El cielo gobierna (Conclusión)
Nancy DeMoss Wolgemuth: El pensamiento de que el cielo gobierna no es un sentimiento simplista, repetitivo o superficial. No es una visión fatalista de las verdaderas dificultades y de las angustias de la vida en este mundo. No es «bueno, lo que será, será, el cielo gobierna»; más bien es un profundo descanso y la confianza de que lo que leemos en el Salmo 139 es cierto, «… en Tu libro se escribieron todos los días que me fueron dados, cuando no existía ni uno solo de ellos» (v.16). El cielo gobierna.
Annamarie Sauter: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
En las últimas semanas Nancy nos ha estado llevando a lo largo de un estudio del libro de Daniel. Hemos visto que este contiene un mensaje eterno y oportuno que necesitamos escuchar en un mundo a menudo confuso.
Cuando necesitamos …
Nancy DeMoss Wolgemuth: El pensamiento de que el cielo gobierna no es un sentimiento simplista, repetitivo o superficial. No es una visión fatalista de las verdaderas dificultades y de las angustias de la vida en este mundo. No es «bueno, lo que será, será, el cielo gobierna»; más bien es un profundo descanso y la confianza de que lo que leemos en el Salmo 139 es cierto, «… en Tu libro se escribieron todos los días que me fueron dados, cuando no existía ni uno solo de ellos» (v.16). El cielo gobierna.
Annamarie Sauter: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
En las últimas semanas Nancy nos ha estado llevando a lo largo de un estudio del libro de Daniel. Hemos visto que este contiene un mensaje eterno y oportuno que necesitamos escuchar en un mundo a menudo confuso.
Cuando necesitamos valentía, cuando nuestra fe es probada, cuando estamos desanimadas o angustiadas, cuando necesitamos una visión correcta de Dios o cuando la vida no parece tener sentido…el cielo gobierna. En todo momento tenemos una roca sobre la cual nos podemos apoyar: La verdad imperecedera de la Palabra de Dios.
Aquí está Nancy con la conclusión de sus enseñanzas sobre la soberanía de Dios en el libro de Daniel.
Nancy: Cada noche, mientras nos preparamos para ir a dormir, Robert ora y da gracias al Señor por el día y ora por varios miembros de la familia y por amigos que están en nuestro corazón. La otra noche, Robert comenzó su oración con estas palabras: «Señor, nuestro mundo está al revés». Esto es cierto. Y cuando dijo eso, trajo a mi mente el libro de Daniel, en el que nos hemos estado sumergiendo durante las últimas semanas.
El mundo en el que vivía Daniel estaba al revés. Era orgulloso, idólatra y pagano en su totalidad. Pero eso no es nada nuevo. Nuestro mundo ha estado al revés desde el capítulo 3 de Génesis. El pecado es el defecto individual y colectivo de la raza humana. Yo peco, nosotros pecamos. Y en este mundo, que está al revés, las personas malvadas prosperan y las personas piadosas sufren. Está al revés.
No sé si esto te da esperanza o no, y no quiero desanimarte, pero el hecho es que el mundo siempre estará al revés hasta que Jesús regrese a enderezarlo –creando una nueva tierra y estableciendo Su reino eterno aquí en la tierra. Así que mientras tanto nos preguntamos, ¿cómo han sobrevivido aquellos que conocen y aman a Dios? ¿Y podemos realmente prosperar en un mundo que está en caos?
Pienso en Daniel, que vivió y trabajó en Babilonia desde que era un adolescente hasta que tuvo más de 80 años. Su vida abarcó el ascenso y la caída de múltiples reyes y el dominio de los imperios mundiales. Esos reyes, esos reinos, fueron y vinieron, pero Daniel permaneció en medio de eso. Sobrevivió a la política, a las intrigas del palacio, a un régimen impío detrás de otro. Daniel sabía que ningún rey terrenal era definitivo. Sabía que el Dios al que servía era el verdadero y supremo Rey, con «R» mayúscula. Daniel vivía para la eternidad y para el reino de Dios que nunca acabará.
En las buenas y en las malas, joven o viejo, estuviera quien estuviera en el poder en ese momento, pasara lo que pasara, él permaneció firmemente dedicado a su Dios. Y todo ese tiempo buscó el bienestar de su pueblo judío, tanto de los que estaban en el exilio como de los que estaban de vuelta en Jerusalén. También buscó el bienestar de los reyes bajo los cuales servía. Algunos de los cuales eran tiranos despiadados. Eran personas terribles, y Daniel les sirvió bien. Mostró confianza y quietud.
No tenía miedo, fue valiente, íntegro y útil, y como resultado, los reyes lo buscaron por su sabiduría. Dios le dio a Daniel capacidad, sabiduría y entendimiento. ¿Recuerdas la palabra que está nueve veces en el libro de Daniel? ¿Recuerdas la palabra hebrea sakal? Él era un hombre que tenía sakal, entendimiento y sabiduría, y eso lo convirtió en una luz en medio de la oscuridad; lo vimos en el último capítulo de Daniel. Aquellos que tienen sakal, aquellos que tienen entendimiento y sabiduría brillarán como estrellas por los siglos de los siglos.
Dios hizo de Daniel una luz en un lugar oscuro, pero todavía parece que muchas veces los malvados prevalecen. Nabucodonosor, Belsasar, Darío y los demás reyes de la era de Daniel fueron figuras poderosas en su mundo y en su época. Pero, ¿dónde están ellos hoy? ¿Quién los conoce? ¿Quién se interesa o los respeta hoy? ¿Quién nombra a sus hijos con sus nombres? ¿Qué diferencia duradera han hecho estos reyes en este mundo? Los imperios que construyeron están hoy en ruinas.
Por otro lado, Daniel, quien fue un cautivo obligado a servir a estos reyes, dejó una huella duradera en la historia del pueblo de Dios en este mundo, porque él vivió su vida no para este mundo sino para otro mundo. Sirvió al Dios que hizo y controla este mundo.
Ahora, díganme, ¿quién es la figura más influyente? Verás, decimos que los malvados prevalecen, pero ese es un pensamiento a corto plazo. A largo plazo los que son sakal, aquellos que tienen sabiduría, entendimiento y conocimiento, aquellos que tienen la vida de Dios en Cristo dentro de ellos, y viven para el reino de Dios, son ellos los que brillan como estrellas.
Estos reyes buscaban el poder, el control y la adoración para sí mismos. Daniel se humilló, y se propuso no adorar a nadie más que a Dios. Los que se exaltaron a sí mismos, todos esos reyes y sus reinos, han sido humillados, y ya no existen. Pero este hombre, Daniel, que exaltó a su Dios más que a sí mismo y se humilló, aún se destaca en las páginas de la historia de la humanidad. Y nos inspira a creer y a seguir a su Dios.
He estado pensando en esto a medida que llegamos al final de esta serie, la vida de Daniel demuestra la belleza y el poder de creer que el cielo gobierna. No solo creyendo en un momento, sino creyendo a lo largo de una larga y fructífera vida.
El Salmo 112, comenzando en el versículo 1 dice:
«…Cuán bienaventurado es el hombre que teme al Señor… Porque nunca será sacudido… Para siempre será recordado el justo. No temerá recibir malas noticias; su corazón está firme, confiado en el Señor. Su corazón está seguro, no temerá, hasta que vea vencidos a sus adversarios (vv.1-8).
Podrías poner el nombre de Daniel, la imagen de Daniel al lado de este pasaje del Salmo 112. Y podrías poner el nombre y la imagen del pueblo de Dios. El cielo gobierna. Hemos visto este tema de que el cielo gobierna a lo largo del libro de Daniel, y cuando decimos que el cielo gobierna, lo que en realidad estamos diciendo es que Dios gobierna.
Quiero pedirte que abras tu Biblia, que busques tu Biblia. Si no tienes una copia en este momento, donde sea que la puedas ver. Quiero llevarte en un viaje rápido por una selección de los puntos más importantes que hemos visto en este libro, que nos recuerdan que el cielo gobierna.
Veamos esto juntas, voy a avanzar rápidamente, así que les daré las referencias, y pueden ir buscando las páginas en sus biblias. Daniel capítulo 2, comenzando en el versículo 20. Tengo la mayoría de estos versículos encerrados en un círculo en mi Biblia, y es posible que desees hacer lo mismo.
«Sea el nombre de Dios bendito por los siglos de los siglos,
Porque la sabiduría y el poder son de Él.
Él es quien cambia los tiempos y las edades;
quita reyes y pone reyes» (Daniel 2:20-21).
Vayamos al versículo 44:
«En los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que jamás será destruido, y este reino no será entregado a otro pueblo. Desmenuzará y pondrá fin a todos aquellos reinos, y él permanecerá para siempre».
A continuación, pasa al capítulo 4, versículo 3:
«¡Cuán grandes son Sus señales,
Y cuán poderosas Sus maravillas!
Su reino es un reino eterno,
Y Su dominio de generación en generación» (v.3).
Versiculo 17:
«…El Altísimo domina sobre el reino de los hombres,
Y se lo da a quien le place,
y pone sobre él al más humilde de los hombres» (v.17).
Versiculo 25:
«…el Altísimo domina sobre el reino de los hombres y que lo da a quien le place…su reino le será afirmado después que usted reconozca que es el Cielo el que gobierna» (vv. 25-26).
De ahí obtuvimos el título de esta serie, El cielo gobierna: La soberanía de Dios en el libro de Daniel. En el versículo 34 del capítulo 4, ahora Nabucodonosor está hablando y dice:
«Pero al fin de los días, yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo, y recobré mi razón, y bendije al Altísimo y alabé y glorifiqué al que vive para siempre. Porque Su dominio es un dominio eterno, y Su reino permanece de generación en generación… Mas Él actúa conforme a Su voluntad en el ejército del cielo… Y entre los habitantes de la tierra. Nadie puede detener Su mano, ni decirle: “¿Qué has hecho?” En ese momento recobré mi razón… Porque Sus obras son todas verdaderas y justos Sus caminos» (vv. 34, 35, 37).
Y tengo este subrayado, «… Él puede humillar a los que caminan con soberbia» (v.37). Nabucodonosor, tú o yo, Él puede humillar a aquellos que son orgullosos, porque el cielo gobierna.
Mira el capítulo 5, versículo 21:
«… El Dios Altísimo domina sobre el reino de los hombres y que pone sobre él a quien le place».
Mira el capítulo 6, versículo 26:
«… Porque Él es el Dios viviente que permanece para siempre,
Y Su reino no será destruido
Y Su dominio durará para siempre.
Él es el que libra y rescata…» (v. 26).
Este es el tema a través del libro de Daniel. El Dios que gobierna en el cielo libra y rescata. ¡Alabado sea Dios por ello! «… Hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra…» (v.27).
Mira el capítulo 7 versículo 13:
«Seguí mirando en las visiones nocturnas,
Y en las nubes del cielo
Venía uno como un Hijo de Hombre,
Que se dirigió al Anciano de Días
Y fue presentado ante Él.
Y le fue dado dominio,
Gloria y reino,
Para que todos los pueblos, naciones y lenguas
Le sirvieran.
Su dominio es un dominio eterno
Que nunca pasará,
Y Su reino uno
Que no será destruido» (vv.13-14).
Y ahora mira el versículo 27 del capítulo 7:
«Y la soberanía, el dominio y la grandeza de todos los reinos debajo de todo el cielo serán entregados al pueblo de los santos del Altísimo. Su reino será un reino eterno, y todos los dominios (todos los gobernantes... Pon el nombre de cada gobernador malvado que ha vivido en todos los tiempos y algunos de los que viven y gobiernan hoy día) le servirán y le obedecerán».
¿Puedes decir «¡aleluya!»? Amén. El cielo gobierna.
Entonces, mientras estamos cerrando esta serie he estado pensando en algunas de las implicaciones claves del hecho de que el cielo gobierna. Algunos de los temas claves y las conclusiones del libro de Daniel. Espero que hayas estado pensando en ellos mientras hemos estado haciendo este estudio. Permítanme darles algunos ejemplos que vemos en el libro de Daniel. Esta contienda entre los dioses de este mundo, con «d» minúscula, y el Dios vivo y verdadero con «D» mayúscula, es una batalla por la adoración. Pero encontramos que los dioses de este mundo no son rivales para Dios, porque el cielo gobierna.
Déjame darte un ejemplo de eso. En Daniel capítulo 3, Nabucodonosor les dice a los tres jóvenes hebreos: «…si no la adoran (mi imagen), inmediatamente serán echados en un horno de fuego ardiente—¿Y qué dios será el que los libre de mis manos?» Ese es un rey arrogante hablando.
Pero escucha a Nabucodonosor en el versículo 28 del mismo capítulo: «Entonces Nabucodonosor dijo: Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed Nego que ha enviado a Su ángel y ha librado a Sus siervos que, confiando en Él, desobedecieron la orden del rey…»
¿Ves el cambio? Él dijo: «¿Y qué dios será el que los libre de mis manos?» Y luego dice: «Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed Nego que ha enviado a Su ángel y ha librado a Sus siervos que, confiando en Él desobedecieron la orden del rey…» Dios gana ¡todo el tiempo!
A lo largo del libro de Daniel, vemos reinos en conflicto. Vemos a los enemigos de Dios tensando sus músculos y mostrando sus armas, y Dios les da poder por un tiempo… Pero solo por un tiempo. No hay necesidad de que nos preocupemos. Conocemos el final de la historia; sabemos que su poder será aplastado. Sabemos que los malvados serán destruidos. Leemos eso en el libro de Daniel. Sabemos que los mansos heredarán la tierra.
También vemos en Daniel que lo que nos parece fuerte y permanente no es para siempre. Dios aplastará toda oposición terrenal. Los reinos del hombre se derrumbarán, pero el reino de Dios es eterno. Vemos en el libro de Daniel que es muy importante que tengamos una visión a largo plazo; que no saquemos conclusiones basadas en lo que podemos ver ahora desde nuestro punto de vista finito. Las cosas se ven bastante mal en este momento en nuestro mundo, pero no saques tus conclusiones basándote en lo que puedes ver, en lo que puedes leer en las noticias. Necesitas la visión a largo plazo. Necesitamos recordar que Dios tiene un plan para toda la historia, para todas las naciones, para toda la eternidad. Él sabe todo acerca de ese plan, y la mayor parte de ese plan no la conocemos. Él revela pequeñas partes de esto, según lo considere mejor, pero tenemos que confiar en Él para todo lo que no podemos ver y lo que no sabemos a largo plazo.
Hemos visto a lo largo del libro de Daniel que hay fuerzas demoníacas e incluso el mismo Satanás detrás de gobiernos malvados y orgullosos –motivándolos, incitándolos. Vemos que los poderes de las tinieblas están activos, obrando, en las naciones, en los líderes, en los matrimonios, en las familias y en las iglesias. Pero eso no debe desanimarnos. Necesitamos recordar que Dios ganará. Dios es más poderoso que ellos. El cielo gobierna.
Ahora bien, ¿realmente creemos que el cielo gobierna? ¿Vivimos como si el cielo gobernara, o como si la tierra gobernara? ¿Cómo serían nuestras vidas de diferentes si realmente creyéramos que el cielo gobierna?
Permítanme darles algunas ideas del libro de Daniel, y esto es solo para empezar. Quiero que ustedes piensen en sus propias aplicaciones personales.
Si creemos que el cielo gobierna, decidiremos vivir como personas santas de un Dios santo en lugar de adaptarnos a la cultura que nos rodea. Daniel se propuso no contaminarse con la comida del rey cuando era un adolescente en el capítulo 1 de Daniel. ¿Crees que eso lo preparó y lo equipó para una vida de tentaciones? El cielo gobierna. Esto nos hace proponernos a vivir como personas santas.
Si creemos que el cielo gobierna, no entraremos en pánico o desesperación cuando parezca que los enemigos de Dios están ganando, o cuando sucedan cosas difíciles, o cuando nuestras libertades se vean amenazadas, o cuando nos quiten las comodidades. Piensa en Daniel y sus amigos que fueron llevados en cautiverio cuando eran adolescentes, amenazados cuando se negaron a obedecer los edictos malvados del rey. No entraron en pánico, no se desesperaron, porque creyeron que el cielo gobierna.
Si creemos que el cielo gobierna, seremos valientes. No cederemos a la presión de cumplir con el compromiso de inclinarnos ante los dioses de este mundo. Y cuando sea necesario, estaremos dispuestas a resistir con valentía el mal y las leyes del mal.
Si creemos que el cielo gobierna, estaremos orando por las personas. He visto en Daniel –mientras he estado estudiando este libro– una vida de oración asombrosa. Porque si hay un Dios y Él gobierna, entonces es mejor que le estés pidiendo ayuda y respuestas, mirándolo a Él en lugar de mirar al gobierno o al rey o a cualquier otro para satisfacer tus necesidades.
Si creemos que el cielo gobierna, seremos personas de esperanza frente a personas que están continuamente indignadas contra la cultura. Pensé en esto recientemente, hace solo unos días, cuando vi un video que es uno de los ataques más frontales que jamás haya visto sobre la verdad y el diseño de Dios para la sexualidad y la familia. Fue desgarrador. Vemos cosas así y podemos protestar en las redes sociales, o podemos orar: «Señor, ten misericordia, danos sabiduría, entendimiento, capacidad, sakal, para hacer brillar Tu luz en la oscuridad».
Si creemos que el cielo gobierna, seremos personas humildes. Tendremos una visión correcta de Dios y una visión correcta de nosotras mismas y de los demás. Si creemos que el cielo gobierna, no sentiremos que tenemos que controlar a las personas o las circunstancias que nos rodean.
Si creemos que el cielo gobierna, serviremos fielmente en cualquier lugar en el que Dios nos coloque, incluso en un entorno pagano.
Si creemos que el cielo gobierna, estaremos firmes y tranquilas cuando nuestra cultura sea caótica y esté fuera de control.
Si creemos que el cielo gobierna, creeremos que Dios puede cambiar el corazón del líder más orgulloso e impío, así como cambió el corazón de Nabucodonosor. Todavía puedo recordar a mi papá diciendo que no hay nueces difíciles de romper para Dios, y él creía eso porque él había sido una nuez dura. Dios ablandó su corazón y lo convirtió y cambió su vida.
Si creemos que el cielo gobierna, creeremos que Él puede cambiar el corazón de los líderes, incluidos los líderes de hoy. No sé si hay muchos que son mucho peores que Nabucodonosor –orgullosos, arrogantes, malvados– pero Dios puede cambiar sus corazones.
Si creemos que el cielo gobierna, veremos cada crisis en nuestro mundo y en nuestras vidas como una oportunidad para que la debilidad de los dioses de este mundo sea expuesta y para que la grandeza y el poder de Dios se manifiesten. Es una oportunidad para que las personas vean cuán poderoso es Dios realmente.
Ahora, quiero decir una cosa más aquí, si no crees que el cielo gobierna, así como aprendió el rey Nabucodonosor de la manera más difícil en Daniel capítulo 4, podrías perder la cordura. A él le pasó. Me encanta ese versículo en el capítulo 4, versículo 34 donde Nabucodonosor dice: «alcé mis ojos al cielo, y recobré mi razón». Puedes perder la razón si no crees que el cielo gobierna, porque no puedes entender lo que está pasando en este mundo. Pero si sientes que has perdido la cordura y quieres saber cómo recuperarla, mira hacia el cielo. Ahí es donde recuperamos la razón.
El cielo gobierna en lo macro y en lo micro. Quiero pasar unos momentos analizando esto.
El cielo gobierna en lo macro. Dios gobierna:
- Sobre las potencias mundiales, sobre las naciones, sobre los gobiernos, sobre los reyes
- Sobre toda la historia –pasada, presente y futura
- Sobre las esferas geopolíticas y los asuntos de nuestro mundo
- Sobre dictadores y déspotas
- Sobre las elecciones, dinastías y partidos políticos
- Sobre la economía mundial
- Sobre el mundo de la naturaleza
- Sobre patrones climáticos, tormentas y cambios en el clima
- Sobre los planetas en órbita –los mantiene girando y evitando que choquen entre sí
- A lo largo de las estaciones –Él controla la temperatura en la tierra que hace que podamos vivir aquí
- Sobre el sol –Él lo mantiene exactamente a la distancia correcta de la tierra para sustentar la vida y evitar que seamos incinerados
- Y así sigue y sigue…
El cielo gobierna. Hay un aspecto macro, un gran panorama en el que el cielo gobierna.
Pero el cielo también gobierna en lo micro, en los detalles de nuestra vida personal. El cielo gobierna sobre:
- Los dolores y las heridas que nadie más conoce
- La pérdida de empleos
- La pérdida de finanzas –facturas inesperadas, autos averiados, ¿cómo podrás pagar la jubilación o el retiro?
- Los anhelos insatisfechos de una pareja piadosa o de un hijo
- Los abortos espontáneos y la pérdida de bebés recien nacidos
- Lo que nos han hecho y cómo nos perjudican los demás
- Los problemas de salud
- Los desafíos en las relaciones interpersonales
- Los hijos pródigos
- Los esposos indiferentes o incluso infieles
El cielo gobierna, en lo macro y en lo micro.
Y el pensamiento de que el cielo gobierna no es un sentimiento simplista, repetitivo o superficial. No es una visión fatalista de las verdaderas dificultades y de las angustias de la vida en este mundo. No es «bueno, lo que será, será, el cielo gobierna»; más bien es un profundo descanso y la confianza de que lo que leemos en el Salmo 139 es cierto, «…en Tu libro se escribieron todos los días que me fueron dados, cuando no existía ni uno solo de ellos» (v.16). El cielo gobierna.
Él lo sabe todo. Él ordena todo –nuestro mundo, nuestros días, nuestros pasos. Todo esto es importante para Él, y podemos confiarle todo. Él tiene el mundo entero en Sus manos –desde pequeñas astillas hasta cirugías que amenazan la vida; desde una tos, un resfriado, hasta un cáncer; desde la economía hasta las elecciones y los terremotos; desde las noticias que sacuden nuestro mundo hasta eventos que alteran la vida en nuestros mundos personales. El cielo gobierna.
Es una realidad para una amiga que hoy está de duelo porque su hijo de veintidós años, su único hijo, murió ayer tras una larga batalla contra el cáncer.
Es cierto para unos amigos y compañeros de trabajo, que durante los últimos diez años, el esposo se ha desempeñado como videógrafo en el equipo de Aviva Nuestros Corazones. Vi como él y su esposa se conocieron y se casaron y cómo Dios los bendijo con tres hermosos hijos. Él ha estado trabajando detrás de escena estas últimas semanas, dirigiendo el equipo que ha estado grabando esta serie de el cielo gobierna: La soberanía de Dios en el libro de Daniel.
Durante este tiempo ellos esperaban su cuarto hijo. Hasta donde sabían, todo estaba bien. Un sábado por la tarde, a tan solo dos días de que naciera el bebé, la esposa se dio cuenta de que no podía sentir que el bebé se movía, la peor pesadilla de una madre. Ella y Nathan fueron al hospital donde recibieron la desgarradora noticia de que su precioso bebé no tenía latidos cardíacos. Inmediatamente, indujeron el parto y mientras ella estaba en labor de parto, se comunicaron por videollamada con sus otros hijos en casa, quienes habían anticipado ansiosamente el nacimiento de su nuevo hermanito. Compartieron con ellos que el bebé Samuel no vendría a casa con ellos. Nathan dijo que fue el día más difícil de su vida.
A las veinticuatro horas, ellos sostenían el cuerpo sin vida de su bebé. Los niños entraron al hospital para recibirlo, para abrazarlo, antes de que entregaran su cuerpo. Al final de esa semana, Robert y yo nos unimos a muchos otros amigos y familiares en uno de los servicios funerarios más conmovedores que jamás haya visto. Había un ataúd del tamaño de una caja de zapatos en el frente de esa iglesia. Había llanto, mezclado con adoración. Era un dolor profundo y una adoración sincera.
El día que Katie dio a luz al bebé, estaba enviando mensajes de texto a la mamá de Nathan. Me envió una foto de la pequeña pizarra en la pared de la habitación del hospital donde escriben los nombres de las enfermeras de turno. Y en la parte superior de esa tabla Nathan había escrito: «El cielo gobierna, y Samuel está allí». El cielo gobierna. Una cosa es decirlo; otra cosa es creerlo. Y es un acto espectacular de adoración y de fe aferrarse a esa realidad cuando los caminos de Dios son dolorosos e insondables y has perdido a alguien que amas tanto. Observé a esta preciosa pareja vivir la realidad, la confianza de que el cielo gobierna.
Ayer recibí un mensaje de texto de una amiga que está lidiando con una situación familiar compleja y desordenada que se ha prolongado durante años. Me estaba preparando para esta sesión y ella me envió un mensaje de texto que me llamó la atención.
Ella escribió: «¿Por qué? ¿Por qué? ¿Cómo permite el Señor que esto continúe y continúe? ¿Y por qué ellos no ven lo terrible que es esto?»
Esas son las dos cosas que Daniel quería saber –¿cuánto tiempo y cuál será el resultado? Y la respuesta de Dios fue, espera –espera hasta el final. Sigue hasta el fin. Y luego aquí está la promesa: «…Descansarás y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días». Eso lo vimos ayer en Daniel 12.
- Esos familiares crueles no tendrán la última palabra
- Tus presiones, problemas y dolores no tendrán la última palabra
- Los que se burlan de Dios y rechazan sus verdades no tendrán la última palabra
- Los que persiguen al pueblo de Dios no tendrán la última palabra
- Los gobernantes malvados no tendrán la última palabra
- El pecado no tendrá la última palabra
- Los demonios no tendrán la última palabra
- La muerte no tendrá la última palabra
El Dios Altísimo tendrá la última palabra. Dilo conmigo, el cielo gobierna. Dilo de nuevo: El cielo gobierna. Y de nuevo, de todo corazón, el cielo gobierna. Amén.
Gracias, Señor, por la maravilla, la sabiduría y la belleza de Tu Palabra, y por cómo consuelas, desafías y convences nuestros corazones para vivir lo que significa creer realmente que el cielo gobierna. A través de nuestras lágrimas, a través de los misterios y las cosas que no podemos explicar de este lado del cielo, a través de todo afirmamos con Daniel y con Tus santos, a través de los años, a través de los siglos, y con alegría y acción de gracias, el cielo gobierna. Amén.
Annamarie: ¡Nunca olvidemos que el cielo gobierna –aún en los días más difíciles de nuestras vidas! Nancy DeMoss Wolgemuth nos ha estado animando a recordar esto en la conclusión de su estudio basado en el libro de Daniel. Si te perdiste algunos de los episodios anteriores en esta serie, te animo a que los leas, escuches o descargues a través de nuestra aplicación llamada Aviva Nuestros Corazones o de nuestro sitio web, avivanuestroscorazones.com.
Allí tenemos disponibles para ti cada uno de estos episodios, sus transcripciones y el recurso recomendado, de modo que puedas acceder a este contenido en cualquier momento. De hecho, te animo a que uses este material y lo estudies junto a un grupo de amigas y hermanas. Estoy segura de que arraigar tu corazón en la Palabra de Dios y en comunidad será de gran bendición para tu vida.
Persevera en la carrera de la fe, crece en sabiduría, y asegúrate de acompañarnos para una nueva serie de Aviva Nuestros Corazones.
Llamándote a libertad, plenitud y abundancia en Cristo, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Patricia de Saladín: Y recuerda que están abiertas las inscripciones para la Conferencia Mujer Verdadera 2023. Visita mujerverdadera23.com para más información.
Todas las Escrituras son tomadas de La Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación