El valor de la consistencia
Annamarie Sauter: Un árbol nos proporciona materiales valiosos, pero toma tiempo para que ese árbol crezca. Con nosotras Tom Elliff.
Tom Elliff: La madera tiene carácter. Se forma por la consistencia, año tras año, tras año: años secos, años húmedos, vientos fuertes, algunas enfermedades. La madera tiene carácter. Y nuestro carácter se reafirma por la consistencia.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Patricia de Saladín: La lectura bíblica para hoy en el Reto Mujer Verdadera 365 es Apocalipsis capítulos 13 al 16.
¡Estamos a punto de llegar al final de nuestra lectura tapa a tapa de la Biblia! Una mujer que ha sido bendecida a través de este reto escribió:
«Estoy muy contenta de seguir el Reto Mujer Verdadera y de ver cómo Dios ha trabajado en mi vida y en la de mis hijos. Estoy siguiendo el reto …
Annamarie Sauter: Un árbol nos proporciona materiales valiosos, pero toma tiempo para que ese árbol crezca. Con nosotras Tom Elliff.
Tom Elliff: La madera tiene carácter. Se forma por la consistencia, año tras año, tras año: años secos, años húmedos, vientos fuertes, algunas enfermedades. La madera tiene carácter. Y nuestro carácter se reafirma por la consistencia.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Patricia de Saladín: La lectura bíblica para hoy en el Reto Mujer Verdadera 365 es Apocalipsis capítulos 13 al 16.
¡Estamos a punto de llegar al final de nuestra lectura tapa a tapa de la Biblia! Una mujer que ha sido bendecida a través de este reto escribió:
«Estoy muy contenta de seguir el Reto Mujer Verdadera y de ver cómo Dios ha trabajado en mi vida y en la de mis hijos. Estoy siguiendo el reto con mis dos varones adolescentes de 13 y 14 años. Los tres hemos sido muy bendecidos ¡y estoy completamente sorprendida de cómo hemos podido conocer juntos al Señor! ¡Hay días en los que nos hemos quedado con ganas de más, de tan interesante que es este libro de Dios! Mis hijos disfrutan mucho de nuestras lecturas y eso es hermoso para mí. Le pido a Dios que este ministerio sea sustentado y respaldado por Cristo para que siga ayudando a más personas a amar la sana doctrina y la santa Palabra de Dios. Bendiciones».
Y otra mujer dijo:
«Gloria a nuestro Dios por ser tan bueno y por permitirnos encontrar esperanza y regocijo en medio de nuestros días y circunstancias, a través del testimonio de quién es Él, lo cual nos revela en Su Palabra—en las lecturas que nos han correspondido».
Amén. En medio de todo lo que hemos vivido a lo largo de este año, ha sido de gran bendición animarnos unas a otras en la lectura diaria de la Biblia. Y en la medida en que se acerca el final de este año 2020, queremos animarte a continuar corriendo fielmente la carrera de la fe.
Hoy escucharás la segunda parte del mensaje, Termina bien, del Dr. Tom Elliff. Él sirvió como pastor por unos 42 años y fue presidente de la Junta Internacional de Misiones en la Convención Bautista del Sur. Esta enseñanza se basa en la vida de Caleb, y Tom nos ha estado llevando a lo largo del capítulo 14 del libro de Josué, a partir del versículo 6. La primera vez que escuché este mensaje de Tom fui grandemente ministrada y espero que tú lo seas también.
Ayer estuvimos compartiendo contigo la primera parte de este, así que si te la perdiste encuéntrala en nuestro sitio web, AvivaNuestrosCorazones.com. Vimos el primer elemento para terminar bien y dos aspectos de este.
Dr. Tom Elliff: El primer elemento es el elemento del carácter. Aquello que es un asunto del corazón está relacionado al carácter. Alguien dijo que tu carácter es lo que eres en la oscuridad, lo que eres cuando nadie que conoces te está viendo o cuando crees que nadie te ve.
Tu carácter es «tu verdadero yo», es quien eres cuando estás de rodillas ante Dios. Eso es realmente quien eres. Ese es tu carácter. Tu carácter es, en realidad, forjado por tu conversión. Repito, tu carácter es forjado por tu conversión.
Conozco personas que han venido de lo peor de la sociedad que tienen un carácter excelente, y podrían decir que es porque han sido salvados. La Biblia dice, «las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas» (2 Corintios 5:17).
Segundo aspecto del carácter: tu carácter es formado por tus compañeros. Mi madre solía decir, «Tommy, escoge a tus amigos con mucho cuidado, porque ellos van a influir en gran medida en la persona que llegarás a ser».
Solía decirles a mis hijos que cada persona es producto de los libros que lee y los amigos que tiene —y ahora agrego— del Señor al que sirve y de la música que escucha. Creo que estas cuatro cosas son muy formativas en la vida de una persona. Creo que a veces olvidamos cuán importante es tener buenos amigos.
A veces me encuentro con personas que me dicen, «no tengo muchos buenos amigos» o «no tengo ninguno» o «no soy cercano a nadie». Y en verdad eso me entristece—me entristece. Yo tengo algunos buenos amigos y lo cierto es que esto requerirá que invirtamos en la vida de otras personas, de modo que podamos ser buenos amigos. Tus amigos influyen en quién te convertirás, somos el producto de su influencia. Somos formados por aquellos con quienes caminamos.
Patricia: Hoy retomamos el tercer aspecto. Escuchemos la segunda parte del mensaje del Dr, Tom Elliff, titulado, Termina bien.
Dr. Tom Elliff: Entonces, veamos el tercer aspecto del carácter. El carácter es afirmado por nuestra consistencia. Se vuelve firme al igual que los anillos sucesivos que se forman en el tronco de los árboles año tras año. Nuestro carácter es afirmado por la consistencia—hacer las elecciones correctas una y otra y otra vez.
A mi papá le encanta la madera. Ahora, a Bill también le encanta; la verdad es que a todos en mi familia nos gusta la madera. En mi familia es obligatorio que tengas un taller de carpintería—sea que tengas tiempo para estar allí o no. De hecho, si hay una reunión familiar, todos tienen que echarle un vistazo al taller en tu casa.
Alguien diría, «¿tendrás alguna súper doble abrazadera de esfera azul aquí?»
«No, no tengo eso»
«Bueno, ese será tu próximo regalo de Navidad»
Como les dije, mi papá ama la madera, entonces, cuando éramos niños nos enseñó: «Nunca compren muebles baratos». Nada le disgusta más a mi padre que los muebles baratos. Los detesta.
Él diría: «Sabes que vale la pena pagar el precio. Consigue buenos muebles».
Y nosotros diríamos: «Está bien, papá. Pero, ¿cómo distinguimos los muebles baratos de los muebles buenos?» Y esto es lo que él diría: «No compren nada que haya sido hecho de madera prensada». ¿Conocen ese compuesto? ¿Saben por qué dice eso? Porque el tablero prensado no tiene veta y se romperá en cualquier dirección.
¿Lo notas? La madera tiene carácter. Se forma por la consistencia año tras año, tras año: años secos, años húmedos, vientos fuertes, algunas enfermedades. Tiene carácter; y nuestro carácter es afirmado por la consistencia, haciendo las elecciones correctas una y otra y otra vez.
Por cierto, déjenme mencionar algo. Esto es un paréntesis, pero creo que será útil para nosotros. Cuando el carácter de una persona se forma, se afirma y se afianza; cuando eso sucede, no significa que esa persona no pueda verse afectada por los fuertes vientos de la vida; de hecho, se produce una inclinación que puedes considerar dañina.
Y probablemente todos los que estamos aquí hemos tenido amigos y quizá seres queridos que han sido considerados personas grandiosas y luego, un día, moral o espiritualmente, simplemente tomaron decisiones terribles. Aquí hay algo que he notado: si una persona ha pasado gran parte de su vida desarrollando su carácter positivamente, cuando llega a un momento como ese —por la gracia de Dios y luego que sana— ese carácter comienza a mostrarse nuevamente.
¿Cuántas veces has visto un pino que de repente está roto? Tiene una especie de arruga o protuberancia y está torcido. ¿Qué pasó? Y luego, de repente, vuelve a crecer.
Mi padre pasó por algo similar después de 43 años de matrimonio. A los 65 años tomó una decisión moral horrible y tuvo que enfrentar algunas luchas durante años. ¡Qué calamidad acarreó todo eso! ¿Pero sabes algo? Ya tiene más de 90 años y todos los domingos se para frente a unas 50 personas en un centro de retiro. Él ha guiado a muchos allí a Cristo. Es muy difícil que pase un mes sin que alguien allí conozca a Jesús.
Él sabe que no puede volver atrás y hacer ciertas cosas que pudo haber hecho antes de que la tragedia sucediera. Pero él aún puede hacer algunas cosas que son parte de su carácter forjado. Habiéndose arrepentido y buscado el perdón, se ha parado en el púlpito de cada iglesia que ha pastoreado y les ha pedido que lo perdonen.
Finalmente, un día, después de haber escrito 238 cartas diciendo: «Perdónenme por lo que he hecho», le dije: «Papá, ya es suficiente». Entonces él reaccionó y ese carácter que se había formado durante años de vida fiel comenzó a exhibirse nuevamente.
Entonces tu carácter —recuerda que este es el primer elemento de nuestra fórmula. Si vas a dejar un legado, si vas a terminar bien, vas a tener que ser un hombre o una mujer de carácter.
En segundo lugar—el segundo elemento, tendrás que ser una persona de confianza. Ahora, esto es lo que vemos a todo color aquí en la vida de Caleb. Él era una persona de fe. Era una persona de confianza.
Ya les leí los versículos 6 al 8. Ahora leamos sobre su confianza.
«Y aquel día Moisés juró, diciendo: “Ciertamente, la tierra que ha pisado tu pie será herencia tuya y de tus hijos para siempre, porque has seguido plenamente al Señor mi Dios”. Y ahora, he aquí, el Señor me ha permitido vivir, tal como prometió, estos cuarenta y cinco años, desde el día en que el Señor habló estas palabras a Moisés, cuando Israel caminaba en el desierto; y he aquí, ahora tengo ochenta y cinco años. Todavía estoy tan fuerte como el día en que Moisés me envió; como era entonces mi fuerza, así es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar». (Josué 14:9-11).
No quiero pasar aquí mucho tiempo porque hay muchas cosas que ya saben sobre todo este tema de la confianza en el Señor. Pero permítanme decir que donde sea que encuentren una persona de gran fe, una persona de confianza en Dios, no tendrán que mirar muy lejos para encontrar otros dos elementos. De hecho, voy a decir que es casi imposible encontrar uno sin el otro.
El primero es la visión. En esencia, lo que sucedió 45 años, fue que el Señor—a través de Moisés, el hombre de Dios— había tomado la paleta y pintado en las paredes del corazón de Caleb una imagen de lo que, por la gracia de Dios, pudiera ser una realidad. Esto es lo que es una visión; es la pintura de Dios en la pared de tu corazón.
Dondequiera que vayas mira esta pintura. Esta es una imagen de lo que puede ser una realidad por la gracia de Dios. Y Caleb la tenía. Vivía con esa imagen. Esa imagen lo sostuvo durante 40 años en el desierto y cinco años de lucha en Canaán.
«Yo la vi. Yo vi esa tierra. Esa iba a ser mía».
Ahora, quiero hacerte un par de preguntas. ¿Quién pinta la imagen del futuro —por decir así— en las paredes de tu corazón? ¿A quién le has dado el pincel y la paleta? ¿Quién está hablando a tu vida? ¿Qué se está pintando allí? ¿Son imágenes tristes, o de fracaso o de una especie de vida balanceada donde simplemente te diviertes y eso es todo? ¿O alguien pinta cuadros emocionantes de lo que pudiera llegar a ser una realidad por la gracia de Dios?
Hay otras preguntas que te quiero hacer. Por la gracia de Dios, has sido colocado en la vida de aquellos que vienen detrás de ti. Dios ha puesto la paleta en una mano y el pincel en la otra mano. ¿Qué tipo de imágenes estás pintando en las paredes de los corazones de tus hijos o en los corazones de la próxima generación? ¿Qué les estás mostrando?
Recuerdo, a la edad de 9 años, estar en la casa de mi abuelo Carter. Mi madre tenía diez hermanos. Todos amaban a Dios. Todos sirvieron a Dios. Mi abuelo Carter era un juez del condado y un granjero de tierra. Y él era un hombre de palabra.
Un día, de camino a casa, un bandido lo tumbó de su caballo, un hombre enmascarado que luchó con él y le puso una pistola en la cabeza. Mi abuelo se defendió de él y terminó sentado sobre su pecho y habiendo lanzado la pistola a los arbustos. Mi abuelo le quitó la máscara y vio que era un vecino cercano suyo.
Y le dijo: «Si me prometes que vendrás a verme cuando tengas una necesidad, nunca le diré a nadie que hiciste esto. Y prométeme que nunca más lo volverás a hacer».
Cuando me contó esa historia, dijo: «Ese hombre murió hace unos 25 años».
Le dije: «Bueno, ¿y quién era?»
Él dijo: «Le prometí que nunca lo diría».
Bueno, yo estaba en esa casa y ahí estaban los hermanos y hermanas de mi madre. Había una gran reunión familiar. Un tío dijo: «Tommy, ven aquí». Yo era tan solo un niño pequeño. Este hombre alto y grande me acercó a él, me miró a la cara y me dijo: «Hijo, quiero decirte algo. Lo que sea que sueñes hacer, lo puedes hacer por la gracia de Dios. No te conformes con las pequeñas cosas».
Y aquí estoy, ya han pasado más de 50 años desde ese momento, y recuerdo a mi tío tomar la paleta y el pincel y dibujar en las paredes de mi corazón al decir: «Por la gracia de Dios, lo que puedes soñar, lo puedes hacer».
Tus hijos te han sido dados y hay un mural en sus corazones. ¿Qué has pintado allí? ¿Qué has hablado a sus vidas? ¿Es grande? ¿Es emocionante? ¿Es desafiante? ¿O es pequeño y degradante?
Las personas de fe son personas de visión. Eso es lo que mantuvo a Caleb en marcha. Puedo hacerlo porque Dios lo dijo, «esta colina es mía. Esto es mío».
En segundo lugar, cuando encuentres una persona de confianza, encontrarás visión y también vitalidad. «Ahora soy tan fuerte como lo era entonces». ¿Qué mantuvo a Caleb en marcha? Bueno, fue su visión y su confianza en Dios.
«Dios, dijiste que iba a ser mío. Me vas a mantener con vida hasta que lo consiga. Lo harás. Esa es la visión. Eso es lo que prometiste. Eso es lo que has pintado en las paredes de mi corazón. Soy joven. Estoy listo para ir».
Ahora, vitalidad —mirar a largo plazo. Es lanzarte a algo que está tan lejos en el camino que no te atreves a detenerte y perder el tiempo en este momento. Hay gran vitalidad cuando una persona tiene confianza.
Permítanme mencionar algunas otras cosas rápidamente y luego terminamos. Carácter: debes ser un hombre o una mujer de carácter. También, tienes que ser un hombre o una mujer de confianza.
Entonces, número tres: las elecciones. Aquí estaba Caleb a la edad de 85 años — escucha esto— haciendo una gran elección. «Dame esa montaña. Déjame tener esa tierra. Sé que hay gigantes allí. Déjame tenerla. Estoy listo. Ya he deambulado suficiente tiempo aquí. Estoy listo para lo que me pertenece».
He jugado cinco veces en un campo de golf conocido. En una ocasión fui a lo que llaman La esquina del amén, y le llaman así porque cuando la logras atravesar quieres decir, «amén». Para aquellos que saben algo de golf, quizá saben que el siguiente hoyo luego de La esquina del amén es probablemente el más famoso. Es decir, pasas sobre agua, luego la esquina, agua y árboles a la izquierda, más agua—varias cosas.
Para mi sorpresa arranqué bastante bien. Miré a la persona que me estaba ayudando con los palos —él es una librería andante— y le dije, «Willy, ahora dame un hierro corto». Y él me dijo, «¿para qué quieres un hierro corto?» (Y este era un hombre que había asistido a buenos jugadores). Y aquí está él diciéndome, «¿para qué quieres un hierro corto?»
Le dije: «Willy, quiero dar un golpe seguro—corto»
Y él me dijo: «Sr. Tom, usted no vino hasta acá para no golpear sobre la esquina del amén».
Le dije: «Bueno, es que la bola podría caer en el agua».
Él respondió: «Podría y no podría. Tome esta madera #5, úsela» (este palo se usa para tiros muy largos). Lo hice.
Y bueno, mientras caminábamos hacia el agujero, me dirigí a él y le dije: «Voy a ir a casa y escribiré en mi Biblia lo que me acabas de decir».
Él dijo: «¿Qué quieres decir?»
Yo estaba cumpliendo 50 años en ese momento—eso fue hace unos años. Le dije: «Un hombre puede llegar a un punto en su vida en el que simplemente se contenta con dar golpes seguros—golpes pequeños, cortos, fáciles y sin riesgos. Y tienes razón, no he llegado tan lejos para simplemente dar ese tipo de tiros».
Si vas a mi casa encontrarás una foto de La esquina del amén. También encontrarás una pequeña réplica que mi esposa me había regalado. Dije: «Me levantaré todas las mañanas y lo golpearé tan fuerte como pueda, tanto como pueda. Si no lo logro, por la gracia de Dios comenzaré de nuevo. Pero no dejaré de lograrlo por falta de intentos».
Así que aquí vemos a Caleb, «dame esa montaña».
«Hay gigantes allí»
«Está bien»
«Tienes 85 años»
«Todo está bien. Dios lo ha prometido. Este es el tiempo. Es mi regalo de cumpleaños. ¡Dame esa montaña!»
Y lo diré de nuevo, no vas a despertar una mañana y simplemente salir de la cama y terminar bien. Ahora, ¿de cuántas elecciones estamos hablando?
Tú dirías: «Bueno, él hizo esa sola elección». ¡No! hizo cientos de elecciones. Cuando se quejaban en el desierto, tenía que elegir no hacerlo. Cuando cruzaron el Jordán, él también tuvo que elegir. Cuando incluso Moisés, su héroe, perdió los estribos, tuvo que contenerse y evitar estar de acuerdo con Moisés. Cientos de elecciones.
¿Y que había detrás de cada elección? Bueno, puedes leerlo aquí en el versículo 12. «Ahora, dame esta región montañosa de la que habló el Señor ese día». En otras palabras él dice: «Voy a hacer lo que Dios dice. Voy a depender de la fuerza de Dios».
¿No es eso lo que es tener fe? Confiar y obedecer—y cantamos acerca de esto. Y no hay diferencia en el Antiguo Testamento. Se trata de confiar y obedecer. «Voy a hacer lo que Él dice. Voy a depender de Su fuerza».
Mi abuelo Elliff fue un gran exhortador doctrinal (si pudiéramos llamarle así). Él predicó en unas reuniones de campamento o enramadas. Ellos iban y preparaban esas enramadas y allí debatían sobre cierto tema hasta que lograban reunir a muchas personas. Y luego, mi abuelo predicaba doctrina. Ahora, él era una persona particular...
Pero es interesante. Creo que él encontraría esta época tan confusa porque, como ves, ahora tenemos iglesias que están creciendo rápidamente debido a lo que no creen, y no por lo que sí creen. Es por lo que dejan afuera, no por lo que tienen adentro. El encontraría esto muy confuso.
Y yo era muy apegado a mi abuelo. Lo amaba. Una mañana en 1979, me desperté, y faltaban aproximadamente tres a tres semanas y media para la Navidad. Me volteé hacia mi esposa —que ya se encuentra en la presencia del Señor— y le dije: «Jeannie, tengo que ir a ver al abuelo».
Y ella dijo: «Bueno, lo verás en Navidad»
Le dije: «No, tengo que ir a verlo hoy»
Ella dijo: «¿Por qué?»
Le dije: «Me acabo de despertar pensando: Tengo que ir a ver a mi abuelo»
Y ella dijo: «No tienes tiempo para hacer eso. Además, la fiesta con el personal es en nuestra casa esta noche. Estás tratando de zafarte de ayudar aquí».
Fui a la oficina alrededor de las 10:00 de esa mañana. Llamé al aeropuerto y agendé un vuelo. Llamé a Jeannie y le dije: «Tengo que ir a ver al abuelo. No sé por qué, pero necesito ir a verlo».
Llamé a mi padre, quien pensó que era una locura que volara. Pero me dijo: «¿Vas a ir a ver al abuelo? Entonces ven y recógeme».
Entonces volamos hacia donde estaba mi abuelo. Un amigo nuestro estaba allí, Steven, pastor de la Primera Iglesia Bautista. Él nos encontró allí donde aterrizamos. Pensé que esto era algo muy inusual.
Le dije: «Steven, ¿qué estás haciendo aquí?»
Él dijo: «Bueno, pensé que habían venido aquí porque les había llamado»
Y le dije: «¿Por qué llamaste?»
Él contestó: «Bueno, tu abuelo se está muriendo y está en el hospital esperándote»
Le dije: «¿En serio?»
Así que nos subimos a su automóvil y fuimos al hospital. Mi abuelo se había sometido a una cirugía de cataratas y tuvo una reacción a un medicamento y se estaba muriendo. El martes él había predicado en un lugar que se había convertido en un centro de retiro. El viernes prediqué en su funeral.
Pero allí, en esa habitación del hospital él dijo: «Tommy, te he estado esperando». Dijo: «Aquí está la Escritura que quiero que uses en mi funeral». Y en cuestión de horas, estaba muerto.
Fui a ese funeral temprano, porque allí había que ver el cuerpo con anticipación. La gente entraba y salía pasando por el ataúd. Yo los escuchaba hablar sobre mi abuelo.
Y pensé dentro de mí: «Quiero terminar así. Quiero terminar bien así como mi abuelo».
- Entonces, ¿qué tipo de legado piensas dejar?
- ¿Qué vas a hacer con lo que tienes?
- ¿Qué vas a hacer con el tiempo, el dinero, los recursos, la energía, el esfuerzo— la vida que te queda por vivir?
Tu vida es un parpadeo en la pantalla del radar de la eternidad. ¡Termina bien!
Patricia: Has estado escuchando al Dr. Tom Elliff hablar sobre la vida de Caleb. Este mensaje se titula, Termina bien. Él nos ha animado a dejar un legado de piedad. Si te perdiste la primera parte de esta enseñanza, encuéntrala en nuestro sitio web, AvivaNuestrosCorazones.com.
Señor, queremos pedirte que nos hagas hombres y mujeres de convicción —que confiemos en ti, que dejemos un legado de piedad y fidelidad para Tu gloria. Que podamos correr esta carrera de la fe hasta el final fielmente. Oro en el nombre de Jesús, amén.
Aquí en Aviva Nuestros Corazones queremos dejar un legado de piedad y fidelidad, y queremos que tú dejes este legado también. Una forma de hacerlo es creciendo en el conocimiento de Dios a través de Su Palabra. Esto es algo que necesitamos hacer si queremos que las próximas generaciones también persigan el hábito de tener un encuentro diario con Jesús a través de Su Palabra. Nuestro mayor anhelo es que muchas mujeres crezcan en su amor por Jesús y cultiven una relación personal profunda y vivificante con Él.
Él es el Pan de vida. Él es el Logos, la Palabra de Dios y Él quiere tener comunión contigo. Él te conoce, quiere ser conocido por ti y quiere hablarte; quiere revelarse a ti a través de Su Palabra. Si somos cristianas, es imprescindible que permanezcamos en ella y crezcamos en el conocimiento de Dios. Y es por eso que en este año 2020 hemos estado leyendo la Biblia de tapa a tapa juntas.
Mañana escucharás una conversación donde estaremos hablando más acerca de esto y de lo que ha significado el Reto Mujer Verdadera 365, en la medida en que nos acercamos al final de este año y damos inicio al año 2021. Asegúrate de acompañarnos aquí en Aviva Nuestros Corazones.
Annamarie: Corriendo hacia la meta juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
Viviré para Ti, Sovereign Grace Music, Eres Dios, ℗ 2012 Sovereign Grace Music.
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