Annamarie Sauter: Have you thought that you will never see the sunrise in your life?
Nancy DeMoss of Wolgemuth: Today we have the promise that Christ will visit this earth again for the end time, and we know that although the wait seems too long, the dawn is guaranteed. We have that promise.
Annamarie: You are listening to Revive Our Hearts with Nancy DeMoss of Wolgemuth, voiced by Patricia de Saladin.
If you've experienced long, difficult nights, you know the relief of seeing the dawn arrive. The sunrise changes everything. And perhaps that was why the priest Zechariah compared the coming of Christ to the dawn. Nancy tells us more.
Nancy: We have been looking at Zechariah's blessing, the benedictus, in chapter 1 of the Gospel of Luke. Let me read a portion of that blessing as we have been studying it. Remember what he says at the beginning, in …
Annamarie Sauter: Have you thought that you will never see the sunrise in your life?
Nancy DeMoss of Wolgemuth: Today we have the promise that Christ will visit this earth again for the end time, and we know that although the wait seems too long, the dawn is guaranteed. We have that promise.
Annamarie: You are listening to Revive Our Hearts with Nancy DeMoss of Wolgemuth, voiced by Patricia de Saladin.
If you've experienced long, difficult nights, you know the relief of seeing the dawn arrive. The sunrise changes everything. And perhaps that was why the priest Zechariah compared the coming of Christ to the dawn. Nancy tells us more.
Nancy: We have been looking at Zechariah's blessing, the benedictus, in chapter 1 of the Gospel of Luke. Let me read a portion of that blessing as we have been studying it. Remember what he says at the beginning, in verses 68 and 69: “Blessed be the Lord, the God of Israel, for he has visited us and made redemption for his people, and has raised up for us a horn of salvation…”
Then in verse 76 he says: “And you, child, (speaking of John, who would be John the Baptist), will be called a prophet of the Most High; for you will go before the Lord to prepare his ways; to give his people the knowledge of salvation through the forgiveness of their sins, through the endearing mercy of our God, with which the Dawn will visit us from above, to give light to those who live in darkness and in the shadow of death, to guide our feet in the path of peace” (vv. 76-79).
And today I want to focus only on that phrase, "with which the Aurora" or as some translations say "the dawn." "With which the Aurora will visit us from above." Going back to verse 68, he says, "Blessed be the Lord, the God of Israel, for he has visited us... for his people." Now he says in verse 78, "the Dawn" the dawn "will visit us from on high."
That word translated aurora or dawn is a wonderful word. It is the word anatole . There is a Hotel Anatole in Dallas, and possibly in other parts of the world as well; and I hadn't realized that that word literally means, "the dawn." It is often translated "east" in the New Testament. It is the place where the sun rises.
When you read in Matthew chapter 2 that “wise men from the east came to Jerusalem” (v. 1), it is that word “ anatole .” The word literally means "rising," and is used to talk about the rising of the sun and stars, or the place where the sun and stars rise.
When we read, "the Aurora will visit us from above," it is talking about the sunrise when the day breaks, the dawn, the beginning of the day, the first appearance of light, the dawn. If you look, throughout this passage we have been reading about Christ, the Messiah. The entire passage has been describing it. It is a prophecy of Christ: who he would be, what he would look like, what his role would be, what his mission would be, what he would do, and how John the Baptist would prepare the way for his coming to earth.
Here we have this beautiful and powerful description of the coming of Christ , that is the dawn, the dawn, the dawn, the dawn of the day visiting us from above, a clear reference to Christ, the Messiah. Christ is the dawn.
You can see this concept in the Old and New Testaments. You are probably familiar with the verse from Malachi in chapter 4 that says, “But for you who fear my name, the sun of righteousness will rise with salvation in its wings” (v. 2). Who is he talking about? That is a messianic promise. It's talking about Christ, the sun of righteousness will rise.
Later, in the last chapter of the Bible, in Revelation chapter 22, Jesus says: "I am the root and the offspring of David, the bright and morning star" (v. 16).
Lo vemos en 2 Pedro capítulo 1, donde habla acerca de la palabra profética de Dios, «a la cual hacéis bien en prestar atención como a una lámpara que brilla en el lugar oscuro, hasta que el día despunte (anatole) y el lucero de la mañana aparezca en vuestros corazones» (v. 19).
Ahora, mientras estaba estudiando este pasaje y estudiando esta palabra «la aurora», tengo que confesar que no soy una persona que ve el amanecer muy frecuentemente. Veo muchos más atardeceres que amaneceres, y pensé, «sabes Nancy, no puedes enseñar este pasaje sin haber visto un amanecer en quién sabe cuánto tiempo».
Así que hice un viaje al campo para ver el amanecer. Cerca de las 4:30 de la madrugada salí y me senté primero en la oscuridad y luego, cuando el día empezó a levantarse, tomé algunas notas de las impresiones de las cosas que estaba viendo y experimentando allí en mi carro, observando el amanecer.
Permíteme hacer algunas aplicaciones a nuestra vida espiritual y a nuestra situación desde este texto como creo que lo vi, observando el amanecer. Primero, es muy obvio decir que es oscuro antes del amanecer. Antes de que salga el sol, está oscuro.
Tú dirás, «bueno, eso no parece muy profundo». Pero es una imagen del mundo, de la vida y de la progresión de las cosas espiritualmente. De la misma forma que no te darías cuenta del nacimiento del sol si hubiera luz. (Quiero decir, no podrías ver el amanecer si ya hubiera luz. La razón por la que lo ves es porque está alumbrando las tinieblas). Antes del amanecer es oscuro.
Cuando salí de mi casa, estaba muy oscuro; yo estaba agitada y un poco nerviosa. Tuve que encender la luz de la entrada para poder sacar el carro porque estaba oscuro. No puedes ver en la oscuridad. Necesitas luz. Es por eso que estamos agradecidas cuando el sol se levanta y podemos tener la luz del día.
Pero también es una imagen del mundo asentado en tinieblas, esperando por la luz del amanecer, esperando por alguien que los guíe de las tinieblas a la luz. Vivimos en un tiempo de oscuridad, un tiempo muy oscuro hoy en nuestro mundo, y aún, tristemente, en muchas de nuestras iglesias.
El cristianismo evangélico ha sido invadido por mucha oscuridad. La luz de Cristo ha sido atenuada de muchas maneras. Nuestro testimonio de Su luz ha sido atenuado en diferentes maneras y donde debiera estar la luz del mundo en la tierra, Cristo brillando a través de nosotras, lo que muchas veces el mundo ve en los cristianos, es solo una luz muy tenue, si es que se puede ver.
Pero veamos ahora en el Antiguo Testamento, en Isaías, al final del capítulo 8 y principios del capítulo 9, dice que hay oscuridad, lobreguez y angustia. Dice que serán lanzados a unas densas tinieblas (ver v. 22).
Pero entonces viene el capítulo 9 de Isaías: «Pero no habrá máslobreguez para la que estaba en angustia… El pueblo que andaba en tinieblas ha visto gran luz; a los que habitaban en tierra de sombra de muerte, la luz ha resplandecido sobre ellos (vv. 1-2).
No tienes un sentido de tu necesidad de luz si no has estado en tinieblas, y el pueblo que nunca ha recibido la luz de Cristo está aún en tinieblas, aún en su pecado, aún luchando por encontrar el camino, vacilante, torpe y tropezando, aunque la mayoría de ellos no se dan cuenta. No pueden ver. Están en esa angustia de las tinieblas. Es la oscuridad antes del amanecer.
Entonces, aprendí en mi pequeño paseo al campo que puede ser fatigoso esperar que el sol se levante. Aunque debo decir que me encanta ver ese hermoso despliegue de colores en el cielo y ocasionalmente voy a observarlo. Cuando lo hago, tengo una pequeña tradición. Cada vez que veo el amanecer, canto «Grande es Tu Fidelidad», por lo general, las tres estrofas. Simplemente recuerdo la fidelidad de Dios al traerme otro día para vivir.
No recuerdo haberme sentado antes a esperar el nacimiento del sol. Me di cuenta que puede ser tedioso el tiempo entre las tinieblas y el amanecer, hay mucho gris, muchas de las tinieblas se están disipando, pero la luz no ha llegado realmente. Solamente estás esperando. La mayor parte del tiempo, pareciera que nada está ocurriendo, que nada está cambiando.
Ahora, algo está sucediendo. Algo está cambiando, pero es lento. Es casi imperceptible y me encontré aburrida, deseando rendirme y regresar a casa a la comodidad de mi cama, a esperar que saliera el sol.
Entonces pensé, «¿y qué de esos judíos esperando 400 años que el sol naciera, esperando la venida del Mesías?» ¿Cuántas veces se vieron tentados a darse por vencidos e irse a casa? ¿Cuántas veces se dijeron a sí mismos, «no va a venir»?
¿Cuán a menudo en la vida somos tentadas a rendirnos y decir? «Dios aún no ha venido. Aún no ha visitado mi situación. Él todavía no ha mostrado la luz de Su presencia en mi situación. Estoy cansada de esperar a que Dios se mueva. Estoy cansada de esperar que Dios me visite. Creo que me iré a casa. Creo que me rendiré».
Mientras esperamos por el regreso de Cristo, es fácil cansarse y pensar, «las cosas están empeorando. Está demasiado gris afuera. No hay señal de que la Aurora viene». Es fácil cansarse en la espera.
Pero hay que tener en cuenta, como alguien me dijo hoy, «hay bendición en la espera, aquellos que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas». (Isa. 40:31). Así que no es solo que estamos esperando por algo que está en camino. Es que Dios quiere ministrarnos aun en el tiempo de espera.
Y entonces, y esto ya lo he tocado antes, el proceso de la oscuridad a la luz del día ocurre gradualmente. Las tinieblas se disipan gradualmente. Hay un largo período de gris durante el amanecer, y es difícil decir exactamente cuándo la luz se manifestará afuera. Tú solo sabes que hasta un punto no podías ver, y yo estaba tomando notas bajo la luz de la calle. Y en una hora, pude ver con facilidad para escribir.
¿Cuándo llegó la luz? Realmente no podría decírtelo, aunque estaba sentada observando el reloj. Estaba tomando notas, pero ¿en qué momento? Es un amanecer gradual de la luz del día. Bueno, la entrada de Cristo a este mundo no ocurrió a través de una explosión o de un destello de luz. Él vino humildemente. Vino en un pesebre. Vino en oscuridad. Muy pocos en ese día reconocieron lo que estaba sucediendo.
Dios no irrumpió en la escena con carruajes, orquestas, relámpagos y gritos. Fue un nacimiento callado y humilde, el amanecer del día. La mayoría de nosotras no nos damos cuenta. La mayoría de nosotras no nos damos cuenta que el sol se ha levantado sobre nosotras, que el amanecer ha llegado, y no somos conscientes de que Cristo ha venido a este mundo para traer la luz.
Permíteme solo decirte, que habiéndome sentado por cerca de una hora y media o más el otro día, para observar el amanecer, esperando por él, quiero decirte que la espera vale la pena. Hay recompensa. Si esperas, verás el amanecer.
El amanecer desvanece las tinieblas. Cambia como se ve todo. Arroja luz en las cosas que han estado escondidas en las tinieblas. La luz trae las cosas a la vida. La luz del sol expone las cosas que no puedes ver de otro modo.
Me di cuenta como con la luz de la tarde, el sol expone el polvo en tu casa. Hasta que esos rayos de sol no brillan sobre las cosas, tú puedes pensar que tu casa está libre de polvo. Pero cuando entra la luz, entonces, de repente, puedes ver que hay polvo por todas partes. Hay telarañas y hay cosas que no pudiste ver hasta que la luz brilló sobre lo que antes estaba en tinieblas.
En la luz todo se ve con una apariencia diferente. Cosas que parecen aceptables en la oscuridad, cada vez que las alumbras, te das cuenta, «oh, eso no es del todo aceptable». Eso es lo que ocurre cuando el sol se levanta en nuestros corazones, brilla la luz de Cristo en nuestros pensamientos, en nuestras motivaciones, nuestra conducta, nuestras palabras. Todo acerca de nosotros viene a la luz.
Ahora, con el riesgo de sonar menos profunda, el amanecer es certero. El amanecer desde lo alto nos visitará. Sabía que si me sentaba el tiempo suficiente, el sol saldría. Y habría luz.
No iba a ser de noche todo el tiempo porque Dios ha prometido que habrá día y noche mientras estemos en esta tierra. El amanecer nos visitará. Hay una promesa que fue dada a los judíos del Antiguo Testamento de que Cristo nos visitaría, y a la larga, Dios cumplió esa promesa.
Hoy tenemos la promesa de que Cristo visitará otra vez esta tierra para el tiempo final, y sabemos que aunque la espera parece demasiado larga, el amanecer está garantizado. Tenemos esa promesa.
Sabes, creo que es esa promesa del amanecer lo que hace la oscuridad soportable, que hace tolerable lo gris, que hace la larga espera llevadera. Eso es lo que nos da esperanza. Eso es lo que nos da perspectiva.
Estaba hablando con algunas personas el otro día, quienes estaban lidiando con un gran problema en su familia, y eso solo creó un sinnúmero de estragos. Estábamos hablando acerca del amanecer de lo alto que nos visitará, de que hay esperanza.
Tarde o temprano, Cristo va a alumbrar Su luz sobre esta situación, así que no te rindas en la espera. Sigue aferrándote, pero continúa viviendo en la luz de la certeza de que vendrá el amanecer, la visitación de Cristo en tus circunstancias y en tu situación.
El amanecer es solo el comienzo del día. No es la plenitud del día. El sol continúa en aumento, por así decirlo, mientras lo vemos. Se hace mayor. Se hace más brillante. Se hace más caliente hasta que llega a su plenitud al medio día. Es hermoso ver el amanecer, pero esa no es la plenitud del día.
Pienso acerca de cómo será la venida de Cristo, como el amanecer en este mundo, nos está guiando a la plenitud del día, el último día, cuando no necesitaremos otra luz que no sea Cristo mismo. Sobre eso es que lees el final del Apocalipsis. En los días en que estás desanimada, ve a Apocalipsis y lee el último capítulo de esta historia. Mira lo que Dios va a hacer, cómo toda maldad será conquistada, cómo Cristo triunfará sobre el pecado, la muerte, la tristeza, la enfermedad y el dolor.
Estas cosas ya no serán más. La noche no será más. No habrá necesidad de sol, de luna o de estrellas en el cielo porque la gloria de Cristo, la gloria del Cordero será la luz. Será mediodía y nunca más necesitaremos la luz del sol. Eso es lo que tenemos que esperar.
Entonces, sabemos que el sol viene, y no hay nada en el mundo, de acuerdo al Salmo 19, que esté oculto de su luz. La intención de Dios fue que el sol se levantara para todo el mundo. Juan capítulo 1, dice que Jesús era la luz verdadera que alumbra a todos, y que Él venía a este mundo (ver v. 9). La luz del evangelio, la luz de Cristo, estaba destinada para el mundo entero.
En este momento, permíteme señalar que esa luz tiene una fuente. Dice Zacarías que el amanecer nos visitará ¿de dónde? Desde lo alto, desde lo alto. Es Dios quien causa que el sol salga. Es Dios quien envió a Cristo, el alba, el amanecer, la aurora, para venir a este mundo.
Dios decide cuándo el sol saldrá y cuándo el sol se ocultará. Está más allá de nuestro control. Este es un mover soberano de Dios, tanto físicamente, (literalmente) en nuestro mundo, como también espiritualmente, al enviar a Cristo para alumbrar nuestras tinieblas, al enviarlo en la encarnación, al enviarlo para alumbrar las tinieblas de nuestros días, así como en última instancia, enviará a Cristo para ser el pleno medio día.
Esto viene de lo alto. Dios es el único que envía la luz a nuestras tinieblas. Digo esto porque cuando estamos batallando con la oscuridad, sea en nuestros corazones, en nuestros hogares o en nuestro mundo, nuestra tendencia natural es a conformarnos con luz artificial, a conformarnos con lo que podemos, con formas de iluminar nuestra propia oscuridad.
Y lees acerca de esto al final de Isaías en el capítulo 50. No lo voy a citar, pero dice, ten cuidado de no encender tu propia luz, sino espera que Dios envíe Su luz. No intentes arreglarlo, no intentes cambiarlo tú misma con tu propio esfuerzo, en tu propia ingenuidad. El amanecer nos visitará de lo alto.
Quizás tú piensas, «la aurora necesita amanecer en la vida de mi esposo o en la vida de mi adolescente o en la vida de mi amiga». No puedes hacer que esto ocurra. Puedes compartir a Cristo. Puedes alumbrar la luz de Cristo pero es Dios quien hace el clic. Dios es el único que hace que aparezca el amanecer.
Ocurrió en Génesis 1. «La tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo» pero «el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas. Entonces dijo Dios: sea la luz. Y hubo luz» (v. 2-3).
Cuando Dios habla la Palabra, luz vendrá al corazón de ese que tú amas. Ahora tú ora por eso. Espera por eso. No te rindas de esperar por eso, sino recuerda que Dios es el único que lo puede hacer.
Madre, a la larga tú no puedes ser la que encienda la luz en el corazón de tu hijo. Puedes orar por eso. Puedes crear un ambiente donde brille la luz de Cristo, pero Dios es el único que puede ayudarlo a ver la verdad.
Dice 2 Corintios en el capítulo 4 versículo 6, que es Dios quien dijo, «que de las tinieblas resplandeciera la luz». Él es el único que «ha resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Cristo».
Mientras oras por aquellos que amas, mientras oras por las tinieblas en tu comunidad o las tinieblas en tus circunstancias. Eso es lo que necesitamos hacer, orar para que Dios brille «para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Cristo» que todos los hombres vengan a la luz.
Jesús dijo: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de vida» (Juan 8:12).
El alba de lo alto nos visitará. Así que cantemos en esta época del año,
Cantad, cantad, que vuestro Emanuel
Vendrá a ti muy pronto Israel...oh, oh, ven Emanuel
Oh ven, oh ven, glorioso Rey de Sión
Y ten Tu trono en cada corazón
Disipa toda la oscuridad
Y enséñanos Tu santa voluntad
Ven Emanuel, soberano Rey
Cantad, cantad, que vuestro Emanuel
vendrá a ti muy pronto Israel...oh, ven
Annamarie: Estoy tan agradecida por enseñanzas como la que escuchamos de Nancy DeMoss de Wolgemuth. Nuestro estudio del Himno de Zacarías me ha ayudado a crecer en mi entendimiento de lo que es la Navidad, y cómo se relaciona con la salvación y la compasión de Dios.
Si te has perdido cualquiera de los programas en esta serie, escúchalo o lee la transcripción en AvivaNuestrosCorazones.com.
Nancy: En Aviva Nuestros Corazones, estamos comprometidas a enseñar la Palabra de Dios a las mujeres. Eso es lo que ellas necesitan aprender y escuchar. Eso es lo que hace la diferencia. Es la verdad que libera a las personas y cambia sus vidas. Los canales de comunicación pueden cambiar, los medios que usamos para compartir la Palabra de Dios, pero el compromiso con la verdad permanece inmutable, no cambia.
Estamos viviendo en una época única cuando nuevos canales de comunicación se están abriendo paso todo el tiempo. Pero al mismo tiempo, nuestro corazón continúa proclamando la verdad de Dios a través de los medios tradicionales como la radio, que todavía es un gran medio para alcanzar cientos de miles, millones de mujeres cada día.
Cuando apoyas Aviva Nuestros Corazones nos estás ayudando a continuar ministrando en los niveles actuales y también nos estás ayudando a sacar ventaja de algunas de esas nuevas oportunidad de emisión.
Así que esperamos que puedas considerar el unirte a nosotros durante este mes de diciembre, y hacerte colaboradora de Aviva Nuestros Corazones. Ahora es el tiempo para un gran movimiento de avivamiento en los corazones de las mujeres cristianas alrededor del mundo. ¡Tú puedes ser parte de esto!
Annamarie: ¡Así es!
Si nos has estado escuchando por algún tiempo y quieres convertirte en una colaboradora mensual, o dar una ofrenda especial este mes de diciembre, hazlo a través de nuestro sitio web, AvivaNuestrosCorazones.com.
También puedes ser parte de lo que Dios está haciendo en medio nuestro, asistiendo a la Conferencia Mujer Verdadera 2020, para toda Latinoamérica. Esta se llevará a cabo en la ciudad de Monterrey, en México, los días 13 y 14 de marzo del año entrante. Visita MujerVerdadera20.com para enterarte de los detalles y registrarte. Allí en MujerVerdadera20.com también podrás adquirir tus entradas para participar del concierto con Jonathan y Sarah Jerez el viernes 13 en la noche. Será abierto para el público en general, ¡así que asegúrate de adquirir tus entradas!
When considering the first Christmas, we might think that the world was not ready to receive Jesus. And we, today, can be guilty of exactly the same thing and reject the presence of Jesus. Nancy will explain this to us in the next program. Join us at Revive Our Hearts .
Revive Our Hearts with Nancy DeMoss of Wolgemuth, a ministry made possible by your support, is an outreach ministry of Life Action Ministries.
All Scriptures are taken from the New American Bible unless another source is indicated.
Oh Your Fidelity, Diana Cardona, Grace ℗ 2014 Diana Cardona
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
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