El poder y la belleza de la verdad
Débora: En un mundo lleno de mentiras, puedes declarar la poderosa verdad de Dios. Aquí está Nancy DeMoss Wolgemuth.
Nancy DeMoss Wolgemuth: ¿Quieres gracia en tu vida? ¿Quieres misericordia en tu vida? ¿Quieres paz en tu vida? Entonces aprende a cimentar y a arraigar tu vida en la verdad.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de Mentiras que las mujeres creen, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 8 de diciembre de 2023.
Las mentiras están en todas partes y son más peligrosas y poderosas de lo que podemos imaginar. Pero la buena noticia es que la verdad puede liberarte. Hoy, Nancy te mostrará cómo hablar verdad a tu mente y caminar en ella. Nancy dio este mensaje en la conferencia de True Woman ‘18. Escuchemos.
Nancy: Cada una de nosotras como conferencistas, desde hace algún tiempo, le hemos estado pidiendo al Señor …
Débora: En un mundo lleno de mentiras, puedes declarar la poderosa verdad de Dios. Aquí está Nancy DeMoss Wolgemuth.
Nancy DeMoss Wolgemuth: ¿Quieres gracia en tu vida? ¿Quieres misericordia en tu vida? ¿Quieres paz en tu vida? Entonces aprende a cimentar y a arraigar tu vida en la verdad.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de Mentiras que las mujeres creen, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 8 de diciembre de 2023.
Las mentiras están en todas partes y son más peligrosas y poderosas de lo que podemos imaginar. Pero la buena noticia es que la verdad puede liberarte. Hoy, Nancy te mostrará cómo hablar verdad a tu mente y caminar en ella. Nancy dio este mensaje en la conferencia de True Woman ‘18. Escuchemos.
Nancy: Cada una de nosotras como conferencistas, desde hace algún tiempo, le hemos estado pidiendo al Señor que nos dé palabras que ministren gracia.
Hay siete mil mujeres aquí presentes y miles más en línea. Venimos de muchos contextos y temporadas de la vida muy diferentes. Estamos enfrentando distintas circunstancias, pruebas, retos y oportunidades.
Y no hay forma de que podamos saber, como equipo, cuáles son todas esas necesidades y qué está pasando de manera individual en cada corazón, y mucho menos poder ministrar de manera significativa a todas esas necesidades. Desearía que pudiéramos sentarnos y tomarnos una taza de café juntas. Bueno, para mí no sería café, sino té o agua. Pero me gustaría que pudiéramos sentarnos a la mesa juntas, y escuchar los corazones y las historias de cada una de ustedes.
Pero la verdad es que Dios nos conoce –a cada una de nosotras. Él te conoce; Él conoce tu situación, tus necesidades, tus cargas. Esas cosas que nadie más sabe sobre ti. ¡Pero Él sabe exactamente cómo satisfacer cada una de nuestras necesidades! ¡Alabado sea Jesús!
Y creo que Dios quiere derramar misericordia y gracia sobre cada una de nosotras en estos días que compartiremos juntas. Y le estoy pidiendo que haga eso por ti y por mí; que lave nuestros corazones con el agua de Su Palabra, que avive nuestros corazones con Su verdad.
Así que independientemente de tu situación, de lo que dejaste en casa, de lo que trajiste aquí este fin de semana o de lo que puedas estar enfrentando y de lo que no tienes idea que enfrentarás cuando llegues a casa, quiero decirte que realmente hay buenas noticias para tu corazón este fin de semana.
Pero este es el asunto: las buenas noticias no son valiosas hasta que hayas escuchado las malas noticias. Así que quiero comenzar con las malas noticias esta noche. Estas son las malas noticias: las mentiras están por todas partes. Son más poderosas, más malvadas y más destructivas de lo que podemos imaginar, y todas estamos profundamente afectadas por las mentiras; cada una de nosotras.
La serpiente le dijo a la mujer: «Conque Dios les ha dicho…», en otras palabras, «lo que Dios te dijo no es verdad. Puedes determinar tu propia verdad».
«De hecho, será mejor para ti si lo haces». Y así la serpiente inventó una narrativa que parecía correcta. Era una mentira atractiva, muy atractiva. Además, ¿habría seguido Eva adelante si no hubiera sido así? ¡El único problema de la historia es que lo que la serpiente le dijo no era verdad!
Eva se enamoró de esa mentira, de ese engaño. Ella fue engañada, y desde ese día cada ser humano que ha vivido desde entonces ha sido profundamente impactado por las mentiras de muchas maneras. Todas hemos pecado contra otras personas que son engañadores y engañados. Hemos sido lastimadas por mentiras que otras personas han creído, y todas nos hemos engañado a nosotras mismas.
Satanás nos miente; este mundo caído nos miente; nuestros propios corazones nos mienten. Absorbemos y creemos cosas sobre Dios, sobre nosotras mismas, sobre nuestras relaciones, sobre nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro, cosas que nos parecen correctas, pero que no son ciertas.
Hemos sido lastimadas por otros que creen mentiras y que mienten. Nos hemos engañado a nosotras mismas. Pero eso no es todo. Aquí está la parte que puede ser la más difícil de reconocer: ¡Todas nosotras somos engañadoras! Nos mentimos a nosotras mismas, mentimos a los demás y le mentimos a Dios.
Esas son las malas noticias: las mentiras están por todas partes. Son más poderosas, más malvadas y más destructivas de lo que podemos imaginar, y todas hemos sido profundamente afectadas por ellas. Ahora, quiero invitarte a que digas eso conmigo, porque no quiero que simplemente lo escuches y digas: «Sí, sí…lo que sea». Quiero que afirmes lo que estaremos hablando. Así que dilo conmigo: «¡Las mentiras son más poderosas, más malvadas y más destructivas de lo que puedo imaginar!»
Repite eso primero, y luego dirás esto: «Las mentiras me han afectado profundamente».
Pero ahora diré las buenas noticias: La verdad es más poderosa que las mentiras. Es más pura y más hermosa de lo que puedes imaginar, ¡y te hará libre! Ahora déjame decir todo esto por partes para que podamos repetirlo juntas.
La verdad es más poderosa que las mentiras.
Es más pura y más hermosa de lo que puedo imaginar.
¡La verdad me hará libre!
Te invito a buscar en tu Biblia la corta epístola de 2 Juan. Está casi al final del Nuevo Testamento. Y puede ser una de esas páginas de tu Biblia que se mantienen pegadas porque no vamos allí muy a menudo. No sé si alguna vez escuché un mensaje sobre 2 Juan.
Si vas a tu Biblia y pasas esas últimas páginas de tu Biblia hacia la izquierda –Apocalipsis, Judas, 3 Juan, 2 Juan y 1 Juan– podrás encontrar esta pequeña carta. Este es uno de los libros más cortos de la Biblia. En el idioma original solo tiene 245 palabras. De hecho, se parece más a una tarjeta que a una carta, ¡pero es una carta completa!
Solo vamos a rozar la superficie de 2 Juan esta noche. Vemos en esta breve carta algunas de las cualidades de la verdad, sus evidencias, sus retos y las bendiciones de caminar en ella.
Ahora, este pequeño libro fue escrito por el apóstol Juan; tiene su nombre. Juan escribió el Evangelio de Juan, 1, 2 y 3 de Juan y también el libro de Apocalipsis. Él fue conocido como «el discípulo amado de Jesús».
Se identifica a sí mismo en el versículo 1 como «el anciano». Escribió esta carta cuando era un anciano probablemente de unos noventa años. Estaba cerca del final de su vida. Pero no solo era anciano; él era un verdadero anciano en la familia de Dios. Era responsable de la supervisión y el cuidado de muchas iglesias locales. Así que esta carta fue escrita por Juan el anciano.
¿Y a quién le escribió la carta? Bueno, él dice que es para «la señora escogida (o elegida, dice en otras traducciones) y a sus hijos, a quienes amo en verdad» (v. 1). Ahora, algunos comentaristas piensan que esto de la señora escogida es una forma simbólica de referirse a una iglesia en particular. Otros creen (y tiendo a estar de acuerdo con ellos; aunque no lo sabemos) que fue escrito para una mujer anónima, tal vez una viuda y sus hijos, que eran buenos amigos de Juan.
Ya sea la iglesia, simbólicamente, o una mujer literal y sus hijos, no cambia el mensaje en absoluto. Hay ánimo y advertencia en estos versículos. Juan la llama «la señora escogida». Algunas traducciones dicen «la señora elegida por Dios, y a sus hijos, a quienes amo».
En algunas traducciones en inglés, en el versículo 5 él la llama, «querida señora». Esta mujer era una querida amiga del apóstol. Permíteme hacer una pausa aquí por un momento. Si estás en Cristo, esa misma descripción aplica para ti. En la eternidad pasada, fuiste escogida por Dios para pertenecerle. ¡Eres amada por Dios! ¿Crees eso? ¿Crees que fuiste escogida por Dios y amada por Dios?
Estas son verdades que te harán libre cuando empieces a aconsejar tu corazón, no de acuerdo a lo que sientes o piensas, sino de acuerdo a lo que Dios dice acerca de ti en Su Palabra. Así que, «escogidas y queridas damas», ¿qué había en la mente de Juan cuando le escribió a esta querida amiga?
Bueno, en los dos primeros versículos tenemos una buena pista, porque usa la misma palabra tres veces. Él le dice a la señora escogida y a sus hijos «a quienes amo en verdad, y no solo yo, sino también todos los que conocen la verdad, a causa de la verdad que permanece en nosotros y estará con nosotros para siempre» (vv. 1-2).
Esta palabra «verdad» es una palabra que Juan amaba. La usa treinta y siete veces en sus escritos del Nuevo Testamento.
Nunca se cansó de hablar de la verdad y de llamar a los hijos de Dios a caminar en la verdad. Así que le dice a esta mujer: «Te amo en la verdad».
Ahora, hoy el amor y la verdad a menudo se enfrentan como si fueran opuestos, como si fueran enemigos, como si estuvieras a favor del amor o si estuvieras a favor de la verdad. Pero Juan le dice a esta mujer: «Te amo en la verdad». Y la realidad es que estos dos conceptos siempre van de la mano. ¡El amor genuino siempre está arraigado en la verdad!
La base para el amor, la amistad y la unidad en la iglesia, no es tener la misma edad o vivir en el mismo lugar o pertenecer a un mismo grupo de personas o tener personalidades, gustos o experiencias de vida similares.
La base para las relaciones personales y el amor es la verdad. Ese es el fundamento del amor. Y eso es algo que va en contra de nuestro mundo postmoderno que dice: «No existe la verdad absoluta. La verdad es subjetiva, es relativa, cambia de una generación a la siguiente». Tú tienes «tu verdad» y yo tengo «mi verdad». Lo que sea verdad para ti, es lo que sea que quieras creer.
Pero Juan dice en estos versículos: «Podemos conocer la verdad». Él dice que la verdad estará con nosotros para siempre.
La verdad es objetiva, es absoluta, es inmutable. Y alabado sea Dios, es eterna. A veces pensamos que la verdad es restrictiva, dura o limitante. Pero el versículo 3 nos dice que la verdad trae algunas bendiciones maravillosas.
¿Qué dice el apóstol? «La gracia, la misericordia y la paz estarán con nosotros, de Dios Padre y de Jesucristo, el Hijo del Padre, en verdad y amor» (v. 3). Gracia, misericordia, paz. Esos son los dulces frutos de andar en la verdad.
Creo que ya empiezas a ver aquí la belleza de la verdad. ¿Quieres gracia en tu vida? ¿Quieres misericordia en tu vida? ¿Quieres paz en tu vida? Entonces aprende a cimentar y a arraigar tu vida en la verdad. Así es como obtienes estas cosas.
Juan le dice a esta mujer: «Mucho me alegré de encontrar algunos de tus hijos andando en la verdad, tal como hemos recibido mandamiento del Padre». ¿No es cierto que trae gozo a tu corazón cuando ves a aquellos a quienes amas andando en la verdad?
Si tus hijos están caminando en la verdad, tus nietos, las personas a las que has discipulado, las personas en las que te has invertido, ¡eso te llena de gozo! Pero es interesante para mí (y nunca me di cuenta de esto hasta hace un tiempo) que Juan dice: «Mucho me alegré al encontrar algunos de tus hijos andando en la verdad». No todos sus hijos andaban en la verdad (v. 4).
Cada persona en cada generación tiene que escoger por sí misma el camino de la verdad.
Esto no es algo hereditario, ni genético. «Mis padres eran cristianos por lo tanto soy cristiana» No. «Algunos de tus hijos» andan en la verdad. ¡Oramos para que todos anden en ella!
Luego habla de «andar en la verdad». Esta es una forma de vida, y a Juan no le preocupa lo que dices que crees, sino lo que realmente crees, lo cual se demuestra en cómo vives, en cómo caminas.
En los versículos 5 y 6 (que no voy a leer esta noche pero te animo a que lo hagas más tarde), habla de algunas de las evidencias de andar en la verdad. Y la principal es la obediencia a la Palabra de Dios. Así es como sabemos que estamos en la verdad.
Y luego, el versículo 7 (ahí es donde quiero detenerme), habla de que hay oposición a la verdad, así que prepárate. ¡Mantente alerta! Juan dice en el versículo 7: «Pues muchos engañadores han salido al mundo que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Ese es el engañador y el anticristo».
Ahora, él menciona al engañador, al anticristo, pero habla de muchos engañadores. Esa palabra «engañadores» es la palabra planos, de donde obtenemos la palabra «planeta». El significado tiene que ver con «vagar». Estos son vagabundos. Se alejan de la verdad, llevan a otros por mal camino. Están engañados y engañan a otros sobre quién es Jesús, sobre el evangelio, sobre lo que es bueno y lo que es verdadero.
Este es el asunto: lo que ellos creen no es verdad, pero no siempre es inmediatamente obvio. Y eso es lo que los hace efectivos en sus engaños, porque muchas veces lo que dicen parece cierto. Parece bueno, parece correcto, pero no es verdad. Por eso tenemos que estar alerta, tenemos que estar alerta. ¡Debemos tener discernimiento!
En el versículo 8 Juan da una advertencia: «Tengan cuidado para que no pierdan lo que hemos logrado, sino que reciban abundante recompensa». Quiero que recordemos que esta es una mujer amada por él, «a quien amo en verdad». Él la ama, él ama a sus hijos. Pero no tiene miedo de decirles: «¡Tengan cuidado!»
A veces pensamos que si nos acercamos a alguien que vemos que va por un camino que no es correcto, y le decimos algo honesto o tratamos de señalarle la verdad, pensamos: «Bueno, puede que no piense que le amamos» o «eso no sería muy amoroso, porque todos tienen su verdad y su camino».
No. Juan sabe que lo más amoroso que puedes hacer por alguien que está en peligro de alejarse de la verdad es decirle que tenga cuidado. Si estoy caminando por la calle y hay un agujero y no lo veo…mi esposo Robert, me agarra del brazo y me dice: «¡Cuidado!» Él no está siendo malo. Él me ama. Él quiere protegerme. Es una señal de amor.
Así que Juan dice: «¡No dejen que los engañadores los desvíen!» Aquí hay determinación y perseverancia. Nunca jamás llegues al punto en que dejes de estar alerta para aferrarte a la verdad. Nunca. Ten cuidado. ¡Ten mucho cuidado!
«Para que no pierdan lo que hemos logrado». Estoy tan contenta con esa advertencia porque tiene una promesa, una palabra de aliento. Juan dice, «…sino que reciban abundante recompensa». Tu compromiso con la verdad, incluso cuando sea difícil, incluso cuando tengas que nadar contra la corriente, cuando tengas que desafiar a los engañadores, tu compromiso con la verdad, tu compromiso de caminar en la verdad será abundantemente recompensado.
En el versículo 9 dice: «Todo el que se desvía y no permanece en la enseñanza de Cristo (todo el que abandona la verdad), no tiene a Dios; (pero) el que permanece en la enseñanza (el que se aferra a la verdad) tiene tanto al Padre como al Hijo».
Esto es lo que puedo sacar de ese versículo: la evidencia de la verdadera fe es que te aferras fielmente a la verdad. Si tienes verdadera fe, entonces te aferrarás fielmente, por la gracia de Dios, a la verdad. Juan continúa diciendo en los versículos 10 y 11: «Si alguno viene a ustedes y no trae esta enseñanza, no lo reciban en casa, ni lo saluden, pues el que lo saluda participa en sus malas obras».
Ahora, es bueno ser hospitalario, es bueno recibir personas en nuestros hogares, pero no es bueno recibir enseñanzas falsas y engañosas. Esas pueden ser personas reales que traemos a nuestros hogares. Pero Juan está diciendo, «no tengas compañerismo con esas personas. ¡Te van a llevar por mal camino!» Pero podemos traer esta falsa enseñanza por muchos medios diferentes: a través de la televisión, de la música, del Internet y las redes sociales.
Él está diciendo, «no aceptes ninguna forma de engaño en tu corazón, en tu mente, en tu hogar, en tus relaciones. ¡Hay mucho en juego!» Y es más fácil de lo que pensamos que el engaño se arraigue en nuestros corazones, en nuestras mentes, en nuestras vidas y en las vidas de aquellos a quienes amamos. Decir «sí» a la verdad es decir «no» a todo lo que no es verdad.
Aquí está el punto: nos engañan constantemente. Puedes estar sentada aquí esta noche habiendo creído mentiras que han sido plantadas en tu corazón durante años. Tienes voces, «grabaciones», sonando en tu cabeza:
- «No puedo obtener la victoria sobre este hábito, esta adicción, esta tentación».
- «No hay forma de que pueda perdonar a esa persona que me ha lastimado tan profundamente».
- «Nunca podré volver a estar completa después de lo que me han hecho».
- «Cristo no es suficiente para mi situación».
Pero nunca diríamos todo eso en voz alta. Sin embargo, ¿no es eso lo que a veces sentimos? «Mi vida no tiene esperanza» o «mi vida no tiene sentido», llena el espacio en blanco, «¡nunca seré diferente!» ¡Mentiras, mentiras, mentiras!
Estas son mentiras que aprisionan a tantas de ustedes hoy en la desesperanza, en las adicciones, en la desesperación, en los sentimientos de insuficiencia, en los miedos. Estas son mentiras que nos impiden experimentar la gracia, la misericordia, la paz, el gozo y la libertad que hay en Cristo.
He estado meditando últimamente en ese pequeño versículo del capítulo 2 del libro de Jonás. Jonás está en el vientre de este pez, pero hace esta oración desesperada a Dios. En el versículo 8 de Jonás 2, dice: «Los que confían en ídolos vanos…»
Algunas de sus traducciones dicen: «Los que siguen a ídolos vanos…», cosas que no son ciertas. Dicen ser dioses, dicen ser reales, dicen ser la verdad, pero no lo son. Y a los que confían en estos ídolos vanos o siguen a estos ídolos vanos, ¿qué les sucede? «Su propia misericordia abandonan».
Dios quiere darte misericordia, gracia, libertad y gozo. Pero mientras confiemos en cosas que creemos que nos darán seguridad, cosas que creemos que nos harán felices, cosas que creemos que son verdaderas, incluso si no lo son, entonces abandonaremos la misericordia que Dios quiere darnos.
¿Sabes reconocer las mentiras? ¿Sabes discernir el engaño? ¿Sabes cómo discernir y lo reconoces cuando lo lees en un libro muy vendido o lees en un blog popular o lo escuchas en una canción famosa o en un salón de clases o de una amiga de confianza? ¿Sabes cómo reconocer la mentira y el engaño?
Bueno, te diré que solo hay una forma de discernir las mentiras, y es aprender a discernir la verdad, para estar arraigada en la verdad. Nunca conocerás la verdad mejor de lo que conoces la Palabra de Dios. Nunca conocerás la verdad mejor de lo que conoces a Jesús, quien es la Verdad.
Por eso necesitamos aprender a renovar nuestra mente, a aconsejar nuestro corazón conforme a la verdad.
«…todo lo que es verdadero…en esto mediten» (Fil. 4:8). Armadas con la verdad podemos luchar contra las mentiras ¡y podemos ganar! ¡Podemos vencerlas!
Ahora, no es suficiente saber la verdad. Necesitamos aprender a amar la verdad, porque la verdad no solo es buena, correcta y verdadera. Permíteme decirlo de esta manera: la verdad no solo es verdadera y correcta, también es buena y hermosa, ¡y el enemigo no quiere que creas eso!
El movimiento Mujer Verdadera ha estado abriendo mis ojos y mi corazón en estos años a esa realidad. Porque pensamos en la verdad, sabemos qué es verdad, sabemos qué es correcto, pero creer y comprender que es buena y hermosa, te hará libre.
Hemos escuchado de mujeres que han estado tratando con las desagradables consecuencias de años de manipulación y agresión sexual; y cómo ellas dicen que han escuchado voces equivocadas durante años. Y que al final solo querían un final feliz. Pero la realidad es que solo la belleza de la verdad es lo que puede liberarnos de la confusión y de las voces equivocadas.
¿Quieres liberarte de la confusión, de las voces equivocadas? ¡Aprende a conocer y a amar la verdad!
Hace un tiempo vi una publicación en Instagram de una joven esposa quien publicó una foto de ella misma y luego escribió esto:
«Solía tener ese cuerpo. Ya sabes, el que vemos todos los días en Pinterest o en Instagram: vientres planos, muslos anchos y los brazos perfectamente tonificados.
Solía recibir comentarios como, “¡wow, nunca supe lo delgada que eras!” o “¡estás muy delgada y en forma! ¡Ojalá yo fuera así!” Yo tenía el cuerpo que pensaba que quería, pero no tenía energía ni podía divertirme.
Me alejé de las personas para mantener una dieta saludable y hacer una hora extra en el gimnasio. Solía poner todo mi valor en una sola cosa: ser perfecta, ser lo suficientemente buena.
Ahora he sido sanada por el Salvador Perfecto. Aquel que me ha mostrado que las personas son más importantes que mi cuerpo; que la verdadera salud no es obsesión ni locura; que amarme a mí misma significa estar en comunidad con los demás, ser vulnerable a mi quebrantamiento y estar obsesionada con Jesús.
Hoy mis piernas tienen manchas, mi vientre ya no es plano y mis brazos no son tan musculosos como antes. Pero es el cuerpo que quiero, el cuerpo que me recuerda la verdad, la gracia y la libertad.
Escribo esto para recordarles a todas el verdadero valor que tenemos. Somos más que nuestro desempeño, nuestra ropa y nuestras ensaladas de lechuga. Somos amadas por Cristo, y vivimos para amar a los demás».
¡Ese es el poder y la belleza de la verdad! Es lo que ha liberado a mi amiga. Y esa misma verdad te hará libre.
Uno de mis pasajes favoritos de la Biblia se encuentra en el último libro de la Biblia, Apocalipsis capítulo 19. Ahí es donde se le da una visión al apóstol Juan. El cielo se abre y Juan ve a un Hombre (con H mayúscula) sobre un caballo blanco.
Ese jinete sobre el caballo tiene muchas coronas en Su cabeza, y Sus ojos penetrantes brillan como fuego. Está vestido con una túnica teñida en sangre. Los ejércitos del cielo lo siguen en caballos blancos y juntos salen a la batalla para afirmar el reinado y el gobierno de Dios en todo el mundo para salvar y defender al pueblo de Dios, aquellos que aman y se aferran a la verdad.
También salen a juzgar y a vencer a todos los enemigos de Dios, es decir, a los que caminan con la mentira y no aman la verdad. Esos ejércitos del cielo salen para salvación y para juicio.
¿Y cómo se llama el Capitán de ese ejército? Apocalipsis 19:11 nos dice que Él «se llama Fiel y Verdadero». El versículo 13 dice: «Su nombre es: El Verbo de Dios». Y el versículo 16: «En Su manto y en Su muslo tiene un nombre: “REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”».
La verdad que te hará libre. La verdad que me libera a mí, la verdad que liberó a mi amiga, y la verdad que te está liberando a ti de esa horrible situación que estás atravesando. La verdad que nos hace libres es una Persona: ¡Su nombre es Jesús!
Él viene a liberar a los cautivos. Él viene a secar cada lágrima. Y un día Él vendrá a redimir todo este mundo roto y caído cuando todo lo que el pecado ha dañado sea reparado. Toda mentira será expuesta, la verdad reinará y Jesús reinará por los siglos de los siglos.
Inclinemos nuestros corazones en oración. Al cerrar este tiempo, quiero leer cuatro frases del libro de los salmos que son oraciones. Me gustaría decir cada una de estas frases y luego invitarte a orar en voz alta conmigo. Si esta es la oración de tu corazón, acompáñame en oración.
Oh, Señor, «he escogido el camino de la verdad» (Sal 119:30).
«Guíame en tu verdad y enséñame» (Sal. 25:5).
«Envía tu luz y tu verdad; que ellas me guíen» (Sal. 43:3).
«Enséñame, oh Señor, Tu camino; andaré en Tu verdad» (Sal. 86:11).
¡Y que así sea para cada una de nosotras! Señor Jesús, te adoramos, Tú eres el camino, la verdad y nuestra vida, amén.
Débora: Acabamos de escuchar a Nancy DeMoss Wolgemuth en la conferencia True Woman '18. Ella nos ha estado retando a mantenernos alerta para reconocer la verdad, porque estamos siendo constantemente bombardeadas con mentiras. Nancy mencionó lo fácil que es absorber y creer cosas que no son ciertas.
El enemigo quiere que vivamos en esas mentiras. Pero la salida, la forma en que podemos ser libres, es a través de la verdad de la Palabra de Dios. En el libro de Nancy Mentiras que las mujeres creen y la verdad que las hace libres, aprenderás cómo vencer los engaños de Satanás con el poder de la verdad de Dios.
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