El verdadero valor de tu hogar
Carmen Espaillat: Aun cuando el trabajo de la mamá parece pasar desapercibido, sigue siendo increíblemente valioso, de acuerdo a Nancy Leigh DeMoss.
Nancy Leigh DeMoss : Cuando cocinas comidas nutritivas y sabrosas para tu familia, estás señalando hacia Aquel que alimenta al hambriento y que satisface a las almas sedientas con Él mismo. Tú les estás llevando a tener apetito de Él.
Y cuando haces el esfuerzo y te tomas el tiempo para que tu esposo y tus hijos tengan ropa limpia que les sirva, estás señalando hacia Aquel que nos viste con Su justicia.
Carmen: Esto es Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.
La lista de supermercado, los roperos organizados, la delegación de tareas—¿existe algún valor espiritual en estas tareas prácticas? Exploraremos esta pregunta mientras Nancy continúa en la serie El hermoso diseño de Dios para la muje r.
Nancy: Ayer …
Carmen Espaillat: Aun cuando el trabajo de la mamá parece pasar desapercibido, sigue siendo increíblemente valioso, de acuerdo a Nancy Leigh DeMoss.
Nancy Leigh DeMoss : Cuando cocinas comidas nutritivas y sabrosas para tu familia, estás señalando hacia Aquel que alimenta al hambriento y que satisface a las almas sedientas con Él mismo. Tú les estás llevando a tener apetito de Él.
Y cuando haces el esfuerzo y te tomas el tiempo para que tu esposo y tus hijos tengan ropa limpia que les sirva, estás señalando hacia Aquel que nos viste con Su justicia.
Carmen: Esto es Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.
La lista de supermercado, los roperos organizados, la delegación de tareas—¿existe algún valor espiritual en estas tareas prácticas? Exploraremos esta pregunta mientras Nancy continúa en la serie El hermoso diseño de Dios para la muje r.
Nancy: Ayer pasé el día en mi estudio preparándome para las grabaciones de hoy. Tengo dos amigas que viven en el área que estaban orando por mí y querían animarme de alguna forma.
Ellas se juntaron y decidieron bendecirme de una forma muy especial. Una hizo una sopa de vegetales y una linda ensalada y la otra me lo trajo a mi casa, junto con un mantel y centro de mesa muy bonito, se quedó por unos minutos y me alentó con su presencia, con el almuerzo y con los bonitos detalles.
Fue un dulce estímulo en medio de lo que hubiera sido un día muy enfocado en estudiar y prepararme. Pensé, como suelo hacerlo, “Soy muy bendecida al tener amigas como éstas que ministran a mi vida en estas formas tan prácticas”. Qué gran reflejo es este del tipo de amor y actitud del corazón de Cristo.
Le dije más tarde en un correo electrónico a una de estas mujeres, “Tú eres justo como la mujer de Proverbios 31 y de Tito 2 envuelta en un solo paquete”. Estoy tan agradecida al Señor por poner a mujeres como éstas en mi vida, que ejemplifican las virtudes de la domesticidad, de las cuales hemos estado hablando en esta serie.
Ahora bien, hay algunas personas que se estarán preguntando, “Y ¿qué significa esa palabra?” Está relacionada a doméstico, algo centrado en el hogar; tener el corazón en el hogar.
Muchos hoy día no tienen ni idea de lo que significa esta palabra. No es una palabra común en nuestro idioma. Sin embargo es una parte vital de nuestra fe, no solo la palabra, pero lo que representa, el concepto.
Y déjenme volver a Tito 2 y leer otra vez los tres versículos que hemos estado viendo bajo un microscopio durante esta serie, comenzando con el versículo 3. “Las ancianas enseñen lo bueno”. Y entonces los versículos 4-5: “que enseñen a las jóvenes a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos, a ser prudentes, puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a sus maridos, para que la Palabra de Dios no sea blasfemada”.
Trabajando en la casa—si tienen otra versión de Biblia probablemente tendrán otras palabras en ese versículo. Cada traducción lo maneja algo diferente. Mi traducción dice, “trabajando en el hogar”. La Biblia de las Américas dice, “hacendosas en el hogar”. La Nueva Versión Internacional dice “cuidadosas en el hogar” y la Reina Valera Antigua dice, “que tengan cuidado de la casa”. Cuidadoras del hogar, hacedoras del hogar.
Una de las razones por la que tenemos tantas traducciones diferentes para esta simple palabra en el lenguaje original es porque hay una discrepancia en cuál es la palabra en el griego original. Hay dos palabras muy similares, con una sílaba de diferencia entre ambas y son ambas palabras muy raras. Esta es la única ocasión en que esta palabra es utilizada en el Nuevo Testamento por lo que no se puede comparar con otras partes de la Escritura para saber qué significa.
Y no trataré de darles todo el trasfondo griego de estas palabras, pero ambas son palabras compuestas. La primera parte de esta palabra es la palabra para hogar o casa. Es la palabra oichos. Estas dos palabras: casa y hogar, empiezan con oichos.
Vemos esta palabra oichos combinada con una segunda palabra que significa “trabajo”. De manera que es trabajo del hogar, quehaceres del hogar o trabajo en el hogar. La otra palabra que se usa en otros manuscritos diferentes combina “casa” con “guardián” o “guardia”. Entonces es guardia del hogar—trabajadora del hogar o guardadora del hogar.
La versión Reina Valera está basada en este segundo uso de la palabra, guardadora del hogar, doméstico, guardadoras de la casa, encargándose de los asuntos del hogar.
Afortunadamente en la providencia de Dios, realmente no importa cuál de estas dos palabras sea en el griego original porque ambas expresan el corazón de Dios para las mujeres, trabajando en casa, guardando la casa. Ambas nos muestran algunos aspectos importantes en nuestro rol como mujeres.
Cualquiera de estas palabras tiene que ver con ser devotas a sus hogares, teniendo un corazón por su hogar, teniendo una inclinación hacia lo doméstico. Un diccionario bíblico dice, “Es un manejo eficiente de las responsabilidades del hogar”. Esto tiene que ver con el concepto de una mujer que no es una holgazana en su casa, sino que está activamente envuelta en la vida de su casa y en los deberes del hogar.
Inmediatamente nos llevamos el sentido completo de lo que es una mujer que trabaja en el hogar, de ser una guardadora del hogar; nos damos cuenta de que, primeramente, es un concepto que cada vez es más extraño a nuestra cultura. Segundo, es muy controversial porque durante los últimos 50 años o más se ha hecho un esfuerzo concertado de sacar a las mujeres de sus hogares y de decir que lo que las mujeres hacen dentro del hogar no es tan significativo como lo que hacen fuera del hogar, en términos de su dignidad, de su valor, su significado, y de su contribución a la sociedad.
De manera que se ha dado, así como con todas estas virtudes, un esfuerzo concertado que creo ha sido motivado por el principal enemigo, Satanás mismo, de guiarnos por un camino totalmente contrario al camino de Dios para las mujeres. Pero si queremos tener mentes sanas, como ya hablamos durante esta serie, necesitamos estar dispuestas a caminar en una senda centrada en Dios y dirigida por la palabra, en vez de por la cultura.
Aquellos que tienen problemas con el concepto de domesticidad o de ser ama de casa, de ser trabajadoras en el hogar, pueden sugerir que esto es degradante para la mujer, esto de que Pablo esté diciendo que el lugar de la mujer es en el hogar. Pueden preguntarse: “¿Era Pablo machista?”
¿Está él diciendo que debemos de mantener a las mujeres en la cocina, descalzas y embarazadas?
Y no soy una persona conflictiva, por lo que no estoy engendrando más debate. Pero estoy inalterablemente comprometida con la autoridad de las Escrituras y es ahí en donde tenemos que basar nuestras vidas. Quiero que exploremos durante los próximos días en qué consiste este concepto de trabajar en casa y por qué es importante.
A través del libro de Tito vemos cómo la vida de los creyentes están supuestas a estar en marcado contraste de las vidas de aquellos que no creen. Nuestras vidas están supuestas a destacarse con respecto al resto de la cultura. Nadando contra la corriente como los salmones.
Entonces, ¿hacia dónde va la corriente? Nuestra cultura está caracterizada por cosas como la violencia, la promiscuidad sexual, la ambición, la mentira, la glotonería, el libertinaje, borracheras la rebelión, el odio… Y de paso, todas estas cosas las podemos leer en el libro de Tito.
El mundo está supuesto a mirar a la iglesia y ver una diferencia masiva. Estamos supuestos a ser caracterizados justamente por lo opuesto a estas cosas—estamos supuestos a estar caracterizados por el amor, la mansedumbre, la pureza, el dominio propio, la veracidad, la sumisión, las relaciones familiares bien fundamentadas.
Una de las cosas que debe caracterizar a la mujer cristiana es un corazón por su hogar. Esta es una virtud importante para las mujeres de toda era, empezando desde cuando la Escritura fue escrita. Pero creo que especialmente hoy, en nuestra generación, es crucial revelar el corazón del Evangelio.
En el siglo 21, por varias razones, las mujeres por lo general pasan el tiempo en actividades y búsquedas mayormente fuera del hogar. La realidad es que en el mejor de los casos, el hogar o casa no es más que una estructura física en donde las personas estacionan sus cuerpos en la noche, y el resto del tiempo la mayoría de la gente suele estar corriendo en cientos de direcciones diferentes, en el mejor de los casos.
En el peor de los casos, los hogares, que así se hacen llamar, y más importante, las personas que en ellos habitan, muestran signos de negligencia y desorganización absoluta. Y entonces en otro extremo tenemos personas que hacen un ídolo de sus hogares, tienen hogares ambientados por diseñadores que pueden estar en la portada de una revista pero que en muchos casos contienen familias fracturadas con relaciones rotas.
No se puede separar el trabajo del hogar, o el guardar el hogar, de la parte espiritual de tu vida. Susan Hunt tiene un libro maravilloso que se llama “ La mujer verdadera” y ella cuenta allí una historia que creo que vale la pena compartir.
Ella dice,
Una amiga estaba discipulando a una joven mujer que tenía un gran desorden en su vida. Ellas trabajaron a través de un estudio bíblico sobre cómo cultivar las disciplinas, a través de oración y memorización de las Escrituras. Entonces un día mi amiga le dijo, 'Ahora tenemos que hacer algo con tu casa'.
Y la joven mujer estaba sorprendida. 'Esto no importa. Mi esposo es tan desorganizado como yo. Ninguno de los dos seríamos felices sin nuestros regueros y los chicos pensarían que están en la casa equivocada.'
Pero mi amiga persistió y el domingo su esposo habló con mi amiga y le aseguró que él estaba bastante feliz y que realmente prefería las cosas como estaban. Mi amiga siguió persistiendo. 'Este es un aspecto de tu discipulado', le dijo.
Entonces mi amiga reunió las tropas para ayudar a esta joven mujer. Una mujer de la iglesia que tenía habilidades para organizar, pasó un día ayudando a organizar sus roperos y gabinetes.
Otra le enseñó cómo planificar almuerzos y a hacer las compras con una lista. Otra le enseñó cómo limpiar y delegar las tareas del hogar entre sus hijos. Entonces otra mujer le ayudó a decorar su casa y la transformación fue notable.
A propósito, antes de continuar con esta historia, pueden ver la ilustración de las mujeres mayores enseñándoles a las más jóvenes y aprendiendo todo esto en un contexto de una comunidad de fe.
Uno no se casa y sabes todas estas cosas. Tú no cumples 21 y automáticamente aprendes todas estas cosas. No las adquieres por ósmosis. Viene, mayormente al pasarla de una vida a otra. Claro, puedes leer libros y usar otros recursos que hay hoy en día, pero la mejor forma de aprender acerca de estas cualidades descritas en Tito 2 es pasándola de una vida a otra, de una amiga a otra amiga.
No es sentada en un salón de clases como estamos hoy. Así no es que se hacen la mayoría de los discipulados. No te voy a hacer una buena ama de casa por sentarte y escucharme hoy. La forma en que nos hacemos buenas amas de casa es compartiendo en las casas y vidas de unas y otras, y ayudándonos de forma práctica con estas habilidades .
Susan Hunt sigue diciendo,
Varias semanas después el joven esposo se acercó a mi amiga. Él le dijo, 'No creía que importara mucho pero si importa. Ahora estoy deseoso de llegar a casa. Nuestro hogar se ha vuelto un refugio del caos del mundo. Y lo más increíble es que me siento más cerca de mi esposa y la aprecio más de lo que jamás imaginé.
Estamos hablando aquí de construir vidas. No estamos hablando de construir casas que puedan estar en la portada de una revista. Estamos hablando de hogares que puedan reflejar la gloria de Dios, la belleza de Cristo, y que sean refugios e invernaderos y lugares en donde la vida puede ser cultivada y las personas pueden crecer y asemejarse a Cristo, y el Evangelio puede ser manifestado.
Pero vamos a regresar a Tito 2. Esta mujer está trabajando en el hogar, las mujeres mayores deben de enseñar a las más jóvenes a trabajar en el hogar. Entonces, ¿qué deben de estar aprendiendo a hacer las mujeres más jóvenes? A trabajar, trabajar, trabajar.
A veces me preguntan, “¿Crees que existen esposas que son amas de casas o las mamás a tiempo completo?” Mi respuesta es, “Absolutamente”. Esta mujer descrita en Tito 2 es una trabajadora. Ella trabaja duro. Ella no es holgazana. Ella es diligente. Ella es productiva. Ella está trabajando duro.
Cuando hablamos de trabajar en casa, esto no necesariamente significa que tiene que moler su propio trigo o hacer su propio pan. No significa necesariamente que tienes un sótano lleno de frutas y vegetales que has cultivado y enlatado tu misma.
No significa que necesariamente le hagas una manta a cada uno de tus hijos o de tus nietos. No significa que tengas que hacer tu propia ropa y la de tus hijos o que pintes las paredes de sus habitaciones. Aunque si disfrutas hacer estas cosas y estas son cosas que te ministran y bendicen a tu familia, ¡excelente!
Lo que sí significa —trabajar en casa— es que estás dedicada a manejar tu casa para satisfacer las necesidades de tu familia. Entonces esta mujer está trabajando. ¿Dónde trabaja? ¿Dónde queda su trabajo? Es en el hogar. Ella trabaja en el hogar.
Esto no significa que nunca deja su casa . Significa que primariamente el punto de partida de su esfuerzo, su productividad, su contribución es su casa, su casa es su primera esfera de influencia y esfuerzo.
Y esto habla de sus prioridades, de lo que le importa, acerca del foco de su atención. Quiero señalar brevemente que al decir que trabajamos en el hogar, no estamos diciendo que necesariamente no se puedan hacer otras actividades fuera de este o incluso trabajar fuera del hogar.
De hecho, tenemos que tener cuidado de no decir lo que la Escritura misma no dice o de imponerles a otros aplicaciones de las Escrituras que el Señor nos haya dado para nuestras propias vidas . Necesitamos darnos cuenta de que cada uno de estos principios, incluyendo el de trabajar en la casa, puede verse diferente para cada mujer, dependiendo la etapa en que estén sus vidas.
Tenemos entre nosotras hoy mujeres solteras. Tenemos algunas que están recién casadas y no tienen hijos. También tenemos mujeres cuyos hijos ya son adultos, mujeres con varios hijos pequeños o adolescentes. Hay etapas en los que una mujer puede tener mayores compromisos fuera del hogar sin ser negligentes con sus prioridades en la casa.
Es por esto que tienes que saber en qué estación de tu vida estás y cómo Dios te está guiando a trabajar con este principio de ser ama de casa, durante esta etapa específica de tu vida.
Carolyn Mahaney escribió un libro excelente que se llama “Feminine Appeal” (“Atractivo Femenino”). Es un libro basado en las cualidades del capítulo 2 de Tito. En este libro ella anima a las mujeres a tomar en consideración el impacto que tendrá sobre su hogar y su familia, el aceptar cualquier oportunidad que reciban de trabajar fuera, además de evaluar la motivación de sus corazones. A evaluar sus motivaciones.
¿Por qué quieren realizar esta actividad en particular o tomar este trabajo o involucrarse en esta búsqueda? Hacerse preguntas como estas:
● ¿Cuáles son mis razones para considerar esta oportunidad?
● ¿Son egoístas u honran a Dios?
● ¿El perseguir esta empresa glorifica a Dios y honra el Evangelio?
● ¿Es esta una empresa que ayudará a mi esposo?
Ella vuelve repetidamente a este punto en este libro, que una esposa necesita preguntarse continuamente, “¿Esto ayudará a mi esposo?” Recordarse que para esto fue que Dios la creó, para ser una ayuda adecuada para complementar a su esposo. Entonces ella anima a las mujeres a preguntarse:
● ¿Ayudará esto a mi esposo?
● ¿Mejorará y enriquecerá esto la vida de mi familia?
● ¿Esta empresa obstaculizará mi rol como cuidadora de mi hogar?
Entonces el ser ama de casa, ser una trabajadora en el hogar, es un llamado a hacer del hogar nuestra prioridad. Es un llamado para toda mujer, ya sea casada o soltera, joven o vieja, en cada estación de su vida.
Déjenme hacer un paréntesis aquí, mujeres solteras, no se pierdan la oportunidad de cultivar la virtud de la domesticidad. No pierdan la oportunidad en sus hogares, donde sea que estos estén, de servir, de bendecir, de animar a la familia de Dios y a compartir a Cristo.
Incluso mientras trabajaba en esta serie, recibí un mail de una amiga soltera que vive en un estado al que yo voy estar viajando en las próximas semanas. Ella me envió un correo electrónico. Es una mujer muy ocupada. Ella tiene un trabajo a tiempo completo y tiene más o menos mi edad.
Ella me dijo, “¿Puedes venir a visitarme? Me encantaría ofrecerte un almuerzo casero”. Solo el pensar en pasar una noche con ella compartiendo una cena casera era una bendición para mí. Espero poder agendarlo en mi calendario, y estoy contenta de que siendo ella una mujer soltera, esté pensando en cómo ser un ama de casa.
Esto es algo hermoso de ver en una mujer, pero creo que estarán de acuerdo conmigo en que es algo cada vez más raro de encontrar. He escuchado de muchas mujeres a través de los años de Aviva Nuestros Corazones, que dicen, “Mi mama no me enseñó eso”. Tal vez sus madres no hicieron estas cosas o simplemente lo hicieron sin tomarse el tiempo de enseñarles cómo hacerlo.
Por lo que esta es una de las enseñanzas que las mujeres mayores tienen que transmitir a las más jóvenes, de madres a hijas, para que las hijas puedan ser mujeres que sepan cómo ser guardadoras de sus hogares.
A través del ministerio de Aviva Nuestros Corazones, estamos siempre tratando de entrenar a las mujeres a reflejar la belleza y las maravillas de los caminos de nuestro Dios y su gran plan de redención.
Entonces mientras pensamos en esto de ser amas de casa, ¿cómo reflejamos la belleza y maravillas de los caminos de Dios y Su gran plan de redención cuando vivimos este mandato de ser trabajadoras en el hogar, guardadoras del hogar, guardianes del hogar, administradoras del hogar? ¿Cómo refleja esto el Evangelio y el corazón de Dios?
Ser amas de casa, guardadoras del hogar, refleja el corazón de Dios por la casa. Dios ama el hogar. Salmo 68:5-6 nos dicen, “Padre de los huérfanos y defensor de las viudas es Dios en su santa morada. Dios prepara un hogar para los solitarios; conduce a los cautivos a prosperidad; solo los rebeldes habitan en una tierra seca”.
Dios es un hacedor de hogares, y reflejamos Su corazón por el hogar cuando cultivamos hogares en donde las personas pueden crecer y ser alimentadas y nutridas.
Cuando traes orden al caos que hay en tu hogar o haces espacio para que esté iluminado y agradable, tú estás reflejando a Aquel que hizo el mundo cuando la tierra no tenía forma y estaba vacía y oscura a las personas en ese hogar. En cierto sentido estás encarnando al Dios Creador, dando a las personas una muestra de quién es Él.
Cuando cocinas comidas nutritivas, sabrosos almuerzos para tu familia, estás apuntando hacia Aquel que alimenta a los hambrientos y que satisface a los que tienen sed por Él. Estás fomentando un apetito por Él.
Y cuando tomas el tiempo y el esfuerzo de asegurarte de que tu esposo y tus hijos tengan ropa adecuada, estás apuntando hacia Aquel que nos viste con Su justicia.
Ves, cada aspecto de los quehaceres domésticos está hecho para reflejar ante el mundo alguna verdad espiritual eterna. Esto es lo que puede tomar lo mundano y tedioso y hacerlo un acto de adoración, una obra de arte, lo puede llevar a ser algo de gran profundidad espiritual.
Cuando aprendes a decorar tu hogar con gusto , le estás dando a tu familia y a las visitas un vistazo de Aquel cuya obra de arte está reflejada en la creación. Los cielos declaran la gloria de Dios y el firmamento muestra Su obra. Pienso en cómo Dios hacia esa obra.
Cuando haces trabajos manuales, cuando haces trabajos creativos, cuando decoras con buen gusto, estás despertando en las personas un hambre por Dios, quien es el supremo, decorador consumado.
Y cuando mantienes la casa limpia , ordenada, estás creando una atmósfera en donde tu familia puede apreciar el valor de estar espiritualmente limpio, limpio del pecado, y de tener vidas que están espiritualmente ordenadas. Estás enseñando, no solamente a estar limpio y ordenado porque esta no es la virtud suprema y eterna. Sino que mientras estás cuidando de tu hogar lo que realmente estás haciendo es creando un apetito por nuestro hogar final en el cielo.
Jesús dijo, “No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en mí. En la casa de mi padre hay muchas moradas…; porque voy a preparar un lugar para vosotros” (Juan 14:1-2, NIV). O sea que Jesús es un hacedor de hogares, es doméstico. Su propósito no es Su propio beneficio, “voy a preparar un lugar para vosotros.”
El solo pensar en que Jesús está preparando un lugar para nosotros en el cielo debe guardar nuestros corazones de la preocupación. Esto debe traernos paz mientras esperamos y anticipamos ese hogar eterno.
Por lo que nuestro objetivo último es nuestro hogar celestial eterno y nuestros hogares aquí en la tierra están supuestos a señalar a las personas hacia Cristo y a servir de pequeñas muestras de lo que será el cielo. Están supuestas a ser un reflejo del cielo aquí en la tierra, lugares en donde los corazones puedan ser alentados, no atormentados, en donde los corazones encuentren paz.
Mientras preparamos un lugar para nuestras familias, para aquellos que invitamos a nuestros hogares, les estamos demostrando la forma en que Cristo nos está sirviendo y preparando un lugar para nosotros en la casa de Su Padre.
Carmen: Es tan fácil permitir que los quehaceres del hogar se vuelvan tan mundanos. Nancy Leigh DeMoss nos ha estado dando un vistazo acerca del valor y la belleza de un hogar que refleja el carácter de Dios. Como escuchamos hoy, Tito capítulo 2 les muestra a las mujeres el valor que hay en trabajar en el hogar.
¿Cómo saber si debes trabajar a tiempo completo en el hogar en esta etapa de tu vida? Nancy nos dará algunas perspectivas sobre esto en el próximo programa. También podrás encontrar dirección al leer los recursos de nuestra página web: AvivaNuestrosCorazones.com. Esperamos que nos acompañes.
Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
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