Fructífera en la aflicción
Débora: Cuando enfrentes una situación estresante, recuerda esto…
Nancy DeMoss Wolgemuth: A donde quiera que vayas, Él irá contigo y en ti. Él quiere hacerte fructífera, aun en el lugar de tu aflicción.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 5 de septiembre de 2023.
Cuando enfrentas momentos de angustia y dificultad, puedes encontrar consuelo en la fidelidad de Dios. Nancy ha estado hablando de esto en los últimos dos días. Si te perdiste alguno de estos mensajes prácticos, puedes escucharlos en nuestro sitio web avivanuestroscorazones.com, o en la aplicación de Aviva Nuestros Corazones, disponible gratuitamente en dispositivos móviles.
Nancy nos está llevando a través del Salmo 107, que habla de una manera honesta sobre las luchas de la vida. Ella está aquí para mostrarnos cómo este pasaje también ofrece esperanza y refrigerio a nuestras vidas.
Nancy: Así …
Débora: Cuando enfrentes una situación estresante, recuerda esto…
Nancy DeMoss Wolgemuth: A donde quiera que vayas, Él irá contigo y en ti. Él quiere hacerte fructífera, aun en el lugar de tu aflicción.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 5 de septiembre de 2023.
Cuando enfrentas momentos de angustia y dificultad, puedes encontrar consuelo en la fidelidad de Dios. Nancy ha estado hablando de esto en los últimos dos días. Si te perdiste alguno de estos mensajes prácticos, puedes escucharlos en nuestro sitio web avivanuestroscorazones.com, o en la aplicación de Aviva Nuestros Corazones, disponible gratuitamente en dispositivos móviles.
Nancy nos está llevando a través del Salmo 107, que habla de una manera honesta sobre las luchas de la vida. Ella está aquí para mostrarnos cómo este pasaje también ofrece esperanza y refrigerio a nuestras vidas.
Nancy: Así que en la medida en que hemos ido estudiando este salmo, hemos visto los problemas, el clamor, la liberación y ¿ahora que viene? Alabanzas y acciones de gracias. Hay una frase que se repite cuatro veces en este capítulo y las dos primeras líneas son siempre las mismas.
«Den gracias al Señor por Su misericordia, y por Sus maravillas para con los hijos de los hombres».
Una vez más cito a mi amigo, Charles Spurgeon. Él dice: «Deben ser unos ingratos horribles aquellos que no honran a tal libertador por un rescate tan feliz de la muerte más cruel».
Escucha, si eres hija de Dios, Dios ya te ha redimido y liberado de lo peor –del pecado, de Satanás, del infierno, de la perdición y la condenación, de la ira de Dios. Has sido liberada.
Puede que estés en una tormenta. Puede que te encuentres en otro tipo de cadenas, pero tú has sido liberada de lo más importante por todo el tiempo en la eternidad. Así que el salmista dice: «Den gracias al Señor por Su misericordia, y por Sus maravillas para con los hijos de los hombres».
Un escritor de devocionales que he estado leyendo dice: «Un alma redimida demanda una vida de alabanza». Debes escribir esto en el margen de tu Biblia. Yo lo escribí en la mía.
«Un alma redimida demanda una vida de alabanza».
Mujeres, si han sido redimidas, si yo he sido redimida, es impensable que vivamos nuestras vidas en otra cosa que no sea en alabanzas sin cesar, interminables acciones de gracias y adoración. Ahora, puede que hagamos esto mientras lloramos. A veces, pudiéramos hacerlo cuando todo a nuestro alrededor parece oscuro, cuando las olas son tan altas que estamos con un nudo en el estómago y no podemos ver por encima de ellas. No podemos ver más allá de las olas. No podemos encontrar nuestro camino. Estamos deambulando. Estamos perdiendo el juicio.
Levantamos nuestros ojos al cielo, a la luz de Su faz. Por encima de nuestra oscuridad y decimos: «Oh, Señor, escojo creer que Tú eres bueno, que Tu amor inagotable perdura para siempre. Te doy gracias porque he sido redimida».
Una mujer nos escribió y dijo:
«Años atrás, al inicio de Aviva Nuestros Corazones, al escuchar en uno de los programas acerca de amar a mi esposo, estaba devastada ahí en mi cocina mientras hablabas de cómo amar al esposo. La semana pasada, les adelanto, una vez más estuve hecha un desastre llorando. Pero esta vez fue de pura alegría, de acción de gracias, adoración, alabanza a mi Padre celestial por Su inagotable e inmerecida fidelidad, gracia y misericordia. El Señor ha restaurado mi familia y mi matrimonio. (Y ahora ella menciona lo que creo que es lo más importante). Él me rescató de la fosa del yo, donde me encontraba».
Y cada día digan los redimidos. Cada día tengo la gloriosa oportunidad de hablar la verdad bíblica a los corazones de mujeres desalentadas.
«Dad gracias al Señor, porque Él es bueno; porque para siempre es Su misericordia. Díganlo los redimidos del Señor».
Ahora permítanme rápidamente concluir aquí, comenzando en el versículo 33, donde vemos solo un recordatorio de la soberanía de Dios sobre todas las vidas.
Versículo 33: «Él convierte los ríos en desierto, y los manantiales de las aguas en sequedales». Parecería que estamos yendo en dirección contraria aquí: «De una tierra fructífera a una tierra estéril». No queremos eso. ¿Por qué sucede esto? «Por la maldad de los que moran en ella».
Quiero dirigir unas palabras a aquellas que pudieran estar escuchando hoy, que se sienten realmente satisfechas por la forma en que las cosas están yendo en sus vidas ahora mismo. Te sientes cómoda. Piensas que todo va bien. Y se siente bien estar en algunas de esas estaciones en la vida; Dios es un Dios de estaciones, de temporadas.
Pero quiero decirte algo, si en el centro de tus pensamientos crees que todo está bien, si tu corazón no se vuelve hacia Dios, si estás encubriendo algún pecado, si estás viviendo en la fosa del yo, Dios puede con una palabra cambiar el curso de tu vida.
Él puede cambiar esos ríos en desierto. Él puede cambiar esos manantiales de agua, lo que piensas que son manantiales de agua, en tierra estéril. Él puede cambiar lo que piensas que es fructífero, en estéril, en basura.
Y sé que dentro de las personas que nos escuchan hay mujeres con hijos pródigos, amigas con dificultades, esposos con problemas, y es importante que aunque te cause mucho dolor y muchas lágrimas, tienes que dejar que Dios sea Dios en las vidas de esas personas. Permite que Dios haga todo lo que Él crea necesario en sus vidas para hacerles desearlo a Él desesperadamente. ¿Por qué? ¿Cuándo es que más clamamos a Dios? Cuándo estamos en problemas, ¿no es cierto?
Algunas veces el problema necesita convertirse en un gran problema. Eres madre y esposa y amas a tu hijo, y no deseas verle herido. Y algunas de ustedes se encuentran perpetuamente tratando de rescatar a sus hijos y a sus esposos y a todos a su alrededor. Dios está tratando de llevarlos a la cruz, y tú siempre estás tratando de bajarlos de la cruz.
Puede que logres bajarlo de la cruz, pero puede estar sangrando, débil, herido. Dios quiere traerlo por entero para redimirlo, para rescatarlo de sus pecados. Así que deja a Dios ser Dios. No trates de rescatarlo de la cruz. No lo lleves a la cruz, ¿okay? Tú deja a Dios hacer lo que sea necesario.
Pero aquí tenemos las buenas nuevas. Sabes que cualquiera que sea la disciplina que Dios traiga a nuestras vidas o a las vidas de aquellos que amamos, Él también puede con una palabra restaurarlos. Mira el versículo 35: «Transforma el desierto en estanque de aguas, y la tierra seca en manantiales; en ella hace morar a los hambrientos, para que establezcan una ciudad donde vivir».
Lo que hemos podido ver a través de este salmo es que Él desea llevarte a un lugar de libertad. Versículo 16: «Porque Él rompió las puertas de bronce e hizo pedazos las barras de hierro». Eso me suena a libertad. Levántate. Eres libre. No peques más. Libertad.
Mira la plenitud del versículo 9: «Porque Él ha saciado al alma sedienta, y ha llenado de bienes al alma hambrienta». Así que tenemos libertad, plenitud y ahora abundancia. Versículo 37.
Estas personas que han pasado por todo esto, han estado en problemas, han clamado, han sido liberadas y han dado gracias. Mira el versículo 37: «…siembren campos, planten viñas, y recojan una cosecha abundante». Esa es Su bendición, es por Su bendición.
Dios envió el castigo, Él envió la disciplina, envió problemas, tormentas. Pero ahora envía bendiciones. Se multiplican en gran manera, y Él no deja que su ganado disminuya.
Versículo 41: «Pero al pobre levanta de la miseria, y lo pone seguro en alto, y multiplica sus familias como un rebaño». Por cierto, esto no solamente es para las personas casadas. Dios pone al solitario y al soltero en familias. Dios desea que lleven mucho fruto. Tú vas a segar los campos. Vas a plantar viñas, versículo 37, y Dios dará un campo fructífero.
Él bendecirá, y tú te vas a multiplicar en gran manera. A medida que estés necesitada y clames a Él, Él te levantará y Él nos dará familias como rebaños. Abundancia en Cristo, fructíferas en Cristo.
Luego de un fin de semana de conferencias, las mujeres regresan a sus hogares, a veces a lugares duros. A trabajos difíciles, a ambientes poco piadosos. Durante los días de la conferencia, ellas han podido abstraerse de su realidad y concentrar sus mentes en las cosas del Señor, y están sentadas en la cima del monte escuchando la Palabra de Dios, cantando y amando a Jesús. Y en cuestión de horas, estarán en un lugar muy diferente.
A veces tenemos hasta 600 esposas de pastores que se unen a nosotros en las conferencias. Algunas de ellas, puedo decirte, que están dolidas profundamente. Algunas de ellas, y algunas de ustedes, están en iglesias donde si Dios no interviene, son un caos, un desastre. No es lo que se supone que sean.
Lo que quiero que sepas, es que sea cual sea tu situación, donde sea que vayas, Dios está contigo. Él está en ti y desea hacerte fructífera aún en el lugar de tu aflicción.
Puedes experimentar plenitud, libertad y abundancia en Cristo, siempre y cuando permanezcas en Él y permitas que Él dirija. Deja que Dios sea Dios, confiando en Él con aquellas cosas que no comprendes, no demandando respuestas, no demandando soluciones. Sí clamando, y luego confiando que Dios te puede liberar de la forma que Él desee.
No solamente Dios desea cambiar algunos de estos desiertos donde te encuentras en lugares fructíferos, a Su manera y en Su tiempo, sino que también Él quiere que por generaciones, en lo adelante, el fruto de tu caminar con Cristo se experimente en las vidas de generaciones futuras.
Un comentarista dice acerca de esta conclusión: «Aunque hay altibajos en esta vida, el fin de todas las cosas para el pueblo de Dios no está abajo, sino arriba». ¿Puedes recordar eso? «Sabemos esto y esperamos esto porque sabemos que Dios es bueno y soberano. Dios nos ama. Y porque nos ama, Él nos consuela, nos preserva y nos guía a través de todas las experiencias más duras de la vida».
En este salmo hay aún dos versículos más. ¿Cuál es el resultado? Versículo 42: «Los rectos lo ven y se alegran, pero toda iniquidad cierra su boca».
Hay gozo para el pueblo de Dios. Cuando estamos sentadas a los pies de Cristo y en comunión las unas con las otras, regresamos a casa con más gozo del que vinimos. Llenamos nuestras copas de gozo. Y ese gozo no es una emoción solamente. El gozo del Señor es nuestra fuerza y afecta nuestras emociones, más bien el gozo es la presencia de Cristo conmigo, en mí, a través de mí, en medio de la tormenta y del dolor.
Pero mira lo que pasa también a medida que vivimos esta historia de la redención, a medida que vivimos el evangelio. Me encanta esto, «toda iniquidad cierra su boca, todos los malos cierran su boca». ¡Cierran la boca! Toda la maldad. Aquí ves al maligno atado cuando el pueblo de Dios está viviendo como el pueblo de Dios, a medida que vivimos en libertad, plenitud y abundancia en Cristo, en el tiempo de Dios.
Hoy vi las noticias y dije, «Dios, deja que la maldad cierre su boca». Existe el poder que nos invade de las religiones falsas y las personas malvadas en este mundo.
Puedes decir, «sí, está bien mal allá fuera, pero cuando esto es cierto en mi mundo, en mi trabajo, en mi familia…hay tanta maldad». Quiero decirte, un día de estos, a medida que caminas con Él, con Cristo a través de esta situación, toda maldad cerrará su boca.
Y puedo decir también que eso quiere decir que toda la maldad que hay en mi corazón, en tu corazón –porque la tendencia de nuestro corazón orgulloso es solamente ver la maldad en el otro– piensa: «ese es su problema, es su asunto, es su culpa». Eso es orgullo.
El corazón del humilde dice, «Señor, no es mi hermano, no es mi hermana, soy yo, Señor. Erradica la maldad de mi propio corazón». Y a través de Cristo toda esa maldad cerrará la boca.
El versículo 43 tiene una exhortación final: «¿Quién es sabio? Que preste atención a estas cosas, y considere las bondades del Señor».
Hay mujeres que sienten que no merecen la bondad de Dios, Su misericordia, Su amor. Puede que tú misma estés pensando, «me merezco lo que me está pasando», esa tormenta, el estar en prisión.
Una mujer se me acercó anoche y me dijo: «Yo he tomado decisiones tontas, y me he arrepentido. He regresado al Señor, pero aún estoy sacando las espinas de mi vida».
Así que algunas sienten, «me merezco lo que me está pasando», pero otras de ustedes pueden estar reacias a correr a los brazos del Señor, reacias a creer que el amor misericordioso del Señor sea para ti.
Primero, solamente puedo decir que estás en lo cierto en una cosa, no lo merecemos. No lo mereces, no lo merezco. Aquellas de nosotras que pensamos que sí lo merecemos, no lo merecemos. No nos merecemos el amor misericordioso e inagotable del Señor. Pero de todas formas Él lo da. Él brinda Su amor a rebeldes, enemigos que no se lo merecen.
Y sabiendo esto, puedo recordarte que no necesitas pretender ser lo que no eres para que Él te ame. No necesitas arreglar tu vida. Clama a Él, y créele que vendrá y hará por Su gracia lo que tú nunca podrás hacer.
¿Podríamos inclinar nuestros corazones en oración para cerrar? En este momento de recogimiento deseo hacerte dos preguntas. Primero, ¿te identificaste con algunos de los problemas de los que leímos en el Salmo 107? ¿Quizás estás en estos momentos perdida, deambulando, en algún tipo de cárcel, enferma, abatida por la tormenta?
¿Qué haces cuando te encuentras en problemas? Clama al Señor. Muchas mujeres claman a Dios. Pero clamar a Dios no debería ser algo que hacemos solamente cuando nos hacen la invitación a clamar a Él. Es algo que debemos hacer todo el tiempo. No te detengas. Sigue clamando. Sigue orando. Sigue mirando hacia arriba. Clama al Señor.
Sigue clamando y cree en Sus caminos y que en Su tiempo Él te rescatará. Él te traerá al cielo que deseas.
La segunda pregunta es, ¿has sido redimida? ¿Has sido liberada del problema? ¿Qué haces entonces? Dos cosas, das gracias, ¿puedes hacer eso ahora mismo en tu corazón? Quizás solo susurrar una oración de gracias por Su amor redentor en tu vida, por Su bondad.
Y luego les cuentas a otros. Diles a otros, «que lo digan los redimidos del Señor». Decláralo al Señor. Decláralo a otros.
Débora: Has estado escuchando a Nancy DeMoss Wolgemuth hablar acerca de «La fidelidad de Dios en tiempos de angustia».
Y para concluir esta serie, queremos que escuches otro testimonio, esta vez de una joven y su tía que pasaron por momentos de angustia, y que se han aferrado a Dios a través de esta prueba. Ellas compartieron su testimonio durante la conferencia Mujer Verdadera 23, realizada en Guadalajara, México.
Mujer 1: Hola, yo soy Charo y soy de aquí de México. Vine con mi tía Paty.
Mujer 2: Hola, soy Paty, de aquí de México. Siempre había querido venir a este tipo de eventos pero nunca me imaginé lo que se sentía.
Mujer 1: Me emociona mucho y siempre me gusta compartir lo que se sentía, pero ahora me da gusto vivirlo acompañada. Es muy emocionante, muy edificante. Se te llena el corazón. Te llevas muchas cosas con el deseo de salir corriendo y de aplicarlas en el mundo real.
Este es el tercer evento de Aviva al que vengo. El primero fue Querétaro, luego Monterrey, y ahora aquí. Las otras veces fui sola y me encontraba con otras hermanas que había conocido por el programa de Aviva pero no las conocía en persona.
Conocí a muchas de ellas en Querétaro, otras en Monterrey, pero yo viajaba sola. Ahora gracias a Dios pude viajar acompañada con mi tía Paty y otra tía que está allá escuchando la conferencia, y ha sido de mucha bendición porque ha habido una serie de cambios que hemos estado pasando y Aviva Nuestros Corazones ha ido impactando día a día con los pódcast que estamos escuchando. Vamos siendo edificadas.
El Señor nos permite pasar por algunas dificultades –como el caso de mi tía que recibió una noticia difícil sobre el cáncer, (nos dieron la noticia ahorita mientras estábamos en la conferencia), pero el Señor sabe por qué nos trajo hasta aquí, porque ha fortalecido el corazón y ha preparado el terreno para recibir esta noticia y estamos confiadas en que vamos a seguir caminando tomadas de Su mano y Su Palabra dice que nada ni nadie nos va a arrebatar de Su mano y que estamos seguras y plenas en Él; así como dicen ahora, plenitud, libertad y abundancia en Cristo.
Mujer 2: No se suelten de la mano de Dios que es lo más importante porque Él es quien tiene la última palabra. En esta enfermedad, si yo no tuviera a Dios en mi corazón, no sé qué habría hecho. Pero el hecho de estar aquí con todas estas mujeres…yo creo que Dios me trajo aquí porque me va a utilizar para llevar un testimonio a muchas mujeres. Yo nunca he renegado de por qué a mí, no he culpado a nadie, siempre he dicho que nada más he sido elegida por Dios para cambiarle la vida a otra persona, a muchos en mi casa, a mí…y nada más, no se suelten de la mano de Dios.
Débora: ¡Qué gozo es para nosotras escuchar de la fidelidad de Dios en las vidas de nuestras oyentes!
Queremos recordarte que en nuestra página web avivanuestroscorazones.com, también podrás encontrar otros pódcast, como el pódcast para madres Que amen a sus hijos, el pódcast para mujeres jóvenes llamado Joven Verdadera, o el reto de leer la Biblia Mujer Verdadera 365.
El día de mañana acompaña a Nancy mientras estudia parte de la vida de Josué. Aprenderás a aplicar sus lecciones a tu vida y conocerás la forma en que Josué descansó en el poder sobrenatural de Dios, reconociendo que nada es imposible para Él.
Te esperamos mañana aquí, en Aviva Nuestros Corazones.
Confiando en Dios en tiempos de angustia, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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