El ministerio de los 40 días
Leslie Basham: Nancy Leigh DeMoss, describe las apariciones que Jesús hizo después de Su resurrección.
Nancy Leigh DeMoss: Es interesante el hecho de que estas apariciones no fueran llamativas, ni grandes. Jesús no estaba, en este momento, tratando de ser noticia de primera plana. La mayoría de estas apariciones fueron pequeñas, personales, encuentros íntimos con personas o con pequeños grupos.
Leslie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss, en la voz de Patricia de Saladín. Nancy continúa con la serie, El Cristo incomparable.
Nancy: He tenido que viajar mucho a través de los años a causa del ministerio. Pero soy una persona hogareña. Me gusta quedarme en casa. Acerca de viajar he dicho muchas veces, que no haría esto por nadie más que no fuera por el Señor Jesús. Pero lo he hecho por Él, y Él me ha bendecido. Pero cuando estoy viajando, fuera de la …
Leslie Basham: Nancy Leigh DeMoss, describe las apariciones que Jesús hizo después de Su resurrección.
Nancy Leigh DeMoss: Es interesante el hecho de que estas apariciones no fueran llamativas, ni grandes. Jesús no estaba, en este momento, tratando de ser noticia de primera plana. La mayoría de estas apariciones fueron pequeñas, personales, encuentros íntimos con personas o con pequeños grupos.
Leslie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss, en la voz de Patricia de Saladín. Nancy continúa con la serie, El Cristo incomparable.
Nancy: He tenido que viajar mucho a través de los años a causa del ministerio. Pero soy una persona hogareña. Me gusta quedarme en casa. Acerca de viajar he dicho muchas veces, que no haría esto por nadie más que no fuera por el Señor Jesús. Pero lo he hecho por Él, y Él me ha bendecido. Pero cuando estoy viajando, fuera de la ciudad, estoy ansiosa por regresar a mi casa. Y a través de los años ha habido ocasiones, en las que me han retrasado el regreso, y me piden hacer otra parada o cumplir con otra responsabilidad. Tengo que decirte que es duro, porque quiero llegar a casa.
A mí me encanta servir, me encanta lo que el Señor me ha llamado a hacer. Pero también, me encanta dormir en mi propia cama. Y quiero llegar a casa. Pensé en esto cuando venía a hacer esta sesión de nuestra serie, El Cristo incomparable, y en lo deseoso en que después de Su resurrección, ¡Jesús debió de estar de regresar al cielo y ver a Su Padre! Después de todo lo que Él había soportado, después de todo lo que había atravesado —desde el tiempo en que vino a la tierra como un bebé, hasta hacerse hombre, Su vida adulta, Su ministerio, Su juicio, Su crucifixión— después de toda esa prolongada separación física de Su Padre, cuán deseoso Él debió de haber estado de regresar a Su hogar.
Pero las Escrituras nos dicen que Él se quedó aquí en esta tierra por 40 días más después de Su resurrección—cinco semanas y cinco días. Bueno, eso pudiera parecer no mucho tiempo, pero cuando estás viajando y estás lista para regresar a tu hogar, puede parecer muchísimo tiempo. Pienso que este ministerio de Cristo durante los 40 días que pasaron entre Su resurrección y Su ascensión al cielo, nos muestran el corazón tierno y compasivo de Cristo. ¿Para qué o por qué pasar 40 días más en este mundo tan miserable —quiero decir, quien quiere quedarse aquí cuando puedes estar en el cielo?
Pero a Él le importaban más sus discípulos que Él mismo. A Él le importamos más nosotros que Él mismo. Él estaba más comprometido con la agenda y con el plan de Su Padre que con Su propia comodidad y Su propia agenda. De hecho, Su agenda era la agenda de Su Padre. Él siempre dijo, "Yo vine a hacer la voluntad de mi Padre". Porque este período de 40 días era parte de la voluntad de Su Padre, y por eso Él lo abrazó y lo completó.
Ahora, esa transición entre la resurrección y la ascensión dijimos que fue de 40 días. Y es algo interesante.
Pero ahora tenemos que preguntarnos. ¿Por qué Jesús se quedó en la tierra semanas después de Su resurrección? La respuesta obvia es que Su Padre quería que Él lo hiciera. Pero ¿por qué Dios no lo resucitó y lo llevó enseguida al cielo, de la tumba a la diestra del trono de Dios? ¿Cuál fue el propósito de esos días? ¿Qué hizo Él?
Permíteme pedirte que si tienes una Biblia, vayas al libro de los Hechos, capítulo uno. En el párrafo que abre el libro de los Hechos, encontramos el más breve resumen —en sólo tres versículos —que resume este ministerio de 40 días. Vamos a ver en la medida en que leemos en solo unos momentos, que esos 40 días no fueron un accidente. No fueron solo un paréntesis. Fueron una parte intencional del plan de Dios. Ten en cuenta que los discípulos acababan de perder a su amigo más querido y su Señor, por lo menos así pensaban. Él había muerto. Estaban confundidos, estaban de duelo por su pérdida. Ellos pensaban que Él era el Rey, que había venido a traer el reino de Dios a la tierra, y ahora su Rey estaba muerto.
Ahora estaban recibiendo la palabra de la resurrección. Pero ¿cómo creerían esto? ¿Cómo sabrían que era realmente cierto? Bueno Jesús usó este breve período de 40 días para alentar a Sus discípulos. Lo hizo principalmente de dos maneras que puedes ver en Hechos capítulo 1. Primero Él ministró a sus dudas proveyéndoles pruebas — pruebas sólidas — de Su resurrección, de que estaba realmente vivo. Y en segundo lugar, los preparó para el futuro durante esos 40 días. Les dio una esperanza, les dio una visión y la orden de marchar después de Su partida. Él utilizó este tiempo para darles prueba de Su resurrección, y para prepararlos para el futuro.
Permíteme leer este párrafo de Hechos capítulo 1, y luego vamos a verlo por separado.
El primer relato que escribí, [refiriéndose al Evangelio de Lucas, porque ambos fueron escritos por el Dr. Lucas] Teófilo, trató de todo lo que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, después de que por el Espíritu Santo había dado instrucciones a los apóstoles que había escogido. A éstos también, después de su padecimiento, se presentó vivo con muchas pruebas convincentes, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles de lo concerniente al reino de Dios (Hechos 1:1-3).
Desglosémoslo ahora un poco:
Él proveyó pruebas o evidencias de Su resurrección durante esos 40 días. Las Escrituras afirman que fueron muchas pruebas. Se les presentó Él mismo a ellos, apareciéndoseles durante 40 días. La palabra prueba es una palabra fuerte en el lenguaje original. Significa "prueba positiva" "señal segura". Algunas traducciones dicen "muchas pruebas convincentes" o "muchas pruebas infalibles".
Él usó esas semanas para construir la fe de Sus discípulos. Él los iba a dejar. Todo el futuro de Su misión dependía de que ellos tuvieran confianza en que Él estaba vivo, que Él había vencido la tumba. Y no solo ellos tenían que tener confianza, ellos iban a tener que convencer a otros de que Él había sido crucificado, y de que este supuesto criminal, era el hijo de Dios que se había levantado de los muertos. Y eso no iba a ser fácil de vender. Así que primero ellos mismos tenían que estar seguros. Durante esos días, Jesús se presentó ante ellos con evidencias que no podían refutar.
Él hizo esto apareciéndose a ellos, como dice este pasaje ¿qué prueba mayor de la resurrección que el que ellos vieran a Aquél que ellos pensaban muerto, vivo y en persona? Él les dio evidencia física. Ellos vieron Su cuerpo físico. Era Su cuerpo glorificado. No era el mismo cuerpo, pero era reconocible. Pudieron ver las cicatrices de los clavos en Sus manos y en Sus pies. Lo vieron, lo tocaron, comieron y hablaron con Él. Él les dio evidencia física de Su resurrección.
Él lo hizo a través de múltiples apariciones, —apariciones después de la resurrección —a múltiples personas y en múltiples circunstancias. Tienes que poner los cuatro evangelios juntos para tener la lista completa de las apariciones, y no es fácil armonizarlas, porque cada uno de ellos habla acerca de alguna aparición pero no de todas. Pero cuando las pones todas juntas parecen ser de 10 a 11 las apariciones después de Su resurrección.
Estas apariciones fueron impresionantes, porque ellos pensaban que Él estaba muerto, pero es interesante el hecho de que estas apariciones no fueron llamativas ni grandes. Jesús no estaba, en este momento, tratando de ser noticia de primera plana. La mayoría de estas apariciones fueron pequeñas, personales, encuentros íntimos con individuos o con grupos pequeños. Por cierto, la mayoría sino todas fueron a creyentes en Cristo. Recuerda algunas de estas apariciones:
- La primera aparición registrada, después de la resurrección fue a María Magdalena quien estaba perturbada y gimiendo fuera de la tumba. Como en muchas de las apariciones, puedes ver el tierno intercambio, y el estímulo personal que Jesús le da a esta mujer, esta mujer que amaba a Jesús tan profundamente y que había sido tan profundamente impactada por Su vida y por Su ministerio pero que estaba tan afligida por Su pérdida. Él viene y le ministra con tanta ternura en su dolor y lo puedes ver en Marcos capítulo 16 en los versículos 9-10 y en Juan capítulo 20 versículo 11.
- Luego tenemos otra aparición a María Magdalena, y a la otra María quienes estaban regresando de la tumba vacía el día de la resurrección y lees de esto en Mateo capítulo 28 los versículos 9-10.
- Luego se apareció a los dos discípulos que venían por el camino a Emmaus ( Lucas 24:13, y Marcos 16:12)
- Y también el asombroso encuentro con Pedro en Jerusalén que fue parte del proceso restaurador en su vida ( Lucas 24:34)
- Otra aparición fue a los discípulos, en Juan capítulo 20 quienes estaban encerrados en una habitación en Jerusalén. ¿Recuerdas? En esa ocasión uno de los discípulos estaba ausente. Era Tomás— así que cuando él oyó acerca de esto tuvo mucha dificultad para creerlo y lo vemos Juan 20: de los versículos 19 al -23.
- Pero la próxima vez que Jesús apareció fue a los 11 apóstoles en una casa. Él lo hizo a causa de Tomás, para asegurarse de que Tomás tuviera la misma evidencia, o la misma prueba de la resurrección (ver Juan 20: 26)
- Y también está la aparición, en Juan capítulo 21, a los siete apóstoles que estaban pescando en el mar de Galilea (ver Juan 21: 1)
- En 1ra. a los Corintios capítulo 15 dice que, Él se le apareció a Su hermano Santiago, quien no había creído anteriormente, pero que se convirtió en un firme creyente —uno de los líderes de la Iglesia, y el autor de la epístola de Santiago en el Nuevo Testamento (ver 1 de Corintios 15:7).
- Después más de 500 personas le vieron al mismo tiempo. Ese fue el grupo más grande del que sabemos. Pero la mayoría de ellos fueron encuentros mucho más personales e íntimos (ver 1 de Corintios 15:6)
En estos encuentros vemos que Jesús trata tierna y directamente con las dudas y con los temores de Sus discípulos. Por ejemplo, Lucas capítulo 24 dice:
Mientras ellos relataban estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. Pero ellos, aterrorizados y asustados, pensaron que veían un espíritu. Y Él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y por qué surgen dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies, que soy yo mismo; palpadme y ved, porque un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo.
Y cuando dijo esto les mostró las manos y los pie Como ellos todavía no lo creían a causa de la alegría y que estaban asombrados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? Entonces ellos le presentaron parte de un pescado asado. Y Él lo tomo y comió con ellos. (vv. 36-42).
¡Más evidencia! Prueba de manera positiva la evidencia de que Jesús realmente estaba vivo.
Las pruebas eran convincentes. Eran indiscutibles. Tanto es así que los apóstoles nunca dudaron de nuevo, desde el momento en que Jesús ascendió a los cielos. Cuando lees el libro de los Hechos, ves esta poderosa y convincente, prédica persuasiva de la resurrección de Cristo. Ellos nunca más dudaron de esto. Predicaban con convicción porque Jesús se quedó el tiempo suficiente para darles prueba de Su resurrección.
Es interesante que en Hechos capitulo 1 versículo 3 dice “A éstos también, después de su padecimiento, se presentó vivo con muchas pruebas convincentes”, El hecho de que se haya presentando Él mismo a ellos después de haber sufrido era un recordatorio y una garantía de que el sufrimiento y la muerte no son el final. Ves, ellos sufrirían también. Y Jesús los había llamado "a tomar su cruz y a seguirlo" (Mateo 10:38). Pero ellos también tenían que compartir, después de haber sufrido, Su resurrección.
Por lo tanto ellos podían proclamar a Cristo con valentía y sin temor incluso cuando se volvió ilegal hacerlo bajo el gobierno opresor de Roma. Porque lo peor que podía pasarles, ellos sabían, era que podían morir. Pero aquí estaba Jesús frente a ellos como una evidencia de que ¡hay vida después de la muerte! La muerte no es el final.
Estoy tan agradecida de que Jesús proveyera esta prueba, de la evidencia de Su resurrección, no solo para Sus discípulos, sino como evidencia para las futuras generaciones de escépticos— los relatos de testigos oculares de la resurrección de Cristo son una de las grandes pruebas de la resurrección. Tenemos los testimonios.
Así que haciéndolo personal para nuestros propios corazones, se nos recuerda que Jesús está vivo. Estamos llamadas a que desaparezcan nuestras dudas y nuestros temores. Él se mostró vivo por un período de 40 días. Lo nuestro es creer en la evidencia y recibir Su paz.
Así que Jesús durante estos 40 días dio pruebas de Su resurrección y preparó a Sus discípulos para el ministerio después de Su partida. ¿Cómo Jesús preparó a Sus discípulos para lo que les esperaba? Déjame sugerirte tres cosas que para mí sobresalen en estos recuentos después de la resurrección.
Primero, Él les proporcionó instrucción. Les estaba hablando acerca del reino de Dios. Éstas posiblemente fueron las cosas de las que Él les había hablado antes, pero que ellos todavía no habían entendido y comprendido. Y a medida que avanzas en el libro de los Hechos el capitulo 1 versículo 6 ves que aún estaban buscando algo terrenal, un reino político que los liberaría de los romanos. Pero Jesús les habla del reino de Dios, Su reinado y gobierno en el corazón de Su pueblo que transformaría las vidas y los hogares y que impactaría este mundo con Su Señorío. Él estaba tratando de instruirles en el significado real del reino de Dios.
Mientras lo hacía, les enseñaba las Escrituras. ¿Recuerdas los dos hombres en el camino a Emmaus que inicialmente no reconocieron a Jesús el día de la resurrección? Dice, "Y comenzando por Moisés y continuando con todos los profetas, les explicó lo referente a Él en todas las Escrituras (Lucas 24:27). Él les señaló de nuevo la Palabra de Dios para instruirlos, a fin de prepararlos para proclamar el Evangelio después de que Él se fuera.
De nuevo vemos en Lucas capítulo 24 cuando se le aparece a los discípulos,
"Y les dijo: Esto es lo que yo os decía cuando todavía estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo que sobre mí está escrito en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.45 Entonces les abrió la mente para que comprendieran las Escrituras,46 y les dijo: Así está escrito, que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día;" (Lucas 24:44-46).
Aquí están ellos, viéndole con sus propios ojos, pero Él les está diciendo que la cosa más segura que tienen, la evidencia más convincente, es lo que está escrito en las Escrituras. Yo estoy tan contenta de que tengamos esa Palabra, y de que Él nos haya dado Su Espíritu Santo para que ilumine nuestro entendimiento y nos enseñe cómo debemos trabajar en el ministerio— como debemos contribuir a acercar Su reino a esta tierra. Así que la instrucción es parte de su preparación para sus futuros ministerios.
Y entonces, la misión, en esos 40 días, Él les confirmó lo que ellos tenían que hacer después de Su partida. Él les dijo, "21 como el Padre me ha enviado, así también yo os envío." (Juan 20:21). Él los estaba enviando de la misma manera que el Padre lo había enviado a Él. Así que ¿cómo los estaba enviando? Los estaba enviando:
- A vivir vidas santas, humildes, obedientes como Él lo había hecho.
- A proclamar el reino de Dios como Él lo había hecho.
- A llamar a la gente a arrepentirse y a creer en el Evangelio como Él lo había hecho.
- A vivir en dependencia consciente de Su Padre celestial y el Espíritu Santo como Jesús lo hizo.
- A vivir una vida de oración, de sacrificio y de servicio como Jesús vivió.
Ellos no debían solo sentarse y hablar de los viejos tiempos y de lo que disfrutaron de las bendiciones de su relación con el Señor cuando Él estuvo aquí en la tierra. Porque entonces, si eso era cierto, ¿por qué no llevarlos al cielo con Él? Él se iba y los dejaba en la tierra con un propósito. Él les explicó esa misión.
Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. (Mateo 28:19-20)
Él les dejó clara esta misión. Y les dice en Lucas capítulo 24:
Y que en Su nombre se predicara el arrepentimiento para el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Vosotros sois testigos de estas cosas (v. 47-48).
Esta era su misión, ser testigos. Ellos tenían que salir de su zona de confort. Había un arduo trabajo que hacer y un mensaje que proclamar.
Pues bien, Jesús nos ha dejado con una misión, con un mandato y un mensaje. Él va a regresar algún día, y en ese momento Él nos hará responsables de lo bien que hemos llevado a cabo nuestra misión en Su ausencia. Como Jesús dijo en Lucas capítulo 12: "Dichoso aquel siervo a quien, cuando su señor venga, lo encuentre haciendo así. (v. 43). ¿Seremos fieles cumplidores de la misión que nos ha encomendado hacer?
Durante ese período de 40 días, Jesús instruyó a Sus discípulos acerca del reino de Dios, Él les encargo una misión, les dejó saber qué hacer. Luego hizo provisión en la medida en que ellos eran dirigidos hacia el ministerio.
¿Cómo iban a cumplir su misión de proclamar Su Reino? Ellos tenían que estarse preguntando "¿cómo vamos a poder hacer esto sin ti Jesús? Parece imposible." El gobierno romano era tan grande, tan poderoso y tan opuesto a Cristo. Pues bien, en las últimas horas antes de Su crucifixión, Jesús les había prometido a los discípulos que cuando Él se fuera al cielo le pediría al Padre que enviara al Espíritu Santo. Ahora durante este período de 40 días, Él les recordó a ellos esa promesa y la provisión que les enviaría.
Puedes leer sobre esto en el último capítulo del Evangelio de Lucas y en el primer capítulo del libro de los Hechos. Ambos libros fueron escritos por el doctor Lucas. Lucas capítulo 24
Y les dijo: Así está escrito, que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día... Vosotros sois testigos de estas cosas. Y he aquí, yo enviaré sobre vosotros la promesa de mi Padre; pero vosotros, permaneced en la ciudad hasta que seáis investidos con poder de lo alto. (vv. 46-49).
¿Cuál era ese poder? El poder del Espíritu Santo. Ves lo mismo en Hechos capítulo 1 en el versículo 4
Y reuniéndolos, les mandó que no salieran de Jerusalén, sino que esperaran la promesa del Padre: La cual, les dijo, oísteis de mí; pues Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos días. pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra. (vv. 4-5, 8).
La venida del Espíritu Santo, la provisión prometida significaba que Jesús siempre estaría con ellos a través del Espíritu Santo que mora en nosotros. ¿No fue esto lo que Él dijo al final de Mateo capítulo 28?, "…y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (v 20) Aquí Él se está preparando para partir. Pero Él les dice, "yo estaré siempre con ustedes." Y eso fue por la provisión prometida del Espíritu Santo. Él no los enviaba a hacer esto de Su cuenta. Él no nos envía a servirle por nuestra propia cuenta.
¿No estás consciente, como yo lo estoy, cuando el Señor nos pide servirle de diferentes maneras lo débiles e inadecuadas que somos? ¿Y cuán grande es nuestra necesidad de provisión, del poder del Espíritu Santo, del poder del Espíritu Santo y el aliento de que Dios ha dispuesto los recursos para ayudarnos a llevar a cabo Su misión y mandato de vivir nuestras vidas en el Espíritu Santo y la presencia de Cristo?
A lo largo de estos 40 días, Él le recordó a Sus discípulos que la ventana de oportunidades no sería eterna —que había un tiempo limitado en el cual ellos estarían sirviéndole a Él y extendiendo Su reino de esta manera. Él les dijo a ellos, hagan esto "hasta que yo vuelva" (Juan 21:22) "hasta el final [la consumación] de los tiempos" (Mateo 28:20). Él les dejó saber que había un período de tiempo definido en el que ellos tendrían que completar su llamado.
El reto para los discípulos, y para nosotras hoy, es vivir para lo que realmente tiene importancia. No para nuestros programas, metas, agendas, sino para Él. Redimiendo el tiempo. Porque como Jesús dijo llegará la noche cuando nadie podrá trabajar. Y cuán agradecidas debemos estar por esos 40 días de que Jesús se tomó esos días para proporcionarnos las pruebas de Su resurrección, para preparar a Sus discípulos para la tarea que tenían por delante dándoles instrucciones, un sentido de misión, la comisión de lo que tendrían que hacer y luego Su provisión divina para este llamado.
Leslie: Nancy Leigh DeMoss ha estado explicando un asunto importante: ¿Por qué Jesús se quedó 40 días en esta tierra después de haber resucitado de entre los muertos? Toda la serie, El Cristo incomparable, ha sido así. Nancy ha hecho preguntas que nunca antes consideré. Las respuestas nos han dado un conocimiento mucho más profundo de Quien es Cristo. La enseñanza nos ha ayudado a apreciar de manera diferente la obra que Él ha hecho.
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Bueno, 40 días después de haber resucitado de entre los muertos, Jesús ascendió al cielo. La mayoría de las iglesias no dan tanta importancia a este evento. ¿Realmente Importa? En el día de mañana, Nancy analizará esta pregunta. Por favor regresa con nosotras a Aviva Nuestros Corazones.
Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
"Las apariciones del Cristo Resucitado" Sermón por Doremus A. Hayes, en Grandes Sermones sobre Cristo, Vol. 3: La Resurrección de Jesús, (Grand Rapids: Baker, 1991), Wilbur M. Smith, ed., 63 (citando "Westcott").
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