Escoge ser agradecida
Dannah Gresh: Mary Kassian nos comparte que la respuesta de una amiga que estaba en medio del sufrimiento la sobrecogió en gran manera.
Mary Kassian: Es un buen recuerdo. Es un aliento recordar que Dios nos ha dado la habilidad de elegir ser agradecidas. En serio, cuando elegimos la gratitud, estamos diciendo que lo elegimos a Él. Elegimos ver cuan grande es Él y ser agradecidas por eso.
Dannah: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Escoge agradecer», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 29 de noviembre de 2024.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Hoy en Aviva Nuestros Corazones estamos terminando una entrevista que Dannah ha estado realizando a nuestra amiga Mary Kassian. Si has estado escuchando Aviva Nuestros Corazones por un tiempo, has podido escuchar la voz de Mary anteriormente.
Ella es esposa, madre, profesora, oradora internacional, y autora. Unos de sus …
Dannah Gresh: Mary Kassian nos comparte que la respuesta de una amiga que estaba en medio del sufrimiento la sobrecogió en gran manera.
Mary Kassian: Es un buen recuerdo. Es un aliento recordar que Dios nos ha dado la habilidad de elegir ser agradecidas. En serio, cuando elegimos la gratitud, estamos diciendo que lo elegimos a Él. Elegimos ver cuan grande es Él y ser agradecidas por eso.
Dannah: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Escoge agradecer», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 29 de noviembre de 2024.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Hoy en Aviva Nuestros Corazones estamos terminando una entrevista que Dannah ha estado realizando a nuestra amiga Mary Kassian. Si has estado escuchando Aviva Nuestros Corazones por un tiempo, has podido escuchar la voz de Mary anteriormente.
Ella es esposa, madre, profesora, oradora internacional, y autora. Unos de sus más recientes libros se titula, «Growing Grateful: Live Happy, Peaceful, and Contented» (en español sería Creciendo en Gratitud: Vive Feliz, en Paz y Contenta» (solo está disponible en inglés). El libro tiene una portada muy hermosa.
Hoy Dannah empieza con una pregunta.
Dannah: ¿Cómo te va con la práctica de gratitud? Si tuvieras un termómetro de gratitud delante de ti en este mismo instante, y tienes que ser totalmente honesta en esta pregunta de: ¿Cómo estás en esta área, realmente subiría hasta diez? ¿O tendrías que irte al inicio, empezar tu viaje de agradecimiento, para aprender a ser agradecida?
Bueno, sin importar donde te encuentres, pienso que vas a ser alentada por Mary el día de hoy. Mary, bienvenida nuevamente.
Mary: Gracias Dannah. Qué bueno es estar aquí contigo.
Dannah: ¿Puedo hacerte una pregunta?
Mary: Por supuesto.
Dannah: Para eso estás aquí, para que yo te haga preguntas y tú respondas de forma inteligente. ¿Siempre has sido agradecida?
Mary: No, No siempre he sido agradecida, y no, no siempre estoy agradecida inclusive en este preciso momento. De hecho, estoy muy lejos de ser agradecida.
Recuerdo cuando era más joven, en el inicio de mi jornada de gratitud… Esta es una gran historia para Aviva Nuestros Corazones, ya que se remonta a los tiempos de antes de Aviva Nuestros Corazones en los cuales Elisabeth Elliot, tenía un programa de radio llamado Gateway to Joy; ella fue la precursora de los programas de radio de Aviva Nuestros Corazones.
Elisabeth Elliot tenía un programa de radio. Yo era una mamá joven. Estaba experimentando una nueva etapa en mi vida al salir del mundo profesional para entrar en el mundo de los pañales. No puedo decir que estaba superagradecida en ese momento. Estaba gruñona y quejumbrosa. Quizás tenía un poco de resentimiento en términos de «¿Por qué yo soy la única que obtiene los trabajos sucios?», y así sucesivamente.
Dannah: ¿Te hacía falta estar en el trabajo?
Mary: Extrañaba estar en el trabajo. Sí, echaba de menos todo el ajetreo profesional y toda mi vida profesional. Tuve que ajustarme a lo que vivía en esa etapa.
Y recuerdo estar escuchando la radio una mañana mientras hacía las labores caseras, y Elisabeth Elliot estaba hablando. Hubo una frase que me congeló hasta los huesos. Y esta fue la frase: Ella dijo: «Siempre es posible estar agradecidas por lo que se nos ha dado, en vez de quejarnos por lo que no se nos ha dado. Una u otra se convierte en un hábito de vida».
Esto me congelo hasta los huesos. De hecho, me chocó tanto que inmediatamente corrí a tomar un lápiz y una nota adhesiva para escribirla. «Siempre es posible estar agradecidas por lo que se nos ha dado, en vez de quejarnos por lo que no se nos ha dado. Una u otra se convierte en un hábito de vida».
La tenía escrita en esa nota adhesiva o post-it, y la mantuve esta nota probablemente por 10 años hasta que la tinta se desvaneció, y ya no la podía leer más. Esa frase estuvo en mi nevera. Puse esa nota en mi espejo. Puse esa nota en mi oficina. Puse esa nota en todos los lugares como recordatorio. La movía a todos los lugares para recordarme que es posible ser agradecida por lo que he recibido.
Dannah: Sabes, creo que muchas mujeres en este preciso momento están buscando notas adhesivas en sus hogares, estacionando el carro y deteniéndose para escribirla.
Mary: ¡Sí! Ve y escríbela. Siempre es posible ser agradecida. ¿Y sabes qué? Viniendo de Elisabeth Elliot, esa frase era increíble, por todas las circunstancias muy difíciles que ella enfrentó en su vida.
Quiero decir, su primer esposo fue asesinado, el otro esposo murió de cáncer, entonces cuando ella dijo acerca de la posibilidad de ser agradecidas, ella pasaba por circunstancias difíciles en su vida, las cuales fácilmente la pudieron llevar a la amargura y al resentimiento. Sin embargo, ella eligió ser agradecida.
Dannah: Así que Mary, ¿Cómo esa enseñanza te impactó como una joven madre y ama de casa? ¿Cuál fue la diferencia?
Mary: Hizo una diferencia porque cuando quité los ojos de mí misma y empecé a pensar que: «Sí, es posible ser agradecida por lo que se me ha dado …». Y, claro, Elisabeth Elliot enfoca la gratitud desde una perspectiva cristiana.
Ella dijo: «Tú no estás necesariamente agradecida por las circunstancias en la que te encuentras, pero estás agradecida con el Dios que te ayuda a atravesar esas circunstancias. Estás agradecida con el Dios que te da la alegría. Estás agradecida con el Dios que te capacita para soportar cada tormenta».
Pienso en 1 Tesalonicenses 5:18. Hemos mencionado este versículo varias veces en los últimos días. «Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús».
Esto es contradictorio. Pienso que la Biblia nos da esta instrucción porque tenemos una tendencia a quejarnos y a estar gruñonas cuando la vida se torna difícil.
Dannah: He estado profundizando en el Salmo 131 estas últimas semanas y meses, porque es un capítulo de tres versículos que hablan acerca del contentamiento en la presencia de Dios.
David escribió (aunque algunos teólogos no están tan seguros), pero ellos piensan que él escribió este capítulo quizá cuando su matrimonio estaba en dificultad, ya que su esposa se burlaba de él por la forma que adoraba al Señor públicamente, o bien durante el tiempo en el que Saúl estaba buscándolo para matarlo.
Sin embargo, él encontró contentamiento. ¿Cómo? Quitando los ojos de sí mismo.
Mary: Exactamente.
Dannah: Esto es justo lo que comentaste hace un momento. Esa es la clave. En nuestra cultura egoísta, nuestro descontento y nuestra falta de gratitud es alimentada por una cultura de enfocarnos solo en nosotras.
Mary: Absolutamente. Vemos la grandeza del problema. Vemos la grandeza del reto que estamos enfrentando, o la grandeza de la infelicidad o descontento, o el problema se convierte tan grande en nuestros ojos. Y, porque tenemos un foco egoísta, si quitamos los ojos de nosotras mismas y de la grandeza de nuestro problema y la colocamos en la grandeza de Dios, nuestros corazones se van a hinchar de gratitud.
Has mencionado a David y has mencionado los Salmos. David realmente estaba enfrentando cosas muy fuertes en su vida; muchas dificultades en su matrimonio, muchas dificultades en su familia, muchas dificultades con la persecución y con las personas. Saúl lo buscaba para matarlo. Y luego, al ser coronado rey, enfrentó mucha presión.
Había muchas cosas diferentes pasando en la vida de David, motivos para que él estuviera gruñón y quejumbroso. Y algunas veces él llevaba estos dolores del corazón ante el Señor y derramaba su corazón al Señor. Y, sin embargo, él hizo un hábito de aconsejar a su alma para ser agradecido durante los tiempos difíciles.
Salmo 103:2 dice: «Alma mía…». Así que él está hablándose; él está diciendo: «Alma mía…bendice al Señor y no olvides ninguno de Sus beneficios».
Así que él mismo se está aconsejando.
Dannah: ¡Sí, me encanta esto! Esta es una forma bíblica de hablarnos. En un mundo en donde siempre estamos hablando de autohablarse, del autocuidado, de auto esto y auto aquello; pienso en cómo la gratitud puede ser dirigida a una fuente inadecuada no correctamente atribuida a la fuente de todo lo que tenemos, pienso que el auto hablarse puede regularmente ser mal dirigido.
Y aquí vemos a David diciendo: «¡Alma mía, alaba al Señor!».
Mary: Sí, exactamente. Él se está dando una charla de ánimo así mismo, y él sigue diciendo: «¡Por favor!», como diciendo «¡Por favor, despierta! Alaba al Señor. No te olvides de ninguno de sus beneficios», porque tendemos a olvidarnos de los beneficios cuando enfrentamos tiempos de crisis, o cuando enfrentamos tiempos difíciles.
Dannah: Sí.
Ahora bien, dijiste algo realmente importante y lo quiero resaltar, no es que David dejó de lamentarse o que no trajo sus problemas a Dios. Túno estás diciendo que nosotras debemos tener una gratitud falsa, una súper sonrisa que nunca se desvanece, que no podemos lamentarnos, que no podemos hacerle a Dios preguntas difíciles.
De hecho, tenemos muchos ejemplos en las Escrituras de personas como David y profetas que se quejaron con Dios. Ellos trajeron sus preguntas a Él, sus dudas, sus lamentos. ¿Cierto?
Mary: En realidad, pienso que existe una diferencia entre lamentarse y gruñir. Pienso que cuando nos lamentamos, reconocemos el dolor y la dificultad y cuán duro es, y lo traemos delante del Señor, y pedimos ayuda al Señor para atravesar lo que estemos enfrentando. Le pedimos que lo solucione. Le pedimos que lo resuelva. Le pedimos que traiga Su poder a la situación y la cambie.
Y eso es diferente a cuando murmuramos contra Dios diciendo: «¡Dios!», como si levantáramos nuestro puño contra Él, diciendo: «Dios, ¡cómo te atreves!, ¡cómo te atreves a que esto pase en mi vida!». Pienso que venir ante Dios con nuestro dolor del corazón es bíblico. Pero venir ante Él con nuestro puño levantado y apuntando su cara, diciendo: «¡Cómo te atreves hacerme esto!», es soberbio. Y ahí está la diferencia.
Y, sin embargo, estando en un profundo dolor y dificultad… y seguro muchas de nuestras oyentes están enfrentando situaciones como esta.
Estás enfrentando problemas de relaciones. Estás enfrentando problemas, quizás, con un hijo que es rebelde. Estás enfrentando problemas de salud, quizás sea cáncer. Quizás muchas de ustedes están enfrentando lo que Nancy y Robert enfrentaron, la batalla de un cáncer y una quimio y cómo lucen esas visitas sin fin hacia el doctor.
Quizás tengas un hijo que está luchando y sufriendo. Sé el dolor de tener un niño especial y ver el sufrimiento de él.
Y podemos traer todas esas situaciones difíciles, dolorosas, ante el Señor y ponerlas delante Él con nuestras lágrimas, porque Él guarda todas nuestras lágrimas en Su botella. Y, sin embargo, al mismo tiempo, podemos aconsejar a nuestra alma. «Alma mía, alaba al Señor y no te olvides de ninguno de sus beneficios». «No te olvides.
No te olvides, Mary, que cuando estés en medio de tiempos difíciles, no te olvides que Dios es grande. Este problema se ve muy grande, pero Dios es mucho más grande, y Él está en el trono».
Dannah: Sí. Pienso que cuando traemos nuestras preguntas a Dios y nuestras dudas, podemos traerlas con gratitud. ¿Cierto?
Mary: Absolutamente.
Dannah: Recientemente impartí un estudio Bíblico de Habacuc, y el estudio de este libro fue transformador para mí.
Habacuc empieza este libro realmente quejándose por el mundo que le rodea. Había muchos problemas. Había muchas personas pecadoras. El pueblo de Dios estaba alejado de Él. Los israelitas habían adoptado la cultura pagana.
Y su reacción fue, «¡Dios haz algo!».
Y Dios dijo: «Yo haré algo». Y Él habló acerca de un grupo mayor de personas malvadas que vendrían a tomarlos y llevarlos al exilio. Y estas noticias no eran reconfortantes. Sin embargo, el final de este libro es una canción de alabanza y gratitud.
Quiero desarrollar esto, Mary, porque es un versículo importante para muchas personas.
Habacuc 3:17-18: «Aunque la higuera no eche brotes, ni haya fruto en las viñas; aunque falte el producto del olivo, y los campos no produzcan alimento; aunque falten las ovejas del redil, y no haya vacas en los establos, con todo yo me alegraré en el Señor, me regocijaré en el Dios de mi salvación».
Escribiste acerca de esto en tu libro. ¿Qué pensamientos vinieron a tu corazón con estos versículos?
Mary: Esta es la situación clásica, las cosas van de mal en peor, que él está describiendo aquí. Muchas de nosotras hemos enfrentado esto en nuestras vidas cuando las cosas están mal. Luego pensamos: «Esto es lo peor que puede suceder», y luego se tornan de mal en peor. Y esto es lo que Habacuc está describiendo en estos versículos.
Fue una crisis nacional, y la situación se estaba tornando más y más terrible. Primero, no había higos. Los árboles de higos eran la mayor fuente en Israel. Y la higuera no florecía. Ahora, los higos servían como una delicia, así que perderlos era un poco molesto.
Dannah: Eran una comida lujosa.
Mary: Era comida lujosa.
Y luego él describe: «No hay fruto en las viñas». De acuerdo, las uvas se utilizaban para producir bebidas comunes en la ciudad. Todos acostumbraban a beber bebidas hechas de uvas, porque era lo más fácil. Por lo que esto, realmente, era un inconveniente mayor. Es como si no existiera la leche, ¿Cierto? No hay leche en tu nevera. No puedes beber leche. Así que es un poco más que una incomodidad. Es realmente un inconveniente.
Entonces pasó a la cosecha de aceitunas. Ellos perdieron su cosecha de aceitunas. Ahora, esto pudiera ser un poco arriesgado porque obstaculizaría su capacidad de funcionar porque la cosecha de aceitunas… ellos solían prensar las aceitunas, así que no había aceite para cocinar.
No habría aceite para encender sus lámparas. Sería como si te cortaran la energía eléctrica. La situación cada vez era más grave. No era solo un inconveniente. Estaban empezando a luchar de verdad.
Y luego de esto, enfrentaron la escasez del grano, lo cual era más crítico. Había un desastre económico. Quiero decir, muchas personas en ese año de 2020, han atravesado muchos desastres económicos con sus negocios yendo a la quiebra debido al cierre que tuvimos.
Así que este es el tipo de situación que Habacuc estaba enfrentando. Era aún más crítico porque no solo significaba un desastre económico, sino hambruna para un segmento muy grande de la población.
Dannah: Sí, porque no podían ir al supermercado. Nosotras tuvimos abiertas las cadenas de supermercados durante la pandemia y de hecho para ellos, la pandemia fue un año de ganancias. Pero esa no era la situación aquí.
Si no puedes salir a tu patio trasero y recoger aceitunas o los granos de la granja del vecino, estarás hambrienta.
Mary: Sí, y muchos de ellos estaban hambrientos.
Y la última gota para tornarse peor la situación, ellos no pensaban que podía tornarse peor, pero sí sucedió con su ganado, «no había ovejas del redil, no había vacas en sus establos».
Así que estaban desprovistos. Si no había ganado, algo que no solo los privó de alimentos, por lo que no tienen alimentos para comer, sino que también les privó de su capacidad de producir alimentos. Por lo que significaba que todo su sistema de producción se esfumó. Como si todo tu sistema de abastecimiento se esfumara.
Así que esto es un clásico; y es figurativo en el sentido de que no está diciendo: «Oh, esta es la situación exacta». Está diciendo que cuando las cosas van de mal en peor, cuando las cosas parecen sombrías, e inclusive se vuelven aún peores … Cuando tienes una situación de salud, y luego descubres que es cáncer, y luego descubres que solo te queda un mes de vida. Cada vez es peor. Este escenario se vuelve cada vez peor.
A pesar de esto, consigues manejar esta situación terrible que no pensabas soportar, aun así, y aquí es cuando Habacuc aconseja su propia alma, tal como David hizo: «Me regocijaré en el Dios de mi salvación», lo haré.
Dannah: Lo elijo.
Mary: Lo elijo. Sin importar cuán difícil se torne, escojo confiar en Dios.
Eso me lleva de nuevo a la cita de Elisabeth Elliot con la que empezamos esta sesión, y es que es posible estar agradecidas. «Siempre es posible ser agradecidas por lo que se nos ha dado, en vez de quejarnos por lo que no se nos ha dado. Una u otra se convierte en un hábito de vida».
Mientras hemos estado conversando, Dannah, la perspectiva bíblica de la gratitud es que es una disciplina. Es una forma de vida. Es tan difícil luchar por tener gratitud cuando estamos enfrentando esas situaciones que van de mal a peor en nuestras vidas.
Dannah: Realmente lo es.
Mary: Una de las lecciones que vemos en estos versículos es que Habacuc estaba determinado a enfocarse en la grandeza de Dios, en lugar de la grandeza del problema.
Dannah: ¡Así es!
Mary: Porque Dios es más grande que cualquier problema. Él sabía que a pesar de que el problema era realmente difícil, Dios era confiable para verlo en el medio de esto.
No es fácil ser agradecidas cuando enfrentamos situaciones duras. Aún es más difícil ser agradecidas cuando las cosas se tornan de mal en peor, y cuando los problemas se apilan más, más y más. Y cuando no vemos que tienen un fin; como pudimos ver en el 2020, ahí es cuando es más difícil ser agradecidas. Ahí es cuando más necesitamos la gratitud.
Dannah: ¿Sabes?, este año ha resaltado más mi debilidad. Estaba viviendo bajo la falsa pretensión de que estaba en control de mi vida. No iba a decir que tenía esta teología, pero como Dios ha despojado las cosas que me daban seguridad y estabilidad, o que me hacían más poderosa o fuerte, hasta cierto punto, he estado muy consciente de cuán débil soy.
¿Cómo mantengo la gratitud cuando estoy sintiendo que pierdo el control y me siento débil?
Mary: Pienso que la pandemia nos mostró que realmente no estamos en control. El control es una ilusión, y todas nosotras somos débiles. Y hay refinamiento en esto. Hay algo purificador sobre esto.
De hecho, el apóstol Pablo habló de esto, cuando pasó por un tiempo muy difícil en su vida. Él dijo: «¿Sabes qué?, Me regocijo en mi debilidad». Esto no significa que él lo disfrutaba, pero básicamente dijo: «Estoy agradecido por esto. Estoy agradecido por mi debilidad, por los insultos, por la catástrofe, por las persecuciones y por la presión».
Y luego él dio la razón. Y está en 2ª Corintios capítulo 12, versículos 9 y 10, parafraseado dice: «Estoy agradecido por todas estas cosas, todas estas cosas difíciles y horribles, y por esta razón: “por Cristo, es que cuando soy débil, entonces soy fuerte”».
En otras palabras: «Cuando no tengo la capacidad de enfrentar estos retos masivos, mi Salvador y mi Dios mostrará que Él sí puede. Él será fuerte en mí, aun en la situación más horrible».
Ese es un buen recordatorio, sinceramente lo es, porque es un recordatorio punzante de que Dios nos da la capacidad de hacer esa elección, de elegir la gratitud. En realidad, lo que estamos eligiendo cuando elegimos la gratitud, es que lo estamos eligiendo a Él. Estamos eligiendo ver lo grande que Él es y estar agradecidas por ello.
Dannah: Sí. Este tipo de gratitud va más allá de lo que escuchamos y celebramos en el día de Acción de Gracias. Es más profundo que el acercarse a la mesa y decir por qué estamos agradecidas.
Mary: Dannah, como dijo Nancy: «La gratitud es un estilo de vida. Es una lucha dura, una gracia infundada, un estilo de vida bíblico».
Dannah: Exacto. Mary, ahora cuéntanos de alguna ocasión en la cual tuviste que luchar fuertemente por tener un corazón agradecido.
Mary: Tuve que luchar fuerte por la gratitud cuando estaba atravesando por una circunstancia que iba de mal en peor. Fue hace como dos años atrás, cuando las cosas iban de mal en peor.
Mi hijo perdió su habilidad para escuchar, así que estaba enfrentando la situación de tener un hijo especial. Tuve un aborto involuntario de mellizos. Perdí a mis bebés. Mi otro hijo terminó en el hospital con una severa infección de estafilococo. Era una situación grave. Pudimos haberlo perdido en ese momento. El apéndice de mi esposo explotó. Nuestra iglesia estaba atravesando por medio de una crisis de conflictos. Había un conflicto familiar. Y como si esto fuera poco, el negocio de mi esposo quebró, así que había presión financiera.
Por donde yo miraba, en cualquier dirección, había dificultades y retos.
Recuerdo despertarme algunas mañanas, y todo se veía tan oscuro. Y no estoy hablando de la oscuridad física. Aquí se mantiene oscuro en invierno por largas horas en la mañana, pero esta no es la oscuridad a la que me refiero. Era oscuridad en mi espíritu en la que estaba oscura, oscura y pesada.
Recuerdo que muchas veces me tenía que disculpar aun de la familia y de la actividad en que estaba, para ir a una habitación, y arrodillarme en súplica al Señor que intercediera y que me concediera la gracia, y me diera la fortaleza, y me diera la correcta actitud, para enfrentar el día. Tuve que hacerlo repetidas veces.
Fue una lucha. No era como: «Oh, vamos a meditar en algo feliz. Aquí hay una bella flor, y me siento tan feliz ahora».
Fue el más profundo, oscuro, fuerte y más insoportable dolor. Pude luchar por la gratitud y encontrarla, y no por nada dentro de mí, sino por causa de Cristo y por causa de Su poder y Su fortaleza. Por esto puedo tener agradecimiento en todas las cosas siempre, por causa de Él.
Dannah: ¿Cómo esto impactó la forma en que estabas viviendo esos tiempos difíciles?
Mary: Me capacitó para poner un pie delante del otro. No puedo decir: «Oh, hubo una grandiosa transformación», porque fue una lucha fuerte. Y una lucha fuerte significa paso a paso, momento a momento, hora a hora, día a día.
No fue como si de repente ya tuviera todo tipo de fortaleza que me ayudara a pasar los siguientes meses. Más bien, fue que recibí la gracia que necesitaba. Hay una frase que amo. Una frase de Nancy: «Gracia infundada».
Fue como si Dios me hubiera puesto una transfusión en mi brazo, y cuando necesitaba la fortaleza, Él la proveyó. Cuando necesitaba gratitud, Él la proveyó. Cuando presionaba el botón, obtenía esa infusión de lo que necesitaba en ese momento. Fue una lucha fuerte. Fue una lucha extremadamente fuerte.
Por lo que si nos estás escuchando hoy, y te puedes identificar, si estás atravesando por algo que es realmente doloroso, y si estás enfrentando una situación en la que las cosas van de mal en peor y no ves la luz al final del túnel, quiero animarte a mirar a Dios y que quites tus ojos de la grandeza del problema y los pongas en la grandeza de Dios. Sé agradecida en tu corazón con alabanza a Él por lo que Él es, y Él te dará la fortaleza para el siguiente paso.
Dannah: Mary, estoy pensando en ese versículo de Filipenses 4: «Por nada estén afanosos…». Si nos detenemos ahí, vamos a seguir ansiosas porque estamos todavía pensando en la grandeza del problema. Pero el versículo sigue: «…antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer sus peticiones delante de Dios» (v. 6).
Mary: Esto es muy interesante para mí, ¿verdad? Venimos en oración y súplica. Estamos echando nuestros problemas a Él. Y, sin embargo, nos olvidamos de esta pequeña frase: «con acción de gracias».
La gratitud es parte de la súplica. La gratitud es parte de traer todos los problemas difíciles a los pies de la cruz.
Dannah: Mary, te pediré que ores por esa mujer que se encuentra en medio de ese periodo de su vida que va de mal en peor, que se parece mucho a lo que nos describiste en esa etapa de tu vida de hace varios años.
Pero primero, querida oyente, quisiera animarte: ¡tienes que llenar tu mente con la verdad acerca de la gratitud!
Cuando me encuentro en esas etapas oscuras, me levanto, y pienso: Señor, quisiera quedarme debajo de mi cobija y quedarme en casa hoy. Pero me obligo a ir a la Biblia,y de alguna forma quince, veinte, treinta o cuarenta y cinco minutos, luego siento que tengo la suficiente fortaleza para poner un pie delante del otro.
Mary, ¿orarías por nuestras amadas amigas, quienes necesitan una pequeña ayuda con la acción de gracias hoy?
Mary: Padre que estás en los cielos, oro, Señor, que toques a estas mujeres quienes ruegan y lloran en su corazón en este preciso momento, diciendo: «Esa soy yo. Necesito ayuda, estoy quejumbrosa. Estoy resintiendo mi circunstancia. No sé cómo elegir ser agradecida en esta horrible situación».
Padre, oro para que ellas puedan traer su petición ante Ti, que puedas ministrarlas mientras ellas echan sus cargas pesadas y grandes dolores delante de Ti. Y en todas sus circunstancias, con oración y súplica, que ellas puedan traerlas delante Ti con gratitud y acción de gracias por quien Tú eres; no porque está agradecida por su circunstancia, sino porque está agradecida por el Dios quien es más que suficiente para verla pasar en esta circunstancia.
Así que Padre, oro para que les des fortaleza hoy y que puedan poner un pie delante del otro para seguir adelante y seguir soportando en Ti con esperanza y alegría, con gratitud. En el nombre de Jesús, amén.
Dannah: ¡Amén! Eso fue hermoso. Siento la gratitud avivándose en mí.
Mary: Eso es bueno.
Dannah: Llamándote a ser agradecida, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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