».
Y es como dicen Elisabeth Elliot y Amy Carmichael y otras, ellas nos han recordado que esto es material para el sacrificio: la soledad, los anhelos no cumplidos, los deseos que jamás serán cumplidos de este lado del cielo. Y no es malo tener anhelos insatisfechos, lo que es malo es estar exigiéndole a Dios que los cumpla a mi manera y en mi tiempo.
Y sé que pueden sonar como palabras piadosas, cuando estás sola y realmente quieres estar casada. Pero lo que es realmente cierto es que no hay nada ni nadie –aparte de Cristo– que pueda llenar las partes más íntimas de mi corazón, y un esposo no va a hacer esto. Todas las mujeres casadas que nos escuchan deben estar asintiendo con la cabeza porque ellas saben que tengo razón. El más maravilloso de los esposos no puede llenar la parte más íntima de una mujer. Hay aspectos del ministerio y de las relaciones que las mujeres solteras son libres de disfrutar y que las mujeres casadas no.
Y podrías decir, «bueno pues yo cambio mis problemas por los de ellas». Bueno, Dios puede que te permita eso en ciertos momentos, pero he tenido bastantes mujeres casadas llorando sobre mi hombro y diciéndome que el matrimonio no es la respuesta. Nada es la respuesta, y nadie es la respuesta excepto Cristo.
Ahora, tener a Cristo no significa que no tendré momentos de verdadero dolor y soledad, pero los entregas en la cruz. Se los entregas a Él y los abrazas, y los aceptas y dices, «esto es bueno para mí y tengo que pasar por esto». Estoy pasando por unas cosas muy duras en mi vida en este momento en otros asuntos, y tengo que recordarme constantemente a mí misma que en la perspectiva de Dios este dolor es bueno. Pero la realidad es que no pensamos de esa manera.
- No puedo crecer sin dolor
- No puedo ser como Jesús sin dolor
- No puedo estar equipada para el cielo sin dolor.
Así que tengo que seguir aconsejando mi corazón según lo que creo verdadero y eso es que el dolor es bueno. Ahora, esto no significa que vas a ir a un hospital y vas a decir, «necesito una cirugía», si no la necesitas. No estamos pidiendo ser mártires, pero estamos reconociendo que la parte del crecimiento en la gracia requiere dolor. Requiere negarse a uno mismo y dejar ir y entregar nuestros deseos naturales y en muchos casos, buenos deseos y decir: «Señor, este es mi deseo, pero te deseo más a Ti que a esto y estoy dispuesta a aceptar que Tú eres suficiente para mí».
Annamarie: Amén. Haz de esta tu oración allí en la etapa de vida en que te encuentras. Y ahora escuchemos la siguiente intervención de otra de las mujeres presentes en el auditorio.
Mujer 2: Existe otro extremo de poner tu vida en pausa y aceptarla, y es que muchas veces creo que muchas mujeres solteras se van a este otro extremo y aceptan tanto su vida que llegan a un lugar de mucha independencia y no tienen la necesidad de apoyarse en nadie. Aceptan su vida al punto de convertirse en mujeres muy controladoras. Yo controlo mi vida. Hago lo mío. Yo tengo lo mío. Quizás tengo mi propio negocio, y si no lo tienen, tienen su carrera y saben lo quieren en la vida.
Y yo temo que si abrazo mi soltería demasiado, voy a terminar queriendo tener el control. Después, si llego a conocer a alguien que amo o quiero casarme con él, voy a batallar con ser sumisa a esa persona o a que él dirija mi vida. Así que la pregunta es, Nancy, ¿qué formas prácticas hay para mantener el balance cuando eres soltera? ¿Qué puedo hacer con mi vida, no esperar, no ponerla en pausa, aceptar la soltería? Pero ¿cómo hacerlo de manera que me prepare para un futuro donde pueda que no haya un hombre, donde quizás yo deba ser autosuficiente, o en un futuro donde pueda que haya un matrimonio? ¿Cómo me preparo para ambos sin irme de un extremo al otro?
Nancy: Has tocado un tema que creo que es un gran problema en nuestra generación, en nuestra cultura más que en otros tiempos de la historia, porque nosotras como mujeres estamos en una posición donde podemos ser independientes económicamente y como dices, este es el otro extremo y es un peligro. Es por eso que no abrazamos la soltería, pero tampoco abrazamos el matrimonio. Es al Señor a quien abrazamos en última instancia.
La meta en mi vida es agradarle a Él y esa debería ser tu meta. Si conoces al Señor, hay algo en tu corazón que quiere agradarle a Él. Y lo que agrada al Señor es que seamos femeninas, que seamos mujeres llenas de gracia como dice en Proverbios. Así que, seamos casadas o solteras, necesitamos estudiar la Palabra de Dios, necesitamos estudiar Sus caminos y preguntarnos: «¿Qué es lo que Dios considera agradable en una mujer?»
Sabemos, por ejemplo, que en 1 de Pedro capítulo 3, Dios dice que cuando Él mira a una mujer y dice que es bella, es cuando Él ve en ella una belleza interna que consiste en «el adorno incorruptible de un espíritu tierno y apacible»; de un espíritu manso, libre de enojo, libre de exigencias, alguien que cede sus derechos, que no es controladora, que tiene un espíritu tierno. Y eso no significa necesariamente que tenga una personalidad callada. Pero sí significa que debe tener un espíritu confiado, que no manipula, que no divide. Que no necesita el control. Las cosas no tienen que ser a mi manera. La Escritura dice que eso es lo hermoso en una mujer –casada o soltera. Así que quiero desarrollar un espíritu tierno y sereno.
Dios hizo a la mujer de acuerdo a Génesis capítulo 3 para ser ayuda para el hombre. Ahora, es obvio o más que obvio cuál es el rol de una mujer casada. Ella debe ser de ayuda para su esposo, pero creo que hay una parte de esa descripción que también me define a mí como mujer soltera. Dios no me creó para ser independiente sino para ser interdependiente, para necesitar formar parte del cuerpo y ser una ayudante, una sierva.
Ahora, ¿deberían los hombres también ser siervos? Sí. Cristo fue un siervo. Todos queremos tener corazones serviciales. Pero creo que hay algo muy importante particularmente acerca de nosotras como mujeres al desarrollar un corazón de servicio.
En el Nuevo Testamento la palabra servicio o criado en los evangelios, donde el servicio fue prestado a Jesús, se hizo siempre por los ángeles o por mujeres. Y es un llamado alto y santo el ser una sierva. Así que debo buscar maneras prácticas dónde desempeñar mi papel en el ministerio donde sirvo, o en las relaciones que tengo, ¿cómo puedo ser de ayuda para mis compañeros amados en el ministerio? ¿Cómo puedo servirles? No solo ver en qué me pueden servir o en qué me ayudan a mí.
Y pienso en las familias con las que me relaciono. ¿Cómo puedo ser de ayuda o de servicio para estas familias? ¿Cómo puedo ser una dadora de gracia? Y es ahí donde busco maneras de encontrar formas de ir en contra de mi naturaleza independiente y de mi tendencia a ser independiente. Y también busco maneras de expresar mis necesidades pidiendo oración, maneras de decir que no soy autosuficiente, que necesito ayuda, que necesito oración, que necesito gracia y expresar la necesidad que tengo de otros.
Para mí es importante decirles a otras personas que quieren ser parte de mi vida cómo pueden ayudarme en formas prácticas y así no hago todas las cosas por mi cuenta. Pido consejo y sugerencias acerca de diferentes áreas de mi vida práctica o espiritual. Y me pongo en una posición donde digo, «no estoy funcionando sola, soy parte de un cuerpo».
Annamarie: Qué buena respuesta la que acabamos de escuchar, y muy relevante en los tiempos que estamos viviendo. Esto lució de una manera diferente en la vida de Nancy mientras estuvo soltera. Ahora como mujer casada, son los mismos principios, pero aplicados a su matrimonio.
Bien, escuchemos la siguiente intervención.
Mujer 3: Hasta hace un año había estado rodeada de hombres. Todos mis amigos eran hombres. Aprendí a hablar como ellos y me vestía igual. Ahora este año he sido bendecida por un grupo de amigas que me han acogido y animado a ser una mujer de Dios. Han sido un modelo para mí, me han enseñado a vivir en comunidad y a ser amiga de otras mujeres. Nunca había sabido lo que significaba tener a una mujer como amiga y ha sido bastante difícil. Aún sigo aprendiendo día a día cómo hablar como mujer y cómo crecer en las diferentes áreas.
Quiero saber cuáles son esas líneas finas en las relaciones entre hombres y mujeres, se me hace difícil como mujer soltera poder cortar la conversación con los hombres y quiero saber dónde y cómo terminar la conversación. ¿Qué no se dice? ¿Qué partes de tu vida puedes compartir con estos hombres y cuáles no, para que no perciban una idea errónea o piensen que te estás acercando demasiado? Porque en realidad lo que deberías procurar es relaciones cercanas con otras mujeres más que nada.
Nancy: Dos cosas me vienen a la mente. Una es este concepto que poco se oye hoy en día, la idea de la discreción, tenemos que ser discretas, tenemos que ser prudentes. Proverbios dice: El prudente ve el mal y se esconde (22:3) él ve hacia adelante y ve lo que serán las consecuencias de sus decisiones y sus opciones, y toma decisiones sabias a la luz del resultado.
Creo que muy pocos de nosotros, hombres o mujeres, somos realmente prudentes y discretos. No sabemos lo que es apropiado. Vivimos en una cultura donde todo se puede. Y hemos perdido el sentido de lo que es apropiado en términos de conversación, en términos de conducta, en términos de la forma de vestir de la mujer cuando está con los hombres.
Aquellas que son mujeres casadas, hay ciertas conversaciones que es apropiado tener con sus esposos pero no es apropiado tenerla con otros hombres o aún con otras mujeres.
Otro pensamiento que es de mucha ayuda, es que si eres hija de Dios, eres parte de una familia y tenemos que tratar unos con otros como familia. Así que Pablo le dice a Timoteo, en tus relaciones con las mujeres, jóvenes o adultas, hombres jóvenes, ancianos, piensa como si ellas fueran de la familia y le dice, «trata a los ancianos como padres y trata a las mujeres como hermanas» (ver Timoteo 5:1-2).
Así que si vemos a cada uno, no como objeto sexual sino como miembro de la familia, nos preguntamos, ¿cuál será la manera apropiada de dirigirme a esta persona? Ahora, sé que estamos en una era donde las familias disfuncionales son muchas y es difícil para algunos saber qué es lo normal o lo apropiado en las relaciones familiares, y es por eso que nosotras debemos buscar en la Palabra de Dios y conocer cómo se sienten los hermanos unos con otros. ¿Cómo deben tratarse?
Así, en mis relaciones con mujeres quiero pensar, ¿qué es apropiado? ¿Cómo luce una relación correcta? Debe haber libertad. ¿Cuál será el nivel de intimidad y de unidad que es apropiado? Y en mis relaciones con los hombres, quiero tratar a esos hombres como hermanos y a los mayores como padres. Que haya respeto. Hay sabiduría al permitir que existan algunas barreras. No de la manera que no podamos compartir el amor de Cristo, pero de una manera que no estemos invitando a los hombres a que formen parte de algo que no les corresponde.
Annamarie: Este es un sabio consejo. Y como dice la Escritura, si estamos faltas de sabiduría, podemos pedírsela a Dios.
Aquí la siguiente intervención.
Mujer 4: Soy madre y tengo dos hijos adolescentes, tengo un esposo, trabajo y estoy involucrada en la iglesia. Quiero desesperadamente usar mis dones más seguido. Pero tengo una pregunta, ¿cómo consigo un balance entre mis dones y la vida real?
Nancy: ¿Cómo tener un balance entre los dones que Dios te ha dado y tu vida real? Déjame decirte que Dios es sabio y no te daría dones que no pudieras balancear en tu diario vivir. Los dones que Él te ha dado tienen la intención de que puedas usarlos en tu vida diaria en tu rol de madre, como esposa y en tu relación con Dios.
Así que tenemos que seguir regresando a la Escritura y preguntarnos: ¿Cuáles son nuestras prioridades como mujeres? Casada o no, tu relación con Dios es la prioridad número uno en tu vida. Si eres una mujer casada, tu relación con tu esposo es la segunda más importante en tu vida, no es la relación con tus hijos. Para muchas mujeres quienes están en sus años de maternidad, el rol de madre puede sobreponerse al de esposa. Pero si eres una esposa, eso es lo que va primero. Después tendrás junto con tu esposo lo necesario para darles a tus hijos.
Y lo que sigue después es el cuerpo de Cristo, la familia extendida de Dios se convierte en tu prioridad. Los dones espirituales que Dios te ha dado no están separados de tu vida diaria. Hay dones que debes usar en el transcurso de tu vida y en el contexto de tus relaciones, del servicio y de tu trabajo. Necesitas estar ejercitando esos dones en tu vida. Así que cualquiera que sea tu don, Dios te lo ha dado para servir, como un regalo para ser utilizado en el cuerpo, ofrecido al cuerpo para la edificación del cuerpo de Cristo.
Siempre hay una manera de obedecer a Dios. Siempre hay una manera de vivir las prioridades bíblicas. Y no estoy diciendo que sea fácil.
Balancear las prioridades y cumplir el llamado de Dios en mi vida en diferentes frentes es una de las cosas más difíciles que tengo que hacer a diario. Siempre es tratar de tener todo en balance, como haciendo malabares, pero se me caen mucho, así que no estoy hablando desde un punto de vista donde lo tengo todo dominado. Pero siempre tengo que regresar a la Escritura. Y sí es posible vivir las prioridades que Dios tiene para mi vida.
Así que cualquiera que sea tu don, Dios te lo ha dado para servir, como un regalo para ser utilizado en el cuerpo, ofrecido al cuerpo para la edificación del cuerpo de Cristo. Está diseñado para que se use en el contexto de las relaciones donde Dios te ha puesto. Ahora, existen recursos y herramientas que te pueden ayudar a pensar cuáles son esos dones. Y creo que hay maneras prácticas: Pregúntale a los que te conocen que te ven en tu contexto en qué maneras ellos ven que Dios te está usando.
Tengo una ilustración interesante de esta semana pasada. Una hermana que ha servido como coordinadora de una de nuestras conferencias de Aviva nuestros Corazones hace ya unos años, se me acercó (y no la he vuelto a ver desde entonces). Me dijo, «aprendí de esta conferencia que Dios no me hizo una administradora». Y continúo diciéndome, «me tomó un año recuperarme de todo lo que involucró organizar esta conferencia». Y ella estuvo muy agradecida de poder hacerla, pero la ayudó a darse cuenta de que esa no era su área, y que hay otras mujeres diseñadas para proveer ese tipo de liderazgo.
Me dijo que desde entonces descubrió la manera en que Dios la usa. Y ahora se está enfocando en llenar esas expectativas, y es más efectiva haciendo lo que Dios realmente la llamó a hacer.
Annamarie: Y te animamos a ti también a preguntarle al Señor dónde y de qué maneras te quiere usar. Ahí en tu hogar, en tu iglesia local o en tu comunidad; y pon tus dones al servicio del avance de Su reino.
Ahora escuchemos de una última mujer.
Mujer 5: Pasé por una etapa de mi vida en que mis padres me presionaron demasiado para casarme. Cada vez que hablaba con mi papá era: ¿Ya tienes novio? La verdad no sabía cómo responder. Creo que después de cumplir los 30 se dieron por vencidos. Ya no era tan importante para ellos. Pero solo quiero saber, ¿cuál es la mejor respuesta para los padres? (Ellos no son cristianos, así que no puede ser una respuesta en términos espirituales). Quisiera saber en términos prácticos qué les puedo contestar a mis padres o aun decirles a las demás mujeres solteras qué decirles a sus padres si están recibiendo mucha presión para casarse.
Nancy: Creo que tu experiencia es muy común. ¿Cuántas de ustedes solteras han lidiado con eso? Creo que muchas. Sus padres las aman y quieren que sean felices y sus papás en particular quieren que tengan un futuro asegurado. Ellos quieren que ustedes tengan alguien que las cuide.
Así que cuando escuchamos ese tipo de comentarios lo que representa es un corazón que se preocupa, un corazón que desea lo mejor para nosotras. En mi caso, mis padres tuvieron un buen matrimonio, y mi padre hace años que ya está con el Señor. Pero mi madre –y no puedo decir que me presiona– pero sé dos cosas, una, ella quiere nietos y ella tiene tres hijas solteras que no están ayudando en esa causa. Pero también creo que quiere que nosotras experimentemos lo que ella vivió en un matrimonio feliz, y no le gusta la idea de que nosotras nos estemos perdiendo eso.
Así que es mejor expresar aprecio por su interés, por su preocupación. Pero si ellos ven que estamos caminando confiadas en Dios y quizás no pueden entenderlo desde un punto de vista espiritual, pero ven que nuestras vidas están plenas, que estamos viviendo vidas con propósito y que estamos caminando con gozo y paz, creo que a veces bromearán pero el ayudarnos a casarnos no será una cosa que realmente les preocupe.
Annamarie: Es increíble cómo en la Escritura, y en sabios consejos procedentes de ella, podemos encontrar sabiduría para la vida en términos prácticos. Esto es lo que Nancy DeMoss Wolgemuth nos ha traído hoy, en este episodio titulado Glorifica a Dios en tu soltería. Y aunque les habló principalmente a mujeres solteras, ella nos invita a cada una de nosotras a caminar con Cristo ahí en la etapa de vida en que nos encontramos.
Y antes de concluir este episodio queremos recomendarte un recurso para profundizar en lo que has estado escuchando hoy. Se trata de un pequeño libro titulado, Escogidos para Él: El don, las bendiciones y los retos de la soltería. Encuentra el acceso para adquirirlo en la transcripción de este programa.
Y el lunes asegúrate de acompañarnos para juntas ser animadas por la historia de una madre que por muchos años clamó a Dios por su hijo pródigo. ¡Te esperamos!
Llamándote a reflejar la hermosura del evangelio al mundo que te rodea, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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