Diseñada y definida por Dios
Dannah Gresh: Para Laura Perry, la transición de vivir como un hombre a ser la mujer que Dios originalmente creó, fue un proceso gradual. Las Escrituras fueron cruciales para ella en ese viaje.
Laura Perry: Y así, mientras Dios derramaba Su Palabra en mí, me sentía más y más convencida. Después de un tiempo, me di cuenta de que no podía tergiversar uno o dos versículos para que se ajustaran a lo que yo creía. ¡Toda la Biblia me decía que no podía ser transgénero!
Dannah: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 19 de abril de 2023.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Hoy en día, es probable que términos como «disforia de género» y «transgénero», aparezcan con frecuencia en las redes sociales y en las noticias. Es fácil olvidar que hay personas detrás de esas estadísticas y términos…es fácil hasta …
Dannah Gresh: Para Laura Perry, la transición de vivir como un hombre a ser la mujer que Dios originalmente creó, fue un proceso gradual. Las Escrituras fueron cruciales para ella en ese viaje.
Laura Perry: Y así, mientras Dios derramaba Su Palabra en mí, me sentía más y más convencida. Después de un tiempo, me di cuenta de que no podía tergiversar uno o dos versículos para que se ajustaran a lo que yo creía. ¡Toda la Biblia me decía que no podía ser transgénero!
Dannah: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 19 de abril de 2023.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Hoy en día, es probable que términos como «disforia de género» y «transgénero», aparezcan con frecuencia en las redes sociales y en las noticias. Es fácil olvidar que hay personas detrás de esas estadísticas y términos…es fácil hasta que un amigo o un familiar lo experimenta personalmente.
Esta semana estamos escuchando a Laura Perry, quien pasó cerca de una década viviendo como «Jake», con la identidad de un hombre.
Hoy, en Aviva Nuestros Corazones, Dannah Gresh y Mary Kassian entablan una conversación con Laura Perry sobre este tema.
Dannah: Gracias por acompañarnos. Junto a mí está Mary Kassian, a quien quizás conozcas. ¡Hola Mary!
Mary Kassian: ¡Hola, Dannah! Es bueno compartir este tiempo contigo.
Dannah: Así es. Y nuestra invitada de hoy es Laura Perry, ¡una increíble mujer de Dios! Hola Laura, bienvenida a Aviva Nuestros Corazones.
Laura: ¡Muchas gracias por invitarme! Me emociona escuchar eso que se habla de mí, que eso es lo que soy –una mujer de Dios– porque hace varios años no hubiera querido escuchar eso.
Dannah: Para aquellas que son nuevas en esta conversación, ayúdanos a entender el término «transgénero».
Laura: Bueno, el término transgénero realmente es un concepto general que ha cambiado a lo largo de los años. Inicialmente, en los años setenta y ochenta se le llamaba «travesti», significa que un hombre se viste de mujer o una mujer se viste de hombre. A menudo esto llevaba a cirugías y otras transiciones médicas.
Sin embargo, transgénero se ha convertido en un término más suave de lo que ellos prefieren. No tenía el mismo significado, pero ahora abarca todo tipo de cosas. Realmente, la ideología que usan no tiene mucho sentido. Es contradictoria.
Siempre hablan de que la sexualidad es firme, fija y que no se puede cambiar. Esa es una de las razones por las que no les gusta que nadie sugiera lo contrario ni les ofrezca ayuda o asesoramiento. Sin embargo, dicen que «el género es completamente fluido». Entonces, existe este choque de todos diciendo que el género es lo que sea que hagas y lo que sea que sientas: «Hoy me siento como un hombre y mañana tal vez me sienta como una mujer». Y sin embargo, la realidad es que no puedes tener las dos cosas.
Mary: Laura, escuchamos tu historia de cómo pasaste de ser Laura a ser «Jake». Cuando hiciste la «transición», creías que ser hombre era tu identidad; que aquello era «lo que eras». Sentiste que eras un hombre, que debiste ser de un género diferente al que tu cuerpo indicó que eras al nacer. ¿Siempre odiaste ser mujer?
Laura: Sí, desde muy temprana edad. Creo que realmente se agravó cuando fui muy maltratada por los hombres; ni siquiera era algo personal, sino la forma en que hablaban de las mujeres, la forma en que las trataban.
Sentí que Dios creó a los hombres y que las mujeres fueron sobras que hizo para reproducir a los hombres. No veía ningún valor en ser mujer. Es como si tuviera esta lente en mis ojos que estaba destinada a ser un niño y entonces cada experiencia en la vida se filtraba a través de eso.
Mary: Laura, lo que describes los psicólogos lo llaman «disforia de género». La disforia de género ocurre cuando una mujer está en desacuerdo con su cuerpo físico. Se siente ajena a sus partes sexuales y biológicas, y experimenta una angustia clínicamente significativa –angustia psicológica– por ser mujer, y en su lugar desea ser un hombre.
Esa palabra «disforia» proviene de dos palabras griegas que significan «difícil de soportar». Es una profunda sensación de malestar o insatisfacción con lo que eres, con tu cuerpo y tu identidad. ¿Cuándo te diste cuenta de que tu género «no encajaba», que eras disfórica, de que ser mujer era demasiado difícil de soportar?
Laura: Bueno, ya en la infancia vivía en este mundo de fantasía. Cuando tenía unos ocho años, comencé a escribir historias sobre ser niño, jugaba videojuegos todo el tiempo, fingiendo ser estos personajes masculinos. Esto era solo una especie de fantasía, un deseo. Sabía que estaba celosa de los chicos, estaba enojada con Dios por hacerme niña.
Pero cuando tenía veinticinco años y había tenido varias malas relaciones…viví en todo tipo de pecado sexual. Estaba muy desesperada porque los hombres me amaran.
Cuando eso comenzó a no funcionar y me di cuenta de que cada relación que tenía era un desastre, pensé, ¡la razón por la que nunca soy feliz en estas relaciones, la razón por la que ninguna relación funciona es porque se suponía que yo debía ser el hombre! ¡Si yo fuera el hombre, entonces les mostraría a estos hombres cómo se supone que debe tratarse a una mujer!
Mary: Entonces Laura, llegaste al punto en el que decidiste: «¡Me cansé de ser mujer! ¡Voy a dejar esa vida atrás y me voy a convertir en un hombre!» Cuéntanos sobre ese proceso, ¿qué pasó en ese momento?
Laura: Bueno, empezó con esta desesperación por escapar de ser mujer. Estaba desesperada por reparar de alguna manera esta grieta en mí y simplemente no tenía ningún deseo de ser mujer.
Luego descubrí que había un grupo de apoyo local en mi ciudad y pensé: «¡Vaya, definitivamente soy así!» Fui a la primera reunión del grupo de apoyo y a los cinco minutos de conocerme me dijeron: «¡Definitivamente eres trans!»
Dannah: ¡Wao, ese fue un diagnóstico bastante rápido!
Laura: ¡Cierto! Y por supuesto, el líder y todos en esa sala eran trans, así que claro que iban a apoyarme y a decir: «Sí, eres trans», porque todos quieren esa afirmación para sí mismos. Cuantas más personas puedan respaldar tus decisiones, mejor te sentirás al respecto.
Y entonces se convierte en un ciclo: dudas un poco de ti misma, así que lo refuerzas con la afirmación de otras personas y luego ellas te reafirman a ti. Así que, el ciclo se repite.
Recuerdo que en un momento de la conversación me preocupaba mucho que nunca me pudiera parecer a un hombre. Y me dijeron: «¡No te preocupes! ¡En un año más o menos, tomando hormonas, nadie sabrá que eres una chica!» Y ese fue el anzuelo que realmente mordí.
Satanás trata de vendernos esta falsificación barata de que podemos recrearnos a nosotros mismos. Cuando lo que necesitamos es que Dios nos dé vida, que nos restaure a lo que fuimos creados y destinados a ser.
Dannah: Qué pensamiento tan profundo: todos tenemos el deseo de ser algo que no somos, porque Dios quiere redimirnos, hacernos lo que Él originalmente quiso que fuéramos. ¡Me encanta eso!
Mary: ¡A mí también me encanta! Me encanta el pensamiento que se relaciona con eso. La Biblia dice que «de modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, ahora han sido hechas nuevas». (2 Corintios 5:17). Laura, eso era lo que buscabas ¿verdad?, era algo que querías dejar atrás.
Laura: ¡Así es!
Mary: Y es interesante, existe el Día de la concientización sobre la destransición, que es promovido, y donde muchas personas trans que han hecho la destransición están hablando de sus experiencias.
Muchos de ellos plantean la idea de que la razón por la que hicieron la transición fue porque estaban tratando de poner una curita a una herida profunda y dolorosa de otro tipo. Habían sufrido algún tipo de trauma o abuso sexual, problemas de salud mental o tenían un profundo odio hacia sus cuerpos.
En otras palabras, había algo mucho más profundo en sus corazones que el cambiar sus cuerpos no arreglaría. ¿Estarías de acuerdo con eso?
Laura: ¡Sí, absolutamente! Hay una herida profunda, muy profunda. Se basa en el autorrechazo. Es por la razón que sea, «no me agrado a mí misma, no me gusta ser para lo que fui creada, no me gusta quién soy, así que voy a reinventar a alguien más que no sienta este dolor, que la gente no odie. ¡Voy a ser alguien que sea amado por los demás!»
Dannah: Cuéntanos acerca de tus padres.
Laura: Crecí en un hogar cristiano. Mi madre casi siempre quería que me fuera y la dejara en paz, que la dejara trabajar, mientras que mi papá pasaba mucho tiempo conmigo. Casi todas las noches jugaba conmigo. Asistió a todos los partidos de fútbol y a todas mis competencias de natación. Pasaba cantidades increíbles de tiempo conmigo y ante los demás yo era su «angelita».
Miro hacia atrás y sé que mi madre me amaba, ella hizo mucho por mí, se sacrificaba tratando de hacer cosas por mí, pero en realidad nunca pasaba mucho tiempo conmigo. Así que había una diferencia extrema en la forma en que mis padres me amaban.
Mary: Así que ingresaste a una comunidad trans donde te dijeron que si hacías la transición sería la respuesta a tu dolor y serías feliz. Fue entonces cuando decidiste que harías la transición. Dime, ¿cuáles fueron tus primeros pasos en ese viaje?
Laura: Bueno, en primer lugar, tuve que empezar por ir a un psicólogo. No tenía ningún interés en la consejería, pero era un requisito legal en ese momento para comenzar la transición. Tuve tres sesiones obligatorias con esta terapeuta y en la tercera sesión dejó su cuaderno, me miró a los ojos y dijo: «¡Vaya! ¡Realmente tienes problemas con tu madre!»
Me quedé tan sorprendida, y pensé, «¿cómo hemos pasado de hablar de ser un hombre a hablar de mi madre?» No había visto la conexión, estaba muy enojada, exploté un poco y le dije: «¡No estoy aquí para hablar de mi madre!»
Y ella dijo: «Entonces, solo quieres este diagnóstico».
Le dije: «¡Sí! ¡Solo por eso estoy aquí!»
Entonces ella dijo: «Está bien», y me dio lo que quería, me dio este diagnóstico de trastorno de identidad de género, que era como se llamaba antes de que los activistas lo cambiaran a «disforia de género».
De hecho, eso se estableció en el sitio web del DSM (Manual de Diagnóstico Psiquiátrico de los Trastornos Mentales) que eran los estándares de atención para la transición. Los activistas fueron los que los presionaron para que lo cambiaran a disforia de género, porque no les gustaba que se llamara trastorno mental.
Pero descubrí años después que ella ni siquiera me diagnosticó oficialmente. Yo no lo sabía en ese momento. Me dio esta carta en la que decía que me habían diagnosticado un trastorno de identidad de género, pero en realidad nunca lo entregó como un diagnóstico oficial.
Mary: ¿Sabes qué es lo interesante para mí de todo esto, Laura?, escuchar cómo Dios está presente en tu historia, cómo está obrando a través de Sus circunstancias en tu vida y a través de las oraciones de tu mamá, papá y tía.
Me sorprende que Dios nos busque independientemente de las decisiones que tomemos. Él buscó una relación contigo, Laura, y Él lo hizo mucho antes de comenzar a convencerte de tu estilo de vida.
¿Cómo hiciste para cambiar de rumbo? ¿Cuándo comenzaste a ver que Dios era real y que quería tener una relación contigo?
Laura: Bueno en realidad empezó mucho antes. Miro hacia atrás y me sorprende lo mucho que Dios me estaba atrayendo. Ni siquiera me di cuenta hasta que salí de ese estilo de vida y comencé a contar mi historia. Empecé a recordar todas las formas en las que Dios me estaba persiguiendo.
Recuerdo que estaba teniendo todos estos sueños, no como si estuviera escuchando Su voz hablándome, sino simplemente donde Él me recordaba la verdad todo el tiempo. Tenía sueños de no irme con Jesús cuando regresara y todas estas cosas.
Pero una de las formas más poderosas fue cuando tuve este sueño una vez: soñé que mi sobrina se había caído por las escaleras y se le abrió la cabeza (tenía como dos años) y había muerto. Me desperté y no paraba de llorar.
Me tomó como dos horas darme cuenta de que era un sueño, de que no era real. Pero me sentí obligada a orar por ella…y yo no oraba en ese tiempo. Pero había crecido en un hogar cristiano, así que pensé, debería orar por ella.
Y dos días después se cayó por las escaleras, se golpeó la cabeza, se le abrió…pero sobrevivió. Yo estaba como, «wow, creo que Dios me dijo esto para que orara por ella». Así que, estas cosas sucedieron desde el principio, Dios seguía interviniendo en mi vida y usaba las circunstancias.
Dios me estaba persiguiendo y Él nunca me dejó ir. Durante todo ese tiempo, Él intervino en mi vida. Recuerdo también un programa de radio que había estado escuchando durante años y en el que el presentador era muy liberal, así que no estaba realmente en contra del estilo de vida LGBT.
Pero un día hizo esta pregunta: «¿Por qué las personas transgénero siempre quieren cambiar su cuerpo para que coincida con su mente y no solo cambiar su mente para que coincida con su cuerpo?» Y recuerdo que no supe cómo responder a esa pregunta, estaba tan enojada con esa pregunta porque no quería admitir que eso fuera posible. ¡Recuerdo que no podía sacármelo de la cabeza!
Seguía luchando y luchando con esta pregunta, recuerdo estar tan enojada ante la posibilidad de que fuera posible cambiar mi mente en lugar de cambiar mi cuerpo.
Dannah: Lo suficiente como para que hayas decidido abandonar la transición.
Laura: Sí, bueno no fue la insatisfacción con el estilo de vida lo que me llevó a la destransición, porque todavía no quería ser una chica.
Realmente no fue hasta que Dios se apoderó de mi corazón, y comenzó a transformarme y a perseguirme, lo que en realidad me llevó a la destransición y a regresar a quien Él me creó para ser. Finalmente me di cuenta de que era porque Él me había creado y solo Él podía definir quién yo era.
En Isaías 29:16, dice: «¡Qué equivocación la suya! ¿Es acaso el alfarero igual que el barro, para que lo que está hecho diga a su hacedor: «Él no me hizo»; o lo que está formado diga al que lo formó: «Él no tiene entendimiento?»
Ese es el punto al que llegué, fue como decir, «bueno, puedo identificarme con la forma en la que Dios me creó, o puedo seguir definiéndome a mí misma», pero sabía que nunca sería real.
Mary: Laura, llegaste a conocer al Señor; llegaste a conocerlo como «Jake». Y luego comenzaste a crecer espiritualmente, pero pasó un tiempo antes de que tuvieras esa convicción y llegaras al punto donde te diste cuenta de que necesitabas lidiar con el tema de tu identidad sexual…el hecho de que te veías a ti misma como hombre. Cuéntanos cómo sucedió eso.
Laura: Sí, tuve convicciones intermitentes durante todo ese tiempo. Pasó alrededor de un año y medio entre el momento en que fui salva y el momento en que me aparté de ese estilo de vida.
Dannah: Permíteme parar ahí por un segundo, porque a mucha gente le resultará difícil de creer.
Mary: Sí, muy difícil.
Dannah: Entonces, cuéntanos ¿qué tan genuina fue esa rendición? Fue real…pero aún no tenías todas las cosas resueltas.
Laura: Sí, claro, cuando fui salva tuve un increíble encuentro en el que supe sin ninguna duda que había sido rescatada, sabía que era una nueva criatura. ¡Mi corazón se transformó por completo!
Regresé al trabajo y todo lo que quería hacer era escuchar himnos, las Escrituras y todo volvió a fluir. Llamé a mi mamá para contarle lo que había sucedido ¡y ella supo por esa llamada telefónica que yo había cambiado!
Recuerdo que había estado viendo todo tipo de películas de terror y esas cosas por las noches; y recuerdo que una noche en particular tuve esa convicción y dije, «¡Dios me está cambiando!» Sabía que no podía seguir viendo estas películas y eso fue lo primero que recuerdo.
Supe que realmente había sido salvada y que el Espíritu de Dios había entrado en mí. Sabía que nunca volvería a ser la misma. Estaba convencida desde el principio por el estilo de vida que llevaba, pero no sabía qué hacer al respecto.
Dejé de ver pornografía y estaba tratando de limpiar mi vida. Trataba de hacer todo lo que podía, excepto lidiar con esta identidad transgénero…porque realmente no pensé que habría algo que pudiera hacer al respecto. Me sentí atrapada.
Estaba escuchando la Biblia en audio, enseñanzas cristianas, literalmente todo el día, todos los días. Dios estaba derramando Su Palabra en mí. Uno de los versículos de mi vida es el Salmo 107:20 que dice: «Él envió Su palabra y los sanó. Y los libró de la muerte».
Y así, mientras Dios estaba derramando la Palabra en mí, me sentí cada vez más convencida y después de un tiempo me di cuenta de que no podía simplemente tergiversar uno o dos versículos para que se ajustaran a lo que yo creía. Toda la Biblia me decía que no podía ser transgénero.
Porque, de nuevo, toda la Biblia trata de que Dios es el Creador, que Él es Señor y Maestro. Debemos seguirlo, Él nos ama, y quiere una relación con nosotros, pero tiene que ser en Sus términos.
Pero seguí escondiendo la convicción debajo de la alfombra. Me enojé con Dios en un momento dado, porque pensaba: «¿¡Qué se supone que debo hacer!? Aparecer en el trabajo con un vestido y decir: “¡Es broma! Realmente soy una chica, perdón, lo siento, les he mentido a todos durante cuatro años”». Quiero decir, ¡ni siquiera sabían que era trans!
Mary: Laura, solo quiero retroceder la cinta hasta el punto en el que realmente decidiste venir a Cristo. Estabas viviendo el estilo de vida trans, te presentabas al mundo como un hombre. Luego, tu mamá te pidió que la ayudaras con un sitio web para su estudio bíblico y la Palabra de Dios comenzó a trabajar en tu corazón ¿En qué momento le dijiste «sí» a Jesús? ¿Recuerdas ese momento?
Laura: Sí, en realidad fue un proceso de un par de meses en los que Dios comenzó a sacarme de eso. De verdad, en un momento creo que me liberé de un espíritu demoníaco. Hubo una diferencia de la noche a la mañana en mi forma de pensar. Fue como si mis ojos fueran abiertos, fue como el apóstol Pablo cuando se le cayeron las escamas (ver Hechos 9:18).
No podía volver a ser mujer en mi mente, así que era como si esperara desesperadamente que de alguna manera Dios me permitiera olvidar todo eso y vivir como si fuera un hombre, pero siguió atrayendo mi corazón. Recuerdo que en un momento llamé a mi mamá un día para preguntarle qué estaba enseñando en su estudio bíblico.
Ella había estado enseñando sobre el tribunal de Cristo ¡y Dios me trajo convicción! Me fui a casa y me tiré al suelo; sabía que no estaba del todo bien con Dios. Por mucho que tuviera celo por el Señor y compartiera mi fe con mis amigos, sabía que aún vivía para mi propia carne de muchas maneras.
Entonces dije: «Dios ¿qué quieres de mí? Quiero escuchar: “Bien hecho, buena sierva y fiel.” ¿Qué necesito cambiar?» Y el Señor me hizo una pregunta; Él dijo: «Si estuvieras frente a Mí esta noche, ¿qué nombre Yo pronunciaría?»
Y yo dije: «¡Espera un momento, eso no es justo! Sé que lo arruiné, sé que no debería haber hecho la transición ¡pero ya es un poco tarde!» Pero sabía que Él no me iba a llamar Jake, Él me recordó el capítulo 1 de Juan donde las Escrituras dicen: «Jesucristo mismo es el Creador» (ver el versículo 3).
Y Él dijo: «No puedes decir que me amas y sin embargo, rechazar mi creación». Y hubo un momento en el que pensé que me estaba condenando. Pensé, ¡no hay esperanza para mí! Si Dios no me ve como Jake, entonces no hay esperanza porque no puedo volver a ser Laura. Había tanto dolor allí y ni siquiera sabía por qué.
Pero con la voz más amorosa que he escuchado jamás en toda mi vida, Él me susurró y dijo: «Déjame decirte quién eres». Y eso fue lo que empezó a liberarme. Me di cuenta de que Él me había definido y creado con un plan, con un propósito…con una identidad. No estaba aquí solo por la biología, estaba aquí porque Él creó a una persona específica.
Y eso es lo que dice la Palabra de Dios en la carta a los efesios, que fuimos creados para buenas obras en Cristo Jesús antes de la fundación del mundo (ver Efesios 1:4, 2:10) Entonces supe que sin importar lo que le hiciera a mi cuerpo, sin importar quién dijera que era, nunca iba a ser nadie más que quien Dios me creó para ser. Pero aún no sabía cómo solucionarlo.
Mary: Eso me recuerda el Salmo 139, la conocida oración donde David le dice al Señor:
«Porque Tú formaste mis entrañas;
Me hiciste en el seno de mi madre.
Te daré gracias, porque asombrosa y maravillosamente he sido hecho;
Maravillosas son Tus obras,
Y mi alma lo sabe muy bien.
No estaba oculto de Ti mi cuerpo,
Cuando en secreto fui formado,
Y entretejido en las profundidades de la tierra.
Tus ojos vieron mi embrión,
Y en Tu libro se escribieron todos
Los días que me fueron dados,
Cuando no existía ni uno solo de ellos» (vv. 13-16).
Es asombroso cuán íntimamente nos conoce Dios incluso antes de que naciéramos y cuán cuidadosamente e intencionalmente Él nos teje.
Dannah: Creo que Aquel que nos diseñó es quien nos define. Eso es lo que declara el testimonio de Laura. Sé que en algún momento, Laura, entraste en contacto con una copia de Mujer Verdadera 101, un estudio bíblico que fue escrito por nuestra querida Nancy DeMoss Wolgemuth junto con nuestra amada Mary Kassian, que está aquí con nosotras hoy.
Así que me encantaría saber cómo eso ayudó en la transformación de tu proceso de pensamiento.
Laura: Cuando llegué a casa por primera vez fuera de ese estilo de vida, lo estaba haciendo para obedecer a Cristo, pero no tenía ningún interés en ser mujer. Lo estaba haciendo por obediencia, pero todavía era muy, muy doloroso. Me di cuenta de que una vez que la mentira transgénero se rompió, estaba pasando por un fuerte proceso.
Estaba en un grupo de discipulado con otras chicas y me esforzaba mucho, pero todavía no sentía que encajaba con las mujeres. Todavía pensaba: «Esta es solo mi cruz para llevar. Este es mi sacrificio por el Señor». Pero en este grupo de discipulado iban a hacer este estudio Diseño Divino, Mujer Verdadera 101. Y tengo que ser honesta, al principio no quería hacerlo, no estaba interesada en escuchar acerca de la feminidad bíblica.
Pero cuando empecé a leerlo mi corazón comenzó a cambiar. El Señor comenzó a mostrarme lo hermoso que es ser mujer, lo especial que es y lo que representa.
Creo que recuerdo especialmente haber leído sobre cómo los hombres y las mujeres muestran el evangelio y la manera perfecta en que se complementan. Eso fue lo que realmente empezó a cambiar mi corazón. Comencé a ver que el diseño de Dios para la mujer es bueno sin importar lo que diga el mundo.
Mary: Sabes, en nuestra cultura constantemente chocamos con una visión negativa de las mujeres y la feminidad. Escuchamos mentiras sobre la feminidad y mentiras sobre el sistema patriarcal que nos mantiene oprimidas.
Se nos dice que tenemos que luchar contra los hombres, ser como los hombres o que los hombres tienen más valor que nosotras como mujeres, y absorbemos todo tipo de creencias negativas sobre la feminidad de nuestra cultura y de vivir en un mundo caído. Y cuando Cristo comienza a deshacer eso, a quitar las capas, puede ser revelador y doloroso, pero también sanador y redentor.
Cuéntame más, Laura, sobre cómo Dios comenzó a abrirte los ojos y a ministrarte con respecto a quién eres como mujer.
Laura: Sí, recuerdo incluso dar pequeños pasos. Sabes, en ese momento no estaba casada, pero servía en la iglesia. Así que pensé, bueno, voy a practicar algunas de estas cosas con nuestros hermanos líderes. Ya sabes, respetarlos, afirmar su liderazgo, autoridad y animarlos.
Cuando comencé a hacer esas cosas, empecé a ver el fruto, me respetaban más. Había tanta paz en mí y comencé a tener una gran alegría al verlos dar un paso adelante como hombres y no ser aplastados por las mujeres. Así que, comenzó a afirmarse todo lo que había estado leyendo.
Empecé a comprender que obtenemos el amor de los hombres, pero no tratando de ser mejores que ellos o demostrar que estamos por encima de ellos. Descubrí que mientras animaba a los hombres y los afirmaba, ellos también me animaban. Y así se convirtió en esta hermosa representación de lo que Dios diseñó con Adán y Eva.
Dannah: Sí, volvamos a Adán y Eva. Quiero volver al principio porque, sinceramente, eso es lo que hizo Jesús. Cuando caminaba por las calles algunos fariseos se le acercaron para intentar ponerlo a prueba. Hubo lo que yo llamaría una revolución de la época, que sería la revolución del divorcio. Ya sabes, en este momento estamos en una revolución transgénero.
Y cuando intentaron ponerlo a prueba, Jesús dijo: «En el principio…regresa al principio, ¿qué diseñé? ¿Cuál era mi propósito?» (ver Mt.19). Y quiero leer un versículo que está en Génesis 1:27, el primer capítulo de la Biblia. Quiero escuchar tus pensamientos sobre esto.
«Dios creó al hombre a imagen Suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó». Mary, ¿qué necesitamos saber sobre ese versículo?
Mary: Ese versículo del capítulo 1 de Génesis, nos da una descripción general de la dignidad y la calidad del hombre y la mujer creados a imagen de Dios para Su gloria. Génesis 1 nos dice que fuimos creados para tener dominio sobre el mundo y que compartimos esa misión por igual.
Luego, en el capítulo 2 de Génesis, comenzamos a ver algunas diferencias entre los dos sexos. Así que el capítulo 1 de Génesis habla de la creación de la humanidad como un todo y nuestra igualdad fundamental, pero el capítulo 2 ofrece una repetición ampliada que revela diferencias esenciales en la creación de Dios de los dos sexos.
Y ambas narrativas son importantes, ambas son partes vitales del mensaje. Primera parte: estamos juntos en esto como seres humanos. Dios ve al hombre y a la mujer como un todo igual, unido e indivisible. Somos iguales.
Segunda parte: Dios nos creó de manera diferente. Varón y hembra no son copias exactas el uno del otro. Somos seres complementarios, la masculinidad y la feminidad no son lo mismo y no son intercambiables. Dios nos creó exclusivamente hombres o mujeres y no somos iguales, ni deberíamos intentar ser iguales.
Dannah: Claro, el evangelio es una de las razones por las que quizás Dios nos creó claramente como hombres y mujeres. Mary, ¿crees que de alguna manera también puede ser un reflejo de que Él es un ser social?
Mary: ¡Absolutamente! Dios es un ser social. En la relación entre los miembros de la Trinidad, vemos una profunda unidad. Dios es Uno, y al mismo tiempo la Biblia revela que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo interactúan de distintas maneras. Creo que Dios creó al hombre y a la mujer como una lección práctica, una historia por así decirlo, para revelarnos verdades sobre la naturaleza y el carácter de Dios.
El capítulo 1 de Romanos, es un pasaje de la Escritura que trata sobre la sexualidad y la ética sexual, dice: «Pero lo que se conoce acerca de Dios es evidente dentro de ellos, pues Dios se lo hizo evidente. Porque desde la creación del mundo, Sus atributos invisibles, Su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que ellos no tienen excusa» (vv. 19-20).
Entonces Romanos 1 implica que la humanidad, como hombre y mujer, deja claro lo que se puede conocer acerca de Dios. El género y la sexualidad fueron creados para contar una historia clara y precisa sobre Dios.
Cuando tratamos con un tema cultural candente como el transgenerismo, siempre debemos volver a lo que dice la Biblia. Hay cosas que la Biblia dice sobre el hombre y la mujer, y hay cosas que la Biblia no dice sobre el hombre y la mujer.
Creo que a veces empezamos a armar una narrativa falsa sobre lo que es un hombre o una mujer, y esa es la narrativa con la que los transgénero están tratando de vivir. ¡Así que creo que debemos ser extremadamente cuidadosas cuando hablamos de masculinidad y feminidad, para apegarnos a lo que dice la Palabra de Dios sobre el hombre y la mujer y no inventar cosas!
Así que la feminidad bíblica no se trata de abrazar todos los estereotipos culturales externos de la feminidad. Más bien, se trata de llegar al núcleo de lo que Dios nos creó para ser. La Biblia desafía a las mujeres biológicas a descubrir para qué Dios las creó como mujeres, y a los hombres biológicos a descubrir para qué Dios los creó como hombres.
Laura, cuando estabas luchando con eso, trabajando en el estudio de la Biblia de Diseño Divino, ¿qué parte fue la que llamó tu atención para comenzar a reconocer, «sí, ¡eso resuena con lo que soy!»
Laura: En realidad, creo que la primera parte que comenzó a cambiar mi forma de pensar fue cuando hablaba de quién es realmente un hombre. Recuerdo haber leído eso y decir: «¡Eso es diferente a mí!» Ese capítulo fue antes de que se hablara acerca de las mujeres.
Creo que hay tanta belleza ahí, porque cuando comencé a reconocer lo buena que era esa creación de Dios, el hombre, que no era yo, comencé a desear tener esa relación en lugar de desear ser el hombre yo misma, porque reconocí que yo no podría serlo.
Miro mi propia historia y honestamente estoy asombrada por lo que Dios ha hecho. Han pasado ya muchos años desde que dejé el estilo de vida y honestamente nunca hubiera creído que estaría en este punto. No pensé que volvería a parecer una chica, no pensé que volvería a sentirme como una mujer.
Honestamente, dejé el estilo de vida para ser obediente a Cristo ¡y luego me quedé impresionada por lo que Él ha hecho! Pero he descubierto que cuanto más confío en Él, cuanto más camino por fe, cuanto más me rindo y le entrego todo a Él, ¡más se ha demostrado fiel a Sí Mismo!
Nancy: Y qué privilegio es para Aviva Nuestros Corazones ser parte de esta historia, ser una de las herramientas que el Señor usó para traerla de vuelta a Él. Laura regresará para orar.
Laura: Padre celestial, te agradecemos por todas las que están escuchando en este momento. Te doy gracias Señor, porque todas están aquí por Tu divina designación, por una razón u otra. ¡No cometes errores! Oro para que este programa sea de gran aliento para ellas.
Señor, para aquellas que están luchando, tal vez verán algo de esperanza, que vean que pueden volver a ser quienes Tú las creaste para ser, que no se han ido demasiado lejos, que Tú puedes sanar todo el quebranto y las heridas internas…incluso cuando olvidé mencionar que Tú has redimido y restaurado completamente mi relación con mi madre, me has dado un gran amor por ella, por las mujeres y verdaderamente has restaurado los años que las langostas devoraron.
Oro por aquellas que están orando por sus seres queridos, para que tengan esa esperanza, que no se den por vencidas con sus seres queridos, que no se den por vencidas por quien están orando para ser esa persona que Dios creó.
Ayúdalas a mantenerse firmes y a no abrazar la ideología del diablo para estar de acuerdo con las mentiras, sino a mantenerse firmes en la fe, el amor y la compasión. Señor, dales la fuerza para caminar por este camino difícil del amor y la verdad. Oro para que nos animes a todas y nos acerques más a esa relación contigo. Sana todo nuestro quebrantamiento en esas áreas, Señor, en las que no confiamos en Ti y con quien nos hiciste ser. Oro para que traigas una sanidad más y más profunda, en el nombre de Jesús, Amén.
Dannah: Ayudándote a valorar la forma en que Dios te creó, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de La Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
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