El poder de causa y efecto
Nancy DeMoss Wolgemuth: Hoy Mary Kassian nos recuerda que nuestras palabras provienen de nuestros corazones.
Mary Kassian: Necesitas poner atención a tus palabras y examinar tus actitudes y lo que realmente crees en el fondo. Si notas que en tus palabras hay malicia, crítica, deseo de herir o sarcasmo, toma el tiempo para sacar de raíz esa planta podrida, y examinar las raíces y la tierra donde crece.
Annamarie Sauter: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy: Antes de dar inicio a la enseñanza de hoy, quiero animarte a hacer planes para asistir a la Conferencia Mujer Verdadera 2023, titulada, Libertad, plenitud y abundancia. Esta se llevará a cabo los días 31 de marzo y 1 de abril del próximo año 2023, en Guadalajara, México. Inscríbete en MujerVerdadera23.com para recibir notificaciones sobre el registro y otras actualizaciones.
Y bueno, …
Nancy DeMoss Wolgemuth: Hoy Mary Kassian nos recuerda que nuestras palabras provienen de nuestros corazones.
Mary Kassian: Necesitas poner atención a tus palabras y examinar tus actitudes y lo que realmente crees en el fondo. Si notas que en tus palabras hay malicia, crítica, deseo de herir o sarcasmo, toma el tiempo para sacar de raíz esa planta podrida, y examinar las raíces y la tierra donde crece.
Annamarie Sauter: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy: Antes de dar inicio a la enseñanza de hoy, quiero animarte a hacer planes para asistir a la Conferencia Mujer Verdadera 2023, titulada, Libertad, plenitud y abundancia. Esta se llevará a cabo los días 31 de marzo y 1 de abril del próximo año 2023, en Guadalajara, México. Inscríbete en MujerVerdadera23.com para recibir notificaciones sobre el registro y otras actualizaciones.
Y bueno, entrando en el tema de hoy, en las Escrituras leemos que de la abundancia del corazón habla la boca. Mary Kassian nos ayudará a ver esta verdad tan importante, en especial para nosotras las mujeres. Ella nos ayudará a identificar lo que nuestras palabras dicen de nuestros corazones.
Mary es mi amiga, es esposa y madre, charlista, autora, y es canadiense. Ella es nuestra maestra invitada para esta serie titulada, Conversación apacible. Escuchemos la continuación de su enseñanza.
Mary: Un granjero chino de nombre He, vive en una casa de ladrillo y tejas rodeada de frondosos campos verdes de arroz, en un área rural muy tranquila de China. Lo que no se puede ver y que es difícil de comprender, son los metales que contaminan la tierra debajo de su siembra. A Shangba, el pueblo donde vive el señor He, lo han llamado El pueblo de la muerte, es uno de cientos de pueblos de cáncer, que son pequeñas comunidades situadas cerca de zonas industriales donde las plantas industriales, químicas y farmacéuticas cercanas han hecho que el índice de cáncer aumente.
La fuente de contaminación que presuntamente está afectando Shangba es la mina de Daboashan, localizada a 16 kilómetros del campo de arroz del señor He. Hace tiempo esa mina era la fuente más grande de cobre y de zinc en Asia. Durante la epoca de lluvias, aguas de color rojizo corrían rápidamente desde un estanque de residuos hasta la presa, y de la presa al río, y del río a los campos. Como resultado los sembradíos en Shangba estaban altamente contaminados. Los cultivos contenían altos niveles de cobre, zinc, cadmio, plomo y arsénico.
Tanto el señor como la señora He, han sido diagnosticados con cáncer, y también un hermano. Los He están muy preocupados por el futuro de sus campos así como por el bienestar de su hija que juega en el campo y come diariamente de lo que el campo produce.
Amigas, la calidad de la tierra afecta la calidad del producto. Si la tierra está contaminada, el producto también se contamina. Aquí vemos ilustrado el concepto de causa y efecto. Y sucede lo mismo con nuestras palabras. La calidad de las palabras que decimos está conectada con la calidad de lo que hay en nuestro corazón.
Hoy nos encontramos en el segundo mensaje de la serie Conversación apacible. En el primer mensaje aprendimos sobre El poder de navegación. Vimos que al igual que el timón de un barco, la lengua es un instrumento de dirección. Su uso determina la dirección, el rumbo de tus relaciones.
Hoy hablaremos sobre El poder de causa y efecto. El poder de causa y efecto indica que los problemas con nuestras bocas se originan en nuestros corazones. Y esto lo vemos claramente en una conversación que Jesús tuvo con los fariseos. Mateo capítulo 15 dice: «Entonces se acercaron a Jesús algunos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: ¿Por qué Tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Pues no se lavan las manos cuando comen pan» (Mateo 15:1-2).
Los fariseos eran una secta judía religiosa conocida por sus interpretaciones y observaciones estrictas de la ley, eran unos perfeccionistas religiosos. Tenían toda clase de reglas sobre lo que era y lo que no era una conducta aceptable. Una de sus reglas era el ritual de que las personas debían lavarse las manos antes de comer, de lo contrario estarían espiritualmente contaminadas.
Muchas de ustedes como madres tienen esa regla con sus hijos, «tienes que lavarte las manos antes de comer». Estos fariseos habían definido el proceso a su manera y eran específicos sobre cómo se debía hacer. Tenias que utilizar un volumen de agua equivalente a una docena y media de huevos; colocar las manos en una postura correcta dejando caer el agua en la dirección correcta. Tu limpieza y tu espiritualidad dependían de la perfecta atención a los detalles.
Y entonces los fariseos tenían curiosidad, «Jesús, ¿por qué Tus discípulos no siguen estas reglas de purificación?» Ahora, ¿cuál era el gran argumento sobre esta limpieza? ¿No pensaba Jesús que lavarse las manos antes de comer era importante? ¿No sabía que los gérmenes de las manos podían contaminar la comida y causar grandes enfermedades?
En la mente de Jesús y en la de los fariseos, este asunto se trataba de algo más que de bacterias. Y para entender esto necesitamos comprender el significado bíblico de «limpio» e «impuro». La palabra griega para impuro viene de la palabra «común» y se refiere a «algo que está libre al contacto y expuesto». Por otra parte, «limpio» se refiere a algo que ha sido «purificado, separado y dedicado». Para los judíos, «limpio» significaba santo y apartado para Dios. Lo impuro era común. Lo limpio era especial.
Es como la diferencia entre los platos que utilizas diariamente en tu mesa y tu vajilla de porcelana. La vajilla de porcelana está reservada, está separada; no es para un uso indistinto. Y los judíos que estuvieran en una condición impura, estaban descalificados para participar de la adoración a Dios. Estaban ceremonialmente impuros si tenían contacto con moho, si tenían infecciones, enfermedades, si habían tenido contacto con un cadáver, con sangre o con cualquier tipo de fluido corporal. Pero cualquier persona que se contaminara de esta manera, podía ser restaurada a una condición limpia por medio de un lavamiento específico y una ofrenda de sacrificio.
Para el judío, someterse a las reglas de limpieza era una expresión de devoción a Dios. Al limpiarse y santificarse simbólicamente, eran aptos para acercarse a un Dios santo y disfrutar de su relación con Él. Entonces,si la limpieza simbolizaba santidad, ¿por qué razón Jesús no estaba contento con los estándares rigurosos de lavamiento de manos de los fariseos? Veamos la razón en Mateo 15:10:
«Llamando junto a Él a la multitud, Jesús les dijo: "Oigan y entiendan: no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre…" Entonces Pedro dijo a Jesús: "Explícanos la parábola." Jesús les dijo: "¿También están ustedes aún faltos de entendimiento?¿No entienden que todo lo que entra en la boca va al estómago y luego se elimina?Pero lo que sale de la boca proviene del corazón, y eso es lo que contamina al hombre. Porque del corazón provienen malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias.Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero comer sin lavarse las manos no contamina al hombre"» (Mat. 15:10-11,15-20).
En su obsesión con la limpieza externa, los líderes religiosos perdieron de vista la meta final. Ellos confundieron la limpieza externa con la pureza interna del corazón. Los fariseos solo se ocupaban de que las cosas se vieran bien por fuera, de que sus acciones y palabras aparentaran ser apropiadas para los espectadores. El problema era que eran muy cuidadosos con la limpieza externa para verse bien, pero el interior de sus corazones estaba lleno de pecado.
Jesús nos enseñó que para que las cosas estén bien por fuera, deben estar bien por dentro. Según lo que Jesús dice, podemos hacer las cosas bien y decir las cosas correctas, pero si los pensamientos y las actitudes de nuestros corazones son impuros, nuestras palabras también serán impuras, no importa lo bien que suenen.
Unos capítulos antes los fariseos habían cuestionado sobre esto a Jesús. En Mateo 12:33-37, Él los confronta diciéndoles:
«O hagan ustedes bueno el árbol y bueno su fruto, o hagan malo el árbol y malo su fruto; porque por el fruto se conoce el árbol. ¡Camada de víboras! (¡Él los está llamando serpientes!) ¿Cómo pueden hablar cosas buenas siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno de su buen tesoro saca cosas buenas; y el hombre malo de su mal tesoro saca cosas malas. Pero Yo les digo (y esto es algo muy aleccionador) que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio.Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado».
Nuevamente vemos la relación causa y efecto. De la boca sale lo que hay en el corazón. Lo que reflejamos está conectado a lo que no se ve. Así que para quepodamos mejorar nuestras palabras, debemos mejorar lo que hay en nuestros corazones. Existen dos tipos básicos de terreno en el corazón humano: El puro y saludable, la buena tierra de la verdad; y el malvado, el contaminado, la tierra infectada por el engaño.
El primero promueve la bondad, la integridad, la conexión, la sanidad y la vida espiritual. El segundo promueve la soledad, la destrucción, el dolor, la separación espiritual y la muerte. Y el engaño es la condición del corazón que ocurre cuando la verdad de Dios es encubierta, pervertida o rechazada. Un corazón engañoso no reconoce a Dios:
- No cree la Palabra de Dios
- No valora los caminos de Dios
- No tiene los pensamientos de Dios.
Y nuestros corazones son engañados cuando creemos algo que no está alineado con la verdad de Dios. Cuando nos convertimos en seguidoras de Jesús, damos un paso de fe al creer que Dios es la fuente de la verdad. Y recibimos el regalo de Su Espíritu Santo que nos ayuda a entender las Escrituras y nos guía hacia la verdad. Es como si Él nos diera un gran depósito de buena tierra con la cual podemos preparar nuestros corazones. Por el resto de nuestras vidas colaboramos con Él en el proceso de reemplazar la tierra vieja y contaminada de nuestros corazones con la buena tierra que Él nos ha provisto.
La Biblia claramente nos indica que la tierra del engaño es la responsable de la maldad que se refleja en nuestras palabras. El engaño permite que la maldad en todas sus formas –envidia, orgullo, malicia y amargura– se arraigue en nuestros corazones. Y estas actitudes y pensamientos brotan como palabras hirientes y negativas. Míralo de esta manera: Tus palabras y tu conducta son como las hojas y el fruto de una planta. Pueden ser vistas sobre la superficie. Y las personas pueden escuchar tus palabras y el tono y el volumen de tu voz; pueden observar tus expresiones faciales, postura y lenguaje corporal.
Déjame darte un ejemplo. Quizás reaccionaste contra una compañera de trabajo, diciéndole algo como: «¡Bien por ti, Einstein!» Esa persona escucha tus palabras y tu tono de voz, nota tu cara de desprecio…y concluye que te estás burlando. Pero también sabe que hay algo más en el mensaje que enviaste de lo que realmente se ve.
Una planta está conectada a una raíz que no se ve. Si sacamos la planta, podremos ver un poco de sus raíces o quizás todas sus raíces. Y las raíces de tus palabras están compuestas por las actitudes y los pensamientos que se encuentran encubiertos. Tu compañera de trabajo probablemente podrá hacer suposiciones sobre tus motivaciones. Tal vez pensará que solo estás haciendo un chiste. O quizá pensará que estás resentida porque la promovieron a ella y no a ti. Y realmente ella no puede ver tu corazón. A menos que tú se lo digas, ella no verá la raíz de lo que hay en tus palabras.
Quizás tu mascota murió esa mañana y tus palabras estaban escondiendo tu dolor. Quizás tuviste una discusión con tu esposo y te sentías frustrada. Quizás te sentías insegura o celosa…
Así que tenemos la parte de arriba de la planta, el mensaje que se ve, y tenemos las raíces, las actitudes y los sentimientos que se encuentran debajo de la superficie. Pero hay un tercer factor que afecta la salud de la planta, y es el factor más importante: la tierra. La tierra son tus valores y creencias más profundas. Es el fundamento de todo lo que dices y haces, este impide o da paso a las raíces de ciertas actitudes y pensamientos en tu vida. De acuerdo a la Biblia, tus palabras dependerán de la calidad del terreno donde están sembradas.
Y si examinas la raíz de tus comentarios sarcásticos hacia tu compañera de trabajo, podrás encontrar que existe una raíz de envidia. Esa envidia está plantada por la creencia errónea de que tú eres mejor que otras personas y que Dios está en deuda contigo porque eres muy buena. Entonces, podrías extraer la hierba mala del sarcasmo, pero a menos que extraigas esa falsa creencia, a menos que te deshagas de la tierra contaminada que hay en tu corazón y la reemplaces con la verdad, más hierbas malas continuarán saliendo en el jardín de tus palabras.
Al hablar o actuar, estos tres factores están en función: Laspalabras y la conducta están conectadas a las actitudes y pensamientos que están enraizados a las creencias y valores más profundos de nuestros corazones. Permíteme repetirlo nuevamente. «Las palabras y la conducta (hojas y frutos) están conectadas a las actitudes y pensamientos (las raíces) que están enraizados en las creencias y valores más profundos de nuestros corazones (el terreno)».
Jesús dijo: «De la abundancia del corazón habla la boca». Así que si verdaderamente quieres mejorar tus palabras, tienes que trabajar para extraer la tierra contaminada de tu corazón.
Esto me recuerda los círculos o anillos de hadas que teníamos en el jardín de nuestra casa. ¿Alguna de ustedes los ha visto? Son círculos o arcos que se encuentran en el césped o en el bosque. El círculo está compuesto por césped, hongos, bolas de tierra o césped seco. Se tenía la creencia de que los círculos de hadas aparecían porque los duendes bailaban a la luz de la luna en el césped y dejaban esos círculos. Los círculos que aparecen son más oscuros que el resto del césped. Y realmente aparecen cuando las esporas de los hongos infectan la tierra.
El hongo libera nitrógeno, el cual es responsable del verdor del césped. Pero también el hongo usa todos los nutrientes de la tierra y crea una barrera de manera que el agua no llega a las raíces del césped. Sin esos nutrientes y la humedad de un terreno saludable, el césped muere. Por varios años, mi esposo Brent luchó con dos círculos de hadas en nuestro jardín. Es muy difícil deshacerse de ellos. Los fungicidas no funcionan. Lo único que se puede hacer es cavar alrededor de ellos, lo cual es un gran reto porque no se puede determinar a simple vista hasta dónde llega el terreno infectado.
Se tiene que cavar profundamente, entre 30 y 45 centímetros en cada lado del círculo. Si pasas por alto cavar alguna parte del área infectada, vuelve a crecer. Y si esparces un poco de la tierra infectada, aparecerá otro círculo de hadas.
Pero este año, luego de varios años de batalla, cuando se derritió la nieve nos alegramos mucho al ver que ya no había círculos de hadas en nuestro jardín. Ahora, aunque pudimos deshacernos de ellos por ahora, hay una gran posibilidad de que nuevamente batallemos con ellos. Y la razón es porque nuestros vecinos también tienen de estos en su patio. La tierra infectada de sus jardines puede ser transportada por animales o niños y volver a infectar nuestro jardín. Y sucede lo mismo con nuestros corazones. No estamos inmunes al engaño que nos rodea. Justo cuando nos deshacemos de un círculo de tierra infectada en nuestro corazón, otro aparece.
Y el problema con los libros y los cursos de comunicación es que se centran en cambiar las palabras de las personas y los patrones del habla, sin tomar en cuenta las malas actitudes y las creencias falsas que se anidan en los corazones. Cambiarlas palabras ciertamente tiene influencia en las actitudes y las creencias, pero el cambio más profundo en la manera de expresarse sucederá de abajo hacia arriba, de adentro hacia afuera. Hasta que el terreno infectado de tu corazón sea limpiado, cambiar las palabras solo esconderá el problema.
Entonces, ¿por dónde podemos empezar? Si quieres aprovechar el poder de causa y efecto y transformar tus palabras, tienes que ir más allá de la superficie de tus palabras y examinar las actitudes y creencias profundas en tu corazón. Si notas que tus palabras son sarcásticas, maliciosas, críticas, desagradables; toma tiempo y saca esa planta podrida y examina las raíces y la tierra donde está sembrada.
Pídele al Señor que te de discernimiento. Pídele que te señale las áreas donde tus actitudes y pensamientos no están alineados con Su estándar. Y luego extrae de ti con ayuda del Espíritu y en oración esa tierra engañosa por medio de la confesión y el arrepentimiento. Esa es la única manera de tratar el engaño en nuestros corazones. Así es como Dios quiere que comiences a trabajar con tus palabras.
En medio de esa situación donde quizá le dijiste algo desagradable a tu esposo, extrae esa planta. Pregúntate, ¿de dónde viene esto? ¿Será que tengo expectativas equivocadas? ¿Será que hay amargura en mi corazón? ¿Creo que tengo el derecho de juzgarlo y condenarlo?
Debes examinar lo que hay en tu corazón para ver si está alineado o no con la verdad de Dios. Y, ¿no te alegra que Él nos haya dado Su estándar de verdad en Su Palabra? Tenemos la Biblia como nuestra guía. La tenemos para enseñarnos lo que es verdad, para que de esa manera podamos comenzar a caminar en ella.
Nancy: Este es un recordatorio muy importante de mi amiga, Mary Kassian que espero que puedas poner en práctica hoy mismo. Mary es nuestra maestra invitada aquí en Aviva Nuestros Corazones para esta serie de episodios titulada, Conversación apacible. Ella regresará para orar.
Y tú, ¿comenzarás a trabajar con tus palabras, evaluando las raíces y la tierra de donde proceden?
Usamos palabras todo el tiempo, y sé que esta serie nos ayudará a examinar lo que la Biblia dice sobre estas. Para ayudarte a dar pasos prácticos, Mary ha desarrollado un libro de trabajo titulado, «La conversación apacible». Anímate a adquirirlo y hacerlo individualmente o con un grupo de amigas. Este libro te ayudará a examinar tu corazón, que es donde nacen las palabras. Encuentra el enlace para adquirirlo en la transcripción de este programa en avivanuestroscorazones.com.
Y sabes, no se trata solo de dejar de hablar palabras hirientes. Mañana Mary nos mostrará por qué debemos reemplazarlas con algo más y cómo hacerlo.
Ahora, para concluir nuestro episodio de hoy, permíteme leerte algunas de las intervenciones de la audiencia en el momento en que Mary enseñó su mensaje. Ellas compartieron sobre lo que El Señor les ha estado mostrando a través de estas enseñanzas.
Mujer 1: Tengo un hijo de catorce años que está en medio de evaluaciones escolares. Dado que ha sido en escuela en el hogar, ha sido un gran reto lidiar con la relación y hablar con él. Así que muchas de las cosas que has dicho son el clamor de mi corazón al Señor; que Él me ayude a hacer un mejor trabajo. Me ha sido de inspiración y me parece maravilloso lo que has compartido.
Y aprecio mucho la manera en la que nos has motivado a evaluar nuestros corazones –no solo la superficie de lo que estamos diciendo– sino por qué lo estamos diciendo. Y luego poder ver con la ayuda del Señor lo que hay dentro de nosotras… Pienso que es muy fácil ver las situaciones y culpar a otras personas, o ver las situaciones y no querer ver lo que realmente está pasando dentro de mi corazón. Así que muchísimas gracias por el reto y el ánimo que nos has dado.
Mujer 2: Estoy totalmente de acuerdo con todo esto. El domingo tuve una situación, y se supone que el domingo por la mañana es cuando debes estar mejor…
Me di cuenta de que había hecho algo equivocado, hablé mal, y durante toda la semana lo he estado procesando. Yo inmediatamente reconocí que estaba equivocada, pero es como, «Señor, sé lo que hice. Ahora, ¿cómo reparo esto que he hecho?» Espero que también toques este punto.
Nancy: Y escucha lo que Mary le respondió…
Mary: Creo que la humildad es uno de los pasos más importantes, la humildad al admitir que estuviste mal. Con mis hijos, por ejemplo, he tenido que admitir el pecado en mi corazón. Debemos hacer esto abierta y honestamente. En la próxima sesión hablaremos más sobre cómo podemos manejar estas situaciones.
Mujer 3: olviendo a todo el concepto de la tierra de dónde proceden realmente las palabras, un versículo que Dios me ha mostrado durante los meses pasados –y en el cual he estado meditando– es el Salmo 19:14 que dice: «Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de Ti».
Siempre he pensado que estamos familiarizadas con la parte de «las palabras de mi boca», pero muchas veces no nos enfocamos en la parte de «la meditación de mi corazón». Esto nos lleva a la parte del terreno donde nacen nuestras palabras. Es algo realmente importante.
Mujer 4: En mi caso, una de las cosas que me impactó fue cuando hablaste sobre cómo están conectadas las palabras con la conducta. Cuando pienso en eso, también viene a mi mente la parte de nuestros pensamientos, lo que nos lleva a que si no estamos en la Palabra y nuestros pensamientos no están donde deben de estar, entonces nuestra conducta no estará donde debería. Y entonces peleamos una batalla de engaño por todas partes, y vivimos una vida enfocada en nosotras mismas donde el mundo a nuestro alrededor nos está diciendo que todo se trata de nosotras. Y esto promueve el tema del orgullo.
Así que, si no estamos de manera regular en la verdad, es como un efecto dominó. Lo digo por mí…cuando no estoy donde debo estar espiritualmente, todas esas piezas de dominó empiezan a caer. Puedo ver ese patrón.
Mary: El corazón que no está cimentado en la verdad sino que está plantado en el engaño, hace que las actitudes equivocadas empiecen a tener raíces; lo cual a su vez resulta en palabras equivocadas que empiezan a salir de nuestras bocas.
Ahora me gustaría que cerráramos nuestro tiempo juntas en oración. Oremos.
Padre celestial, te pido que nos reveles en un nivel más profundo lo que hay en nuestros corazones que no está bien, aquellas mentiras de las que nos sostenemos, aquellas que creemos. Padre, te pido que nos muestres qué es lo que creemos que no está alineado con lo que Tú dices que debemos creer.
El salmista oró: «Enséñame, oh Señor, Tu camino; andaré en Tu verdad» (Salmo 86:11) Te pedimos esto, oh Señor. Te pedimos que nos enseñes Tus caminos. Enséñanos Tu verdad. Danos un corazón íntegro para que temamos Tu nombre. Pedimos estas cosas en el grandioso y poderoso nombre de Jesús, amén.
Así que tienen una tarea. Cuando regresen a sus hogares y noten que están a punto de decir algo que no deberían decir, asegúrense de ir más allá de la superficie, examinen de dónde procede, saquen esa tierra contaminada de su corazón.
Annamarie: Acompáñanos para la continuación de esta serie, mañana, aquí en Aviva Nuestros Corazones.
Adornando el evangelio juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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