Espera en el Señor y acepta Su poda
Nancy DeMoss Wolgemuth: Según Dannah Gresh, nuestra salud espiritual está estrechamente ligada a permanecer o perseverar en Cristo y en Su Palabra.
Dannah Gresh: El secreto de la abundancia es permanecer... y punto. Pero si permaneces fiel, espera y acepta Su poda.
Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 10 de octubre de 2024.
Nancy: Si ser podada te suena atemorizante o doloroso, sigue escuchando, y descubriremos por qué vale tanto la pena.
Bueno, en unos pocos meses terminará este año, pero quiero que pienses más adelante, no solo en el final del año en diciembre, sino seis más, once meses más, o cinco años más adelante. ¿Dónde te gustaría estar en tu relación con Dios? ¿Cómo te gustaría que Él te use? ¿Te has fijado alguna meta espiritual para tu vida?
Hubo un tiempo en la vida de Dannah …
Nancy DeMoss Wolgemuth: Según Dannah Gresh, nuestra salud espiritual está estrechamente ligada a permanecer o perseverar en Cristo y en Su Palabra.
Dannah Gresh: El secreto de la abundancia es permanecer... y punto. Pero si permaneces fiel, espera y acepta Su poda.
Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 10 de octubre de 2024.
Nancy: Si ser podada te suena atemorizante o doloroso, sigue escuchando, y descubriremos por qué vale tanto la pena.
Bueno, en unos pocos meses terminará este año, pero quiero que pienses más adelante, no solo en el final del año en diciembre, sino seis más, once meses más, o cinco años más adelante. ¿Dónde te gustaría estar en tu relación con Dios? ¿Cómo te gustaría que Él te use? ¿Te has fijado alguna meta espiritual para tu vida?
Hubo un tiempo en la vida de Dannah Gresh en el que ella pensó que Dios nunca la volvería a usar. Y ayer en Aviva Nuestros Corazones, Dannah nos compartió que el enemigo usó la vergüenza de pecados secretos en su pasado para engañarla y mentirle. Ella honestamente pensó que nunca sería útil para Dios.
Hoy ella explicará cómo el Señor la liberó de la esclavitud de ese engaño. Creo que será un gran estímulo para ti mientras piensas en cómo te gustaría crecer también en tu caminar con Dios.
Si tienes una copia de tu Biblia cerca, ve al capítulo 15 de Juan. Vas a escuchar a Dannah Gresh, hablando a los estudiantes de su alma mater, en la Universidad de Cedarville. Continuamos donde Dannah lo dejó, y explicando cómo, cuando era niña, su madre la animaba a leer las Escrituras y a orar con regularidad.
Dannah: Bueno, mi mamá fomentó este discipulado en mí cuando tenía ocho años. Así que cuando fui a una conferencia misionera en mi iglesia, ya iba muy receptiva al Espíritu de Dios. Un día entré a mi iglesia… Y quiero decirte que mi iglesia estaba loca por las conferencias misioneras. Teníamos cabañas en el vestíbulo, teníamos frutas raras de otras tierras para probar. Había de todo. Banderas de todas las naciones cubrían las paredes.
Y recuerdo una noche en particular en la que habló un misionero. Preguntaron si alguien se sentía llamado por Dios al campo misionero o a enseñar la Biblia: «Queremos que pasen al frente» dijeron. Por supuesto, todos los adultos pasaron al frente, y Dannah, de ocho años, decía: «¡Apúntenme! Quiero ir. Quiero hacer lo que sea».
Y recuerdo esa noche. Recuerdo las banderas. Enseguida supe que no podía ir… todavía… porque tenía ocho años. ¡Pero tenía que empezar por algún lado!
Así que me fui a casa y dije: «Señor, ¿qué se supone que haga?». Sentí que necesitaba una bandera, así que hice una. Hice una bandera de papel de construcción. Puse las letras «T.B.F.F» en esa bandera.
Eran las iniciales de lo que significaba: «The Barker Family Fellowship». The Barker Family Fellowship (el compañerismo de la familia Barker), sí, eso funciona. Así que les dije a mis padres y a mi hermano que debían presentarse a los devocionales todos los días, devocionales familiares, y que yo los dirigiría porque tenía que empezar a practicar.
¡Qué pasión tenía por el Señor cuando tenía ocho años, y cuando tenía nueve, y cuando tenía diez, y cuando tenía once! Hice todo lo que pude. Por ejemplo, fui voluntaria. Enseñé a los niños de tres años en la escuela dominical porque eran los únicos que realmente… bueno, es que yo no estaba lista para enseñar a los niños de cuatro años.
Como estudiante de secundaria me ofrecí como voluntaria para Child Evangelism Fellowship (un programa de evangelismo para niños). Me encantaba servir al Señor.
Pero cuando llegué a la Universidad de Cedarville, la pasión se había ido. Había sido reemplazada por la vergüenza. Había sido reemplazada por una mentira que me decía que me sentara en la última fila porque ahí era donde pertenecía.
¿Qué sucedió? Bueno, dejé de permanecer. Vagué. No me quedé. No permanecí. Al principio, era porque estaba sirviendo a Jesús. Al principio, era porque enseñaba en la escuela dominical y era voluntaria en la Confraternidad de Evangelismo Infantil. Era la editora del anuario y estaba en el equipo de fútbol. Había tanto que necesitaba hacer para Dios. Necesitaba hacerlo, salir, no solo estar con Él.
Quiero que me escuchen: mientras más ocupada estés, más necesitas permanecer.Mientras más responsabilidades el Espíritu de Dios pone sobre ti en tu vida, más desesperadamente necesitas ir a encerrarte en un cuarto y estar con Cristo y estar en Su Palabra, porque «Satanás anda alrededor como león rugiente, buscando a quien devorar». Si tienes algún potencial para servir al Señor con tu vida, él te tiene en Su mira. Él me tenía en Su mira.
Aun a la edad de quince años, cuando no estaba permaneciendo, pero estaba sirviendo al Señor, nunca me hubiera imaginado que le daría el regalo a un niño de quince años que Dios quería que le diera a mi esposo en mi noche de bodas. Impensable. Imposible. ¡Yo no! Yo soy la chica buena. Soy la chica que sirve a Jesús. Tenía quince años. Yo era una bebé.
¿Qué edad tenías tú?
«Su adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar» (1 Pedro 5:8). Y cuando te devora con el pecado… porque sabes, Satanás es fan del pecado antes de que lo cometamos. No hay nadie más a favor del aborto que el diablo cuando una mujer entra en una clínica abortista. Y no hay nadie más pro-vida que el diablo cuando ella sale de la clínica.
Y después del pecado, te sientas en la secuela, él te dice una y otra y otra vez lo descalificada que estás.Te cubre con un manto de vergüenza que crees que te calienta, te consuela y te dice: «Dios nunca podrá usarte».
Bueno, entra en la capilla de la Universidad de Cedarville. ¿Adivinen qué es esto? Esto es permanecer en comunidad. ¡Eso es lo que es! Es permanencia comunal. Y algunos de ustedes dicen: «Bueno, es una especie de obligación eso de permanecer». Y otros dicen: «¡Es totalmente algo forzado esto de permanecer!».
Pero, esta chica llena de vergüenza, que no podía pasar de matemáticas para niños de primaria, que realmente no podía comunicarse, se sentaba en la capilla día tras día, tras día… y algo comenzó a suceder.
La vergüenza es realmente dominante. La vergüenza es nuestra emoción más profunda y privada. Toma el control de cada parte de nuestra vida. Una de las partes de mi vida de la cual tomó el control es que no podía soportar mirarme en el espejo. Haría todo lo posible para evitarlo. ¿Y sabes qué?, me maquillé durante casi diez años sin mirarme al espejo, incluida la máscara de pestañas. Y chicos, sé que no entienden que esto es como un poder sobrehumano. Pero chicas, hasta el día de hoy puedo ponerme el rímel en la oscuridad. Siento las pestañas. Eso es por lo mucho que evitaba el espejo. ¿Por qué? Porque me daba vergüenza.
Me di cuenta de algo cuando empecé a bañarme en la Palabra de Dios todos los días mientras asistía a la capilla de la universidad. Un día me miré y pensé: «Me estoy mirando al espejo. ¿Qué está pasando? ¿Por qué no tengo miedo de ver esa cara?». Y me di cuenta de que Cristo estaba empezando a hacerme libre.
Escucha, puede que ni siquiera quieras estar en esta habitación. Pero te digo que la Palabra de Dios no vuelve vacía. Hace el trabajo que viene a realizar. Y en mi vida, yo no conocía la palabra vergüenza y entendimiento. Es decir, conocía la Palabra, pero no entendía el concepto de ella operando en mi vida. Todavía no había identificado la mentira de que Dios no podía usarme.
Pero Dios lo hizo. Él vio la vergüenza. Él sabía que la mentira estaba en las raíces de mi sistema de creencias. Y Él se presentó en la capilla todos los días, y usó Su Palabra porque: «Si ustedes permanecen en Mi palabra, verdaderamente son Mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres» (Juan 8:31-32).
Empezaba a conocer mejor a Cristo, y Él empezaba a romper los grilletes de mi vida.Me dio hambre del Señor.Me dio hambre de la Palabra.¡Me dio hambre!
Ya sabes, es como cuando comemos demasiadas papas fritas y solo quieres más. Escucha: cuando empiezas a comer zanahorias, eso es lo que anhelas. Y cuando alimentamos nuestros espíritus con el Pan de Verdad, el Pan de Vida, lo anhelamos. Lo deseamos. Yo lo quería.
Así que empecé a pasar una hora al día con el Señor, la mayoría de los días. Y podrías decir: «Wow, eso suena muy santo». No. Lo hago porque soy así de pecadora. ¿Sin Cristo?, uh-uh. Necesito tanto a Cristo.
Así he estado permaneciendo en Él. Al permanecer, he experimentado la libertad de la que hablamos en Juan 8:31-32. Quiero invitarte a permanecer.¿Qué te pido que hagas?Permanece.Quédate.No dejes que el ajetreo te aleje de Él.
Y si te has alejado, vuelve. Cristo sigue diciendo: «Permanece». Cristo sigue diciendo: «Mantente». Cristo sigue diciendo: «Quédate». Y si eliges permanecer, quiero que esperes dos cosas; son promesas que creo que puedo hacerte.
Si permaneces, espera y acepta la poda. Si permanecen, esperen y acepten la poda.
Si tienen sus Biblias, vayan a Juan 15 por mí. Me encantaría leer todo el pasaje, pero solo vamos a leer la primera parte. Cristo hará lo que tenga que hacer con esto. Dice la Palabra del Señor:
«Yo soy la vid verdadera, y Mi Padre es el viñador.
Todo sarmiento que en Mí no da fruto, lo quita; y todo el que da fruto,
lo poda para que dé más fruto.
Ustedes ya están limpios por la palabra que les he hablado.
Permanezcan en Mí, y Yo en ustedes.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo
si no permanece en la vid, así tampoco ustedes si no permanecen en Mí.
Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en Mí y Yo en él,
ese da mucho fruto, porque separados de Mí nada pueden hacer»
(Juan 15:1-5).
Hermana, el secreto de la abundancia es permanecer. Punto. Pero si permaneces, espera y acepta la poda.
Escucha, mi pecado sexual era solo la manifestación y el fruto de otros pecados más profundos en mi vida, pecados más penetrantes, más controladores en mi vida.
Pecados como la falta de arrepentimiento. Si realmente estás arrepentida, te detienes. Si estás realmente arrepentido, no lo vuelves a hacer. Te das la vuelta. Te vas por otro camino. Y yo no hice eso.
Orgullo… Hay un versículo en la Biblia que dice: «Oye, ten cuidado. Si piensas que no lo vas a hacer…probablemente vas a caer» (ver Prov. 16:18). Y yo lo hice. Difícil.
Autosuficiencia. «Yo puedo hacerlo. No necesito decírselo a nadie. Nadie necesita saberlo. Encontraré el camino de regreso a Cristo por mí misma». Autosuficiencia. ¿Sabes lo que Santiago 5:16 dice al respecto?: «Confiésense sus pecados unos a otros».
Sí, ese pecado. En el que estás pensando ahora mismo. El que estás pensando: «Nunca podría contárselo a nadie». Debajo de eso está el miedo al hombre y el pecado de la autosuficiencia.
El cristianismo no es un deporte en solitario. Eres parte del Cuerpo. «Confiésense sus pecados unos a otros».
Mi primer año o algo así en la universidad de Cedarville, estaba arrastrando ramas muertas. Me pregunto si tú estás arrastrando ramas muertas. Ramas que Jesús necesita podar.
Podar es algo bueno. Podé el arbusto de lilas en mi granja. ¿Sabes por qué? Para que el próximo verano produzca frutos, produzca flores. Cristo necesita cortar las ramas muertas en tu vida.
- Me arrepentí.
- Rompí esa relación.
- Me volví humilde.
- Me di cuenta de que había demostrado que era capaz de cualquier pecado, y que era una pecadora.
- Me volví dependiente.
- Confesé mi pecado a mis amigas.
- Y fui libre.
La misma cosa que crees que te descalificará. . . «Oh, es que si la gente supiera…», podría dejarte al margen por un momento o dos, mientras Dios sana tu corazón. Ese arbusto de lilas, cuando lo podé profundamente, se tomó un año sabático. Y a veces nosotras también lo necesitamos.
Pero después de eso, me volví fructífera. Fue entonces cuando empecé a ser fructífera. Después de que hice esas cosas, el fruto comenzó a producirse en mi vida. Cosas que deseaba hacer, pero que no podía hacer con mi propio poder humano. Escucha, es Cristo en nosotras.Es Su presencia en nosotras la que produce fruto.Y ese fruto no puede crecer a menos que las ramas muertas sean cortadas.
Esta es la otra promesa que te hago: si permaneces en Cristo, Él reajustará tus emociones, y experimentarás amor y gozo. En realidad dice eso. Permíteme leer esos versículos para ti:
«Como el Padre me ha amado, así también Yo los he amado; permanezcan en Mi amor. Si guardan Mis mandamientos, permanecerán en Mi amor, así como Yo he guardado los mandamientos de Mi Padre y permanezco en Su amor» (Juan 15:9-10).
¿Escuchas todo ese amor? ¿Sabes lo que pasa cuando empiezas a experimentar el amor? El amor de Dios… el amor perfecto… «El amor perfecto echa fuera el temor» (1 Juan 4:18). Así que puedo presentarme ante ustedes hoy porque Cristo ha expulsado el temor de mi vida a través de Su amor.
La chica que estaba aterrorizada de dar un discurso de siete minutos… Hoy no estoy tan asustada. Estoy un poco asustada, pero el amor perfecto está conmigo, en mí ahora mismo.
Y luego dice: «Estas cosas les he hablado, para que Mi gozo esté en ustedes, y su gozo sea perfecto» (v. 11).
Escuchen, hace dos años me invitaron a hablar en la capilla, y fue durante una temporada de poda. A Cristo le gusta podar. Jesús ama Sus tijeras. Él solo poda y poda, y yo no sé cuándo, o si hay un tiempo en el que uno llega a decir: «¡Ya terminé! ¡Ven por mí, Cristo!». Pero no estoy allí todavía.
Estaba en una temporada de poda, y las circunstancias no son importantes. Fue un tiempo muy doloroso en mi vida. Así que me presenté en la capilla de Cedarville, y no tenía ese gozo en mí. Pero decidí: «¿Sabes lo que voy a hacer? Voy a permanecer. Voy a ayunar y voy a orar».
Que, por cierto, creo que el ayuno es una disciplina muy olvidada en la vida cristiana. Es una manera de decirle a nuestra carne que no es el jefe de nuestros espíritus.
Así que estaba ayunando y orando. Estaba emocionada por ministrarles. Y también estaba emocionada por la pizza que vendría después. Pero estaba ayunando, así que no podía comerla hasta que terminara el ayuno, que no fue hasta el día siguiente.
Pero aquí está la cosa: porque yo estaba tan necesitada de la presencia de Cristo antes de hablar en la capilla, pasé la noche permaneciendo. Y cuando salí de la capilla, la presencia de Su amor era tan profunda en mí, la alegría era tan profunda en mí, que volví a mi habitación en el hotel Heartstone Inn, y seguí comiendo granola y manzanas, porque no quería dejar la presencia de Cristo.
Quiero decirte que ha habido muchas veces en mi vida que he experimentado la alegría de la manera que lo hice ese día. Estaba como burbujeando efervescentemente, fluyendo fuera de mí. ¿Por qué querría dejar eso?
Escucha, mis circunstancias no habían cambiado. Eran realmente malas. No son nuestras circunstancias lo que Dios necesita cambiar, sino a nosotras.
Elisabeth Elliot dijo: «El secreto es Cristo en ti, no un conjunto de circunstancias».
Cristo te ayudará con tus emociones. «Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres».
Me hizo tan libre que he sido fructífera, muy fructífera. Y si eso suena orgulloso, bueno, tú no has estado en el pozo de vergüenza en el que yo he vivido. No has cargado con la mentira de que Dios no puede usarte. Porque, cuando dije que he sido fructífera, estoy, como: «¡Wow! ¿Dios hizo eso con esto?».
¿Conoces esa mentira: «Dios nunca puede usarme»? Bueno, hace unos años mi esposo fue a la República Dominicana. Recibimos muchas cartas de dominicanos que usan nuestros recursos. Mi esposo regresó y me dijo: «Dios realmente se está moviendo en la República Dominicana. Creo que se supone que debemos empezar un ministerio de «Chica Verdadera». Se supone que debe estar allí».
Y yo solo dije: «No». Yo estaba tan sobrecargada y tan estresada, ¿cómo podía hacer otra cosa? ¿Cómo podía hacer más?
Lo que dije, lo que hacemos, lo que los cristianos hacemos antes de verdaderamente decir «No». Porque pensé: «No», pero no se lo dije a Dios. Así que solo dije: «Oraré al respecto». Y lo hice.
Unas semanas después, mi querida amiga Nancy DeMoss Wolgemuth me llamó y me dijo: «Me gustaría que me ayudaras a hacer el primer evento internacional de Revive Our Hearts. ¿Irías?».
Y yo dije: «¡Claro! ¿Dónde será?».
Ella dijo: «La República Dominicana». Así que fui.
Tenemos un hermoso y rico ministerio para toda América Latina desde la República Dominicana. Pero déjenme decirles lo que pasó en ese evento, en esa conferencia.
Fue en un salón de este tamaño, con unas 3.000 mujeres. Al principio de ese evento, yo estaba sentada allí, y de vez en cuando, esa cosa se levantaba: «Oh, ¿quién eres tú? ¿Quién eres tú? ¿Por qué estás aquí? ¿Cómo te va a usar Dios?».
Estoy sentada allí, y me está afectando, y entonces Nancy dice: «Estoy tan emocionada de que mujeres de toda América Latina estén aquí hoy». Y de repente la multitud enloqueció y se levantaron banderas de todos los países de Latinoamérica. Y fue como si el Espíritu de Dios dijera: «¿Crees ahora? ¿Has dejado de creer en la mentira? ¿Cuánto fruto necesitas para saber que quiero usarte? ¿Cuánto fruto? Sé que tenías esa cosa con las banderas, así que las traje aquí para ti hoy».
Sentí que Dios le decía eso a mi corazón: «Permanece. Mantente. Quédate. Y si te has extraviado, regresa».
Quiero orar por ti brevemente. ¿Te pondrías de pie si has creído la mentira de que Dios no puede usarte? Si has creído eso en algún momento de tu vida. Tal vez lo hayas superado, pero alguien más en la sala necesita saberlo. «Sí, yo creo eso». Quiero orar por ti.
Y si estás al lado de alguien que ha creído eso, pon tu mano sobre esa persona. La Biblia habla de… Oh, están todos de pie. Pongan sus manos sobre otros.
Padre, usa a estos estudiantes. En el nombre de Jesucristo, ponlos en una misión que solo puede ser cumplida porque Tú estás en ellos, y Tú permaneces en ellos, y ellos permanecen en Ti.
Padre, libéralos. Corta las ramas muertas. Que ellas reconozcan que lo necesitan, Señor. Eres todo un caballero. No sacas las tijeras hasta que nos sometemos. Así que, Padre, que se sometan hoy, que sean honestos ante sus amigos y familiares, que se arrepientan y den la vuelta.
Y, Padre, hazlos fructíferos. Que conozcan el amor y la alegría de Jesucristo como yo lo he conocido. Te lo ruego en el precioso nombre de mi inigualable, el inigualable nombre de mi Señor y Salvador Jesucristo. Amén.
Nancy: Qué alentador es cuando Dios nos da pequeños regalos a lo largo del camino para recordarnos que Él sigue trabajando en nosotras.
Eso es lo que esas banderas de todo el mundo hicieron por Dannah Gresh. Espero que su historia te inspire a dejar de lado cualquier mentira que puedas estar creyendo y reemplazarla con la verdad: la verdad de Dios. Tú y yo no podremos conocer la verdad de ninguna manera que nos cambie la vida, que nos dé vida, si no permanecemos como Dannah ha descrito.
Tenemos muchos recursos gratuitos disponibles en nuestro sitio web, recursos que te ayudarán a leer, estudiar y permanecer en Su Palabra. Asegúrate de visitarnos en AvivaNuestrosCorazones.com.
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Dannah: Llamándote a libertad, plenitud y abundancia en Cristo, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
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