Entre la espada y la pared
Carmen Espaillat: El pecado de las personas que te rodean no es un libre para tu pecado.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: A veces tendemos a sentir que nuestro nivel de santidad y espiritualidad, está relacionado con la gente alrededor nuestro, ellos nos provocan a reaccionar de esa forma.
No tienes que permitir que un hombre difícil y malhumorado te convierta en una mujer difícil y malhumorada.
Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
En Aviva Nuestros Corazones recibimos cartas y correos de mujeres que se encuentran en situaciones difíciles y están muy desalentadas. Cada situación tiene su contexto y requiere una respuesta alineada con lo que nos dice la Escritura sobre cada caso. Hoy Nancy nos trae el ejemplo de una mujer del Antiguo Testamento, en una serie donde aprenderemos cómo vivir con personas difíciles en nuestras vidas.
Nancy: …
Carmen Espaillat: El pecado de las personas que te rodean no es un libre para tu pecado.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: A veces tendemos a sentir que nuestro nivel de santidad y espiritualidad, está relacionado con la gente alrededor nuestro, ellos nos provocan a reaccionar de esa forma.
No tienes que permitir que un hombre difícil y malhumorado te convierta en una mujer difícil y malhumorada.
Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
En Aviva Nuestros Corazones recibimos cartas y correos de mujeres que se encuentran en situaciones difíciles y están muy desalentadas. Cada situación tiene su contexto y requiere una respuesta alineada con lo que nos dice la Escritura sobre cada caso. Hoy Nancy nos trae el ejemplo de una mujer del Antiguo Testamento, en una serie donde aprenderemos cómo vivir con personas difíciles en nuestras vidas.
Nancy: Si has escuchado Aviva Nuestros Corazones por algún tiempo, tal vez puedas recordar una serie sobre la mujer de Proverbios 31. La llamamos «La mujer contracultura».
Cuando pensamos en Proverbios 31 y en esta mujer virtuosa, es fácil quizás para algunas mujeres, el pensar que «es sencillo para esta mujer el ser virtuosa; mira el tipo de hombre con quien ella se casó. Él la ama, es un hombre honorable. Es un hombre virtuoso. Cualquiera podría ser una gran mujer, casada con este tipo de hombre».
Y entonces pienso en nuestras oyentes que nos llaman y nos envían cartas o correos electrónicos. Y me siento muy agradecida por esas cartas y por esos correos. Leo tantos como sea posible. Muchas de esas mujeres se desahogan acerca de situaciones muy difíciles o imposibles en las que se sienten atrapadas.
Para algunas es su matrimonio. Muchas están casadas con hombres a quienes es imposible amar –humanamente hablando– o alguien que es difícil de satisfacer. Quizás es una situación en la cual no tienes una buena relación con alguien en tu iglesia, alguien difícil de soportar. Pero yo estoy segura que no hay nadie así en tu iglesia. Pero en algunas iglesias, hay algunas personas que son así.
Quizás tienes a esas personas imposibles en tu vida o bajo tu techo, en tu trabajo, en tu iglesia, en tu comunidad, o en cualquier lugar. ¿Cómo puedes vivir con este tipo de personas? ¿Cómo respondes como mujer virtuosa cuando vives con alguien que no conoce a Dios, con una persona necia?
Bueno, existe una historia sorprendente en el Antiguo Testamento, en 1 Samuel capítulo 25. Quiero pedirte que abras tu Biblia en esa parte de la Escritura. Aquí se nos presenta una mujer del Antiguo Testamento. Ella no es muy conocida como otras de las mujeres que hemos estudiado en Aviva Nuestros Corazones, ni tan conocida como María de Nazaret o Débora o Elizabeth la madre de Juan el Bautista.
Pero Abigaíl se ha convertido en uno de mis personajes favoritos del Antiguo Testamento. Ella es una mujer extraordinaria. Hay mucho que aprender de ella, no solo de su vida sino también de los dos hombres que aparecen como personajes principales en esta historia.
En algún momento en tu vida, tal vez te identifiques con algunos de estos tres personajes. Así que, no solo vamos a estudiar a Abigail. Queremos también ver a los otros dos hombres que se involucraron en su vida. Al analizar estos personajes, queremos ver lo que Dios tiene que enseñar a nuestras vidas.
Comencemos con el versículo 1, que trata el contexto de la historia. En el versículo 1 del capítulo 25 leemos:
«Murió Samuel, y se juntó todo Israel, y lo lloraron, y lo sepultaron en su casa en Ramá».
Recuerden que Samuel fue un hombre de Dios. Fue un profeta. Él vivió mucho, pero mucho tiempo. Él fue el último de los jueces y fue quien ungió a Saúl para que fuera el primer rey de Israel. También fue quien ungió a David para reemplazar a Saúl.
Cuando yo pienso en Samuel a la hora de morir, la imagen que viene a mi mente es similar a la del presidente Ronald Reagan en su lecho de muerte. Ronald Reagan fue un gran líder que dirigió a los Estados Unidos. Él fue estimado y respetado. Y vivió muchos años y dirigió bien la nación.
Cuando el presidente Reagan murió, recordamos cuando las banderas del país estuvieron izadas a media asta y miles y miles de personas, primero en California y luego en las calles de Washington D.C., estuvieron de pie para mirar la procesión que llevaba su cuerpo por las calles. Recuerdo cómo cientos de miles de personas estuvieron de pie en la rotonda en Washington, algunos de ellos por tres horas, para hacer guardia y rendir honores a este hombre.
La nación entera lamentó la muerte del presidente Reagan. Quiero decir, republicanos, demócratas, y gente que no se sabía de qué partido era. Se entristecieron por el respeto especial que tenían por este hombre.
Yo creo que algo similar sucedió cuando Samuel murió. Había un sentido de tristeza nacional y de luto. Pero de todas las personas que estuvieron tristes cuando este hombre de Dios murió, creo que David fue quien estuvo más triste por esta gran pérdida en todo Israel.
Recordemos que David fue ungido para ser el próximo rey de Israel. Pero el rey Saúl todavía estaba en su trono. Y él era un hombre egoísta. Solo le importaba su persona. Era inseguro y trató de matar a David porque estaba celoso y sabía que era David quien lo iba a suceder en el trono. Entonces se inició esta guerra entre Saúl y David.
Samuel el profeta, había sido un intermediario entre David y Saúl. Pero ahora que Samuel se ha ido, puedo imaginarme a David sintiéndose abandonado, vulnerable, solo, y tal vez hasta deprimido y desanimado. Preguntándose, ¿se cumplirán las promesas de Dios algún día?
En medio de ese tiempo tan difícil y solitario, en la vida de David, llegamos a la siguiente frase del versículo 1 que dice: «Y David se levantó y se fue al desierto de Parán».
David, en el contexto de 1 Samuel, ha estado huyendo por su vida del rey Saúl, para protegerse de este loco. Él es un fugitivo. Y en el capítulo anterior él estaba en el monte de En Gadi y tuvo un encuentro con el rey Saúl. Cuando Samuel muere, David se mueve más al Sur al desierto de Parán para alejarse del rey Saúl.
Cuando se dirige hacia el Sur hacia el desierto de Parán, es allí donde esta historia se lleva a cabo. En este lugar, David se encuentra con una pareja, un matrimonio como muchos hemos escuchado y conocido hoy, donde uno de ellos es una persona creyente que teme al señor pero la otra parte es totalmente inconversa, egoísta y pagana. Esto sucede, y David conoció una pareja así.
Como hemos dicho, hay tres personajes principales en esta historia. Cuando tú estudias la Biblia, y analizas los personajes, ayuda preguntarte, si son buenos o malos personajes.
- ¿Existe algún ejemplo aquí para mí?
- ¿Hay algún ejemplo digno de imitar?
- ¿O algún ejemplo que haya que evitar?
- ¿Qué me está enseñando este pasaje y sus personajes acerca del corazón, los caminos y el carácter de Dios?
Eso es lo que vamos a estar buscando en esta historia.
Y les daré un pequeño resumen hoy y luego mañana profundizaremos en la historia en sí. El primer personaje que se nos presenta se llama Nabal. Y Su nombre significa «necio», es una palabra en hebreo que tiene este significado.
En el versículo 25, leemos acerca de este hombre. Como lo dice su nombre así es él. Su nombre significa necio y describe exactamente cómo era él. Él era un hombre necio y malvado.
Al estudiar la vida de Nabal, vemos muchas características de un necio. Al ver estas características, tal vez lo puedas identificar con alguien que conoces. Y quizás más de una persona.
Pero, ¿sabes qué más? Tal vez te veas a ti misma en algunos puntos. Una de las cosas que queremos hacer al ir avanzando en esta serie es preguntarnos, ¿cómo podemos evitar volvernos como Nabal? ¿Cómo podemos evitar esas características dentro de nuestras vidas?
El comportamiento necio de Nabal provocó dos tipos de respuestas diferentes en cuanto a los dos personajes de la historia. Primero estaba David, el hombre que iba a ser rey. Él había sido llamado por Dios para serlo, pero todavía era un fugitivo del rey Saúl.
La respuesta de David, cuando se encontró cara a cara con este hombre necio llamado Nabal, fue sentirse provocado. Él perdió el control. Fue tentado para responder justo como Nabal lo había tratado. El peligro está en que cuando andas con un necio puedes comportarte como un necio.
De hecho, al avanzar en esta historia, vemos que la respuesta de David fue aún peor que la de Nabal para provocarlo. Veremos en esta historia que aun las personas más espirituales algunas veces pueden actuar neciamente.
Es por eso que todas necesitamos un consejo sabio. Necesitamos personas piadosas a nuestro alrededor que nos ayuden cuando nos comportamos como necias y cuando sea necesario, que nos confronten, que nos confronten lo suficiente para decirnos a la cara la verdad, como Abigail lo hizo con David.
Necesitamos gente que nos dé consejos piadosos cuando estamos actuando como necias. Y necesitamos aprender a escucharlos, aceptarlos y practicarlos en nuestras vidas.
De eso se trata la humildad; es la disposición para escuchar el consejo del sabio y cambiar de dirección cuando nos damos cuenta que estamos en un error. Y aquí vemos en David un hombre que, aunque al principio respondió de una manera necia a un necio, él estuvo dispuesto a escuchar el consejo sabio y cambiar su curso y dirección, cuando se dio cuenta de que estaba mal.
El tercer personaje, como ya hemos hablado, es esta mujer llamada Abigaíl. Ella da el ejemplo de una respuesta increíble a las personas necias. Hay mucho que podemos aprender de ella, ya sea que el necio de tu vida sea tu marido, tu jefe, un hijo, una hija o un suegro o suegra, o también alguien en la iglesia o quizás tu vecino. Quienquiera que sea el necio, Abigaíl nos enseña cómo tratar y cómo vivir con los insensatos o necios en nuestras vidas. Ella era una mujer discreta, era una mujer con sabiduría. Era pacificadora. Y su vida cambió todo el desenlace de esta historia.
Como en todas las demás historias, incluyendo la tuya, existe un cuarto personaje, casi siempre silencioso, que es Dios mismo. Dios, quien siempre está detrás de la escena, gobernando, dirigiendo e interviniendo en los asuntos de los hombres. Dios quien es el único soberano; siempre está sobre Su trono. Siempre activo para lograr Sus propósitos y cumplir Sus promesas.
En esta historia vemos a un Dios que nunca se ausenta. Un Dios que nunca duerme en el trabajo. Y es el mismo Dios en tu historia, un Dios que se involucra en tu vida, y que se interesa por los insensatos con los que vives o trabajas, o vas a la escuela. Un Dios presente.
Los versículos 2 y 3 nos dicen:
«Había un hombre en Maón que trabajaba en Carmel; el hombre era muy rico y tenía tres mil ovejas y mil cabras; y estaba en Carmel trasquilando sus ovejas. El hombre se llamaba Nabal, y su mujer se llamaba Abigail. Y la mujer era inteligente y de hermosa apariencia, pero el hombre era áspero y malo en sus tratos; y era un calebita».
Es muy probable que este matrimonio entre Abigail y Nabal haya sido arreglado por sus padres, como lo era con la mayoría de los matrimonios en esa cultura. Probablemente ella no tuvo voz sobre el tema. Ella era bella y él era rico. Tal vez su padre pensaba que le estaba haciendo un favor al casarla con esta familia rica.
Una mujer hermosa y un hombre rico nos harían pensar que sería una gran combinación. Pero el problema es que la riqueza y la belleza son solo características externas. Lo que en realidad importa es el corazón; cuando se trata de la vida real, el carácter, y no las apariencias externas o las riquezas materiales.
En el caso de esta pareja, la diferencia entre sus corazones y su carácter difícilmente podrían ser más extremas. Eran tan diferentes como el día y la noche. Esta es una pareja totalmente dispareja cuando se trata de los asuntos del corazón.
Él era un necio, un hombre sin Dios, y ella era una mujer de Dios piadosa y sabia. No sabemos si este hombre siempre fue así, pero sí lo fue al casarse. Tal vez ella pensaba que él era un gran hombre cuando se casaron. Algo que he oído a muchas mujeres decir es: «Yo no tenía idea hasta después de algunos años de matrimonio, del tipo de hombre en el que él se iba a convertir».
O tal vez Nabal siempre había sido malhumorado o gruñón y de mal carácter. No sabemos. Todo lo que sabemos es que terminó en un matrimonio difícil.
Hay varias aplicaciones bastante obvias para mí en este capítulo. Primero está que el hecho de que seas una persona piadosa, no te garantiza que vayas a tener un compañero piadoso o que las personas con las que te relacionas, tu familia o tus compañeros de trabajo serán personas piadosas. El hecho de que tú seas una persona piadosa, no te garantiza que la gente alrededor de ti lo sea. Y tampoco es garantía de que ellos cambiarán.
Algunas veces las personas que nos escriben al programa nos dicen, «ustedes me dan la impresión de que si vivo una vida piadosa, mi esposo se va a convertir en un hombre piadoso».
¡Quiero dejarlo claro! No estamos diciendo eso, porque la Escritura no dice eso. Pero la Escritura sí enseña que el compañero espiritual puede tener una influencia poderosa sobre su pareja que no conoce al señor. Pero no hay garantía de que tu decisión por vivir una vida piadosa, cambiará a las personas alrededor de ti que son necias, que son unos Nabales. Tal vez nunca cambien.
También hay una segunda aplicación a esto, y es que no tienes que permitir que un hombre difícil y malhumorado te convierta en una mujer difícil y malhumorada. Esto es lo magnífico de esta historia. El hecho de que tu esposo o alguien más con quien tienes que vivir o trabajar de una forma regular sea de esta manera, no significa que tú no puedas ser una mujer piadosa.
A veces tendemos a sentir que nuestro nivel de santidad o espiritualidad está relacionado con la gente alrededor nuestro. Ellos nos provocan a reaccionar de esa forma. Nadie te puede hacer reaccionar de esta forma, nadie te puede hacer reaccionar de manera impía. El hecho de que tengas que vivir con una persona impía no significa que tú misma no puedas ser piadosa. Tu carácter y tus respuestas no tienen que estar controlados por otros.
Una de las cosas que a mí me encanta acerca de esta historia cuando nos adentramos en ella, es que no sabemos qué es lo que ha pasado antes pero sí sabemos que Abigaíl ha estado viviendo con este hombre difícil. Y suponemos que tuvo que afectarla. Pues ella vivía con el hombre.
Pero es obvio que ella no permitió que Nabal la destruyera. Ella todavía podía discernir, además de ser una mujer hermosa y piadosa, ella fue una mujer sabia. Ella no permitió que la conducta de él la controlara. Aun así ella fue fuerte, fue valiente y llena de gracia.
Y lo más importante es que ella nunca perdió su fe en las promesas de Dios solo porque estaba viviendo con este hombre malvado, que para su conocimiento quizás nunca cambiaría y de hecho nunca cambió.
Como vemos, en la historia primero se nos presenta Nabal, luego David y enseguida Abigaíl. En el versículo 12 se nos habla sobre un hombre que era muy rico. Un hombre de negocios y de mucha influencia.
Al leer la historia (y veremos esto más ampliamente en las próximas sesiones), veremos que una de las cosas más obvias son algunas de las trampas o engaños de las riquezas. Estas cosas no tienen que ser verdad para toda la gente rica, pero usualmente lo son. Según los estándares del mundo, nosotras todas nos encontramos dentro de ese porcentaje de personas que somos consideradas como ricas. Así que estas son cualidades de las que tenemos que tener cuidado en nuestras propias vidas.
Las personas ricas pueden volverse espiritualmente independientes. Otras personas las necesitan, otras personas dependen de ellas, pero ellas creen no necesitar a nadie ni a nada.
Algunas veces es difícil para los demás ser honestos con las personas que son muy ricas según los estándares del mundo, hablando de bienes materiales. En el versículo 17 los sirvientes decían acerca de Nabal su amo, «no puedes hablar con él, pues no escucha a nadie».
Nadie puede hablar verdad con él. Él es poderoso y tiene influencia. Él es rico y las personas le temen. Nadie le dirá la verdad a él, nunca.
Todos necesitamos espejos en nuestra vida. Necesitamos gente honesta con nosotras, gente que nos ame lo suficiente para decirnos la verdad. Pero aquí tenemos a un hombre que, en parte por su fortuna, se ha colocado en una posición donde nadie puede ser honesto con él.
La gente tenía temor de decirle la verdad, porque creían que podían perder sus trabajos. ¿Qué pasaría si alguno de sus empleados se parara y le dijera, «Nabal estás equivocado; estás actuando como un necio»? «Quítenlo del medio».
Así que la gente le temía. Algunas veces cuando tienes muchas riquezas de acuerdo a los estándares del mundo, es fácil asumir lo peor de los demás, el suponer cosas negativas de otros, como vemos que hizo Nabal con David.
Proverbios 18:23 es un versículo que siempre me ha dado mucha convicción. Dice: «El pobre habla con ruegos». «El pobre habla con ruegos…», ellos apelan, ellos ruegan. «Pero el rico responde con dureza». Ellos pueden expresarse de la forma que quieran. Ellos son los dueños del mundo. Todo les pertenece. Tienen orgullo y arrogancia que algunas veces, aunque no siempre pero algunas veces, va acompañado de sus riquezas.
Y no solo era que Nabal era muy rico, sino que el versículo 3 nos dice que él era duro. Si usamos una versión antigua de la Escritura, es la palabra «churlish»… vemos una palabra que en el hebreo significa, «duro, inquebrantable, indomable, incontrolable». ¿Te puedes imaginar a este hombre? Es un hombre duro.
Abusa de las personas. Ofende con sus palabras. Es un bebedor y aquí lo vemos. Es un hombre malvado.
Existe ese tipo de hombres en este mundo, y algunas veces nos toca vivir con un necio. Puede ser en tu matrimonio, en tu lugar de trabajo, o en tu iglesia, o en alguna otra esfera de la vida. Y vemos en este estudio que hay una manera de tratar con ellos y una manera de no tratar con los necios en tu vida.
La Escritura nos dice que Nabal no solo era áspero, era verdaderamente malvado, tenía mal comportamiento. La Nueva Versión Internacional dice que él era «grosero y tosco en sus tratos». Probablemente obtuvo sus riquezas por medios ilícitos ya que era un hombre sin escrúpulos.
Y por la frase, «él era un calebita». Podríamos pensar que era descendiente de Caleb, quien fue un siervo piadoso de la tribu de Judá. Pero la palabra Caleb en hebreo significa «perro». Algunos comentaristas sugieren que, en lugar de ser un descendiente de Caleb, más bien era una adjetivo que se refería a su comportamiento.
Una de las versiones dice, «él era tan bravo como un perro». Su carácter se describe como lo hemos visto en el significado de su nombre Nabal, un necio.
Cuando vemos esta palabra «necio» en la Escritura, necesitamos recordar que un necio no es alguien que tiene una deficiencia mental. Sino que es alguien moralmente deficiente. Como lo dice el Salmo 14:1: «Dice el necio en su corazón no hay Dios». Es una persona que quiere vivir su vida como si no hubiera Dios. No tiene temor de Dios. No teme a los hombres, no le importa lo moral, ni le interesa lo espiritual. Y como resultado actúa de una manera necia, insensata, sin cuidado.
En Isaías 32:6 dice: «Pues el necio habla necedades, y su corazón se inclina hacia el mal, para practicar la impiedad y hablar falsedad contra el SEÑOR, para mantener con hambre al hambriento y para privar de bebida al sediento».
Aquí vemos que Nabal, el necio, llenó esa descripción al pie de la letra. Él le negó comida y agua a los hambrientos y sedientos. Él era un hombre necio, así que podemos ver que nuestro corazón determina nuestro carácter y nuestra conducta. Si tienes un corazón necio, actuarás neciamente. Tu carácter y tu conducta revelan tu corazón. Si actúas de una forma insensata y de una forma impía, eso revela que tienes un corazón necio.
Y a través de toda esta serie, será fácil para nosotras pensar en alguien que conocemos, al ir leyendo sobre la vida de Nabal. Pero quisiera que mientras examinamos este pasaje permitamos que Dios traiga la luz de Su Espíritu Santo y de Su Palabra a nuestros corazones y que nos preguntemos:
- ¿Será algo de esto cierto en mí?
- ¿Seré yo a veces imposible de tratar?
- ¿Será que la gente no es honesta conmigo porque estallo?
- ¿Soy arrogante, soy orgullosa, soy dura, áspera?
- ¿Siempre veo lo negativo en los demás y siempre supongo lo peor de ellos?
- ¿Respondo a otros con enojo, ira y no con gracia?
Si yo actúo de esa forma, si hablo de esa forma, eso dice algo acerca de la condición de mi corazón.
La Escritura dice que todos nacemos necios. Y que solo la gracia de Dios y el poder del evangelio de Cristo, puede transformar nuestros corazones y darnos un nuevo corazón y un corazón sabio.
Es por eso que necesitamos un trasplante de corazón. Essolo por la gracia de Dios que puede haber algo de bondad y de gracia o dulce en nosotras, en nuestros hogares y en nuestras relaciones. Es por eso que necesitamos desesperadamente de Su gracia. Separadas de la gracia de Dios todas seriamos como Nabal. Es por eso que desesperadamente necesitamos la gracia de Dios.
Carmen: Esta es Nancy DeMoss de Wolgemuth, recordándonos cuán necesitadas estamos de la gracia de Dios. Este mensaje es el primero de la serie titulada, «Abigail: Cómo vivir con personas difíciles en tu vida». Todas nosotras debemos aprender a dejar nuestra propia insensatez y aprender a amar a las personas con las que nos es difícil vivir.
La gracia de Dios es suficiente para alcanzarte y darte un nuevo corazón. Para ayudarte aplicar verdades como esta a tu vida, hemos desarrollado un folleto digital basado en esta serie de enseñanzas de Nancy. Sus más de 70 páginas te llevarán a la Escritura para encontrar maneras prácticas de aplicar la Palabra de Dios a tu vida. Obtén este folleto digital por una donación, en AvivaNuestrosCorazones.com.
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Trayéndote enseñanza práctica de la Palabra de Dios, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
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