El poder permanente de la bondad
Débora: ¡Los esposos y las esposas pueden ser muy diferentes! Con nosotras la investigadora Shaunti Feldhahn con un ejemplo.
Shaunti Feldhahn: Pensamos que la intimidad física en nuestros matrimonios es principalmente una necesidad física para él. Como sabes, es una necesidad física, es un impulso físico. Si has estado corriendo detrás de los niños todo el día, dormir también parece una necesidad física, ¿cierto?
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de Adornadas, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 24 de marzo de 2023.
Tu bondad no solo mejora tus relaciones, sino que te cambia en el proceso. Esta semana hemos estado escuchando a Nancy DeMoss Wolgemuth y Shaunti Feldhahn, hablar acerca del poder de la bondad. Si te perdiste alguna parte de la conversación esta semana, asegúrate de escucharla en Aviva Nuestros Corazones, encuentra el audio y las transcripciones en …
Débora: ¡Los esposos y las esposas pueden ser muy diferentes! Con nosotras la investigadora Shaunti Feldhahn con un ejemplo.
Shaunti Feldhahn: Pensamos que la intimidad física en nuestros matrimonios es principalmente una necesidad física para él. Como sabes, es una necesidad física, es un impulso físico. Si has estado corriendo detrás de los niños todo el día, dormir también parece una necesidad física, ¿cierto?
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de Adornadas, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 24 de marzo de 2023.
Tu bondad no solo mejora tus relaciones, sino que te cambia en el proceso. Esta semana hemos estado escuchando a Nancy DeMoss Wolgemuth y Shaunti Feldhahn, hablar acerca del poder de la bondad. Si te perdiste alguna parte de la conversación esta semana, asegúrate de escucharla en Aviva Nuestros Corazones, encuentra el audio y las transcripciones en avivanuestroscorazones.com. Con nosotras Nancy.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Me ha encantado la conversación con Shaunti Feldhahn que hemos tenido durante esta semana. Shaunti, gracias por estar aquí.
Realmente estoy pensando mucho en todas estas cosas. Tengo un esposo increíble –¡cuya foto debería estar en la portada de este libro, en serio!– porque él ejemplifica todo esto de la bondad. Puedo ver cómo me bendice, pero quiero aprender cómo bendecirlo de mejor manera y cómo amarlo mejor.
He compartido muchas cosas con las mujeres todos estos años, y ahora yo te pregunto, «¿cómo haces esto en realidad?» Gracias por ser una mentora. Pienso en ti como una mentora. Has estudiado y escuchado a otras personas contar sus historias sobre la bondad. Eres una investigadora, y luego pusiste todo en este libro, así que esta semana nos has dado un buen entrenamiento.
Shaunti: Gracias.
Nancy: El libro se titula: El poder de la bondad: 30 días para mejorar cualquier relación. Ahora, esto no quiere decir que no habrá retos en esa relación después de treinta días, pero ambas hemos visto el poder de la bondad llena del Espíritu para cambiar una relación.
Y si no cambia nada más, al menos cambia la forma en que vemos a esa persona que tal vez es difícil o esa relación que tanto queremos que mejore. Este libro está repleto de ideas prácticas, útiles y sabias y de ejemplos de cómo se ve esto.
A medida que avanzamos hemos tratado de responder algunas preguntas, pero hay muchas más en este libro. El libro se titula El poder de la bondad y está disponible en español en diferentes librerías online.
Dijimos que este reto surgió de otro reto, del «Reto de 30 días para animar a tu esposo» el cual está disponible en nuestra página avivanuestroscorazones.com para descargar en PDF. Lo puedes encontrar también en la transcripción de este programa en la página o en la aplicación móvil.
Shaunti: ¡Así es!
Nancy: Me encanta cómo has desarrollado esto, cómo detallaste esto en diversos puntos. Una vez más, recuérdanos cuáles son porque no quiero que nadie los olvide, quiero que todos escuchen, que acepten el reto de la bondad.
Hemos mencionado tres partes. Por favor, recuérdanos cuáles son.
Shaunti: Lo que haces es elegir a una persona con la que quieres tener una mejor relación. Podría ser un cónyuge, un hijo, un pariente político o familiar de tu esposo difícil –quienquiera que sea. Durante treinta días haces tres cosas.
La primera es: no decir nada negativo sobre esa persona –ni a ella ni a otra persona– durante los próximos treinta días. Luego encuentras algo que puedas elogiar y afirmar sinceramente sobre ellos. Le dices lo que es y le dices a alguien más sobre esto. Encuentra algo con lo que puedas elogiarlos todos los días. Por último, haces una pequeña acción por ellos, una pequeña obra de generosidad o bondad cada día, un pequeño detalle del día a día. No tiene que ser algo grande.
Descubrimos que si haces esas tres cosas durante treinta días (e hicimos un gran estudio nacional sobre esto), el ochenta y nueve por ciento de las relaciones mejoraron. Realmente te cambia. Cambia aquello en lo que te estás enfocando.
Nancy: ¡Y del otro once por ciento no has escuchado nada todavía!
Shaunti: Sí, exactamente. Eso fue solo en treinta días. Sé que algunos de los números habrían cambiado si les hubiéramos dado seguimiento durante 120 días, o algo así.
Nancy: Esto no se trata de mostrar bondad durante treinta días y luego detenerse. El punto es desarrollar una forma completamente nueva de ver, observar, pensar y responder.
Shaunti: Es un hábito nuevo. Básicamente, encontramos (y esto es lo crucial que puedo decirles a todas) que sí hay alguien en tu vida con quien quieras una mejor relación. Tal vez ya tengas un buen matrimonio y solo quieras mejorarlo. Y quizás haya una situación difícil.
Los primeros días, podrías pensar que estás haciendo esto con tanta benevolencia. Podrías pensar: «Está bien, voy a hacerlo. Esta otra persona es muy difícil, pero voy a hacerlo».
Vas a pasar los primeros dos o tres días diciendo: «¡Vaya! ¡No tenía ni idea de cuántas veces he sido poco bondadosa!»
Nancy: Un poco de desintoxicación.
Shaunti: Esa es una buena palabra: desintoxicarse. «¡Vaya, no tenía ni idea!» Dios te abrirá los ojos. Los primeros días son reveladores. Luego las dos primeras semanas son: «Bien, ¿cómo se ve esto? Pensé que yo ya era una persona bondadosa. Ahora estoy practicando esto todos los días, y estoy llegando a ser buena en esto de una manera completamente diferente». Es un campo de entrenamiento para la bondad.
Luego, en las últimas dos semanas es cuando se desarrolla un hábito. Tomas esa nueva capacidad de bondad y la introduces en lo más profundo de tu corazón, en tus acciones, en tus pensamientos y actitudes, y se convierte en un hábito.
De hecho, muchas personas nos dijeron que cuando se cumplieron los treinta días ya habían olvidado dónde estaban en el desafío. Para muchas personas en ese punto, ya esto se había vuelto parte de su día a día, un estilo de vida.
Nancy: Algunas de las mujeres que han hecho el «Reto de 30 días para animar a tu esposo», nos han dicho que llega un momento en que sus esposos se preguntan (y ellas no les dicen que están haciendo el reto), ellos se preguntan: ¿Quién es esta mujer y qué han hecho con mi esposa?
Quiero decir, esta puede ser una forma de pensar realmente nueva. Creo que a veces puede resultar un poco incómodo si no estás acostumbrada a decir este tipo de palabras. Pero hay formas sencillas de hacerlo.
Una de las cosas que a Robert y a mí nos encanta hacer es enviarnos mensajes de texto. No es un sustituto de hablar palabras de bondad, sino que es una forma, en el transcurso del día, de mantenernos en contacto el uno con el otro y de expresarnos bondad en las pequeñas cosas.
Te sorprenderías de lo impactante que es un simple mensaje de texto diciendo: «Te amo». «¡Estoy pensando en ti!» «Gracias por hacer esto; me di cuenta cuando hiciste…» Puede ser un texto rápido de una sola línea, pero que bendice a esa persona, bendice su día, anima, fortalece, da vida.
Shaunti: Así es.
Nancy: Incluso en esas relaciones difíciles te cambiará a ti, ¡y los cambiará a ellos!
Shaunti: Cuando piensas en un mensaje de texto, un mensaje de voz, un correo electrónico –lo que sea que funcione para ti– si en su relación es una forma de comunicarse, definitivamente utilízalo como un medio para dar tus palabras de elogio de ese día. No pienses que tiene que ser únicamente algo verbal.
He estado haciendo esto por mi hija adolescente. Es una chica increíble. Acaba de cumplir diecisiete años, y ella hace ese gesto de voltear la mirada cuando le hablo. ¡Y eso hace explotar la cabeza de su mamá! (Digámoslo de esa manera).
Puede haber ocasiones en las que me enfoco en gran parte de la frustración y no me doy cuenta de lo bueno. Durante el reto de bondad de 30 días para ella (la persona para quien lo estaba haciendo), me di cuenta de que le estaba enviando mensajes de texto sobre algo, como, «¿cuándo vas a volver del voleibol?» O algo logístico. Y pensé: «¿Sabes qué? Voy a poner esto en texto para que ella pueda verlo».
Una de las primeras cosas que hice fue decirle: «Cariño, tengo que decirte que cuando te vi en ese juego de voleibol ayer, y vi cómo ustedes estaban como diez puntos por debajo y reunieron a los miembros de su equipo…sabías que probablemente iban a perder, pero no dejaste que se desanimaran. Las animaste. Seguiste avanzando hasta el último punto, (el cual perdieron). ¡Estoy tan orgullosa de verte como una líder!»
Más tarde me enteré de que le mostró ese mensaje de texto a alguien en su escuela.
Nancy: ¡Vaya! Eso le dio vida.
Shaunti: Le infundió vida. No tenía idea de que fuera así. Para mí fue como un pequeño comentario. Pero no fue algo pequeño para ella.
Nancy: Así es. No puedes imaginar el poder de esto. Dijimos que la bondad tenía superpoderes. ¡Es muy poderosa!
Shaunti: Sí, la bondad es un superpoder.
Nancy: Hablemos un poco sobre esto de los «actos de bondad». No solo las palabras, sino los actos de generosidad y bondad. ¿Cómo se ven estos?
Shaunti: Es interesante, porque cuando pensamos en ese elemento número tres de hacer un pequeño acto de generosidad por ellos, nuestros cerebros se dirigen inmediatamente al movimiento de actos de bondad al azar. Como pagar por las personas que están detrás de ti en el restaurante en el área de comida para llevar (ya sabes, en el auto destartalado). Todo eso es maravilloso.
Pero adquiere un significado completamente nuevo y eleva tu capacidad para ser bondadosa a un nivel completamente diferente, cuando realmente te estás enfocando en esa persona y tratas de averiguar: ¿Cuáles son los tipos de generosidad que serán importantes para ellos? Honestamente, esto te ayuda a descubrir cuáles son tus fortalezas.
Aquí estamos. Y nos damos cuenta de que vamos atacando a todos, y a nosotras mismas. (Somos más negativas de lo que pensamos. No elogiamos tan a menudo como pensábamos). ¿Pero sabes qué? Quizás no realizamos estas acciones con tanta frecuencia como deberíamos, pero las hacemos. ¿Cuáles son las cosas que nos vienen de forma natural para bendecir a otros? Tal vez no surjan de forma natural, pero puedes desarrollar un hábito en algo en lo que eres buena.
Te daré un ejemplo de algo que ni siquiera pensabas que es un acto de generosidad: Interesarte en la otra persona. Interésate por lo que está sucediendo en la vida de esa otra persona. En lugar de enfocar la conversación en ti, concéntrate en la otra persona durante la conversación.
Y esto es lo que noté. A medida que pasamos por estas acciones de generosidad, ¿sabes qué sucede? Estamos hablando con la otra persona de cuán importante es para nosotros y cuánto nos preocupamos por ella. Pero la otra cosa que estamos haciendo es quitarnos el control de las cosas que nos importan. Al mismo tiempo, realmente estamos trabajando en nosotras mismas.
Nancy: Estamos siendo liberadas.
Shaunti: Estamos siendo liberadas.
Nancy: Ahora, en este mismo contexto, hablas sobre la intimidad física en el matrimonio y cómo esto puede ser un regalo.
Shaunti: Sí. ¡Sabía que ibas a mencionar eso!
Nancy: Bueno, creo que es muy importante. Me alegra que lo hayas mencionado en este libro.
Shaunti: Bueno, esto es lo que sucede. Todas las mujeres escuchen esto. Si estás escuchando y eres una mujer casada, hay una probabilidad mayor al promedio de que tu esposo tenga más deseo de intimidad física que tú en el día a día.
Esto no va a ser así para todo el mundo. Algunas parejas están muy acopladas y, para algunas parejas, en realidad es la esposa la que tiene ese mayor deseo. Pero estadísticamente, quizás siete de cada diez, según el estudio que consulté, el esposo es el principal. Si ese es tu caso, entonces piensa en esto.
Cuando te acercas a él de esa manera, esa es una acción realmente poderosa de generosidad y bondad porque te estás preocupando por algo que le importa mucho a él. Debo explicarles a las mujeres que esto es una realidad (si no les importa que me sumerja un minuto en la investigación sobre los hombres en mi libro titulado: «Solo para mujeres». Disponible en español y en inglés.
Una de las cosas que descubrimos es que nosotras, como mujeres, tenemos un gran malentendido sobre lo que significa la intimidad física para nuestros maridos. Pensamos que la intimidad física en nuestros matrimonios es principalmente una necesidad física para él. Ese es el tipo de categoría en la que lo ponemos mentalmente.
Es una necesidad física, es un impulso físico. Si has estado corriendo detrás de los niños todo el día, dormir también parece una necesidad física, ¿cierto? Una vez les pregunté a los hombres: «¿Qué tan importante es esto en sus vidas?» Y lo que escuché de ellos no tuvo nada que ver con lo físico, ¡nada!
Lo que escuché fue esta enorme necesidad emocional que no podían satisfacer de otra manera. Es la necesidad que tiene cada hombre de sentir que su esposa lo desea. Y resulta que (aunque sea sorprendente para muchas de nosotras como mujeres), en realidad esto les da a nuestros maridos una sensación de confianza y una sensación de bienestar, en todas las demás áreas de su vida.
Y a la inversa (y aquí es donde realmente esto se vuelve relevante), también funciona al revés. Si no se siente deseado, si siente que es demasiado fácil para su esposa decir: «¿Sabes qué, cariño? ¡Estoy realmente cansada!», esto casi le da la sensación de: «¡Debo ser tan indeseable, ni siquiera puedo competir con su almohada!»
Para ese pobre hombre, este es realmente un pensamiento deprimente. Y eso les da una sensación de falta de confianza y falta de bienestar en otras áreas de su vida. Y entonces, pensando en eso, esto no es una cosa pequeña en absoluto. En realidad este es un tipo de generosidad bastante importante porque –y sería bueno pensar en esto para ti como esposa– lo encontramos como el mayor obstáculo.
Ciertamente hay problemas médicos; hay todo tipo de problemas. Puede que estés pasando por un momento muy difícil en tu matrimonio y piensas: «Está bien, solo necesito sacar eso de la mesa por un tiempo». Absolutamente, lo entiendo.
Pero en la mayoría de las situaciones, se debe principalmente a que somos fisiológicamente diferentes. Simplemente no pensamos acerca de esto de la misma manera. Entonces, empieza a pensar en ello y luego actúa en consecuencia. Esa es una manera maravillosa de bendecir a tu esposo con este acto de generosidad.
Nancy: Quiero tocar un área más que mencionaste, y creo que es muy importante en las relaciones, y para nosotras como creyentes especialmente. Asume lo mejor. Cuando hablamos de practicar la bondad, no sé por qué algunas de nosotras, a veces, somos tan propensas a asumir lo peor.
Cuando estás hablando de tu pareja o tu hijo, esto puede ser particularmente dañino en la relación. ¿Por qué es esto tan importante?
Shaunti: Es interesante. Hicimos un estudio de investigación hace varios años acerca de los matrimonios más felices. ¿Qué es lo que hace que los matrimonios sean más felices y en qué se diferencian de los demás (incluso en personas con buenos matrimonios)?
Y se trata de esta única cosa: eligieron creer lo mejor, incluso cuando estaban legítimamente heridos. Descubrimos que ese único aspecto era un prerrequisito. No se puede tener un matrimonio feliz sin esto. Había doce de estos pequeños hábitos que identificamos; y este era el único que era un prerrequisito.
Y si lo piensas, tiene sentido. Tiene sentido porque este sería un acto de bondad muy importante. Todos vamos a ser heridos en ocasiones. Cuando esto sucede, la pregunta es ¿qué decides creer acerca de las intenciones de la otra persona hacia ti? Porque los matrimonios más felices se lastiman; en las mejores relaciones entre padres e hijos hay heridas, pero ¿qué vas a elegir creer sobre las intenciones de la otra persona?
Les daré un ejemplo de cómo esto puede funcionar bien y cómo esto puede desmoronarse. Estaba en un evento hace un tiempo. Era una conferencia de matrimonios; se llevó a cabo un viernes por la noche y la mayor parte del día sábado (Jeff y yo estábamos participando como conferencistas).
Y de forma independiente, un esposo se nos acercó en un determinado momento y su esposa se acercó a nosotros en otro momento, horas más tarde, un poco hacia un lado, en un rincón. «¿Puedo hablar con ustedes aquí en esta esquina?»
El esposo dijo: «Nada de lo que hago es lo suficientemente bueno para ella. Ella simplemente no se preocupa por mí. Ella solo se enfoca en esto y aquello y en estos problemas, y simplemente no le importa». Luego, la esposa se nos acerca horas más tarde, en un rincón, en una esquina: «Es como si él no se preocupara por mí. Nada funciona. No le importa para nada lo que quiero…y así continuó hablando».
Ambos básicamente decían que a la otra persona no le importaba. Los miré a los dos, independientemente el uno del otro, y pensé: «¡Esta persona pasará todo el fin de semana contigo en una conferencia matrimonial! ¿¡Qué quieres decir con que no le importa!?»
Y la esposa –ella fue la que se acercó a mí después de él– así que tuve la ventaja de saber que su esposo ya se había acercado a mí antes (y no le dije que él lo había hecho). Le dije: «¿Sabes, puedo decirte algo? ¡Tu esposo pasará todo el fin de semana, un día de otoño, de un sábado por la tarde (¡cuando hay fútbol universitario!) en una conferencia para matrimonios contigo».
Nancy: A él le debe importar aunque sea un poco.
Shaunti: «¿Por qué crees que no le importa?» Y esto es, realmente, lo que encontramos: es muy fácil pensar para nosotras mismas cosas como (y esto es natural): «Él sabía cómo me haría sentir esto, y lo dijo de todos modos». Estás herida y piensas: «Él lo sabía; y lo dijo de todos modos». Estás diciendo: «Él no se preocupa por mí».
Nancy: Y estás poniendo una motivación.
Shaunti: Estás asignando un motivo. Y aquí está el poder de este acto de generosidad. Cuando tu cerebro empieza a pensar esas cosas. (Lo cual hará. ¿Cierto? Estás herida, todo el mundo sale herido). En ese momento, debes decir: «¡No, absolutamente no! No voy a pensar así porque sé que él se preocupa por mí. Sé que me ama».
Y piensas, ¿qué hizo? Bueno, ayer hizo esto: Llevó a los niños a tomar un helado para que yo pudiera tener unos minutos a solas. O, «él hizo esto» o «hizo aquello». Y empiezas a recordar. Es como el Salmo 103: «…Y no olvides ninguno de Sus beneficios» (v.2). ¿Cierto? ¿Qué hizo Dios que me hace reconocer que Él me ama y que es bueno, a pesar de todas estas cosas que están sucediendo?
Tengo que decir: «No olvides ninguno de sus beneficios».
Y piensas: «Sé que mi esposo me ama; sé que se preocupa por mí. Así que seguramente no sabía cómo me haría sentir eso o no lo habría dicho».
Y le das la vuelta y piensas: ¿Cuál es la explicación más generosa para esto que me lastimó?
Casi siempre (lamentablemente, no siempre), pero casi siempre, la encontrarás.
Nancy: La explicación más generosa para esa acción.
Shaunti: Sí, ¿cuál es la explicación más bondadosa? Y a veces la explicación más bondadosa para él (y para nosotras, por cierto) es que: «Incluso el esposo más maravilloso y cristiano piadoso puede ser un tonto a veces.
Y, «está bien, mañana me sentiré mejor. Dormiré bien por la noche. Haré lo que sea que tenga que hacer». ¿Y sabes qué? Queremos que ellos sean bondadosos con nosotras cuando los lastimamos. Así que seamos bondadosas.
Nancy: Exactamente. Queremos que Dios sea bondadoso y generoso con nosotras.
Shaunti: Sí, lo deseamos mucho.
Nancy: Y Jesús trató eso mismo en el Sermón del Monte, en la porción del capítulo 6 de Lucas, donde habla de hacer el bien –no solo a los que te aman– no solo a los que te hacen bien. Sino a los que no lo hacen.
Él dijo: «Antes bien, amen a sus enemigos, y hagan bien, y presten no esperando nada a cambio, y su recompensa será grande, y serán hijos del Altísimo; porque Él es bondadoso para con los ingratos y perversos.Sean ustedes misericordiosos, así como su Padre es misericordioso» (Lucas 6:35-36).
Shaunti: Bueno, déjame decirte. Esto fue una gran revelación para mí cuando vi por primera vez ese versículo en el contexto de lo que estaba viendo en la investigación del poder de la bondad de 30 días. Me di cuenta de que ese versículo es el origen de la Regla de Oro: «Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti».
Les enseñamos eso a nuestros hijos. Todo el mundo lo sabe. Todos pensamos en ello como un dulce sentimiento y pensamos: ¡Absolutamente, eso es importante! Bueno, ¿sabes qué? No es un sentimiento dulce, porque la situación de la que Jesús está hablando allí –el contexto de ese versículo– es exactamente este tipo de situaciones.
Injusticia activa, crueldad activa… Por ejemplo alguien que está siendo malo contigo. Y el ejemplo que usa es que alguien te está robando. Y sin embargo, dice: «Mira, si eres amable con las personas que son amables contigo, lo siento, no hay puntos por eso. No obtienes crédito. Lo que llamo a Mi pueblo a hacer, es a poner los estándares mucho más altos. Te estoy llamando a que trates a esa persona que te está tratando con mucha crueldad, de una manera amable, generosa y llena de gracia, así como desearías que te estuvieran tratando a ti». Y si eso es lo que Jesús nos llama a hacer por nuestros enemigos reales, ¿sabes qué? Podemos pensar lo mejor de nuestro cónyuge, o de nuestro hijo, o de nuestro suegro.
¿Será siempre así? No. Pero en la situación del cónyuge, estadísticamente, fue el noventa y nueve por ciento de los casos.
Nancy: Estoy sentada aquí, Shaunti, escuchándote, pensando en cuántas personas están atrapadas en una relación que parece estar en un callejón sin salida. Parece que no puede mejorar, que ya no tiene solución. Lo han intentado, e intentado e intentado y no pasa nada, no cambia nada.
Les queremos recomendar este libro, El poder de la bondad: Treinta días para mejorar cualquier relación.
Y tal vez mentalmente acabas de comprobar: «Estoy cansada de hacer esto. Estoy cansada de ser la que da». Bueno, solo quiero decirte, creo que Dios puede resolverlo. El desafío de la bondad puede ser exactamente lo que necesitas para ayudarte en esta situación, en este tiempo.
¿Qué puedes perder? Volverte más como Jesús.
Shaunti: ¡Ese es el punto!
Nancy: Muestras Su amor a otros. ¿Qué pasaría si los cristianos fuéramos realmente las personas más bondadosas sobre la faz de la tierra? Toda nuestra apologética, todo nuestro intento de probar el evangelio a las personas, todos nuestros gritos o vociferaciones o lo que sea que hagamos para hacernos escuchar (eso no está teniendo tanto impacto). ¿Qué pasaría si realmente fuéramos esas personas bondadosas que se pudieran ver en tu matrimonio y el mío y en tus hijos, en cómo los tratas y a ti en el lugar de trabajo y a mí en nuestra oficina y que pudiéramos vernos siendo misericordiosos, como nuestro Padre en el cielo es misericordioso? Eso hará que las personas se detengan y digan: «¡Wao! Hay algo poderoso ahí».
Shaunti: Esa es la visión que Jesús proyecta para nosotros. Gracias por decirlo así, ¡en serio!, porque lo necesitaba. Necesito tener ese desafío delante mí, «imagínate, qué pasaría si todos fuéramos así».
Débora: Ella es Shaunti Feldhahn hablando con Nancy DeMoss Wolgemuth sobre el libro de Shaunti: El poder de la bondad.
¿Estás lista para poner tu bondad en acción?
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