Dios trabaja de maneras que no puedes ver
Débora: Mientras tratas de servir al Señor, ¿estás enfrentando algunos obstáculos? Nancy Demoss Wolgemuth dice: «¡No te rindas! Sigue buscando la voluntad del Señor».
Nancy DeMoss Wolgemuth: Y quiero hacerte esta pregunta: ¿Qué está poniendo Dios frente a ti hoy? Puede que no haya personas cristianas en el lugar donde trabajas o en tu familia. Pero recuerda: Dios siempre trabaja de maneras y en lugares que no puedes ver.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «El cielo gobierna», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 20 de noviembre de 2023.
Bueno, el mes de noviembre está terminando, ¿no te gustaría poder pasar tu día al aire libre? ¡A mí me encantaría!
Tal vez así es como pasaste tu fin de semana, viendo un partido de fútbol de la escuela bajo las estrellas o visitando el sembradío de calabazas con tus hijos. …
Débora: Mientras tratas de servir al Señor, ¿estás enfrentando algunos obstáculos? Nancy Demoss Wolgemuth dice: «¡No te rindas! Sigue buscando la voluntad del Señor».
Nancy DeMoss Wolgemuth: Y quiero hacerte esta pregunta: ¿Qué está poniendo Dios frente a ti hoy? Puede que no haya personas cristianas en el lugar donde trabajas o en tu familia. Pero recuerda: Dios siempre trabaja de maneras y en lugares que no puedes ver.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «El cielo gobierna», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 20 de noviembre de 2023.
Bueno, el mes de noviembre está terminando, ¿no te gustaría poder pasar tu día al aire libre? ¡A mí me encantaría!
Tal vez así es como pasaste tu fin de semana, viendo un partido de fútbol de la escuela bajo las estrellas o visitando el sembradío de calabazas con tus hijos. Tal vez pasaste una tarde atrapada en un laberinto de arbustos…¡espero que hayas podido salir!) ¿Alguna vez te has perdido en uno?
Al principio tienes una idea de qué camino tomar, pero luego, cuando das la vuelta en una esquina y luego en otra esquina…¡empiezas a confundirte! Los tallos se elevan sobre tu cabeza ¡giras de nuevo y te encuentras con un callejón sin salida, luego otro, y al final no sabes cuál camino tomar!
A veces, servir al Señor puede sentirse como caminar a través de un laberinto. ¿Sabes lo que se siente? Estás haciendo tu mejor esfuerzo, pero pareciera que tus esfuerzos no rinden frutos, no sirven de nada. Te sigues topando con callejones sin salida. Y mientras tratas de encontrar el camino correcto, tal vez te preguntes: ¿Qué está haciendo Dios?
Bueno, hoy Nancy te animará a seguir adelante, a seguir sirviendo al Señor, ¡a seguir buscándolo! Es posible que no puedas ver el camino, pero Dios está haciendo algo detrás de escena. Aquí está Nancy para explicarnos y presentarnos a una de sus nuevas mejores amigas…Lidia.
Nancy: Si me conoces un poco, ¡sabes cuánto me gustan las biografías! Me encanta leer las historias de hombres y mujeres que han caminado con Dios, que han sido fieles a Él y han experimentado Su fidelidad en sus vidas. Sus historias me inspiran.
Y mis biografías favoritas son las que encontramos en las Escrituras. Así que hoy, y en los próximos días, quiero presentarte a una nueva amiga. Bueno, no es totalmente nueva, tú y yo hemos escuchado hablar de ella. Hace un tiempo estuve profundizando en su vida por medio de las Escrituras. Ella es como…mi nueva mejor amiga…al menos por hoy.
Y si tienes tu Biblia contigo, permíteme pedirte que vayas al libro de los Hechos, capítulo 16. Nos vamos a quedar ahí los próximos días. Nuevamente, mientras escuchas Aviva Nuestros Corazones, espero que siempre que te sea posible, lo hagas con tu Biblia física abierta, o digital si la tienes en tu teléfono.
Ahora, si estás conduciendo y escuchando Aviva Nuestros Corazones, por favor no abras tu Biblia, pero si puedes, quiero que te sumerjas en la Palabra de Dios. No quiero simplemente darte la comida por cucharaditas. ¡Quiero que profundices y tu corazón sea atrapado por la belleza y las maravillas de la Palabra de Dios!
El Espíritu Santo te mostrará cosas mientras vemos las Escrituras, cosas que quizás yo no vi, no me di cuenta, o que no voy a tomarme el tiempo para enfatizar. Pero sé que será especial para ti. Entonces, Hechos capítulo 16. Pero primero, déjame darte un poco de contexto antes de sumergirnos en el corazón de este pasaje.
Pablo y Silas están en su segundo viaje misionero llevando el evangelio. Esto es aproximadamente quince años después de la muerte y la resurrección de Jesús. Llegan a una ciudad llamada Listra. Ese es un lugar donde Pablo había predicado el evangelio en su primer viaje misionero.
Pero esta vez, cuando llegó a Listra, se le unió un joven discípulo llamado Timoteo, que tal vez se había convertido en ese primer viaje. Pablo y Silas siguen llevando el evangelio ahora con Timoteo. Continúan viajando de ciudad en ciudad, animando a las iglesias que se habían establecido en ese primer viaje.
Están instruyendo a estos nuevos creyentes, compartiendo algunas instrucciones que habrían recibido de los ancianos de la iglesia en Jerusalén, específicamente para las iglesias que tenían muchos creyentes gentiles. Habían surgido algunos problemas, así que Pablo estaba llevando la palabra de los ancianos de Jerusalén a los nuevos creyentes de estas diferentes ciudades, para decirles cómo tenían que caminar como creyentes en Cristo.
Luego llegamos a Hechos 16:5: «Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y diariamente crecían en número». ¿No es esta una gran descripción? ¿No te encantaría que eso fuera verdad en nuestras iglesias hoy? Confirmadas en la fe y creciendo en número. ¡Qué más podríamos pedir! Y puedes imaginar que Pablo podría haber pensado: «¡Esto es tan bueno como parece! ¡Quedémonos aquí y celebremos las victorias!»
Y ciertamente, Pablo celebró victorias, pero estaba ansioso por seguir adelante, seguir declarando y predicando el evangelio en lugares donde nunca antes había sido predicado. Así que eso fue lo que se propuso hacer, y lo vemos en el versículo 6: «Pasaron por la región de Frigia y Galacia…», que están al norte de donde había estado Pablo en Listra.
Ahora, déjame hacer una pausa aquí. En los próximos dos versículos hay muchos nombres de lugares. La mayoría de ellos no son familiares para nosotras porque no vivimos en esa parte del mundo, y algunas de estas ciudades o estas regiones ni siquiera existen hoy. Por eso es maravilloso tener una Biblia que tenga mapas en la parte de atrás.
Si tienes tu Biblia contigo, fíjate si hay algunos mapas en la parte posterior. (Si no tiene, probablemente necesitas una nueva Biblia). El último mapa de mi Biblia tiene como título, «Los viajes misioneros de Pablo», y tantas veces como he leído y estudiado esto, he tenido que volver a mi mapa para recordar dónde estaban esos lugares y así poder orientarme. Es una herramienta muy útil para el estudio bíblico.
Entonces fueron a esta región de Frigia y Galacia. Y el versículo 6 continúa diciendo: «…habiendo sido impedidos por el Espíritu Santo de hablar la palabra en Asia». ¿Sabías que a veces Dios te dice: «No vayas a ministrar allí»? Ahora, esto era Asia Menor, lo que es Turquía el día de hoy, que estaba hacia el oeste.
Intentaron ir allí pero Dios les dijo: «No, no vayan allí». No sabemos cómo Dios les comunicó eso, pero sabemos que fue claro. Y luego, el versículo 7 dice, «Cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia (que está aún más al norte), pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió».
Quiero decir, está bastante claro: Pablo está tratando de alcanzar nuevas personas con el evangelio y Dios sigue diciendo: «Allí no, allí no, allí no». Continúan siendo detenidos, porque Dios tenía otro lugar y otra cosa en mente para Pablo. El evangelio iría a esos lugares más tarde, y Dios usaría a otras personas. Pero por ahora Dios quería enviar a Pablo a un lugar diferente.
¿Alguna vez te has preguntado qué está haciendo Dios? Estás tratando de obedecerle, de servirle, y estás tratando de que otros lo conozcan. Pero parece que a donde quiera que volteas, Dios te detiene y frustra tus esfuerzos para servirle, para hablarles a otros sobre Él. Te sigues topando con callejones sin salida.
Y quizás dices: «Pensé que tenía que ir allí. Pensé que debía hacer eso».Tenías las mejores intenciones. En tu corazón entendías que era lo correcto. Pero tarde o temprano descubrimos que a menudo los planes, los caminos y los medios del Señor, son diferentes a los nuestros. Por eso tenemos que confiar en Él.
Tenemos que seguir la dirección de Su Espíritu y no forzar que algo suceda solo porque nos parece correcto o porque tenga sentido para nosotras. Y podrías imaginarte a Pablo diciendo: «¡Pero estas personas necesitan el evangelio!» Sin embargo, él siguió la dirección del Espíritu Santo.
Mira el versículo 8: «Entonces pasando por Misia (porque el Espíritu Santo dijo: «No vayas allí») descendieron a Troas». Y esa era una ciudad importante. Está más al oeste todavía; es una ciudad ubicada en la costa del mar Egeo.
Desde Listra hasta Troas, hay un viaje de más de cuatrocientas millas. Y quizás estés pensando: «Eso no suena tan lejos». Bueno, ¡iban caminando! Así que este es un camino largo y mucho más lejos de lo que Pablo había recorrido antes. Y fue allí en Troas donde Dios le mostró a Pablo el siguiente lugar al que debía llevar el evangelio.
Versículo 9: «Por la noche se le mostró a Pablo una visión: un hombre de Macedonia estaba de pie, suplicándole: “Pasa a Macedonia y ayúdanos”». Ahora, ¿dónde está ubicada Macedonia? Si puedes ubicar el mar Egeo, Troas está en el lado este de allí. Macedonia es la región del otro lado del mar Egeo, el límite oriental de Europa.
Ahora, Pablo no conocía esa terminología porque todavía no existía, pero esto es lo que necesitas saber: Macedonia estaba más lejos de donde el evangelio había llegado antes. Al día de hoy eso es Grecia, el sureste de Europa. Así que Dios envía esta visión con un hombre que le dice a Pablo: «¡Ven y ayúdanos!» Esto definitivamente era muy diferente al plan que tenía Pablo.
¿Y qué hizo Pablo después? Hizo sus maletas y se dirigió a Europa. Mira el versículo 10: «Cuando tuvo la visión, enseguida procuramos ir a Macedonia, persuadidos de que Dios nos había llamado para anunciarles el evangelio». Escucha, cuando Dios cierra una puerta para el ministerio, Él abre otra. Dios tiene otro lugar al que quiere enviarte y donde Él te va a usar.
Es por eso que es tan importante que caminemos en el Espíritu, que seamos sensibles a Su liderazgo y lo sigamos, renunciando a nuestros propios planes. Lo que nos parece mejor, lo que tiene sentido para nosotras, no siempre es lo que Dios tiene reservado para nosotras.
Bueno, versículos 11-12: «Así que, saliendo de Troas, navegamos con rumbo directo a Samotracia, y al día siguiente a Neápolis. De allí fuimos a Filipos…» Ahora, ese es un nombre que tal vez reconozcas. Tenemos el libro de Filipenses que fue escrito para la iglesia que estaba a punto de nacer en Filipos. «…Filipos, que es una ciudad principal de la provincia de Macedonia, una colonia romana; en esta ciudad nos quedamos por varios días». Filipos era una colonia romana moderna muy próspera en la región de Macedonia, en el límite oriental del continente europeo.
La población en aquella época se cree que era de diez mil a quince mil habitantes, lo que habría sido una ciudad de buen tamaño. Filipos era conocida por el comercio, por su servicio postal, por su gran sistema de carreteras romanas pavimentadas. Era una ciudad moderna.
Pero la providencia de Dios tenía planeado algo aún más significativo para esta ciudad. Comenzaría siendo algo pequeño, pero tendría un impacto duradero y trascendental en el mundo. Jesús dijo que así es el reino de Dios, como una pequeña semilla de mostaza: es diminuta, no es impresionante, no parece gran cosa, ¡pero crece! (Ver Marcos 4:30-32).
La ciudad de la antigua Filipos se encuentra en ruinas hoy, ¡pero lo que Dios hizo en esa ciudad tendría un gran impacto eterno! Y estaremos hablando de eso esta semana en Hechos capítulo 16. Entonces, Pablo y sus amigos encontraron un lugar para quedarse en Filipos.
Y probablemente se estaban recuperando del largo viaje y de la distancia que habían recorrido. Y estoy muy segura de que también estaban haciendo un reconocimiento del terreno espiritual allí, comprobando y buscando una oportunidad para predicar evangelio.
Y el versículo 13 nos dice: «En el día de reposo salimos fuera de la puerta, a la orilla del río, donde pensábamos que habría un lugar de oración». Ahora, a lo largo de las Escrituras, vemos que Pablo buscaba intencionalmente oportunidades para compartir el evangelio; no esperaba que vinieran a él.
Y algunas veces las oportunidades venían a él, como el hombre en la visión: «¡Ven y ayúdanos!» Pero Pablo salía y buscaba oportunidades. Fue guiado por el Espíritu y salió a buscar a aquellos que podrían estar abiertos para escuchar sobre Jesús.
Y cuando llegaba a una ciudad nueva, su práctica habitual era ir primero a la sinagoga local, que era la casa del culto local judio. Pero en este caso, no había sinagoga. ¿Y qué nos dice esto acerca de Filipos? Bueno, nos deja ver que había muy pocos judíos viviendo allí, porque para comenzar una sinagoga tenías que tener al menos diez hombres judíos.
Y aparentemente no había diez hombres judíos en Filipos, así que no había sinagoga. Pero Hechos dice que Pablo esperaba encontrar un lugar de oración. En las ciudades donde predominaban los gentiles del mundo romano y donde los judíos no tenían sinagogas, las autoridades romanas a menudo designaban un lugar en el que los judíos o los prosélitos judíos podían ir a orar y adorar.
A veces el lugar estaba al aire libre. En otras ocasiones se hacía un pequeño refugio. Y estos lugares de oración a menudo estaban ubicados cerca de una fuente de agua, al lado de un río, de un arroyo o del mar, porque debían realizar el lavado de manos ceremonial antes de orar. Así que lo ubicaban cerca del agua para que los judíos pudieran hacerlo.
Entonces, el lugar de oración en Filipos que Pablo esperaba encontrar, y lo encontró, estaba fuera de la ciudad, junto a un río. De hecho, yo visité ese lugar. Tuve el privilegio hace varios años de hacer un recorrido por los viajes de Pablo.
Tuvimos un servicio de adoración allí en ese río. Nos reunimos junto al río, nos sentamos, oramos y escuchamos a nuestro líder de grupo enseñar las Escrituras, como lo hicieron Pablo y sus amigos ese día en ese lugar de oración.
Bueno, el versículo 13 continúa diciendo: «…nos sentamos (¿quiénes? Pablo, Timoteo y Silas) y comenzamos a hablar a las mujeres que se habían reunido». Ahora, en la visión de Pablo, él había sido llamado a Macedonia por un hombre. Pablo debió asumir, por esa visión, que este era un lugar donde la gente estaba ansiosa por escuchar el evangelio. La gente allí estaba impaciente por que ellos llegaran y les contaran acerca de Jesús.
Pablo probablemente tenía grandes esperanzas sobre lo que Dios iba a hacer en Filipos como para enviarle esa visión, y ese hombre diciendo: «¡Ven y ayúdanos!» ¡Probablemente Pablo esperaba que hubiera muchos judíos a los cuales predicar!
Pero no podía buscar en Google: «Todo acerca de Filipos; ¿Cuántos judíos hay en Filipos?» Pero cuando llegaron, (pienso) que su primer encuentro probablemente no fue lo que esperaban. Había un pequeño grupo de mujeres, pero no de hombres.
Humanamente hablando, no fue un comienzo muy prometedor teniendo en cuenta que las mujeres no tenían mucha influencia y no eran tomadas en consideración en esa cultura. Y me surge esta pregunta, ¿estaban decepcionados Pablo y sus amigos misioneros? ¿Habrán pensado: «¡Esperábamos más que esto!»?
Lo que sea que sintieron, eso no desalentó a Pablo. Vio eso como una oportunidad dada por Dios y su respuesta fue: «¡Voy a aprovechar esta oportunidad! Dios ha traído a estas mujeres aquí, es a ellas a quienes Dios me ha enviado a ministrar».
Pablo no menospreció a esas mujeres porque él no fue en busca de algo más llamativo, más grande o maravilloso. Y eso es un recordatorio de que necesitamos ministrar y ser fieles en servir donde Dios nos pone.
Recuerdo que hace años, mientras yo viajaba con el ministerio de Life Action orando por un avivamiento entre las mujeres, muchos de los lugares en los que ministraba eran iglesias muy pequeñas. Muchos de los grupos de mujeres que se formaban eran muy pequeños.
Algunos días les hablaba a cinco o diez mujeres en una habitación. No había un gran ministerio, no existía Aviva Nuestros Corazones. ¡Pero Dios hizo cosas realmente maravillosas y sorprendentes!
Recuerdo a una mujer que compartió que hacía cuarenta años que me había escuchado hablar en una iglesia, y que algo de lo que se dijo ese día se quedó con ella y la ministró produciendo fruto en su vida. ¡Definitivamente no conocemos la mente del Señor!
Y quizás el ministerio de algunas de ustedes en este momento sea con tres niños pequeños, o dos niños pequeños y un recién nacido. Una amiga me contó hace un tiempo sobre una mujer a la que estuvo ministrando que tiene gemelos pequeños, y además un niño de tres años y una niña de siete años con autismo, ¡y es madre soltera!
Esa es una situación difícil. Pasa inadvertida, es pequeña. Y puedes estar en una situación como esa y pensar, ¡ojalá Dios me usara! Pero la verdad es que Dios te ha colocado donde Él va a usarte.
Recuerdo la conversión de mi papá. Él vino a la fe en una antigua reunión evangelística en Albany, Nueva York. El predicador era un hombre que se llamaba Hyman Appelman, era un judío nacido en Rusia, un evangelista bautista del sur. Ese hombre no conocía a mi papá en ese momento. Mi papá era un hombre sin Dios. Sin embargo, Dios lo llevó a esa reunión y mi papá creyó y confió en Cristo. ¡Se convirtió radicalmente!
Pero Hyman Appelman no conocía a mi papá. Él no sabía que mi papá había sido salvado. Desde su perspectiva, no había sucedido nada importante en esa reunión. Y eso fue en los días en que hombres de Dios iban y predicaban en algún lugar hasta que Dios los movía de allí.
A veces se quedaban durante semanas o meses. Y al principio de esa reunión, Hyman Appelman dijo: «Vamos a otro lugar porque no está pasando mucho aquí». Él no tenía idea de que Dios había salvado a un joven rebelde llamado Art DeMoss, y que ellos dos se convertirían en grandes amigos. Dios estaba a punto de hacer algo muy significativo en un lugar donde parecía que no pasaba nada o que estaba pasando muy poco.
Y quiero hacerte esta pregunta: ¿Qué está poniendo Dios frente a ti hoy? Puede que no haya personas cristianas en el lugar donde trabajas o en tu familia. Pero recuerda: Dios siempre trabaja de maneras y en lugares que no puedes ver. Estas mujeres estaban orando. Incluso cuando no había hombres para adorar con ellas, Dios estaba allí, Él escuchó y respondió sus oraciones.
Y sus oraciones, las oraciones de este pequeño grupo de mujeres reunidas en el río, prepararon el camino para que el evangelio fuera plantado, se arraigara y se propagara en el continente europeo. ¡Cuán maravilloso es el poder de las mujeres que oran! ¡Dios está allí, Dios escucha y Dios se mueve!
Y las Escrituras continúan diciendo: «…y comenzamos a hablar a las mujeres que se habían reunido» (v. 13). Las Escrituras no nos dicen de qué se trataba el mensaje, cuál era el texto, la idea o el tema. Pero sabemos de lo que habló Pablo, porque era el mismo mensaje que llevaba a todas partes: «¡Jesús! ¡Jesús es el Mesías prometido que los judíos habían estado esperando!»
Pablo habló sobre la vida, la muerte y la resurrección de Cristo: «¡Arrepiéntanse de su pecado, crean en Cristo para salvación!» De eso habló, siempre lo hacía. No hay un mensaje más maravilloso que ese, no hay un mensaje más importante que el mundo necesite escuchar.
Luego, en el versículo 14, nos presentan a mi nueva amiga: «Y estaba escuchando cierta mujer llamada Lidia, de la ciudad de Tiatira, vendedora de telas de púrpura, que adoraba a Dios; y el Señor abrió su corazón para que recibiera lo que Pablo decía». El nombre «Lidia» significa literalmente: «La mujer de Lidia».
Ahora, ese pudo haber sido su nombre, pero también podría significar que ella era Lidiana. Ella era originaria de la ciudad de Tiatira, que se encuentra en la región griega de Lidia, que ahora es el oeste de Turquía. Lidia también incluye algunas ciudades con las que puedes estar más familiarizada: Éfeso, Esmirna, Sardis y Filadelfia. ¿Recuerdas las cartas a las iglesias en esas ciudades (en Apocalipsis)?
¿Cómo llegó a haber iglesias en esas ciudades? ¿Es posible que Dios usara a Lidia para regresar a su ciudad natal, y llevar el evangelio que había escuchado junto al río en Filipos ese día? No lo sabemos.
Sabemos que ella se había mudado a Filipos, que estaba a unas doscientas millas de su casa –bastante distancia para esa época. Esta mujer era vendedora de tela de púrpura. Era una mujer profesional, una mujer noble y una empresaria. ¿Cómo lo sabemos?
Bueno, Tiatira, su ciudad natal, era conocida por sus tintes. Un comentarista dijo que este era el tinte más caro y buscado en el mundo romano. Los de Tiatira eran conocidos por confeccionar tejidos con hermosos colores: carmesí y púrpura.
En las Escrituras el púrpura simboliza la realeza. Y pudiéramos pensar en un par de lugares donde leemos esto. Lucas 16:19: «Había cierto hombre rico que se vestía de púrpura y lino fino, celebrando cada día fiestas con esplendidez». Esta era la ropa de la gente rica. En Marcos 15:17 dice: «(los soldados) lo vistieron de púrpura, y después de tejer una corona de espinas, se la pusieron (a Jesús)».
¿Qué estaban haciendo? «¡Aquí está su rey, el rey de los judíos!» Se estaban burlando de Jesús. El color púrpura, la túnica morada, se asociaba con la realeza. Así que Lidia era comerciante de tejidos, una vendedora, tal vez incluso representante de una compañía de tintes púrpura en Tiatira.
Ella era emprendedora, estaba comercializando sus costosos tejidos. Tal vez vendía ropa de seda costosa a clientes ricos. No hay referencia a que tuviera un esposo en este pasaje. Algunos piensan que pudo haber sido viuda y continuaba con los negocios de su esposo, porque habría sido relativamente extraño que una mujer fuera dueña de un negocio, pero en el mundo romano ciertamente podría suceder.
Otros creen que era una mujer soltera que vivía de su negocio. No sabemos sobre su estado civil, pero no hay indicios de que en este punto ella estuviera casada. También sabemos que en Tiatira había un conocido gremio de tintoreros. Este era un grupo prestigioso, y probablemente Lidia pertenecía a ese gremio.
El gremio a menudo se asociaba con religiones paganas, con fiestas e inmoralidad, por lo que pudo haber tenido mucha exposición a la mundanalidad y las prácticas y religiones demoníacas. Sabemos que ella vivía en una sociedad dominada por hombres.
Así que Lidia tuvo que haber sido una mujer valiente y fuerte, con dones y habilidades naturales; una mujer independiente, una empresaria exitosa. Y a medida que avanzamos en este pasaje, vemos que era capaz de mantener una casa lo suficientemente grande para ella y para tener compañía, para traer a otras personas.
Pero esto es lo que quiero que veas antes de que continuemos mañana con el resto de este pasaje. Quiero que veas la providencia de Dios en la historia de Lidia, y en tu historia también. Primero vemos que Dios, en Su providencia, había preparado el corazón de esta mujer. Lidia era una mujer temerosa de Dios y estaba escuchando. Ella estaba allí, estaba escuchando.
Dios había preparado su corazón para ser receptivo al evangelio. Hablaremos más sobre esto mañana. Al observar y estudiar estos mapas, hemos estado viendo dónde está Filipos en relación con Tiatira, su ciudad natal; dónde había comenzado Pablo, y cómo terminó en Filipos, a cientos de millas de distancia por tierra y mar; la visión que tuvo en la noche, y cómo trataba de ir a otros lugares. Puedes ver que a través de todo esto, Dios organizó soberanamente los pasos de Pablo y los pasos de Lidia para que ambos fueran a Filipos en ese tiempo.
Maravíllate por la soberana providencia de Dios, y cómo Él ordena y orquesta nuestros pasos de una manera que no podemos ver hasta que miramos hacia atrás y decimos: «¡Wow! ¡Esto es lo que Dios estaba haciendo!» Y gran parte de eso todavía no lo podemos ver ni saber.
Cuando miras hacia atrás, ¿cómo has visto a Dios orquestar tus pasos y tu vida? ¿Cómo lo has visto orquestar tu vida para llevarte primero a Jesús? Yo pienso en cómo mi papá llegó a la fe a mediados de sus veinte años.
Mi madre llegó a conocer a Jesús siendo estudiante de último año en el bachillerato, en una escuela pública, en una clase electiva, estudiando la Biblia. Ella necesitaba una clase adicional, así que tomó esa clase de Biblia. El maestro que la impartía era cristiano y mi madre llegó a conocer a Cristo leyendo la Biblia.
Ella era todavía una adolescente y mi papá era un adulto cuando vino a la fe. El Señor llevó a mi papá a Charlotte, Carolina del Norte, desde Albany, donde vivía. Mi madre vivía en Charlotte. Mi papá era charlista en un evento donde mi mamá estaba cantando. Se conocieron y Dios los unió.
Luego se casaron. ¡Yo soy su primogénita, nacida nueve meses y cuatro días después de casarse! Y desde temprana edad ellos me presentaron a Jesús. ¿Cómo hizo Dios para unir a Art y Nancy DeMoss para que yo pudiera conocer el evangelio?
Pero piensa también en cómo Dios te ha llevado soberanamente, providencialmente, a otros que necesitan a Jesús. Hace un tiempo le estaba contando a alguien una historia (la verdad es que no había pensado en eso en mucho tiempo). Pero hace décadas, cuando estaba en la escuela como estudiante de música, en la Universidad del Sur de California, había una chica en mi programa cuyo nombre era Marilyn. Ambas éramos estudiantes de piano.
Tuve la oportunidad durante nuestra carrera de estudio allí, de compartir el evangelio con ella. Pero no había indicios de que ella estuviera abierta o interesada. Ella no confiaba en Cristo. No supe nada de ella como por treinta años, hasta que recibí un correo electrónico de ella diciendo:
«Quizás me recuerdes de cuando ambas éramos estudiantes de piano en la universidad. Compartiste el evangelio conmigo. Y la verdad es que en aquel momento yo no estaba lista para escucharlo. Pero Dios plantó una semilla en mi corazón».
Luego me dijo cómo Dios había regado esa semilla, y años después, ella vino a la fe en Cristo y terminó siendo parte del personal de un ministerio cristiano de evangelización. Ella dijo:
«Solo te escribo para decirte: gracias por compartir a Jesús conmigo hace tantos años».
¡Cuán maravillosa es la providencia de Dios para llevarte a la fe, y llevarte a lugares donde Él quiere usarte, para hablarles a otros de Jesús!
¡Oh Señor, gracias por Tu gran y hermosa historia que estás escribiendo en nuestras vidas! ¡Gracias por Tu providencia! ¡Gracias por los no y las decepciones, los inesperados impedimentos y obstáculos que a veces pones frente a nosotras! Gracias por esos momentos en los que sentimos tan claramente Tu llamado y Tu dirección para ir a lugares a los que no planeábamos ir. Y gracias porque siempre estás obrando en los corazones de las personas.
Y hoy estás obrando en los corazones de las mujeres que escuchan Aviva Nuestros Corazones. Puede que algunas de ellas hayan conocido este pódcast de manera accidental, humanamente hablando, o porque alguien más les dijo: «Necesitas escuchar esto». Pero ahora están escuchando y Tú estás hablando a sus corazones, y las estás llevando a Jesús. Oh Dios, Tú siempre estás obrando. ¡Gracias, Señor!
Oh que seamos sensibles y escuchemos, y estemos listas para seguirte, para ir y compartir Tu evangelio, incluso cuando parezca que no está sucediendo mucho. Ayúdanos a confiar en que Tú estás obrando y plantando las semillas del evangelio, y que estás edificando Tu iglesia. Te damos gracias, en el nombre de Jesús. Amén.
Dannah: ¡Amén! Ella es Nancy DeMoss Wolgemuth. Esta semana continuará animándonos a aprender sobre la vida de Lidia a través de las Escrituras.
¿Estás enfrentando obstáculos en tu vida? Espero que el episodio de hoy te haya recordado que Dios siempre está obrando, incluso cuando no puedas verlo.
Nancy DeMoss Wolgemuth dice que una de las cosas más importantes que puedes hacer es orar para que el Señor abra los ojos de las personas. Mañana, ella te dirá cómo puedes extender una invitación a quienes te rodean. Regresa mañana a Aviva Nuestros Corazones.
Como ministerio nos alegramos de poder compartir contigo que tenemos un nuevo plan de lectura bíblica anual para el próximo 2024 que se titula: «Mujer Verdadera 365 Cronológico». El propósito de este plan de lectura es que puedas leer toda la Biblia en un año de manera cronológica. Cada día de lectura estará acompañado de un pequeño devocional que te ayudará a profundizar y meditar en los pasajes asignados para cada día.
Suscríbete a nuestra lista de correo electrónico en nuestro sitio web o mantente atenta a nuestras redes sociales para más información sobre este reto. Sé parte de una comunidad global de mujeres que juntas crecen en el conocimiento del Señor. Toma nota de la fecha, ¡iniciamos el primero de enero de 2024!
Haciéndote un llamado a creer en la providencia de Dios para tu vida, y a experimentar libertad, plenitud y abundancia en Cristo, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación