¿Es correcto buscar y abordar a los hombres?
Carmen Espaillat: Como mujer soltera, ¿vives tu vida sentada en casa, a la espera de que un hombre temeroso de Dios venga a encontrarte? Aquí está Carolyn McCulley.
Carolyn McCulley: Debemos estar ocupadas en la obra de Dios hasta el día en que ese esposo llegue. Él, esperemos, estará lo suficientemente seguro en su masculinidad para arriesgarse a interrumpir y decir, «esta es una mujer piadosa. Está ocupada. Está haciendo muchas cosas. Está siendo fructífera durante su espera. Si he de ser su esposo, seré entonces una gran interrupción en su vida, y eso está bien».
Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
En los últimos programas, Nancy DeMoss de Wolgemuth ha estado hablando con Carolyn McCulley acerca de la soltería. Carolyn es autora del libro, «Did I Kiss Marriage Goodbye?» (que en español sería, «¿Le dije …
Carmen Espaillat: Como mujer soltera, ¿vives tu vida sentada en casa, a la espera de que un hombre temeroso de Dios venga a encontrarte? Aquí está Carolyn McCulley.
Carolyn McCulley: Debemos estar ocupadas en la obra de Dios hasta el día en que ese esposo llegue. Él, esperemos, estará lo suficientemente seguro en su masculinidad para arriesgarse a interrumpir y decir, «esta es una mujer piadosa. Está ocupada. Está haciendo muchas cosas. Está siendo fructífera durante su espera. Si he de ser su esposo, seré entonces una gran interrupción en su vida, y eso está bien».
Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
En los últimos programas, Nancy DeMoss de Wolgemuth ha estado hablando con Carolyn McCulley acerca de la soltería. Carolyn es autora del libro, «Did I Kiss Marriage Goodbye?» (que en español sería, «¿Le dije adiós al matrimonio?»—disponible en inglés solamente). Ellas han estado explorando los beneficios y los desafíos de la soltería. Escucha cualquiera de los programas anteriores que te hayas perdido en AvivaNuestrosCorazones.com. Esta serie se titula, «Consejos prácticos acerca de la soltería». Continuemos con la conversación.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: Me gustaría pedirle a Carolyn que aborde este tema de buscar y acercarse o abordar a los hombres. ¿Confías solamente en Dios y no haces nada como mujer y dices que si Dios tiene un esposo para ti Él lo traerá? ¿O tenemos alguna responsabilidad en hacer algo para que esto ocurra, o solamente expresar nuestra disponibilidad o coquetear? Carolyn tiene un blog donde trata estos temas pero está disponible en inglés solamente.
Y Carolyn, anoche estaba leyendo algunas de las entradas de tu blog, respuestas que las mujeres han escrito, y permítanme leerles algunas de ellas.
Una de ellas dijo: «Como mujer soltera de cuarenta años, te puedo decir que tratar de hacer el primer contacto no funciona, y sentarse a esperar tampoco funciona. Ser soltera es simplemente frustrante a veces».
Y otra dijo: «Se nos dice que no busquemos, así que no lo hacemos, solo para encontrarnos ni buscando ni siendo buscadas. Es un mal negocio».
Y luego otra persona en tu blog dijo: «Es difícil encontrar el balance perfecto entre la búsqueda, lo cual se nos dice que las mujeres no debemos hacer, y estar inactiva o antipática».
Y pienso que de diferentes maneras se vuelve una pregunta que muchas mujeres solteras se hacen. ¿Cuál es nuestro rol? ¿Cuál es nuestra responsabilidad? ¿Cuál sería la forma apropiada de actuar? ¿Existe tal cosa como una forma apropiada, o simplemente apenas te sientas en casa y esperas a que un hombre venga y te busque para casarse contigo?
Carolyn: Hay veces en las que esto es difícil de discernir, pues uno tiene que entender las tentaciones de su propio corazón, así como las circunstancias particulares que son únicas para cada una de nuestras vidas. Hay mandatos bíblicos claros que nos dicen que las mujeres piadosas son llamadas a cultivar una confianza tranquila ante el Señor. Esta no depende de tu tipo de personalidad, es confianza en el Señor, una confianza que puede ser expresada tanto por una mujer vivaz como por una mujer tranquila.
Se nos dice que hay rasgos que debemos de cultivar, como la bondad, la fidelidad y la mansedumbre. Entonces creo que es recomendable a veces obtener retroalimentación de aquellos que están cerca de nosotras y ven cómo nos relacionamos con los hombres. ¿Estamos siendo alentadoras, o somos coquetas? ¿Estamos siendo defensivas y frías, o somos cálidas, alentadoras, acogedoras y suaves?
Y por eso pienso que no hay una respuesta única que yo pueda dar, que todas necesitan ser de una cierta manera, porque cada una de nosotras es diferente. Algunas de nosotras vamos a tener que ser refrenadas de ser demasiado alentadoras porque estamos cayendo en ser coquetas y otras de nosotras necesitamos ser animadas a ser más receptivas y cálidas y a responderle a un hombre cuando habla con nosotras en vez de simplemente voltearnos y caminar hacía la otra dirección.
Es por eso que vivir en comunidad es tan importante. Si estamos en una temporada en la que nos sentimos tentadas por la amargura, va a haber un cinismo que descansa sobre nosotras. Vamos a necesitar personas a nuestro alrededor para animarnos a tomar más iniciativa hacia nuestros hermanos, como hermanos, para ser vistas como hermanas alentadoras en el Señor. También habrá momentos en los cuales vamos a necesitar personas a nuestro alrededor que nos miren y nos digan: «Sabes, en esa conversación estabas realmente tratando de llamar mucho la atención sobre ti».
Así que no puedo dar una respuesta de talla única para todas. Puedo decir que hay algunas cosas que debemos hacer si deseamos casarnos. Debemos mirarnos a nosotras mismas y decir: ¿Cómo estoy expresando esa petición ante el Señor? ¿Me he dado por vencida? ¿Estoy resignándome y diciendo: «Señor, ya he orado lo suficiente. Tú sabes lo que está en mi mente», o estoy perseverando en oración?
Me animo mucho por el hecho de que años atrás había un grupo de nosotras que nos reuníamos, y orábamos en un grupo en línea. No queríamos tener una reunión más. Pero una vez al mes todas nos proponíamos orar y rendirnos cuentas las unas a las otras por medio de este grupo de correo electrónico, orando y ayunando y animándonos unas a otras. Estábamos orando por los hombres solteros mayores de nuestra iglesia, y orábamos para que Dios supliera un esposo para nosotras. Después de un año, ya sabes como las mejores iniciativas empiezan a desmoronarse, pero recientemente recordé y pensé: «!Mira cómo Dios ha respondido a esas oraciones!»
Ha habido cuarenta y un matrimonios en mi iglesia en el último año y varios de ellos fueron con estos hombres solteros mayores por los cuales estábamos orando, y varias de estas mujeres del grupo que estaban orando. Pienso en eso y digo: «Bueno, Señor, me habría gustado haber sido incluida en ese grupo, pero me siento alentada por el hecho de que hayas respondido tantas oraciones». Él movió los corazones. Bendijo a los hombres solteros en nuestra iglesia. Empezó a traer más hombres solteros a nuestra iglesia. Bendijo a tantas mujeres en ese grupo, e hizo que mi fe creciera. Así que pienso que la oración con confianza ante el Señor es importante.
Pienso que también, es importante tener en cuenta dónde estamos y qué estamos haciendo, y cómo estamos sirviendo. Ahora, no quiero que me malinterpretes en esto, pero recientemente un hombre a quien le rindo cuentas para mi protección, me preguntó: «¿Estás siempre alrededor de mujeres solteras? O¿estás sirviendo en la iglesia? Si aún deseas casarte, estás sirviendo en algún ministerio donde hombres solteros pueden conocerte?» Y yo miré mi calendario y pensé: «¡No! Estoy atrapada entre mujeres todo el tiempo». Su pregunta fue de alguien que se preocupa. Él sólo quería asegurarse de que estaba logrando balance en mi vida.
Ahora, para algunas mujeres, ese cuidado se puede manifestar deteniéndolas y diciéndoles: «Realmente te veo muy afanada y corriendo de aquí para allá. Estás tratando de estar en todo lugar para que todos los hombres puedan verte. Tienes que invertir más tiempo sirviendo a los demás». Así que esta es una manera en la cual tenemos que acercarnos a las personas que están más cerca de nosotras en nuestra iglesia, nuestros amigos y nuestra familia. Debemos preguntarles: «¿Cómo me percibes? ¿Estoy animando y siendo cálida? ¿Estoy siendo receptiva o soy fría? ¿Estoy siendo coqueta? ¿Estoy llamando la atención hacia mí?»
Por cada persona que te da buenos consejos acerca de asistir a un millón de cosas, siempre habrá testimonios de mujeres que estaban ocupadas sirviendo a Dios en secreto y Dios les trajo un esposo. Uno de ellos fue el de mi compañera de casa que estaba ocupada sirviendo a un hombre en una iglesia que estaba profundamente incapacitado. Ella era enfermera. Así que ella iba y cuidaba de todas sus necesidades físicas. Ella hacía esto todos los viernes en la noche.
Hubo personas que dijeron: «Te estás escondiendo. ¿Cómo vas a conocer a alguien?». Bueno, otro hombre que estaba sirviendo en este equipo, en realidad se había inscrito para formar parte de este equipo porque quería conocerla. Quería servir, pero también quería conocerla. Y así fue como conoció a su esposo, mientras servía a otro hombre, a otro hermano soltero con profundas necesidades, sirviendo en secreto y en un viernes por la noche. Dios le trajo a su esposo a través de su servicio.
Conozco otra mujer que cuando se convirtió a Cristo dejó de ir a bares. Sus amigas se burlaban de ella y le decían: «¿Qué vas a hacer, te vas a sentar en tu casa a esperar que el hombre que repara secadoras venga y te busque?». Un día su secadora se daño, y un hombre vino a su puerta a reparar su secadora. Él se dio cuenta de la Biblia que estaba en su mesa y comenzó a hablar con ella sobre el Señor. Y, por supuesto, comenzaron a conocerse, y se casaron.
Así que para cada regla que nos establecemos para nosotras mismas, «así es como trabaja Dios». Hay millones de testimonios de cómo a Dios le encanta sorprender y deleitar a Sus hijos. Pienso que nuestro objetivo es ser piadosas, asegurarnos de que estamos sirviendo con fe, que no nos estamos escondiendo ni promoviéndonos a nosotras mismas, que estamos orando, alentando y sirviendo a nuestros hermanos; y ser conocida como una mujer que alienta a sus hermanos en la iglesia.
Nancy: Carolyn tenemos algunas mujeres casadas que nos escuchan. Háblanos sobre el rol de las parejas casadas como parte del cuerpo de Cristo, de cómo mostrar preocupación por las solteras para que encuentren parejas piadosas.
Carolyn: Tenemos una crisis en cierto grado en nuestras iglesias. Nuestra cultura ha denigrado el matrimonio. Lo estamos experimentando en las iglesias. Necesitamos que la iglesia enfrente estas ideas y que sea contracultural sobre este tema; que diga que el matrimonio es bueno, que es valioso, y que vale la pena buscarlo. Necesitamos parejas casadas que intervengan y nos ayuden cuando a nuestro alrededor vemos personas que van tras la inmoralidad, la mundanalidad y el egoísmo. Necesitamos a alguien que establezca un nivel alto y venga a nuestro lado y nos ayude.
En cuanto a las parejas casadas, hago un llamado a los hombres casados a que se tomen tiempo para formar amistades con hombres solteros y los discipulen sobre el matrimonio y que les hagan preguntas como, ¿por quién están orando? ¿A quien están buscando? ¿Por qué son atraídos a ciertas mujeres?, que los inviten a sus casas y les muestren cómo se ve un matrimonio piadoso. Yo no te puedo decir la cantidad de matrimonios que han comenzado porque un hombre casado piadoso le preguntó a otro hombre soltero: «Me di cuenta de que eres buen amigo de fulana de tal. ¿La has considerado?»
Y cuántos hombres solteros han respondido, «¿qué? ¿Ella? Esta mujer que siempre está a mi lado? No, nunca antes la había notado ni considerado».
«Bueno y ¿por qué no?»
«Pues, no sé». Y luego oran, y Dios abre sus ojos.
Y lo mismo también con las mujeres solteras que han sido pretendidas por un hombre que, «no, ni una chispa. No, gracias. Sí, él es piadoso pero no me interesa mucho». Y tenía que venir alguien a decirles: «Bueno, ¿por qué no? Él es un hombre de Dios. ¿Por qué no lo has considerado?»
«Bueno, no lo sé. Supongo que siempre esperaba casarme con alguien que vistiera mejor», o algún otro tipo de respuesta superficial.
Entonces tener personas que nos enfrenten y nos digan, «este es un hombre piadoso, deberías considerarlo», es bueno. Y cuántas personas han terminado casándose con la persona que en un principio no les atraía ni un poco. Y cuando Dios abrió su corazón, se dieron cuenta de que esa persona tenía muchas virtudes y era valiosa ante el Señor.
Animo a las personas casadas a invertir tiempo en los solteros. No seguir permitiendo una división artificial en la iglesia que separa a las personas por estado civil, sino invertir en los solteros de la iglesia. Y que inviten a personas solteras a su casa y provean oportunidades que les permitan conocerse unos a otros en un contexto más piadoso y construir amistades. Muy a menudo he escuchado, en particular de los hombres solteros, lo desalentador que es cuando personas que ni siquiera los conocen bien, vienen y les dicen: «¿Cómo es que tú aún estás soltero? ¿Qué estás haciendo al respecto?». Y en realidad no se han ganado el derecho, por así decirlo. Ellos no han construido el puente de amistad para poder llevar a cabo una pregunta tan pesada. No les animo que sean entrometidos. No les estoy animando a la gran inquisición. Pero sí les animo a desarrollar amistades, y una comunión real, de modo que puedan ganarse, por así decirlo, el derecho de hacer una pregunta buena, penetrante y de ayuda.
Y para las mujeres solteras, yo les diría, hagamos algunas de esas preguntas difíciles. Vamos a preguntarle a la gente, «¿dónde necesito crecer? ¿Qué podría hacer para cambiar? ¿En dónde estoy floja en cuanto a mis hábitos personales o mi fe o en no ejercer la hospitalidad y no invitar personas a mi hogar y tomar riesgos para hacer nuevas amistades?» Sea lo que sea. Los que están a tu alrededor pueden ser muy útiles en proveerte buenos consejos en el fortalecimiento de tu fe para seguir confiando en Dios e invertir en las vidas de los demás a tu alrededor.
Mujer 1: Tengo un amiga a la que se le han acercado varios chicos diferentes, pero con cada chico que la ha buscado, ella sentía que no era el adecuado. Ha habido cualidades de carácter en ellos que ella no puede ver «funcionando» en su futuro esposo. Ella apunta a ser misionera y hay cosas a las que piensa que Dios le ha llamado.
Y en realidad ella quiere ser buscada, y tiene miedo de perder su oportunidad, cree que está siendo demasiado exigente y selectiva. No sabe si debería bajar sus expectativas. ¿Son sus expectativas demasiado altas? ¿Está perdiendo su oportunidad de estar con el hombre que Dios ha pensado para ella? Me pregunto, ¿qué debe hacer?
Nancy: ¿Quisieras responder a esa pregunta, Carolyn?
Carolyn: Pienso que es importante que entendamos que Dios hace nacer algo en nuestros corazones. Pero si somos llamadas a ser una esposa o a estar al lado de un hombre que ha sido llamado a una tarea en particular, somos llamadas a ser su ayuda. Entonces pienso que a veces podemos ser tentadas a tener una visión demasiado clara de nuestro llamado y de nuestros deseos, y pensamos que este hombre tiene que alinearse con nuestras vidas en lugar de mirar a través del lente de la Escritura que dice que estoy llamada a ser ayuda. Pienso que tenemos que ser más flexibles en la forma en que pensamos acerca de lo que debe ser nuestro futuro, porque los hombres son llamados a llegar a nuestras vidas e interrumpirnos.
Debemos estar ocupadas en la obra de Dios hasta el día en que ese esposo llegue. Él, esperemos, estará lo suficientemente seguro en su masculinidad para arriesgarse a interrumpir y decir, «esta es una mujer piadosa. Está ocupada. Está haciendo muchas cosas. Está siendo fructífera durante su espera. Si he de ser su esposo, seré entonces una gran interrupción en su vida, y eso está bien». Debemos animar a los hombres en ese sentido. Así que no debemos ser rígidas y pensar: «Tengo esta lista. Este es mi llamado», sino pensar en términos de lo que la Escritura dice que estamos llamadas a ser, una ayuda.
En segundo lugar, yo diría que debe haber humildad en la manera en que reaccionamos cuando los hombres nos manifiestan su interés. Pienso que no debemos ser rápidas en decir «no». Pienso que deberíamos decirle honestamente a un hombre, «voy a orar al respecto». Y entonces realmente orar al respecto. Decirle: «Voy a buscar consejo», y entonces realmente buscar consejo.
Tengo tantas amigas felizmente casadas que le habrían dicho «no» a sus esposos al principio simplemente porque tenían ciertas expectativas o ideas acerca de lo que su esposo sería e incluso algunas de ellas tenían una lista, «quiero un hombre con estas cualidades». Ellas no parecían ver el hecho de que este hombre tenía esas cualidades. Padres con consejos útiles, amigos y parejas más maduras en la iglesia, pastores y sus esposas, líderes de grupos pequeños, etc. estaban involucrados en ayudarles a ver esto y decir: «Este hombre es un hombre de Dios, y él es digno de tu tiempo y consideración».
Si no nos sentimos atraídas inicialmente a un hombre, no es necesariamente algo malo. Es su trabajo ganar nuestros corazones. Así que si al comienzo de una relación no estamos diciendo, «aquí está mi corazón, tómalo, es todo tuyo». Eso lo pone a él en una posición de trabajo, no en un sentido de hacerse digno de nuestro corazón, si no persistiendo para conquistarnos a medida que la relación progresa.
Mujer 2: John Piper escribió recientemente sobre la soltería, y cómo es un regalo tan grande servir y extender el reino de Dios y la salvación. Y esto no al engendrar hijos físicos necesariamente... ¿Cómo podemos alentarnos las unas a las otras en esa dirección de expandir Su reino y cumplir nuestro llamado, el cual no necesariamente incluye un esposo, y al mismo tiempo reflejar la feminidad y la masculinidad bíblicas?
Carolyn: Aprecio el enfoque del Dr. Piper en vivir una vida radical que glorifique a Dios por el bien del reino. Pienso que para nosotras que nos despertamos por la mañana y nos encontramos una vez más solteras, un mensaje como ese es increíblemente inspirador. Hay bendiciones enumeradas en las Escrituras para los que buscan servir al Señor como solteros. No se nos deja en el callejón sin salida de la adultez. No estamos en la sala de espera de la adultez. Hay bendiciones para nosotras en las Escrituras. No hemos sido olvidadas por Dios.
Pienso que para nosotras mujeres que no estamos a cargo de buscar a nadie ni de iniciar alguna relación, sino esperar con fe en el Señor, un mensaje como el del Dr. Piper es increíblemente inspirador. Hay propósitos para mí hoy. Tengo la obligación de exhibir feminidad mientras sirvo en este trabajo, esta obra, esta misión, esta causa y cultivar el amor por el hogar, porque el hogar es un campo misionero.
Vemos que la iglesia primitiva fue fundada en hogares. Sabemos que puedes alcanzar a los demás e invitarlos a tu casa. Podemos compartir el evangelio en nuestra casa más fácil que compartirlo en un restaurante. En los restaurantes cada vez que llegas al final de la broma o vas a orar, un mesero está garantizado a interrumpir, aparecer y arruinar tu broma y arruinar tu oración. A veces es difícil oír bien en los restaurantes. Pero si se toma el esfuerzo de cultivar el amor por el hogar y traer a otros a tu casa, tendrás la oportunidad de servir, compartir y cuidar en el ámbito privado que es mucho más difícil hacer en la esfera pública.
Así que no creo que se trate de una situación de escoger entre uno o el otro. Vivir para la gloria de Dios ahora mientras estás soltera no te excluirá de poder casarte. Tampoco creo que tengas que vivir de tal manera que no seas intrínsecamente femenina porque eres soltera. Pienso que, como vemos en las Escrituras, somos llamadas a cultivar la feminidad, y esta se ve diferente en cada temporada de nuestra vida. Pero esta no es, «vende todo y vete a África», solo porque estás soltera. ¿Tienes un llamado? Esa es una pregunta importante. ¿Te estás alineando con el entrenamiento que la Escritura ha establecido para las mujeres?
Nancy: Quisiera añadir a eso Carolyn, si vas a 1 Corintios 7, hay una mucha enseñanza sobre diferentes aspectos del matrimonio y la soltería. Habla del matrimonio, la soltería, el divorcio, y la viudez. Hay mucho en ese capítulo. Pienso que el pasaje parece indicar que Dios ha dotado a algunos creyentes en particular para ser solteros. Algunos tienen un don, algunos tienen otro. En ese contexto, el matrimonio es un don, y la soltería es un don también.
Pero Pablo, que asumimos era soltero, indicó que los que fueran capaces de ser solteros, que pudieran permanecer moralmente puros y en cuyas vidas Dios pone ese llamado, tendrían libertad para servir al Señor en maneras diferentes a las personas casadas. Ahora bien, ese no es un golpe al matrimonio. El mismo apóstol Pablo escribió el hermoso pasaje en Efesios capítulo 5 sobre el misterio del matrimonio y cómo refleja el plan de redención y el corazón de Dios. Así que él no estaba promoviendo la soltería por encima del matrimonio. Pero también dijo que a algunos Dios les ha dado el don, el llamado a ser solteros.
Pienso en las misiones, por ejemplo. A cuántas mujeres y a hombres, Dios ha apartado y ha puesto Su mano sobre sus vidas de una manera específica. Pienso que Amy Carmichael fue un ejemplo de esto. Gladys Aylward fue una ilustración de esto también. Fueron personas que Dios usó de una manera particular para avanzar y profundizar Su reino y a quienes Dios les dio ese enfoque de servirle a Él.
Ese estilo de vida no es el llamado de Dios para la mayoría. Pienso que es claramente la excepción. Pero pienso que probablemente tenemos algunas oyentes que tienen ese llamado de Dios en sus vidas. A menudo me preguntaban, «¿crees que tienes el llamado a la soltería?». Y en realidad no los sabes hasta que miras al final de tu vida y ves con claridad la respuesta que Dios tenía a esa pregunta. Pero desde que era pequeña tuve un fuerte sentido de que Dios tenía un llamado especial para mi vida y Él quiso apartarme para su servicio como soltera durante 57 años. Y Dios me dio gran alegría, libertad, y un gran placer y privilegio en eso.
Siempre estuve a favor del matrimonio y a favor de la familia. No pienso que la soltería sea un estado que debe buscarse a menos que Dios ponga Su mano en tu vida para eso. Pero creo que en algunos casos Él lo hace. Es necesario que haya en nuestros días personas que respondan a ese llamado y digan: «Señor, si eso es lo que tienes para mí, entonces es un privilegio, y realmente una alegría».
Carmen: Al confiarle tu soltería a Dios, necesitas tomar decisiones prácticas. Nancy DeMoss de Wolgemuth ha estado hablando sobre algunas de esas decisiones con Carolyn McCulley. Espero que este programa te sirva de punto de partida.
Nancy, sé que Aviva Nuestros Corazones ha sido de aliento para muchas mujeres solteras desde que inició, hace ya más de 15 años.
Nancy: Sí, Carmen. Estoy tan agradecida por la forma tan práctica en que la Palabra de Dios ha ayudado a mujeres en cada temporada de su vida. Me anima tanto recibir correos electrónicos de nuestras oyentes...
Una mujer, luego de escuchar uno de nuestros programas nos escribió,
«¡Qué buen mensaje para nosotras las solteras! Es una de las áreas de mi vida en la que el Señor ha tratado conmigo, haciéndome entender que Él va primero en mi vida y mi tarea es agradarle. Me ha hecho dejar de ver la soltería como una espera interminable, y en cambio, ver este tiempo como un tiempo para servir y prepararme para la buena batalla de fe.
He entendido de parte de Dios que debo poner mis ojos en Él. Intento servir en lo que me asignen y sé que Él se glorificará en mi soltería y en mi anhelo de servirle. ¡Bendiciones!».
Otra oyente, luego de pasar por una situación incómoda con su supervisor en su trabajo nos dijo,
«… lo único que hice fue orar al Señor para que me librara de esta situación. Cuando llegó la hora de mi salida, me sentí muy aliviada y no sé si fue la mejor decisión pero dejé el trabajo. Definitivamente, la próxima vez debo ser más precavida. Reconozco que quisiera casarme, pero también sé que si es la voluntad de Dios, Él pondrá en mi camino al hombre con quien pasaré el resto de mi vida. Y si no, entonces seguiré soltera hasta el final de mis días, pero siempre, sin importar en qué etapa de mi vida esté, viviré PARA LA GLORIA DE DIOS».
Tu apoyo a Aviva Nuestros Corazones hace posible que continuemos alcanzando mujeres como estas. Estamos presentes para las mujeres en el momento que están dispuestas y listas para escuchar la verdad de la Palabra de Dios.
Queremos que tú seas parte de lo que Dios está haciendo en medio nuestro. Puedes apoyarnos con tus oraciones, compartiendo los programas y recursos con otras mujeres, o con tu apoyo económico. Estamos orando para que el Señor levante colaboradores mensuales del ministerio. Para hacer tu donación visítanos en AvivaNuestrosCorazones.com. Allí también podrás saber qué recurso te estaremos enviando como agradecimiento por tu ofrenda este mes. ¡Gracias por hacer posible que continuemos llevando el mensaje de libertad, plenitud y abundancia en Cristo!
Carmen: Gracias, Nancy.
Carolyn McCulley regresará mañana con nosotras. Escucharás más consejos prácticos acerca de la soltería, y de cómo confiarle esta etapa de tu vida al Señor. Te esperamos aquí, en Aviva Nuestros Corazones.
Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
Viviré para Adorarte, Iglesia Cristiana Oasis, El Misterio de Tu Amor, ℗ 2015 Iglesia Cristiana Oasis. Canción usada con permiso.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
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