Entrenándote a ti misma y a tus hijos
Carmen Espaillat: ¿Qué efecto tendría la hipocresía en tus hijos? Aquí está Nancy Leigh DeMoss.
Nancy Leigh DeMoss : Creo que debemos al menos hacernos la pregunta: “¿Vieron nuestros hijos, no solo algunas cosas de manera aislada, pero un patrón de vida o un espíritu en nuestro hogar que no era coherente con lo que decíamos creer?”
Carmen: Esto es Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss, en la voz de Patricia de Saladín.
Durante varias semanas, Nancy Leigh DeMoss ha ofrecido enseñanzas prácticas acerca de Tito 2:1-5. Es un pasaje poderoso para las mujeres de hoy. Kim Wagner y Holly Ellif, cuyos esposos son pastores, explican como los principios en estas series transformaron sus decisiones como esposas y madres. Aquí tenemos a Holly.
Holly Elliff: Escuché hablar a Gloria Gaither sobre un momento en su vida donde ella fue ante el Señor, y ella se quejaba ante Dios. Ella …
Carmen Espaillat: ¿Qué efecto tendría la hipocresía en tus hijos? Aquí está Nancy Leigh DeMoss.
Nancy Leigh DeMoss : Creo que debemos al menos hacernos la pregunta: “¿Vieron nuestros hijos, no solo algunas cosas de manera aislada, pero un patrón de vida o un espíritu en nuestro hogar que no era coherente con lo que decíamos creer?”
Carmen: Esto es Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss, en la voz de Patricia de Saladín.
Durante varias semanas, Nancy Leigh DeMoss ha ofrecido enseñanzas prácticas acerca de Tito 2:1-5. Es un pasaje poderoso para las mujeres de hoy. Kim Wagner y Holly Ellif, cuyos esposos son pastores, explican como los principios en estas series transformaron sus decisiones como esposas y madres. Aquí tenemos a Holly.
Holly Elliff: Escuché hablar a Gloria Gaither sobre un momento en su vida donde ella fue ante el Señor, y ella se quejaba ante Dios. Ella quería hacer esto, y quería hacer esto otro, y permanecía siendo interrumpida por todas esas otras cosas que le impedían continuar con este otro ministerio y el libro que quería escribir.
Dios vino a ella y le dijo: “Gloria, todas esas cosas que viste como interrupciones eran elegidas por Mí para este tiempo. No eran interrupciones. Yo estaba dirigiendo hacia tu vida aquellas cosas que Yo deseaba que estuvieran allí.”
Ella dice que esto cambió totalmente su perspectiva mientras examinaba como era su vida de años atrás. Pero también dijo, ya como una mujer mucho mayor: “Me hubiese gustado haber sido capaz de mirar hacia atrás mucho antes, porque he desperdiciado tantos años frustrándome con las interrupciones. Desearía haber reconocido antes que no eran interrupciones —sino que Dios las había puesto allí en mi vida.”
Nancy: Ciertamente, creo que esa perspectiva puede guardar a una mujer del resentimiento, de la amargura; evitar que se irriten fácilmente, que manifiesten un espíritu impaciente e irritable, como hemos hablado en programas anteriores.
Kim Wagner: Esto nos lleva a un estado de entrega total, donde realmente vemos las cosas desde la perspectiva de Dios, la perspectiva de la soberanía de Dios, reconociendo que “Dios, Tú eres soberano, Tú tienes el control, y todo lo que permites es bueno porque Tú eres un Dios bueno.”
Holly: Creo que es importante, también, darnos cuenta de que esta no necesariamente será una decisión que tomaremos una sola vez.
Kim: Es cierto. Es algo constante.
Holly: A medida que maduramos en Cristo, comprenderemos mejor la soberanía de Dios. Pero literalmente, en ocasiones, cada momento debe ser uno de rendición ante la voluntad de Dios. Así que puede ser que constantemente tenga que salir de la cocina y decir con el espíritu correcto: “¿Dios, cambiare mi corazón mientras me encuentro haciendo estas cosas mundanas, o estas cosas del mantenimiento, o tratando con esta relación? ¿Me podrías dar un corazón dispuesto en medio de todo esto?”
Nancy: Esto es algo crucial para cada madre. ¿No les parece que el espíritu y el tono de una madre tienen mucho que ver con el clima de un hogar?
Kim: Sí. Por supuesto.
Nancy: Yo solo pienso: “¿Qué está pasando con esos esposos y con esos hijos?” Ahora bien, yo no estoy diciendo que las mujeres son las únicas que están en falta aquí. Pero como veo el nivel de frustración, el nivel de irritabilidad, estoy pensando que hay esposos, hijos, nietos, compañeros de trabajo y miembros de la iglesia, que están siendo afectados por estas actitudes y espíritus nocivos.
Es por esto que pienso que, en medio de este práctico pasaje de Tito capítulo 2, sobre las cosas que hacen las mujeres más jóvenes en relación al hogar, el amor y la bondad son como una especie de fundamento o plataforma desde donde estas tareas deben llevarse a cabo.
Kim: Lo que acabas de mencionar Nancy acerca de todas las mujeres que lo están haciendo frustradas y con hostilidad, sin gozo, ni con un espíritu de humildad y gracia, y sobre cómo afecta a las personas a su alrededor… Creo que es ahí, en realidad cuando, en ocasiones, podemos blasfemar la Palabra de Dios, como podemos ver en 1era de Pedro 3 (ver versículos 1-6).
Nancy: Y justo allí es donde termina Tito 2 también.
Kim: Es cierto. Somos creyentes. Somos cristianas, y debemos reflejar el amor de Cristo. Debemos reflejar Su carácter, Su naturaleza, debemos reflejar lo que Él es. Cuando proclamamos que somos seguidoras de Cristo, con el Espíritu de Dios habitando en nuestro interior, y sin embargo, el fruto que producimos es hostilidad, criar nuestros hijos sin gozo, viviendo…
Nancy: Amargadas.
Kim: Amargadas, molestas, ofendiéndonos con facilidad, airadas. Todo esto trae oprobio a la Palabra de Dios, ya que contradice lo que decimos que la Palabra puede hacer en nosotras. Decimos que la Palabra de Dios puede transformarnos y hacernos semejantes a Cristo, sin embargo, no le reflejamos como debiéramos hacerlo. Las personas a nuestro alrededor tienen un gran conflicto ya que pensarán: “Si este es el cristianismo…” o “Si esto es lo que la Palabra de Dios hace… ”
Holly: “. . . ¿Quién querría eso? ¿Quién querría vivir de esa manera?”
Pienso que, por un lado, esta es la razón por la que todo el proceso de Tito 2 comienza por la sana doctrina, donde el comportamiento debe ser coherente con sus creencias. Si yo afirmo ser cristiana, tengo un cierto conjunto de creencias, y mi comportamiento debe modelar estas creencias, debe ejemplificar estas creencias. Así que si mi comportamiento no es coherente con lo que proclamo creer, hay una distorsión, algo anda mal. Es ahí donde vamos al Señor, y le decimos: “Dios, muéstrame dónde no me parezco a Ti. Estas son las cosas que quiero que Tú cambies.”
Nancy: No es solo el comportamiento, porque conozco a muchas mujeres que están haciendo un montón de cosas que son correctas. Pero muchas veces, donde yace el reto es, en hacer las cosas correctas, con el espíritu correcto: Haciéndolo con gozo, con amabilidad, con amor.
Piensen por ejemplo en 1lira a los Corintios capítulo 13 y aplica eso a la vida de una madre: “Si alimento a todos mis hijos, y les hago fabulosas comidas, y puedo decorar mejor que cualquier diseñador, y puedo confeccionarle ropas, y hacer todas las cosas, y manejar este increíble horario, pero no tengo amor…”
Kim: Es címbalo que retiñe.
Holly: El Salmo 101 habla de andar en nuestra casa “en integridad de corazón” (versículo 2). Se requiere comprender que mi hogar es el campo donde lo que creo es probado. Así que no importa cómo me veo en la iglesia cuando todos mis hijos están bien vestidos, o cuando vamos al centro comercial y nos comportamos correctamente. Si no reflejo a Cristo dentro de las paredes de mi hogar, entonces, de nuevo, hay una gran discrepancia entre lo que proclamo creer y lo que realmente creo.
Nancy: Yo quiero ser muy cautelosa aquí, porque hay un sinnúmero de personas y de historias diferentes, e innumerables situaciones y oyentes diferentes. Pero insisto, y hemos abordado esto con anterioridad en Aviva Nuestros Corazones: Hay una realidad y es el hecho de que un gran número de adolescentes cristianos que recibieron formación en sus hogares, que fueron ampliamente expuestos al Cristianismo, cuando crecen y llega el momento de dejar sus hogares, por una razón u otra, rechazan la fe de sus padres, la fe en la que crecieron.
Estoy segura de que hay muchos factores que contribuyen a esto, pero uno de estos factores debe ser las veces que miran atrás y dicen: “En mi casa, yo no vi ni experimenté la realidad de lo que escuchaba en la iglesia, ni de lo que escuchaba decir a mis padres”.
Una vez más, no pretendo cargar todo esto a los padres, pero creo que debemos al menos hacernos la pregunta: “¿Vieron nuestros hijos, no solo cosas aisladas, pero más bien un patrón de vida, un espíritu en nuestro hogar, que no era consistente con lo que proclamábamos creer?”
Kim: Creo que puede resultar en algo muy dañino para las madres de niños pequeños. Sé que cuando yo era una madre joven, no estaba consciente en lo absoluto de que debía ser intencional y abrazar la maternidad con gozo. Yo disfruté a mis hijos, pero en momentos donde el panorama se tornaba muy agitado y yo me encontraba súper ocupada, cuando debía estudiar desde mi casa y cumplir con todas mis materias, y yo tenía que hacer las comidas, me parecía que pasaba todo el día sin ni siquiera haber sonreído ni haber hecho todas las cosas con gracia.
Nancy: solo tachabas de tu lista las cosas que ya habías hecho.
Kim: Si solo tachaba de mi lista las cosas que yo había hecho. Creo que esto podría resultar en algo muy dañino, y estoy tan agradecida de que Dios abriera mis ojos con respecto a eso. Me gustaría que lo hubiera hecho antes, pero abrí los ojos al hecho de que necesitamos divertirnos con nuestros hijos.
Nancy: Y con tu esposo.
Kim: Si con nuestros esposos.
Holly: Eso no va a pasar en cada momento del día, pero si tienes varios hijos pequeños, hay momentos en que estás tan cansada y agobiada que piensas: “Si alguien más me pide algo hoy, voy a explotar”.
Así que tenemos que reconocer que vivimos en cuerpos humanos, y que todavía estamos en esa realidad terrenal, llenas de pecado y corrupción. Pero cuando llegamos a esos momentos en que se nos hace tan difícil el escoger responder de la manera correcta, si llegamos a fallar, es muy importante el darnos cuenta que solo nos tomaría un instante volvernos al Señor y decirle: “¿Dios, podrías gobernar mi espíritu? ¿Podrías controlar lo que sale de mi boca?”
Debemos escoger esta opción, así que cuando fallo, vuelvo al Señor y recibo su gracia para que opere en mi vida, porque la mayoría de las veces —o mejor dicho, nunca— tenemos en nosotras lo que se necesita para hacerlo. Entonces, si lo he estropeado todo frente a mis hijos, estaré modelando para ellos la relación que ellos deben tener con su Padre Celestial si vuelvo a ellos y les digo: “¿Saben qué? La manera en que acabo de hacer esto fue realmente terrible, y estuvo mal. ¿Me perdonan? Estaba realmente enojada, y di la respuesta incorrecta.”
Nancy: Esto es muy importante.
Holly: No fue mi respuesta; fue mi reacción. Usamos mucho esas dos palabras en nuestra casa, pero sus hijos pueden entenderlo, incluso los más pequeñitos. Ellos pueden entender que lo hice mal, que vas a venir a decirle: “Lo siento, me equivoqué. ¿Me perdonas?” Ellos pueden entenderlo rápidamente la mayoría de las veces, (si no han sido heridos en repetidas ocasiones, por largos períodos de tiempo), y nos extenderán el perdón. Entonces, les acabas de enseñar cómo ellos deben tratar con su pecado ante su Padre Celestial.
Kim: Y ante los demás.
Holly: Por lo tanto, lo estás ejemplificando para ellos.
Kim: Entonces, la verdadera bendición es cuando tu hijo por iniciativa propia viene donde ti diciéndote: “Mami, ¿me perdonas? Te hablé de una manera incorrecta. No debí enojarme. No debí hablarte de esa forma”.
Holly: Eso es parte de establecer el nivel de las relaciones en el hogar, es algo muy crucial, especialmente a medida que sus hijos son mayorcitos. Enséñales a tus hijos cuando todavía son pequeños que la manera de lidiar con el conflicto en casa es comunicándose, no permitiéndoles que se marchen a sus dormitorios y luego tiren la puerta. Si deciden escabullirse en sus dormitorios, alguien irá por ellos. Y esa no es la manera correcta. Debemos hablar sobre los problemas.
Así que enséñales desde pequeñitos que manejamos nuestros conflictos hablando sobre lo que pasó, arreglando las cosas en sus corazones, y unos con otros. Si los entrenas de esa manera a medida que van creciendo, es asombrosa la diferencia entre un adolescente que ha crecido hablando sobre los conflictos, en comparación a un adolescente que se ofendió, se fue a su habitación, tiró la puerta, y desarrolló su propia teoría de cómo lidiar con los conflictos.
Una madre me decía el otro día: “Bueno, mi hija no me habla. Ella tiene 10 años, y simplemente va a su habitación y cierra la puerta, y yo no la molesto. Yo quiero que ella tenga su propio espacio.” Yo le dije: “Ve y sácala de su habitación, porque cuando ella llegue a los 13 o 15 años, te estarás enfrentando con una adolescente.
Kim: Sabes es el mismo proceso con los padres también. Si después de hablar con mi hijo, su corazón todavía está endurecido y no hay arrepentimiento, yo le digo: “Vamos a orar por esto”. Entonces lo tomo de la mano y oro. Oro en voz alta, y oro que el Señor lo llene de su amor. Y esto nunca ha fallado mis hijos se quebrantan y se arrepienten.
Nancy: Lo que ellos ven es que no solo se trata de ti, sino que el Señor forma parte de esto.
Kim: Es cierto.
Holly: En ocasiones no debo esperar más de ellos de lo que espero de mi misma. En otras palabras, hay momentos en los que Dios toca mi vida y me dice: “Holly, esto necesita de tu atención”. Y lucho con el Señor hasta llegar al arrepentimiento. Debo extender esa misma gracia a mis hijos. Así que si ellos todavía están luchando, a veces escribo cuatro o cinco preguntas y le digo: “Está bien, quiero que te sientes aquí, que pienses sobre estas preguntas y escríbeme una respuesta”.
Nancy: ¿Preguntas como. . .?
Holly: Preguntas como:
● ¿Qué fue lo que hice que estaba mal? Llamarlo por su nombre.
● ¿Qué podría haber hecho diferente?
● ¿Respondí o reaccioné?
● ¿Qué piensa el Señor sobre esto?
● ¿Qué hubiese querido Dios que yo hiciera?
Los estamos entrenando en cuanto a la forma de tratar con el pecado, cómo manejarse en momentos difíciles, cómo tomar decisiones cuando se encuentran…quiero decir, ahora yo tengo hijos entre las edades de 30 y 11 años, y otras madres tienen hijos de otras edades entre esas dos. Tengo hijos que están en diferentes etapas de la vida que en este instante están tomando decisiones cruciales en sus vidas sobre lo que dicen creer.
Kim: Tú los estás entrenando en cuanto a cómo procesar. . .
Holly: Es cierto. Ellos necesitan saber cómo tomar decisiones bíblicas.
Kim: Y cómo procesar lo que está pasando.
Holly: Exactamente.
Kim: ¿Cuál fue mi motivación? ¿Por qué lo hice? ¿Qué fue exactamente lo que hice?
Holly: Es cierto. Porque si tomo cada decisión por ellos, a medida que van creciendo… algún día ya no estarán en mi casa, y deberán tomar sus propias decisiones. Más nos vale que los entrenemos para que aprendan a escuchar la voz de Dios, para que cuando ya no vivan en nuestras casas, sus mentes sean gobernadas por Dios y no por ellos mismos.
Kim: Yo hago lo mismo. A veces, si yo sé que hay una porción de las Escrituras que se aplica a alguna situación, le digo: “¿Podrías leer esto en voz alta?”
Un día Caleb me dijo, “¿Mamá, podrías leerlo?”
Y yo le dije: “No, yo quiero que tú lo leas en voz alta; quiero escucharte leyéndolo.”
Y entonces la Palabra, y el poder de la Palabra, y mientras él lo lee y hablamos sobre eso….y yo le digo: “Ahora bien, ¿qué significa esto? ¿Cómo crees que se aplica a lo que ha pasado aquí?”
Holly: No siempre tiene que ser sobre una situación grave o terrible necesariamente. Recuerdo un día que estaba tan agobiada por la manera en que mis hijos hablaban (realmente debo hacerlo de nuevo porque tengo ahora otro grupo de chicos en esta edad), pero tuvimos un día de Efesios 4:29 en nuestra casa. Así que memorizamos Efesios 4:29.
Nancy: ¿Qué dice que. . .?
Holly: “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.”
Kim: Mi hijo lo conoce bien también, y mi hija. Todo lo que tengo que decir a veces es: “¿Eso que acabas de decir va acorde con Efesios 4:29?”
Holly: Tuvimos un día de Efesios 4:29, donde decidimos que ese día todo lo que saliera de nuestras bocas debía ajustarse a los parámetros de este versículo. Debía también ser adecuado para la necesidad del momento, y debía ser de gracia para aquellos que escucharan, debía ser de edificación.
Lo sorprendente fue que esto fue más difícil para mí que para mis hijos. Yo no podía decir las cosas como normalmente las decía porque no encajaban en el contexto ni en los parámetros del versículo. Así que puede ser algo divertido, y aun así le estás enseñando la verdad. Hasta el día de hoy, mis hijos mayores se dicen unos a otros: “Efesios 4:29”, si alguno de sus hermanos quiere decir algo indebido.
Nuestros adolescentes han estado haciendo algo llamado “prueba de sonido” los miércoles en la noche en la iglesia, donde han estado hablando sobre lo que sale de sus bocas y el hecho de que más nos vale que estemos “probando” lo que sale de nuestras bocas. Es muy parecido a lo que hicimos en el día de Efesios 4:29. Estamos siempre en un proceso de entrenamiento, entrenándonos a nosotras mismas, y luego pasándolo a nuestros hijos.
Hace muchos años atrás un predicador llamado John Henry Yowe predico un Sermón llamado Remordimientos Innecesarios y dijo, aunque hayas herrado y te hubiese gustado volver atrás y haber tomado otro camino y que, quien es nuestro Dios? ¿Cuál es su nombre y su carácter?
¿No puede El deshacer lo hecho y en su infinita gracia rehacerlo de nuevo? El en su gracia puede reparar todo lo que este dañado y lo mal hecho. El puede restaurar la caña cascada, El puede restaurar un corazón roto, El puede lidiar con la promesa incumplida. ¿Y si puede hacer todo esto no puede en su infinito amor corregir nuestros errores y enderezar lo torcido? Pienso que eso es lo que nos debe esperanzar porque ninguna de nosotras vamos a ser madres perfectas, ninguna de nosotras vamos a amar a nuestros hijos correctamente, ninguna de nosotras va a acudir a Dios con la consistencia y persistencia que deberíamos, pero Dios es un Dios redentor, Él puede destejer y retejer el tejido.
Kim: Wao eso es esperanzador Holly.
Nancy: Quizás solamente necesitas decir Señor hay cosas torcidas en mi vida situaciones en las que he fallado en la medida que Dios te lo va mostrando no está tratando de que vivas en condenación lo que El quiere es liberarte de todo aquello, pero el punto de partida para eso es el ser honesta con Dios y decirle, sabes que mis prioridades estaban equivocadas o cuando mis hijos estaban pequeños no te busque de la forma en la que debía hacerlo, por lo que, que debes hacer, ve a los pies del Señor, se honesta con Él, confiésalo, te arrepientes y le dices, Señor por T u gracia me restaurarías? podrías traer orden y sentido a mi vida en estos momento, te entrego estas piezas este desastre y le dices Señor, solo tú puedes restaurar y renovarlo todo, y luego esperas en El Señor, sabes que Dios lidia con todo esto desde la eternidad la historia no se ha terminado.
Tengo amigas muy queridas lidiando con el reto de criar adolescentes, niños adultos y ellas esperan a que El Señor los ilumine y cambie sus corazones, Dios es capaz. Continúa clamando al Señor, dependiendo de Él, buscándolo llevando a cabo lo que solo un Gran Redentor Dios puede hacer.
Holly: Quiero animar también a aquellas madres que hoy pueden reconocer la mano de Dios en distintas áreas de su corazón al tiempo que Dios se lo señala y dice, mira esto pregúntale estas interrogantes.
¿Qué hice que no te agradara?
¿Qué puede haber hecho distinto?
¿De qué me tengo que arrepentir?
Date cuenta de que Dios no te va a dejar estancada y sin esperanzas, su deseo es cambiarte para que el próximo año no mires hacia atrás con la misma lamentación que has tenido este año, nunca es tarde para apropiarte de la Gracia de Dios por lo que si el año pasado fue horrible y fallaste en hacer lo que Dios te había llamado a hacer y Dios ahora te ha dado la oportunidad de verlo con claridad, Él puede redimirte cuando tomes decisiones el próximo año, por lo que mientras avanzas vas a poder mirar hacia atrás algún día y decir, por la Gracia de Dios esas cosas han cambiado en mi vida y no estoy en el mismo lugar en donde solía estar.
Nancy: Hemos hablado sobre la noble misión de la maternidad y de cómo nuestros corazones son moldeados para la eternidad al tiempo que pasamos el bastón de la verdad de generación en generación. Esta es una visión que estamos tratando de inculcarles a las madres para que sepan que lo que hacen es crucial y que deben buscar a Dios por ellas mismas. Hay aspectos elevados y nobles de la maternidad así como también hay aspectos en las practicas reales y no espirituales del ama de casa y de la vida cotidiana de una mujer de Dios en cualquier etapa en la que se encuentre. El mantener una casa así como tantas otras formas de servir a los demás podrían no parecer tener un grado espiritual significativo y hemos estado hablando de eso y del hecho de que esas cosas si tienen un significado espiritual.
Quiero pedirles que oren, y quiero invitar a nuestras oyentes a que se nos unan en oración. Algunas tienen hijos, y otras no. Pero mientras escuchaba, mi corazón está con las madres, y quiero ser una mujer que ora por los hijos de esas madres. Holly y Kim, tengo una carga especial por sus hijos, y por su caminar espiritual al seguir el legado de sus padres. Pero esto requiere de la gracia de Dios. ¿Así que podrías guiarnos en una oración por estas madres y por los hijos que están criando?
Holly: Padre, venimos ante ti con corazones agradecidos porque no nos has dejado solas en nuestros roles de ser madres. Padre, te agradezco por los hogares que tienen padres piadosos. Te ruego que nos convirtamos en esposas que escuchen a sus esposos, que ellos puedan indicarnos las cosas que necesitan de nuestra atención.
Padre, te pido por las madres que están criando sin un esposo piadoso en sus hogares, te pido Señor que tu traigas a otros a sus vidas para animarlas y ayudarlas. Te ruego Señor, que alientes los corazones de las mujeres solteras que están criando a sus hijos sin un padre, lo cual es un inmenso trabajo.
Padre, te pido por las mujeres que están luchando con la idea de maternidad. La maternidad es difícil, y en algunos días, es un trabajo muy, muy largo. Algunos días estamos tan cansadas, que no creemos que podremos dar el siguiente paso.
Padre, yo te ruego que nos infundas Tu gracia, Tu Fortaleza, y que nos concientices de que no tenemos en nosotras lo que se necesita, solo debemos correr hacia Ti. Tú estás dispuesto y eres capaz de darme la fuerza, la energía, los recursos y la mente para llevar a cabo este rol de una manera que te honre y te agrade.
Padre, yo oro por las solteras, y las más jóvenes. Señor, ¿podrías levantar un ejército poderoso de mujeres que comprendan Tu Palabra, que levanten los brazos de las madres a su alrededor, que oren por ellas, y que alienten a sus hijos, para que Señor, Tus propósitos se cumplan en esta generación? Te lo pedimos en el nombre de Cristo, amén
Carmen: Holly Elliff ha estado orando por las madres. Criar es una gran tarea. Hemos estado escuchando acerca del poder de un Dios amoroso que está dispuesto a ayudar a las madres que claman por su ayuda.
Necesitamos el aliento de parte de otras mujeres como Holly y de nuestra otra invitada, Kim Wagner. Necesitamos también el aliento de los maestros de la Biblia, como nuestra anfitriona, Nancy Leigh DeMoss. Esto es de lo que trata Tito 2, que las mujeres mayores instruyan a las más jóvenes.
Sumisión: ¿será esa una mala o una buena palabra? Lo veremos en el próximo programa de esta serie.
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Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
Voces adicionales:
- Holly Elliff, en la voz de Mildred Pérez de Jiménez.
- Kim Wagner, en la voz de Elba Ordéix de Reyes.
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