El corazón de la pureza
Annamarie Sauter: Los padres de Shawna Loveing querían enseñarle desde muy temprana edad a tomar decisiones sabias por sí misma.
Shawna Loveing: Cuando mis padres no están cerca en una determinada situación, tengo que decidir: «Bueno, ¿cómo voy a manejar esto?» Me han enseñado y me han orientado, pero en esos momentos necesito decir: «Muy bien, ¿qué es lo correcto y lo piadoso que debo hacer y qué haría el Señor?» ¿Qué es lo que Él quiere que yo haga?, porque Él es quién ve mis acciones. Así que creo que en esos momentos, eso ayuda a que se convierta en algo mío también, y realmente moldea mi carácter y lo que soy en el Señor.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
¿Cómo puedes fomentar que tus hijos tomen decisiones sabias por sí mismos? Hoy Nancy y nuestra invitada …
Annamarie Sauter: Los padres de Shawna Loveing querían enseñarle desde muy temprana edad a tomar decisiones sabias por sí misma.
Shawna Loveing: Cuando mis padres no están cerca en una determinada situación, tengo que decidir: «Bueno, ¿cómo voy a manejar esto?» Me han enseñado y me han orientado, pero en esos momentos necesito decir: «Muy bien, ¿qué es lo correcto y lo piadoso que debo hacer y qué haría el Señor?» ¿Qué es lo que Él quiere que yo haga?, porque Él es quién ve mis acciones. Así que creo que en esos momentos, eso ayuda a que se convierta en algo mío también, y realmente moldea mi carácter y lo que soy en el Señor.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
¿Cómo puedes fomentar que tus hijos tomen decisiones sabias por sí mismos? Hoy Nancy y nuestra invitada nos hablarán acerca de esto.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Ayer comenzamos una conversación con mi amiga Maryann Loveing, pero le decimos cariñosamente Mal. ¿De dónde salió ese apodo? Cuéntanos.
Maryann Loveing: Viene de mis iniciales. Mi esposo comenzó a llamarme «Mal» cuando nos casamos.
Nancy: Bueno te llamaremos «Mal». Quienes te conocen y te aman te llaman así.
Has estado compartiendo con nosotras de una manera muy transparente. Y para aquellas que no pudieron escuchar el episodio de ayer, las animo a que vayan a nuestra pagina web, avivanuestroscorazones.com, y busquen el audio o la transcripción de esa primera parte de esta conversación.
Entonces, solo para recapitular brevemente; creciste en un hogar cristiano, pero en realidad no tenías los cimientos espirituales de tu fe ni una comprensión de la importancia de la pureza. Terminaste viviendo un estilo de vida mundano y a la edad de 17 años quedaste embarazada; luego tomaste la decisión de abortar a ese bebé.
Y no fue sino hasta varios años después, que el Señor realmente capturó tu corazón, y después te guió a un hombre piadoso, Ryan Loveing. Junto a él y sus seis hijos sirven al Señor y sirvieron en nuestro ministerio por muchos años. Pero no fue sino hasta un par de años después de haberte casado, que compartiste con Ryan lo que nos dijiste en el último episodio sobre tu pasado.
Hablamos sobre lo peligroso y lo dañino que puede ser un secreto. Tenemos que salir a la luz. Creo que hay tantas de nuestras oyentes que viven atadas a su pasado, a la vergüenza y la culpa; y lo que has compartido será beneficioso no solo para aquellas que escucharon el primer episodio, sino para más mujeres con quienes podemos compartir este contenido. Si lo escuchaste y conoces a alguien que esté lidiando con problemas similares, compártelo.
Mal, mencioné que hay más por conocer de tu historia. Y realmente el inicio de esta entrevista surgió de un correo electrónico que me enviaste hace un tiempo. Me escribiste para agradecerme por un material que se llama La princesa y el beso; y es un gran recurso para las niñas preadolescentes.
De hecho, fuiste parte del grupo que revisó este material. Cuéntanos un poco sobre eso.
Maryann: Bueno, en agosto del año 2004, recuerdo que abriste el grupo para todas las mamás del personal y sus hijas que tuvieran creo que entre 7 y 14 años de edad. Así que traje a mis tres hijas. Margo tenía 13 años; Shawna tenía 12 años y Holly 7.
Nancy: Y al concluir el estudio de varias semanas me trajiste una foto tuya y de tus hijas en la ceremonia final.
Maryann: Sí, así es.
Nancy: Tuvimos una ceremonia de princesas.
Maryann: Así es, y fue maravilloso. Fue muy hermoso. Las niñas entraron con pequeñas tiaras puestas sobre sus cabezas y vestidas de gala. Recuerdo estar sentada en esa silla con mis hijas frente a mí, y poder orar una bendición de pureza sobre ellas.
Creo que las madres, Nancy, eran las que más lágrimas tenían en los ojos en la sala esa noche.
Nancy: Hubo muchas lágrimas esa noche.
Maryann: Servimos a un Dios de cambios divinos. Él quiere redimir los fracasos pasados en nuestras vidas, y esa ceremonia, para mí, fue el comienzo de un camino increíble con mis hijas.
Nancy: Recuerdo que mientras tomabas ese estudio, mientras les enseñábamos a las niñas sobre la pureza, Dios de alguna manera te recordó tu propio pasado, que no fue un pasado de pureza.
Maryann: Correcto.
Nancy: Sé que había una gran carga en tu corazón en ese momento de poder ver a tus hijas caminar en una dirección diferente a la tuya.
Maryann: Sí. No quería que fueran iguales a mi. No quería que hicieran las cosas que yo hice. No quería que dijeran las cosas que solía decir. Quería algo diferente para ellas.
Quería tener con ellas la relación que no tuve con mi madre. No éramos cercanas, ni estábamos emocional o espiritualmente conectadas, o comprometidas la una con la otra. Esa conexión entre madres e hijas es un vínculo vital que cambia las generaciones venideras.
Quería que el pecado generacional de mi familia terminara con mis hijos.
Nancy: De hecho, descubriste que no era solo tu pecado en el pasado, sino que hubo múltiples generaciones de inmoralidad en el pasado.
Maryann: Sí
Nancy: ¿Te escuché decir que esto se remontaba a más de 70 años?
Maryann: Así es.
Nancy: Comenzaste a ver que esto era un patrón real en el pasado. Muchas personas al ver esto dirán: «Bueno, supongo que también será así para la próxima generación». Pero tú no querías conformarte con eso.
Maryann: Así es.
Nancy: Querías ver a Dios romper las cadenas de ese pecado generacional.
Maryann: Exacto.
Nancy: Y una de las cosas que hiciste fue involucrar a tus hijas, que entonces tenían 13, 12 y 7 años, en el estudio de La princesa y el beso. Por cierto, ese cuento está disponible en nuestra tienda en línea. Es algo que cualquier madre puede leer con sus hijas. También se puede hacer en grupo.
Creo que en ese momento Dios realmente puso una carga en tu corazón para ver un tipo de línea familiar diferente.
Maryann: Sí, así es.
Nancy: Tus dos hijas mayores que participaron en La princesa y el beso, las que estoy viendo en una foto que tengo en mis manos, son Margo y Shawna, que entonces tenían 13 y 12 años. Ahora, varios años después, están sentadas con nosotras aquí en el estudio. Y ya no son niñas. ¡Crecieron! ¡No sé qué pasó! Y no las veo con frecuencia.
Margo y Shawna, ustedes son jóvenes hermosas, bienvenidas a Aviva Nuestros Corazones.
Margo y Shawna: Gracias.
Nancy: Y gracias por ser parte de esta conversación.
Shawna, tú has viajado con Life Action Ministries como miembro de uno de los equipos.
Shawna: Así es.
Nancy: Has ministrado con el talento musical que Dios te ha dado, y en el mismo equipo del que formaban parte tus padres.
Shawna: Sí
Nancy: Margo, tú hiciste eso durante varios años y luego fuiste estudiante universitaria en Pensacola, Florida. Ambas han cultivado un corazón por la pureza, lo que no tuvo su madre cuando tenía la edad de ustedes.
Y quiero hablar sobre cómo sucedió eso y algunas de las cosas que Dios ha hecho a través de sus padres y de la relación que tienen con ellos que les han ayudado a tomar decisiones de manera diferente a como lo hizo su mamá. Porque tenemos muchas madres que nos escuchan hoy que tienen hijas adolescentes y jóvenes, y dicen: «Quiero que mi hija tenga un corazón inclinado a la santidad. No quiero que mi hija vaya por el camino de la inmoralidad y el aborto como lo hizo Maryann», cosas que tal vez estas madres también hicieron. Quieren que sea diferente, pero realmente no tienen ninguna esperanza de que pueda ser diferente.
Quisiera que habláramos sobre en qué han estado involucradas, cuáles son los factores para transformar esta línea familiar de los últimos 70 años con pecado moral en una nueva línea familiar.
Permítanme comenzar preguntándoles, chicas, ¿recuerdan cuándo escucharon por primera vez la historia que su mamá nos compartió en el episodio de ayer sobre sus fallas morales cuando era adolescente? ¿Ustedes lo supieron cuando eran pequeñas, o hubo un momento en que ella les contó su testimonio?
Margo, ¿recuerdas cuándo lo escuchaste por primera vez?
Margo: No recuerdo exactamente, pero creo que yo tenía unos 13 años cuando se sentó y nos lo explicó a Shawna y a mí. Escuchar eso de ella fue un poco triste al principio.
Nancy: ¿Fue una sorpresa grande para ti? ¿No sabías cómo era ella cuando se describió a sí misma cuando era una adolescente?
Margo: Fue una sorpresa, pero escuchar eso y escuchar todo lo que me había enseñado sobre la pureza y ahora entender el corazón detrás de eso me impactó mucho.
Nancy: ¿Recuerdas esa conversación, Shawna?
Shawna: No recuerdo la conversación exacta, pero sí recuerdo escuchar sobre eso y luego darme cuenta de que nuestra relación había llegado a un nivel más profundo, y si tengo problemas en mis relaciones, sé que tengo una madre que me entiende. Entonces eso fue muy importante para mí.
Nancy: Algunas personas dirían que realmente no deberías compartir esta carga del pasado con tus hijos; «eso está en el pasado, déjalo ahí». Pero, ¿qué les dirías? Tienes el micrófono ahora mismo para hablar con las mamás, algunas de las cuales tienen muchas cargas en su pasado. Puede que lo hayan confesado a Dios y hayan sido perdonadas, pero, ¿las animarías en algún momento a compartir honestamente con sus hijos?
Margo: Lo haría, sin duda alguna. Creo que el hecho de que mi mamá haya sido abierta conmigo me ha permitido ser honesta con ella respecto a diferentes problemas con los que estoy luchando o diferentes aspectos de las relaciones. Tengo la libertad de ir y hablar con ella porque sé que ha pasado por eso.
Y no tengo miedo de decirle: «Mamá, me he equivocado en esta área, o, ¿qué puedo hacer aquí?» Porque ella ha estado exactamente en el mismo lugar. Así que no tengo ese miedo de «estoy fallando y no puedo decírselo a mis padres».
Maryann: Y recuerdo una vez, Nancy, que Margo vino a mí…probablemente tenía 14 o 15 años. Ella le había pedido a una amiga que orara por ella por algo, y luego al día siguiente me dijo: «Mamá, le pedí a Melody que orara por mí», y dijo: «No quiero que mis amigas me conozcan mejor que tú. Quiero que tú seas la que mejor me conozca».
No puedo decirte lo que eso significó para mí…
Nancy: ¿Qué significó eso en tu corazón como madre?
Maryann: ¡Wao! ¡No te imaginas la emoción que sentí! Simplemente alabé al Señor y dije: «Gracias Señor, porque estamos en el camino correcto». Y creo que fue porque me abrí con ellas, fui honesta y les compartí mis fallas. Y estonos ha abierto las puertas para hablar de cualquier cosa. Es un gran sentimiento saber que mis hijas tienen esa confianza conmigo, que pueden venir y compartir cualquier problema que tengan en el corazón, y que yo sería la primera y no la última en enterarme.
Nancy: Creo que a menudo los adolescentes sienten que las últimas personas con las que pueden hablar son sus padres.
Mal, en tu familia practicas algo que llamas, «comunicación H-O-T», en español las siglas serían H-A-T.
Maryann: Sí
Nancy: ¿Qué significa eso?
Maryann: Es un acrónimo. Significa honesta, abierta y transparente.
Mi esposo dice: «Vamos, dime lo que hay en tu corazón». Y ellos se lo comparten. Entienden lo que papá quiere decir cuando dice eso.
Nancy: ¿Ustedes chicas también sienten esa libertad de compartir con su papá?
Margo: Sí, definitivamente.
Shawna: Sí. Mi papá y yo somos muy cercanos. Siempre he sentido que él escucha lo que tengo que decir y lo abraza con amor, lo acepta y me desafía, y comparte conmigo cosas de su corazón y de su vida. Eso nos ha hecho muy cercanos.
También ha hecho que sea un viaje muy divertido para nosotras las chicas. Le hemos preguntado, «¿es esta falda demasiado corta?» Y tengo una historia divertida. Un día salí y le pregunté a papá si algo que me había puesto se veía bien. Me puse una blusa sin mangas sobre una camisa de manga corta, esta blusa tenía unas tiras interesantes y simplemente no combinaba.
Bueno, papá salió de la habitación y me confundí un poco. Luego regresó vistiendo unos bóxers sobre sus pantalones y dijo: «Ahora, dime tú…¿esto se ve bien?»
Le dije: «¿Es así como lo ves realmente?» Y él dijo: «Sí. Así es como un hombre percibirá eso».
El hecho de tener a mi papá presente para hacer las cosas divertidas pero también desafiantes a lo largo del camino, ha significado mucho para mí.
Nancy: ¿Han tenido la oportunidad de conocer adolescentes que no sienten ese tipo de libertad con sus padres?
Margo: Creo que sí. En realidad, ningún adolescente en particular me ha dicho que no habla con sus padres, pero a veces puedes sentirlo. Al compartir mi relación y mis costumbres con mis padres…simplemente no lo entienden. Eso me da una idea de que ellos no tienen la misma relación que yo tengo con mis padres, y me doy cuenta de que soy muy bendecida por lo que tengo.
Shawna: En mi caso, muchas veces al ir a las iglesias veo adolescentes que no tienen una relación cercana con sus padres. En una iglesia en particular a la que fuimos noté que una chica estaba sola, y fui y hablé con ella. Me dijo que la relación con su mamá no era la mejor. Algo había sucedido en la escuela ese día y no sentía que podía decírselo a su mamá.
Realmente la desafié a que se sentara y hablara con ella sobre estas cosas por las que estaba pasando. No parecía querer hacerlo, y no me dio ninguna señal de que lo haría. Y eso cargó mi corazón esa noche.
La noche siguiente su mamá se me acercó y me dijo: «Muchas gracias por hablar con mi hija. Nos sentamos y hablamos durante dos horas hoy y fue una bendición».
Al escuchar eso se alegró mi corazón.
Nancy: ¡Wao! Entonces animarías a las jóvenes a tomar la iniciativa e ir y compartir con sus padres.
Desde tu perspectiva, ¿qué pueden hacer los padres con los adolescentes para que sea más fácil para ellos tener una conversación honesta, abierta y transparente?
Shawna: Bueno, creo que si los padres son abiertos y honestos, los hijos también tendrán la libertad de ser abiertos y honestos. Cuando los padres admiten fallas o errores, entonces no establecen un estándar tan alto que los hijos sienten que tienen que cumplir, sino que tienen la libertad de ir a sus padres.
Creo que, para los padres, es algo que tiene que ser muy intencional. Tienen que sacar tiempo para hablar con sus hijos. Cuando los hijos ven que los padres están siendo intencionales, se sienten más amados y valorados por ellos, y sienten la libertad de ir, hablar y compartir con ellos.
Margo: Al mirar atrás, me he dado cuenta de que lo que he vivido hasta ahora nunca he tenido una razón para decirle a mis padres: «Es que ustedes no entienden», porque ellos han recorrido mi camino. He experimentado cosas que en algún momento ellos también experimentaron. Y si llegan a suceder cosas en mi vida por las cuales ellos no han pasado, podemos caminar juntos en oración. Pero definitivamente diría que hoy tengo la relación que tengo con mis padres por su transparencia conmigo. Eso significa mucho para mí.
Nancy: ¿Y qué es lo que Dios ha usado en sus vidas como adolescentes para darles un corazón que elige el camino de la pureza? Esto es tan contracultural, y la mayoría de las jóvenes de su edad no van en esa dirección. La mayoría de las chicas van en la dirección que tomó su madre cuando era adolescente. ¿Cómo se ha convertido esto en su forma de pensar y no solo en la forma de pensar de sus padres?
Shawna: Creo que definitivamente Dios ha usado mi relación con Él, y aprender a verme como Él me ve. Su Palabra dice que soy valorada y apreciada, así que debo tomarlo en serio. Sigue siendo muy fácil para mí volver a caer y a veces recurrir a cosas terrenales que creo que me dan valor, pero tengo que recordarme a mí misma que mi valor no consiste en eso.
Hay chicas que están buscando respuestas donde no las hay, o las respuestas incorrectas. Así que creo que para mí ha sido importante el hecho de que mi mamá ha sido muy abierta conmigo. Y he elegido decir: «Esta es la pureza que el Señor me ha dado, y quiero guardarla para la persona correcta».
Margo: Como dijo Shawna, una gran parte ha sido estudiar la Biblia y leer diferentes pasajes y memorizar diferentes versículos sobre cómo el Señor nos llama a actuar y a vivir. En 1 Pedro Él nos llama a vivir vidas santas como Él es santo.
Mi papá expresa la santidad como una forma de rectitud, y la rectitud es vivir correctamente y tomar las decisiones correctas un paso a la vez.
Y yo deseo vivir como Dios me ha llamado a vivir en las Escrituras.
Shawna: Creo que otra manera en la que me he apropiado de esta verdad, solo para agregar a eso, es que cuando mis padres no están cerca de cierta situación, tengo que preguntarme: «Bueno, ¿cómo voy a manejar esto?»
Ellos me han enseñado y me han orientado, pero en esos momentos necesito decidir: «Muy bien, ¿qué es lo correcto y lo piadoso que debo hacer, y qué es lo que el Señor quiere que haga?», porque Él es quien ve mis acciones. Así que creo que en esos momentos eso ayuda a que se convierta en algo mío, y también moldea mi carácter y lo que soy en el Señor.
Nancy: Es evidente que ambas realmente han desarrollado su propia relación con el Señor, y que no es solo la fe de sus padres, sino que es su propia fe. Quieren agradar al Señor y están arraigadas en la Palabra.
Mal, sé que pones un gran énfasis en la importancia, no solo de que las madres se familiaricen con la Palabra, sino también que capaciten a sus hijos para hacer lo mismo.
Maryann: Así es. Les capacitamos para eso. Les enseñamos a leer la Palabra con un bolígrafo a la mano para que hagan anotaciones.
Nancy: ¿A partir de qué edad?
Maryann: Christa ya lo hace y ella tiene 10 años. Sammy tiene 8, él aún necesita ayuda para leer. Christa lo hace y la verás con su bolígrafo. No siempre, pero muchas veces la verás leyendo con un pequeño lápiz a mano. En algunas ocasiones ella viene y me dice: «Mami, ¿puedo marcar esto?», porque realmente puede emocionarse con esto y marcar demasiado su Biblia.
Nancy: En una ocasión cuando era pequeña hice eso, y mi papá regresó y me dijo que tal vez debería marcar las partes que no me gustaban tanto porque estaba subrayando todo.
Maryann: Sí. Nunca es demasiado temprano. Solo tienes que evaluar si el niño está listo.
Tener esa relación con el Señor es fundamental, y eso ha sido posible gracias a que tenemos tiempo de adoración familiar juntos, lo cual es clave para ayudarlos a desarrollar su relación con el Señor.
Tenemos un dicho en nuestra casa, y espero que las chicas piensen en esto cuando estén lejos de nosotros o no estemos presentes. El dicho es: bueno, muy bueno y lo mejor; no descanses hasta que lo bueno sea muy bueno y lo muy bueno sea lo mejor.
Nancy: Espera, espera. Tienes que ayudarnos a entender eso.
Maryann: Está bien.
Nancy: Un poco más lento.
Maryann: Bueno, muy bueno y lo mejor; no descanses hasta que lo bueno sea muy bueno y lo muy bueno sea lo mejor.
Nancy: ¿Y la conclusión de eso es…?
Maryann: Cuando mis hijas regresan a casa, a menudo nos sentamos cuando llegan de la casa de una amiga. Creo que esto lo hemos hecho desde que eran muy pequeñas. Me sentaba en el sofá con ellas y les decía: «Entonces, ¿qué hiciste? ¿A quién viste?» De esa manera, cuando son adolescentes no suena como la oficina federal de maternidad, sino que esto es lo que mamá siempre hace. Ella se sienta.
Mis hijas llegan a casa y me dicen: «Sabes mamá, me enfrenté a esto y pensé, ¿qué es lo mejor?»
Así que eso nos ha servido para ayudarlas. ¿Qué diría Dios que sería lo mejor en esta situación? Tal vez era una película que una amiga quería ver o algo que la amiga quería hacer, y mis hijas pensarían: «¿Es esto lo mejor? ¡No!» Entonces toman la decisión de volver a casa o sugerir una actividad diferente.
Eso ha sido muy bueno para nosotros, y todo viene de la Palabra de Dios, de esa relación con el Señor. Tiene que comenzar ahí porque si estás tratando de enseñarle modestia a tu hija… En nuestro hogar, por ejemplo, pienso que no puedo enseñarles modestia si primero no entienden su valor en Cristo.
Ellas me dicen, «¿por qué no debería usar esto? Si todas las demás lo están usando».
Y yo les digo, «pero, cariño, Dios piensa mucho más de ti. Él te valora y tú eres Su hija, y queremos honrarlo y glorificarlo».
Eso, Nancy, realmente ayudó a desarrollar su propia fe, su propio deseo de caminar en pureza.
Annamarie: Maryann Loving les ha estado dando muy buenos consejos a las madres que quieren enseñarles pureza a sus hijas. También escuchaste de dos de sus hijas, Margo y Shawna; en conversación con Nancy DeMoss Wolgemuth.
Ellas mencionaron un recurso titulado La princesa y el beso. Este narra una historia que les enseña a las niñas acerca de su valor y la importancia de la pureza. En este se ilustra maravillosamente el eterno mensaje de que, como dice 1 Timoteo 1:5, «el amor brota de un corazón limpio, de una buena conciencia y de una fe sincera» (NVI). Si tienes hijas pequeñas adquiérelo y asegúrate de leerlo junto a ellas. Encuentra este recurso en nuestra tienda en línea en avivanuestroscorazones.com.
Bueno, ¿qué pasos prácticos pueden dar los padres para enseñarles a los jóvenes acerca de la pureza?
Maryann: A mis hijos Christa de 10 años y Samuel de 8, frecuentemente les digo: «Tienes que guardar ese primer beso. Sería muy hermoso y especial si pudieras tener ese primer beso el día de tu boda con el esposo, con la esposa que Dios te dé».
Y no decimos dogmáticamente que así tiene que ser, pero creo que es importante que pintemos una visión para nuestros hijos, y que lo hagamos a medida que crecen. Cada uno de nosotros está pintando una visión de lo que podría ser su vida, diciendo cosas como, «imagina lo que Dios puede hacer contigo si tu corazón está completamente en Él».
Entonces, esta es solo una de las cosas que animamos a nuestros hijos a hacer porque nosotros no teníamos eso. Sufrimos las consecuencias de no guardar nuestro primer beso para el altar el día de la boda. Ryan y yo deseamos haber sido puros el día de nuestra boda porque son muchos los pensamientos con los cuales se lidia, y es muy fácil que eso te lleve muy rápidamente a otras cosas.
Ahora que somos mayores, es un gozo ver jóvenes que han esperado hasta contraer matrimonio, y ver lo agradecidos que están por haber esperado. Es una gran bendición no tener la carga de relaciones pasadas.
Annamarie: Mal Loveing y sus hijas regresarán para hablarnos más acerca de esto mañana.
Invitándote a pasar de manera intencional la verdad de la Palabra de Dios a la próxima generación, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
Gracia Más Grande, Jonathan & Sarah Jerez, Periscopio ℗ 2017 Jonathan & Sarah Jerez.
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