El latido de nuestra misión
Débora: Con nosotras, Nancy DeMoss Wolgemuth:
Nancy DeMoss Wolgemuth: Hay una sencillez y una pureza sobre la devoción a Cristo, que muchas veces dejamos atrás a medida que nos volvemos más sofisticadas en la fe y sabemos más y estamos haciendo más cosas. Hay mucho que puedes hacer en la vida cristiana y haber dejado a Jesús bien atrás.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 11 de mayo de 2023.
Cuando Jesús se dirige a varias iglesias en los primeros capítulos de Apocalipsis, Él ofrece un simple mensaje: Vuelve a tu primer amor. Ayer Nancy describió por qué este simple mensaje es tan importante, y ella va a ayudarnos a mantener ese enfoque hoy, en la serie titulada, Tu relación del primer amor.
Nancy: Quizás algunas de ustedes conocen la canción que Steve Green ha …
Débora: Con nosotras, Nancy DeMoss Wolgemuth:
Nancy DeMoss Wolgemuth: Hay una sencillez y una pureza sobre la devoción a Cristo, que muchas veces dejamos atrás a medida que nos volvemos más sofisticadas en la fe y sabemos más y estamos haciendo más cosas. Hay mucho que puedes hacer en la vida cristiana y haber dejado a Jesús bien atrás.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 11 de mayo de 2023.
Cuando Jesús se dirige a varias iglesias en los primeros capítulos de Apocalipsis, Él ofrece un simple mensaje: Vuelve a tu primer amor. Ayer Nancy describió por qué este simple mensaje es tan importante, y ella va a ayudarnos a mantener ese enfoque hoy, en la serie titulada, Tu relación del primer amor.
Nancy: Quizás algunas de ustedes conocen la canción que Steve Green ha cantado por años en inglés que se titula «La Misión». Y hay unas líneas en el estribillo que me encantan y dicen:
Amar al Señor nuestro Dios es el latido de nuestra misión,
La fuente de la que desborda nuestro servicio.
Y esa es una gran línea, y creo que eso es realmente lo que Jesús está diciéndole a la iglesia en Éfeso. Él le está diciendo: «Mira, tienes todo el servicio. Tienes toda la actividad. Tienes todo el ajetreo, pero estás perdiendo el latido, el pulso. Estás perdiendo el latido del corazón. Estás perdiendo la fuente de la que se supone que tu servicio desborde». Amar al Señor nuestro Dios, ese es el latido de nuestra misión. Es la fuente de la cual nuestro servicio debe emanar.
Así que Jesús dijo en Apocalipsis, capítulo 2, en los versículos 1 y 2 –y déjenme seguir aquí donde lo dejamos en la última sesión:
«Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: “El que tiene las siete estrellas en su mano derecha, el que anda entre los siete candelabros de oro, dice esto: ‘Yo conozco tus obras, tu trabajo agotador, tu fatiga y tu perseverancia, (esa fortaleza triunfante en medio de la persecución) y que no puedes soportar a los malos, y has sometido a prueba a los que se dicen ser apóstoles y no lo son, y los has hallado mentirosos’”».
Doctrinalmente son correctos, están en lo correcto, no pueden ser criticados. Ustedes han puesto todos los puntos sobre las «íes» (i) y han cruzado las «tes» (t) y no soportan a los que no hacen así y ustedes tratan con ellos.
Y quisiera que tuviéramos más de esas características en nuestras iglesias en el día de hoy. Algunas de nuestras iglesias las tienen, y gracias a Dios por ello, pero muchas de nuestras iglesias y de los creyentes de hoy son realmente descuidados y hasta desaliñados, por desgracia, cuando se trata de la pureza doctrinal. Estamos más interesadas en lo que nos hace sentir bien que en lo que es verdadero y correcto.
Pero esto no era cierto de la iglesia en Éfeso. Ellos realmente se preocupaban por la verdad. Se preocupaban por ser bíblicos, por ser sanos en la fe, y se preocupaban por el discernimiento y por no dejar que los falsos maestros se infiltraran.
De hecho, cuando Pablo habló a los ancianos de Éfeso décadas antes en Hechos capítulo 20, él les dijo: «sé que después de mi partida vendrán lobos feroces desde adentro y desde afuera, y ellos van a tratar de engañarlos y provocarlos a alejarse. No caigan en la trampa». Y al parecer ellos habían escuchado las palabras de Pablo y habían sido cuidadosos. Tenían una declaración doctrinal como iglesia muy precisa, y no eran simplemente sus archivos, ellos vivían de acuerdo a ella. Ellos se aseguraron de que sus maestros de escuela dominical y sus líderes de grupos pequeños, todo el mundo, estuviera dentro de esa declaración doctrinal.
Y todas estas cosas eran cosas buenas. Y Él dice en los versículos 3 y 4: «Tienes perseverancia, y has sufrido por mi nombre y no has desmayado. Pero tengo esto contra ti: que has dejado tu primer amor».
Fue algo que tuviste en un momento que era fuerte, apasionado, ferviente y sincero, pero que ahora lo has dejado, lo has abandonado. Has caído lejos de ahí. Has abandonado ese amor que tenías al principio. En el exterior, en lo externo le dice Él, nada ha cambiado. Todavía vas a través de todas las actividades religiosas. Todavía haces todas las cosas bien. De hecho, la mayoría de la gente observando esta iglesia no habría visto lo que Cristo vio con Sus ojos que son como llamas de fuego.
Y en la última sesión mencioné, y se me acabó el tiempo, así que seguimos donde lo dejé allí, que podrías preguntarte, «¿es esto amor por los demás o amor por Cristo? ¿De qué se está hablando aquí?» Creo que es ambas cosas. No se puede tener uno sin tener el otro.
Así que permíteme comenzar por el amor por los demás, a pesar de que el amor a Cristo es la raíz de todo.
Nos han dicho que esta iglesia había sido diligente en eliminar la falsa enseñanza. Ellos eran cristianos fervientes, trabajaban arduamente, pero en la medida en que he estado meditando en este pasaje, creo que pueden haber llegado a ser tan decididos en trabajar arduamente y preservar la sana doctrina y la pureza, que podrían haber desarrollado un espíritu crítico, un espíritu duro, de encontrar faltas en aquellos con los que no estaban de acuerdo. Habían perdido el espíritu de amor que una vez los caracterizó.
Y he visto esto en páginas en internet donde se pueden encontrar los cristianos de todas las tendencias, algunas de las cuales son muy conservadoras, muy basadas en la Biblia, y tienen sitios web que existen con el propósito de exponer el error doctrinal.
Y aquí quiero ser bien cuidadosa, porque esto es algo bueno. El error doctrinal necesita ser expuesto, y hemos hablado de esto en Aviva Nuestros Corazones, acerca de la importancia de no ser engañadas, sobre la enseñanza de la doctrina sana, correcta, y sobre la exposición de la falsa doctrina. Pero una de las cosas que me preocupa acerca de algunos de estos sitios web, algunos de estos ministerios, es que están faltos de amor. Yo seré la primera en decir que es un filo muy estrecho el saber hablar la verdad en amor.
Y me encuentro a veces muy cargada por cristianos que no están pensando bíblicamente, y que son descuidados en la doctrina. Eso me preocupa, y tal vez es por eso que me doy cuenta cuando veo esto en los demás. A veces veo que el espíritu que se refleja es de odio, enojado, feo, amargo, y tienes cristianos lanzándose dardos verbales unos a otros. Puede que tengan razón en su posición, pero en algunos casos está muy mal la disposición.
Y en realidad no estoy aquí para juzgarlos, pero yo digo que es algo de lo que tenemos que tener cuidado, aquellas de nosotras que amamos la pureza doctrinal, el hecho de no desarrollar ese espíritu duro, crítico, que busca faltas en aquellos que no están de acuerdo.
Y hoy en día, si te mantienes fiel a la pureza doctrinal, si te mantienes fiel a la verdad, vas a estar en una pequeña minoría, incluso dentro de la iglesia. Así que va a haber mucho que criticar, pero no podemos desarrollar ese espíritu crítico. Tiene que ser hecho con el espíritu con el que Cristo habla a las iglesias.
Él ama a Su iglesia, y cuando habla estas palabras de crítica o de condena, en primer lugar, señala las cosas positivas. Él no solo dice las negativas. Y cuando Él señala los aspectos negativos, creo que lo hace con el corazón quebrantado, con el corazón roto. Él no está tratando de destruirlos, está tratando de restaurarlos. Quiere que se arrepientan. Quiere que vuelvan. Así que hay un espíritu totalmente diferente.
Y esto lo puedes ver quizás con tus hijos. Hay cosas que hay que corregir, y como madre necesitas corregir el comportamiento y el pensamiento que es incompatible con las Escrituras, pero quieres hacerlo de una manera que no derribes a tu hijo, sino que estás tratando de edificarlo en la pureza y en la fe.
Y si ves a tu hijo adulto joven tomando algunas decisiones insensatas o equivocadas, quieres señalarle lo que está haciendo mal. Y hay un tiempo para eso, pero tienes que preguntarte, «¿estoy siendo motivada por amor genuino, por preocupación por sus mejores intereses, o estoy avergonzada por la forma en que esto se refleja negativamente sobre mí? ¿Me enfado por la forma en que no me conviene? ¿Está mi corrección motivada, basada en el amor?»
Piensa por un momento en los dirigentes políticos, en los líderes nacionales, incluso en los líderes espirituales que a veces toman malas decisiones, decisiones insensatas, y actúan de maneras que no son bíblicas. Es tan fácil para nosotras sentarnos y hablar negativamente, de manera crítica, decir cosas feas acerca de ellos. Hay algunos líderes impíos en posiciones de influencia que son claves en esta tierra en el día de hoy.
Entonces, ¿cuál es nuestro papel? ¿Eso quiere decir que no les decimos nada? Creo que podemos decir algo, pero tenemos que hacerlo en un espíritu de mansedumbre y humildad. Es triste que muchos que no son cristianos, hoy piensan que los cristianos conservadores, creyentes en la Biblia, son gente enojada, gente airada.
Hay un sentido en el que el pecado debe producir ira en nosotras, pero no debe ser este espíritu de odio, este espíritu antagónico. Porque por un lado, no influye en la gente. Proverbios dice que «la lengua suave quebranta los huesos». Tenemos que enfrentar estos temas, tenemos que hablarle a la cultura con gentileza, con amabilidad. No siempre tengo éxito en esto, pero ese debe ser el objetivo, que amemos a los demás que se ocupan de estos temas en el escenario nacional, o en el escenario de la iglesia, o en la vida de sus hijos, que no solo seamos justas en nuestra posición, sino que también nuestra disposición sea piadosa.
La Escritura dice en 1 Juan 4:20:
«Si alguno dice: “Amo a Dios”, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; porque el que no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ha visto».
Así que este abandono al amor, este haber dejado tu primer amor, que dijimos al principio se aplica, creo, a nuestras relaciones con los demás. No podemos decir: «Amo a Dios» si no amamos a los demás tanto dentro como fuera de la iglesia. Así que cuando Él dice: «Has dejado tu primer amor». Creo que una de las cosas de que está hablando aquí es de su amor hacia los demás.
Algunas de ustedes conocen el nombre de Tertuliano. Él fue uno de los padres de la iglesia. Vivió entre 155-222 d.C. Y permítanme leerles algo que escribió de la descripción de la iglesia en esa época. Él dijo:
Somos un cuerpo unido entre sí a través de una profesión de fe común, por unidad de disciplina, y por el vínculo de una esperanza común. Nos reunimos juntos como una asamblea y congregación que ofrece oración a Dios unidos, y podemos luchar con Él en nuestras oraciones.
Nos reunimos a leer nuestros escritos sagrados. Con las palabras sagradas alimentamos nuestra fe, animamos nuestra esperanza, hacemos nuestra confianza más firme, y no menos por inculcaciones de los preceptos de Dios confirmamos buenos hábitos, pero (y él solo ha estado listando todas las cosas que hacen que es parte de la vida de iglesia: leemos la Biblia juntos, vamos a la iglesia juntos, tenemos reuniones juntos) y sigue diciendo es principalmente las obras de un amor tan noble que lleva a muchos a poner una marca sobre nosotros.
Lo que él está diciendo, «estamos marcados por nuestro amor. Esa es la forma en que nos reconocen. Eso es lo que habla más fuerte a nuestros amigos y a nuestros críticos por igual». Y él continúa diciendo:
«Mirad», dicen, «cómo se aman unos a otros, cómo están dispuestos incluso a morir por los demás».
En la medida en que la gente mira el interior de nuestras iglesias, no te preocupes tanto en la forma en que hablamos de los que están afuera. ¿Cómo tratamos a los que están dentro de la iglesia? Si vamos a tener una luz que va a brillar en nuestro mundo, tenemos que demostrar el amor por los demás –apasionado, ferviente, centrado en Cristo, amor bondadoso unos por otros.
Y Jesús le dice a la iglesia de Éfeso: «Has dejado tu primer amor».
Las personas no están impresionadas por nuestra solidez doctrinal, tan importante como es. Sus corazones no son ganados por nuestra actividad fervorosa, y tan valiosa como esta pueda ser.
Me he sentado en muchos funerales en los últimos años, incluyendo una serie de personajes famosos, líderes cristianos, y he escuchado un montón de elogios en los panegíricos. Pero cuando miro atrás, los más significativos no han sido los que elogian al difunto por sus obras, por sus incansables esfuerzos, sino los que hablan acerca del corazón que esta persona tenía por las demás personas, su amor.
Y he pensado, «y cuando todo esté dicho y hecho, ¿cómo quiero ser recordada? ¿Por todas las cosas que hice? ¿Por toda mi precisión doctrinal o como alguien que amo?» Puedes tener ambas cosas, y queremos tener ambas cosas, pero tener la precisión doctrinal y los esfuerzos incansables sin amor, es como metal que resuena o címbalo que retiñe.
Supongo que la razón de que esto me traiga tanta convicción es que tiendo a ser una persona más orientada a las tareas, y honestamente, las personas, para mí, pueden ser a veces una interrupción. Ellas pueden ser una distracción porque estoy, por lo general, a toda prisa desde el punto A hacia al punto B, y realmente no quiero parar en cualquier punto en el medio. Tengo que recordar que «las personas van primero que la producción», es la manera en que tengo que pensar. Las personas son el ministerio. El ministerio no es solo revisar las cosas de mi lista de cosas por hacer, o conseguir cada vez que más programas de radio sean terminados, o escribir más libros.
Ministerio es las personas que Dios pone en mi vida, algunas de ellas agradables y placenteras, y otras deseo que tan pronto como lleguen se vayan. Y yo sé que nadie de las que me escucha está en esa categoría, estoy segura; pero si completo mi lista de tareas pendientes, que nunca pasa de todos modos, y preparo todos mis mensajes y escribo todos los libros y defiendo la fe admirablemente, pero no amo ni cuido ni me conecto con las vidas de las personas, he fallado.
Y creo que eso es lo que Jesús está diciendo a la iglesia en Éfeso: ama a los demás.
El amor por los demás brotadel amoraCristo, y ese es el asunto principal donde la iglesia de Éfeso había fallado. Ese era el corazón del asunto, porque el amor de Cristo es el manantial del amor por los demás. Si no tienes el amor por Cristo, realmente no puedes amar verdaderamente a los demás.
Por eso, cuando Cristo dice: «Has dejado tu primer amor», según he estado meditando en esto, me enfrenta que Jesús no está solo hablando como un periodista objetivo, como un periodista que apenas está informando sobre los hechos. Él no está hablando como un empleador que está dando una evaluación de desempeño. Él está hablando como un amante que ha sido herido. Se trata de Su novia. Él está afligido. Está hablando acerca de la pena de Su corazón.
De hecho, la Escritura utiliza imágenes del matrimonio para describir nuestra relación con Cristo.
En Jeremías capítulo 2:2, dice: «De ti recuerdo el cariño de tu juventud, el amor de tu desposorio».
Y así es como Jesús se siente acerca de Su iglesia. «Recuerdo cómo fue la primera vez que me conociste, cómo estabas tan agradecida, y eras tan misericordiosa, y tan devota a Mí. Yo era más importante para ti que nada ni nadie más. ¿Qué le pasó a ese amor?»
Él está afligido. Tiene el corazón roto. Está mirando a esta novia que está tan ocupada, con tanta actividad hasta el punto del agotamiento, con su exactitud doctrinal, rectitud moral, ortodoxa, perseverante, con una gran fortaleza bajo la presión, con perseverancia «no te has cansado», tantas cosas. «La maquinaria está funcionando correctamente»; pero Él dice, «has perdido el motor. Has perdido el corazón. El latido del corazón se ha ido. Nome quieres, no me amas. Eso es lo que solía inspirar toda tu actividad. Eso es lo que solía inspirar tu doctrina correcta. Era el amor por Mí».
Y aquí está Cristo, el amante, diciendo: «¿Qué le ha pasado a Mi novia? ¿A dónde fuiste? ¿Dónde está tu devoción? ¿Dónde está tu corazón? Somos solo compañeros».
Y esto puede suceder en un matrimonio. Puede suceder en nuestra relación con Cristo.
El apóstol Pablo habla de esto en 2 Corintios capítulo 11: 2 y 3. Él dice: «Porque celoso estoy de vosotros con celo de Dios». ¿Sabes que Dios es un Dios celoso? Él quiere nuestro afecto y devoción incondicionales. Y Pablo sigue diciendo: «siento un celo santo, un celo de Dios, pues os desposé a un esposo para presentaros como virgen pura a Cristo. Pero temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestras mentes sean desviadas de la sencillez y pureza de la devoción a Cristo».
Hay una sencillez y una pureza de la devoción a Cristo que muchas veces dejamos atrás a medida que nos volvemos más sofisticadas en la fe y sabemos más y estamos haciendo más. Y hay muchas cosas de la vida cristiana que puedes seguir haciendo habiendo dejado a Jesús atrás.
Y lo sé porque he estado allí muchas veces, y Dios sigue usándolo en mi vida para hablarme sobre la devoción de mi corazón a Cristo como mi primer amor, del cual debe brotar mi servicio a Él.
Y es interesante que en la carta de Pablo a la iglesia en Éfeso, y en realidad hay dos cartas a los efesios: la que Pablo escribió que nosotros conocemos como la carta a los «Efesios», y luego la que estamos estudiando aquí en Apocalipsis que es la carta de Jesús a la iglesia en Éfeso través del apóstol Juan. Al final de la carta de Pablo a los Efesios, él dice: «Gracia a todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con un amor imperecedero» (Ef. 6:24, NVI).
Y la Biblia de las Américas dice: «Con un amor incorruptible». No es solo un amor intelectual, sino un amor ferviente, eterno, apasionado, incorruptible. Así es como hemos de amar a Jesucristo.
Y eso fue al final de la epístola a los Efesios, y aquí Jesús viene y dice, décadas más tarde, a la iglesia en Éfeso: «Tú no tuviste ese amor eterno imperecedero. Tu amor se ha corrompido. Has dejado tu primer amor».
Y por supuesto, todas sabemos lo que Pablo dijo a la iglesia de Corinto acerca de todo este asunto del amor. Él dijo:
«Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, soy como metal que resuena o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Aunque repartiera todo lo que tengo, y si entregase mi cuerpo para ser quemado (vivir de esa manera increíblemente sacrificial suena como la iglesia de Éfeso, ¿no le suena?) pero sigue diciendo Pablo, pero no tengo amor, de nada me sirve» (1 Cor. 13:1-3).
Así que la iglesia de Éfeso es elogiada por su labor y el trabajo, pero el trabajo se convierte en monotonía si no está inspirado por el amor.
Recuerdas el pasaje en Génesis capítulo 29:20 donde dice: «Jacob, pues, sirvió siete años por Raquel, y le parecieron unos pocos días, por el amor que le tenía».
Cuando amas a Cristo, entonces todo el trabajo, todo el esfuerzo, te traerá gozo, te traerá alegría. Será un acto de adoración. No te va a destruir. No te va a abrumar. Pero si no está inspirado por amor, después ese trabajo solo se convierte en cansancio, monotonía. «Tengo que hacer esto. Tengo que hacer aquello».
Algunas de nosotras estamos caminando a través de nuestras vidas, y estamos haciendo todo lo correcto, pero se ha convertido en monotonía. ¿Y sabes por qué? Porque hemos dejado a nuestro primer amor. Cuando lo amamos, podemos servir siete años, y parece que han pasado pocos días. Cuando escogemos ponernos Su yugo en un lugar de intimidad de unidad de comunión de compañerismo y de amor con Él, entonces encontramos que el trabajo no nos abruma, no nos hastía.
Y ustedes mamás, puedo verlo en algunos de sus ojos. El trabajo es pesado. Es difícil. No estoy diciendo que no es difícil, pero lo que sí estoy diciendo es que hay un gozo y una libertad y una dulzura que viene en el trabajo cuando es motivado por el amor.
La iglesia fue elogiada por su resistencia por su perseverancia en medio de la persecución, pero si no estamos enamoradas de Cristo, entonces cuando seamos perseguidas, nos haremos duras y amargadas en lugar de ir cantando a la hoguera, como lo hicieron los primeros cristianos, lo hicieron con alegría en sus corazones.
Y tú quizás me digas: «Bueno, pero nadie está siendo quemado en la hoguera hoy en este país». Bueno, pero hay ciertas maneras pequeñas en que se nos pide sufrir, y podemos hacerlo con alegría si hay amor por Cristo en la fuente, en el origen de nuestra renuncia a nuestras vidas.
También esta iglesia fue elogiada por la vigilancia a la sana doctrina, pero la doctrina correcta sin amor a Cristo es fría y muerta. «La letra mata, más el espíritu vivifica».
Primera a los Corintios 8:1 dice: «El conocimiento (el conocimiento sin amor) envanece». Te hace arrogante, te hace orgullosa. Te hace autosuficiente.
El tener conocimiento…y quiero que me escuches con cuidado porque algunos de sus maridos están cansados de su conocimiento. Quizás tu marido está cansado por lo mucho que sabes acerca de la Biblia y porque estás asegurándote de que sepan lo mucho que sabes acerca de la Biblia, y aún lo estás utilizando en su contra. Y quiero decírtelo con todo el amor de mi corazón.
Pero si tu crecimiento y entendimiento doctrinal es impulsado por el amor, entonces no va a ser algo que utilices en contra de tu marido o de tus hijos; no va a ser algo que levante paredes entre ustedes. Será algo que los atraiga porque las personas se sienten atraídas por el amor así como las mariposas nocturnas se sienten atraídas a la luz. Ellos se sentirán atraídos por Cristo al ver el corazón de amor.
Charles Spurgeon dijo:
«Cuando el amor muere, la doctrina ortodoxa se convierte en un cadáver, un formalismo sin poder».
¿Cuál es tu cociente de amor? ¿Cómo está tu vida amorosa? ¿Tu doctrina ortodoxa se ha convertido en un cadáver, un formalismo impotente? Únete a mí y juntas digamos: «Señor, restaura mi primer amor. Quiero amarte. Y quiero amar a Tu pueblo».
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth ha estado recordándote la prioridad número uno que cada una de nosotras tiene que mantener: amar a Jesús. Este mensaje es parte de la serie titulada Tu relación del primer amor.
Hemos estado explorando las cartas a las iglesias de Apocalipsis y lo seguiremos haciendo a través de varias series durante las próximas semanas.Si te has perdido alguno de los episodios anteriores, puedes escucharlo o leer las transcripciones cuando visites avivanuestroscorazones.com.
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Ahora, ¿cómo sabes que estás manteniendo tu primer amor por Cristo? Mañana, Nancy ofrecerá 40 formas de cómo poder saberlo. Por favor regresa a Aviva Nuestros Corazones.
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