El punto y la línea
Débora: ¿Estás viviendo para este tiempo presente, o en este tiempo presente?
Nancy DeMoss Wolgemuth: Ya sea que estés viviendo para esta era presente o que estés viviendo para el siglo venidero, hace toda la diferencia en la manera como vives; y hace toda la diferencia en tu capacidad de tener gozo, fe y confianza en el Señor, cuando ves que el mundo a tu alrededor se está volviendo loco.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 29 de abril de 2025.
¿Has considerado que parecería que el mundo está cada vez más loco? En el episodio de hoy, Nancy te invita a vivir sin temor ni ansiedad, aun en medio de tiempos retadores. Ella te mostrará cómo puedes hacer esto, al continuar en la serie titulada, «Vive para la eternidad».
Nancy: Bueno, hoy quiero que tengas tu Biblia …
Débora: ¿Estás viviendo para este tiempo presente, o en este tiempo presente?
Nancy DeMoss Wolgemuth: Ya sea que estés viviendo para esta era presente o que estés viviendo para el siglo venidero, hace toda la diferencia en la manera como vives; y hace toda la diferencia en tu capacidad de tener gozo, fe y confianza en el Señor, cuando ves que el mundo a tu alrededor se está volviendo loco.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 29 de abril de 2025.
¿Has considerado que parecería que el mundo está cada vez más loco? En el episodio de hoy, Nancy te invita a vivir sin temor ni ansiedad, aun en medio de tiempos retadores. Ella te mostrará cómo puedes hacer esto, al continuar en la serie titulada, «Vive para la eternidad».
Nancy: Bueno, hoy quiero que tengas tu Biblia lista, «saca tu Espada», así solían decirnos en la escuela dominical cuando éramos niñas. Ábrela en el libro de Tito, o búscala en tu celular o en el dispositivo digital que la tengas. Ahora, si estás conduciendo, sería mejor que esperes (risas). Pero si te es posible conseguir una Biblia, quiero que me sigas con tu Biblia.
La carta a Tito, 1 y 2 a Timoteo, Tito, Filemón, Hebreos. Si no conoces bien la Biblia, necesitas usar el índice para encontrar estos libros, no te sientas mal por eso. Pero cuando empieces a conocer la Palabra de Dios, quiero animarte a que aprendas a localizar estos libros, aún los más pequeños, los difíciles, los que se encuentran en el Antiguo Testamento, y en el Nuevo Testamento, para que te familiarices con la Verdad del Señor. Ella es una Espada, la Palabra de Dios. Es poderosa.
Y así, Señor, te pido que Tú abras nuestros ojos hoy para ver, para recibir, para oír, para creer lo que Tú nos quieres decir a todas nosotras que estamos viviendo en esta era presente y a la luz de la vida venidera. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.
Bueno, así como mencioné ayer, pasé mucho tiempo profundizando en el libro de Tito, mientras trabajaba en el libro Adornadas, en la enseñanza de Tito capítulo 2. Y para esta breve serie he tomado una dirección un poco diferente a la que tomé durante esos meses que estuve escudriñando esa corta carta. Hay algunas otras cosas que me impactaron, que no están en el libro Adornadas, y quiero compartirlas esta semana.
Hay dos frases en Tito que se han quedado en mi corazón, y quiero que hoy y mañana nos enfoquemos en esos conceptos y en sus implicaciones.
Continuemos en Tito capítulo 1, versículo 1, y quiero que nos enfoquemos en los dos primeros versículos en Tito 1. «Pablo, siervo de Dios, y apóstol de Jesucristo».
Ahora, voy a detenerme ahí por un momento para recordarte que no importa lo complejo y loco que este mundo esté . . . Ayer hablamos sobre algunas de las locuras que están sucediendo en nuestro mundo. Parece como si estuviera fuera de control. Pero no importa lo que esté sucediendo en nuestro mundo, Jesús siempre está en Su trono.
«Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo».
Esto es algo absoluto. Está establecido. Esta es una realidad eterna. Las cosas que vemos en las noticias no son realidades eternas. Son muy reales hoy en día, pero no van a durar para siempre; en cambio, Dios sí durará para siempre. Jesús durará para siempre. Y ¡Él reinará y gobernará para siempre, aleluya, amén! No olvidemos eso.
Y siempre habrá siervos de Jesús. Cuando parece que todas las personas están siguiendo a este mundo presente con sus ideologías, filosofías, teologías, formas de pensamiento y vidas mundanas, recuerda que siempre están aquellos que no se han inclinado ante Baal porque son siervos de Jesucristo. Tal vez no son tantos como quisiéramos; no sabemos cuántos son en realidad.
Hoy hay siervos de Jesucristo que le están sirviendo a Él fielmente, en lugares del mundo donde hay tinieblas, donde hay opresión, donde no podríamos mencionar sus nombres, no podríamos tomarles fotos pues podrían perder sus vidas por ser cristianos. Pero están ahí, y ellos están sirviendo a Jesucristo. Y ellos se congregan secretamente en los países musulmanes y en China, y es probable que haya siervos de Jesucristo en donde tú trabajas, o en el colegio de tus hijos.
Gracias a Dios por estos siervos suyos y de Jesucristo. Y si tú eres su sierva, su seguidora, su discípula, sin importar el título —no eres una apóstol— pero sin importar cuál sea tu posición o tu rol, si eres la sierva de Dios y de Jesucristo, estarás bien. Mira las cosas desde esa perspectiva. Somos siervas de Dios en nuestros días, así como Pablo lo fue en sus días.
Entonces Pablo dice: «Soy un siervo de Dios. Soy un apóstol de Jesucristo conforme a la fe de los escogidos de Dios». ¡Esas somos nosotras! Pablo dice: «Estoy sirviendo a Dios por el bien de los creyentes en la isla de Creta donde sirvió Tito, y por el bien de los creyentes en el área donde sea que Dios te haya colocado, quienes necesitan que su fe sea fortalecida».
Escucha, al estar sirviendo a Dios hoy, lo estás haciendo por el bien de la fe de otros que tal vez nunca vas a ver—tus hijos y sus hijos y los hijos de esos hijos y las futuras generaciones. Estás plantando semillas de fidelidad que ayudarán a la fe de aquellos que van a vivir en los tiempos difíciles por venir.
Por lo tanto, él dice: «(Estoy haciendo esto por el bien de) la fe de los escogidos de Dios y el pleno conocimiento de la verdad, (quiero que conozcan la verdad) que es según la piedad, con la esperanza de vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde los tiempos eternos» (v. 1-2).
Esa es una frase que quiero que consideremos en esta serie: «desde los tiempos eternos». Después regresaremos a ella.
Pero, ¿qué es lo que Pablo está diciendo? Él está diciendo que él está sirviendo al Señor. Él lo está haciendo por el bien de los que Dios ha elegido, por su fe, para que lleguen a conocer la verdad, y vivan una vida según la piedad.
¿Qué significan todas esas palabras y frases tan largas? En esencia: «Si no vives conforme a la piedad, entonces no conoces la verdad». No puedes decir: «Creo en todo eso» y luego vivir una vida mundana. ¡Eso no puede ser! Si no estás viviendo una vida piadosa, entonces en realidad, no conoces ni crees la verdad.
Así que Pablo equipara el conocimiento de la verdad con la piedad.
Y luego él dice: «con la esperanza de vida eterna, la cual Dios, que no miente (¡recuerda eso! Aunque parezca como si el mundo entero fuese una mentira, Dios que no miente) prometió desde los tiempos eternos» (v. 2). Antes del principio de los siglos. ¡Antes de que existiera el tiempo, Dios ya tenía un plan!
Esto que voy a decir te sorprenderá, pero también será de bendición para tu alma. Antes de que el hombre fuera creado, antes de que existiera el pecado, antes de la Caída de Adán, Dios ya había diseñado el gran plan de salvación. Él planeó la redención antes de que hubiera necesidad de redención, porque por providencia divina . . . que significa que Él ve antes de, ve de antemano, Él previó, haciendo provisión para lo venidero. Por providencia divina, Él sabía exactamente lo que íbamos a necesitar; que íbamos a caer; que íbamos a pecar; que tendríamos que ser redimidas.
Así que antes del principio de los siglos, Dios prometió esta esperanza de vida eterna, y empezó a hacer provisión para ello. Esta es la primera frase que quiero que veamos: desde los tiempos eternos, la eternidad pasada.
Ahora, vamos al capítulo 2, versículo 11. Ayer hicimos referencia a este párrafo: «Porque la gracia de Dios se ha manifestado, trayendo salvación a todos los hombres, enseñándonos, que negando la impiedad y los deseos mundanos, (aquí está la segunda frase) vivamos en este mundo sobria, justa y piadosamente».
Así que antes del principio de los siglos, eso es en la eternidad pasada, Dios prometió esta esperanza de vida eterna. ¿Estás poniendo atención? Y ahora en esta era presente, Él nos está diciendo cómo es que debemos vivir. ¿Y cómo debemos vivir? Debemos renunciar a los deseos mundanos. Debemos vivir en este mundo piadosamente. Debemos vivir como dice el versículo 13, «aguardando la esperanza bienaventurada». Él ya habló de la esperanza de la vida eterna. Debemos aguardar «la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo».
Ahora, déjame poner todo esto junto. Hay tres cosas en esta pequeña epístola a Tito, a las cuales me gusta llamar marcas de tiempo.
Está la eternidad pasada, desde los tiempos eternos. Leímos sobre esto en el capítulo 1. Antes de que existiera cualquier otra forma de vida, Dios ya existía. Él ya vivía. Él vivía y existía perfectamente. No le faltaba nada; estaba completo y era independiente. Él planeaba. Él era Dios desde los tiempos eternos. Esta es la primera marca de tiempo: desde los tiempos eternos, (desde antes que comenzara el mundo).
Pero no podemos simplemente adentrarnos en esta pequeña parte del tiempo a la que llamamos: «aquí y ahora», sin hablar del contexto de todo lo que nos ha precedido en la eternidad pasada. Entonces, «desde los tiempos eternos» Dios estaba preparando, diseñando el plan de salvación, de redención, la esperanza de vida eterna. Luego entonces tenemos «la era presente». La eternidad pasada, «desde los tiempos eternos» y ahora estamos viviendo en «la era presente».
Esa es la era en que estamos viviendo en este momento, y la era en que los creyentes del primer siglo en la isla de Creta vivieron, «esta era presente». Fue una realidad en el primer siglo después de Cristo, y es una realidad hoy. Todo eso es parte de lo que se conoce como «esta era presente». Sé que parece como si fuera un largo tiempo, pero a la luz de la eternidad es tan solo un punto en la línea. Entonces tenemos «desde los tiempos eternos» y tenemos «esta era presente».
Piensa en «esta era presente» como un punto sobre una línea que se extiende a lo largo de la eternidad, desde la eternidad pasada hasta la eternidad futura. Y tenemos la eternidad futura, que será la tercera marca de tiempo, indicada en este pasaje en Tito capítulo 2. Hay una era, un «siglo aún por venir». Pablo se refiere a esta como «la vida eterna», la esperanza bienaventurada que Dios ha prometido. La vida que sigue y sigue y sigue, más allá de la era presente.
Así que tenemos este continuum eterno del cual necesitamos estar conscientes, necesitamos conocerlo. Esto determinará cómo vivimos en esta era presente. Este continuum incluye «desde los tiempos eternos», la eternidad pasada; incluye «esta era presente»; y también incluye la eternidad futura, «el siglo venidero». ¿Estás entendiendo estas tres marcas de tiempo? Pasado, presente, y futuro.
Nosotras vivimos en esta era presente, pero hay dos clases de personas en esta era presente, y todos en este planeta caemos en una de estas dos categorías. Cada una de nosotras, todas la que están escuchando hoy mi voz, caemos en una de estas dos categorías.
Todas estamos viviendo en esta era presente, pero la primera categoría son aquellas que están viviendo para esta era presente. Ellas no solamente están viviendo en ella. Están viviendo para ella. Está todo este lapso eterno de tiempo, y estas personas están viviendo para este pequeño punto que está sobre todo ese lapso de tiempo. Están viviendo para esta era presente, ajenas a la eternidad pasada y a la eternidad futura. Ellas están viviendo para el presente, para el aquí y el ahora.
Pero hay otras que también están viviendo en esta era presente, pero no están viviendo para esta era presente, sino que están viviendo, ¿para qué? Para el siglo venidero. Están viviendo en esta era presente, pero están viviendo para el siglo venidero.
Y esa perspectiva que vamos a estudiar hoy y mañana, la perspectiva que tengas, ya sea que estés viviendo para esta era presente o que estés viviendo para el siglo venidero, hace toda la diferencia en la manera como vives. Y hace toda la diferencia en tu capacidad de tener gozo, fe y confianza en el Señor, cuando ves que el mundo a tu alrededor se está volviendo loco.
Cuando digo a tu alrededor, no es solo en los titulares de las noticias. Podría ser en tu propio hogar o en tu lugar de trabajo o en tu ambiente escolar. La manera en que estés viviendo, ya sea para esta era presente, o para el siglo venidero, determinará tu perspectiva y tu proceder en esta era presente.
Así que en primer lugar quiero hablarles de las personas que están viviendo para esta era presente. Tito tiene muchas palabras y frases a lo largo de este pequeño libro, que describen a las personas que están viviendo para esta era presente. Voy a leerlas rápidamente. Si tú quieres y puedes, sigueme con tu Biblia, o tal vez solo quieras escuchar.
En el capítulo 1, versículo 7, él habla de personas que son «obstinadas, iracundas, dadas a la bebida, pendencieras, amantes de ganancias deshonestas».
En el versículo 10 del capítulo 1, dice que son «rebeldes, habladores vanos y engañadores».
En el versículo 12 del capítulo 1, cita a un profeta muy popular de Creta quien dijo: «Los cretenses son siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos». A lo que Pablo, en el siguiente versículo, simplemente dice: «Este testimonio es verdadero» (risas). ¡Es verdad! Ellos siempre son mentirosos, malas bestias, glotones ociosos. ¿Sabes por qué? Porque estaban viviendo para esta era presente, y solo les importaba tener sus barrigas llenas y tener su propia versión de la verdad, fuera cierta o falsa. Ellos eran ociosos, malos, mentirosos y glotones.
En el versículo 15 del capítulo 1, habla de las personas que están viviendo para esta era presente y están corrompidas. Son incrédulas. «Tanto su mente como su conciencia están corrompidas».
En el versículo 16: «Profesan conocer a Dios (tal vez son religiosos), pero con sus hechos lo niegan, siendo abominables y desobedientes e inútiles para cualquier obra buena».
En el capítulo 2, versículo 12, habla sobre «la impiedad y los deseos mundanos». Estas son características que describen el apetito de las personas que están viviendo para esta era presente.
En el capítulo 3, versículo 3, dice que las personas que viven para esta era presente son: «necios, desobedientes, extraviados, esclavos de deleites y placeres diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y odiándonos unos a otros».
Ahora, lo que él realmente está diciendo aquí en este contexto, y no leímos todo el párrafo, es que todas nosotras pudimos haber sido descritas de esa manera en algún momento. Hubo un tiempo en que no teníamos un corazón para Dios. No teníamos el evangelio. No habíamos sido redimidas. Así que todas nosotras estábamos viviendo para esta era presente, y estas eran algunas de nuestras características. Todavía, al día de hoy son características de las personas que viven para esta era presente.
El capítulo 3, en los versículos 10 y 11, habla sobre aquellos que viven para esta era presente: «Al hombre que cause divisiones . . . (el tal es) perverso y peca, habiéndose condenado a sí mismo».
Ahora, como estuve reflexionando, y he dado un repaso muy rápido de muchos de estos términos negativos, que describen a las personas que viven para esta era presente, ¿cómo podría resumir las características de las personas que viven para esta era presente? Y llegaron tres palabras a mi mente que pienso que resumen las características de las personas que viven para la era presente. Tal vez tú tengas otras palabras mejores, pero estas son las tres en las que he estado pensando.
La primera palabra es: Triviales. Son las personas cuyos intereses son triviales, tienen pasiones mundanas. Viven para el placer. Viven para las cosas que no tienen ningún valor. Están jugando. Están viviendo vidas superficiales.
Que tonto es vivir para un punto, cuando tenemos toda una larga línea de eternidad delante de nosotras. Estas personas son triviales. Están viviendo en la superficie. Tal vez piensan que son brillantes, productivas, que están haciendo algo muy importante, construyendo todo tipo de maquinarias y equipos, negocios e imperios. Pero si reduces todo eso y lo miras desde el punto de vista de eternidad, sus vidas son triviales, no tienen importancia. Lo que están haciendo no tiene ninguna importancia. Están consumidos con sus carreras, con sus deportes, con su dinero, con la política, con sus juegos, con sus entretenimientos, con ellos mismos. Están buscando intereses triviales.
Hay otra palabra que creo que caracteriza a aquellos que están viviendo para esta era presente, y es la palabra: Perversas; primero triviales, y luego perversas.
Pablo habla aquí de la impiedad y de las pasiones mundanas y pecaminosas. Así que estas son personas que piensan que son buenas y tratan de hacer que sus vidas torcidas parezcan buenas. Y tratan de convencer a muchas personas de que sus elecciones son buenas. Ellas tal vez traten de forzarnos a aceptarlas y a respaldar su forma mundana de vida. Pero en realidad no es buena. No es algo que podemos aceptar o respaldar. Son perversas. ¿Y qué las hace perversas? El hecho de ser contrarias a la ley y a la Palabra de un Dios santo.
Entonces, decir que esa forma de vida es perversa, no es políticamente correcto, porque hoy, lo que acabo de mencionar es la esencia de la intolerancia. Es tener una mente cerrada, estrecha, obstinada. Tal vez no es políticamente correcto, pero es verdad. Sus vidas son triviales, y ellas son perversas, aquellas que viven para esta era presente.
Y luego tenemos la tercera palabra. Es la palabra: Hostiles. Puedes ver en esa lista de palabras que leímos en Tito, que ellos tenían malas relaciones. Ellos odiaban. Se odiaban los unos a los otros. Había amargura. Había odio.
Piensa en las relaciones de algunas de las personas que conoces, que están viviendo para esta era presente: padres e hijos, hermanos, esposos, vecinos, iglesias divididas, amistades rotas. Están viviendo para esta era presente. No están tratando de restaurar esas relaciones, no vienen en humildad y arrepentimiento a tratar de reconciliarse. Hay odio racial, enemistad racial, hombres versus mujeres, y mujeres versus mujeres, y hombres versus hombres, y blancos versus negros, y la policía versus. . . Tenemos toda esta hostilidad, y es una característica de las personas que están viviendo para esta era presente. Ellos no están buscando la reconciliación. No están buscando la unidad. Son triviales, perversos, y hostiles.
Ahora, dijimos que hay solo dos grupos de personas, los que viven para esta era presente; pero ahora vamos a ver que hay otra forma de vivir, el otro grupo de personas no vive para esta era presente sino para el siglo venidero.
Antes de los tiempos eternos, Dios comenzó el plan para enviar Su gracia y Su salvación a este mundo caído. Eso es lo que Tito nos dice. Y ahora mismo estamos viviendo en esta era presente. Así que la pregunta es: ¿Estamos viviendo para esta era presente? ¿O estamos viviendo para el siglo venidero?
Tito capítulo 3 nos dice que si la gracia de Dios ha llegado a tu vida, entonces tu vida ha cambiado. Ya no estás viviendo para esta era presente; ahora estás viviendo para el siglo venidero.
Mi amigo y escritor, Randy Alcorn, fue el primero en introducirme este concepto del punto sobre la línea, sobre una recta. Esto fue lo que él dijo:
Pienso en nuestras vidas como si fueran un punto y una línea, significando dos cosas. Nuestra vida presente en la tierra es el punto. Tiene un principio y un fin. Sin embargo, desde ese punto, una línea se extiende para siempre. Esa línea es la eternidad, la cual los cristianos pasarán en el cielo. Ahora mismo estamos viviendo en el punto. Pero, ¿para qué estamos viviendo? La persona corta de vista vive para el punto, para esta era presente. La persona con perspectiva vive para la línea, para el siglo venidero.
Entonces, ¿qué diferencia hay entre vivir para el siglo venidero y vivir para esta era presente, vivir para la línea, o vivir para el punto?
Mañana exploraremos más sobre esto en el libro de Tito, pero cuando estaba preparando esta serie, le pedí a algunas de mis amigas de Facebook que respondieran la siguiente pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre vivir para la línea en vez de vivir para el punto, vivir para el siglo venidero en vez de para esta era presente? Recibí muchas respuestas interesantes, pero voy a compartir con ustedes solo algunas de estas.
Una mujer dijo: «Nos da paciencia, aún gozo, en medio de las tribulaciones, porque sabemos que nuestras aflicciones están obrando en nosotras un eterno peso de gloria».
Otra amiga dijo: «En vez de estar quejándonos, podemos ser guerreras con mentes y cuerpos disciplinados, con valor, y motivadas por el evangelio de Jesucristo».
Otra mujer escribió: «Esto afecta nuestras elecciones, nuestro proceder, nuestras relaciones, y nuestras prioridades».
Esta mujer fue muy práctica. Ella dijo: «Hace TODA la diferencia en mis días difíciles educando en mi casa a seis niños. Repito, ¡viviendo con la eternidad en mente una y otra y otra vez!»
Otra mujer dijo: «Hace TODA la diferencia en cómo uso mi tiempo, mi dinero; cómo actúo; cómo reacciono ante la dificultad, el dolor y la desilusión; cómo trato a los demás y lo que atesoro».
Laura, quien estuvo aquí con nosotras, dijo: «¿Qué diferencia hay si estás viviendo para la línea, en vez del punto? Vives una vida simple, no te apegas a las cosas, y no entierras tus estacas muy profundo». (No te aferras demasiado a este mundo).
Otra mujer dijo: «Esto hace que nuestros afectos se levanten por encima de cualquier ofensa o frustración que pueda tener con mis hermanos y hermanas cristianas. Cubre todas nuestras acciones diarias con la sangre redentora y el amor de Cristo».
Y podría decir que eso también puede obrar en los matrimonios. En tu matrimonio, si estás viviendo para la línea en vez del punto, estás viviendo para el siglo venidero en vez de para esta era presente, y entonces ya no te vas a ofender fácilmente cuando tu esposo te diga algo. No vas a ser tan susceptible y decir: «Oh, eso me ofendió mucho». Ahora, hay momentos en los que necesitamos hablar de esas cosas. Mi esposo y yo tuvimos que hablar acerca de algo en días pasados. No fue fácil. Llegamos a estas conclusiones: en nuestro diario vivir, vamos a asumir lo mejor del otro. Vamos aceder el uno para con el otro, porque no estamos viviendo para esta era presente; estamos viviendo para el siglo venidero y preparándonos el uno al otro para eso.
Otra mujer dijo: «Nuestro enfoque ya no está en conseguir cosas materiales. Pasaremos tiempo promocionando y preparándonos para lo eterno».
Hay un hombre en nuestro ministerio con el que he trabajado por muchos años, quien, hace poco fue diagnosticado con cáncer. Él ha estado enviando correos electrónicos frecuentemente, informándonos cómo sigue. Hace varias semanas supo que el cáncer había regresado. Esto fue lo que nos informó la última vez: «Bueno, aunque estas no son las noticias que esperábamos, sabemos que Dios aún está en control y que esto no lo tomó por sorpresa».
Y ayer él envió un correo electrónico a todo el equipo confirmando que el cáncer se ha esparcido y que el médico que lo vio ayer cree que él tiene menos de un año de vida. Él dijo después de oír el reporte: «Entendemos que sin la intervención de Dios, mi tiempo aquí en la tierra se está acabando, y queremos estar seguros de terminar la carrera fuertes y glorificándolo a Él». Y se despidió con las siguientes palabras: «Confiando en nuestro Señor».
Ahora, este amigo está viviendo en esta era presente. Él está sufriendo. Tiene citas médicas, tratamiento –terapia y radiación– muchas cosas están pasando; pero él no está viviendo para esta era presente. Está viviendo para el siglo venidero. Él no está viviendo para el punto; está viviendo para la línea, y eso hace toda la diferencia ahora y por toda la eternidad.
Débora: Has estado escuchando a Nancy DeMoss Wolgemuth. Ella te ha recordado la esperanza eterna que tienes en Cristo, aún cuando el mundo, o tu mundo, parece estar fuera de control.
Y aún en medio del caos puedes vivir la belleza del evangelio. Pero, ¿cómo luce esto? Nancy te ayudará a ver cómo se aplica esto a tu vida a través de su libro, «Adornadas». Adquiérelo a través de nuestra tienda en línea en AvivaNuestrosCorazones.com, o en tu librería cristiana favorita.
Recursos como este libro y la enseñanza de hoy, son posibles gracias las donaciones de nuestros colaboradores mensuales. Ellos apoyan Aviva Nuestros Corazones de modo que podamos continuar produciendo recursos basados en la Palabra de Dios.
Si Dios lo pone en tu corazón, puedes hacer una donación a través de nuestro sitio web, AvivaNuestrosCorazones.com, o unirte a nuestros colaboradores mensuales. ¡De antemano te decimos, muchas gracias por tu apoyo!
Y, ¿sabías que la Biblia nos da instrucciones respecto a lo que publicamos en las redes sociales? Mañana Nancy te mostrará cómo la Palabra de Dios te guía en esto. Pero ahora, ella quiere que escuches un fragmento de una enseñanza del conferencista y autor, Randy Alcorn, que resume muy bien lo que has escuchado en este episodio.
Randy Alcorn: Jesús dice: «No os acumuléis tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre destruyen, y donde ladrones penetran y roban». ¿Por qué les está diciendo «No os acumuléis tesoros en la tierra?» Porque estas cosas no van a durar. No es solamente que es un error hacerlo. Es lo más tonto que podemos hacer. Pero Jesús dice: «...sino acumulaos tesoros en el cielo». Parafraseando, si tú Me conoces, vas a ir al cielo, entonces cada día de tu vida, si acumulas tesoros en el cielo, estarás más cerca de tus tesoros, en vez de alejarte de ellos. Aquel que pasa su vida alejándose de sus tesoros tiene razón para desesperarse. El que pasa su vida acercándose a sus tesoros tiene razón para regocijarse».
Esta vida es solo un punto, y desde ese punto se extiende una línea, y esa línea se extiende para siempre. Todos nosotros vivimos en el punto. Pero si somos inteligentes, no vamos a vivir para el punto. Viviremos para la línea junto al pueblo de Dios, Dios quien vivirá por siempre. Su pueblo vivirá para siempre. Su Palabra vive para siempre.
Así que vive tu vida ahora mientras estás en el punto, a la luz de la línea, invirtiendo en la línea que es lo que realmente importa al momento de morir en esta tierra.
Débora: Viviendo para la eternidad, juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
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