Esperanza en el Rey que vendrá
Débora: Jesús se refiere a Sí mismo como el lucero de la mañana. ¿Qué significa eso? Con nosotras, Nancy DeMoss Wolgemuth.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: El lucero de la mañana aparece en el cielo de la noche justo antes de que amanezca. Introduce un nuevo día. Así Cristo resplandeció ante la oscuridad de la tumba, y ha introducido un nuevo día de vida eterna.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 12 de junio de 2023.
Jesús dictó siete cartas a Juan al principio del libro de Apocalipsis. Estas cartas nos han proporcionado una gran perspectiva para nosotras como mujeres. Hoy concluimos nuestro estudio de una de estas cartas en la serie: El pecado de la tolerancia.
Nancy: Hoy veremos la última porción de la carta a la iglesia de Tiatira en Apocalipsis capítulo 2. Hemos pasado …
Débora: Jesús se refiere a Sí mismo como el lucero de la mañana. ¿Qué significa eso? Con nosotras, Nancy DeMoss Wolgemuth.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: El lucero de la mañana aparece en el cielo de la noche justo antes de que amanezca. Introduce un nuevo día. Así Cristo resplandeció ante la oscuridad de la tumba, y ha introducido un nuevo día de vida eterna.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 12 de junio de 2023.
Jesús dictó siete cartas a Juan al principio del libro de Apocalipsis. Estas cartas nos han proporcionado una gran perspectiva para nosotras como mujeres. Hoy concluimos nuestro estudio de una de estas cartas en la serie: El pecado de la tolerancia.
Nancy: Hoy veremos la última porción de la carta a la iglesia de Tiatira en Apocalipsis capítulo 2. Hemos pasado una semana en este pasaje porque es la carta más larga. Y en otros aspectos es la más compleja y difícil de comprender, a pesar de que cada carta tiene sus asuntos de interpretación. Tiene algunas palabras sobrias, algunas graves, y sin embargo hoy creo que vamos a encontrar algunas palabras de aliento real para nuestros corazones.
Permíteme regresar y leer la carta completa, para entrar en contexto y de esta manera repasar dónde hemos estado en esta semana.
Apocalipsis 2, comenzando en el versículo 18:
«Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: “El Hijo de Dios, que tiene ojos como llama de fuego, y cuyos pies son semejantes al bronce bruñido, dice esto: Yo conozco tus obras, tu amor, tu fe, tu servicio y tu perseverancia, y que tus obras recientes son mayores que las primeras».
Versículo 20: «Pero tengo esto contra ti: que toleras a esa mujer Jezabel, que se dice ser profetisa, y enseña y seduce a mis siervos a que cometan actos inmorales y coman cosas sacrificadas a los ídolos».
Versículo 21: «Le he dado tiempo para arrepentirse, y no quiere arrepentirse de su inmoralidad. Mira, la postraré en cama, y a los que cometen adulterio con ella los arrojaré en gran tribulación, si no se arrepienten de las obras de ella.Y a sus hijos mataré con pestilencia, (habrá consecuencias serias, a veces puede haber muerte física y en otras perecerán eternamente porque probaron no ser creyentes verdaderos) y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña las mentes y los corazones, y os daré a cada uno según vuestras obras».
Luego Él dice, y vimos esto en la última sesión:
«Pero a vosotros, a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esta doctrina, que no han conocido las cosas profundas de Satanás, como ellos las llaman, os digo: No os impongo otra carga.No obstante, lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga» (vv. 24-25)
Antes de pasar a los últimos versículos, déjame preguntarte:
- ¿Alguna vez te has encontrado cansada de aferrarte a la doctrina correcta, aferrarte a la verdad, aferrarte a formas correctas de pensar y de vivir?
- ¿Alguna vez te cansas de estar siempre en guardia, de ir contra la corriente cuando muchos, incluso dentro de la iglesia, están siendo seducidos a pensar mal y están viviendo de forma incorrecta?
A mí no me parece tan difícil ir en contra de la corriente del mundo, pero ser un salmón nadando contra la corriente en la iglesia, lo confieso, me cansa. Cuando muchos en la iglesia están siendo atraídos por el mal camino, y no solo en la iglesia, sino los líderes de las iglesias, los pastores, los llamados autores cristianos, maestros, aquellos que son influyentes, que son las personas principales en pensar acerca de la verdad, acerca de la santidad.
Este tipo de enseñanza nos dice que puedes vivir de la manera que quieras vivir porque estás bajo la gracia. Eso se ha convertido en una corriente principal dentro de la iglesia. Eso se ha convertido en un dicho «normal» dentro de la iglesia, y si no coincides con esa forma de pensar, serás considerada una extraña.
Recibimos cartas y correos de mujeres –y empiezas a pensar, «¿estoy loca?, ¿O soy la única que se siente de esa manera, que estoy abrazando la verdad?»
No queremos ser intratables, no queremos ser contenciosas, no queremos ser argumentativas pero estamos llamadas a aferrarnos, y eso es realmente difícil. Es tentador, a veces, tomar el camino de menor resistencia, de vivir y dejar vivir, no ser tan diligentes, tan fieles en asirnos a la verdad e instar a otros a aferrarse a la verdad. Sin duda, sería más fácil simplemente ir con la corriente.
¿Qué hace que valga la pena? ¿Qué hace que la batalla merezca la pena? Y es una batalla para resistir la atracción de estas fuerzas muy fuertes dentro de nuestras iglesias y de nuestro mundo.
Jesús sabía que sería difícil. Y creo que es una de las razones por las cuales en estas cartas, Él hace la promesa de una recompensa para aquellas que triunfen. Aquel que venza (o como algunas traducciones dicen, al vencedor), para esos habrá una recompensa prometida.
Y nota que en cada caso Él dice, «para aquel». Todo el mundo puede ir por el mal camino, todo el mundo puede ser seducido, pero puedes ser una en esa iglesia, una en esa familia, una en ese lugar de trabajo, que se aferra a la verdad. Y si tú eres la única, todavía habrá una recompensa.
¿Y cuál es la recompensa? Versículo 26:
«Y al vencedor, al que guarda mis obras hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones; y las regirá con vara de hierro, como los vasos del alfarero son hechos pedazos, como yo también he recibido autoridad de mi Padre…»
¡Wow! Hay mucho en ese pasaje, y necesitamos detenernos y observar qué quiere decirnos. ¿Qué es todo esto acerca de ser reyes y gobernantes sobre las naciones, y de dónde vino todo esto?
Bueno, primero Él dice: «Y al vencedor, al que guarda mis obras hasta el fin». Es un recordatorio de que la fe salvadora conquista. Sobrepasa todos los obstáculos y dificultades. La evidencia de que realmente eres una hija de Dios, es que perseveras hasta el final, todo el trayecto hasta la meta. La característica de una verdadera hija de Dios es la fidelidad a largo plazo.
Déjame recordarte rápidamente que no es nuestra fidelidad. Es la fidelidad de Dios, y Él es quién nos capacita por Su gracia y el poder del Espíritu Santo, a ser fieles. Nosotras no podríamos aferrarnos a Dios, a Su Palabra, y a Su verdad, si Él no nos estuviera sosteniendo; pero como Él sí nos sostiene, somos capaces de aferrarnos a Él.
No estamos hablando de la fidelidad en un acto de una sola vez o aferrarnos a una conquista a corto plazo. Estamos hablando del largo plazo. La vida cristiana no es una carrera de 100 metros. Como has oído, es un maratón.
Existen dos recompensas prometidas para aquellos que se aferran y guardan sus obras hasta el fin.
La primera: «Le daré autoridad sobre las naciones; y las regirá con vara de hierro».
La segunda: «El lucero de la mañana».
Ahora, ¿qué significan estas cosas? Vamos a verlas de manera individual.
Primero Jesús dice: «Y al vencedor, al que guarda mis obras hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones; y las regirá con vara de hierro». Autoridad sobre las naciones, esta es una autoridad delegada, porque ¿a quién le pertenece toda la autoridad en los cielos y en la tierra? A Jesús. Mateo capítulo 28 dice: «Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra» (v. 18).
¿Quién se la dio a Jesús? Dios el Padre se la dio. Él dice: «Y yo mismo he recibido la autoridad de mi Padre».
Dios le delega a Jesús, quien es Dios. Él es quien gobierna las naciones. Este pasaje se refiere al pasaje que tal vez te resulte familiar en el Salmo 2, la profecía mesiánica que dice:
«Ciertamente anunciaré el decreto del Señor que me dijo: “Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy. Pídeme, y te daré las naciones como herencia tuya, y como posesión tuya los confines de la tierra. Tú los quebrantarás con vara de hierro; los desmenuzarás como vaso de alfarero”» (vv. 7-9)
Así que Jesús es quien recibe del Padre toda autoridad en la tierra y en los cielos. Él es a quien se le ha prometido, «gobernarás sobre las naciones».
A través del libro de Apocalipsis podemos observar el final de esta historia. Vemos el cumplimiento de aquellas maravillosas promesas hechas de y sobre Cristo.
Apocalipsis 12 dice: «Y ella dio a luz un hijo varón, que ha de regir a todas las naciones con vara de hierro» (v. 5). Esta es la promesa sobre Cristo.
Apocalipsis 19: «De su boca sale una espada afilada para herir con ella a las naciones, y las regirá con vara de hierro» (v. 15).
Puedes observar las referencias recurrentes en las escrituras en el Salmo 2, y en Apocalipsis 2, y a través del libro de Apocalipsis, cómo Cristo gobierna sobre las naciones con autoridad, con poder, con juicio, con justicia, con vara de hierro.
¿Cómo nos relacionamos nosotras con eso? ¿Cómo es esta una promesa para nosotras?
Bueno, lo maravilloso de todo esto, y puedes identificarlo en el libro de Apocalipsis y otras partes de la Escritura también, es que los santos en Cristo han recibido la promesa de que gobernarán con Cristo en Su reino venidero. El día vendrá en que estaremos sentados en el trono con Cristo, reinando con Él, identificadas con Él. Estamos en Cristo. Así que dice que el Padre le ha dado a Él autoridad para reinar sobre las naciones con una vara de hierro, y el día vendrá cuando estaremos sentadas en ese trono con Cristo gobernando con Cristo sobre las naciones.
Apocalipsis 5 nos dice:
«Y (los cuatro seres vivientes y los 24 ancianos) cantaban un cántico nuevo, diciendo: Digno eres porque tú fuiste inmolado, con tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación. Y los has hecho un reino y sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán sobre la tierra (vv. 9-10). Es una promesa para aquellos que aprendan a gobernar sus pasiones en este día, una promesa de que un día gobernarán con Cristo en el reino venidero. Y la falsa doctrina en Tiatira y en nuestras iglesias hoy en día dice, «puedes vivir de la manera que quieras; estás bajo la gracia, no bajo la ley. Puedes pecar y salirte con la tuya. Puedes pecar y Dios te perdonará. Puedes pecar y arrepentirte». Pero el énfasis resalta es «puedes pecar».
Aquí el llamado es a aferrarse, a ejercitarse para gobernar sobre la carne y lo que esta desea. Y mientras aprendemos a gobernar sobre la carne y nuestras pasiones en este tiempo, la promesa es que gobernaremos con Cristo en el reino venidero.
Y dice: «Y las regirá con vara de hierro, como los vasos del alfarero son hechos pedazos». Si tomas una vara de hierro y luego una vasija de barro, no se requiere de mucho esfuerzo para romperla en pedazos.
Cuando Jesús venga a tomar Su trono aquí en la tierra, todos los reyes, gobernantes, poderosos, las autoridades que lucen tan poderosas, tan despiadadas, que gobiernan el mundo con su vara de hierro, serán conquistadas y destruidas en un instante por el Rey de reyes, el Señor de señores, quien tomará esa vara de hierro y los destruirá en pedazos. Aquellos que se revelan contra Sus leyes serán destruidos.
Ahora, si te ubicas en la posición de esta iglesia pequeña de Tiatira, en un pueblo donde se realizaban fiestas paganas de adoración a otros dioses, y donde abundaba la inmoralidad sexual; como todo eso invadió a la iglesia y como vivían bajo el gobierno opresivo de Roma, existía una persecución y eran tiempos difíciles para ser cristiano.
Cuando piensas en estas promesas que hemos estado leyendo aquí, estas eran promesas maravillosas para aquella pequeña iglesia cristiana que estaba siendo atacada por un imperio poderoso, el gran Imperio Romano que perseguía a los cristianos y los colocaba en cuevas con leones o los quemaba en maderos. Tenían tal poder. Y se veían tan poderosos en esos tiempos. Se necesita fe cuando vives en un mundo donde los poderes del mal lucen tan poderosos. Se necesita fe para creer, para perseverar, para aferrarse a Cristo y Sus promesas.
Pero a esa pequeña iglesia en medio del gran Imperio Romano, se le hizo la promesa de que triunfaría. Y a nosotras también nos han hecho esa promesa. Hoy en día pareciera que estamos del lado perdedor. Los poderes y la maldad de las tinieblas lucen tan poderosos. Parecen engullirnos, amenazan con tragarnos. Mantén tus ojos en la meta. Recuerda lo que está delante.
El poder de Roma no fue nada, nada, nada, comparado con el poder de Cristo. Y el poder de todos los gobernantes malvados en este país o en otros países…donde existe tanta corrupción en los gobiernos de hoy en día, existe tanta persecución. Difícilmente un día finaliza, ciertamente no hay una semana donde no recibo correos de amenazas de persecución sobre otros cristianos en otras partes del mundo. Parecen tan poderosos, pero llegará el día en que todo será conquistado por el poder de Cristo. Aférrate a la esperanza futura, a las promesas de Cristo.
Bien, esa es la primera recompensa: autoridad de gobernar sobre las naciones.
Pero existe una segunda recompensa: «Y le daré el lucero de la mañana».
Ahora, el lucero de la mañana, cuando los astrónomos hablan sobre esto usualmente se refieren a Venus, que es en realidad un planeta. Pero también a Venus se le llama el lucero de la mañana, y se le llama también la estrella del atardecer; se le dice así porque alcanza su máxima brillantez poco antes del amanecer o poco después de la puesta del sol. Es el objeto más brillante en el cielo a excepción del sol y la luna.
Así que ¿cuál es el lucero de la mañana que Jesús prometió que daría a aquellos que venzan? Bien, claramente en las Escrituras el lucero de la mañana es Cristo mismo.
En Apocalipsis 22:16, el último capítulo de este gran libro, Jesús dice: «Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana».
En Juan 8:12, Él les dice a Sus discípulos: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida».
Así que para aquellas que sean fieles hasta el final, aquellas que se aferren, Jesucristo les da la promesa en toda su plenitud. Él es el premio supremo, la recompensa suprema, el objeto supremo de nuestra fe.
El lucero de la mañana no solo habla de Cristo, sino más bien es una metáfora de Cristo como Rey. De hecho, Venus, el planeta que es conocido como el lucero de la mañana, en la era romana era considerado como símbolo de soberanía o victoria, un símbolo de gobernar sobre las naciones.
La imagen aquí es el Señor Jesucristo, el lucero de la mañana, el verdadero soberano. Esto contrasta con la declaración de los imperios del mal, como el Imperio Romano, Cristo es el Rey soberano, el lucero de la mañana.
Por lo tanto el lucero de la mañana es un símbolo que se asocia en las Escrituras con el reino mesiánico de Cristo. De hecho, si regresas a Números capítulo 24, donde observamos en la última carta, la carta a la iglesia de Pérgamo, donde tenían la doctrina de Balaam que es similar a la que vimos en la doctrina de Jezabel en la iglesia de Tiatira. Pero en ese pasaje en Números 24, hay una maravillosa profecía acerca de Cristo que lo llama ambas cosas, el lucero de la mañana y cetro o la vara de hierro. Trae a colación estas promesas que observamos en Apocalipsis 2 donde dice que Él «gobernará con el cetro de hierro» y «le daré la estrella de la mañana».
Escucha lo que dice Números 24, versículo 17 –de la boca de Balaam salen estas palabras, puestas ahí por Dios, esta profecía de Cristo.
«Lo veo, pero no ahora; lo contemplo, pero no cerca; una estrella saldrá de Jacob, y un cetro se levantará de Israel (un versículo que escuchamos mucho durante la temporada de Navidad, y es apropiado porque habla de la venida de Cristo) que aplastará la frente de Moab y derrumbará a todos los hijos de Set».
Puedes ver el poder de Cristo, el rey que vendrá, el gobernante soberano, el que conquistará y gobernará sobre todas las naciones de la tierra. Jesús dice «Yo soy ese Rey. Soy el soberano, y me daré a ti y juntos gobernaremos y reinaremos».
Así que Cristo se da a nosotras, el lucero de la mañana.
Creo también que el lucero de la mañana es la promesa de la resurrección. El lucero de la mañana aparece en el cielo de la noche justo antes del amanecer. Introduce un nuevo día. Cristo venció la oscuridad de la tumba e introdujo un nuevo día para vida eterna. Él es el lucero, la estrella de la mañana, la luz de nuestra tinieblas, la promesa de que los cristianos se levantarán de la oscuridad de la muerte y serán levantados con Cristo.
Un comentarista lo dijo de esta forma: «La vida cristiana, incluso en su momento más duro y oscuro, apunta no a la puesta de sol, sino al amanecer».
«Levanta tus ojos, nuestra redención está cerca» –la promesa de la resurrección.
Luego el lucero de la mañana, yo creo, es también la promesa de que nosotras como creyentes reflejaremos la gloria de Cristo.
En Daniel 12 dice: «Los entendidos brillarán como el resplandor del firmamento, y los que guiaron a muchos a la justicia…» Nota que somos influyentes. Estamos supuestas a llevar a muchos a la justicia. No se supone que debemos convertirnos a los injustos, siendo influenciadas por ellos. Estamos llamadas a llevar a muchos a la luz de la justicia y al hacerlo brillaremos.
«…resplandeceremos como las estrellas, por siempre jamás» (v. 3).
Cristo, la estrella de la mañana, se dio a Sí mismo, y luego nosotras brillamos en este mundo como la luz, como las estrellas, para siempre y por siempre. No es nuestra luz, no es nuestro cerebro, no es nuestra justicia, no es nuestra santidad. Es Cristo.
Aviva Nuestros Corazones tiene la misión de llamarnos a nosotras las mujeres a reflejar la belleza de Cristo, el lucero de la mañana, a reflejar Su vida, a reflejar Su luz en medio de las tinieblas de este mundo.
Levántate, resplandece (dice el profeta Isaías en el capítulo 60), porque ha llegado tu luz, y la gloria del Señor ha amanecido sobre ti. Porque he aquí tinieblas cubrirán la tierra y densa oscuridad los pueblos; pero sobre ti amanecerá el Señor, y sobre ti aparecerá su gloria» (v. 1-2).
Luego Jesús dice en Mateo 13:
«Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos que oiga».
Y es ahí que termina la carta a la iglesia de Tiatira, Jesús diciendo:
«El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias» (Apoc. 2:29).
El espíritu de Jesús les habla a nuestras iglesias hoy. Tienes oídos para oír. ¿Has oído lo que Él le ha dicho a esta iglesia, la iglesia de Tiatira? ¿Has oído lo que Él dice sobre la mundanalidad, acerca de comprar el sistema del mundo actual, acerca de tolerar la falsa doctrina, las prácticas y los estilos de vida impíos dentro de la iglesia? ¿Lo has oído?
¿Has escuchado lo que Él dice en las cartas a Pérgamo y a Tiatira acerca de la importancia de la disciplina en las iglesias, acerca de lidiar con esos asuntos, de no tolerar lo que no es santo y malo dentro de la iglesia? ¿Lo has oído?
¿Has oído Su promesa de que si nos aferramos a Su palabra y a Su verdad, Él nos permitirá un día reinar junto a Él, gobernar con Él, no ser gobernados por este mundo caído, sino reinar con Cristo sobre las naciones? Y Él nos dará el lucero de la mañana y nos hará brillar como el sol en el reino de nuestro Padre.
Débora: Este mensaje de Nancy DeMoss Wolgemuth concluye la serie, El pecado de la tolerancia. Es una de varias series producidas en estos meses basadas en las cartas a las iglesias que aparecen en Apocalipsis capítulos 1-3. En esta serie hemos explorado la tolerancia, cuándo es correcta, y cuándo es pecado. Hemos explorado cómo participar en el mundo sin ser mundanos. Ha sido una serie rica, y espero que hayas podido escucharla completa. Si no pudiste escuchar todos los episodios, puedes visitar avivanuestroscorazones.com para escucharlos todos.
Una de nuestras oyentes nos escribió acerca de uno de los mensajes de Nancy de los tres primeros capítulos de Apocalipsis. Ella dijo:
Nancy, la primera oración de este mensaje fue exactamente la respuesta a un dolor en mi corazón. Gracias. Siempre encuentro que el Señor se glorifica en tus enseñanzas, y en medio de todo pone gozo en mi corazón en medio de tiempos difíciles y también en buenos momentos.
Tus ofrendas hacen posible que nos conectemos con mujeres en tiempos difíciles y en buenos tiempos. Tu donación es importante, no importa el monto. Cuando recibimos tus donaciones, esto nos permite continuar distribuyendo estas enseñanzas en las diversas comunidades alrededor del mundo.
Puedes donar en línea, visitando nuestra página web avivanuestroscorazones.com.
Mañana, Nancy inicia una nueva serie acerca de estas iglesias. Una iglesia llena de gente decente pudiera estar espiritualmente muerta. Nancy te ayudará a identificar las cualidades de una iglesia muerta y te mostrará cómo inicia una nueva vida espiritual. ¡Acompañanos!
Manteniéndonos firmes en la verdad de la Palabra, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de La Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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