El evangelio lo cambia todo
Dannah Gresh: A veces olvidamos el valor de la iglesia. Aquí está Jaquelle Crowe.
Jaquelle Crowe Ferris: Cuando entendemos que Jesús amó tanto a la iglesia que murió por ella, si podemos comprender un poco esa visión, veremos que necesitamos la iglesia. Necesitamos un cuerpo local.
Dannah: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de Consider Jesus, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 26 de septiembre de 2023.
¡Nancy, tengo que decirte que eres una de mis pocas amigas que revela su edad!
Nancy DeMoss Wolgemuth: Sí, porque desde que era una niña pequeña, mi objetivo en la vida siempre fue ser una anciana piadosa. Nuestra amiga Holly Elliff me ha dicho a lo largo de los años: «Nancy, está bien ser piadosa, ¡pero no intentes apresurarte a ser anciana!»
Y he aprendido que no podemos evitar envejecer. Ser piadosa requiere un poco más …
Dannah Gresh: A veces olvidamos el valor de la iglesia. Aquí está Jaquelle Crowe.
Jaquelle Crowe Ferris: Cuando entendemos que Jesús amó tanto a la iglesia que murió por ella, si podemos comprender un poco esa visión, veremos que necesitamos la iglesia. Necesitamos un cuerpo local.
Dannah: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de Consider Jesus, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 26 de septiembre de 2023.
¡Nancy, tengo que decirte que eres una de mis pocas amigas que revela su edad!
Nancy DeMoss Wolgemuth: Sí, porque desde que era una niña pequeña, mi objetivo en la vida siempre fue ser una anciana piadosa. Nuestra amiga Holly Elliff me ha dicho a lo largo de los años: «Nancy, está bien ser piadosa, ¡pero no intentes apresurarte a ser anciana!»
Y he aprendido que no podemos evitar envejecer. Ser piadosa requiere un poco más de tiempo y esfuerzo.
Dannah: Es verdad. Pero diría que empezaste a trabajar en ello desde hace mucho tiempo. Llévanos de regreso a la Nancy de veinte años. ¿Dónde estabas? ¿Qué estabas haciendo?
Nancy: Bueno, tengo que decirte que yo era una niña rara.
Dannah: ¿Una niña rara?
Nancy: Así es. Lo era. Realmente nunca fui ni muy niña ni muy adolescente. Era casi como una adulta desde que tenía tres años.
Dannah: Un «alma anciana», como generalmente le llaman.
Nancy: Un «alma anciana». No es que no me haya divertido cuando era niña. Pero lo que consideraba «divertido» y «agradable» no era exactamente lo que otros niños hacían.
Dannah: ¿Y qué pensabas que era divertido y agradable?
Nancy: Bueno, me encantaba leer libros. Me encantaba ir a la escuela. Para cuando cumplí los veinte años (ni siquiera sé si quiero decir esto), ya había terminado la universidad.
Dannah: ¡Con más razón debes decirlo! Queremos escuchar.
Nancy: Bueno, eso es raro. Tuve mi primer trabajo en el ministerio –un ministerio vocacional a tiempo completo sirviendo como parte del personal de una iglesia local– y como mujer joven, iba creciendo en mi caminar y aprendiendo. Debo decir que no todo fue fácil, pero fui intencional.
Dannah: Así que estabas activa en la iglesia; amabas la iglesia.
Nancy: Si, así es, yo amaba la iglesia. Pero en ese entonces había estado en muchas iglesias, suficientes para saber que ninguna es perfecta, y suficiente tiempo conmigo misma para entender que yo no era perfecta. También comprendí que yo necesitaba al pueblo de Dios y que la iglesia era el plan de Dios, la intención de Dios. Y tuve algunas experiencias realmente maravillosas en la iglesia.
Pude ver cosas de la iglesia que están lejos de ser perfectas, pero también pude experimentar su belleza.
Dannah: La belleza de la iglesia. Háblanos de la diferencia de la Nancy de veinte años que ama a la iglesia y que es activa en ella, con la crisis de los veinte años de hoy: los jóvenes no aman a la iglesia, y a veces tienen opiniones bastante duras al respecto. ¿Cómo te hace sentir eso?
Nancy: Bueno, creo que la pregunta aquí es: «¿Cómo hace sentir a Jesús?» Cuando vas al libro de Apocalipsis, y a lo largo de todas las Escrituras, ves a Dios amando a Su pueblo, a pesar de lo defectuosos que somos. Jesús ama a Su iglesia. Esas cartas en el libro de Apocalipsis se escribieron para las iglesias del primer siglo.
Dios conocía sus problemas, sus fracasos, sus faltas y defectos, ¡pero aun así las amaba! Los ojos del Señor estaban sobre ellas, porque Él todavía tenía una intención y un propósito para ellas. Así que podemos llamarlo una especie de desastre glorioso. Por un lado, no es sorprendente que los jóvenes hoy en día digan: «¡No necesito esto!» Pero la verdad es…
Dannah: ¡Que realmente lo necesitan! Hay un libro titulado Cómo ser cristiano sin ir a la iglesia: la guía no oficial de formas alternativas de comunidad cristiana (How to Be a Christian Without Going to Church: The Unofficial Guide to Alternative Forms of Christian Community, disponible en inglés). Este libro básicamente dice, «sí, no tienes que ir a la iglesia. No seas parte de la iglesia. La iglesia está rota, no funciona. ¡Solo sé cristiano sin ella!»
Nancy: Y estamos rotos, pero no podemos ser cristianos sin la iglesia.
Dannah: Así es. Nancy, hoy nos acompaña una joven que nos trae esperanza y que, de hecho, escribió un libro que tiene un mensaje bastante radical. Se titula, Esto lo cambia todo: cómo el evangelio transforma tu juventud. Ella se unirá a nosotras aquí en el estudio desde Canadá. ¡Bienvenida Jaquelle!
Jaquelle: ¡Muchas gracias! Es un gozo estar aquí.
Nancy: Jaquelle, escribiste este libro cuando tenías dieciocho años.
Jaquelle: Así es.
Nancy: Cuando eras una adolescente, reconocías la importancia de la iglesia y te apasionaba, lo que creo que es algo inusual hoy en día.
Jaquelle: Totalmente. Una gran parte de esto es gracias a mis padres, y hablaré de ellos durante todo este episodio, porque su efecto e influencia en mi vida es simplemente indescriptible. Desde muy joven fui criada en la iglesia y mis padres me ayudaron a ver, conocer y amar la iglesia.
Dannah: Jaquelle, tú me dijiste que había un libro escrito por una joven sobre cómo ser cristiana sin ir a la iglesia. ¿Cómo te sentiste cuando te encontraste con ese título?
Jaquelle: Bueno, me sentí muy triste. Me sentí confundida, porque era totalmente contrario al mensaje de la Biblia que vemos en el Nuevo Testamento sobre cuál era el plan de Jesús para la iglesia. Y también me sentí decepcionada y un poco molesta, porque es una falsa enseñanza que se está transmitiendo en mi generación, ¡porque necesitamos la iglesia!
Aunque esta autora piensa que su mensaje es útil y relevante, lo que realmente está haciendo es dañar a mi generación.
Dannah: ¿Y cómo están afectando a tu generación pensamientos como esos –libros o blogs como esos? (Hoy en día, podemos encontrar en diferentes blogs mensajes sobre este tema de que puedes ser cristiano sin ir a la iglesia; cómo debes abandonar la iglesia, o cómo la iglesia los lastima) ¿Cómo este tipo de mensaje está impactando a tu generación?
Jaquelle: En cierto sentido, creo que responde a una tendencia pecaminosa que todos tenemos, el aislamiento. Queremos distanciarnos para que no nos lastimen. Tenemos miedo a ser heridos por otros.
Vemos divisiones en la iglesia, vemos hipocresía en la iglesia y pensamos, ¡no quiero nada de eso! Pero como dije, creo que es una tendencia pecaminosa porque Dios nos hizo para estar en comunidad. Y puedes ver eso en mi generación. ¡A mi generación le encanta estar con otras personas y compartir con los demás! Así que lo interesante de ese libro es que no es un llamado para alejarse de la comunidad.
Es un llamado a encontrar una comunidad en otros lugares que no son la iglesia; pero esos lugares no son los que Dios diseñó para ese propósito. Por supuesto que podemos tener otras comunidades y amigos, pero ¡Dios creó a cada cristiano con un deseo y una necesidad para la comunidad de una iglesia local!
Dannah: Él creó a las personas con el deseo y la necesidad de estar en comunidad.
Jaquelle: ¡Exactamente!
Dannah: Eso es lo que las atrae a estas otras comunidades. ¿A qué tipo de lugares van para encontrar esa comunidad, además de a la iglesia?
Jaquelle: Creo que el colegio es uno de esos lugares. Los jóvenes tienden a ir a las redes sociales, el trabajo, incluso lugares en línea, para encontrar su identidad. A menudo hay grupos que se forman porque tienen un interés compartido –podrían ser libros, deportes, incluso comida; o simplemente porque todos tienen la misma edad.
Pero pienso que pasan por alto la belleza de lo que es la iglesia. ¡La iglesia es multicolor! Es multigeneracional, multicultural, y abunda en diferencias. Eso es lo que necesita mi generación.
Nancy: Y no es perfecta. Pero eso es parte de lo que, en última instancia, es la belleza de un cuerpo de personas que Dios redime y transforma. Pero creo que si vamos a abordar este problema de los jóvenes –los jóvenes en masa– que abandonan la iglesia, aquellas que son de mi edad y la de Dannah, no debemos criticar a su generación.
Creo que necesitamos tener una conversación honesta sobre algunas de las razones por las que se van de la iglesia, que probablemente tengan algo que ver con nuestra generación.
Dannah: Porque existe un problema real. A veces los jóvenes tienen preocupaciones legítimas. Entonces, ¿cuáles son las cosas por las que se quejan y de las que piensas, definitivamente tenemos que cambiar esto, ¡esto está mal!?
Jaquelle: Quiero tener mucho cuidado con la forma en que digo esto, porque no quiero imponer una culpa o presión injusta a los padres e iglesias que buscan ser fieles a sus jóvenes. Porque los jóvenes de cualquier manera se van, aunque hagas todo lo posible para que se queden. Pero, en última instancia, los jóvenes son responsables ante Dios.
Nancy: Correcto. El objetivo aquí no es hacer que nadie se sienta culpable, es simplemente hacernos la pregunta: «¿Qué está pasando, por qué está pasando y qué podemos hacer para que sea edificante?»
Dannah: Y una crianza perfecta aún puede resultar en rebelión. Si eso no fuera cierto, Adán y Eva nunca habrían mordido el fruto prohibido, ¿cierto?
Jaquelle: Eso es muy cierto. Y algo que veo muy marcado es que mi generación anhela autenticidad. Queremos ver una fe auténtica. Queremos ver personas que tengan una fe activa y apasionada. Una fe que cambie sus vidas.
Pero conectado a eso, veo la hipocresía como algo que es muy repulsivo para mi generación.
Nancy: Jaquelle, háblanos un poco sobre eso, porque escuchamos que esa palabra se utiliza con frecuencia. Y quiero aclarar que no queremos criticar a nadie; pero danos algunos ejemplos de lo que los jóvenes pueden ver en mi generación que les resulta vacío o falso.
Jaquelle: Lo hermoso de tu generación, Nancy, es que tienen mucho conocimiento para compartir, ¡y eso me encanta! Pero creo que en algunas personas de tu generación, nosotros, los jóvenes, vemos el conocimiento, pero no vemos un cambio en sus vidas.
Los vemos cantar los domingos por la mañana, tal vez incluso los escuchamos enseñar una lección, pero no vemos ningún cambio real, ni siquiera gozo en sus vidas. Se limitan a cumplir con sus obligaciones. Los escuchamos quejarse, los vemos amargados, vemos que se niegan a perdonar. Y pensamos, hay una desconexión aquí, hay algo que no está bien.
Nos dicen todas estas cosas que queremos creer y creemos que son verdad, pero si eso no cambia sus vidas, si no cambia lo que hacen de lunes a sábado, entonces no queremos ser parte de eso. Tal vez eso no tenga tanto significado en nuestras vidas.
Dannah: Y eso no es solo en tu generación, son personas de todas las edades que dicen, «si estás tan deprimida, ansiosa y sola como yo, ¿por qué necesitaría el evangelio?» Y eso significa que hay algo allí. Nuestra fe podría estar atrapada en nuestra cabeza y no hacer una diferencia transformadora en nuestro corazón.
Nancy: Y sé que una de las características de muchos jóvenes en tu generación es la pasión. Escuchas hablar de la pasión, y viene acompañada de esa energía de la juventud. Eres una joven apasionada, pero no eres la única en tu generación. Incluso los no creyentes tienen pasión por algo.
Pero, ¿está mi generación impactando a la tuya de la manera correcta? Y quiero tener cuidado de no hacer dos grupos aquí, «nosotros» y «ustedes», porque pertenecemos a la misma familia de la fe y nos necesitamos los unos a los otros. Pero pienso que a veces es útil vernos a través de otros ojos.
Y Jaquelle, ¿puede que tu generación nos esté observando y diga, este asunto de la fe, este tema de la iglesia, esto de ser cristiano, ellos no están dando un buen ejemplo que sea creíble; ¡parece que ni siquiera les importa!
Jaquelle: Sí, totalmente. Como dijiste, Nancy, somos muy apasionados. Queremos ir, queremos hacer, queremos cambiar el mundo.
Nancy: …¡mañana!
Jaquelle: Sí, ¡tal vez hoy incluso, si tenemos la oportunidad! A veces, cuando miramos a los ancianos, nos preguntamos: ¿A dónde se fue la pasión? ¿Por qué no están entusiasmados con este mensaje? ¿Por qué no tienen la misma pasión por la vida, por buscar, ir y cambiar?
Así que creo que esa es una de las razones que genera cierta confusión en nuestras vidas, porque nos preguntamos: ¿Esos seremos nosotros dentro de treinta años? Si va a ser así, ¿vale la pena seguir con esto?
Nancy: Wow. Jaquelle, tú amas la iglesia. Amas a tu pequeña iglesia aunque no tenga estos llamativos programas o ministerios. ¿Qué viste en tu niñez, en tu adolescencia, en las personas de tu iglesia (que sea realmente visible para nosotros) que hizo que el cristianismo y la iglesia fueran atractivos para ti? ¿Puedes pensar en algunas personas en particular, ancianos quizás?
Jaquelle: ¡Sí!
Dannah: ¿Algunas ancianas piadosas en la iglesia?
Jaquelle: Tenemos algunas ancianas piadosas.
Nancy: Descríbenos una imagen de lo que ha hecho esto atractivo para ti.
Jaquelle: ¡Algo maravilloso acerca de mi iglesia es que es auténtica! Esa palabra asegura que no hay máscaras ni fachada. Es una iglesia imperfecta, pero auténtica.
Nancy: Y cuando dices «mi iglesia», no estás hablando del edificio.
Jaquelle: No, no, no. Estoy hablando de…
Nancy: Estás hablando de la gente, las personas.
Jaquelle: Correcto. Tenemos unas cincuenta personas en nuestra iglesia. Somos una familia, nos conocemos muy bien. Sabemos lo que está pasando en nuestras vidas y sobre los momentos difíciles. Hay una madre adoptiva en nuestra iglesia que es madre soltera y cría a niños con necesidades especiales.
Tenemos otras dos mujeres: una madre y su hija, que han pasado por luchas de diferentes tipos. ¡Pero han permanecido fieles! Tenemos muchas familias jóvenes en nuestra iglesia, y una de ellas está esperando a su cuarto hijo.
Es una iglesia muy pequeña, pero hay muchas madres y padres jóvenes que quieren ser fieles en su trabajo y en la crianza de sus hijos.
Nancy: ¿Y cómo son ministrados, animados, alentados por la iglesia?
Jaquelle: Bueno, ¡tenemos muchas niñeras en nuestra iglesia! Esa madre adoptiva que mencioné hace actividades para las madres jóvenes. Y hace poco se unieron dos madres jóvenes y una madre adoptiva. Hace un tiempo ellas visitaron nuestro Discovery Center local, ¡y se llevaron a todos los niños a dar un paseo!
Nancy: Estas madres jóvenes incluyen a esta madre anciana.
Jaquelle: Exacto. Algo que me encanta es que tenemos miembros ancianos que buscan incluir a los miembros más jóvenes en todo tipo de cosas.
Dannah: Y eso elimina las barreras que otras iglesias pueden estar experimentando, como por ejemplo, «aquí están las personas de mi edad» o «aquí es donde van las personas solteras». Se mezclan, y yo creo que eso es muy auténtico. Cuando dices que son imperfectos, ¿existe allí la libertad de hablar sobre el pecado y la tentación?
Jaquelle: Sí. Algo que mencionaste antes que inmediatamente me hizo pensar en mi iglesia, es que a veces mi generación mira a tu generación atravesar por decepciones y luchas, pero se dan cuenta de que lidian con esas cosas de maneras impías. Los ven caer en la amargura.
Y algo que mi iglesia ha fomentado bastante bien (imperfectamente, pero queremos hacerlo mejor) es ser abiertos con nuestras luchas, y ser fieles en medio de ellas. Yo he visto a miembros de mi iglesia atravesar por diagnósticos de cáncer, pasar por el dolor de ver a sus hijos alejarse del Señor. He visto a algunas de mis amadas hermanas en Cristo pasar por infertilidad y abortos espontáneos.
Estoy al tanto de todo eso. Y yo supe de esas cosas cuando era adolescente porque los miembros de mi iglesia se acercaban a mí para pedirme que orara por ellos.
Dannah: Nadie se estaba poniendo una máscara de perfección.
Jaquelle: ¡Sin máscaras!
Dannah: Siento que una máscara de perfección es como el último accesorio que muchas personas se ponen antes de salir de su casa para ir a la iglesia el domingo. ¿Por qué buscamos un Salvador si no necesitamos salvación? Eso me resulta curioso, porque eso es algo de lo que esta generación se queja y que necesita ser solucionado.
Necesitamos ser más auténticos. Necesitamos quitarnos esa máscara de perfección y decir: «¡Necesito a Jesús!» Siempre recuerdo ese versículo en Apocalipsis, donde dice que vencemos por la sangre del Cordero y la palabra de nuestro testimonio (ver Apocalipsis 12:11). ¡Y oro para que siempre haya un testimonio!
Nancy: Y no simplemente un testimonio de hace treinta años, sino que siempre estemos dando un buen testimonio.
Dannah: Sí. Exactamente. Y creo que es bueno compartir nuestros nuevos testimonios en la iglesia.
Nancy: Jaquelle, mientras estamos teniendo esta conversación estoy pensando en tu apellido anterior, «Crowe».
Jaquelle: Así es.
Nancy: Escribiste un libro que se titula, Esto lo cambia todo, bajo el nombre de «Jaquelle Crowe», cuando tenías dieciocho años. Pero hace un tiempo que ya tienes un nuevo apellido: Jaquelle Ferris
Jaquelle: Sí.
Nancy: Ahora eres una señora casada. Y mientras pensamos en la iglesia y este proceso que pasas –de la adolescencia a la juventud y te conviertes en una esposa joven, ¿cómo anticipaste que ibas a necesitar la iglesia cuando pasaste a esa nueva etapa de la vida? ¿Qué significó la iglesia para ti y para tu esposo Joe?
Jaquelle: Lo pienso y en cierto sentido creo que significó lo mismo que cuando era adolescente: que los adolescentes, los veinteañeros, las madres jóvenes necesitan la iglesia.
Nancy: Y los ancianos también necesitan la iglesia.
Jaquelle: Sí, todos necesitan la iglesia. Creo que es realmente hermoso que mi familia en la iglesia me haya servido y amado durante toda mi adolescencia. Y fue así a medida que hice la transición a esta nueva etapa. Tengo muchos mentores que han estado a mi lado, y que me llevan a tomar un café.
Paso un tiempo agradable con ellos y sus hijos, hablamos sobre cosas relacionadas con ser una esposa joven –los nuevos retos, las nuevas luchas que enfrento, las nuevas bendiciones. Y sé que ellos siempre estarán ahí de la misma manera en que lo hicieron durante mi adolescencia. ¡Seguirán orando por mí!
Nancy: Y creo que la clave es que ya tienes esas relaciones. No cultivas esas relaciones cuando te conviertes en una señora casada y necesitas a alguien que te ayude con esta nueva etapa, o una vez que tienes hijos, y dices: «¿Cómo hago esto?» Cultivas esas relaciones cuando eres más joven, y permanecen en el tiempo.
Estoy pensando en las personas de cualquier edad que pueden estar escuchando y pensando: En mi iglesia no es así. Me siento sola, no siento que alguien realmente me conozca,ni que le importe cómo me va».
Jaquelle, ¿cómo podemos animar a alguien que está en esa situación, que se siente así? ¿Cómo podemos dejarle saber que necesita a la iglesia?
Jaquelle: Bueno, creo que eso comienza por tener una visión bíblica de lo que es la iglesia. Cuando entendemos que Jesús amó tanto a la iglesia que murió por ella, al comprender un poco de esa visión, veremos que necesitamos la iglesia. Necesitamos un cuerpo local.
Luego, hay que tomar la iniciativa de cultivar relaciones en la iglesia. Así que si eres una mujer joven y quieres ser guiada por una mujer anciana, no hay nada de malo en buscar a esa mujer anciana que respetas y decirle: «¿Podrías tomar un café conmigo?» Y no tienes que ponerle la etiqueta de «mentoría».
Sé honesta con ella, dile: «Has vivido más tiempo que yo. Sé que eres una mujer piadosa, así que tengo algunas preguntas que quiero hacerte. ¿Puedes ayudarme con esto?» Creo que es bueno que aprovechemos la sabiduría de las ancianas de nuestra iglesia.
Es algo maravilloso cuando las ancianas se acercan a las mujeres jóvenes y les dicen: «¿Quieres tomar un café conmigo?» Pero creo que las mujeres jóvenes también pueden acercarse primero.
Nancy: Y no necesariamente tiene que ser un compromiso de por vida…al menos al principio. Pero pueden comenzar tomando una taza de café y teniendo una buena conversación. Incluso puede ser una conversación en el pasillo de la iglesia que cultive esa relación.
Jaquelle: Absolutamente.
Dannah:Quiero hacerle una pregunta a la madre con un hijo de dieciocho, diecinueve, o veinte años que está escuchando y duda de la iglesia, de su fe, de Dios, de todo eso.
Nancy: O que simplemente no tiene interés.
Dannah: Exacto. ¿Cómo debería responder esa madre? ¿Qué necesita hacer ella por su hijo?
Jaquelle: Orar. Esa es a menudo nuestra última herramienta, pero creo que debería ser la primera. Tal vez puede hablar con otras personas que hayan pasado por eso. Como mencioné, tenemos muchos padres en nuestra iglesia que han pasado por eso y se han animado mutuamente de innumerables maneras.
Dannah: ¡No lo hagas sola! Y esto es importante, porque muchas veces cuando hablo con madres cuyos hijos están pasando por eso, se avergüenzan. Pero yo les digo: «¡No puedes orar sola por tu hijo pródigo!» Tal vez ni siquiera es un hijo pródigo, sino uno que simplemente dice: «¡No sé si esto de la fe es para mí!»
No puedes orar sola por eso. Debes orar con alguien, «porque donde están dos o tres reunidos…allí estoy Yo en medio de ellos» (Mat. 18:20). No sé ustedes, pero cuando mis hijos dudan de Jesús, ¡lo quiero a Él en la sala aconsejando nuestros corazones sobre cómo orar por ellos! Así que ora, díselo a alguien. ¿Qué más?
Jaquelle: No descuides tus propias disciplinas espirituales. Puede que no tengas ganas de leer la Palabra de Dios, o de ir a la iglesia el domingo; es posible que ni siquiera tengas ganas de adorar. ¡Pero hazlo de todas maneras!
No es un «fíngelo hasta que lo consigas». Se nos ordena y se nos llama a hacer estas cosas, y sabemos que Dios obra a través de ellas. Él es fiel y bueno; puedes confiar en Él. Él es quien cambiará el corazón de tu hijo, así que dirígete a Él.
Dannah: Déjame mencionar algo muy importante: no tengas miedo de sus preguntas. Creo que muchas veces, como adultos, como padres, como líderes de la iglesia, tenemos una «reacción alérgica» a las dudas y preguntas de la generación más joven.
Nancy: Y eso puede alejarlos más.
Dannah: ¡Así es! Hay una encuesta en una página de internet, que pregunta a algunos de estos veinteañeros por qué dejaron la iglesia. Una de las seis razones principales es: «Porque la gente tenía miedo de mis preguntas. No se sentaban ni respondían mis preguntas».
Nancy: Y creo que tal vez el miedo es que «no sé las respuestas. No sé cómo responder esas preguntas».
Dannah: Sí. A veces no sé las respuestas cuando hablo con uno de esos jóvenes. Y no tengo problema para decir: «No sé, pero Jesús sí lo sabe. No le tiene miedo a tu pregunta, así que preguntémosle». Luego lo uso como una oportunidad para que ambos profundicemos en la Palabra de Dios.
Yo digo: «No vas a descubrir cuál es la respuesta si no profundizamos en las páginas de la Biblia. ¡Así que profundicemos juntos y veamos si podemos resolverlo!»
Nancy: Jaquelle, refiriéndonos al libro que escribiste cuando eras Jaquelle Crowe y todavía eras una adolescente, Esto lo cambia todo, ¿a qué te refieres con «esto»? El subtítulo dice: Cómo el evangelio transforma tu juventud.
Este es un libro que invita a los adolescentes a ser intencionales y serios acerca de su fe, y a ver cómo el evangelio realmente marca la diferencia, no solo en sus vidas, sino en todas nuestras vidas. ¡Me encantaría que cada una de nuestras oyentes pudiera leer este libro!
Y si te estás preguntando: «¿Por qué necesitaría saber cómo el evangelio cambia los años de la adolescencia? No soy una adolescente, no tengo un adolescente». Aviva Nuestros Corazones está comprometido a ministrar a mujeres de todas las edades. Y Dannah, tú, nuestra generación y yo, queremos pasar la belleza del evangelio, la belleza de Su iglesia, a la próxima generación y a la que sigue después de ella.
Todas tenemos adolescentes en nuestra esfera de influencia. Tenemos adolescentes en nuestra iglesia, en nuestras familias. Tengo sobrinas y sobrinos adolescentes. Me encantaría que cada una de nuestras oyentes obtenga una copia de este libro para hacer una inversión en la vida de algún adolescente en su vida.
Dannah: Nancy, como sabes, he pasado la mayor parte de mi vida adulta invirtiendo en mujeres adolescentes e incluso niñas preadolescentes. ¡Nunca debemos subestimar lo que Dios puede hacer cuando se apodera de la vida de una mujer joven!
Nancy: Y Dannah, ¡nunca, nunca me dejas olvidar eso! Estoy muy agradecida. Y de eso se trata nuestra unidad con tu ministerio, Chica Verdadera.
Y si has apoyado a Aviva Nuestros Corazones, ¿te habrás dado cuenta de que eres parte de la inversión en la próxima generación? Este ministerio no puede continuar sin el apoyo de oyentes como tú que oran y dan con gozo.
Dannah: ¡Muchas gracias por eso!
Mañana volveremos, Jaquelle, porque te escuché hablar sobre uno de los elementos perdidos que es realmente importante y que convence, no solo a los adolescentes, sino a todos nuestros corazones, de que el evangelio lo cambia todo.
Jaquelle: ¡Aquí estaré!
Dannah: Esperamos que te unas a nosotras también en Aviva Nuestros Corazones.
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