El aliento desde la perspectiva de un pastor
Débora: El Pastor Crawford Loritts cree que muchas personas buscan que su pastor apoye sus propias agendas. Pero, ¿qué tal si más bien dijéramos algo como esto?:
Pastor Crawford Loritts: «Muy bien, pastor, esto es lo que hay en mi corazón: ¿Cómo puedo ajustar esto para asegurarme que estoy maximizando mi contribución hacia donde la iglesia se dirige?».
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 7 de octubre de 2024.
En algunos lugares, octubre ha sido designado como el mes de la apreciación pastoral, así que nos encontramos en esta serie titulada «Alienta a tu pastor». En unos minutos, Crawford Loritts compartirá su corazón como pastor. Él te mostrará algunas maneras prácticas en que puedes alentar a los líderes que Dios ha puesto en tu iglesia local.
Primero escucharemos a Nancy, ella nos estará llevando a la Escritura …
Débora: El Pastor Crawford Loritts cree que muchas personas buscan que su pastor apoye sus propias agendas. Pero, ¿qué tal si más bien dijéramos algo como esto?:
Pastor Crawford Loritts: «Muy bien, pastor, esto es lo que hay en mi corazón: ¿Cómo puedo ajustar esto para asegurarme que estoy maximizando mi contribución hacia donde la iglesia se dirige?».
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 7 de octubre de 2024.
En algunos lugares, octubre ha sido designado como el mes de la apreciación pastoral, así que nos encontramos en esta serie titulada «Alienta a tu pastor». En unos minutos, Crawford Loritts compartirá su corazón como pastor. Él te mostrará algunas maneras prácticas en que puedes alentar a los líderes que Dios ha puesto en tu iglesia local.
Primero escucharemos a Nancy, ella nos estará llevando a la Escritura para mostrarnos por qué es tan importante alentar a nuestros pastores.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Estoy tan agradecida por la cantidad de pastores piadosos y líderes espirituales que el Señor ha puesto en mi vida a lo largo de los años. Pienso en el pastor Earl Connors que ahora está con el Señor, él fue que me bautizó cuando tenía cinco años de edad, tengo dos recuerdos del pastor Connors, más allá de mi bautismo, uno son sus oraciones pastorales los domingos en la mañana.
Cuando era una niñita me parecía que la eternidad había llegado cuando este hombre oraba, parecían ser oraciones pastorales muy, muy largas. Pero ahora cincuenta años más tarde lo recuerdo a él orando por su pueblo.
También puedo recordar cuando servía la Cena del Señor, la comunión y como él pasaba los elementos a los diáconos y a los ancianos, y después de pasarlos él citaba pasajes memorizados del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento acerca del sacrificio, el cuerpo y la sangre de Cristo.
Y tengo ese recuerdo del pastor Connors lavando la congregación con la Palabra de Dios y orando por nosotros. Luego pienso en Bill Hogan, el pastor bajo el cual crecí durante muchos años; él me dio amor por la Palabra, construyó un fundamento en la Palabra de Dios para mi vida, e inculcó en mi corazón un amor por la enseñanza y por la predicación expositiva de la Palabra.
Y pienso en muchos otros líderes espirituales, profesores de escuela dominical, líderes de jóvenes, ministros de música, personas que han ministrado mi vida, que han pastoreado mi corazón, que han cuidado de mi alma.
Hoy quiero que vayamos al libro de Hebreos al capítulo 13. Vamos a ver tres versículos diferentes en ese pasaje que nos hablan sobre nuestras responsabilidades hacia nuestros líderes.
Hebreos capítulo 13, comenzando en el versículo 7. El autor dice: «Acordaos de vuestros guías». Ahora, algunas de sus traducciones dirán: «Acordaos de vuestros pastores». Esas palabras guía o pastores, significan lo mismo. «Acordaos de vuestros guías; acordaos de vuestros pastores que os hablaron la Palabra de Dios. Considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe».
De nuevo, en este pasaje vemos tres responsabilidades de los líderes. ¿Qué deben ellos hacer? Ellos deben liderar, pastorear o guiar el rebaño. Ellos deben ser líderes siervos.
En segundo lugar ellos deben hablar o enseñar la Palabra de Dios. Esa es su responsabilidad: hablarnos la Palabra de Dios.
Y luego, ellos deben ser para el rebaño un ejemplo fiel y piadoso a imitar. Ellos deben vivir una vida de fe y pureza, y con su ejemplo decir como el apóstol Pablo les dijo a los Corintios, «imítenme a mí, como yo imito a Cristo».
Ahora, ¿qué haremos nosotras? Bueno, nosotras vamos a recordar esas personas. Nosotras debemos aprender de las vidas de los líderes piadosos. Y creo que aquí está hablando no solo de los líderes en el presente, actuales sino también del pasado. Y es por eso que algunas veces tomo tiempo para reflexionar en los líderes que Dios ha puesto en mi vida a través de los años; algunos de ellos ahora ya están con el Señor, pero aun así los recuerdo y recuerdo el ejemplo de sus vidas.
Debemos imitar su fe. Eso significa que debemos emular las características piadosas en las vidas de aquellos que nos han enseñado la Palabra de Dios. Estoy tan agradecida de que Dios me ha dado pastores a través de los años quienes han sido hombres de integridad, hombres de un carácter piadoso.
Ahora, el autor de Hebreos continúa diciendo en el versículo 8: «Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos. No os dejéis llevar por doctrinas diversas y extrañas…» (v. 8-9). Creo que en este contexto él está diciendo: «recuerden que los líderes van y vienen, pero hay un líder que permanece siendo el mismo: Jesús quien nunca cambia. Pon en Él tu confianza. Sigue el ejemplo de los líderes, pero recuerda que tu líder máximo es Cristo. Pon tu esperanza en Él. Él es el único que nunca fallará».
Y eso, por cierto, es una protección contra el dejarse llevar por los falsos maestros y las doctrinas erróneas, para evaluar todo lo que escuchamos a la luz de lo que hemos aprendido de la Palabra de Dios, lo que hemos sido enseñadas por ministros fieles de la Palabra de Dios.
Ahora continúa en el versículo 17, los versículos 17 y 18, del capítulo 13 de Hebreos. «Obedeced a vuestros dirigentes», o aquellos que te guían. Obedeced a aquellos que te guían. La Biblia de las Américas dice: «Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta. Permitidles que lo hagan con alegría y no quejándose, porque eso no sería provechoso para vosotros».
Ahora, la implicación aquí es que los líderes espirituales en la iglesia tienen una responsabilidad dada por Dios para dirigir, para guiar, para gobernar sobre el rebaño. Ellos han sido investidos con la autoridad de Cristo quien es el Pastor supremo. Cuando ellos dirigen, ellos lo representan a Él.
Es una enorme responsabilidad la que ellos tienen de representarlo a Él bien y de guiarnos en Su nombre. Ellos tendrán que dar cuentas por cómo ellos guiaron o cómo gobernaron el rebaño y por la condición espiritual de su rebaño. Esa es una gran responsabilidad. Es por eso que nosotras necesitamos orar por estos hombres. Ellos darán cuenta por nuestra condición espiritual.
Ellos son responsables de velar por nuestras almas, pero ¿cuál es nuestra responsabilidad? Seguir, obedecer su enseñanza, someternos a su liderazgo y a su autoridad espiritual. Nosotras tendremos que dar cuenta por cuán bien los seguimos, por cuán bien nos hemos sometido a su enseñanza.
Si ves alrededor hoy en día, encontrarás muchas iglesias donde no funciona de esa manera, donde la congregación gobierna a los líderes. Y es por eso que pienso que es importante hacer notar que bíblicamente los líderes son los que están supuestos a liderar. La congregación no está para gobernar sobre los líderes. Eso no es bíblico.
Y qué sucede en estas iglesias, en estas congregaciones donde hay este pequeño núcleo de energía, en tantas iglesias hoy en día, pequeñas iglesias, grandes iglesias donde la gente es terca, obstinada y en muchos casos pienso que tal vez ni siquiera son creyentes. Pueden ser cizaña en medio del trigo, pero a lo mejor, son cristianos que están andando en pecado. Son tercos, obstinados, y ellos quieren estar a cargo. Así que mantienen su opinión por encima de la del pastor, por encima de la de los líderes. Ellos dicen: «tienes que hacerlo a mi manera».
Este pasaje nos está diciendo: «dejen que los líderes guíen», que sean líderes. Ellos tienen que darle cuenta a Dios. ¿Y qué tenemos que hacer nosotros? Ser sensibles, ser sensibles a nuestros líderes espirituales y seguir su enseñanza.
Ahora, nosotras estamos asumiendo que su enseñanza proviene de la Palabra de Dios. No estamos hablando aquí de obediencia ciega. No estamos hablando sobre un culto donde tú sigues al líder al punto donde tú bebes cianuro o se cometen suicidios en masa. Eso no es bíblico.
Ellos son responsables de enseñar la Palabra de Dios, y nosotras necesitamos estar buscando en las Escrituras y asegurarnos de que en última instancia estamos obedeciendo a la Palabra de Dios. Asumiendo que tenemos un pastor que está enseñando la Palabra de Dios, hemos de seguir su enseñanza. Debemos escuchar su enseñanza. Debemos prestar atención a su consejo bíblico.
Cuando tus líderes espirituales se presenten delante de Dios, como lo harán algún día, para dar cuenta de su rebaño, por tu vida, ¿podrán ellos hacerlo con gozo? Ellos tendrán que decirle al Señor: «He pastoreado este rebaño. Lo hice al máximo de mi capacidad». ¿Podrán ellos hacerlo con gozo, o tendrán que hacerlo con dolor, como dicen las Escrituras?
Ellos están encargados de velar por tu alma. ¿Estás tú siguiéndolos de tal manera que cuando ellos den cuenta, ellos serán capaces de decir: «Señor, aquí están las almas de las personas que cuidé. Aquí está el rebaño que Tú me diste. Yo lo traigo a Ti, y ellos están en buena condición»?
Y cuando tú te presentes delante de Dios para dar cuenta, como lo harás algún día, ¿podrás decir, «Señor, he seguido el liderazgo espiritual que Tú has puesto en mi vida, los pastores, los maestros, los líderes, los ancianos, los diáconos y otros líderes espirituales, padres, esposos»? ¿Has seguido a tus líderes?
Y en última instancia, una vez más, permítanme decir que nuestro líder es Cristo. No estamos hablando aquí de obediencia ciega. Dios nos ha bendecido a muchos de nosotros con líderes espirituales que tienen un corazón para Dios. Ellos aman al Señor. ¿Estamos haciendo que sea más fácil para ellos guiarnos espiritualmente, o se lo estamos haciendo difícil? ¿Los estamos apoyando? ¿Estamos levantando sus manos?
El apóstol Pablo les dice a los Tesalonicenses: «Porque ¿quién es nuestra esperanza o gozo o corona de gloria? ¿No lo sois vosotros en la presencia de nuestro Señor Jesús en su venida? Pues vosotros sois nuestra gloria y nuestro gozo».
Quiero que mis líderes espirituales puedan decir eso de mí, que yo soy gloria y gozo para ellos, que yo soy una bendición para ellos, que hago su trabajo más fácil, que los aliento, que los levanto, y que respondo a su enseñanza y respondo a su liderazgo, y que eso hace de su trabajo de pastorear un gozo.
Débora: ¿Le traes gozo a tu pastor? Nancy DeMoss Wolgemuth te ha estado mostrando cómo puedes animar a aquellos que ocupan posiciones de liderazgo en tu iglesia local.
Nancy habló con el Pastor Crawford Loritts sobre esto, durante una conferencia de Revive Our Hearts hace unos años. Ella le preguntó en qué consiste ser pastor y cómo pueden las mujeres alentar a los líderes que Dios les ha dado. Escuchemos esta conversación.
Nancy: Mientras estamos aquí quiero simplemente tomar unos pocos minutos para dejar que el pastor Loritts diga algunas palabras de aliento, de sabiduría o exhortación que él tenga para nosotras como pastor, viniendo del corazón de un pastor. Damas, necesitamos escuchar a los hombres de Dios que Él ha puesto en posiciones de anciano o de liderazgo pastoral, y aquí tenemos uno hoy.
Así que, Pastor Crawford Loritts, solo pastoréenos por unos pocos minutos aquí. Primero que nada, solo una palabra de aliento sobre el ministerio de mujeres, ¿qué diferencia puede hacer? Desde su perspectiva, ¿cómo puede bendecir a la iglesia local?
Pastor Loritts: Sí. Creo que la diferencia que puede hacer es enorme. Como pastores es exactamente lo que necesitamos, ver a las mujeres en nuestra iglesia alineadas con la visión y hacia dónde se dirige la iglesia y tener aliados proactivos entre las mujeres.
Aunque lo intentemos, hay diferencias significativas de género, y yo soy un pastor, pero soy un hombre, y necesito a alguien en nuestro equipo que me ayude a hablarle al género femenino y que me ayude a pastorear el corazón de nuestras mujeres. Por lo que es realmente, realmente enorme.
Nosotros tenemos una directora del ministerio de mujeres en nuestra iglesia, y ella hace un gran trabajo nutriendo y ayudando. A menudo ella me dice al oído, «Crawford, tienes que pensar en hacer estas cosas». Y ella es parte de nuestro equipo en ayudarnos con nuestra estrategia. Así que pienso que es excelente.
Lo mayor que puedes hacer por tu pastor y por tu iglesia, y esto suena como un cliché, pero hay que hacerlo una prioridad al orar, es, ora por tus pastores. Los pastores son humanos. No somos la cuarta persona de la Trinidad. Tenemos demasiadas cosas en nuestra bandeja y algunas veces tú puedes venir, cuando tú tienes una visión por algo, y yo he estado ahí, cuando uno tiene la visión de algo. El problema es que algunas veces la visión se vuelve un tanto desproporcionada en la forma como se la presentas a él.
En otras palabras, la visión se convierte en lo único que la iglesia hace. Y así lo que termina sucediendo es que tú piensas que él está a la defensiva, y puede que lo esté. Sabes, solo somos humanos. Él puede estarlo, pero tú piensas que él está a la defensiva, y tú necesitas saber que cuando sales de su oficina, hay otros asuntos que se encuentran en su escritorio. Hay otras necesidades. Hay necesidades del ministerio de estudiantes. Hay necesidades de las familias monoparentales; hay problemas allí.
Así que, piensa en términos de ser parte de un todo, y entender que tu rol es contribuir con la visión, no solo influenciar con lo que tú estás haciendo. ¿Me doy a entender? Así que cuando tú piensas de esta manera, vas a lograr cosas como una aliada y no como una rueda chillante que está tratando de conseguir un poco de aceite.
Nancy: Amigas, hermanas, ¿están entendiendo? O ¿Necesitamos alguna otra clarificación?
Así que mientras piensas acerca del ministerio de mujeres en tu iglesia, sé que Karen ha estado realmente activa en ministrar a las mujeres, también, ¿cuáles son algunas maneras en que nosotras como mujeres podemos levantar las manos, animar, ser un soporte, bendecir a los pastores, a los líderes espirituales en la iglesia?
Pastor Loritts: Creo que la primera pregunta que debes siempre hacerle a tu pastor es: «Pastor, ¿qué hay en su corazón?»
Nancy: En vez de: ¿«Pastor, esto es lo que hay en mi corazón»?
Pastor Loritts: Exacto. Tenemos que ser mayordomos de hacia dónde nos estamos dirigiendo como iglesia, de nuestra visión. ¿De acuerdo? No podemos alejarnos de eso.
Pero tenemos que andar al lado de las personas que están llamadas ahí, y debo entender que Dios les ha dado medios increíbles para ayudar a hacer la visión una realidad. Así que nuestro rol como líderes es venir a ellos y preguntarles: «¿Qué hay en tu corazón? ¿Cómo puedo eliminar las barreras y los obstáculos?»
Así veo mi rol de esta manera, también. Ahora, funciona en ambas vías. Tú necesitas venir a tu pastor y hacerle la pregunta. Vamos un poco atrás. Subamos a treinta mil pies. «¿Hacia dónde vamos como iglesia? ¿Qué hay en tu corazón? ¿Qué hay en el corazón de los líderes aquí? Muy bien, Pastor, esto es lo que hay en mi corazón: ¿Cómo puedo yo contribuir y ajustar esto para asegurarme de que estoy maximizando mi contribución hacia donde la iglesia se dirige?
Muchas personas están buscando una plataforma para apalancar su ministerio en lugar de una oportunidad para completar la visión, y yo creo que debemos pensar de una manera diferente, y no creo que ningún pastor en su sano juicio pueda… de hecho, cualquier pastor podría caerse muerto si vienes a él de esta manera. Él diría, «¡Wow! ¿De dónde salió esto?»
No esperes, no malentiendas, no asumas hostilidad. Ahora, los pastores pueden ser inseguros. Los pastores pudieran verte como una amenaza.
Nancy: Por supuesto, los ministerios de mujeres, nunca son inseguros.
Pastor Loritts: No. . . bueno, voy a dejar que tú hables de eso.
Nancy: Creo que todos somos inseguros, ¿no es cierto?
Pastor Loritts: Cierto. Bueno, llevamos nuestras cosas con nosotros, pero pienso que si das más de lo que esperas conseguir de él, te vas a sorprender del aliado que tendrás.
Nancy: Wow, eso vale la pena escribirlo. Si inviertes o si das más de lo que esperas recibir de él, te sorprenderías del aliado que podrías tener.
Suena como si realmente estuvieras hablando acerca del corazón de un siervo.
Pastor Loritts: Absolutamente. Me ha tomado años llegar ahí. Soy muy testarudo. Soy impulsivo. De las cosas que hablo firmemente es porque he estado en el horno de Dios con respecto a eso. Así que solo puedo decirles eso.
Pero tienes que llegar al punto en que realmente creas que nadie te va a robar nada, y dejar de hacer tu ministerio personal. No lo hagas una declaración de tu propio significado y valor, y cuando pienses en la causa, cuando pienses en contribuir, cuando pienses en el reino, es increíble cuán satisfecha vas a estar.
Nancy: Tenemos cientos de esposas de pastores con nosotros que nos escuchan. Quisiera que Karen pudiera estar aquí este fin de semana, y Karen yo sé que desearía poder estar aquí.
Pastor Loritts: Sí, yo también. Yo estoy nervioso de cómo saldrá todo esto. Me asusta… pensar que Nancy me pregunte algo y yo tenga que decirle, «no sé».
Nancy: Como una mujer en la iglesia, porque muchas de nosotras estamos liderando ministerios de mujeres, ¿cómo podemos ser de estímulo y de bendición para las esposas de nuestros pastores?
Pastor Loritts: Simple, reduce tus expectativas de ella. Ahí es donde todo comienza.
Nancy: Creo que pudiera escuchar algunos «amén» de ahí afuera. Ahí es donde están cientos de esposas de pastores.
Pastor Loritts: Ahora, quiero decir algo a las esposas de pastores, y por favor, por favor no escuchen esto como que estoy hablando de un vestidor de hombres, ¿ok? Pero necesito decir esto: Una de las duras lecciones que he aprendido en la vida y en el liderazgo es que las personas te van a tratar de la manera que tú dejes que ellos te traten. Yo no digo esto con optimismo de ninguna manera. Pero creo que las esposas de los pastores… lo que te voy a sugerir es que proyectes la manera en la cual esperas que las personas te traten.
Establece algunos límites saludables y quita la presión de sobre ti misma de tener que coincidir con los dones públicos de tu esposo. No necesariamente tienes que hacer eso. Necesitas ser libre de hacer lo que Dios te ha llamado a hacer y tu esposo tiene que asegurarse de decirle a los ancianos de la iglesia, «no, ustedes me contrataron a mí. Ustedes no contrataron a mi esposa. Y no se espera que ella sea todas estas cosas. Denle libertad para ser quien ella necesita ser».
Creo que como líderes de ministerios de mujeres, francamente, ustedes deberían aceptarlas por lo que ellas son. Ellas no tienen que estar en el consejo de liderazgo de las mujeres. Ellas no tienen que ser… solo acepten lo que sea que ella traiga a la mesa. Ella es tu hermana solo que está casada con el pastor.
Así que pienso que todo el mundo necesita relajarse en esto y aplacar las cosas y dejar de tener esa mentalidad de fraternidad en el liderazgo de la iglesia y esta cosa de que todo debe seguir el mismo patrón, y dejar de poner más presión sobre las personas que la que Dios quiere poner sobre ellas.
Quisiera que los hombres estuvieran aquí porque pienso que esto es más un problema de que el esposo tome el liderazgo con su esposa y le diga, «cariño, solo tienes que ir a ser lo que Dios te ha llamado a ser, y montarte lo más rápido que puedas en la bicicleta que te ha sido dada, y no dejes que nadie más te dé otra bicicleta».
Nancy: Así es y antes que el pastor Crawford se vaya y regrese a su iglesia en Atlanta, hay miles de mujeres que nos escuchan y que están sirviendo en su iglesia local. ¿Hay algo más que usted quisiera decir desde el corazón de un pastor para nosotras?
Pastor Loritts: Lo único que me gustaría decir es esto… Shane Freeman, quien fue uno de los miembros de nuestro staff, él es un joven excepcional, gran predicador, pastor de los ministerios de adultos… Yo escuché a Shane decir el otro día, «el regalo más grande que puedes dar a aquellos alrededor de ti es un saludable y piadoso tú». Eso sería lo que yo diría.
Vamos a asegurarnos de que tenemos visión, pero vamos a poner esa visión aquí. Vamos a poner el caminar con Dios aquí. Eso es todo. Y en un caminar saludable con Dios, habrá un desborde de ideas y de visión, y Dios te usará en maneras que nunca soñaste.
Nancy: ¿Cómo podemos orar por nuestros pastores, por usted y por nuestros pastores?
Pastor Loritts: Ser un pastor es estresante, no importa el tamaño de la iglesia, yo diría que si es menor de quinientos, es aún más estresante, en serio. Así que independientemente del tamaño de la iglesia, ser un pastor, de cierta manera, es un trabajo que puede deshacer a una persona.
Así que pienso que lo que tenemos que hacer es orar por la protección de Dios para tu pastor. Ora para que él tenga las prioridades de Dios en función de lo que él hace. Ora para que él dé de la abundancia de su caminar con Dios.
Y ora para que él les dé a las personas a su alrededor el regalo de un «no» santificado; que hay algunas cosas que él simplemente no puede hacer, y que él lo diga sin culpa. Todos nosotros como pastores luchamos con esto, absolutamente luchamos con esto.
Así que creo que oraré por ellos, y tú puedes orar por mí. Yo pastoreo una maravillosa iglesia, absolutamente maravillosa. Esas personas me aman, y no sé por qué, y yo los amo a ellos. Es fantástico. Dios está trabajando en nuestra iglesia, pero nosotros somos como cualquier otra iglesia. Dios tiene mucho más para nosotros, y parece que aquí en los últimos años, mi corazón ha sido realmente golpeado por un avivamiento.
Tenemos que salir de estas cosas de la cultura del cristianismo, de este tipo de la fase de la industria del cristianismo, y buscar la realidad de la presencia manifiesta de Dios; he estado predicando mucho sobre esto. De hecho, eso parece ser el telón de fondo de casi todos los mensajes que he estado dando últimamente.
Así que oren por nuestra iglesia. Si las iglesias de nuestros países experimentaran un derramamiento del Espíritu de Dios, no se sabe lo que pueda pasar alrededor de este mundo.
Débora: El Pastor Crawford Loritts estará de regreso para orar.
Esa conversación entre Nancy DeMoss Wolgemuth y el Pastor Crawford Loritts es parte de la serie titulada «Alienta a tu pastor». Si te perdiste el episodio anterior, escúchalo o léelo en AvivaNuestrosCorazones.com.
Cuando nos visites asegúrate de descargar el reto de «30 días de oración por tu pastor». Orar por él es una manera importante en que puedes alentarlo.
El día de mañana escucharemos a una dulce amiga cuyo marido sirvió en el ministerio pastoral durante casi cincuenta años, Jani Ortlund. Ella nos ayudará a entender algunos de los desafíos y presiones únicos que conlleva estar casada con un pastor. No te pierdas este episodio. ¡Te esperamos aquí en Aviva Nuestros Corazones!
Cerremos este programa en oración junto a Crawford Loritts y Nancy.
Nancy: Hermano Crawford, ¿podría orar por nosotros?
Pastor Loritts: Claro.
Señor, ¿podrías liberar y desencadenar Tu visión en los corazones y vidas de estas mujeres? Señor, ¿les darías ideas y obras que ayuden a avanzar la causa de Cristo? Y al mismo tiempo, Padre, que todos conozcamos el calor de Tu presencia, oh, Señor. Que podamos dar de la abundancia de un fresco encuentro contigo.
Que Tú seas la persona más amada y más cercana a nuestras vidas y en nuestras vidas. Y, Señor, que las personas no solo nos conozcan por lo que logramos para el reino, sino que ellos perciban que nosotros realmente amamos a Jesús. Señor, haz Tu voluntad en nosotros y úsanos, oramos, en el nombre de Jesús, amén.
Débora: Alentando a nuestros pastores juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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