El tiempo es ahora
Annamarie Sauter: ¿Realmente has abrazado la feminidad bíblica o hablan más tus palabras que tu vida?
Nancy DeMoss Wolgemuth: Al final del día, creo que ganaríamos más batallas en este tema si nuestras vidas fueran ejemplos vivientes de esta visión, ganaríamos más batallas que aquellas que ganamos con palabras y debates.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
La lectura de hoy de la Biblia es Éxodo capítulos 8-11.
Nancy se encuentra en una serie que ha sido de mucha edificación, titulada, «Una visión bíblica de la feminidad». Ella nos ha estado ayudando a ver de manera balanceada lo que la Biblia tiene para decirnos a las mujeres acerca de nuestro rol en el hogar, en la iglesia y en la sociedad.
Quizá te preguntas, ¿por qué hay que hacer de esto todo un tema? ¿Por qué importa?
Hoy …
Annamarie Sauter: ¿Realmente has abrazado la feminidad bíblica o hablan más tus palabras que tu vida?
Nancy DeMoss Wolgemuth: Al final del día, creo que ganaríamos más batallas en este tema si nuestras vidas fueran ejemplos vivientes de esta visión, ganaríamos más batallas que aquellas que ganamos con palabras y debates.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
La lectura de hoy de la Biblia es Éxodo capítulos 8-11.
Nancy se encuentra en una serie que ha sido de mucha edificación, titulada, «Una visión bíblica de la feminidad». Ella nos ha estado ayudando a ver de manera balanceada lo que la Biblia tiene para decirnos a las mujeres acerca de nuestro rol en el hogar, en la iglesia y en la sociedad.
Quizá te preguntas, ¿por qué hay que hacer de esto todo un tema? ¿Por qué importa?
Hoy Nancy te ayudará a responder esto en la conclusión de esta serie.
Nancy: Quiero agradecerte por haberme acompañado a lo largo de esta serie. Sé que seguramente hay cosas que han sonado algo radicales, o estás convencida de que estoy loca. Pero espero que hayas sido retada a ver lo que dice la Escritura por ti misma, para reflexionar sobre los temas que hemos tratado. Hemos estado hablando sobre la visión bíblica de la feminidad y de la masculinidad. ¿Cuál es el propósito de Dios en hacernos hombres o mujeres?
Hemos visto que esto es algo precioso, es hermoso, es maravilloso. Creo que el enemigo ha hecho un magnífico trabajo robándonos de esto en nuestras vidas y en nuestras iglesias.
Creo que muchas de nosotras como mujeres comenzamos un proceso de libertad, cuando empezamos a aceptar –en lugar de resistirnos o resentirnos– las implicaciones de esta enseñanza.
Hemos hablado sobre cómo ambos, el hombre y la mujer, fueron creados a imagen de Dios y tienen igual valor e importancia; y hemos hablado de que aunque eso es así, hay diferencias.
Hay igualdad, y aún así hay diferencias entre hombres y mujeres, y no solamente las diferencias fisiológicas obvias, aunque curiosamente las diferencias fisiológicas obvias reflejan diferencias internas profundas y fundamentales. El hombre fue creado para tomar la iniciativa y la mujer para responder a ese liderazgo, vemos esto incluso en la forma en que Dios diseñó físicamente al hombre y a la mujer.
Y hemos examinado cómo se ve esto en nuestros hogares, en la iglesia y en la cultura. Hemos hablado sobre algunas cosas que están en juego y lo que podríamos perder si no las hacemos conforme al diseño de Dios, hemos hablado de bendiciones que podríamos obtener.
Y quiero terminar mi enseñanza en esta serie en el día de hoy, preguntándonos, «¿y entonces qué?» ¿Qué es lo que estamos llamadas a hacer?
Me gusta hacer esa pregunta con cualquier tema que enseño sobre la Palabra de Dios. No solo queremos saber lo que dice, queremos saber lo que se supone que debemos hacer con lo que hemos escuchado. ¿Qué diferencia debe hacer todo esto en nuestras vidas?
Déjame darte algunas sugerencias y decirte cómo esto encaja con la misión de Aviva Nuestros Corazones.
En primer lugar, quiero animarte a ser intencional en perseguir y vivir la visión de la feminidad bíblica. Una visión de belleza, valor, y de la bondad del plan que Dios diseñó para nosotras como mujeres. Sé intencional en conocer cuál es esa visión y luego vive esa visión.
He encontrado gran gozo y libertad al buscar y entender el plan de Dios. No lo comprendo a profundidad, pero a medida que crece mi comprensión y al aceptar el plan de Dios y el propósito de Dios para mi vida como mujer, encuentro gozo, libertad y bendición.
Quiero animarte, si aún no lo estás…a ser intencional en ser agradecida por el privilegio de ser mujer, el privilegio de reflejar la gloria de Dios y Su plan redentor de formas claramente femeninas.
Algunas de ustedes tienen hijos. Dale gracias a Dios por tus hijos, por tus hijas. ¿Sabes que en la actualidad, en algunas partes del mundo, matan a las niñas porque las mujeres no son valiosas para ellos? Jamás encontrarás esa mentalidad en el cristianismo ni en la Palabra de Dios. Agradece a Dios por el privilegio de criar a tus hijas e hijos de formas distintivas para que reflejen la imagen y la gloria de Dios.
Hay una complementariedad hermosa de la que hemos hablado y que estamos persiguiendo intencionalmente. Algo que me ayuda a entender esto es la imagen de un baile de salón o de patinaje en el hielo, tal vez lo hayas visto en televisión. Hay complementariedad.
La pareja que practica estas cosas, no son idénticos, no son lo mismo. Ambos están patinando o bailando, pero hacen algunas cosas diferentes. Parte de la diferencia es que uno de los dos debe dirigir.
Son las diferencias las que lo hacen hermoso. Nadie se queja cuando ve estas parejas patinando, nadie se enoja o escribe cartas a la estación televisiva o al comité olímpico porque es el hombre quien lanza al aire a la mujer en lugar de que la mujer lance al hombre al aire.
En lugar de esto, pensamos que es hermoso que la mujer sea atrapada por el hombre (¡esperemos!). Son las diferencias las que hacen esto hermoso.
Conozco una pareja que ha estado tomando clases de baile, y el esposo no hace mucho tiempo me dijo, «hemos aprendido mucho sobre cómo el baile es una imagen de la vida y de los caminos de Dios. Para que el baile no sea un enfrentamiento, el hombre debe dirigir, y la mujer debe seguirlo».
Él lo aprendió en sus clases de baile y dijo: «El hombre debe estar pensando por lo menos en el paso siguiente, y la mujer debe estar sincronizada, flexible y sensible al liderazgo». Creo que esta es la imagen.
Estamos hablando del tema de la masculinidad y de la feminidad, no como algo rígido y lleno de reglas: «Bueno, él hace esto y ella esto otro. Este es el lado del hombre y este es el lado de la mujer, y no deben cruzar esta línea».
No estamos hablando de eso. Estamos hablando de un baile, de complementarse, de un trabajo artístico hermoso, en el que él la dirige y ella responde. Él da y ella recibe, y ambos dan de los dones que han recibido de Dios, llenos del Espíritu Santo, con Cristo como cabeza y con Cristo en el centro.
Esto es lo que el matrimonio estaba destinado a ser. Sé intencional al perseguir esa visión en tu matrimonio. Quizás digas: «Mi matrimonio no es un baile de salón». Bueno, entonces pídele a Dios que comience a ayudarte a ti y a tu esposo a cambiar de ritmo para comenzar a ver esa visión hecha una realidad en su matrimonio y en tus relaciones con los hombres en general.
Entonces, sé intencional. Número dos, sé humilde al acercarte a esta posición, y recuerda que nadie tiene todo el conocimiento de este tema, ni de ningún otro. La Biblia dice, «ahora vemos por un espejo, veladamente» (1 Cor. 13:12).
Debemos abstenernos –y he intentado hacerlo en esta serie– de hablar autoritativamente cuando la Biblia no lo hace.
La Biblia no da dirección específica para todas las posibles situaciones y preguntas que pueden surgir al hablar de masculinidad y feminidad. Hay una gran diversidad de actividades dentro del hogar y dentro de la iglesia.
Van desde aquellas que son claramente antibíblicas y fuera de los límites para los hombres y para las mujeres, hasta aquellas que son bíblicamente incuestionables –digamos– dentro del contexto de la iglesia.
Hay algunas cosas que creo que son muy claras en las Escrituras sobre lo que la mujer debe o no debe hacer en la iglesia. Hay cosas que claramente la mujer debe hacer. Pero también hay algunas que no son tan claras, y hay muchas preguntas que caen en un punto intermedio. Esto requiere, como dijimos anteriormente, sabiduría y discernimiento. Debemos tomar decisiones con humildad y basar esas decisiones en los principios de las enseñanzas bíblicas que sí entendemos.
Recientemente estuve conversando con dos líderes cristianos sobre aplicaciones específicas de estos principios. Son dos hombres comprometidos con la autoridad de la Escritura y que tienen una visión bíblica de la masculinidad y de la feminidad.
En el transcurso de la conversación me desafiaron sobre una aplicación que estaba haciendo sobre este tema. Ahora, no te voy a decir cuál era la aplicación, porque entonces intentarás hacer conjeturas, y eso es lo que estoy tratando de evitar.
Pero, ellos me dijeron, «¿es esto un absoluto bíblico, Nancy?» Y yo estaba hablando como si lo fuera. Ellos me preguntaron otra vez: «¿Es esto un absoluto bíblico o has hecho de una aplicación, un absoluto que es más comprometedor de lo que la Biblia verdaderamente enseña?»
Eso fue bueno para mí. Me hizo regresar, pensar y darme cuenta de que aquello sobre lo que estaba siendo muy dogmática –realmente la Escritura no era tan dogmática al respecto. Así que es necesario que distingas entre un principio bíblico y tu aplicación de ese principio bíblico.
Sé intencional, sé humilde y luego extiende gracia. Sé ejemplo de gracia en respuesta a las personas que no están de acuerdo contigo. Ese es el espíritu que he intentado tener, sabiendo que aún ahora probablemente hay personas que no están de acuerdo conmigo o con algunos de estos puntos.
Sé que hay ministerios de mujeres que escucharán este programa y no estarán de acuerdo con lo que he dicho, hay personas que asisten a la iglesia y tienen ministerios de mujeres, y recibo correos de estas personas.
Lo sé, y he intentado extender gracia hasta para decir respetuosamente, «no estoy de acuerdo». Necesitamos ser sabias y humildes cuando hablamos de estos temas, particularmente de estos que son contraculturales.
Debemos tener cuidado, para no discutir, para no ser agresivas en la forma o con el espíritu con el que abordamos este tema. Debemos ser respetuosas y amables con las personas que no están de acuerdo.
Ahora, esto no quiere decir que no asumas ninguna postura, esto significa que al expresar nuestras posturas debemos ser amables. Hay un lugar para el debate público, para el discurso público. Pero quiero decirte que al final del día, creo que ganaríamos más batallas sobre este tema por el atractivo de nuestras vidas al ejemplificar esta visión, que las que ganaríamos con palabras violentas o agresivas y debates.
Creo que hay teólogos que pueden explicar esto y pueden entrar en debates o escritos públicos al respecto. Pero estoy muy agradecida por esos hombres que conozco y que están liderando este enfoque en esta problemática, porque lo hacen con un espíritu correcto.
Los que conozco son caballeros y abordan este tema de forma preciosa, creo que esa es la forma correcta de hacerlo. La actitud de nuestro corazón debe ser hacer todas las cosas con amor, con humildad, con respeto y con bondad.
En la 2 Timoteo 2, Pablo dice: «El siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y… escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él» (vv. 24 al 26).
Creo que aquí Pablo está diciendo que aquellos que no toman una postura bíblica, en cualquier tema, han sido cegados por el enemigo –como todos lo hemos estado en algún momento en algunas áreas. Iremos al cielo, estoy segura, y descubriremos que hay muchas cosas que pensamos que eran correctas y en realidad no teníamos razón.
Él dice que «si eres siervo del Señor y crees que has visto la verdad, entonces aborda a aquellos que difieren contigo no de forma contenciosa, sino con gentileza y con paciencia. Entonces cree que Dios está dispuesto a abrir los ojos de aquellos que difieren».
Entonces, modelemos gracia en nuestra forma de responder a aquellos que difieren. Y también, necesitaremos modelar valentía y convicción. Debemos ser mujeres valientes y de convicciones.
No te disculpes por creer la verdad. A veces nos sentimos como, «soy una de tres personas en el planeta que ve las cosas de esta forma». Algunas veces comenzarás a preguntarte, «¿seré yo la loca?» Hemos escuchado esto de nuestras oyentes. Pero cuando estás alineada con la Palabra de Dios, te acusarán de vivir como en otro planeta, ajena a la realidad de estos tiempos, serás acusada de ser irrelevante.
No permitas que el mundo te haga poner a la defensiva. La verdad es poderosa, la verdad cambia vidas. Ahora, no seas agresiva, vehemente con esto, pero ten el valor y no te disculpes por creer y hablar la verdad.
Celebra las diferencias entre hombres y mujeres. Debes estar dispuesta a ser contracultural, a ir contra la corriente—y la corriente es aquella que está en la cultura, en el mundo, aunque algunas veces la corriente también está dentro de la iglesia.
Respecto a algunas de las cosas de las que hemos hablado, la iglesia está nadando en la dirección equivocada. Por eso es que a través de los años he dicho mucho que debemos ser como un salmón, estando dispuestas a nadar contracorriente y recibir golpes –por así decirlo– de la oposición, no porque seamos agresivas sino porque la verdad a veces incomoda a la gente.
Ligon Duncan y Randy Stinson son dos hombres que han escrito mucho sobre este tema, y en uno de sus escritos dicen: «La iglesia ha sido llamada a contrarrestar y a bendecir la cultura, no a copiarla y a bautizarla».
Y luego dicen, «este es precisamente el reto que enfrentamos en esta área bíblica de la masculinidad y la feminidad. ¿Moldeará la iglesia sus valores para que las costumbres y normas culturales prevalezcan, o influirá e impactará nuestra cultura de manera positiva?»
Creo que ese es un gran reto. Déjame decir que en conclusión, toda esta discusión no es acerca de nosotros—hombres o mujeres. No es sobre lo que pensamos, lo que nos gusta o lo que sentimos.
No es sobre lo que nos parece que tiene sentido, no se trata de aquello con lo que nos sentimos cómodas, no es sobre lo que creemos relevante para esta generación. Toda esta discusión, este tema, es fundamentalmente acerca de Dios.
Se trata de cómo podemos glorificar mejor a Dios al vivir de acuerdo a Su diseño de la feminidad. Quiero que veas que Su gloria está en juego.
Esto no es una controversia teológica. El apóstol Pablo dice en la Escritura: «No te enredes en eso, rechaza los razonamientos necios. Producen altercados. Esto te lleva al orgullo y a la necia especulación» (2 Timoteo 2:23, parafraseado)
No estamos hablando sobre un tecnicismo teológico. Estamos viendo que Dios creó algo hermoso en el primer capítulo de la Escritura, a Su imagen, varón y hembra.
Es una parte inherente, intrínseca e importante de Su creativo plan de redención. Y es importante que lo entendamos, lo abracemos y lo vivamos para así reflejar Su gloria.
La pregunta es: ¿Escogeremos ir con la corriente de la cultura, dejaremos que el mundo nos meta en su molde, ignoraremos y rechazaremos la Palabra de Dios? ¿O confiaremos en que el plan de Dios es recto y nos rendiremos a Él aunque otros a nuestro alrededor no lo hagan? ¿Dejaremos que Él muestre Su belleza a través de nosotras como mujeres y disfrutaremos el dulce fruto de esa rendición?
A lo largo de mi vida –que ya es más de medio siglo– ha habido una revolución radical en la civilización occidental. Ha habido una revolución en cuanto a cómo las mujeres se ven a sí mismas, cómo ven sus roles, cómo ven a los hombres, cómo ven a sus familias y cómo funcionan en la cultura.
Algunos le llaman la revolución feminista. Algunas de ustedes que tienen menos de cuarenta años, probablemente nunca han conocido algo diferente, porque esta es la forma en la que el mundo ha sido durante los últimos 40 o 50 años.
Pero el mundo no siempre fue así. Bueno, en realidad comenzó en el capítulo 3 de Génesis, pero me refiero a la revolución feminista moderna. Aquellas que tienen mayor edad podrán recordar que las cosas eran diferentes.
Esta revolución ha impactado nuestra cultura, y ya sea que te des cuenta o no, la gran mayoría de mujeres cristianas ha comprado esta «nueva» forma de pensar, introduciéndola en sus casas, en las iglesias, en el supermercado. Hemos adoptado los valores y el sistema de creencias del mundo a nuestro alrededor.
El mundo promete libertad y satisfacción para aquellas que adopten esa filosofía. Solo mira los anuncios de hoy. ¿Qué les prometen a las mujeres? «Puedes tener todo lo que quieras. Puedes ser libre. Puedes estar satisfecha. Solo muerde esta fruta, solo compra esta filosofía.
Pero al igual que yo, sabes –y me parece una desgracia– que millones de mujeres que han hecho eso no son libres ni están satisfechas, sino que han terminado desilucionadas, heridas y terriblemente esclavizadas. En muchos casos es debido a que han tomado decisiones que van en contra de la Palabra de Dios.
Ahora, puedo darme cuenta de que lo que hemos hablado en esta serie quizás no es lo que la mayoría de personas quiere oír. Lo que hemos enseñado aquí, la postura complementarianista –lo que yo llamo una visión bíblica de la feminidad– nunca será la postura de la mayoría. Durante nuestras vidas podría no ser una postura mayoritaria en la iglesia, y es muy triste decirlo.
Es probable que muchas mujeres se sientan incómodas, lo sé. Entonces, ¿por qué me arriesgué a hacer esta serie?
¿Por qué me arriesgué a lo que la gente podría pensar o a cómo podrían responder? Es porque sé que la verdad es correcta. Sé que los caminos de Dios son buenos y que el camino de Dios para las mujeres y para los hombres es el único camino hacia el verdadero gozo, paz y satisfacción para la mujer y para el hombre.
Fíjate, Dios nos hizo. Él nos ama y solamente podemos estar completas, solamente podemos ser libres, estar llenas y satisfechas, cuando funcionamos de acuerdo a Su diseño para nuestras vidas.
Incluso si no tuviéramos nada que ganar para nosotras, si es el camino de Dios y le da gloria a Él, entonces querríamos decir: «Sí Señor». Me gustaría poder decir (en ese caso), «Señor, me rindo a esto aún cuando no me beneficio de nada».
¡Pero sí nos beneficiamos! Hay bendición para nosotras.
Hace varios años, de hecho, fue cuando cumplí 39 años, cuando iba hacia una conferencia de mujeres, que Dios comenzó a poner en mi corazón una visión de un nuevo movimiento entre las mujeres.
Había estado leyendo y estudiando, y algunas ya me han escuchado compartir sobre los antecedentes históricos de la revolución feminista, cómo esto tomó nuestra cultura, se infiltró y penetró hasta en nuestras iglesias.
Mi corazón se había agitado y esta pregunta daba vueltas dentro de mí: ¿Qué pasaría si hubiera una contrarrevolución, un nuevo movimiento de mujeres de Dios en el que le creamos a Dios y recuperemos el terreno que le hemos cedido al enemigo en nuestros hogares e iglesias? ¿Veríamos a Dios estableciendo un nuevo movimiento de pensamiento y en la vida de las mujeres?
Bueno, pues Aviva Nuestros Corazones es el resultado de esas semillas que Dios plantó en mi corazón cuando cumplí 39 años. Desde entonces y hasta ahora le he estado creyendo a Dios, por fe, para que levante toda una nueva generación de mujeres que le creerán a Él según lo revelado en Su Palabra, que dirán, «sí, Señor, no dejaré que mi vida se ajuste a los moldes de este mundo. Dejaré que Tú me moldees como Tú quieras, y seré una mujer que refleje Tu gloria a este mundo».
Susan Hunt ha escrito muchos libros buenos al respecto, y ella dice: «Es hora de que las mujeres de fe bíblica reclamemos nuestro territorio. Conocemos al Diseñador, tenemos Su manual de instrucciones. Si no reflejamos su diseño divino para la feminidad, nadie lo hará. Pero si lo hacemos, seremos un testimonio impactante a un mundo que observa y que está necesitado».
Esa es su forma de decir, «ven y únete a la contrarrevolución». Oro porque Dios orqueste en nuestros días una contrarrevolución, una revolución pacífica de mujeres que desean moldear sus vidas, no según este mundo, sino de acuerdo a la Palabra de Dios.
Amigas, estoy convencida de que la influencia de un ejército de mujeres piadosas, rendidas, creyentes y de oración será invaluable en nuestros hogares, en nuestras iglesias y en nuestra cultura. ¿Serás tú una de esas mujeres? ¿Te unirás a esta contrarrevolución? Mi oración es que lo hagas.
Annamarie: Nancy DeMoss Wolgemuth nos ha desafiado como mujeres, a formar parte de una contrarrevolución, un avivamiento de la feminidad bíblica. Un movimiento que afectará hogares, iglesias y naciones enteras para la gloria de Dios. Tienes un rol importante. No será fácil, pero será fuente de gran gozo y de bendición para tu vida vivir conforme a la verdad de la Palabra de Dios.
Te invitamos a unirte a nosotras para juntas edificar, arraigar nuestras vidas en la Escritura, y decir: «Sí, Señor» a la feminidad bíblica. Participa junto a nosotras de la Conferencia Mujer Verdadera 2020, los días 13 y 14 del próximo mes de marzo. Estarán con nosotras Nancy DeMoss Wolgemuth, Mary Kassian, Dannah Gresh, Dámaris Carbaugh y el pastor Sugel Michelén. Sarah y Jonathan Jerez estarán dirigiéndonos en alabanza; y miles de mujeres de habla hispana estarán ahí para animarte y ser animadas a vivir conforme a la verdad de Dios. ¡Sé parte de este evento y únete al ejército de mujeres que abrazan la verdad de la Palabra de Dios! Obtén más información en MujerVerdadera20.com.
Y antes de cerrar en oración, queremos compartir contigo lo que nos dijo una mujer que ha abrazado la feminidad bíblica. Escuchemos,
Sara: Soy mamá de dos niñas, bueno, ya no tan niñas, una joven de 15 años y otra de 11 años. Soy mamá muy joven. Hace tiempo lo primero que leí fue La verdad que nos hace libres...ese libro, y después mi mamá fue la que me dijo: «Oye, encontré este programa», sin saber que este libro estaba relacionado con Aviva Nuestros Corazones.
Así que través de ella fue como conocí el ministerio de Aviva Nuestros Corazones. Hay una inquietud bien grande en mi corazón con las jóvenes, porque como yo fui una mamá muy joven, y esposa...y no preparada...entonces me he sentido muy confrontada con esa parte de cuál es el rol, y cuál es el diseño en mi hogar, y me ha costado. Sé que el Señor está haciendo una obra. Pero yo vivo, qué padre que «enseñad a las jóvenes...» que es el diseño que Dios puso y que tiene que desarrollar en su hogar y amar el simple hecho de hacer la limpieza del hogar.
Son cosas que son tan de la vida y que podrían pasar como insignificantes pero que son importantes para glorificar al Señor. Hemos sido bastante bendecidas y bastante confrontadas, y no nada más de quedárnoslo, sino de seguir extendiéndose hacia más mujeres, más jóvenes y ser ejemplo sobre todo de lo que uno está estudiando y está aprendiendo, poder ser ejemplo y vivir esa verdad porque creo que uno predica con el ejemplo.
Entonces soy mamá homeschooler de mi hija más chica, entonces con ella es que me siento en las mañanas a escuchar el programa y ella que está estudiando y dice, no, no, pon otro, pon otro. Y me dice, me encanta la voz de Patricia de Saladín.
Estoy muy expectante de lo que viene y en poder trabajar como un solo cuerpo en Cristo, sabiendo que Él es nuestra cabeza y que como mujeres que somos, poder trabajar juntas con un corazón humilde, un corazón sencillo y dispuesto para trabajar para que el Señor sea glorificado en todo.
Patricia: Gracias Señor por la sabiduría y la maravilla de Tus caminos. Gracias por haberte dado a conocer a nosotros por medio de Tu Palabra, gracias por lo que estás haciendo en los corazones de tantas mujeres, no solo en este lugar sino alrededor del mundo.
Estamos diciendo: «Sí Señor, quiero ser una mujer agradable a ti, quiero ser usada por ti, quiero ser intencional en ser la mujer que diseñaste que fuera».
Y Señor, oro para que traigas un avivamiento en quietud y mansedumbre, una revolución. A veces vemos destellos de la contrarrevolución, y oro que podamos vivir para ver el día en el que Cristo sea magnificado y exaltado, y las personas vuelvan a someterse a la autoridad de Cristo y de Su Palabra, y veamos almas venir al reino de Cristo, familias reunidas, y hombres, mujeres y niños vivir conforme a Tu reino, en lealtad a la cruz de Jesucristo.
Señor, úsanos como mujeres para dar a luz este avivamiento y esta revolución por el poder de tu Santo Espíritu. Oro en nombre de Jesús, amén.
Annamarie: Como Nancy dijo, Aviva Nuestros Corazones es el resultado de semillas que Dios plantó en su corazón cuando cumplió 39 años. Hasta ahora, por fe, miles de mujeres nos hemos unido, creyendo en lo que Dios nos ha revelado en Su Palabra y diciendo: «Sí, Señor».
¿Cómo obró el Señor en tu vida hace 5, 15 o 40 años? Es muy útil mirar hacia atrás y apreciar la fidelidad de Dios en el pasado porque esto te ayuda a recordar la esperanza que tienes para el futuro. Nancy hizo esto al celebrar 40 años de servicio a tiempo completo en el ministerio, y en nuestra próxima serie queremos que seas inspirada por la fidelidad de Dios, así que te esperamos aquí en Aviva Nuestros Corazones.
Permaneciendo en la Palabra de Dios juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
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Recursos del Episodio
Serie, «El significado fundamental de la verdadera feminidad»
Serie, «El feminismo y su impacto en la iglesia»
Artículo y PDF: «Hombres y mujeres: Similitudes y diferencias»
Artículo y PDF: «Masculinidad & feminidad bíblica: Declaración de Danvers»
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