Dios usa mujeres valientes
Annamarie: Tu rol como miembro de tu iglesia local es importante.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: El crecimiento de la iglesia —y no solo me refiero al crecimiento numérico, sino al crecimiento espiritual— la expansión del reino de Dios y el que se añadan nuevos creyentes a la familia de Dios, es la aflicción del mundo. El mundo odia eso, y Satanás lo odia también. Él lleva a cabo todas sus normas y sus programas y sus poderes, en contra del crecimiento del reino de Dios. Existe una batalla.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Hay diferentes tipos de héroes, unos son visibles, y otros están tras bastidores. Moisés es uno de los héroes de la fe que encontramos en la Biblia, pero su historia no habría sido posible sin la participación de algunas mujeres en el trasfondo. Hoy …
Annamarie: Tu rol como miembro de tu iglesia local es importante.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: El crecimiento de la iglesia —y no solo me refiero al crecimiento numérico, sino al crecimiento espiritual— la expansión del reino de Dios y el que se añadan nuevos creyentes a la familia de Dios, es la aflicción del mundo. El mundo odia eso, y Satanás lo odia también. Él lleva a cabo todas sus normas y sus programas y sus poderes, en contra del crecimiento del reino de Dios. Existe una batalla.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Hay diferentes tipos de héroes, unos son visibles, y otros están tras bastidores. Moisés es uno de los héroes de la fe que encontramos en la Biblia, pero su historia no habría sido posible sin la participación de algunas mujeres en el trasfondo. Hoy Nancy da inicio a una serie en la que estaremos explorando los roles de estas mujeres, titulada, «Recordando a Miriam».
Nancy: Durante nuestras series, hemos visto diferentes mujeres de la Biblia, y veremos lo que tienen que decirnos a nuestras propias vidas, las vidas de estas mujeres.
Durante mucho tiempo he querido desarrollar un estudio acerca de la vida de Miriam, un personaje del Antiguo Testamento. Así que al comenzar a estudiar esto y al prepararme para esta serie, llegué al primer incidente que está registrado acerca de su vida en el libro del Éxodo. Quizás quieras buscarlo en tu Biblia mientras lo estudiamos.
Este primer incidente que tiene lugar en Éxodo 2, ocurre cuando Miriam es una niña pequeña, y está en los acontecimientos que rodearon el nacimiento de su hermanito, Moisés. Recordarás cómo la vida de Moisés fue amenazada desde recién nacido, y cómo Dios, sobrenaturalmente lo libró. Mientras me adentraba en este estudio y comenzaba a pensar en Miriam, me di cuenta que Miriam es una de cinco mujeres que son parte de esta escena, así que decidí expandir el estudio.
Pero antes de adentrarnos en la vida de Miriam, quiero que veamos a estas otras mujeres como parte de nuestro estudio y que las veamos no solo para ver qué podemos aprender de su ejemplo, sino también para entender y ver su papel y el nuestro en el drama completo de la redención, que es la historia del gran plan de Dios de salvación, visto a través de la Escrituras, desde el Antiguo hasta el Nuevo Testamento.
Quiero que tengamos un trasfondo y un contexto de todo este recuento. Algunas veces en estos programas les digo, ustedes están familiarizadas con esta historia, y entonces ocasionalmente recibimos una carta de alguien que nos dice, «no asumas que todas estamos familiarizadas con esa historia». Tenemos muchas jóvenes creyentes, muchas mujeres que no están familiarizadas con las Escrituras y que escuchan Aviva Nuestros Corazones. Les voy a dar el trasfondo y el contexto y hoy veremos dos de estas cinco mujeres.
En los próximos días veremos las otras tres. Así que para ofrecerles un trasfondo, veamos Éxodo capítulo 1, comencemos en el versículo 6. «Y murió José, y sus hermanos, y toda esa generación».
José había sido mandado a Egipto por sus hermanos, y sus hermanos y su padre se unieron al final con él allí. José y su familia habían muerto, pero su familia terminó creciendo en Egipto. No fue ahí donde Dios quiso que ellos vivieran. Al final iban a estar en la tierra prometida, pero mientras tanto, el pueblo de Dios era extranjero en la tierra de Egipto.
Versículo 7: «Pero los hijos de Israel fueron fecundos y aumentaron mucho, y se multiplicaron y llegaron a ser poderosos en gran manera, y la tierra se llenó de ellos». Esto era evidencia de la bendición de Dios. Dios estaba bendiciendo y multiplicando Su pueblo. Estaba edificando una nación por la cual Él bendeciría al mundo al mandar un Salvador, Jesucristo. Así que Dios los bendijo al multiplicarlos para que ellos fueran bendición para otros.
Versículo 8: «Y se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no había conocido a José». José había sido un líder en la tierra de Egipto. Había subido a un lugar de fama y prominencia, pero ahora viene un nuevo rey. Él no conoce a José. Él no aprecia de donde vino este pueblo o no sabe cómo llegó a Egipto.
Versículos 9-10: «y dijo a su pueblo: He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es más numeroso y más fuerte que nosotros. Procedamos, pues, astutamente con él no sea que se multiplique, y en caso de guerra, se una también con los que nos odian y pelee contra nosotros y se vaya de la tierra».
Ahora Faraón, que con ese título era como se conocía a los reyes de Egipto, tiene dos preocupaciones aquí. Antes que todo, élpercibe que los hebreos son una amenaza para la seguridad nacional. Hay muchos de ellos, si ellos deciden que no nos quieren cuando vengan nuestros enemigos contra nosotros, se aliarán con ellos y tendremos problemas. Así que necesitamos reducir sus fuerzas. Necesitamos asegurarnos de que no se conviertan en una fuerza muy poderosa en esta tierra. Además, no queremos que se escapen porque son una fuerza de trabajo en la tierra y no podemos darnos el lujo de estar sin ellos.
Así que Faraón decide que va a controlar el crecimiento de la población de los hebreos. Él establece un programa nacional para tratar con esta amenaza. El programa, como veremos en un momento, pasa por varias fases y cada una es progresivamente más agresiva que la anterior. Vemos la primera fase al comenzar en el versículo 11:
«Entonces pusieron sobre ellos capataces para oprimirlos con duros trabajos y edificaron para Faraón las ciudades de almacenaje, Pitón y Ramsés. Pero cuanto más los oprimían, más se multiplicaban y más se extendían, de manera que los egipcios llegaron a temer a los hijos de Israel» (vv. 11-12).
Así que Faraón los forzó a trabajar. Luego vemos en el versículo 13 que él intensifica el trabajo. Versículos 13-14:
«Los egipcios, pues, obligaron a los hijos de Israel a trabajar duramente, y les amargaron la vida con dura servidumbre en hacer barro y ladrillos y en toda clase de trabajo del campo; todos sus trabajos se los imponían con rigor».
Así que continuaron incrementando la carga de trabajo. Intensificaron la opresión, pero el programa de Faraón no funcionó porque Dios estaba supervisando a Su pueblo. Él estaba cuidando de ellos providencialmente y Él era el que estaba edificando esta nación. Ningún Faraón ni ningún número de faraones en todo el mundo puede detener eso. Los hebreos siguieron multiplicándose en número.
Luego vemos una política más agresiva que comienza en el versículo 15:
«Y el rey de Egipto habló a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y la otra Puá, y les dijo: Cuando estéis asistiendo a las hebreas a dar a luz, y las veáis sobre el lecho del parto, si es un hijo, le daréis muerte, pero si es una hija, entonces vivirá» (vv. 15-16).
Ahora, ¿cuál era el pensamiento aquí? Las niñas que nacieran podrían crecer y convertirse en esclavas domésticas y eso no sería un problema. Faraón podría usar muchas de ellas en Egipto. Pero los niños, si se les permitía vivir, podrían crecer y convertirse... ¿en qué? En guerreros. En soldados. Ellos se convertirían en una amenaza para Egipto. Así que Faraón establece esta política sistemática de infanticidio masculino. Maten los bebés varones. Era un programa horrible. Era un plan malicioso, y él dio instrucciones que debían ser llevadas a cabo a través de estas parteras.
Se nos dicen sus nombres, Sifra y Puá. No es claro de qué nacionalidad eran. Algunos piensan que pudieron ser hebreas porque, ¿por qué unas parteras egipcias habrían de salvar las vidas de esos niños hebreos? No lo sabemos. Probablemente no eran las únicas dos parteras en Egipto. Había millones de personas en Egipto y dos parteras no hubieran sido suficientes especialmente para esta población creciente de hebreos. Es probable que estas dos mujeres estuvieran a cargo de una red nacional de parteras a través de la tierra de Egipto.
Ahora, estas parteras probablemente eran esclavas también. Este rey que les dio la orden, tenía autoridad absoluta sobre sus vidas. Pero mira lo que nos dice el versículo 17 acerca de estas parteras. «Pero las parteras temían a Dios, y no hicieron como el rey de Egipto les había mandado, sino que dejaron con vida a los niños». Este es un versículo increíble.
Aquí está Faraón, el hombre más poderoso en el mundo, y él emitió este edicto. Él dijo, «maten a los niños». Sin embargo, estas dos parteras dicen, «no lo haremos». Estas mujeres temían a Dios más de lo que temían lo que Faraón pudiera hacerles. Estaban más preocupadas por la ira de Dios, que durará por la eternidad, que por Faraón, que lo peor que podría hacerles era matarlas. Él no podía hacerles otra cosa más que matar sus cuerpos. Ellas temían más a Dios que al rey.
He llegado realmente a admirar a estas dos mujeres mientras he estado reflexionando en este pasaje. Están en una línea larga de hombres y mujeres que expresan reverencia a Dios y han dicho que no van a ceder. Si la palabra del rey contradice la Palabra de Dios, debemos obedecer a Dios antes que a los hombres. El temor a Dios es lo que libró a estas mujeres del temor al hombre.
El temor a Dios es lo que nos libra del temor al hombre. ¿Qué me puede hacer el hombre? Si Dios está conmigo, ¿quién contra mí? Es una cosa mucho más grave incurrir en la ira Dios que incurrir en la ira de cualquier ser humano. Fue el temor a Dios que causó que ellas desobedecieran la ley injusta del rey. Existen leyes injustas. Cuando la ley del hombre está en conflicto con la ley de Dios, el temor a Dios nos llevará a obedecer a Dios antes que a los hombres.
Ahora, Dios todavía no había dado Su ley a Su pueblo. Los Diez Mandamientos fueron dados en Éxodo capítulo 20, y estamos en Éxodo capítulo 1. Así que todavía no tenían la ley de Dios oficialmente escrita; pero estas mujeres sabían que Dios había prohibido matar. ¿Cómo sabían eso? Bueno, Romanos nos dice que la ley de Dios está escrita en nuestros corazones. Tenemos una conciencia. Estas mujeres tenían una conciencia. Sabían que estaba mal.
Yo escucho hoy acerca de personas que hacen ciertas cosas o que tienen ciertos comportamientos –personas incrédulas– decir, «no tenía idea que fuera malo». La única manera que no tuvieras idea de que era malo es si tu consciencia ha sido cauterizada. Tanto has resistido la luz que has terminado caminando en la oscuridad.
Estas mujeres sabían en sus corazones, pero también es posible que ellas supieran, porque Dios les había revelado desde los primeros días que el matar era malo. ¿Recuerdas en los días de Noé después del diluvio? Dios dijo: «El que derrame sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada» (Gén. 9:6).
Estas mujeres sabían que era ley de Dios, una de las primeras leyes de Dios, que la vida humana es sagrada. Debe ser protegida. Estos eran bebés indefensos, los más pequeños. Pero de alguna manera ellas sabían que la vida es preciosa, y que debía ser preservada. Así que rehusaron hacer lo que el rey ordenó y dejaron vivir a los niños.
En el versículo 18, se les llama a cuentas por esto: «El rey de Egipto hizo llamar a las parteras y les dijo: ¿Por qué habéis hecho esto, y habéis dejado con vida a los niños? Respondieron las parteras a Faraón: Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias, pues son robustas y dan a luz antes que la partera llegue a ellas» (vv. 18-19).
Ahora, ha habido mucha discusión por una gran cantidad de teólogos, mucha tinta derramada sobre esta pregunta. ¿Mintieron las parteras a Faraón? Si así fue, ¿fueron justificadas en hacer eso? Bueno, no me voy a meter en todo eso excepto a decir que mientras he leído un sinnúmero de comentarios sobre este pasaje, es muy posible que lo que dijeron fuera cierto. Esto pudo ser cierto en varios acontecimientos.
Primero, conociendo el edicto de Faraón:
- Cuando estaban dando a luz las mujeres hebreas pudieron haber retrasado llamar a las parteras hasta después de dar a luz.
- Las parteras pudieron haberse retrasado en responder cuando las llamaban para darles tiempo a las mujeres a que dieran a luz y escondieran a sus hijos.
Luego también se me ha sugerido que las mujeres hebreas estaban acostumbradas a trabajo forzado. Eran parte de la fuerza de trabajo manual en Egipto. No vivían las vidas delicadas y refinadas que vivían las mujeres egipcias. Como resultado, probablemente las mujeres hebreas estaban en mejor condición física. Cualquiera que ha tenido un bebé sabe que si estás en mejor condición física, eso te ayudará a tener un alumbramiento más rápido y fácil.
Algunas de ustedes dirán, «no siempre funciona de esa manera»
- Es muy posible que estas mujeres estuvieran en tan buena condición física que sí tenían alumbramientos más rápidos y que alumbraban más fácilmente.
- Sobre todo, es muy posible que Dios sobrenaturalmente haya hecho su alumbramiento rápido y fácil para que no necesitaran ayuda de las parteras.
Independientemente de que si se trataba de un milagro o que Dios les daba fuerza a estas mujeres, no hay duda de que Dios estaba involucrado; Dios estaba protegiendo a Su pueblo. Independientemente de eso, está claro que la razón del elogio de Dios para estas parteras es que dejaron vivir a los niños. El elogio no fue porque mintieron, si es que mintieron.
Hay dos resultados de que las mujeres dejaran vivir a los niños y de que nacieran los niños. El versículo 20 nos da los dos resultados. Lee a la mitad del versículo 20, «y el pueblo se multiplicó y llegó a ser muy poderoso».
No importaba lo que hiciera Faraón, no podía detener el nacimiento de esos niños. No podía detener el crecimiento de la nación de Israel y el que se fortaleciera y se expandiera. A pesar de todos los esfuerzos concentrados del Faraón para limitar su crecimiento, Dios siguió bendiciendo. Dios les siguió dando hijos. Dios siguió aumentando su número.
Esto me recuerda, mientras pienso en este fenómeno, que cuando Dios quiere bendecir a Su pueblo, no hay nada ni nadie que pueda detenerlo. No hay ninguna ley. No hay ningún rey. No hay ningún gobernante. No hay ningún marido. No hay ningún congresista. No hay ningún padre. No hay nada que pueda detener el plan de Dios cuando Él quiere edificar Su reino y bendecir a Su pueblo.
Esto debe fortalecer nuestros corazones, que en medio de días terroríficos, el pueblo de Dios se puede multiplicar y puede crecer fuerte. De hecho, a veces la iglesia se ha multiplicado y se ha hecho más fuerte en tiempos de persecución que en tiempos de paz. Hemos visto esto en la iglesia de China. Durante los años de la opresión comunista cuando no permitían entrar al Occidente, la iglesia creció más en esos años de terrible persecución que en otras partes del mundo donde no hay tal persecución.
Dios puede bendecir a Su pueblo y hacer que crezca fuerte. Dios puede bendecir y causar que tú crezcas fuerte en medio de circunstancias muy difíciles donde todo y todos parecen estar en contra de que eso suceda.
Luego leemos también en el versículo 20, «Y Dios favoreció a las parteras». «Y sucedió que por las parteras temer a Dios», versículo 21, «Él prosperó sus familias». Fueron recompensadas. Eso es lo que Proverbios 31:30 nos dice. «La mujer que teme al SEÑOR esa será alabada». Estas mujeres temieron al Señor y Dios las bendijo. Les dio familias.
A menudo en esa cultura las mujeres eran parteras porque no tenían hijos propios. Ellas ayudaban a otras mujeres a dar a luz. Ellas cuidaban los niños de otras personas, y en este caso, porque lo hicieron, Dios les bendijo con tener sus propios hijos.
Pero, al mismo tiempo la presión no paró. Por el contrario, se intensificó. Vemos en el versículo 22, la próxima etapa del programa de Faraón de controlar la población. En realidad era un programa de limpieza étnica. Él estaba tratando de deshacerse de los judíos. Esta etapa es la más agresiva. Es incomprensiblemente cruel.
Como si lo que ya había hecho no hubiera sido suficiente, mira el versículo 22: «Entonces Faraón ordenó a todo su pueblo, diciendo: Todo hijo que nazca lo echaréis al Nilo, y a toda hija la dejaréis con vida».
Los egipcios consideraban el Nilo como un río sagrado. Pudo haber sido que pretendieron ofrecer a los niños hebreos como sacrificios a los dioses de Egipto.
La primera orden había sido para las parteras. Ahora Faraón ordena a todo su pueblo, versículo 22. Esto es una orden para el público en general. Es probable que todos fueran responsables de decir si una mujer no estaba siguiendo estas órdenes. O aquellos que no dijeran nada podrían enfrentar represalias contra sí mismos por no hacerlo.
Ahora, de acuerdo a los comentaristas que he leído, parece que este edicto fue hecho después del nacimiento de Aarón, quien era el hermano mayor de Moisés, tres años mayor que él, y ese edicto probablemente fue revocado pronto después del nacimiento de Moisés. Así que no fue un edicto que duró mucho tiempo. Porque de haber sido así, probablemente no hubiera seiscientos mil hombres judíos en edad adulta de ochenta años o más, más tarde cuando fueron liberados de Egipto.
Así que Faraón no tuvo éxito en acabar con toda una generación de hombres como él hubiera esperado. Hubo una ventana estrecha donde este edicto estuvo en efecto. Solo fue un recordatorio de que la soberanía de Dios anula a los reyes, a los gobernadores y a las leyes. Podemos golpearnos la cabeza contra la pared por los gobernadores malvados, líderes malvados, leyes malvadas, y debemos hacer lo que podamos para verlas cambiar, pero hay veces cuando no podemos hacer nada más que apelar a Dios quien es el que gobierna sobre todos estos reyes y edictos.
Ahora, esto es solo un vistazo rápido de la historia, el «qué». Quiero que tomemos unos cuantos momentos aquí para decir algo acerca del «¿y qué?» ¿Qué tiene todo esto que ver con nosotras? Bueno, primero nos recuerda que hay una batalla en curso. El reino de Dios versus el reino de Satanás. La luz versus la oscuridad. La vida versus la muerte.
Matthew Henry dice en su comentario acerca de este pasaje: «El crecimiento de Israel es la aflicción de Egipto y contra el cual los poderes y las normas del infierno se dirigen». Él está diciendo que al Israel crecer Egipto está enfurecido; así que todos los poderes y las fuerzas del infierno son ejecutadas contra Israel.
Fue verdad de Israel en ese día, y yo diría que es verdad de la iglesia en nuestros días. El crecimiento de la iglesia, y no solo me refiero al crecimiento numérico, sino al crecimiento espiritual, la expansión del reino de Dios y el que se añadan nuevos creyentes a la familia de Dios, esto es la aflicción del mundo. El mundo odia eso. Satanás lo odia y él ejecuta sus normas y sus programas y sus poderes en contra del crecimiento del reino de Dios. Hay una batalla.
Estos no son días favorables para la gracia o para Cristo. Vemos que si tú vas a proclamar el nombre de Cristo hoy, tienes que tener valor, coraje. Tienes que estar dispuesta a aguantar abuso y a que te malinterpreten. Pero en medio de eso, vemos que Satanás siempre está determinado a quitar la vida, especialmente la vida de aquellos quienes puedan aumentar el reino de Dios y el reinado de Dios y el gobierno de Dios en este mundo.
¿Cómo hace él eso?
- Lo hace físicamente, por diversos medios de quitar la vida.
- En unas partes del mundo significa hambre, SIDA y niños víctimas del SIDA.
- Aborto en nuestros países y alrededor del mundo.
- Infanticidio en algunas partes del mundo. Al final, es Satanás quien quiere quitar la vida.
- No solo lo hace físicamente. Lo hace espiritualmente.
- Destrucción espiritual, engaño, el ataque al alma de la próxima generación.
Si el complot siniestro de Faraón hubiera tenido éxito, el plan de Dios de redimir al mundo hubiera sido abortado. Pero Dios usó a estas parteras como parte del desarrollo de su historia para contrarrestar los planes malvados de Satanás y de los hombres.
Vemos aquí a dos parteras que eran mujeres valientes. Ellas se levantaron contra el mal. Piensa, ¿qué poder tenían estas mujeres contra el rey egipcio y todas sus fuerzas? Ellas eran débiles. Pero Dios usó a estas dos mujeres, a estas dos mujeres valientes, para frustrar el complot malvado del rey.
Una minoría piadosa y valiente en las manos de Dios puede ser usada para derrotar a una mayoría malvada. No se te olvide que cuando estás siendo absorbida, abrumada por la posición de la mayoría, por las leyes y los gobernadores y por personas y líderes e influencias en nuestra nación quienes están establecidos sobre el mal, no te olvides que Dios usa a mujeres valientes. Y mujeres así pueden ser usadas para derribar imperios enteros del mal por la gracia de Dios y Su poder, no para que nosotras reinemos y gobernemos, sino para el reinado y el gobierno del reino de Dios aquí en la tierra así como en el cielo.
Annamarie: Nancy DeMoss de Wolgemuth te ha estado describiendo a dos mujeres que parecen personajes sin relevancia en la historia de Moisés. Pero cuando observas detenidamente lo que ellas hicieron, querrás vivir tu vida con un nuevo sentido de propósito, aun en medio de la batalla espiritual en que nos encontramos.
He leído esta historia que encontramos en el libro de Éxodo en varias ocasiones, y creo que he perdido de vista detalles que Nancy ha traído a la luz. Hoy nos encontramos en el primer día de la serie, «Recordando a Miriam», y te animo a leer por ti misma las porciones de la Escritura que estaremos estudiando a lo largo de esta serie. Aprendamos juntas a leer y observar las riquezas que Dios nos ha dejado en Su Palabra.
A lo largo de toda esta serie que se transmitirá durante las dos próximas semanas, sacarás mucho provecho al descubrir personajes que parecen estar en los márgenes de las historias bíblicas. Conocer estos personajes nos dará mayor entendimiento de lo que significa ser una mujer valiente y usada por Dios para impactar generaciones.
No queremos terminar este programa sin agradecerles a todas aquellas que han hecho posible este programa por medio de su apoyo financiero el mes de mayo. Aprovecho para recordarles que pueden ser nuestras colaboradoras mensuales, y más importante aún, apoyarnos en oración. Ustedes son una parte vital para que el mensaje de la verdad de la Palabra de Dios se extienda y traiga a muchas a vivir una vida de libertad, plenitud y abundancia en Cristo.
¿Te ha causado temor pensar en el futuro de tus hijos o jóvenes a tu alrededor? Nancy te mostrará cómo tornar ese temor en fe y acción.
Te animamos a participar activamente en tu iglesia local y a reencontrarte con nosotros de nuevo el lunes, aquí en Aviva Nuestros Corazones. ¡Te esperamos!
Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
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