Dos armas espirituales
Débora: Dos ciclistas circulaban por una carretera en las montañas de California cuando de repente… un león atacó a una de las ciclistas.
Judy Dunagan describe la escena.
Judy Dunagan: Su amiga le agarró las piernas, la sostuvo y empezó a gritar. Otros ciclistas se acercaron y comenzaron a tirarle piedras al león, y él se fue. Por supuesto que resultó herida, pero se salvó.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones, con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Adornadas», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 13 de septiembre de 2024.
Hoy descubriremos qué tiene que ver ese momento tan aterrador con la batalla espiritual en la que tú y yo estamos. Aquí está Nancy para comenzar nuestro tiempo juntas.
Nancy DeMoss Wolgemuth: En los Estados Unidos celebramos nuestra independencia el 4 de julio. En el año de 1776, representantes de las trece colonias americanas firmaron lo …
Débora: Dos ciclistas circulaban por una carretera en las montañas de California cuando de repente… un león atacó a una de las ciclistas.
Judy Dunagan describe la escena.
Judy Dunagan: Su amiga le agarró las piernas, la sostuvo y empezó a gritar. Otros ciclistas se acercaron y comenzaron a tirarle piedras al león, y él se fue. Por supuesto que resultó herida, pero se salvó.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones, con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Adornadas», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 13 de septiembre de 2024.
Hoy descubriremos qué tiene que ver ese momento tan aterrador con la batalla espiritual en la que tú y yo estamos. Aquí está Nancy para comenzar nuestro tiempo juntas.
Nancy DeMoss Wolgemuth: En los Estados Unidos celebramos nuestra independencia el 4 de julio. En el año de 1776, representantes de las trece colonias americanas firmaron lo que conocemos como la Declaración de Independencia. Ese documento, junto con otros documentos fundamentales, constituye la base de nuestro sentido de identidad nacional.
Si vives en otro país, tienes eventos similares en la historia de tu nación: cosas que ayudan a tu país a definir quiénes son como nación.
Pero, ¿se te ha ocurrido que existe una identidad aún más profunda, un significado aún más básico para todos nosotros como seres humanos? Es nuestra relación con nuestro Dios Creador.
Eso es lo que estaremos aprendiendo hoy aquí en Aviva Nuestros Corazones. Específicamente nosotras, como cristianas, necesitamos encontrar nuestra identidad, nuestro sentido de propósito, nuestro significado, no en nuestra afiliación a un grupo u otro, ni siquiera al expresarnos como individuos, sino en la persona de Jesucristo y Su obra redentora.
Judy Dunagan nos ayuda a entenderlo en un mensaje que compartió en un taller de True Woman '22. El título de ese mensaje es también el subtítulo de un libro de su autoría: Vive en la inconmovible victoria de Cristo. Judy trabaja para la Editorial Moody, por lo que tiene muchas recomendaciones de buenos libros para leer. La oirás mencionar algunos de ellos en el día de hoy.
Ayer en Aviva Nuestros Corazones, Judy nos recordó, según el capítulo 6 de Efesios, que estamos en una batalla espiritual. Nuestro verdadero enemigo no es un sistema político opresivo. No estamos luchando contra sangre y carne, sino contra fuerzas espirituales de las tinieblas, contra Satanás y todo lo que él representa.
Hace casi 250 años, la Revolución Americana se libró a fuerzas de cañones y rifles. Pero las Escrituras nos enseñan que nosotras peleamos esa batalla espiritual con lo que el apóstol Pablo llamó «la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios». Aquí está Judy, retomando esa pieza tan importante de nuestra armadura espiritual: usar las Escrituras para luchar contra la tentación.
Judy: Creo que Jesús modeló esto mejor que nadie cuando caminó en esta tierra, cuando fue al desierto para ayunar. Fue guiado allí por el Espíritu Santo y se nos dice que ayunó durante cuarenta días.
De seguro que estaba exhausto y vulnerable. Al final el enemigo se abalanzó sobre Él ferozmente con tres grandes tentaciones. Mientras lo lees, es casi como un combate cuerpo a cuerpo. Las espadas están desenvainadas. La espada del enemigo está llena de mentiras y engaños, y la espada de Jesús es la Palabra de Dios.
Entonces, cada vez que el enemigo viene hacia Él, Jesús dice: «Escrito está. . .» Voy a leer esto porque es una escena muy hermosa y poderosa.
«Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces tuvo hambre. Y acercándose el tentador, le dijo: “Si eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en pan. Pero Jesús le respondió: “Escrito está: ‘No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios’”».
Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, y lo puso sobre el pináculo del templo y le dijo: “Si eres Hijo de Dios, lánzate abajo, pues escrito está: ‘A sus ángeles te enconmendará y en las manos te llevarán, no sea que tu pie tropiece en piedra’”».
[¿Te suena familiar? Eso es del Salmo 91. Me gustaría decir que el diablo no es muy inteligente, porque citó un salmo tan poderoso, pero es astuto.]
«Jesús le contestó: “También está escrito: ‘No tentarás al Señor tu Dios’”».
«Otra vez el diablo lo llevó a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: “Todo esto te daré, si te postras y me adoras”».
Entonces Jesús le dijo: “¡Vete, Satanás! Porque escrito está, [Entonces, la tercera vez, Jesús dijo: «escrito está», «escrito está», «escrito está»] ‘Al Señor tu Dios adorarás y a Él solo servirás’”».
[¿Y adivinen qué pasó?] El diablo entonces lo dejó; y al instante unos ángeles vinieron y le servían» (Mateo 4:1-11).
¿No desearías poder ver eso o saber cómo fue? Algún día lo sabremos.
Eso es lo que pasa con la humanidad de Cristo, Él está exhausto y ha tenido una batalla, y luego los ángeles vinieron a Él. Lo mismo sucedió cuando estaba en el jardín, pocas horas antes de su arresto. Él quería que sus amigos, sus tres discípulos, oraran por él.
Si lees esa historia, Él se dirigió a ellos tres veces: «¿En serio? ¿Se están volviendo a quedar dormidos?». Necesitaba a su grupo de hermanos, pero Dios estuvo con Él. Se nos dice que allí también le ministraron ángeles.
Me encantaría saber cómo eso te da aliento, como creyente, como humana que camina en esta tierra de dolor, en la que incluso Jesús fue tentado. A Jesús le esperaba esto, el enemigo pensó que podía vencerlo. Y por supuesto, él vendrá contra nosotras también, pero ¿cómo podemos obtener la victoria y cómo tomamos la espada del Espíritu?
Te animo a que habites en la Palabra de Dios, y no me refiero a que debes tener tu tiempo devocional todos los días temprano en la mañana. Sé que hay mamás jóvenes en esta sala y eso es muy difícil. No se trata de legalismo. Se trata de amar a Jesús y estar deseosas de Él. Pídele que te ayude en esto.
Cuando formaba parte del personal de nuestra iglesia dirigiendo un ministerio, estaba muy ocupada. Estaba tan agotada que no pasaba tiempo en oración con Él mientras servía. Estoy segura de que algunas de ustedes pueden identificarse.
Una vez escuché a un pastor contar sobre un viaje ministerial que hizo. Él enseñó en una conferencia de liderazgo, y comenzó diciendo (acababa de regresar y se notaba que estaba cansado y deprimido): «Cuando encontré a Cristo por primera vez, Él me dejó sin aliento, y ahora solo me preocupa quedarme sin aliento mientras le sirvo a Él».
Creo que esa es una de las tácticas que usa el enemigo para aquellos de nosotros que amamos profundamente a Jesús y estamos muy, muy ocupados para Él. Lo usa para distraernos, para que estemos tan ocupados con Él que ya no lo conocemos ni profundizamos en Él.
Recuerdo un domingo donde tuve que clamar. Estaba entre dos recintos universitarios para hacer el anuncio sobre un nuevo estudio bíblico. Tenía lágrimas en mis ojos mientras conducía. Simplemente clamé al Señor. Estaba sola en el auto, lloré mucho y simplemente dije: «¡Te extraño! Quiero más de ti. Sé que hay más de Ti. ¿Capturarás mi corazón y me abrirás un camino para simplemente estar Contigo y no solo dedicarme a este ministerio?».
Y Él fue fiel en eso. Él lo será contigo, porque el enemigo quiere mantenerte distraída hasta que te seques y la Palabra no te traiga vida. Y ese es el clamor de mi corazón por ti.
En mi libro escribí sobre la batalla con las espadas, lo siguiente: «Qué impresionante ver a la Palabra Viva usar la Palabra escrita como Su arma preferida». Y eso es lo que nosotras también podemos hacer.
Por eso quiero hablar sobre una parte de lo que es el plan de batalla. Hemos hablado de la armadura, pero también quiero hablar del rugido de la Palabra de Dios. Como ya dije, Jesús modeló esto para nosotros para despertarnos a la Palabra.
Hay diferentes formas de hacer esto: memorizando, pensando y meditando en Él, leyendo en voz alta, escribiendo en un diario, especialmente si sientes que la batalla es feroz. Simplemente escribe en un diario. Busca tu salmo favorito y escríbelo como una oración.
Además, parte del plan de batalla es la oración, el rugido de la oración. Y debo decir que creo que esta es una de las principales formas en que el enemigo intenta distraernos. Solía enseñar sobre la importancia de la oración en el ministerio, pero realmente yo no siempre estaba orando. Tuve una compañera de oración que verdaderamente comenzó a orar por mí acerca de esto, ella me enseñó mucho sobre la oración. Es muy, muy importante ser capaces de morar en Su Palabra mientras oramos.
Quiero compartir contigo algunas sugerencias para ayudar nuestra vida de oración. Mucha gente no ve la oración como parte de la armadura. Al leer Efesios 6, versículos 10-17, termina con la espada del Espíritu, pero luego, en el versículo 18, todo se trata acerca de la oración.
Creo que el enemigo intenta impedirnos orar más que nada porque le amenaza mucho. Él sabe que estamos adorando a Dios, que estamos firmes en la verdad, que estamos orando delante del trono.
Voy a terminar nuestro tiempo con lo que yo llamo «la maravilla de la oración». Así que toma nota, porque deseo que puedas recordar estas ideas. Mi corazón acerca de esto es que puedas elegir una o dos de estas ideas y simplemente clamar al Señor para que despierte o avive tu corazón para la oración.
La primera es «Oración de Adoración». Tengo un versículo clave para cada uno de ellos porque amo mucho la Palabra de Dios.
«Te exaltaré mi Dios, oh Rey,
Y bendeciré Tu nombre
eternamente y para siempre.
Todos los días te bendeciré,
Y alabaré Tu nombre
eternamente y para siempre» (Salmo 145:1-2).
Te animo a que leas el Salmo 145, incluso este fin de semana o cuando regreses a casa, simplemente medita en este salmo de adoración. En realidad es una obra de arte. Se dice que en hebreo es un poema acróstico, por lo que cada verso es consecutivo dentro del alfabeto hebreo.
David lo escribió. Me imagino que lo más probable es que se estuviera escondiendo en alguna cueva, y así fue como lo inspiró el Espíritu Santo. Él fue tan talentoso. Así que te animo a que hagas esto: entra en el salón de Su trono con adoración.
A menudo, simplemente me sumergía en mis peticiones de oración, especialmente cuando me sentía atacada. Mi compañera de oración es quien me enseñó a comenzar en adoración cuando nos reuníamos para orar. Simplemente lo exaltábamos a través de Sus nombres y atributos e incluso estando en silencio, a veces poníamos música de adoración.
Esto cambió mi perspectiva de la oración, pero también, el enemigo simplemente tiene que huir cuando adoramos. La adoración también es un arma contra él.
Y luego tenemos oraciones de la «Palabra de Dios». Salmo 119:92-93:
«Si Tu ley no hubiera sido mi deleite,
entonces habría perecido en mi aflicción.
Jamás me olvidaré de Tus preceptos,
porque por ellos me has vivificado».
¿Alguien puede identificarse con eso? Yo lo experimenté en China. Honestamente, en aquel tiempo podría haber muerto o haber caído en un espiral emocional sin la Palabra de Dios. Una forma de hacer esto, si estás realmente distraída y luchando contra la ansiedad o sintiéndote realmente atacada, es leerlas Escrituras en voz alta.
Mencioné el Salmo 145. Lo hago a veces con este salmo. Simplemente comienzo mi tiempo de oración y adoración leyendo en voz alta. Es sorprendente cómo tu mente permanece cautiva a la verdad de la Palabra de Dios cuando haces eso. Es parte de tu adoración y te ayuda a no caer en una espiral de miedo. El enemigo tiene que huir.
Y luego, convierte las Escrituras en oración a favor de aquellos que te preocupan. En la pasada sesión compartí un poco sobre cuántas madres y padres están lidiando con hijos pródigos. Parece que cada vez más personas abandonan la fe y eso es una carga enorme. Puedes clamar al Señor por ellos convirtiendo tu temor y preocupación en oraciones.
La siguiente recomendación es «Oraciones escritas». Y el versículo es, Salmo 62:8,
«Confíen en Él en todo tiempo,
Oh pueblo; derramen su corazón delante de Él;
Dios es nuestro refugio».
Creo que una de las mejores maneras de abrirle el corazón a Él es llevar un diario de tus oraciones. No digo que tengas que ser una buena escritora, simplemente desahoga allí tu corazón. Realmente ayuda a que tu mente no divague. Puede ser un acto de adoración, un acto de entrega.
Y luego, hay un sacrificio de oración, de alabanza y acción de gracias cuando oras. Cuando pasé por una etapa realmente oscura en mi vida, el Señor movió mi corazón a la necesidad de volverme a la alabanza, incluso en medio de todo esto. Los Salmos hablan mucho del sacrificio de la alabanza.
Entonces, lo que comencé a hacer en mi diario fue que en la parte superior de la página escribía «Sacrificio de alabanza». Entonces comenzaba a escribir las cosas por las que estaba agradecida. Hay algo en la acción de gracias que también creo que hace que el enemigo retroceda.
Quiero mencionar que en la parte de «Oraciones escritas» en mi libro, encontrarás oraciones escritas por otras personas que puedes leer. Probablemente no todo el mundo se sienta cómodo con ello, pero mi padre durante años las ha incluido en todos sus libros. Él escribe oraciones doctrinales y bíblicas.
También decidí hacer eso en mi libro. Al final de cada capítulo tengo una breve oración relacionada con el tema que estoy enseñando. Pero atrás tengo la oración que mi papá escribió del Salmo 91. Escribí una oración del Salmo 139, y luego otra para orar por tus hijos también.
Ahora bien, no estoy intentando venderte mi libro, lo prometo. Estoy totalmente interesada en que estos recursos lleguen a tus manos. Pero la idea es que puedes orar las oraciones que otros han escrito. También podemos usar las oraciones que encontramos en la Palabra de Dios para orar por tu propia familia o por ti misma.
Hago eso con la Oración Sacerdotal en Juan 17 que Jesús oró sobre sus discípulos. Allí también dice que estaba orando por nosotros, los que vendrían después de ellos. Hay partes de esa oración que oro por mis hijas. Entonces, medita en eso.
Puedes orar algunas de las oraciones de Pablo, simplemente ora en voz alta o puedes escribirlas para ti o para tus hijos.
Tenemos un estudio bíblico titulado «De rodillas». Es un estudio fenomenal escrito por Crickett Keeth. Espero que lo puedas conseguir si deseas aprender más. En el libro, ella analiza diferentes oraciones. Es una excelente manera de meditar en las Escrituras y tomar prestadas las oraciones de quienes nos precedieron.
Luego tenemos la «Oración de llanto o lucha». El versículo central para esto es el Salmo 13:1-2:
«¿Hasta cuándo, oh Señor? ¿Me olvidarás para siempre?
¿Hasta cuándo esconderás de mí Tu rostro?
¿Hasta cuándo he de tomar consejo en mi alma,
Teniendo pesar en mi corazón todo el día?
¿Hasta cuándo mi enemigo se enaltecerá sobre mí?».
¿Oyes eso, esa oración de lamento? Ese era David. «¿Hasta cuándo?» Me pregunto: ¿Cuántas de ustedes en esta sala han tenido oraciones de «¿Hasta cuándo?». Quizás estés en medio de ellas.
Yo las he tenido. He dicho: ¿Hasta cuándo, Señor, seguirá esto?
Así que, te animo a que corras hacia Él con tu dolor. Realmente no me habían enseñado eso hasta esa temporada en la que nuestra familia fue tan afectada y yo estaba en consejería con una consejera bíblica. Ella dijo: «No estoy segura de que alguien les haya hablado alguna vez acerca del Salvador sufriente».
Se nos dice en Isaías que Él era Varón de Dolores, experimentado en quebranto. Se paró ante la tumba de un amigo y lloró. Lloró por la ciudad de Jerusalén. Él se afligió. Sudó gotas de sangre en oración. Tuvo oraciones de «¡hasta cuándo!», antes de su arresto. Él es un Salvador tan compasivo y quiere que vayamos a Él con nuestro lamento, con nuestras oraciones de llanto y también con nuestras oraciones de lucha.
Sé que muchas están luchando con preguntas difíciles. Jesús quiere que vayamos a Él con ellas y clamemos a Él, lo que a su vez puede ser un acto de adoración.
Hay un libro maravilloso sobre el lamento llamado La Sagrada Pena de Michael Card. Lo descubrí hace años cuando estaba en medio de todo eso. Él observa cómo se lamentaron Job, Jeremías, David y luego Jesús. Él te enseña a escribir oraciones de lamento.
Sabes, hay más salmos de lamento que de alabanza. Y entonces, es algo sobre lo que no se nos ha enseñado lo suficiente y que seguramente puede brindar un gran consuelo.
Y luego, la última idea es «De Mujer a Mujer: compañeras de oración». Y el versículo para eso es: «Porque donde están dos o tres reunidos en Mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos» (Mateo 18:20).
Ya les mencioné sobre mi compañera de oración, Joanie. Ella ha sido un gran regalo para mí. Ya no vivimos cerca una de la otra. Ella es unos quince años mayor que yo. Ella fue quien me enseñó el ritmo de adorar al Señor en oración y confesión y luego orar por los demás.
Ella vino a verme una vez cuando nuestra familia estaba bajo ataque. Me contó una historia que acababa de suceder en California, donde dos amigas, dos mujeres, andaban en bicicleta por las montañas. Una de ellas fue atacada por un león. Se habían detenido para arreglar algo. Este león la agarró y la tenía en su boca. Su amiga le agarró las piernas, la abrazó y empezó a gritar. Otros ciclistas se acercaron y comenzaron a tirarle piedras al león, y él se fue. Por supuesto, resultó herida, pero se salvó.
Nunca olvidaré lo que me dijo: «Bueno, esa soy yo ahora mismo. Me estoy aferrando a tus piernas mediante la oración para que nuestro enemigo, el león rugiente, no pueda atraparte, no pueda tenerte». Nunca lo olvidaré.
Por eso quiero animarte a que, si no tienes una compañera de oración, empieces a pedirle una al Señor. O sé valiente y pídele a una amiga que sepas que es una guerrera de oración para que sea tu compañera.
Recuerdo que cuando acababa de comenzar unas tareas de coordinación en el ministerio de mujeres de mi iglesia en Michigan, sabía que necesitaba una compañera de oración. Empecé a orar. Joanie pidió una reunión y dijo: «Estoy buscando una compañera de oración. ¿Conoces a alguien que entienda la guerra espiritual?».
Y después de veinte años seguimos siendo buenas amigas. Le envío un mensaje de texto cuando hablo en conferencias como estas. Ella es muy, muy querida para mí. Por eso es tan importante esa comunidad en oración.
Bueno amigas, quería terminar nuestro tiempo con una oración más. En realidad, primero quería pedirte que, al observar todas estas diferentes formas de orar, «Adoración», «Palabra de Dios», «Oraciones Escritas», «Llanto o lucha» y «De mujer a mujer», tomes algún tiempo, ya sea al final de esta sesión o esta noche. Pregúntale al Señor, tal vez elige una o dos de ellas. Si es algo que no has hecho, simplemente comienza a explorarlo y hazlo parte de tu vida de oración.
Voy a cerrar con una oración, es una oración puritana. No lo sabemos, probablemente sea una oración de hace 200 o 300 años. Lo encontré en un libro llamado El Valle de la Visión. Es una poderosa oración sobre la armadura. Es simplemente increíble. Y entonces, voy a referirme a eso mientras oramos, y luego cerraré al final después de esta oración.
Oh Señor, te bendigo porque la cuestión de la batalla
entre Tú y Satanás jamás ha sido incierta,
Y culminará en victoria.
El Calvario quebró la cabeza del dragón,
y yo lucho con un enemigo derrotado,
Que, a pesar de toda su astucia y su fuerza, ya ha sido vencido.
Cuando sienta la serpiente en mi calcañar,
que recuerde a aquel cuyo calcañar fue herido,
Pero, aun herido, quebró la cabeza del diablo.
Mi alma ensalza desde sus adentros al poderoso vencedor.
Cúrame de toda herida recibida en la gran contienda;
si he acumulado impureza,
si mi fe ha resultado dañada,
si mi esperanza se ha empañado,
si mi amor no es ferviente,
si algún consuelo de la criatura ocupa mi corazón,
si mi alma se hunde bajo la presión de la lucha.
Oh tú, aquel cuyas promesas son un bálsamo,
Que da vida con apenas un roce,
acércate a tu guerrero fatigado,
renuévame para que pueda retomar la batalla
Y no me canse hasta que mi enemigo quede pisoteado.
Concédeme tal comunión contigo
Que pueda desafiar a Satanás, la incredulidad, la carne y el mundo,
con un deleite que no proceda de una criatura,
y que una criatura sea incapaz de minar.
Dame a beber de la fuente eterna
que hay en tu amor y tu decreto inmutables y eternos.
Entonces no se cansará jamás mi mano,
No tropezarán jamás mis pies,
mi espada nunca descansará,
no se oxidará jamás mi escudo,
no se quebrará jamás mi yelmo,
No caerá jamás mi coraza,
Dado que mi fortaleza reside en la fuerza de tu poder.¹
¿No es poderoso eso? Probablemente, fue escrito hace 200 años, por alguien que estaba en una batalla feroz y corrió a recordar estas verdades. Tengo esa oración en mi libro. Obtuve permiso del editor para hacerlo y me cambió la vida. Solo te animo a que consigas una copia de la oración y la leas en voz alta cuando sientas que la batalla es muy feroz.
Nancy: Ella es Judy Dunagan hablando en una conferencia True Woman en Indianápolis. Ella volverá en un momento para orar. Su libro se llama El rugido más fuerte: vive en la inconmovible victoria de Cristo (disponible solo en inglés). También puedes leer esa oración de El Valle de la Visión en la transcripción. De nuevo, nuestra dirección web es AvivaNuestrosCorazones.com.
Judy mencionó las dos armas que los cristianos tenemos a nuestra disposición: la Palabra de Dios y la oración.
Ahora, oremos junto con Judy Dunagan.
Judy: Oh Padre Dios, nuevamente te damos gracias por la armadura. Jesús, te damos gracias porque nos cubres con Tu armadura, Tu justicia, Tu paz, Tu verdad, Tu salvación, Tu fidelidad. Ayúdanos a ser guerreras poderosas, por la victoria que has obtenido para nosotras.
Gracias porque, como creyentes, no buscamos la victoria, luchamos porque ya la tenemos. La victoria ya fue ganada. Solo necesitamos tomar nuestra espada y empuñarla como Tú lo modelaste, Cristo. Haznos guerreras de oración. Simplemente, graba en nuestros corazones el querer entrar al salón del trono y orar. Tu Palabra nos dice en Hebreos que es el trono de la gracia y la misericordia.
Ayuda a aquellas que están aquí y que están luchando con el pecado en sus vidas del cual no pueden liberarse. Ayúdalas a correr hacia Tu trono de misericordia y confesar sus pecados para ser sanas nuevamente a través de Ti.
Gracias Cristo porque moriste por esos pecados. Señor Jesús, te damos gracias porque podemos caminar con las sandalias de la paz, incluso en la confusión de este mundo. Te damos gracias porque, en última instancia, el enemigo es un enemigo derrotado. Se nos dice en Tu Palabra que su futuro es el lago de fuego. Ahora tiene mucho poder, así que enséñanos a mantenernos firmes contra él. Enséñanos a ser una luz en este mundo oscuro.
Gracias porque eres nuestro protector, defensor, nuestro escudo, nuestra fortaleza, nuestro baluarte, nuestro redentor y nuestro Salvador. En Tu poderoso y santo, santo, santo nombre te rogamos, amén.
Débora: Llamándote aescuchar el rugido más fuerte y descubrir la libertad, la plenitud y abundancia en Cristo, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
- Bennett, A. (2014). El valle de la visión.
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