Dos tipos de temor
Dannah Gresh: Mary Kassian afirma que la verdadera confianza requiere un entendimiento correcto del Señor.
Mary Kassian: Todos los problemas de confianza que tenemos provienen de una visión inadecuada de Dios. No vemos a Dios lo suficientemente grande, firme, poderoso, digno, glorioso y hermoso.
Cuando veamos Su grandeza comenzaremos a temerle, y entonces, el temor de nuestros problemas o circunstancias comenzará a desvanecerse.
Dannah: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de Adornadas, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 12 de octubre de 2023.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Si pudieran ver dentro de nuestros corazones, creo que descubrirían que la mayoría de nosotras somos por naturaleza personas temerosas. No sé a qué le puedas tener temor, pero me han dicho que si eres falacrofóbico significa que le temes a la calvicie y a las personas que son calvas.
Si eres aerofóbico significa que le tienes temor …
Dannah Gresh: Mary Kassian afirma que la verdadera confianza requiere un entendimiento correcto del Señor.
Mary Kassian: Todos los problemas de confianza que tenemos provienen de una visión inadecuada de Dios. No vemos a Dios lo suficientemente grande, firme, poderoso, digno, glorioso y hermoso.
Cuando veamos Su grandeza comenzaremos a temerle, y entonces, el temor de nuestros problemas o circunstancias comenzará a desvanecerse.
Dannah: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de Adornadas, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 12 de octubre de 2023.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Si pudieran ver dentro de nuestros corazones, creo que descubrirían que la mayoría de nosotras somos por naturaleza personas temerosas. No sé a qué le puedas tener temor, pero me han dicho que si eres falacrofóbico significa que le temes a la calvicie y a las personas que son calvas.
Si eres aerofóbico significa que le tienes temor a las corrientes de aire, como ventanas y puertas por las que pasen corrientes de aire. Y luego esta –y déjame ver si puedo decir esto– la porfirofobia, ¡es el temor al color púrpura! No conozco a nadie así, pero quizás tú sí.
O si has sido diagnosticada con papirofobia que significa que le tienes temor al papel. Bueno, la lista es muy grande. Otro temor interesante es la fobofobia. Como puedes adivinar, es el temor a tener temor. Increíble.
Bueno, la palabra de Dios tiene mucho que decir sobre el temor –mucho qué decir. Y como sabrás, no todo es negativo. En otras palabras, hay algunas cosas que deberíamos temer y otras a las que no deberíamos temer.
Nuestra invitada de hoy es mi querida amiga, Mary Kassian. Si escuchas regularmente Aviva Nuestros Corazones, probablemente el nombre y la voz de Mary te resulten familiares.
Ella fue una de nuestras conferencistas en la conferencia Revive ’21. Su libro más reciente se titula La verdadera confianza. Este libro aborda tanto el temor saludable como el no saludable. Aquí está Dannah Gresh con Mary Kassian para hablar sobre estos dos tipos de temor.
Dannah: Bueno, Mary, ¡es increíble lo que aprendes sobre tus amigos cuando te preparas para entrevistarlos! Leí tu biografía –no sentía que necesitaba hacerlo– pero no sabía que eras una fanática del snorkel o el buceo.
Mary: ¡Me encanta bucear!
Dannah: ¿Te encanta el buceo?
Mary: Así es. Me encanta bucear.
Dannah: Tenemos que ir algún día.
Mary: Tenemos que reunirnos en algún lugar cálido para bucear. ¿No sería divertido?
Dannah: ¡Me encantaría! Hace un par de veranos, Bob me llevó a una excursión de buceo. Yo soy la amante del snorkel en la familia. Así que dije: «Voy a salir del hotel». Leí en Internet que hay una comunidad online de aficionados del buceo, que describe dónde puedo encontrar ciertas cosas.
Aparentemente, había una anguila eléctrica justo al norte de nuestro hotel, en una grieta en el mar. Y dije:«¡Voy a encontrarla!» Estaba muy emocionada. ¡Nunca he encontrado una anguila eléctrica bajo el agua! Así que escuché las instrucciones y seguí el camino.
Y de repente, ahí estaba en toda su gloria con una especie de círculos redondos sobre ella, estos puntos y colores bronceados y su boca abriéndose hacia mí, y sus globos oculares… Y, Mary, estaba aterrorizada, ¡absolutamente aterrorizada! Me imaginé que cuando llegara allí sería como, «vamos a pasar el rato, voy a observarla». Eso es lo que hago cuando encuentro algo bajo el agua, ¡pero salí del agua tan rápido como pude! ¡Tenía temor!
Mary: Me encanta bucear, pero recuerdo cuando Brent y yo aprendimos a bucear. Nos metimos a la piscina con instrucciones, y tuve lo que puedo describir como un verdadero ataque de pánico tan pronto me sumergí en el agua con todo mi equipo.
Y eso realmente me sorprendió, porque me encantan las aventuras extremas y hacer cosas de ese tipo. No conecté los puntos hasta después y pensé, «bueno, ya sé por qué pasó eso». Es porque tengo asma intermitente y el temor de no poder respirar ¡es enorme! Siempre que siento que no puedo respirar es muy difícil para mí, y mi corazón comienza a palpitar con fuerza y me da mucha ansiedad.
Hay tantas cosas diferentes a las que las mujeres temen en sus vidas; la lista es casi interminable. Va mucho más allá del buceo o del paracaidismo o de las anguilas eléctricas –¡lo cual habría sido genial! Me habría encantado ver una anguila eléctrica. Pero existen otros temores, como el temor a la desaprobación o el temor a la decepción, a la dificultad.
Dannah: El temor a hablar frente a los demás, ese es uno grande.
Mary: Exacto, ese es uno enorme. El temor a la humillación, a enfermarse. ¿Y qué me dices del temor al COVID? Agreguemos ese a la lista, el temor de contagiarse del COVID. Incluso, algunas personas tienen temor a cosas extrañas, como temor a tener éxito.
Dannah: A llamar excesivamente la atención.
Mary: Temor a no ser amadas, temor a ser desconocidas. Para las mujeres mayores, creo que el temor a envejecer, el temor a perder tus propias capacidades y habilidades, el temor a no tener suficiente. Hay muchos tipos de temor.
Ya que estamos hablando de la confianza, el temor es realmente el enemigo de la confianza. El temor viene de muchas formas y tamaños diferentes. Puede mostrarse como estrés o ansiedad, o como un gran ataque de pánico parecido al que tuve bajo el agua con mi equipo de buceo. Puede ser aterrador.
O puede ser temor a que alguien me ataque o entre a robar a mi casa. O puede ser simplemente ese agitado nivel de malestar y ansiedad del día a día. Todos estos son temores, todos estos caen en esa categoría –ya sea lento y de bajo nivel, continuo o repentino y de alto nivel de pánico. Todos estos son enemigos de la confianza.
Dannah: Ayer aprendimos que la confianza consiste en depositarla en una sola fuente, Dios. Es por eso que necesitamos vencer el temor. Pero, si tengo temor a un oso, eso es algo bueno, ¿no? ¿Hay alguna situación en la que el temor sea bueno?
Mary: Bueno, eso es lo interesante de la fórmula bíblica para la confianza. Hay un versículo que mencioné ayer en el programa, Proverbios 14:26: «En el temor del Señor hay confianza segura…»
Esto es como una paradoja, porque por una parte el temor es el enemigo de la confianza, porque disminuye nuestra confianza. Pero, por otra parte, nos dice que en el temor del Señor es donde vamos a encontrar una fuerte confianza.
Así que la Biblia tiene esta clase de fórmula para la confianza, en donde la manera de vencer el temor es con más temor, o mejor dicho, un tipo de temor distinto.
Dannah: De acuerdo, entonces como estaba diciendo, el temor no siempre es malo. Si un oso me persigue, ¡tengo que correr!
Mary: ¡Eso sería muy inteligente! O cuando tropiezas, estas apunto de caer y te asustas y sacas las manos porque quieres amortiguar esa caída. O te asustas y saltas. Creo que Dios nos creó para tener ese canal de temor en nuestras vidas; el temor no es necesariamente algo malo.
Pienso en Adán y Eva en el huerto. Creo que Dios les dio temor de una buena manera. Si una rama estaba cayendo, Adán tenía ese instinto de temor para provocar un sobresalto, así que saltaba hacia atrás. Ese es un tipo de temor, uno que lo protege para que no se haga daño.
Adán tenía que tener esa capacidad. Tuvo que aprender que la gravedad duele. Si saltas de un acantilado, cuando caigas, ¡te va a doler! El temor le dio un sano respeto por cosas como la gravedad o el impulso o la fricción –todas las leyes naturales que Dios entretejió en el universo. Dios equipó a Adán y a Eva para lidiar con esas cosas dándoles un tipo de temor correcto y saludable.
No creo que los osos persiguieran a Adán y Eva en el jardín, pero cuando un oso te persigue, ¡es muy bueno tener miedo en esa situación! Te equipa, es algo bueno. También es bueno tener un tipo de temor respetuoso ante algo que podría hacerte daño.
Pero lo realmente interesante acerca de toda la historia en el jardín, es que la serpiente llegó y comenzó a hablar con Eva e introdujo estos extraños tipos de temor retorcido en la mente de ella. Sé que Dios creó a Adán y a Eva con un tipo de temor saludable y bueno. Ellos temían al Señor de la manera correcta.
Pero entonces, vino la serpiente y empezó a introducir otros temores. Y cuando piensas, ¿qué tipo de temor introdujo Satanás? Tentó a Eva a creer: «Bueno, Dios no es lo suficientemente bueno. Dios no está de mi lado. Dios no se preocupa realmente por mis intereses».
Y lo que también es interesante es la lucha contra este tipo de temores persistentes y ansiosos que Satanás introdujo en el corazón y la mente de Eva. Él la animó a dar un paso adelante y a tener algo de confianza en sí misma, a tomar el asunto en sus propias manos, a ser una mujer segura de sí misma y a actuar de una manera que iba en contra de la dirección del Señor.
Dannah: El tipo de confianza equivocada, como hablamos ayer.
Mary: Exactamente, el tipo equivocado de confianza. Así que es muy interesante que el temor y la confianza tuvieran esta interacción en el jardín. Satanás usó el temor como un arma y alentó la confianza de Eva de una manera distorsionada y errónea.
Como resultado, creo que desde entonces, hemos perdido el temor correcto y estamos siendo controladas por el tipo de temor equivocado, así que hemos perdido nuestro temor natural del Señor, y estamos siendo controladas por todo tipo de temores. Tenemos temor de muchas otras cosas de las cuales el Señor no quiere que tengamos temor. No tememos al Señor, y por eso le tenemos temor a todo tipo de cosas.
Dannah: Bien, siento que necesitamos analizar el «temor del Señor», porque cuando contabas la historia del árbol, estaba pensando, Eva tenía temor de que Dios no cuidara de ella, de que no la protegiera. Así que existe un temor de Dios, pero no es el tipo de temor del que estás hablando y del que las Escrituras hablan que debemos tener, ese temor al Señor.
Así que define el tipo correcto de «temor al Señor».
Mary: Pensamos en el temor como una emoción negativa, y eso es todo lo que viene a la mente cuando pensamos en ello. Pero si nos remontamos al siglo diecinueve y abrimos un diccionario –el diccionario Noah Webster de 1828– veremos que el temor tiene muchas otras connotaciones y que tiene un aspecto positivo.
En ese diccionario se habla de que el temor es «respeto», adoración a Dios; que el temor al Señor es algo positivo. Pero si abres un diccionario hoy en día, no encontrarás una definición positiva del temor. Encontrarás que es un sentimiento de angustia.
Dannah: ¡Interesante!
Mary: Sí. Así que esta es mi definición de temor, porque creo que tenemos que repensar su significado: creo que el temor es la sensación de que algo es más poderoso que yo y está más allá de mi control. Puede ser positivo o negativo.
Por ejemplo, si me tiro de un avión y hago paracaidismo, siento temor, pero es emocionante. Esto es más poderoso que yo, está más allá de mi control. Me siento entusiasmada y emocionada por ello, pero es un tipo de temor positivo porque pienso que mi paracaídas me va a sostener.
Dannah: Y tú harías eso, ¿no? ¿Realmente harías eso, Mary?
Mary: Sí, ¡claro que lo haría!
Dannah: Probablemente también te gustaría observar a la anguila eléctrica. De acuerdo, esa es una buena definición del temor. Me gusta eso –la sensación de que algo es más poderoso que yo, y que no tengo el control. Ahí es donde empezamos.
Mary: Así es. No puedo controlarlo, ese es el temor. Y con eso en mente, creo que la Biblia presenta tres tipos diferentes de temor. El primero es el tipo de temor aprensivo. Es decir: «Tengo temor de algo que me va a hacer daño. Es más grande y más poderoso que yo, y estoy sintiendo temor».
Ese es el tipo de temor en el que tememos al fracaso o a una circunstancia, o tememos a una situación que estamos enfrentando. Estamos realmente asustadas y nos sentimos aprensivas o preocupadas, o simplemente estamos ansiosas por esa situación. Ese es un temor aprensivo.
Pero luego la Biblia habla de un segundo tipo de temor, y ese es el temor respetuoso. Ese tipo de temor es que algo es más grande y más poderoso que yo, y por lo tanto, merece mi respeto. Como las autoridades, tal vez, el gobierno, los legisladores o la policía. La Biblia incluso habla de que los hijos teman a sus padres, o que una esposa –atención aquí– tema a su marido.
Eso no es un temor del tipo «tengo miedo». Es un tipo de temor respetuoso, que respeta que algo está en una posición de autoridad o que algo es más poderoso. Por ejemplo: Tengo temor de la sierra eléctrica que tengo en mi garaje.
Ahora, no le tengo temor en un sentido aprensivo, pero sí en un sentido respetuoso. Tengo mucho cuidado con la forma en que la utilizo, porque sé que es poderosa, más poderosa que yo. Así que ese es el segundo tipo de temor.
El tercer tipo de temor es el temor al Señor: Él es más grande y más poderoso que yo, y merece mi reverencia, mi adoración, mi lealtad y mi obediencia. Él es Dios y yo no, así que hago lo que Él dice.
Y hay mucho que desarrollar en términos de lo que es realmente el temor del Señor. El temor al Señor involucra muchos aspectos diferentes; es como una hermosa joya con muchas facetas diferentes (y podemos hablar de eso).
Pero la cuestión es que creo que debemos ampliar nuestra perspectiva sobre lo que es el temor. El temor no solo es negativo, también es positivo. Si en verdad es el temor del Señor lo que nos trae una fuerte confianza, entonces para tener esa confianza sólida, necesitamos crecer en el temor al Señor. Tenemos que abrazar ese tipo de temor positivo que hemos perdido en términos de nuestra cultura.
Dannah: Permíteme contar esto. Creo que tenía unos veintiséis años cuando finalmente empecé a entender el temor del Señor conceptualmente, ¡y al mismo tiempo entendí que no lo tenía!
Una de las cosas que realmente temía era que si la gente conocía mis pecados, si la gente conocía mis secretos y mi desorden, no sería amada ni aceptada. Eso salía a relucir cuando Dios me impulsaba a compartir mi fe con alguien. Yo decía: «Si comparto mi fe, ¿qué pensarán de mí?»
Así que lo que vivía era lo contrario al temor del Señor, era el temor al hombre. Era como: «Me aterra cualquier cosa que puedan pensar de mí que no traiga aprobación». Y en lugar de obedecer a Dios en esas circunstancias –confesando mi pecado a una hermana cristiana que pudiera ayudarme a superarlo, y compartiendo mi fe con alguien con quien Dios me había impulsado a relacionarme porque necesitaba el evangelio –me quedaba de brazos cruzados, porque tenía más temor de esas personas que de Dios. Era un temor paralizante en mi vida que no me permitía vivir con confianza como mujer.
Mary: Absolutamente, porque cuando tenemos confianza en el Señor, esos temores desaparecen. Esos temores se hacen más pequeños a medida que Dios se hace más grande. Y creo que todos los problemas que tenemos con la confianza provienen de una visión inadecuada de Dios. No vemos a Dios lo suficientemente grande, fuerte, poderoso, digno, glorioso y hermoso.
Cuando tenemos una visión pequeña de Dios, y lo vemos a Él pequeño y a nuestros problemas grandes, entonces tememos a nuestros problemas en lugar de temer al Señor. Cuando veamos Su grandeza, entonces comenzaremos a temerle, y el temor a nuestros problemas o circunstancias comenzará a desvanecerse. Así que es una paradoja muy interesante la que presentan las Escrituras cuando se trata del temor y la confianza.
Sabes, Dannah, en nuestra cultura cuando pensamos en temer al Señor, o en que Dios es maravilloso, realmente no tenemos un sentido de eso. Creo que pensamos en Dios como maravilloso, asombroso o agradable como una taza de café. Ya sabes, es nuestro compañero, nuestro amigo. Tenemos una visión muy casual y pequeña de Dios.
Con frecuencia no nos impresionamos ni nos asombramos por el Dios que es maravilloso, poderoso y fuerte, cuyo poder es incomparable. Su santidad es absoluta. Su excelencia es inigualable, Su belleza es indescriptible. Su gloria es sublime.
Hemos perdido nuestra visión de que Dios es Dios, y creo que hasta que sustituyamos eso con el temor del Señor, vamos a luchar con la confianza. Vamos a luchar con poner nuestra confianza en el lugar correcto, porque la vamos a depositar en aquello que nos parece más fuerte y más confiable.
Así que si mi visión de Dios es pequeña, entonces podría poner mi confianza en mi educación, porque eso me parece más fuerte y confiable que Dios. Por lo tanto, creo que es muy importante entender este concepto del temor del Señor.
Dannah: Bien, Mary, creo que eres una de las mujeres más confiadas que conozco. Me encanta eso de ti. Mientras te escuchaba ayer explicando lo que es la confianza, y hoy explicando lo que es el temor –el tipo correcto de temor que nos lleva a tener confianza en Dios– me pregunto, ¿cuál es tu historia?
¿Simplemente naciste confiada y comprendiste el temor del Señor? ¿Cuál es la historia que te ayudó a comprender la maravilla, el asombro y la magnificencia de Dios? ¿Qué te hizo pasar de tener temor, de lo que fuera, a ser una mujer confiada en el temor del Señor?
Mary: Este es el asunto. Si alguien me hubiera preguntado cuando era joven: «¿Qué grado de confianza tienes?» Creo que habría puesto mi confianza en un nivel bastante alto. Soy un tipo de persona naturalmente segura de sí misma. Así que creo que, en términos de personalidad, algunas mujeres son más confiadas y otras son más inseguras.
Y luego, tu experiencia de vida. Si has tenido mucha afirmación y no te has enfrentado a muchos retos que hayan puesto a prueba tu confianza, tal vez tengas más confianza en ti misma o tal vez hayas sido entrenada para tenerla. Creo que muchas mujeres de nuestra cultura han sido educadas para ser mujeres fuertes y seguras de sí mismas.
Si les preguntara: «¿Qué grado de confianza tienes? En una escala del uno al diez, ¿dónde pondrías ese indicador?» Puede que lo pongan muy alto. Creo que yo lo pondría naturalmente en un ocho o un nueve; soy una mujer bastante segura de mi misma.
Sin embargo, hay una pregunta diferente a la que tuve que enfrentarme, y la pregunta es la siguiente: ¿Qué tanto estoy poniendo mi confianza en Dios en el día a día? Así que, si tuviera otro medidor de confianza que tuviera que girar y elegir un número, creo que si fuera honesta conmigo misma, ese número sería bastante bajo, ese número sería tres o cuatro.
Dannah: Estás hablando del pasado.
Mary: Dannah, siendo honesta, en el pasado y a veces ahora también. De manera continua me pregunto, ¿estoy confiando en mí misma, en mis propias cosas, en mis propios recursos, en mis propios conocimientos, o estoy realmente confiando en el Señor en esta situación?
Así que hay una diferencia entre lo segura que me considero o lo confiada que me siento, frente a lo mucho que realmente estoy poniendo mi confianza en el Señor. Entonces, esto es lo extraño: puede existir una mujer que realmente se sienta confiada, pero la Escritura dice que si su confianza no está puesta en lo correcto, entonces su confianza es frágil y absurda.
Así que creo que en mi viaje y en mi historia, no fue un momento único de «¡ajá!» donde me di cuenta de esto. Creo que en el transcurso de mi vida, cuando el Señor comenzó a probarme y a ponerme en situaciones difíciles que realmente hicieron que la telaraña en la que me apoyaba cayera, ahí fue cuando comencé a construir una confianza más y más fuerte en el Señor, en lugar de confiar en las cosas equivocadas. Poniendo mi confianza en las cosas correctas en vez de en las cosas incorrectas, y crecer en el temor del Señor.
Creo que crecemos en el temor del Señor a medida que crecemos en la adoración, cuando pasamos más tiempo en la Palabra, al meditar en la grandeza de Dios, a medida que nos permitimos esperar en Él y dejar de lado toda la locura que está sucediendo en el mundo, y pasar tiempo con el Señor. Creo que así es como empezamos a crecer en el temor del Señor.
Dannah: Sí. Bueno, aquí está la tarea. Voy a darles una tarea a mis queridas hermanas que nos escuchan en Aviva Nuestros Corazones, y es la siguiente: a medida que pasan el resto del día, quiero que se califiquen en esa escala de confianza…la segunda de la que habló Mary. ¿Cómo es tu confianza en el Señor?
En una escala del uno al diez, ¿estás poniendo tu confianza en Dios? ¿Tienes un fuerte temor del Señor? ¿O estás poniendo tu confianza en otras cosas, cualquier cosa que no sea Dios, y tienes temor? Califícate a ti misma y medita en ello.
Mary, voy a tener que pedirte que vuelvas un día más para que nos ayudes con nuestras balanzas y hagas que estas se inclinen en la dirección correcta, para que así nos presentemos como mujeres confiadas que sí temen al Señor.
Nancy: Acabas de escuchar a Dannah Gresh, quien ha estado hablando con nuestra querida amiga, Mary Kassian, sobre algunos recordatorios realmente importantes de la Palabra de Dios. Estamos en medio de una serie corta aquí en Aviva Nuestros Corazones titulada «Confía de la manera correcta», que está basada en el libro más reciente de Mary que se titula La verdadera confianza.
Y escucha el subtítulo de este libro: El asombroso valor de una mujer que teme a Dios. Me encanta eso. Dios no nos llama a ser mujeres débiles que temen constantemente. Por el contrario, quiere que le temamos con ese temor reverencial, como escuchamos hoy de Mary y Dannah.
¿Y qué hay de ti, la aguja de tu «medidor de temor» apunta más hacia los temores perjudiciales, controladores y debilitantes, o hacia el temor saludable y liberador del Señor, que la Escritura nos dice que conduce a la vida? Quiero animarte a que consigas un ejemplar del libro de Mary para que puedas reflexionar más profundamente sobre todo este tema.
Mañana, Mary regresará para contarnos cómo cambiar el temor equivocado. Ella nos explicará lo que eso significa, así que asegúrate de unirte a nosotras nuevamente en Aviva Nuestros Corazones.
Dannah: ¿Hay alguna mujer dentro de tu círculo cercano que esté teniendo luchas con el pecado? ¿Esa persona está luchando con tentaciones en su mente y corazón, con formas equivocadas de pensar que han sido moldeadas por la sociedad en que vivimos? Tanto ellas como nosotras necesitamos una infusión del evangelio día con día.
En Aviva Nuestros Corazones queremos ser una infusión diaria de gracia, de esperanza y de pensamiento bíblico centrado en el evangelio, que ayude a las mujeres a filtrar lo que el mundo ofrece a través de la Palabra de Dios. Cuando hablamos de impartir esa infusión diaria pensamos en los colaboradores mensuales que hacen esto posible. Mes a mes ellos son de apoyo a través de sus oraciones y ofrendas, ayudando a que este ministerio siga adelante.
¡Estamos agradecidos por nuestro equipo de colaboradores y es nuestro deseo que Dios siga añadiendo a muchos más!
Si has sido bendecida por este ministerio, si has recibido a través de Aviva Nuestros Corazones una infusión de gracia en tu propia vida, ¿considerarías convertirte en una de nuestras colaboradoras mensuales? ¿Te unirías a la familia?
¡Te necesitamos! Tú puedes ser parte de la misión vital de nuestro ministerio permitiéndonos llegar a las mujeres con el mensaje de libertad, plenitud y abundancia en Cristo. Serás testigo de cómo Dios aviva sus corazones.
Guiándote hacia la libertad, la plenitud y la abundancia en Cristo a medida que creces en el temor del Señor, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
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