Él es más grande que los torrentes que rugen
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth nos recuerda que a veces nos podemos llegar a sentir completamente abrumadas.
Nancy Demoss Wolgemuth: Las inundaciones, los torrentes, existen, son reales y no debemos sorprendernos cuando nos amenazan.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, coautora de «Confía en Dios para escribir tu historia», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 25 de abril de 2023.
Ser creyente en Cristo no significa que la vida siempre sea fácil. El pecado sigue existiendo en el mundo y todavía pasamos por pruebas y problemas. Sin embargo, podemos enfrentar esos desafíos con esperanza, cuando tenemos nuestros ojos puestos en Cristo y nuestros corazones arraigados en la verdad de la Palabra de Dios. Nancy nos hablará de esto en el episodio de hoy mientras continúa en esta serie titulada: «El Señor es Rey». Escuchemos.
Nancy: Durante estos días, estamos estudiando un breve pasaje de …
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth nos recuerda que a veces nos podemos llegar a sentir completamente abrumadas.
Nancy Demoss Wolgemuth: Las inundaciones, los torrentes, existen, son reales y no debemos sorprendernos cuando nos amenazan.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, coautora de «Confía en Dios para escribir tu historia», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 25 de abril de 2023.
Ser creyente en Cristo no significa que la vida siempre sea fácil. El pecado sigue existiendo en el mundo y todavía pasamos por pruebas y problemas. Sin embargo, podemos enfrentar esos desafíos con esperanza, cuando tenemos nuestros ojos puestos en Cristo y nuestros corazones arraigados en la verdad de la Palabra de Dios. Nancy nos hablará de esto en el episodio de hoy mientras continúa en esta serie titulada: «El Señor es Rey». Escuchemos.
Nancy: Durante estos días, estamos estudiando un breve pasaje de las Escrituras, el Salmo 93. Ha sido un gran estímulo para mi corazón, y sé que también lo será para el tuyo.
Y para empezar, quiero mencionar un recurso que estamos poniendo a tu disposición a través de Aviva Nuestros Corazones; es el único lugar donde puedes conseguirlo. Se llama «50 promesas para vivir». Mientras escuchas esta serie sobre el Salmo 93, recordarás lo importante que es para nosotras aferrarnos firmemente a las promesas de Dios, cuando parece que todo el mundo está en caos y a la deriva. Estas son 50 de mis promesas favoritas que hemos agrupado en este pequeño recurso. El subtítulo es «Encontrando ánimo, paz, y esperanza en las promesas de Dios». ¿Hay alguien aquí que no necesite ánimo, paz o esperanza? Todas lo necesitamos…todos los días.
Donde lo encontramos más fácilmente es en las promesas de Dios. Tengo una amiga que me dijo recientemente que siempre tiene con ella este recurso (y lo tenemos disponible en avivanuestroscorazones.com. Ella reparte este recurso a otras mujeres. Y dice: «Todas lo necesitan». Así que los reparte para dar ánimo a las personas que necesitan aferrarse a las promesas de Dios, que somos todas nosotras. Me encantaría que tengas uno. Manténlo cerca, porque todos los días, en todos los sentidos, necesitamos esas promesas de Dios. Eso es lo que mantiene nuestro corazón seguro, firme y estable en tiempos inciertos.
Y hablando de tiempos inciertos, compartí una cita en el último episodio y quiero compartirla de nuevo. La he compartido, no lo sé, probablemente cientos de veces en toda mi vida. Quiero que la escuches muchas veces en Aviva Nuestros Corazones, para que se convierta en parte de tu pensamiento también. George Campbell Morgan fue un pastor británico y maestro de la Biblia en la primera parte del siglo veinte. Esto es lo que dijo:
«La necesidad suprema en cada momento de dificultad y angustia es una visión fresca de Dios. Al verlo, todo lo demás adquiere la perspectiva y la proporción adecuadas».
Permítanme decir eso de nuevo, la necesidad suprema, lo que más necesitamos en cada momento de dificultad y angustia. Este pastor dijo esto a principios del siglo veinte. Ese fue un tiempo de mucha dificultad y angustia en nuestro mundo. Pero ¿cuánto más cierto es eso hoy? Este es un tiempo de dificultad y angustia, ¿cuál es nuestra necesidad suprema? Tener una visión fresca de Dios. Él continuó diciendo: «Al ver a Dios, todo lo demás adquiere una perspectiva y proporción adecuadas».
Y aquí está el punto, cuando pasas el tiempo enfocada en lo que sucede a tu alrededor en este mundo, en tu vida –los problemas, las pruebas, las tribulaciones, las tormentas– (hablaremos de eso hoy); cuando te enfocas en esas cosas, Dios parece ser muy pequeño. Terminarás constantemente perturbada, temerosa, enojada, ansiosa, deprimida. No vas a tener paz si solo te enfocas en las circunstancias que te rodean. Pero cuando pones tus ojos en Cristo, tan lleno de gracia y amor, lo terrenal sin valor será a la luz de Su gloria y amor.
Y no estamos diciendo que pretendas que los problemas no existen o que metas tu cabeza en la arena y digas, «no hay problemas; no hay problemas; no hay problemas». No. Cuando miras a Dios por quien Él es, como vamos a ver en el Salmo 93, verás este mundo en una perspectiva y proporción adecuadas. Llegarás a esa convicción a medida que lo comparas con Dios. Dios es más grande, más alto, más real y más poderoso que cualquier circunstancia difícil y estresante que puedas estar enfrentando hoy.
Vamos al Salmo 93. Espero que tengas tu Biblia abierta ahí o que vayas allí en tu teléfono. Ayer vimos los dos primeros versículos del Salmo 93. El tema de esos dos versículos se resume en una frase. ¿Recuerdas cuál es? El Señor reina. El Señor reina. El Señor es Rey, como se titula esta serie. Dilo conmigo: «El Señor reina». Si estás escuchando el podcast o la transmisión, dilo conmigo: «El Señor reina». Eso es lo que vimos en el versículo uno:
El Señor reina, vestido está en majestad;
El Señor se ha vestido y ceñido de poder;
Ciertamente el mundo está bien afirmado, será inconmovible.
Desde la antigüedad está establecido Tu trono;
Tú eres desde la eternidad.
Y en esos dos versículos vimos el gobierno soberano de Dios sobre toda la creación, por toda la eternidad. ¿No es maravilloso? Sí, lo es.
Bueno, pero hay un problema. Eso no significa que tengamos una vida libre de presiones y sin problemas aquí en la tierra. El hecho de que el Señor reina, que Su trono está establecido, que Él es fuerte y majestuoso, no significa que no tengamos problemas aquí. Entonces, cuando llegamos al versículo 3 vemos un giro repentino en el pasaje. Es sorprendente si piensas en ello mientras lees. Vimos en los versículos 1 y 2 que el Señor reina. Sí, bueno, ahora vemos en el versículo 3, que los torrentes rugen. El Señor reina pero los torrentes rugen. Mira el versículo 3:
Los torrentes han alzado, oh Señor,
Los torrentes han alzado su voz;
Los torrentes alzan sus batientes olas.
Ahora, el agua puede ser hermosa. Robert y yo vivimos a orillas de un río, nos encanta el agua. Vivimos cerca del lago Michigan, nos encanta el lago Michigan. Hace poco pasamos dos semanas en un apartamento con vista al lago. Nunca nos cansamos de la vista, nos encantan las puestas de sol, nos encanta cuando el lago está plácido y tranquilo. También cuando llegan las tormentas y se agita y aparece esta capa blanca hecha de olas, en un lago que parece un océano. Es impresionante, es hermoso.
Pero en los últimos años, los niveles de agua del lago Michigan han aumentado. Aquellos de ustedes que viven en Michigan están familiarizados con este tema. El incremento del agua ha causado mucho daño, ha causado mucha erosión. En las noticias se han visto imágenes de casas enteras construidas en el acantilado que acabaron cayendo al agua o al acantilado. Han desaparecido por problemas con el agua. Se ha gastado una enorme cantidad de dinero en la costa del lago Michigan y en esfuerzos de revestimiento para proteger la costa.
Y no es solo aquí. No hace mucho vimos en las noticias estas horribles imágenes de inundaciones catastróficas en Alemania y Bélgica. Entiendo que casi 200 personas murieron en esas inundaciones. Y vemos esto constantemente en nuestro mundo. Por eso, dice el salmista, «los torrentes han alzado su voz». Sí, Dios reina, pero también los torrentes rugen.
Las inundaciones son reales, son poderosas, pueden traer devastación. Las inundaciones en las Escrituras simbolizan el caos. La naturaleza y las naciones fuera de control o por lo menos cuando eso es lo que parece desde el punto de vista humano. ¿Cuáles son esas inundaciones?
Esos torrentes pueden ser circunstancias extremadamente difíciles que amenazan con arrastrarnos. Tengo una pareja de amigos cercanos (probablemente más de dos si me detengo a pensar en ello, pero dos en particular) cuyas vidas están siendo inundadas en este momento con oleadas de enormes problemas implacables. Problemas físicos, problemas financieros, problemas familiares, y siguen llegando. Los torrentes rugen.
Pero las inundaciones están en todas partes y toman muchas formas diferentes: circunstancias extremas o difíciles. Leí esta mañana sobre una devastadora plaga de ratones que está destruyendo cultivos y abrumando a los agricultores en Australia. Lo primero que pensé al ver ese titular fue, ¿es real esto? No podemos inventarnos eso. Inundaciones.
Los torrentes también pueden ser el sistema de este mundo que se opone a Dios y que busca eliminarlo. Son torrentes de pensamiento incorrecto, de engaño, de oposición a Dios. Los torrentes pueden ser potencias mundiales que se oponen a Dios y contra la humanidad. Hemos sido afligidas al ver lo que está sucediendo con los talibanes en Afganistán. Eso es un torrente, un torrente de maldad. Hay un torrente de maldad en muchos lugares y partes de nuestro mundo.
El salmista dice que los torrentes levantan sus fuertes olas. Imagínate ola, tras ola, tras ola; arremeten constantemente. Ahora, mientras leo este salmo, no me parece que estas son las palabras de alguien que está contemplando a una distancia segura, tal vez en la cima de la montaña, mirando el mar que está abajo. Esta parece ser la perspectiva de alguien que está en la tormenta con olas que arremeten a su alrededor, luchando por mantener su cabeza fuera del agua. Que siente como si estuviera a punto de hundirse. ¿Puedes visualizarlo?
Los torrentes levantan sus fuertes olas. Esto me recuerda el Salmo 42, versículo 7, donde el salmista habla sobre el rugido de sus cascadas. Él dice: «Todas Tus ondas y Tus olas han pasado sobre mí». No puedes respirar, te vas a hundir, es abrumador.
El apóstol Pablo habla sobre este tipo de tormentas, olas, torrentes. En 2 Corintios, capítulo 1 (donde he estado meditando y escribiendo en mi diario en las últimas semanas), dice en el primer capítulo de 2 Corintios el versículo 8: «Porque no queremos que ignoren, hermanos, acerca de nuestra aflicción sufrida en Asia».
Esa palabra «aflicción» es una palabra que significa «algo que te golpea». Es doloroso, es peligroso, es una derrota, es una aflicción horrible. Pablo dice, no queremos que no sepan lo que estamos enfrentando. Estábamos completamente abrumados más allá de nuestras fuerzas, por lo que incluso nos desanimamos de la vida misma. De hecho, sentíamos que habíamos recibido la sentencia de muerte.
¿Puedes sentir las olas golpeando a Pablo y a los otros apóstoles mientras servían al Señor? Estaban siendo perseguidos y expulsados de las ciudades, estaban desanimados por la vida misma.
El Salmo 93 dice que los torrentes se han alzado. Ahora, observa que el salmista no pretende que los torrentes no existen. No es: «Si eres un buen cristiano, no hablarías de los torrentes». Los torrentes existen, son reales y no deberíamos sorprendernos cuando nos amenazan. El salmista tampoco intenta superar esos torrentes con puro esfuerzohumano y su propia fuerza. Sabe que perderá si intenta superar estos torrentes. Entonces, ¿qué hace? Lo mismo que tú y yo necesitamos hacer. Él le dice a Dios sobre los torrentes.
Él se lo dice a Dios, en el versículo 3: «¡Los torrentes han alzado, oh Señor!» Esta es una oración. Él ora a Dios. Se vuelve de los torrentes a un poder que es más fuerte y poderoso que las olas y los torrentes. Él mira a Aquel que reina, Aquel que es Rey, Aquel que controla las poderosas aguas. Mira el versículo 4.
Más que el fragor de muchas aguas,
Más que las poderosas olas del mar,
Es poderoso el Señor en las alturas.
Bueno, en los versículos 1 y 2, el Señor reina. Versículo 3, los torrentes rugen. Versículo 4, el Señor es más poderoso. El Señor es más grande. Él es más poderoso que las olas y es soberano sobre los torrentes. Nuestro majestuoso y exaltado Dios es más poderoso, es más poderoso que las impetuosas y masivas aguas de los torrentes. Es más poderoso que las olas más amenazantes del mar, no hay rival para Él. Nuestro Dios es más grande. Él reina.
Ahora, esta es una declaración de fe cuando estamos en medio de los torrentes, ¿verdad? Cuando vemos alrededor y las inundaciones amenazan con hundirnos, lo que hacemos es declarar por fe que el Señor reina. El Señor es más grande que las inundaciones. El Señor es más poderoso que todo lo que puedo ver o todo lo que estoy experimentando en este momento. «Señor, eres más grande. Eres más majestuoso. Eres más poderoso. Eres Todopoderoso. Eres más real que cualquier cosa que esté experimentando».
Así que mi pregunta es: ¿estás mirando a tu alrededor a los torrentes, en tu vida, en tu mundo, en nuestro mundo, o estás mirando a Dios que es más grande que los torrentes? A veces pienso (y pensé en esto mientras preparaba esta serie) que debo sonar como un disco rayado. Algunas de ustedes ni siquiera saben que son discos, que son las que delatan mi edad, pero es como si esto fuera todo lo que hablo todo el tiempo: El cielo gobierna. El cielo gobierna. El cielo gobierna. El Señor reina. El Señor es poderoso. El Señor es… ¿Sabes por qué sigo hablando de lo mismo? Porque todavía lo necesito. ¿Sabes por qué sigo hablando de eso? Porque todavía lo necesitas.Eso es lo que necesitamos. Necesitamos seguir recalibrando nuestros corazones para recordarnos lo que olvidamos tan fácilmente cuando estamos en medio de los torrentes, y es que el Señor reina. El Señor es más poderoso.
He compartido esto con ustedes muchas veces. El 2020 fue un año de COVID y pandemia para todo nuestro mundo y ese tipo de caos y locura. Y en medio de eso, como he compartido, la historia de Robert caminando a través de no uno, sino dos cánceres diferentes no relacionados…estábamos en los torrentes. En este momento estamos en un lugar dulce; hasta donde sabemos, nos está yendo bien, no estamos en las aguas de los torrentes que estábamos en 2020. Pero hubo momentos en que sentimos que podíamos hundirnos. Lo has sentido, quizás lo sientas ahora mismo.
Seguimos recordándonos una y otra vez que el Señor reina y que el cielo gobierna. Es una forma diferente de decir lo mismo, necesitamos escucharlo, necesitamos decirlo, necesitamos recordarnos mutuamente que el Señor reina. Dios no solo es más grande y más poderoso que las inundaciones, sino que controla y gobierna sobre las inundaciones. Él es más grande, es más alto, pero también es más poderoso. Él gobierna sobre las inundaciones.
Quiero mostrarte algo, vamos algunas páginas atrás al Salmo 107; quiero que lo veas con tus propios ojos. Comenzando en el versículo 25, quiero que veas que Dios controla y gobierna sobre los torrentes. Mira el versículo 25: «Pues Él habló, y levantó un viento tempestuoso que encrespó las olas del mar».
¿Quién agita las olas del mar? ¿Quién lo hace? Dios. Suenas un poco tímida al respecto. ¿Es difícil decirlo? No pensamos en Dios de esa manera, ¿verdad? Dios habló y levantó el viento tempestuoso, Él agitó las olas del mar.
Mira el versículo 29: «Cambió la tempestad en suave brisa y las olas del mar se calmaron». ¿Quién hace calmar las tormentas? El Señor. ¿Quién las agita? El Señor lo hace. ¿Quién les dice que callen? El Señor lo hace. El Señor controla. Él gobierna soberanamente sobre los torrentes.
Pero sigue leyendo el Salmo 107, porque quiero mostrarte una cosa más dulce entre esos dos versículos. Quiero que veas que las tormentas en nuestras vidas están diseñadas para hacernos desesperar por Dios y para ponernos en un lugar dondepodamos experimentar Su poder sobrenatural de rescate. Entonces, en el versículo 25 vimos esto: Él habló y levantó el viento tempestuoso que encrespó las olas del mar.
Y mira el versículo 28: entonces «clamaron». ¿Cuándo? Cuando estaban en medio de la tormenta. Cuando las olas se estrellaban sobre ellos. «En medio de…¿dónde? En medio de su angustia clamaron al Señor». Hay algo en nosotras que cuando no tenemos ningún problema, no clamamos al Señor. Creemos que lo podemos manejar.
Tuviste un bebé precioso, dulce y pequeño, que durmió toda la noche desde los cinco días de nacido…o lo que sea. Dices: «Esto es precioso, me encanta ser mamá, puedo manejar esto». Pero Dios quería que supieras que no puedes manejar nada sin Él. Entonces, Dios te dio el segundo, el tercero, el cuarto o el quinto hijo, y este hijo sufre cólicos, no duerme durante la noche. Y no solo es un bebé, sino un niño pequeño para el que nunca se escribió ningún libro de texto. Y dices: «¡No puedo manejar esto, ayúdame Señor!» Esas son palabras que a Dios le encanta escuchar.
Cuando estamos en la tormenta clamamos al Señor en medio de nuestros problemas. ¿Qué dice el versículo 28? «Y Él los sacó de sus aflicciones» Nuestras tormentas son una oportunidad para estar desesperadas por Dios y experimentar Su poder sobrenatural de rescate. Entonces, ¿qué hace Dios?
Versículo 29: «Cambió la tempestad en suave brisa». ¿Cuándo? Cuando estuvo listo, a Su manera, en Su tiempo. Y quizás digas: «Esta tormenta ha durado mucho tiempo». Puede durar décadas. Cuando estemos en la eternidad con el Señor, todo parecerá que fue solo un momento. Pablo dice que estas son aflicciones momentáneas y ligeras, pero nos están preparando para un peso eterno de gloria mucho mayor. Lo dice en 2 Corintios 4:17. Así que, las tormentas son para que lo necesitemos a Él.
Así que oramos que Tu santa tormenta de misericordia sople de nuevo. Es algo difícil de orar a menos que realmente confíes en que el Dios que habla a las tormentas lo está haciendo para nuestro bien y para Su gloria, y que Él calmará la tormenta cuando Sus propósitos eternos se hayan cumplido.
Bueno, volvamos al Salmo 93 versículo 4: «Más que el fragor de muchas aguas, más que las poderosas olas del mar, es poderoso el Señor en las alturas». Las olas son grandes. Esas frases son tan pintorescas. Fragor de muchas aguas. Poderosas olas. Pero Jehová, el Señor está en las alturas. Él es exaltado en el cielo muy por encima de todas las tormentas terrenales. Él es más grande. Es más poderoso que todas las tormentas e inundaciones que amenazan este mundo. Él controla las tormentas con una palabra de Su boca. Ahora, ese es un pasaje hermoso y poderoso del Antiguo Testamento.
Y continuaremos con el último versículo de ese pasaje mañana, pero primero quiero que recordemos que en el Nuevo Testamento ese Dios poderoso que se sienta en lo alto, ese poderoso Dios que es más alto, exaltado, poderoso, majestuoso, el que controla las tormentas, en el Nuevo Testamento vemos que ese poderoso Dios desciende a la tierra como hombre. Vemos que Jesús, que es Dios en la carne, Dios hecho hombre, es más poderoso que la tormenta; lo vemos tomar el control de la tormenta; lo vemos calmar la tormenta con el poder de Su palabra. ¿Recuerdas ese pasaje en Marcos capítulo 4?
«Ese mismo día, caída ya la tarde, les dijo: “Pasemos al otro lado”. Despidiendo a la multitud, le llevaron con ellos en la barca, como estaba; y había otras barcas con Él. Pero se levantó una violenta tempestad, (¿quién habló para que se creara la tormenta?) y las olas se lanzaban sobre la barca de tal manera que ya la barca se llenaba de agua. Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre una almohadilla; entonces lo despertaron y le dijeron: Maestro, ¿no te importa que perezcamos? Jesús se levantó, reprendió al viento, y dijo al mar: ¡Cálmate, sosiégate!»
¿Quién habló en ese bote y silenció la tormenta? Dios lo hizo. Jesús es Dios quien bajó a nuestra barca, a nuestra tormenta.
«Y el viento cesó, y sobrevino una gran calma. Entonces les dijo: ¿Por qué están atemorizados? ¿Cómo no tienen fe? Y se llenaron de gran temor, y se decían unos a otros: «¿Quién, pues, es Este que aun el viento y el mar le obedecen?» (vv. 35–41).
Dios gobierna sobre toda la creación, soberano y supremo. Jesús gobierna sobre toda la creación, soberano y supremo. Él es poderoso para salvar, y es poderoso para rescatar. En la cruz, ese mismo Jesús, triunfó sobre todo el caos y las tormentas causadas por el pecado y la muerte. Cuando exclamó: «¡Consumado es!», silenció para siempre la mayor tormenta y la amenaza del juicio de Dios.
Así que aquellas de nosotras que estamos en Cristo, estamos seguras incluso en la tormenta. Las tormentas de la vida son temporales. Hemos escapado de la tormenta eterna de la ira de Dios. Estamos a salvo del poder de Satanás, del pecado y de la muerte. Por eso, Jesús nos pregunta a aquellas de nosotras que estamos en Cristo, ¿por qué tienes miedo? ¿Por qué tienes miedo? Si el Señor reina, ¿por qué tienes miedo? Si Él controla la tormenta, ¿por qué tienes miedo?
Ahora, si no estás en Cristo, deberías tener miedo. Porque todavía tienes que enfrentar la mayor tormenta de la ira y el juicio de Dios. Deja que ese miedo, deja que ese terror de la ira de Dios te lleve a la cruz, te conduzca al corazón de Jesús, para que ya no tengas nada que temer.
Sí, los torrentes rugen, pero el Señor es Rey y Él es más poderoso. Es más grande que las olas. Es soberano sobre los torrentes.
Gracias Señor por la maravilla de Tu Palabra, la belleza, la sabiduría, la perspectiva, la visión que obtenemos. Así que fijamos nuestros ojos en Ti. Eres poderoso, Tú reinas. Ayúdanos a confiar en lo que no podemos ver. Oro en el nombre de Jesús. Amén.
Débora: Amén. Incluso cuando no puedes ver cómo el Señor está trabajando, puedes confiar en Él y en las promesas que nos ha dejado en Su Palabra. Nancy DeMoss Wolgemuth nos ha estado mostrando que Dios es Rey en cada situación, en cada mar tempestuoso.
Espero que este mensaje te haya dado el ánimo que necesitas para lo que sea que estés experimentando en esta temporada de tu vida. Como Nancy mencionó anteriormente, queremos compartir un recurso contigo para recordarte la abundante fidelidad de Dios. Se llama «50 promesas para vivir». Está disponible gratuitamente en este momento como descarga en PDF. Lo encontrarás en un enlace en la transcripción del episodio de hoy en nuestra página web avivanuestroscorazones.com
Nancy: Lo que acabamos de hacer, enseñar a través del Salmo 93 durante 20 minutos más o menos, realmente importa. Las mujeres están siendo discipuladas a través de la Palabra de Dios cuando regresan cada día a Aviva Nuestros Corazones.
Y por la gracia de Dios, el ministerio español está en auge, floreciente. De hecho, el año pasado el número de escuchas y descargas de nuestro programa en español ha superado los números del programa en inglés. Creo que es porque ha habido un vacío de este tipo de enseñanza y ministerio para las mujeres en el mundo de habla hispana. Las mujeres tienen hambre, están recibiendo este mensaje, lo están multiplicando y están compartiéndolo con otras en todo el mundo. Dios está trabajando y es algo maravilloso de ver.
Si nos has estado escuchando por algún tiempo, sabrás que Aviva Nuestros Corazones existe para ayudar a las mujeres a abrazar el llamado y el propósito de Dios para sus vidas. Por esa razón producimos programas diarios, páginas web, conferencias y publicaciones basadas en la sana doctrina de la Biblia. Esta ayuda a las mujeres a desarrollar una relación más íntima con Dios, así como relaciones en sus familias y comunidades basadas en el evangelio. Pero nuestro mensaje y alcances son posibles gracias al apoyo de oyentes como tú.
Dios ha sido fiel en usar a Aviva Nuestros Corazones para cambiar las vidas de muchas mujeres hispanas alrededor del mundo para Su gloria y ayudarlas a desplegar la belleza del evangelio en el mundo que nos rodea.
¿Considerarías unirte al grupo de personas que donan para el ministerio, de modo que podamos continuar avanzando en lo que Dios está haciendo, mientras continuamos alcanzando mujeres y llamándolas a libertad, plenitud y abundancia en Cristo? Tus oraciones y apoyo financiero hacen la diferencia en la vida de muchas mujeres.
Débora: ¿Crees que la Palabra de Dios es confiable? ¿Cómo cambia eso la forma en que vives? Nancy nos hablará de esto mañana. Por favor, vuelvea Aviva Nuestros Corazones.
Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth te está llamando a la libertad, la plenitud y la abundancia en Cristo.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
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