El génesis del género, día 2
Annamarie Sauter: Probablemente has leído que luego que Dios formó a Adán y este le puso nombre a los animales, «no se encontró una ayuda que fuera adecuada para él». Mary Kassian nos explica.
Mary Kassian: Su ayuda contribuye a que ambos, juntos, logren un propósito más grande, noble y eterno que es más grande y significativo que su propia existencia. ¿Qué es lo que la mujer le ayuda al hombre a hacer? Ella lo ayuda a reflejar a Dios y a contar la historia del evangelio.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Ayer dimos inicio a una serie que contiene un firme fundamento bíblico del diseño de Dios para los hombres y las mujeres. Antes de continuar con esa enseñanza, escucha una porción de una conversación entre Patricia de Saladín y Laura González de Chavez acerca de la …
Annamarie Sauter: Probablemente has leído que luego que Dios formó a Adán y este le puso nombre a los animales, «no se encontró una ayuda que fuera adecuada para él». Mary Kassian nos explica.
Mary Kassian: Su ayuda contribuye a que ambos, juntos, logren un propósito más grande, noble y eterno que es más grande y significativo que su propia existencia. ¿Qué es lo que la mujer le ayuda al hombre a hacer? Ella lo ayuda a reflejar a Dios y a contar la historia del evangelio.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Ayer dimos inicio a una serie que contiene un firme fundamento bíblico del diseño de Dios para los hombres y las mujeres. Antes de continuar con esa enseñanza, escucha una porción de una conversación entre Patricia de Saladín y Laura González de Chavez acerca de la importancia de tratar este tema.
Laura Gonzalez de Chavez: Hoy hay tantas voces y las mujeres oímos tantas voces diferentes de las implicaciones de lo que es ser mujer y definiciones de lo que es ser mujer y distorsiones de lo que es ser mujer, que qué importante es para las jóvenes hoy, para las mujeres cristianas de hoy, volver a las Escrituras para ver qué dice Dios. Porque si somos Sus hijas es a su autoridad que nos queremos someter, no a lo que el mundo dice o piensa.
Por eso es tan importante tocar este tema una y otra vez, una y otra vez, y no nos vamos a cansar, esa es parte de la misión de Aviva Nuestros Corazones.
Patricia de Saladín: Quien yo soy, está enraizado en mi sexo. Dios creó a Su imagen hombre y mujer, entonces de ahí parte mi identidad, lo primero que yo soy. ¿Quién soy? ¿Por qué no soy gato? ¿Por qué no soy perro? ¿Por qué estoy segura de que no soy hombre? Yo soy mujer, Dios me creó mujer. Si yo no identifico esa raíz primaria de mi composición, de que yo soy una criatura creada por un Dios soberano creador de los cielos y la tierra, que creó todo lo que existe, ya si salgo de un mal comienzo no voy a llegar a una dirección correcta.
Cuando salimos de un sitio sabemos dónde estamos y hacia dónde nos vamos. Pero si yo no sé dónde estoy, estoy perdida. Si un día abro los ojos y me dicen, «¿dónde estás?» Y yo digo, «no sé», estoy perdida y no voy a poder llegar a ninguna parte, me voy a extraviar. Es muy importante para nosotras como mujeres, y aún más para las jóvenes, ir a los orígenes, ir a la Palabra de Dios. Unos años atrás era más claro qué era un hombre, qué era una mujer y qué más o menos se esperaba de cada uno, porque la cosmovisión que imperaba en el mundo era judeocristiana. Hoy en día el relativismo y el posmodernismo han acabado con esos absolutos, y una joven que no conoce la Palabra de Dios va a ser influenciada por muchas vertientes y va a estar muy confundida. Y probablemente se alinee con lo que le dicen sus amistades. Si es una muchacha que es obediente, imitará a su mamá o tal vez decida ser lo opuesto a lo que es su mamá, (porque no resiste a su mamá).
Son todas opiniones humanas que varían mucho. La única absoluta es lo que Dios dice, y para mí esa es una de las razones más importantes.
Laura: Yo creo que todo el mundo mundo tiene una idea de quién es y para qué está aquí, y nosotras como creyentes sabemos que nuestro rol, nuestro llamado como hijas de Dios es glorificar a Dios. Entonces ¿cómo glorifico a Dios como mujer?
Hay entra la importancia de saber la verdad porque hay tantas ofertas ahí afuera para definir ese rol, pero Dios lo definió muy sencillamente para nosotros. Entonces qué importante es enseñarlo a las jóvenes que vienen detrás, porque ellas han nacido en una generación donde están nadando en todos estos conceptos, en todas estas ideologías, en el feminismo, y están totalmente confundidas.
Pero lo triste es que no solamente las mujeres que no conocen a Dios están confundidas, muchas dentro de la iglesia están confundidas porque no han entendido, no han comprendido, no se les ha enseñado cuál es su rol, cuál es su diseño, por qué Dios las creó mujeres y cómo ellas van a glorificar a Dios desde este sexo como Sus hijas, como amigas, como madres, como trabajadoras, como esposas, como abuelas.
Entonces, qué importante es enseñarlo a cada generación, ese es un legado que tenemos que pasar en cada generación y más ahora en estos tiempos en que hay tanta confusión, y me da tanta pena porque personas que conozco, cercanas, que están en la Palabra, que conocen la Palabra, que conocen su valor como mujeres, que conocen que son llamadas a ser complementarias de su esposo, del hombre, luchan porque es que hay tanto bombardeo ahí afuera y tantas ofertas, aun dentro del mundo cristiano, que ellas se sienten haladas en muchísimas direcciones. Entonces, qué importante volver otra vez a hablar de estos temas para volverles a recordar, «este es tu diseño, este es tu propósito, este es tu rol y es bueno ,Dios dijo que era bueno.
Patricia: Hasta cierto punto es normal sentirse haladas, uno tiene que estar muy bien adoctrinado con estos principios y llevarlos en la sangre. Por eso, como decías al principio, no me canso de una y otra vez –de hecho, si hay un mensaje que atrapa mi corazón, es este mensaje, el mensaje de la feminidad bíblica, porque una y otra vez es necesario volver a esos orígenes. Pero no es ni siquiera a quién soy como mamá o como amiga, como hermana. Muchos años de mi vida y aún de mi vida cristiana, me vi identificada como esposa. Esa era mi identidad, yo soy esposa, soy madre de estos hijos y toda mi vida giraba ahí.
Y qué bueno, esa es una noble encomienda, un llamado sublime y alto, pero en la feminidad bíblica se va más allá, esos son roles que cambian en una mujer dependiendo de las etapas de la vida y de las posiciones en que Dios en Su soberana voluntad la coloca, pero yo parto de que soy creada por Dios, escogida por Dios para ser mujer.
Desde antes de la eternidad, en un cumplimiento en el tiempo, yo nazco a la vida como mujer, atravieso la vida como mujer y como conozco a Cristo soy hija de Dios y eso es lo que yo soy, mujer hija de Dios. Atravieso la vida, a través de diferentes etapas y voy a llegar al final como mujer, a morir como mujer y en la eternidad voy a alabar a Dios como mujer. Eso es algo que viene estampado.
Annamarie: Es tan importante que conozcamos nuestra identidad. Para profundizar en esto, escuchemos la continuación de la enseñanza titulada El génesis del género. Aquí está Nancy para introducirla.
Nancy DeMoss Wolgemuth: No sé si recuerdas esa canción de la película La novicia rebelde, titulada, Comencemos desde el principio, un buen lugar para empezar. Cuando deseas comprender un problema, a veces es útil volver al principio. Si no volvemos a los orígenes, al principio, muchas veces terminamos con percepciones equivocadas si solo vemos el lugar donde estamos. Es importantísimo que podamos ver el origen de las cosas. Ayer, Mary Kassian nos ayudó a comprender el valor de los distintos roles, masculino y femenino, llevándonos al origen, de regreso al Génesis, al jardín del Edén donde todo lo relacionado al hombre y la mujer comenzó.
Ella presentó este mensaje llamado El génesis del género en una conferencia True Woman (Mujer Verdadera) hace varios años. Hoy escucharemos la segunda parte, donde observaremos el diseño de Dios para la masculinidad y la feminidad. Mary Kassian, retoma los contrastes entre hombres y mujeres, basados en Génesis capítulo 2.
Mary: El Señor colocó al hombre en el jardín, su propio jardín, para ser jefe de una nueva unidad familiar, pero antes de que el Padre le presentara a su esposa y le mostrara sus límites, se toma un tiempo para enseñarle acerca de los roles y responsabilidades específicas de un hombre.
Veamos entonces el punto número tres: el hombre fue comisionado para trabajar. «El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el huerto del Edén para que lo cultivara y lo cuidara» (Génesis 2:15).
La palabra trabajo traducida aquí, es la palabra común que significa labrar la tierra o mano de obra y expresa la idea de servir a alguien diferente de ti mismo. Esa palabra trabajo contiene la idea de sacrificio personal. Es la misma palabra en hebreo que a menudo se usa para describir los deberes de los sacerdotes en la adoración.
Así que la vida del hombre en el jardín no se suponía que fuera de ociosidad. No se supone que debería estar sentado en el sofá jugando videojuegos o viendo la televisión. El plan de Dios desde el principio era que el hombre tuviera algo que hacer. Dios creó a los hombres para ser los proveedores, tanto física como espiritualmente. Ahora, eso no significa que las mujeres no contribuyan o que no desempeñen un papel, pero sí indica que la responsabilidad principal de cuidar a la familia recae sobre los hombros del hombre y Dios lo diseñó con esa naturaleza, para cuidar a sus familias de esa manera.
Ahora, estamos en tiempos económicos difíciles y si tu esposo está desempleado, sabes cuanto afecta profundamente a un hombre la incapacidad de poder proveer a su familia; ¿estás de acuerdo conmigo? Sí, porque Dios los diseñó así. Esto no es algo cultural. Es porque Dios los creó con este deseo de servir, trabajar y proveer para las personas dentro de su rebaño, dentro de su frontera.
Punto número 4: El hombre fue comisionado para proteger. «El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el huerto del Edén para que lo cultivara y lo cuidara» (Génesis 2:15). Dios quería que el hombre guardara el jardín y el verbo cuidar o guardar significa estar a cargo; cuidar; proteger; proveer supervisar. Significa estar atento a las necesidades y proteger a las personas y la propiedad bajo su círculo de influencia, física y espiritualmente.
Dios creó a los hombres para ser los protectores. Él creó sus cuerpos para ser físicamente más fuertes que los cuerpos de las mujeres y más adecuados para una pelea. Esto no excluye a las mujeres de contribuir. Todos sabemos que si alguien amenaza a nuestros cachorros, mamá oso muestra las garras. Pero el hombre es el protector principal. Si un ladrón intenta entrar por la ventana, es el hombre quien se levanta para tomar el arma ¿verdad? no es la mujer la que dice: «Quédate aquí cariño, yo me encargaré. Tú quédate en la cama y mantente a salvo». Esa no es la manera en que funciona.
¿Y no es cierto que nosotras como mujeres queremos hombres que sean proactivos, que den el primer paso y tengan ese corazón por nosotras? ¿No lo anhelamos? Claro que lo anhelamos.
Entonces Dios estaba instruyendo a Su primogénito aquí. Quería darle instrucciones sobre cómo ser un hombre.
Punto número cinco: el hombre recibe instrucción espiritual. «Y el Señor Dios ordenó al hombre: “De todo árbol del huerto podrás comer, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás"» (Génesis 2: 16–17).
Antes de que la mujer llegara a la escena, Dios le explicó las reglas del jardín al hombre, y a este le correspondía transmitir la instrucción espiritual a su esposa. Eso no quiere decir que el hombre interactuó con Dios para servir de intermediario de ella. No. Ella tenía una relación personal con el Señor. Ella habló con el Señor y tuvo comunión con el Señor. Pero sí indica que como líder de su unidad familiar recién adquirida, tenía una responsabilidad especial de aprender y comprender los caminos del Señor, y así poder cumplir su comisión de proporcionar supervisión y protección espiritual, vemos esto en el libro de Génesis. No era que a Dios no le preocupara instruir a las mujeres, de hecho sí le preocupaba.
Pero el Señor lo estaba entrenando. Era como si Adan estuviera en la escuela capacitándose sobre cómo ser esposo y padre. Estaba aprendiendo lo necesario para convertirse en el hombre que necesitaba ser para su familia.
Punto número seis: el hombre aprendió a ejercer autoridad. «Y el Señor Dios formó de la tierra todo animal del campo y toda ave del cielo, y los trajo al hombre para ver cómo los llamaría. Como el hombre llamó a cada ser viviente, ese fue su nombre» (Génesis 2:19).
¿Te imaginas? Debió ser caótico observar a todos estos animales venir a Adán. Creo que me gustaría ver una película inspirada en ese día. Sería bastante entretenido.
Me parece que además de cumplir el propósito de hacer que el varón anhelara una pareja adecuada, este era un tipo de ejercicio de entrenamiento. Porque nombrar algo es ejercer autoridad sobre ello. El Señor probablemente estaba allí con Adán entrenándolo, para ver si comenzaba a comprender bien esta cuestión de la autoridad. El Señor estaba muy interesado en que Adán ejerciera la autoridad de una manera piadosa.
Su primogénito tenía una responsabilidad única de gobernar, y el Señor quería que gobernara bien. Es por eso que el Señor lo supervisó y mentoreó a lo largo de este proceso de asignar nombres. Quería que aprendiera a ejercer su autoridad con gentileza, sabiduría, amabilidad y mucho, mucho cuidado.
El capítulo 1 de Génesis indica claramente que el dominio sobre la tierra fue otorgado tanto a las mujeres como a los hombres. Tenemos dominio sobre la tierra. Tengo dominio sobre la tierra al igual que tú. Dios te creó de esa manera. Entonces, la razón por la que Dios excluyó a la mujer de este proceso de asignar nombres a los animales no indica que ella carece de la autoridad de Dios para gobernar, pero sí indica que nuestra autoridad es diferente a la autoridad del hombre.El Señor no ve nuestra responsabilidad como mujeres de gobernar como algo intercambiable. No podemos intercambiar lugares.
No es: «Tú serás el hombre hoy; yo seré el hombre mañana». No es intercambiable. Hay una diferencia en la autoridad que Dios nos ha dado, lo vemos claramente en el proceso de la creación.
Así que tenemos este escenario, el hombre era el primogénito, pero no tenía una manada, no tenía parentela. Era el jefe de un nuevo hogar, pero sus pies eran los únicos que caminaban dentro de ese hogar. Dios lo había comisionado para trabajar, pero no había nadie a quien proveer. El hombre sabía que su misión era guardar y proteger, pero no había nadie a quien cuidar.
Él tenía todas estas nuevas ideas de las instrucciones que Dios le había dado, pero no tenía a nadie con quien discutirlas, estaba desbordando con este deseo de ejercer lo que él era. Fue creado para amar, servir y proteger, pero a medida que avanzaba y nombraba a un animal tras otro, le resultó dolorosamente obvio que no había ninguna criatura con la capacidad de recibir lo que tan profundamente quería dar. No había ningún lugar donde Adán pudiera ejercer toda su masculinidad. No había oportunidad para él de ser quien Dios lo creó para ser.
El Señor lo sabía. Creo que pudo leerlo en el rostro de Adan. Era lo único de la creación que no era bueno pero que era necesario, Dios lo consideró necesario. Era parte del entrenamiento y de la preparación. Dios quería que Su hijo primogénito viera la importancia total de su obra final más magnífica. Quería que el hombre sintiera un anhelo intenso de amar y desear un alma gemela, tanto que estuviera dispuesto a pagar el máximo precio por su esposa. Dios sabía que tendría que herir a Su primogénito para crear a la mujer. Le costaría sangre, sería doloroso. Tener una esposa le costaría un alto precio al hombre.
Entonces, cuando el hombre nombró el último animal y miró a su Creador con ojos llenos de lágrimas, el Señor supo que era hora. Había llegado la hora de crear a la mujer, aquella quien cautivaría completamente el corazón del hombre, así como la visión de la novia celestial, cautivando el corazón de Dios.
«Duerme», le dijo Dios al hombre, y el hombre durmió profundamente en una alfombra de musgo suave, luego el Señor atravesó su costado y extrajo una masa carnosa y sangrienta de huesos y carne. Hirió a Su hijo, justo en su costado. Cuándo imagino esto me pregunto si a Dios se le haría un nudo en la garganta mientras veía el futuro al que apuntaba esta imagen.
¿Te diste cuenta? ¿Puedes ver la alegoría? ¿Ves lo poderoso, fuerte y lo acertado que es esto? Esto apunta a la obra de Jesucristo, cuando Dios atravesaría el costado de Su Hijo primogénito para que la iglesia, la novia de Cristo surgiera y encontrara vida.
Me pregunto qué pensamientos pasaban por la mente del Creador mientras esculpía las curvas de Eva. Verás, esta última obra maestra inclinó la balanza y puso todo en movimiento, Dios retrocedió y la miró. Génesis registra lo que dijo… en todo lo demás que Él creó dijo que era bueno pero, ¿qué dijo cuando terminó de crear a la mujer? «Esto es muy bueno». Mmm, mmm, mmm, pero no por el cuerpo desnudo frente a Él, sino por Su corazón, por la iglesia y la gloria de Dios. ¿Ves la analogía aquí?
Ahora echemos un vistazo a la mujer en los siguientes seis puntos. Dios creó a la mujer del costado del hombre, entonces ella está hecha de «lo mismo». Pero Dios no la creó al mismo tiempo, ni en el mismo lugar o de la misma manera. Vimos seis puntos de diferencia en la creación del hombre, así que ahora veremos seis puntos sobre la creación de la mujer.
La mujer fue creada del varón. «Entonces el Señor Dios hizo caer un sueño profundo sobre el hombre, y este se durmió. Y Dios tomó una de sus costillas, y cerró la carne en ese lugar. De la costilla que el Señor Dios había tomado del hombre, formó una mujer» (Génesis 2: 21–22).
Verás, en nuestra cultura tenemos un dicho común que dice: «Recuerda de dónde vienes». ¿Lo has escuchado?
Voy a ver a mi hijo jugar hockey, espero, por primera vez. No sé si eres fanática de este deporte, ¿alguna de ustedes es fanática del hockey? Hubo una mujer, Sarah Palin, que en una ocasión dijo, «las mamás de jugadores de hockey son como pitbulls con lápiz labial o algo así…» Y cuando Matt, mi hijo, salió de casa para jugar, fue como si yo le estuviera diciendo y advirtiendo: «Nunca olvides dónde está tu hogar. No te enorgullezcas como para olvidarlo. Recuerda de dónde vienes». Es una advertencia para evitar el orgullo y un sentido excesivamente exagerado de importancia personal.
Intuitivamente sabemos que es inapropiado considerar que el lugar de donde venimos es menos que nosotras. Pensar así es inapropiado. Sabemos que estamos obligadas a honrar y respetar nuestros orígenes y el mismo tipo de idea está presente en la creación de la mujer. Debido a que la mujer fue creada de la costilla del hombre, era apropiado para ella tener una actitud de respeto hacia él para respetar de dónde venía.
1 Corintios 11: 8–10, de algún modo representa este concepto: «Porque el hombre no procede de la mujer, sino la mujer del hombre». Es por eso que una esposa debe tener un símbolo de autoridad en su cabeza. Así que es apropiado que una mujer sea respetuosa con el hombre debido al orden de la creación.
El punto número ocho: la mujer fue creada para el varón. «Entonces el Señor Dios dijo: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda adecuada"» (Génesis 2:18). Ahora, la idea de pensar que la mujer fue creada para el hombre no es bien aceptada pero, 1 Corintios 11: 9, dice que esta es la base de una mujer que respeta la autoridad de su esposo.
Ahora, para la mayoría de nosotras la idea de que la mujer sea creada para el hombre suena algo negativa porque parece implicar otorgarle a un hombre una licencia para usar y abusar de las mujeres. Pero nada podría estar más lejos de la verdad. Ese no es el significado del texto en absoluto. En hebreo, esa preposición para en realidad significa dirección. Fue creada para: hacia, con referencia a, o a causa de (él). Ella existe porque él existe. Su existencia condujo a la de ella. No sucedió al revés.
Recuerda que tomando en cuenta la imagen de Cristo y la iglesia podemos ver cómo todo esto tiene sentido. Nuestra reacción equivocada a la idea de que fuimos creadas para el hombre sirve para subrayar cuánto nos hemos alejado del diseño original creado.
Recuerdo la expresión del rostro de mi nuera Jacqueline, cuando entró por la puerta y caminó por el pasillo para casarse con mi hijo. Ella estaba radiante. Estoy segura de que ella pensaba en ese momento: «Fui creada para este hombre, para este momento, para esta gloria». Esa es la idea aquí en Génesis. Es algo muy positivo y hermoso.
Novena diferencia: la mujer fue creada para ayudar al hombre, una ayuda adecuada para él.
Ahora hablemos un poco sobre lo que significa esa palabra. Pero quiero abordar otra parte de esa pregunta. El hecho de que las mujeres hayan sido creadas para ayudar a los hombres no significa que fueron creadas para servir a los fines egoístas de los hombres. Entonces se plantea la pregunta: ¿Qué significa para una mujer ayudar al hombre?
Creo que toda la pregunta se vuelve mucho más clara cuando pensamos en aquello que la mujer fue creada para ayudar al hombre a hacer. No se trataba del hombre. Pero ¿qué es aquello que la mujer fue creada para ayudar al hombre a hacer? Hay una pista en el calificativo «apta para él». Ella es una ayuda idónea para él, y esto literalmente significa «opuesta a él». Ella es la contraparte, como la imagen en un espejo.
El término es exclusivo de Génesis. Expresa la noción de complementariedad. Ella no es exactamente como él. Ella está a la par de él, ella es su ayuda paralela. ¿A que lo ayuda? Ese término a la par—al lado de— es muy importante, porque el propósito de que la mujer ayude al hombre no es exaltar al hombre o servirlo. No se trata de él en absoluto.
Su ayuda contribuye a que ambos, juntos, logren un propósito más grande, más noble y eterno que es mucho más grande y significativo que su propia existencia. ¿Qué es lo que la mujer le ayuda al hombre a hacer? Ella lo ayuda a reflejar a Dios y a contar la historia del evangelio.
Nancy: Acabas de escuchar a Mary Kassian, hablando en una conferencia True Woman. Cuando una esposa acepta su papel de ayuda adecuada, ayuda idónea, tiene un gran efecto en su matrimonio. Y puedes estar segura de que estoy aprendiendo esto en esta temporada de mi vida como esposa de Robert Wolgemuth. Pero es mucho más grande que eso. Cuando nosotras como mujeres vivimos nuestro diseño dado por Dios y el llamado que Él nos ha hecho, mostramos el evangelio.
Quizás después de escuchar esa parte del mensaje de Mary, pienses en algunas formas en que podrías ayudar mejor a tu esposo. ¿Puedo animarte a responder a lo que acabas de escuchar simplemente diciendo: «Sí, Señor, acepto el papel al que me has llamado en esta temporada, para Tu gloria»?
Mary Kassian ha escrito un libro que nos muestra muchas maneras prácticas de vivir el mensaje de la feminidad bíblica, ya sea que estés casada o soltera no importa la etapa de la vida. Se llama Chicas sabias en un mundo salvaje. No me canso de recomendar este libro.
Cada capítulo trata diferentes aspectos de nuestra feminidad. Todo se basa en el capítulo 7 de Proverbios. Es un capítulo realmente importante sobre una mujer que no entendió y no vivió la feminidad bíblica. Cada capítulo en el libro de Mary te brinda información práctica sobre un área específica de nuestra feminidad. Hay capítulos que se ocupan de nuestras actitudes, apariencia, roles, conducta sexual (tan importante hoy), posesiones, derechos, nuestro discurso, etc.
Quiero instarte a que obtengas una copia de este libro, puedes hacerlo a través de nuestra tienda en línea en AvivaNuestrosCorazones.com. Me pareció muy útil en mi propio caminar como mujer, y luego considera cómo podrías compartir este importante mensaje con otras mujeres en tu vida. Tal vez le darías una copia a tu hija o a tu nieta. El Señor puede incluso pedirte que comiences un pequeño grupo donde puedan estudiar este libro juntas. Tuve la alegría de hacerlo yo misma hace algún tiempo.
Annamarie: Gracias Nancy.
Mañana transmitiremos la conclusión del mensaje de Mary Kassian. Descubre el verdadero poder de la influencia de una mujer que ha dicho: «Sí, Señor» a Su diseño.
Descubriendo y abrazando el diseño de Dios para nuestras vidas juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
La lectura para hoy en el Reto Mujer Verdadera 365 es Ezequiel capítulos 9 al 12.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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