Ellos necesitan tus oraciones
Débora: Aquí está Nancy DeMoss Wolgemuth con una pregunta que invita a la reflexión.
Nancy DeMoss Wolgemuth: El apóstol Pablo, quien fundó muchas de las primeras iglesias del Nuevo Testamento, necesitaba oración. Si él necesitaba oración, ¿crees que tu pastor puede pastorear con éxito sin tus oraciones?
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones conNancy DeMoss Wolgemuth, autora de ¡Vamos a la iglesia!, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 30 de marzo de 2023.
¿Cuándo fue la última vez que oraste por tu pastor? Hoy descubriremos por qué es tan importante hacerlo. También escucharemos a un miembro de la iglesia que llevó la oración por su pastor a un nivel completamente nuevo. Aquí está Nancy, continuando con la serie llamada Sigue a los líderes.
Nancy: Hoy quiero hablar sobre lo que creo que puede ser la forma más importante en la que puedes ministrar ánimo, gracia y …
Débora: Aquí está Nancy DeMoss Wolgemuth con una pregunta que invita a la reflexión.
Nancy DeMoss Wolgemuth: El apóstol Pablo, quien fundó muchas de las primeras iglesias del Nuevo Testamento, necesitaba oración. Si él necesitaba oración, ¿crees que tu pastor puede pastorear con éxito sin tus oraciones?
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones conNancy DeMoss Wolgemuth, autora de ¡Vamos a la iglesia!, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 30 de marzo de 2023.
¿Cuándo fue la última vez que oraste por tu pastor? Hoy descubriremos por qué es tan importante hacerlo. También escucharemos a un miembro de la iglesia que llevó la oración por su pastor a un nivel completamente nuevo. Aquí está Nancy, continuando con la serie llamada Sigue a los líderes.
Nancy: Hoy quiero hablar sobre lo que creo que puede ser la forma más importante en la que puedes ministrar ánimo, gracia y aprecio a tu pastor. Nos estamos enfocando en cómo podemos honrar a aquellos que nos guían espiritualmente, cómo podemos ser una bendición para ellos, cómo podemos fortalecer sus manos y apoyarlos y animarlos.
Deberíamos ser sus animadoras. Sus trabajos son duros. Liderar hoy el rebaño de Dios es un gran desafío. Tienen que tratar con personas de todos los niveles de madurez espiritual, inmadurez e incluso con personas perdidas. Ese es un trabajo duro. Una de las grandes alegrías de mi vida es animar a hombres de Dios que son pastores y líderes espirituales, fortalecer sus manos y desafiar a las mujeres que escuchan Aviva Nuestros Corazones a decir: «¿Cómo podemos ser un apoyo para estos hombres de Dios que guían espiritualmente el rebaño?»
Hemos estado hablando de las diferentes maneras en que podemos hacerlo, pero no creo que haya ninguna que sea más importante que la que veremos hoy. Hay cuatro palabras en 1 Tesalonicenses 5, versículo 25, que resumen este principio. El apóstol Pablo les dijo a los Tesalonicenses: «Hermanos, oren por nosotros». Oren por nosotros.
El apóstol Pablo, el que había tenido visiones indescriptibles del trono de Dios, el que recibió de Dios la responsabilidad y la inspiración de escribir una gran parte de nuestro Nuevo Testamento…el apóstol Pablo, quien fundó muchas de las iglesias del Nuevo Testamento, él necesitaba oración. Y si él necesitaba oración, ¿crees que tu pastor puede pastorear con éxito sin tus oraciones?
Pablo dijo: «Hermanos, oren por nosotros». Y esto se lee muchas veces en el Nuevo Testamento, especialmente en las epístolas. Hebreos capítulo 13, versículo 18, no sabemos quién es el autor, pero dice: «Oren por nosotros, pues confiamos en que tenemos una buena conciencia, deseando conducirnos honradamente en todo».
Nuestros pastores, nuestros líderes espirituales y sus familias necesitan nuestras oraciones. Ellos son humanos, son débiles y falibles, son un objetivo del enemigo. Experimentan algunas tentaciones con las que ni siquiera nos identificamos. Tienen pies de barro, tienen debilidades y puntos ciegos. Son humanos y necesitan nuestras oraciones.
Y mientras me preparaba para esta serie, hicimos una pequeña encuesta en nuestro sitio web a algunas de nuestras oyentes. Les hicimos preguntas sobre cómo animan y responden a sus pastores y líderes espirituales, y una de las preguntas fue acerca de la oración.
Me entristeció ver que el 42% de aquellos que respondieron, dijeron que rara vez oran específicamente por su pastor. El 45% dice que rara vez ora por los líderes de su iglesia. Debo decir que tuve convicción al leer esas estadísticas. Dios sacudió mi corazón al recordarme que no oro como debo por mis pastores y por mis líderes espirituales. ¿Es de extrañar que tengamos el tipo de problemas y asuntos que tenemos en nuestras iglesias si no somos personas de oración?
Así que cuando ores, primero ora agradeciendo a Dios por los líderes que ha puesto en tu vida. Agradece a Dios por estos hombres; agradece a Dios por sus familias; agradece a Dios por que ellos han respondido al llamado de Dios y han hecho sacrificios en muchos casos para pastorear el rebaño de Dios.
Luego ora fielmente por estos hombres que están en posiciones de liderazgo espiritual sobre tu vida. Toma la iniciativa para averiguar cómo puedes orar por tus líderes espirituales. Pregúntales cómo puedes orar por ellos. Pregúntale a la esposa de tu pastor: «¿Cómo puedo orar por ti esta semana?» Incluso podrías hacer esto regularmente, quizás semanalmente. Hay cosas que ellas no pueden compartir pero te aseguro que hay cosas que compartirán contigo.
Puedes decirle: «Pastor, hay un grupo de mujeres que quieren orar por usted y por su familia. ¿Quisiera enviarnos un correo electrónico una vez a la semana diciéndonos qué hay en su corazón por lo que podríamos orar? ¿Sobre qué va a predicar el próximo domingo? ¿Podemos orar por eso mientras prepara su mensaje?» Toma la iniciativa para saber cómo puedes orar.
Y no solo ores por ellos, ora con ellos.
Algunas veces he tenido el gran gozo de orar por líderes cristianos y sus esposas. Les pregunto: «¿Puedo tomar un momento para orar por ustedes como pareja? Quiero bendecirlos. Quiero orar por ustedes». Oro por la bendición de Dios, y por el aliento de Dios, la gracia, la sabiduría de Dios. Oro con ellos y oro por ellos para que sepan que mi corazón está ahí para llevarlos delante del trono de Dios.
Y déjenme decirles que es de gran estímulo para mí saber que las personas oran por mí, que las personas me levantan delante del Señor y me dicen que están orando y se detienen y dicen: «¿Puedo orar contigo?» Eso ministra mucha gracia a mi corazón. Me anima. Me desafía. Me hace darme cuenta de que no estoy sola en esta batalla. No solo tengo la gracia de Dios, sino que tengo otras personas que están en esta batalla conmigo. Necesito eso. Tu pastor necesita eso y los líderes espirituales de tu iglesia también lo necesitan.
Y te voy a sugerir algunas maneras en las que puedes orar por tu pastor. No trates de escribir todo esto porque lo voy a decir rápidamente, pero estará en la transcripción de este episodio. También habrá otras cosas que vendrán a tu mente.
De hecho, una cosa que puedes hacer es orar por ellos de la manera que quisieras que oraran por ti. Cualquiera que sea tu necesidad, lo que sea por lo que estás pasando, lo más probable es que los que están en el liderazgo espiritual pasen por problemas similares.
¿Tienes algún problema en tu matrimonio? ¿Tú y tu pareja no se están comunicando muy bien en este momento? Ora por el matrimonio de tu pastor. Y quizás pienses: «Bueno, ellos nunca tienen problemas para comunicarse». Eso es lo que piensas. Pero los tienen. Hay momentos en que el pastor está tan ocupado, que la esposa siente que todos en la iglesia están recibiendo su tiempo menos ella. Ora para que tengan tiempo juntos como pareja para comunicarse. Ora para que los conflictos no se conviertan en una trampa o una barrera entre ellos, que sean rápidos en tratar los problemas en su matrimonio. De la misma manera en que tú debes apresurarte a tratar los problemas en tu matrimonio.
Ora por el caminar personal de tu pastor con Dios. Ora por su vida devocional, por su tiempo a solas con Dios.
Y yo sé que es algo por lo que necesito que oren por mí. Estoy estudiando todo el tiempo para hacer estos programas virtualmente, pero es fácil tomar atajos en mi adoración personal, oración y lectura devocional de la Palabra. Eso es algo que necesito y por lo que puedes orar por mí. Si llego al lugar donde solo estoy enseñando contenido de la Palabra de Dios pero no me encuentro con el Señor diariamente para escuchar de Él, para estar en Su presencia, tarde o temprano te darás cuenta porque la unción se habrá ido. La frescura se habrá ido. El corazón se habrá ido. Tendré el contenido de esta transmisión, pero no tendré la pasión ni el amor por Cristo. Así que oren por mí, pero oren también por sus líderes espirituales.
Ora para que amen a Dios con todo su corazón, toda su alma, todas sus fuerzas y con determinación; que amen a Dios más de lo que aman el ministerio. Y eso es algo por lo que yo necesito que oren por mí.
Ora por su carácter, por su persona, su integridad. Ora para que sean moralmente puros. Ora por protección contra la tentación moral. Tú dices: «Mi pastor no se deja tentar por pensamientos inmorales». Te garantizo que sí. No me importa qué tan piadoso sea, qué edad tenga, qué tan maduro sea. Te garantizo que si es hombre, tiene tentación moral. Está tentado a la lujuria, está tentado a pensar incorrectamente de las mujeres. Y te garantizo que se ha visto en situaciones en las que podría serle infiel a su esposa. Ora para que Dios guarde su corazón.
Muchos de estos hombres que han caído moralmente y tienen que salir del ministerio, hacen que me pregunte: ¿Estaban orando por ellos? ¿ Los estaban levantando delante del trono de Dios? ¿Cómo cayeron? ¿Se llenaron de orgullo? ¿Se sintieron tan abrumados por el desánimo que tuvieron que dejar el ministerio? ¿Quién estaba ahí fortaleciendo sus manos? ¿Quién estaba orando por ellos?
Y a veces me pregunto si no tenemos responsabilidad por estos hombres que caen y salen del ministerio. No digo que ellos no sean responsables. Lo son. Pero me pregunto si hemos creado un clima en el que fortalezcamos adecuadamente sus manos y los llevemos al trono de la gracia. «Hermanos, oren por nosotros», dijo Pablo.
Ora por su matrimonio. Ora por su esposa.Ora por su esposa. Es algo difícil estar en el ministerio y ver a tu esposo entregarse a favor de la congregación y de las personas, tarde en la noche y temprano en la mañana. Y luego, verlo traicionado por algunas de las mismas personas que trajo a Cristo o discipuló, o en las que derramó su vida. Es algo difícil para esa esposa ver a su esposo siendo criticado. Su tentación es tomar la ofensa. Ora para que ella pueda pasar por alto las ofensas. Dios le da a la esposa la gracia para lidiar con las ofensas de su esposo. Ella necesita gracia para confiarle su esposo al Señor. Oren por su esposa.
Ora por sus hijos, hijos que crecen en hogares ministeriales. He visto a algunos de esos niños crecer y amar el ministerio, pero he visto a otros niños crecer en hogares cristianos, que no quieren tener nada que ver con el ministerio. ¿A qué se expusieron? ¿Qué vieron? ¿Qué presiones vieron en su papá? ¿Qué vieron en el funcionamiento interno de la vida de la iglesia que los hizo querer alejarse lo más posible del ministerio? Ora por esos hijos, por el pastor y su esposa mientras pastorean a sus propios hijos.
Ora por la unción divina sobre su ministerio. Ora por la unción, por el poder del Espíritu Santo de Dios sobre él y su ministerio. Escucha, él puede estudiar 100 horas a la semana, pero no será nada, será paja y será inútil si la unción y el poder del Espíritu Santo no están sobre su ministerio. ¿Crees que la predicación de tu pastor no está ungida? ¿Estás orando por eso?
Ora para que tenga un corazón pastoral, que ame al pueblo de Dios. Ora mientras prepara los mensajes. Ora por su agenda. Ora para que no se deje llevar por el desánimo y el orgullo. Hay tantas cosas por las que puedes orar por tu pastor. Espero que aproveches estas sugerencias que hemos preparado para ti de formas en las que puedes orar por tu pastor.
Gardiner Spring fue pastor de una iglesia en la ciudad de Nueva York durante sesenta y tres años en los años 1800. Escribió un mensaje hace tantos años que creo que es profundo y profundamente necesario en nuestra generación. Y el mensaje se llama «Una súplica para orar por los pastores», y esta es una parte de lo que dijo:
«Que este pensamiento penetre profundamente en el corazón de cada iglesia, que su ministro sea un ministro tal como sus oraciones lo hagan ser…
Porque ¿quiénes y qué son los ministros? Hombres frágiles, falibles, hombres pecadores, expuestos a toda trampa, expuestos a toda forma de tentación. Y por el puesto que ocupan, son un blanco más fácil para los dardos de fuego del enemigo…
¡Cuán peligrosa es entonces la condición de aquel ministro, cuyo corazón no es animado, cuyas manos no son fortalecidas y que no es sostenido por las oraciones de su pueblo!
Es un costo terrible que a los ministros se les permita subir al púlpito sin ser precedidos, acompañados y seguidos por las oraciones fervientes de sus iglesias».
Déjame decirte que si vas a la iglesia y esperas obtener algo del mensaje de tu pastor el domingo por la mañana sin haberte detenido antes del servicio para orar por él, entonces no te sorprendas si no recibes una gran bendición. Ora.
Él dice: «No es de extrañar que el púlpito sea tan impotente y que los ministros se desanimen con tanta frecuencia cuando hay tan pocos para fortalecer sus manos. Cuando las iglesias dejen de orar por ministros, los ministros ya no serán una bendición para sus iglesias». Ora por los pastores. Ora por los líderes espirituales. Pablo lo dijo: «Hermanos, oren por nosotros».
Débora: ¡Vaya, qué recordatorio tan alentador de Nancy DeMoss Wolgemuth! No sé tú, pero yo necesito hacer un mejor trabajo orando por los líderes de mi iglesia. Te recordamos que puedes revisar la transcripción de este programa en avivanuestroscorazones.com o a través de la aplicación Aviva Nuestros Corazones. Además, muchos de los conceptos que Nancy ha estado compartiendo esta semana están en un libro que escribió llamado ¡Vamos a la iglesia! De hecho, una de las secciones de ese libro, es un desafío de 30 días para orar por tu pastor.
Para cerrar esta serie, vamos a retroceder en nuestros archivos a una conversación que Nancy tuvo con un pastor y dos miembros de su iglesia en el 2005. En un momento verás cómo se relaciona este concepto de oración para nuestros pastores. El pastor Bobby Moore se fue a casa para estar con el Señor en el 2010, pero este es un dulce testimonio de cómo el poder de la oración impacta no solo a la persona por la que se ora, sino también a los que hacen la oración. Escuchemos una parte de esta entrevista de Aviva Nuestros Corazones del 2005, y pidamos a Dios que crezca en nosotros un deseo de orar por nuestros pastores.
Nancy: Muchas gracias por acompañarnos hoy en Aviva Nuestros Corazones.
Bobby Moore: Estoy agradecido, Nancy, por tu amistad y por la relación que hemos tenido a lo largo de los años. Es un honor tratar de ser un estímulo para otros pastores hoy. Gracias por tenernos aquí.
Nancy: Bueno hoy también nos acompaña una pareja de su iglesia que son queridos amigos suyos y míos. Y queremos que compartan un poco de su historia y cómo sus corazones se han conectado con el suyo. Jerry y Susan, bienvenidos a Aviva Nuestros Corazones y gracias por acompañarnos hoy.
Susan Cherry: Gracias, Nancy, por recibirnos hoy. Estamos contentos de estar aquí.
Jerry Cherry: Gracias, Nancy.
Nancy: Jerry, hace varios años el Señor puso en tu corazón el convertirte en algo más que un hombre sentado en la silla escuchando a su pastor predicar. Cuéntanos cómo Dios comenzó a trabajar en tu corazón y cómo se desarrolló toda la carga por el ministerio de oración por un pastor.
Jerry: Bueno, Nancy, me cansé de ser solo un laico y también fui diácono en la iglesia, y serví y amé a mi pastor todos esos años…hasta hace nueve años. Comencé a preguntarle al Señor cómo podía usarme de otra manera.
Mi esposa Susan tiene una voz maravillosa para el Señor y le gusta cantar en sus avivamientos. Empecé a preguntarle al Señor, a los cincuenta años, sobre cómo me podría usar en mis últimos años. Quería estar seguro y «quemarme, no oxidarme», como dice algún refrán. Así que comencé a orar y ayunar preguntándole al Señor sobre cómo podía usarme para edificar mi iglesia, para edificar Su reino.
A través de la oración y el ayuno durante unos veintisiete días… Era la primera vez que ayunaba. Dios me guió a eso. El pastor le había pedido a un hombre querido que viniera a hacer un ministerio de oración un fin de semana. Susan y yo asistimos. Noté que cada vez que usaba los nombres de Jesús, las lágrimas brotaban de sus ojos. Supe que él tenía algo diferente de lo que yo tenía. Así que llevamos a esa pareja a casa esa noche, junto con el hermano Bobby y su esposa Joyce, y comimos con ellos. Después de almorzar fuimos al estudio, y ellos empezaron a orar por nosotros. Este querido hermano se arrodilló sobre mí y comenzó a orar, y pude sentir sus cálidas lágrimas caer sobre mi espalda.
Después de que se fueron, Susan y yo nos sentamos en nuestro dormitorio. Ella me preguntó qué me pasaba. Y Nancy, por años he tenido un tiempo devocional de manera fiel. Lo hacía todas las mañanas, pasando una hora con el Señor. Y miré a mi esposa y le dije: «Cariño, ni siquiera sé cómo orar».
Así que dije, «por la gracia de Dios voy a aprender cómo hacerlo». Así que durante ese fin de semana, mientras llevábamos a Bill y Mary Ann de regreso al aeropuerto, Dios habló a mi corazón en el camino a casa y me llamó al ministerio de compañeros de oración. Esa noche anuncié a la iglesia que creía que Dios me estaba guiando a iniciar un grupo de oración de hombres y a orar por nuestro pastor. La semana siguiente llamé a unos setenta hombres que estaban en esa reunión de oración, y cincuenta y seis hombres dijeron: «Hermano Jerry, iremos con usted».
Así que comenzamos un ministerio de compañeros de oración por nuestro pastor. Cada vez que él predica en nuestra iglesia, el domingo por la mañana y el domingo por la noche, hay un grupo de diez a doce hombres orando debajo del área del púlpito donde ubicamos nuestra sala de oración.
Durante los primeros cuatro o cinco años tratamos solo con hombres, porque sabía que los hombres retrocederían y dejarían que las mujeres hicieran las cosas que Dios les había llamado a hacer. Durante los primeros cinco años, creo que así fue, tratamos solo con hombres, orando por nuestro pastor y orando por los servicios.
Nancy: Entonces, ¿muchos de esos hombres se sintieron como tú, que realmente no sabían cómo orar hasta ese momento?
Jerry: Algunos hombres me decían: «Hermano Jerry, nunca he orado en voz alta». Así que mezclé a los jóvenes con los mayores para que los mayores pudieran obtener el vigor de los jóvenes y los jóvenes pudieran obtener la sabiduría de los ancianos. Después de haber orado probablemente unas cuatro o cinco veces allí, comenzaron a aprender a orar, y ahora oran ante toda la iglesia por las ofrendas.
Nancy, he visto nuestra iglesia quebrantada cuando esos hombres pasan una hora y media con el Señor, y luego salen y comienzan a orar. No es solo la oración normal, «bendice la dádiva y al dador». ¡Ellos se agarran de Dios! Han estado con Dios durante una hora y media, suplicando por su pastor, suplicando por los servicios, orando por nombre por las personas que saben que pueden estar perdidas o frías o indiferentes en los servicios. Literalmente ha cambiado nuestra iglesia estos nueve años que hemos estado haciendo esto.
Nancy: Susan, ¿qué ha significado para ti tener un esposo que asume el liderazgo al orar de esta manera?
Susan: Significa todo para mí.
Nancy: Hermano Bobby, ¿al principio vino Jerry y le dijo que tenía esta carga por la oración?
Bobby: Bueno, después de la conferencia de oración, compartió conmigo lo que quería hacer. Yo había intentado hacer un grupo de oración de hombres. De hecho, iba a la iglesia los sábados por la noche y oraba solo e invitaba a los hombres de la iglesia a venir. Durante un período de meses vinieron muy pocos hombres.
Así que me levanté y dije que había venido los sábados por la noche a orar y no iba a hacerlo más. Iba a quedarme en casa y orar. Me desanimé un poco por eso. Probablemente no debí haberlo dicho de esa manera, pero lo hice.
Cuando Dios se movió en el corazón de Jerry, parecía ser el momento adecuado. El hecho de que yo había estado tratando de hacer algo y no pude, y sin embargo, Dios lo levantó a él…el Señor realmente nos bendijo a través de su sumisión y entrega para dirigir ese ministerio.
Así que compartió conmigo lo que quería hacer y cómo él y Susan querían orar por mí. Me pidieron que escribiera mis necesidades, y escribí un montón de cosas y se las di. Comenzaron a orar y todavía oran fielmente por todas esas necesidades y muchas otras más desde entonces.
Nancy: Así que esto no era solo una cuestión de que la gente orara durante los servicios; se trata de que una pareja te lleve en su corazón y te levante constantemente al trono de Dios en oración.
Bobby: Bueno, por supuesto, Jerry nunca diría nada al respecto, pero lo hace todos los días, todas las mañanas, no solo por mí sino por todo el personal de nuestra iglesia, por sus esposas, sus hijos, sus nietos.
Nancy: Y no solo el personal de su iglesia. Sé que él y Susan oran por el personal de nuestro ministerio y saben los nombres de los hijos y nietos de nuestro personal, algunos de esos nombres mejor que yo porque llevan esa carga en oración.
Bobby: Sabes, Dios les ha dado a él y a Susan esta carga. Creo que primero se la dio a Jerry, y luego creo que Susan recibió la carga por la influencia y el poder de un esposo que ora. Ambos están vitalmente involucrados en el ministerio de oración, no solo de nuestra iglesia, sino que Dios los ha usado en lugares de toda esta tierra para ir y animar a las iglesias a orar por sus pastores y orar por su iglesia.
A menudo lo dejo ir a predicar a una iglesia antes de que yo vaya. Cuando llego allí, algunos de ellos dirán que no es necesario que esté ahí. Dios lo ha usado como laico. Es algo tan impresionante para la gente de la congregación ver a un hombre que comúnmente se sienta a recibir de la Palabra de Dios, pero que tiene tal corazón para Dios y tal corazón para la oración.
Nancy: Hermano Jerry, ¿ese corazón creció y se desarrolló por la oración, o simplemente apareció de repente?
Jerry: Bueno, tendría que decir, Nancy, que ha aumentado a lo largo de estos años; pero por alguna razón el Señor cargó mi corazón por mi pastor para orar más y no solamente durante el servicio y hacer que estos hombres lo hicieran. Comencé a darme cuenta inmediatamente de cómo nuestros pastores necesitan oración.
Los ponemos en un pedestal. No creo que un pastor se ponga a sí mismo en un pedestal, pero la congregación los pone en alto, pero ellos están necesitados como nosotros; y comencé a darme cuenta de eso casi de inmediato. Fui con mi pastor creo que dos días después de que Dios puso esto en mi corazón y le dije lo que quería hacer. Me dio diecisiete peticiones de oración por las que podía empezar a orar, y más de cien versículos de las Escrituras que acompañaban a estas diecisiete peticiones de oración. Mi esposa los escribió y comenzamos a orar por el hermano Bobby de inmediato.
No solo se requiere que estos hombres oren una vez al mes durante el servicio. Pero se les pide orar por su pastor todos los días; por ellos y sus esposas. Dios entrelazó mi corazón con el corazón del hermano Bobby, al igual que en 1 Samuel capítulo 18, donde los corazones de Jonatan y David se unieron.
Me convertí en un Jonatán para mi pastor, porque Jonatán se quitó la túnica, dejó su espada y su escudo, dejó su lanza. Fui a mi pastor y dejé todo lo que tengo. Él puede tener todo lo que tengo, lo que sea una posesión en esta tierra.
Cuando voy a las iglesias, trato de enseñar a las personas, la gran responsabilidad que tienen de orar por su pastor. No solo de orar por él, sino de asegurarse que sus necesidades sean satisfechas financieramente y físicamente si es posible. No solo oramos por nuestro pastor, nos aseguramos de que sus necesidades sean atendidas. Su carro, hay un hermano precioso que lava su vehículo. Otro corta el césped de su jardín. Otros se aseguran de que se satisfagan sus necesidades.
Así que el ministerio de oración ha reunido a un grupo de hombres que ven que su pastor es como ellos.
Descubrí que Satanás obtiene más si puede destruir a un pastor. Si puede hacer que un pastor caiga, hace que una comunidad tarde en recuperarse varios años. Dios no permita que un hombre o un diácono u otros hombres de la iglesia caigan. Pero si es un pastor, la comunidad sufre más daño.
He comenzado a orar por el hermano Bobby a diario. La gente me pregunta: «Hermano Jerry, ¿cómo es que usted ora casi una hora al día por su pastor?» Tengo esa lista de diecisiete solicitudes. Tiene trece nietos, y eso toma un tiempo para recorrerlo; y luego por su preciosa esposa y otras necesidades que él tiene. Así que, el amar profundamente a mi pastor es como leer Éxodo, en el tiempo que los brazos de Moisés necesitaban ser levantados y él necesitaba un Hur. Entonces Aarón y Hur levantaron sus brazos en la batalla. Nuestros pastores están cansados.
Creo que el lunes es probablemente el día en que son más atacados, después de un maravilloso día con el Señor el domingo predicando dos mensajes; así que son más vulnerables el lunes. De modo que el lunes es el momento en que nuestro pastor viene a mi oficina. Tengo un grupo de empresarios de nuestra iglesia y otro de nuestro personal que se reúnen todos los lunes por la mañana de 6:00 AM a 8:00 AM para orar por nuestro pastor y nuestro personal durante ese tiempo.
Débora: Bueno, creo que es un ejemplo muy alentador. Hemos estado escuchando una conversación que se grabó en 2005 entre Nancy (que en ese momento era Nancy Leigh DeMoss), Jerry y Susan Cherry, y su pastor, el difunto Dr. Bobby Moore.
Realmente no se trata de la cantidad de tiempo que dedicas a orar por tus líderes, sino del corazón que hay detrás de ello. Espero que hayas sido desafiada a ser más constante en orar por su pastor, su familia y otros líderes en tu iglesia.
Ahora, cerremos en oración. Aquí está Nancy.
Nancy: Padre, en este momento queremos elevar nuestros corazones a ti en nombre de nuestros pastores, nuestros líderes espirituales. Gracias, Señor, por estos hombres de Dios que sirven al rebaño de Dios, que siguieron Tu llamado, aquellos que en este momento están en su estudio preparándose para ministrar la Palabra de Dios a Tu rebaño.
Oramos por Tu bendición sobre ellos, Señor. Oramos que los cubras, Oramos por Tu protección sobre ellos. Rodéalos con Tu favor. Oh Dios, oro para que sean hombres de Dios, hombres piadosos que sean apasionados en su amor por Ti, que enciendas en sus corazones un amor por Ti y un amor por el rebaño. Oro para que sean hombres de pureza, que sean hombres de carácter prudente, sabios, sobrios, que sean hombres de sana doctrina. Oro para que les des sabiduría en las situaciones con las que están lidiando, que muchas veces son duras. Situaciones de consejería en las que pueden estar involucrados hoy; ellos necesitan Tu sabiduría, Señor.
Oro por Tu protección sobre ellos. Protégelos del orgullo. Protégelos del desánimo. Protégelos de los dardos de fuego del maligno. Oro por Tu protección sobre sus matrimonios, sobre sus esposas e hijos. Señor, que estos hombres sean ungidos y fieles servidores tuyos y de Tu pueblo.
Señor, ayúdanos a levantar las manos de estos hombres, de sus familias, y de los líderes espirituales. No solo los de nuestras propias iglesias, sino también los de todo el mundo. Oro por nuestros pastores, por los maestros de la Biblia, por los que tienen ministerios de radio y televisión, por los que tienen ministerios de diferentes tipos. Señor, danos pastores y líderes piadosos y fieles. Ayúdanos a animarlos a ser aquello que tú los has llamado a ser por lo cual oramos en Tu nombre.
Gracias, Señor, por lo que estás haciendo a través de estos hombres. Bendice y toca nuestras vidas y ayúdanos a bendecirlos y animarlos con nuestras fieles oraciones. Oro en el nombre de Jesús, amén.
Débora: Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth nos hace un llamado a la libertad, plenitud y abundancia en Cristo.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
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