El poder de la recompensa
Nancy DeMoss Wolgemuth: Cuando eres criticada, ¿cómo luce una respuesta humilde de tu parte? Con nosotras Mary Kassian.
Mary Kassian: Si alguien me dice algo desagradable y mi corazón es humilde, lo traeré delante del Señor y diré, «Señor, ¿habrá algo de verdad aquí? ¿Habrá algo que debo aprender? Quizás no me agrada la manera en que llegó el mensaje o la forma en la que me lo dijo esa persona, pero, ¿habrá algo aquí que quieres hablar a mi corazón? ¿Habrá algo qué necesito corregir?»
Si mi corazón es humilde, seré enseñable.
Annamarie Sauter: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy: ¿Ya apartaste la fecha para asistir a la Conferencia Mujer Verdadera 2023? ¡Asegúrate de hacerlo! Esta se titula, Libertad, plenitud y abundancia. Miles de mujeres nos daremos cita los días 31 de marzo y 1 de abril, del …
Nancy DeMoss Wolgemuth: Cuando eres criticada, ¿cómo luce una respuesta humilde de tu parte? Con nosotras Mary Kassian.
Mary Kassian: Si alguien me dice algo desagradable y mi corazón es humilde, lo traeré delante del Señor y diré, «Señor, ¿habrá algo de verdad aquí? ¿Habrá algo que debo aprender? Quizás no me agrada la manera en que llegó el mensaje o la forma en la que me lo dijo esa persona, pero, ¿habrá algo aquí que quieres hablar a mi corazón? ¿Habrá algo qué necesito corregir?»
Si mi corazón es humilde, seré enseñable.
Annamarie Sauter: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy: ¿Ya apartaste la fecha para asistir a la Conferencia Mujer Verdadera 2023? ¡Asegúrate de hacerlo! Esta se titula, Libertad, plenitud y abundancia. Miles de mujeres nos daremos cita los días 31 de marzo y 1 de abril, del próximo año 2023, en Guadalajara, México. Visítanos en MujerVerdadera23.com para inscribirte y recibir notificaciones sobre el registro y otras actualizaciones.
Si te preguntara, «¿cómo describes tu conversación, tu forma de hablar?» ¿Viene a tu mente el adjetivo «apacible»?
Mary Kassian nos ha estado ayudando a reflexionar sobre este tema a través de su serie de enseñanzas titulada, Conversación apacible. La semana pasada ella comenzó a enseñarnos a usar nuestras palabras con sabiduría, y continúa llevándonos a lo largo de este estudio, basado en un libro escrito por ella. Si te perdiste alguno de los episodios anteriores, descárgalo, escúchalo o léelo a través de nuestro sitio web, avivanuestroscorazones.com, o de nuestra aplicación también llamada Aviva Nuestros Corazones.
Escuchemos a Mary mientras ella continúa enseñándonos a usar nuestras palabras para la gloria de Dios.
Mary: Cada otoño, los agricultores cosechan uno de los frutos más saludables y hermosos, los arándanos. ¿A cuántas de ustedes les gustan los arándanos? No sé si sabías esto, pero, las ciudades de Massachusetts y Wisconsin son las productoras de arándanos más grandes del mundo, pues estos son frutos nativos de Norte América. Los nativos las utilizaban para preparar salsas, pasteles, medicinas y colorantes.
La tradición dice que el primer Día de Acción de Gracias los peregrinos sirvieron arándanos. Y hoy en día los arándanos se encuentran en más de 700 productos de alimentos y bebidas en el mercado –desde cereales hasta aderezos para ensalada, bizcochos y salsas.
Bueno, el año pasado, los agricultores de Massachusetts y Wisconsin recolectaron más de ocho millones de barriles de arándanos. Estos son muchos kilogramos por cada hombre, mujer y niño del planeta. Y la cosecha es la culminación de todo el trabajo del agricultor. Es la recompensa de un buen trabajo. Para un agricultor es muy satisfactorio sostener el fruto de su labor en sus manos, sabiendo que el arduo trabajo de su cosecha traerá alimentos y bendición financiera para su familia.
Y la Biblia nos enseña que las palabras que hablamos nos llevarán a un punto de cosecha espiritual. Si hemos trabajado correctamente, nuestra cosecha será abundante y nos traerá bendición. Estaremos satisfechas.
Entonces, este es el elemento final del cual hablaremos respecto al poder transformador de las palabras: El poder de la recompensa. Proverbios 18:20 capta este concepto. Dice: «Con el fruto de su boca el hombre sacia su vientre, con el producto de sus labios se saciará». Sus labios, sus palabras, lo que habla, lo que dice, esto produce un fruto.
Recordarás que en cada una de las sesiones anteriores nos hemos enfocado en un elemento transformador de las palabras. Hoy quiero que revisemos lo que hemos aprendido, y cómo estos elementos trabajan en conjunto para producir una cosecha fructífera.
El primer elemento que estudiamos fue el poder de navegación. Vimos que un navegante se hace responsable de la dirección de su barco. Entiende que de él depende poner sus manos sobre el timón y manejar. Ese es su trabajo y no puede culpar a otra persona cuando él no hace su trabajo correctamente.
Si comprendemos el poder de navegación, aceptaremos la responsabilidad por nuestras palabras. Nadie nos puede «hacer» criticar, quejarnos, gritar, maldecir, o vengarnos. Las palabras que salen de mi boca son mi elección. La dirección en la que manejo mi barco es mi responsabilidad.
Alguna vez has dicho:
- «Él hace que me enoje»
- «Es su culpa, ella hizo que me enojara»
- «Cuando me habla de esa forma, tengo que defenderme»
¿Culpas a otros por las palabras que salen de tu boca? Si es así, todavía no has aceptado el poder de navegación. Con ese poder:
- Pones la mano en el timón de tu barco
- Buscas la ayuda de Dios para que te dirija
- Confías en Su mapa de navegación, la Biblia, que te muestra hacia dónde debes ir
- Te orientas y evalúas dónde te encuentras actualmente
- Haces ajustes
Así que, aceptamos la responsabilidad.
Cuando se trata de arándanos, los agricultores comprometidos y dedicados cosechan la recompensa –cultivar arándanos es un compromiso a largo plazo. Los agricultores no se vuelven ricos de la noche a la mañana. La inversión es alta, casi de $30,000 dólares por acre. Y hay que esperar de tres a cinco años para que el campo de arándanos empiece a producir una cosecha.
Aceptar la responsabilidad y estar comprometidos con el proceso es el primer paso para los agricultores de arándanos, y también es el primer paso para nosotras cosechar el fruto de nuestros labios. Y queremos comprometernos con el proceso, queremos invertir y permanecer en él a largo plazo.
Los arándanos se cultivan en viñas pequeñas, en ciénagas que son una mezcla de varios tipos de tierra. Es una mezcla de arena y musgo de pantano. Y cuando un agricultor quiere sembrar en una ciénaga de arándanos, tiene que quitar toda la maleza de la tierra, nivelar, y ajustar la composición de la tierra, para asegurarse de que tiene la cantidad correcta de tierra, musgo de pantano, y nutrientes para que los arándanos puedan florecer. Y este proceso para preparar la tierra puede ser comparado con el segundo elemento transformador de nuestras palabras: el poder de causa y efecto.
En esa enseñanza sobre el poder de causa y efecto, aprendimos que nuestras palabras están conectadas a nuestras actitudes y creencias –que están en nuestros corazones y que no vemos. Y ver bajo la superficie de nuestras palabras es un elemento esencial para comunicarnos correctamente. ¿Qué hay en tu corazón? ¿Cuáles son las actitudes y creencias que hay bajo la superficie? Y más aún, tenemos que examinar eso si realmente queremos comunicarnos bien.
Poco tiempo después de casarnos (mi esposo y yo hemos estado casados por más de treinta años), hicimos planes de salir por la noche. Me vestí, me puse linda y salí del baño. Brent me miró y me dijo, «Mary, no me gusta ese vestido». Y yo estaba mortificada. Para mí, lo que él dijo fue, «te ves gorda y fea. Me daría vergüenza si me ven contigo. Lamento haberme casado contigo».
¡Y mi recién esposo estaba confundido! No podía entender mi reacción. A él no le gustó el vestido –eso fue todo– simplemente eso fue lo que dijo; y eso fue todo lo que quiso decir. Pero ahora, en vez de disfrutar de una buena y deliciosa cena, él tuvo que lidiar con una esposa que estaba llorando y sollozando, y que se había encerrado en el baño azotando la puerta detrás de ella.
Cuando hablamos, me di cuenta de que mi interpretación de sus palabras estaba basada en mis inseguridades y en mi creencia de que siempre hay algo más escondido detrás de las palabras. Por otro lado, Brent creía que ser directo era lo mejor. Y ambos aprendimos de esa interacción.
Amigas, nuestras actitudes y creencias afectan lo que decimos, cómo lo decimos y cómo interpretamos las palabras que escuchamos.
- ¿Desconfío de la autoridad?
- ¿Tengo la creencia de que para ser una buena madre mis hijos tienen que ser perfectos?
- ¿Soy insegura?
- ¿Me siento estresada?
- ¿Cuál es mi estilo de conflicto? ¿Huyo y me escondo? ¿O me amargo, gruño y me pongo agresiva?
- ¿Estoy creyendo cosas que no son verdad?
Todas estas cosas afectan nuestra comunicación. Por eso es muy importante estar alerta de lo que hay en nuestros corazones. Muchos programas de comunicación se refieren a este elemento como «autoconocimiento» o tener conocimiento de sí mismo.
Y esto puede ser de ayuda, pero los discípulos de Jesús tomamos este concepto un paso más adelante. Creemos que nuestros corazones son engañosos. Sabemos que nuestras percepciones están manchadas por el pecado. Así que al examinar nuestros corazones, debemos hacerlo a través de los lentes correctivos de la Escritura. El poder de causa y efecto nos enseña a exponer suposiciones e intenciones ocultas y creencias falsas, para que podamos comunicarnos con claridad. Nos enseña que las plantas buenas requieren tierra buena, pero tenemos que sacar la hierba mala de lo profundo de nuestros corazones.
Entonces, los arándanos inician a partir de tallos de vid. Cada tallo mide entre 12 y 25 centímetros, y estos se separan y son plantados. Y toma más de una tonelada de tallos para plantar tan solo un acre de arándanos.
En la tercera enseñanza aprendimos que no es suficiente limpiar nuestros corazones de malas actitudes y creencias, sino que necesitamos aprovechar el poder de intercambio para llenarlos intencionalmente con cosas nuevas, saludables y hermosas. ¿Recuerdas que hablamos del hermoso jardín de Jennie? Ella creyó en llenar su terreno de cosas buenas.
A través del poder del intercambio establecemos nuevos patrones como:
- Pensar lo mejor de otros
- Ser una dadora de gracia
- Expresar gratitud
- Expresar apreciación
- Aprender a perdonar y a pedir perdón
Dios quiere que filtremos los pensamientos y actitudes que guardamos en nuestros corazones. Y existe una pequeña prueba que me gusta llamarla la prueba F-48, extraída de Filipenses 4:8. Filipenses 4:8 tiene una lista de cosas buenas sobre las que debemos pensar y hablar, y que debemos plantar en nuestros corazones.
Antes de introducir algo a tu corazón, necesitas asegurarte de que sea de buena calidad. Así que, antes de plantar, puedes preguntarte lo siguiente –según los adjetivos que encontramos en Filipenses 4:8: ¿es esto verdadero? ¿Es digno? ¿Es justo? ¿Es puro? ¿Es amable? ¿Es honorable? ¿Merece elogio?
Antes de plantar algo en tu corazón haz la prueba F-48 y pregúntate, «¿tiene esto todas estas cosas? ¿Se alinean mis pensamientos, mis palabras y mis actitudes con el estándar? ¿Es esto algo que debería plantar en mi corazón?»
Y mira, establecer patrones nuevos toma tiempo. Implica dejar de caminar por el camino antiguo y comenzar a caminar sobre un camino nuevo.
En mi casa tenemos un patio, y este se conecta al del vecino por una puerta pequeña. El niño de los vecinos se hizo amigo de mi hijo, y él abría esa puerta y cruzaba por nuestro patio para entrar a nuestra casa por la puerta de atrás. Luego comenzó a salir por ahí –lo utilizaba como ruta para llegar a las casas de sus otros amigos. Luego lo utilizaba como ruta para ir a la escuela. Y al principio no notamos una diferencia en el césped, pero con el tiempo, otros niños del vecindario también comenzaron a usar nuestro patio como ruta para ir a la escuela. Ellos pasaban por el mismo lugar una y otra vez.
Y ya sabrás lo que sucedió, dejaron marcado un camino en el césped. Y tuvimos que pedirles que dejaran de pasar por ahí. Eventualmente tuvimos que cerrar la puerta y los niños tuvieron que dar la vuelta para ir a la escuela, de modo que nuestro césped pudiera volver a crecer.
Tu primera palabra de gratitud puede que sea recibida con escepticismo, pero si expresas apreciación una y otra vez, establecerás nuevos patrones de conversación. Tu jardín crecerá en madurez y hermosura. Y eso requiere repetición y esfuerzo. Toma tiempo. Toma energía. Y requiere ajustar esos nuevos patrones una y otra vez.
La parte vital de un campo de arándanos es el sistema de irrigación. El agua pasa por una serie de canales, unas compuertas y estanques de retención. Por cada acre de campo de arándanos, los agricultores mantienen cuatro acres de tierra húmeda, para asegurarse de que el agua fluya en la dirección correcta. Y si los canales están obstruidos, el agua no podrá fluir, y sin agua, las plantas de arándanos se marchitan y mueren.
Así que, el flujo sin obstáculos del agua es vital para el cultivo de arándanos. De igual forma, una puerta abierta –un canal abierto– es vital para la comunicación. Con una puerta abierta podemos dejar nuestras defensas a un lado e interactuar con humildad. Y cuando las barreras no están, podemos alcanzar a otras personas y darles la bienvenida para entrar. Este es el poder de una puerta abierta.
Por otro lado, el orgullo hace que levantemos puertas altas y nos pongamos en posición de batalla. El orgullo dice algo como:
- Quiero demostrar que estoy en lo correcto y que tú estás en lo incorrecto
- Justifico mi comportamiento y condeno el tuyo
- Tengo expectativas y demando que las llenes
- Yo conquisto y tú cedes
- Yo soy la víctima y tú eres el responsable
- Yo soy inocente y tú eres culpable
- Yo estoy haciendo lo mejor y tu obviamente no estás haciendo lo mejor
- Yo entiendo la situación pero tu punto de vista no es correcto
- Mis motivos son buenos y los tuyos son malos
- Yo estoy 99.9% en lo correcto y solo el 0.1% en lo incorrecto, pero tú estás 99.9% equivocado
Esa es la actitud cuando hay orgullo en tu corazón.
Una persona orgullosa quiere controlar a los demás. No tiene oídos para escuchar a otros porque cree que lo sabe todo. El orgullo pone puertas de suposición, contradicción y prisa. El orgullo es la mayor barrera para una comunicación efectiva. Y Dios quiere que tengamos corazones humildes.
- Una personahumilde no necesita probar que está en lo correcto. Reconoce que no lo sabe todo, que puede estar equivocada.
- Una persona humilde valora a los demás. Si soy humilde, me doy cuenta que si te ataco, estoy atacando a alguien a quien Dios ama profundamente. Si te difamo, estoy difamando a alguien creado a la imagen de Dios –el insulto no es solamente contra la persona, sino contra Dios.
- Una persona humilde tiene una actitud de cooperación. Si soy humilde, estoy de tu lado, no contra ti.
- Una persona humilde no tiene miedo de evaluar su vida con honestidad –está abierta a examinarse. Y cuando es criticada busca discernir la verdad de Dios y hacer las correcciones necesarias.
Si alguien me dice algo desagradable y mi corazón es humilde, lo traeré delante del Señor, y diré, «Señor, ¿habrá algo de verdad aquí? ¿Habrá algo que debo aprender?» Quizás no me agrada la manera en que llegó el mensaje o la forma en la que me lo dijo esa persona, pero, «¿habrá algo aquí que quieres hablar a mi corazón? ¿Habrá algo qué necesito corregir?» Si mi corazón es humilde, seré enseñable.
- Una persona humilde está motivada a hacer que otros sean exitosos. Ella se regocija cuando otros son reconocidos.
- Una persona humilde es pronta para ver y admitir sus propios errores, aún cuando sus errores parecen pequeños y el de la otra persona gigantescos. Es la primera persona en ir a la cruz a confesar su pecado y arrepentirse.
- Una persona humilde escucha atentamente y anhela ser comprensiva.
Abrimos nuestras puertas cuando asumimos una actitud humilde, y esto nos ayuda a comunicarnos unos con otros.
Y volviendo al campo de arándanos, los agricultores se preocupan por promover el crecimiento de sus cultivos. Agregan fertilizantes y arena, arrancan la maleza, podan tallos muertos y protegen las plantas de los insectos. Ellos hacen todo lo que está en su poder para que las plantas crezcan y den fruto.
Y en el programa sobre el poder de construir, aprendimos que debemos hacer todo lo que está a nuestro alcance para edificar a las personas que nos rodean de modo que puedan dar mucho fruto. Y para esto necesitamos construir vías de confianza, de honestidad y de ternura, de modo que podamos conectarnos.
Imagina que todos tus amigos y familiares vivieran en ciudades a miles de kilómetros de distancia sobre las montañas. No hay caminos para llegar a ellos. Imagina que con tus palabras estás construyendo una vía desde tu ciudad hasta las ciudades de ellos. Y cada vez que les hablas palabras buenas –a ellos o acerca de ellos– cada vez que tus palabras son acogedoras, honestas, de ayuda y de beneficio, es como si estuvieras poniendo una pieza de la vía hacia su ciudad.
He escuchado decir que se necesitan siete comentarios positivos para contrarrestar uno negativo. Así que, imagina que con cada comentario negativo o crítica hacia alguien, destruyes siete secciones de la vía que has construido. Piensa en las relaciones en tu vida: tus amigas, tu esposo, tus padres, tu hermano o hermana, tu hijo o hija…¿con quién te conectarías primero? ¿Cuánto tiempo tomaría construir esa vía? Y, al mirar tus conversaciones pasadas, ¿has construido alguna vez vías para conectar con esa persona?
¿Son las palabras que salen de tu boca positivas? ¿Están construyendo? ¿Son honestas y de beneficio para el que escucha? ¿Estás construyendo esas vías de conexión?
La Biblia nos dice que Job sabía cómo construir con sus palabras. Me encanta este versículo. Dice: «…mis palabras hallaban cabida en sus oídos.Expectantes, absorbían mis palabras como quien espera las lluvias tardías» (NVI Job 29: 22-23).
¿No sería maravilloso saber que las personas se benefician de nuestras palabras? ¿Qué nuestras palabras son como lluvia de primavera que nutren y que son saludables y buenas? Las palabras honestas, que ayudan y que benefician son de edificación para los que nos rodean. Y esas palabras son buenas para acercarnos unos a otros por medio del poder de construcción.
Los retoños del arándano florecen de un color rosa pálido, parecido al color de la cresta y el pico de una grulla. Por esto los holandeses y los alemanes solían llamarlos «cran» (grulla) «berry» (baya). De ahí viene su nombre en inglés «cranberry». Los retoños duran un poco más de una semana, aproximadamente diez días, dependiendo del clima. Y si la polinización ocurre durante este tiempo, las plantas producen pequeños nodos verdes que luego –unas semanas más tarde– se convierten en arándanos maduros.
Entonces, la polinización es muy importante. Los productores de arándanos ponen colmenas de abejas alrededor de sus campos para que las abejas polinicen las flores. Las abejas aseguran la producción de los frutos.
En la sesión donde hablamos sobre el poder de la instrucción y la escuela de Dios para el arte de hablar, aprendimos que para que nuestras palabras sean fructíferas, necesitamos la ayuda contínua del Espíritu Santo para que dirija nuestras bocas –nuestra manera de hablar. Cuando valoramos el poder de la instrucción nuestros corazones permanecen enseñables, tenemos la disposición para aprender y nos entusiasma permanecer inscritas en el programa del arte del habla de Dios.
Lo que los estudiantes de Dios saben con seguridad, es que no lo saben todo. Aquellas que están dispuestas a ser instruidas, se vuelven dependientes de la enseñanza de Dios. Y de igual forma están abiertas a aprender de otros.
Me averguenzo de todas las ocasiones en las que he abordado ciertas situaciones pensando que mi perspectiva es correcta y completa. Muchas veces concluyo cosas acerca de las personas y de sus motivaciones, y no estoy dispuesta a preguntar o a escuchar atentamente su punto de vista.
Me avergüenza el número de veces en las que he herido a aquellos que más amo, diciendo cosas que los lastiman y que dañan nuestra relación. Pero he abierto mis oídos hacia Dios con respecto a esto. A menudo Dios nos enseña y nos corrige a través de las palabras de otros –y a veces a través de palabras duras que pueden ser una gran enseñanza.
La meta de cada agricultor es tener una cosecha fructífera. Y durante la cosecha, el proceso es muy divertido. Los agricultores inundan los campos –llenan los campos con agua. Y dado que los arándanos tienen unas diminutas bolsas de aire en el centro, flotan en la superficie. Luego los agricultores raspan la superficie y así recolectan su cosecha.
La cosecha es el punto focal del año de todo productor de arándanos. Todo su trabajo tiene la cosecha como fin. Si trabaja correctamente, será recompensado. Con el poder de la recompensa –que es nuestro enfoque de hoy– se cierra el círculo, porque es la certeza de la cosecha del fruto de nuestros labios lo que debe motivarnos a trabajar arduamente para mejorar nuestra habilidad de comunicarnos.
- Con el poder de navegación aceptamos la responsabilidad de nuestras acciones y palabras
- Con el poder de causa y efecto examinamos nuestros corazones
- Con el poder de intercambio establecemos nuevos patrones
- Con el poder de una puerta abierta bajamos nuestras defensas
- Con el poder de construir edificamos a otros
- Con el poder de la instrucción y la escuela de Dios para el arte de hablar nos mantenemos enseñables
- Y con el poder de la recompensa disfrutamos de la recompensa y anticipamos nuevamente la cosecha.
Proverbios capítulo 18, versículo 20 dice: «Con el fruto de su boca el hombre sacia su vientre, con el producto de sus labios se saciará». Tan solo imagina las aguas abundantes del Espíritu Santo llenar el campo de tu vida y que una abundante cosecha de hermosos frutos salga a la superficie.
Un grupo de personas usaba los arándanos como un símbolo de paz… Si trabajas bien y con tu mirada en la cosecha, experimentarás más conversaciones apacibles en tu vida.
Nancy: Has estado escuchando a mi amiga Mary Kassian. Ella es nuestra maestra invitada para esta serie de episodios de Aviva Nuestros Corazones, titulada Conversación apacible. Ella te ha estado enseñando la importancia de cultivar conversaciones apacibles con las personas que te rodean –día a día– anticipando una cosecha de paz. Mary regresará para orar con nosotras.
Y para continuar aprendiendo sobre esto espero que consigas la copia de su libro de trabajo titulado, «La conversación apacible». En este libro de estudio Mary te ayuda a profundizar en las Escrituras y te enseña lo que estas dicen sobre nuestros corazones y el uso que les damos a nuestras palabras. Tendrás la oportunidad de responder preguntas y evaluar tu vida y tus palabras, y ver si estás glorificando a Dios en esta área de tu vida.
En la transcripción de este episodio tenemos el enlace disponible para que puedas adquirirlo. Encuéntrala en avivanuestroscorazones.com. Obtén este libro de trabajo titulado, «La conversación apacible» y haz de lo que has estado escuchando algo personal, hazlo parte de tu vida.
Bueno, nuestra invitada, Mary Kassian, regresará mañana con nosotras. Ella nos hablará acerca de cómo, cuando escuchamos sinceramente a otras personas, estamos dando un verdadero regalo. Descubre cómo desarrollar esta rara destreza de escuchar, aquí en Aviva Nuestros Corazones.
Ahora oremos con Mary.
Mary: Padre celestial, gracias por Tu Palabra, gracias por Tu instrucción. Gracias por que es muy práctica y porque nos enseñas lo que necesitamos saber y aprender para ser exitosas; de modo que podamos ser reflejos tuyos y así honremos a nuestro Señor Jesucristo.
Oro para que pongamos nuestros ojos en la cosecha y que siempre busquemos cosechar, y que nos mantengamos comprometidas con el proceso de ver nuestras palabras producir frutos incalculables de justicia. En el poderoso y santo nombre de Jesús oramos. Amén.
Annamarie: Adornando el evangelio juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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