El poder de la bondad en un mundo sin bondad
Débora: ¿Alguna vez te has dado cuenta de las decisiones que tomamos como sociedad y te has dicho a ti misma…?
Shaunti Feldhahn: ¡Si esto ocurre, será una catástrofe!
Débora: Con nosotras Shaunti Feldhahn.
Shaunti: ¡Si este y aquel son elegidos –o no son elegidos– será una catástrofe!
Débora: Si te sientes de esa manera, debes tener cuidado.
Shaunti: Para muchas de nosotras, cuando intentamos enfrentar una catástrofe, ¡nos podemos convertir en personas poco bondadosas…¡E increíblemente crueles!
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 22 de marzo de 2023.
¿Estás consciente de algún patrón negativo en tu vida? Aunque pienses, en realidad no soy una persona negativa. Algunas veces esa negatividad viene sin que nos demos cuenta. Ayer escuchamos una conversación con Nancy DeMoss Wolgemuth y Shaunti Feldhahn hablando acerca del poder de la bondad. Hoy, ellas exploran …
Débora: ¿Alguna vez te has dado cuenta de las decisiones que tomamos como sociedad y te has dicho a ti misma…?
Shaunti Feldhahn: ¡Si esto ocurre, será una catástrofe!
Débora: Con nosotras Shaunti Feldhahn.
Shaunti: ¡Si este y aquel son elegidos –o no son elegidos– será una catástrofe!
Débora: Si te sientes de esa manera, debes tener cuidado.
Shaunti: Para muchas de nosotras, cuando intentamos enfrentar una catástrofe, ¡nos podemos convertir en personas poco bondadosas…¡E increíblemente crueles!
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 22 de marzo de 2023.
¿Estás consciente de algún patrón negativo en tu vida? Aunque pienses, en realidad no soy una persona negativa. Algunas veces esa negatividad viene sin que nos demos cuenta. Ayer escuchamos una conversación con Nancy DeMoss Wolgemuth y Shaunti Feldhahn hablando acerca del poder de la bondad. Hoy, ellas exploran las formas en las que la negatividad aparece en nuestras vidas. Aquí está Nancy.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Si no pudiste escuchar el episodio de ayer, espero que regreses a avivanuestroscorazones.com y busques la transcripción y la leas, o mejor aún, que escuches el audio.
Shaunti Feldhahn es nuestra invitada de esta semana. Ella es muy buena explicando del poder de bondad que ha escrito, y es de lo que estamos conversando, así que te gustará escucharla y hacerte una idea más completa de lo que trata este reto.
Shaunti, muchas gracias por reunirte conmigo. Estoy muy agradecida de que nuestras agendas coincidieran para poder tener esta conversación.
Shaunti: Yo también.¡Qué alegría poder hacer esto! Ha pasado un buen tiempo desde la última vez que pudimos reunirnos.
Nancy: Me encantó leer tu libro mientras estábamos de camino a Atlanta. Se llama El poder de la bondad: Treinta días para mejorar cualquier relación. Mi esposo estaba tratando de tomar una siesta a mi lado, en el asiento de la ventana, y yo seguía interrumpiéndolo, diciéndole, ««amor, esto es tan práctico, es tan sabio, es tan útil, es tan profundo!»
Y luego, le dije muchas veces en el transcurso del día, mientras nos preparamos para venir y reflexionaba en lo que estaba en el libro: «¡Amor, este libro es acerca de ti. Tú eres tan bondadoso. ¡Este eres tú!»
Shaunti: ¡Qué dulce!
Nancy: Cada vez que le leía una línea del libro le decía, «tú haces esto amor. Esto es lo que ayuda a nuestra relación. Tú me animas, eres generoso con tus elogios y afirmaciones». Puedo decir que como esposa, esto es una gran bendición y un gran reto, porque tiendo a ser más negativa. Naturalmente, veo más el lado negativo de las cosas, y puedo decir que eso no ayuda a que yo sea de bendición para mi dulce esposo.
Así que estoy aprendiendo mientras leo, pero también estoy viendo en mi esposo cómo se hace y qué diferencia hace la bondad en una relación.
Estamos retomando la conversación acerca del poder de la bondad. Para aquellas que no lo escucharon ayer, recuérdanos los tres aspectos del poder de la bondad. Y quisiera decir que algunas de nuestras oyentes dirían, «esto suena familiar».
Porque es similar al «Reto de 30 días: Anima a tu esposo», que hemos publicado por muchos años y que pudiste ampliar y desarrollar. Pienso que el reto de la bondad es realmente poderoso.
Shaunti: Sí, así es. ¡Digo que es culpa tuya que me hayas motivado a hacer esta gran investigación! Pero realmente, para aquellas que están familiarizadas con el «Reto de animar a tu esposo», reconocerán la base de esto.
Esto es lo que haces, escoges a una persona con la que anhelas tener una mejor relación. Quizás es tu matrimonio. Quizás no es un matrimonio difícil; tal vez tienes un buen matrimonio, pero quisieras que fuera mejor. O con tu hijo o hija, o un colega de trabajo que te hace perder la paciencia, o tu suegra.
Normalmente tenemos relaciones en las que deseamos de corazón que sean relaciones positivas.
Nancy: Aún en una buena relación. Es fácil empezar a no darle importancia a las personas. Es fácil caer en patrones de hábitos en los que no te imaginabas que podías caer.
Shaunti: ¡Sí, totalmente!
Nancy: Estaremos conversando acerca de cómo no nos damos cuenta de cuánto necesitamos esto de diversas formas, pero…¿qué es el «esto»?
Shaunti: Bueno, el «esto» es algo que debes hacer por treinta días. Primero, no digas nada negativo acerca de ellos –a ellos mismos, o acerca de ellos a otra persona.
Nancy: Cero negatividad.
Shaunti: Cero negatividad. Sí.
Nancy: Hablaremos más acerca de esto hoy.
Shaunti: Segundo, busca y encuentra algo que puedas elogiar y afirmar cada día sinceramente. Se lo dices a esa persona, y a otra persona acerca de ellos.
Nancy: Correcto.
Shaunti: Y luego, en tercer lugar, hacer pequeños actos de bondad cada día por ellos. Estas tres cosas juntas son el poder de la bondad por 30 días. La base de esto empezó con el «Reto de animar a tu esposo», ¡y fuimos un paso más adelante e hicimos todo un estudio básicamente para probar cuán inteligente fuiste!
Nancy: Tú lo desarrollaste. Diste ejemplos maravillosos y explicaciones acerca de por qué estas cosas ayudan, por qué estas cosas realmente hacen una diferencia, y diste muchos ejemplos prácticos de cómo hacerlo. Así que, queremos hablar de algunos de ellos.
Y empezaste con algo –que me di cuenta hace años que era muy importante– y es que nos convertimos en mujeres que critican y que buscan faltas en las personas que más amamos, las personas que estamos más cerca. Muchas veces tratamos mejor a las personas que apenas conocemos que a aquellos que comparten su vida con nosotros.
Ahora como mujer casada estoy viendo esto, y cuán fácil es caer en estos hábitos de pensar, ver y hablar negativamente. Y nos estás diciendo que debemos tener cero negatividad.
Shaunti: Estamos totalmente ciegas en muchos de los casos. Porque muchas de nosotras, como dijiste desde un principio, «podemos tener una tendencia negativa que tiende a sobresalir». Quisiéramos decir exactamente lo opuesto. Quisiera decir, «¡ay no!, soy una persona bondadosa».
Sé que valoras la bondad, pero quizás yo hubiera dicho, «¡de todas las cosas que necesito trabajar en mí, la bondad no es un problema! Necesito trabajar más en dar elogios positivos, quizás, o hacer más actos de generosidad, ¡pero, ¡uf!, tengo esa parte de la cero negatividad cubierta!» ¡Oh, vaya!
Nancy: ¿Qué te hizo darte cuenta de que no estabas tan lejos de eso como pensabas?
Shaunti: Una vez que empecé a catalogar todos los tipos de negatividad para este estudio, empecé a ver todos los patrones diferentes. Esencialmente identificamos, que hay siete patrones de negatividad individuales y distintos, que se manifiestan en nuestras palabras, acciones y pensamientos. Salen de nuestras bocas sin que nos demos cuenta…o de nuestro lenguaje corporal…o de nuestro tono. Desafortunadamente, todas tenemos, aunque sea uno de ellos. Algunas de nosotras tenemos más de uno. Me di cuenta que cada día soy negativa, porque uno de los patrones de la negatividad es la exasperación, y yo me exaspero con mis hijos todo el tiempo.
Por ejemplo, tengo un hijo de catorce años, está en octavo grado. Él dura varias horas trabajando en algún proyecto grande, alguna tarea…y luego…¡se olvida de llevarlo! Y es como, «¿en serio?, debes estar bromeando. Pero, mi hijo, (y mi voz empieza a subir) ¡no puedo creer que te hayas olvidado de eso!» Ese tipo de tono. No tenía idea de que lo que realmente le estaba diciendo era: «¡Eres un tonto!»
Nancy: Eso es lo que él está escuchando.
Shaunti: Bueno, esto es lo que realmente estoy diciendo con mi tono. ¿Le diría esas palabras a mi hijo sensible de catorce años? Por supuesto que no. Pero eso es lo que estoy diciendo.
Todo el mundo tiene uno de esos patrones, y es muy importante para nosotras identificar cuál es el nuestro, porque tiende a salir en todas nuestras relaciones –no sólo en esta– pero es una oportunidad para utilizarlo. Es básicamente un campo de entrenamiento para la bondad, haciendo este esfuerzo, en esa relación, por treinta días y sin decir nada negativo.
Y para mí esto significa evitar todo tipo de exasperación. De pronto, no tenía idea de cuán frecuente hablaba con ese tono; no solamente con mis hijos, también uso ese tono con mi esposo o mis colegas, si tardan mucho tiempo para explicar algo. Tengo esa irritación en mi voz. Podría decir lo mismo sin usar esa irritación en mi voz.
Nancy: Diste una ilustración en tu libro con la que me identifique totalmente, porque «he estado ahí, lo he hecho». Fue cuando estuviste al teléfono con un representante de servicio al cliente con respecto a una factura. Dejaré que cuentes la historia.
Shaunti: ¡Bueno, Nancy, ese ha sido el momento más vergonzoso! Pero sí, te lo contaré a ti y a todas «mis mejores amigas». Es el ejemplo perfecto de cómo esto sale en todas las circunstancias. Bueno, están aquellos casos en los que estás al teléfono con servicio al cliente –en este caso fue un error en una factura. Debería haber tomado unos 3 minutos, quizás, para que ellos lo arreglaran.
Y una hora más tarde, estás todavía en el teléfono, y has sido transferida a todos los departamentos. ¡La exasperación al punto máximo! Mi cabeza explotando, trato de esconder mi exasperación –digámoslo así– porque, como sabes, para la sexta vez que tienes que repetir tu nombre, dirección, número de identificación y todas las demás preguntas de seguridad, al final te sientes como: «¿en serio?»
Y, al final, llego a la última dama, y me disculpo. Le digo: ¡lo siento, estoy tan frustrada! ¡Ha sido una hora muy larga, y esto debió durar solo 3 minutos!, y ella responde, «la entiendo», y trabajó rápidamente, fue muy competente. Lo arregló. Ella descubrió el problema.
Luego me preguntó: «¿He resuelto el asunto de forma satisfactoria, Sra. Feldhahn?»
«¡Sí! ¡Muchísimas gracias!»
«Gracias por permitirme servirle. Y por cierto, me encantó su libro».
Nancy: ¡Ohhhh!
Shaunti: Imagíname, honestamente, queriendo sentarme en una esquina con la cara contra la pared. ¡Estaba tan mortificada! Y entonces, me di cuenta de esto: estaba mortificada porque de alguna manera, en mi tonto orgullo, tenía esta idea de que probablemente ella tuviera una imagen de mí que se había destrozado por completo, porque yo estaba irritada.
Pero luego me di cuenta de que no es por lo que debo estar mortificada; esto no debe ser por lo que debo estar avergonzada. Soy una embajadora de Jesucristo. Estoy supuesta a demostrar Su bondad en toda situación –y fallé miserablemente ese día.
Así que por más duro que fuera, me di cuenta de que ese es mi patrón de negatividad, realmente abracé el reto para mejorar esta relación, tratando de poner en práctica los 30 días del poder de la bondad y estando realmente dispuesta a que mis ojos fueran abiertos.
No es fácil, pero una vez que estás dispuesta y tratas esto, lo verás y dejarás de hacerlo. Realmente te conviertes mucho más en esa persona amable que pensabas que eras.
Nancy: Yo pienso que muchas veces esto significa humillarnos a nosotras mismas, volver a esa persona con quien tuvimos ese tono de voz tan irritante, cortante, buscando sus faltas u otras cosas, detenerte y decir: «Esto no está bien. He pecado contra esa persona. He pecado contra el Señor». Y luego preguntar, especialmente a las personas con las que vivimos en nuestros hogares –nuestras familias, hijos, compañeros de trabajo… Yo fui una mujer soltera por mucho tiempo, así que casi todas mis relaciones estaban en el ámbito laboral.
Puedo salir y hablar, y ser una persona bondadosa y llena de gracia en la plataforma. Puedo estar en una fila hablando con mujeres durante cuatro horas después de una conferencia y ser amable con todas ellas. Pero luego, llego a la oficina, y con las personas que me conocen (y que lo van aceptar), puedo tener poca paciencia y exasperarme.
De hecho, mientras conversamos acerca de esto, pienso en algo que ocurrió cuando alguien no le dio seguimiento a un asunto, y yo estaba tan frustrada. Bueno, necesito estar dispuesta ante esas situaciones –cuando no me comunico correctamente con mis palabras y mi tono– debo estar dispuesta a regresar y decir, «estuvo mal. Por favor perdóname».
Pienso que si nos comprometemos a hacer esto cuando fallamos, vamos a hacerlo menos en el tiempo.
Shaunti: Además, lo veremos cuando ocurra, en lugar de estar totalmente a ciegas –lo que en mi opinión es realmente el punto central de lo que estamos hablando. La mayoría de nosotras simplemente no lo vemos.
Y en realidad fue interesante, en la encuesta: el 95 por ciento de las personas dijeron que de pronto estuvieron conscientes de estas cosas. Pero antes lo habían pasado por alto. Y tal vez en el fondo te das cuenta en ese momento. Pero en realidad, hay situaciones que ni siquiera pensarías que son negativas en absoluto.
Por ejemplo, vimos la exasperación y la irritación; puedes ver cómo son consideradas como una categoría. Pero otro de los patrones negativos, y que muchas personas no logran ver, es el sarcasmo.
Como dije, hay siete de estos y ese es otro. Este fin de semana estuve hablando con un pastor. Hago muchas entrevistas pastorales donde me invitan y me entrevistan. Y el pastor de esta iglesia dijo: «¡Pero ese es mi don espiritual!» –el sarcasmo.
Algo que muchas de nosotras pudiéramos pensar, es: «espera, ¿me estás diciendo que no puedo tener sentido del humor? ¡Eso no está bien!» Y esto es lo que encontramos: El sarcasmo fácilmente se convierte en algo que pensamos que es gracioso, pero en el fondo, sabemos que tiene un poco de verdad. Estamos afirmando algo, y lo usamos en forma de humor para disfrazar su significado.
Realmente, lo que encontramos en nuestra investigación es que si tú y la otra persona (y cualquiera que esté escuchando), saben que existe un 100 por ciento de buena fe (entre tú y la otra persona –sin importar con quien estés bromeando), ¡entonces es solo una broma! y por lo tanto solo es gracioso– jajaja, ya sabes.
Pero, si existiera alguna duda con respecto a esto, si no hay un 100 por ciento de seguridad de que exista amor incondicional y buena fe (e incluso si existiera y ocurre mucho), inmediatamente la otra persona empieza a analizar… Ellos se están riendo, piensan que es gracioso, pero en alguna parte de su mente están pensando: ¿Ella realmente quiso decir eso? ¿Lo dijo en serio?
Empiezan a construir una barrera. Encontramos que empiezan a construir una barrera para proteger su corazón, y nosotras también lo haríamos, si estuviéramos en esa situación. Entonces, esto no quiere decir que de pronto tienes que dejar todas las bromas. Pero si tomas el reto de 30 días de bondad, y el sarcasmo tiende a ser tu problema, trata de librarte de él por 30 días con esa persona. ¡Descubrirás cuán frecuente lo haces inconscientemente!
Nancy: Mientras hablabas estaba pensando en un versículo en Efesios capítulo 4, que pienso que se aplica aquí (v. 29): «No salga de la boca de ustedes ninguna palabra mala, sino solo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan».
Este es el estándar de Dios para nosotras, ¿cierto? Y piensas en Cristo que decía solo palabras buenas, edificantes y puras, palabras que dan gracia, salían de Su boca. Algunas veces justificamos algunas palabras corrompidas, y pensamos: ¡no quise decir nada con eso!
Shaunti: O decir: solo estoy bromeando y todo el mundo lo sabe.
Nancy: ¿Pero estamos edificando? ¿Es buena para la ocasión y brinda gracia a la persona que lo está escuchando?
Shaunti: Sabes, nunca pensé en ese versículo en una conversación con alguien –nunca he aplicado ese versículo al sarcasmo. ¡Es cierto! «Pero solo lo que sea para edificación…» Porque el sarcasmo, por definición, para que sea sarcasmo, tiene que destrozar un poco a la otra persona, aunque sea un poco.
No hay razones para que dejes a un lado tu sentido del humor. Solo mantente alerta para ver si eso ocurre a menudo y si la otra persona sabe que la amas y te preocupas por ella incondicionalmente. Porque entonces no lo verán como una muestra de gracia. Lo verán como que la estás derribando, no edificando. Cuando esto sucede a menudo, se comienza a introducir esa duda.
Nancy: Sí. ¿Cuáles son los otros tipos de formas negativas de hablar que necesitamos tener en cuenta?
Shaunti: Permíteme decirlo. Existe otro tipo que también suelo hacer con frencuencia, (como dije, algunas de nosotras tenemos más de uno de estos patrones). Otro es «la catastrofización», lo cual no sabía que era una palabra.
Nancy: ¡Creo que te inventaste esa palabra!
Shaunti: Realmente tuve que buscarla. Es esencialmente este patrón (que tengo en plena medida, y creo que todo el país lo ha tenido cuando se trata de la política), que es: «¡Si esto sucede, va a ser una catástrofe! Si sale elegido o no sale elegido tal o cual candidato, ¡va a ser una catástrofe! Si esto no sucede, o si estas personas no hacen esto, ¡va a ser una catástrofe! Si no se remedia esta injusticia, ¡va a ser una catástrofe! Si mi hija se casa con su novio, ¡será catástrofe!»
Ahora, no estoy discutiendo, quizás, pueda que sea una catástrofe. Este no es el punto. El punto es que para muchas de nosotras, al tratar de confrontar esa catástrofe, de repente nos convertimos en personas sin bondad.
Nancy: Ásperas.
Shaunti: Ásperas, increíblemente malas, algunas veces. Decimos cosas en las redes sociales, por ejemplo, que ni en un millón de años diríamos tan abiertamente o en voz alta. Nos dejamos de parecer a Jesús en momentos de prisa. Dejamos de hablar como Él. Porque en nuestras mentes estamos confrontando esto que es una increíblemente urgente catástrofe. De acuerdo, ¿cómo confrontó Jesús estas cosas? Tenemos los ejemplos.
Todo el mundo dice, «bueno, mira. ¡Él volcó la mesa de los mercaderes! ¡Él usó el látigo para sacarlos del templo!» Y es como: «Sí, a las personas religiosas». Cuando Él hacía esto, realmente estaba confrontando la religiosidad de estas personas que hacían juicio.
Y con las personas que estaban quebrantadas y las personas que estaban pecando y las personas que estaban ciegas, Él era gentil. Ahora bien, también Él era fuerte; Él dijo algunas cosas muy fuertes. Pero no puedo imaginar a nuestro Señor de esta manera agitada, como: «Tengo que confrontar esto o será una catástrofe, y puedo ser poco gentil al confrontarlo».
Nancy: Bueno, el Nuevo Testamento nos brinda muchas ilustraciones de casos teológicos, casos doctrinales, casos morales, cosas que tuvieron que enfrentar, y cosas serias que los apóstoles tuvieron que enfrentar. Están pasando cosas muy serias en el mundo y siempre han existido.
Para mí es interesante lo que Pablo dice a Timoteo, en 2 Timoteo 2:24-25:
«El siervo del Señor no debe ser rencilloso, (y por cierto, esto es lo que debemos ser, siervas del Señor, ¿cierto?), sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido. Debe reprender tiernamente a los que se oponen, por si acaso Dios les da el arrepentimiento que conduce al pleno conocimiento de la verdad…»
Si nos volvemos agresivas, combativas ante el mal y ante las personas que se desvían del camino, en lugar de ser bondadosas, pacientes, mansas, gentiles, podemos perder la oportunidad de ser usadas por Dios para ser un medio de redención, un medio para que la gente se arrepienta.
Shaunti: Bueno, pensémoslo por un segundo. Quizás no al 100 por ciento, pero la mayoría de las cosas que nos apasionan –y digamos que nos apasionan con razón– (por ejemplo, algunos de los errores teológicos que venían en el Nuevo Testamento, cosas que realmente se sentían fuertemente obligados a confrontar), esas realmente necesitan ser confrontadas. Se trata de la salvación.
Y así, hoy en día, esas cosas que nos apasionan son tan críticas para nosotras que decimos: «Bien, ¿qué tan importante es lograr esto que tanto me apasiona en comparación con mi testimonio respecto a la manera y el amor y la bondad de Jesús a las personas con las que estoy interactuando?»
Y la respuesta, a veces podría ser que es más importante. No lo sé. Quiero decir, no puedo imaginar una situación –pero podrías ver cómo puede haber alguna situación hipotética en la que eso ocurra.
En la gran mayoría de los casos –en realidad, las situaciones en las que nos encontramos– Dios quiere que seamos «como Jesús» en esas situaciones, y es realmente difícil lograrlo cuando somos ásperas y antipáticas.
Nancy: Y ser agresivas, ásperas, y con falta de bondad no es efectivo. ¡No funciona!
Shaunti: No funciona de ninguna manera.
Nancy: Leí esto la semana pasada en Proverbios 16:21: «la dulzura de palabras aumenta la persuasión (el aprendizaje)».
Muchas veces pensamos –y pienso que especialmente en las madres que están presentes día tras día, y los hijos no terminan de aprender… Y escuché a un padre decir, «algunas veces tienes que levantar la voz y volverte un poco más negativo para que entiendan lo que quieres decir». Pero la dulzura de las palabras aumenta la persuasión.
Shaunti: ¿Y qué es más importante? ¿Lograr que se entienda tu punto de vista, que sea escuchado, o ser bondadosa?
Nancy: Y tu punto de vista no será escuchado si no eres bondadosa.
Shaunti: Exactamente, pero eso es con lo que debemos luchar constantemente. No solo que nuestro punto de vista sea escuchado… Es crucial que mi hijo llegue a la escuela a tiempo. Él va a tener su quinta tardanza y tendrá que ir a detención. De acuerdo. ¿Y…? ¿Es esto una razón para no mostrarle bondad?
Nancy: Correcto. Es interesante, Santiago 1:19 dice que cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar y tardo para la ira.
Shaunti: No soy muy buena en eso.
Nancy: Necesito ese versículo diariamente. Y luego el versículo que sigue, Santiago 1:20. Dice que la ira del hombre no obra –no traerá– la justicia de Dios. Las cosas que deseamos que se hagan no serán posibles al tener un tono de voz irritado y enojado.
Creo que estamos viendo en toda nuestra cultura una enorme falta de civismo. Has mencionado el ámbito político. Lo vemos en la gente. Las tensiones se disparan, las emociones se disparan, y todos tenemos opiniones fuertes sobre estas cosas. Creo que es valioso y válido –en los momentos y formas adecuados– expresar esas opiniones e intentar persuadir. Lo que no se puede hacer es expresar esas opiniones y tratar de persuadir, con un espíritu irritable, enfadado, precipitado y antipático… Y tienes razón, ¡en Internet es donde ocurre mucho de esto! Seguramente ya has estado en el grupo de los que reciben esto.
Shaunti: Es posible que te haya pasado a ti también.
Nancy: Totalmente. Algunas veces digo, «bueno, dije algo en este programa, y no estaba de acuerdo con tal cosa…» No soy perfecta. No soy Dios. Pero luego por las respuestas que recibo, digo, «¡vaya! Esa persona se cree que dirige el mundo entero».
Y hago exactamente eso muchas veces con mi tono, con mi espíritu, y todo se resume al orgullo. La persona humilde no habla de esa manera. Y por lo tanto, si queremos ser representantes del corazón y el espíritu de Jesús, ¡tenemos que dejar esa negatividad! Estoy tan agradecida de que nos hayas desafiado en esto. Nos has dado ejemplos prácticos y puntos de cómo llevarlo a cabo. A veces es necesario mencionar los aspectos negativos, pero se pueden decir de una manera que sea edificante.
Shaunti: Se pueden decir de una manera que edifique, y sinceramente, al comenzar esto podrás ver que se siente mucho mejor. Quiero decir, realmente puedes sentir al Espíritu Santo trabajando a través de ti cuando haces esas cosas.
Nancy: Porque no te estás provocando úlceras.
Shaunti: Sí, y no provocarse úlceras. Espero que todas puedan identificar su patrón de negatividad, porque realmente está muy dentro de nosotras. Es el pecado, ¿cierto? Y una vez que haces eso y decides que vas a tratar de ver esto, tratar de superarlo, verás que estás edificando a los demás. Y se siente mucho mejor porque no estamos trabajando en contra de lo que el Espíritu Santo quiere hacer.
Nancy: De hecho, luego de escuchar esto quisiera orar, porque no podemos hacer esto sin el poder de Dios y el poder del Espíritu Santo.
Señor, como hemos conversado hoy, y mientras hemos escuchado estas cosas junto a las oyentes, muchas de nosotras podemos pensar que existe este patrón en nuestra vida; que existe esa negatividad. Si no estamos seguras, podemos preguntarle a la persona que está más cerca a nosotras, y ellos pueden decirnos la verdad, si realmente deseamos escucharla.
Y así, Señor, una vez que veamos nuestro patrón de negatividad, necesitamos Tu ayuda para verlo en nosotras mismas, necesitamos la ayuda y el poder de Tu Espíritu Santo viviendo en nosotras para cambiarnos. Para algunas de nosotras, estamos pensando, treinta días en esta relación difícil sin decir cosas negativas hacia o sobre esa persona… Eso podría sonar imposible para muchas de nosotras –especialmente para las que están en un matrimonio difícil, o en una relación difícil en el trabajo.
Señor, te pido que derrames Tu gracia, como prometes que lo harás, sobre aquellas que estén dispuestas a humillarse y a decir: «Señor, soy yo. Te necesito. Necesito Tu gracia. No puedo hacer esto sin Ti. Ayúdame en mi matrimonio. Ayúdame en mi lugar de trabajo. Ayúdame en esos lugares donde me presionan y lo que naturalmente sale es algo negativo, crítico, exasperado e irritado».
Señor, cámbianos de adentro hacia afuera, y haz que nuestras vidas reflejen la belleza, la bondad y la amabilidad de Cristo, para que las personas se sientan atraídas hacia Él por lo que ven en nosotras. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.
Débora: Escuchaste a Nancy DeMoss Wolgemuth conversando con Shaunti Feldhahn. Ellas nos han desafiado a hacer algo muy importante: identificar las áreas de falta de bondad que más nos afectan. Recuerda que puedes ir a la página de avivanuestroscorazones.com o en la aplicación Aviva Nuestros Corazones, y buscar el link para descargar el reto de 30 días para tu esposo allí en la transcripción.
Mañana veremos con mayor profundidad, cómo el reto de amabilidad puede traer grandes efectos en el matrimonio. Por favor sintoniza Aviva Nuestros Corazones.
Ayudándote a que tus palabras estén llenas de bondad. Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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