Dios está en el negocio de las remodelaciones
Dannah Gresh: Nancy DeMoss Wolgemuth dice que cuando consideramos el pensamiento erróneo que nos rodea, es fácil sentirnos no solo desesperanzadas… sino impotentes.
Nancy: En cualquier cosa que hacemos, ya sea individualmente en nuestras iglesias, en nuestras comunidades, o como un ministerio como Aviva Nuestros Corazones, nos preguntamos si hacemos una diferencia. Es decir, ¿será que realmente estamos marcando la diferencia?
Dannah: Afortunadamente, tenemos otro lugar donde mirar que no sea a nuestro alrededor.
Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de El cielo gobierna, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 6 de diciembre de 2024.
Bueno, Nancy, aquí estamos, oficialmente en el último mes del año. ¿Puedes creerlo?
Nancy: ¡Wao!, ¡parece casi imposible! Ha sido un año tan intenso, tan hermoso y desafiante. ¡Ha sido un gran año! Y aquí estamos llegando a su final.
Dannah: Así es, no hace mucho tuviste …
Dannah Gresh: Nancy DeMoss Wolgemuth dice que cuando consideramos el pensamiento erróneo que nos rodea, es fácil sentirnos no solo desesperanzadas… sino impotentes.
Nancy: En cualquier cosa que hacemos, ya sea individualmente en nuestras iglesias, en nuestras comunidades, o como un ministerio como Aviva Nuestros Corazones, nos preguntamos si hacemos una diferencia. Es decir, ¿será que realmente estamos marcando la diferencia?
Dannah: Afortunadamente, tenemos otro lugar donde mirar que no sea a nuestro alrededor.
Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de El cielo gobierna, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 6 de diciembre de 2024.
Bueno, Nancy, aquí estamos, oficialmente en el último mes del año. ¿Puedes creerlo?
Nancy: ¡Wao!, ¡parece casi imposible! Ha sido un año tan intenso, tan hermoso y desafiante. ¡Ha sido un gran año! Y aquí estamos llegando a su final.
Dannah: Así es, no hace mucho tuviste que hacer algunas remodelaciones en tu casa, ¿cierto?
Nancy: Así es. Vivimos en una casa que ya tiene algunos años y debíamos hacerle algunas mejoras y cambios. Nunca había hecho nada parecido y no sabía lo que iba a implicar. Y en el proceso, hubo un poco de caos, y mucho desorden. Muchas cosas se movieron de su sitio original.
De hecho, cuando volvimos a poner las cosas en su lugar, Robert y yo íbamos a salir una noche para ir a una boda, y él me dijo: «Cariño, no encuentro mis calcetines». Nos encontramos buscando cosas que se habían extraviado, no sabíamos donde estaban. Fueron unos meses muy interesantes, con gente entrando y saliendo de casa.
Dannah: Y no hace mucho, usaste todo lo que aprendiste en ese proceso, la idea de la remodelación y la construcción como una ilustración para la vida cristiana y para Aviva Nuestros Corazones como ministerio. Estuviste enseñando en una reunión de colaboradoras del ministerio en San Antonio, Texas. A continuación, escuchemos lo que compartiste.
Nancy: Una de las cosas que Robert y yo hemos aprendido a decir, cuando estamos estresados por algo que realmente no es nuestra responsabilidad, es: «¿Sabes qué? Ese no es mi circo. Esos no son mis monos». Y con eso lo que queremos decir es que no necesitamos preocuparnos por algo en particular que no nos compete. No es mi circo. No son mis monos.
Y no hace mucho, había muchas personas por todas partes dentro de nuestra casa. El timbre no funcionaba, pero la gente llamaba a la puerta y entraba. Yo estaba arriba, en mi estudio, y escuché a Robert en el primer piso hablando solo sin saber que yo podía escucharlo. Él decía: «Este es mi circo y estos son mis monos». Él no sabía que yo lo estaba escuchando, pero él decía: «Este es mi circo, y estos son mis monos».
Y cuando pienso en el proceso de crecimiento espiritual y de santificación, es similar al proceso por el que pasamos cuando remodelamos:
- Toma mucho más tiempo de lo que pensaste.
- Es mucho más caótico de lo que pensabas.
- Requiere mucho más trabajo de lo que pensabas.
- Y cuesta mucho más de lo que jamás pensaste.
Esto también es cierto en la vida cristiana. Y me refiero a que la vida cristiana puede llegar a ser muy complicada. ¿Por qué no llegamos a la madurez espiritual digamos, ahora mismo? ¿Y por qué tenemos que pasar por estas idas y venidas, estos altibajos, estas pruebas, estos giros? Es complicado.
Y todo ese tema que tiene que ver con desprenderse de cosas…Todas esas cosas que estaban amontonadas en el garaje. Cada armario, cada gabinete tuvo que ser vaciado. Todo estaba amontonado. Y tuvimos que decidir: «Bueno, esto se va a tirar a la basura, esto se va a regalar, eso se va a vender, o regresará a la casa. Pero si va a regresar a la casa, es porque nos será útil y porque vale la pena».
Así que teníamos que decidir que haríamos con cada cosa: «¿Qué vas a hacer con todas estas cosas de hace treinta años?». Yo no me consideraba una persona acumuladora, pero había muchas cosas con las que tenía que decidir qué hacer y eran más de las que podía imaginar.
Y algunas de esas cosas tienen un valor sentimental. Y me refiero, por ejemplo, a las cosas hermosas que me han enviado las oyentes de Aviva Nuestros Corazones y las cartas que me han escrito. No las pude guardar todas, pero había algunas muy especiales. ¿Qué hacemos con todas esas cosas? ¿Hay lugar para ellas? ¿Las guardo? Desprenderse de las cosas es difícil. El cambio es difícil, pero también es bueno para el alma. ¿Verdad que sí?
Y aquí hay algo más que para mí fue una ilustración de la vida: tenemos que deshacernos de lo viejo antes de poner lo nuevo. A veces te sientes cómoda con lo viejo, pero tú sabes que necesitas cambiarlo, que tiene que desaparecer, que ya ha cumplido su función y que es tiempo de poner algo diferente allí. Sin embargo, te sientes cómoda con lo que conoces. Pero tienes que deshacerte de lo viejo antes de que puedas poner algo nuevo en su lugar.
La demolición trae desorden. Yo disfruté de nuestra cocina durante treinta y tantos años, y de repente se convirtió en una zona de desastre. Pero lo viejo tenía que desaparecer antes de poder colocar lo nuevo.
Y a veces, cuando estás en medio de ese proceso, al menos en mi caso, es difícil visualizar el resultado. Todo lo que podía ver era caos, era desorden.
Tuve una diseñadora trabajando conmigo y ella podía visualizar todo eso. Yo no podía imaginarlo porque no soy tan artística en ese sentido. Así que yo solo pensaba: «Esto siempre va a ser horrible».
A veces nos sentimos así en medio de las crisis de la vida. Esto siempre va a ser horrible. No podemos ver que Dios está haciendo algo que al final va a ser mucho más maravilloso, mucho más hermoso de lo que podríamos imaginar.
Tu vida, tu matrimonio, tu familia, tu iglesia pueden estar desordenados en este momento. Y miro a mi alrededor y veo a amigas preciosas que sé que han pasado por circunstancias de la vida muy complicadas y muy dolorosas. He tenido conversaciones con algunas de ustedes y me han compartido algunas de las cosas por las que han atravesado. Es complicado y a veces se siente caótico.
Ahora, puede que en este tiempo estés viviendo momentos muy agradables. La remodelación es cosa del pasado y tú te encuentras en un buen punto. Pero déjame decirte que la remodelación no sucede una sola vez en la vida. Hay cosas que regresan y se repiten. Y tal vez estés en buen momento ahora, pero mañana puede volver a ser caótico.
Y a lo que me refiero es que cualquiera que sea la etapa en la que Dios te tenga, especialmente si es una de esas temporadas desordenadas y caóticas, necesitamos cobrar ánimo y saber que Dios está obrando y que, al final, valdrá la pena lo que sea que Él tenga que derribar, que arrancar, que quitar, eliminar o cambiar. Valdrá la pena. Y Robert y yo podemos decir de la remodelación de nuestra casa: «valió la pena».
Robert se sienta en nuestra terraza y le encanta estar ahí. Vemos el río frente a nuestra casa, y Robert mira a su alrededor, y dice: «Esto es tan hermoso. Muchas gracias por todo tu trabajo». Estamos disfrutando del resultado de varios meses de desorden y caos.
Sin embargo, esto no solo aplica a nuestras propias vidas y a las relaciones cercanas; creo que también es válido para lograr el éxito en la construcción o remodelación de una organización, ministerio o un proyecto. En primer lugar, necesitamos un plan. Nuestro plan cambió varias veces durante el proceso.
Yo siempre estaba enviando mensajes de texto al contratista y diciéndole: «Pero, ¿podríamos hacer esto?», o «Ahora que veo esto, ¿podríamos cambiar esto otro…?». Y era como una pesadilla, pero para ellos. Creo que todavía nos aman. Y nosotros hemos tratado de bendecirlos, y creo que ha sido así.
Tiene que haber un plan. Los trabajadores tienen que saber lo que queremos que hagan y hacia dónde va la obra.
Además, necesitábamos un contratista general, ciertos materiales, recursos para hacerlo realidad. Necesitábamos contratistas que supieran lo que hacían y subcontratistas que tuvieran diferentes especialidades.
Y en la vida, para construir una vida, una familia, una empresa o una organización, necesitamos un plan. Necesitamos a alguien que lo dirija, que lo ejecute. Necesitamos los materiales adecuados. Necesitamos subcontratistas, personas que hagan diferentes partes. Lo vemos en nuestras vidas, pero también lo estamos viendo estos días en Aviva Nuestros Corazones.
Aviva Nuestros Corazones está en un proceso de construcción y remodelación, y estamos haciendo algunos cambios. Estamos renovando algunas cosas. Algunos cambios han sido necesarios por un tiempo. Hay tantas cosas emocionantes y maravillosas sucediendo que puedes dejar de lado otras cosas.
Muchas de las cosas que hay que cambiar a veces pueden ser de infraestructura. Vivimos en una zona que necesita grandes obras en las carreteras. Pero hay otras prioridades que se anteponen, y no siempre le prestamos atención a lo que hay que hacer tras bambalinas.
Estamos renovando algunas cosas a nivel organizacional. Y no son cosas necesariamente malas, son cosas que hay que hacer para que sigamos avanzando en una buena dirección.
Pasamos mucho tiempo este año, como equipo de liderazgo, tratando de asegurarnos de que tenemos el plan, los materiales y los trabajadores adecuados trabajando en el plan. Y de paso, quiero añadir que Dios ha bendecido este ministerio con un increíble equipo de personas, un increíble equipo de liderazgo que es experimentado, sabio y piadoso, que cree en Dios y camina por fe. Es un gozo servir a nuestro Rey con estos hombres y mujeres.
Robert y yo nos decimos. . . A menudo, los martes por la mañana estamos en el tiempo de oración, del que todo nuestro ministerio es parte, y al salir de la reunión él suele decirme, o uno de los dos comenta: «¡Este es un equipo increíble de siervos!». Ellos aman al Señor. Aman Su Palabra. Se aman unos a otros. Son hábiles. Son dedicados.
Muchos de ellos están detrás de bambalinas, sin que se les reconozca el mérito, sin el agradecimiento que merecen, porque la mitad de nosotros no sabemos ni la mitad de lo que hacen. Pero lo hacen y lo hacen bien. ¡Estoy muy, muy agradecida por cada uno de ellos!
Y hemos estado orando durante esta temporada y buscando la sabiduría del Señor sobre el plan a futuro de este ministerio, si el Señor quiere, con la esperanza que perdure durante décadas más allá del momento en que Martin, nuestro director, otros compañeros de nuestra generación y yo ya no estemos desempeñando roles activos en él.
Durante años, hemos estado pidiéndole al Señor y hemos estado hablando de cómo sentar las bases correctas para que, a aquellos a quienes les pasemos este ministerio, puedan recibirlo en una buena posición y que puedan saber cómo dirigirlo desde allí.
Creemos que el Señor nos ha estado mostrando aspectos de este plan para la próxima temporada. Ahora, al Señor también le encanta sorprendernos. Siempre le damos al Señor la libertad de cambiar el plan y de modificar las cosas que creemos que debemos estar haciendo. Pero estamos muy emocionados de ver lo que el Señor está haciendo.
Por ejemplo, la expansión internacional de Revive Our Hearts es algo que nosotros no planeamos, sino que ha sido algo muy orgánico. Ahora le estamos pidiendo al Señor que nos ayude a saber cómo administrarla, cómo manejarla para fortalecer estos ministerios internacionales emergentes, para que puedan tener los recursos necesarios para hacer lo que creen que Dios les ha encomendado y así multiplicar el ministerio.
Estamos viendo a Dios expandir este ministerio a través de las generaciones. No es solo hacia afuera, sino hacia dentro a mujeres más jóvenes y más jóvenes. Es un movimiento para pasar el ministerio a voces más jóvenes, a escritoras, oradoras y líderes más jóvenes. Estoy muy agradecida por cómo Él está levantando esa nueva generación.
Confiamos en que el Señor confirme Sus planes en esa dirección, proporcionando los materiales y recursos necesarios para llevarlos a cabo. Ahí es donde muchas de ustedes han desempeñado un papel crucial en este proceso, y siguen siendo fundamentales a medida que avanzamos.
De hecho, es muy agradable recordar aquellos primeros días y las cosas que compartimos juntos como Junta Directiva y con los primeros colaboradores del ministerio y los primeros miembros del equipo. Miramos atrás a las cosas que compartimos en ese entonces y vemos cómo el Señor está haciendo exactamente lo que le habíamos pedido, donde creíamos que Él nos estaba guiando.
Así que, en esencia, seguimos llevando a cabo el plan que creímos que Dios puso en nuestro corazón a principios de la década de 2000. Y nuestro corazón, nuestro mensaje, nuestra misión, nuestro distintivo, en general, no han cambiado.
De hecho, estaba conversando con uno de nuestros invitados justo antes de esta sesión, y hablábamos de otro ministerio que ambos conocemos. Él me preguntó: «¿Has notado cambios en el corazón de la misión de ellos?». Él sabía que yo estaba familiarizada con el ministerio, y continuamos hablando al respecto. A veces los ministerios se desvían de su misión original.
Y quiero dar las gracias al Señor por Su protección, y a una junta directiva y líderes, quienes son personas sabias y bondadosas. Las cosas fundamentales que nunca deberían cambiar, siguen firmes. Eso me llena de gozo. Y permítanme mencionar algunas de ellas. No diré nada que sea nuevo para ustedes.
Todavía seguimos ministrando, en general, a las mujeres. Yo enseño a las mujeres. Sé que tenemos hombres aquí hoy porque se interesan y apoyan este ministerio. Y nos emociona su corazón. Pero mi vocación es llamar a las mujeres a libertad, plenitud y abundancia en Cristo. Les estamos mostrando a Cristo. Eso nunca va a cambiar. Las mujeres no necesitan, ni los hombres tampoco, otro programa que seguir. No necesitan otro libro para leer. No necesitan otro influencer que seguir. Necesitan a Cristo. Él es la verdad. Él es la vida. Y todo gira en torno a Él. Eso es lo que seguimos haciendo.
Seguimos comprometidas con llevar a las mujeres a la Palabra y llevar la Palabra a las mujeres. Yo misma estoy comprometida a hacerlo. Estoy comprometida con cada mujer y con cada mujer que conoces. Estoy comprometida a retar a las mujeres a pensar bíblicamente acerca de todo, en todo aspecto de la vida.
Queremos que no solo conozcan la Biblia, sino que se comprometan con ella con su mente, con su corazón y con sus manos, a conocerla, creerla, sentirla, amarla, y luego aplicarla y compartirla con los demás.
Estamos comprometidas, como siempre, a guiar a las mujeres a decir «Sí, Señor» en cada área y en cada etapa de sus vidas.
No tengo que decirles que nuestro mundo está en llamas. Y durante el próximo año, vamos a escuchar un sinfín de noticias, un sinfín de ruido. También estamos escuchando ahora, y vamos a seguir escuchando probablemente hasta que Cristo venga, sobre la crisis global, las guerras, el crimen y el aumento de la maldad. He estado hablando de esto desde hace veinte, treinta, cuarenta años, de cosas que eran inimaginables para nosotros, no hace tantos años, inundando las calles y las universidades. Y no solo están ahí fuera, en nuestro mundo secular.
Pero lo que encuentro particularmente desconcertante y angustiante es la falta de compromiso, el alejamiento de la santidad y de la verdad bíblica en el mundo evangélico, en muchas iglesias y en los llamados autores y movimientos cristianos en los ministerios que están adoptando un pensamiento no sano, impío o antibíblico sobre una variedad de temas, de los cuales el género y la sexualidad constituyen uno de los más importantes.
Esto es un asunto enorme. Y el mundo está yendo… desde Génesis 3, Satanás ha estado tratando de guiarlo en la dirección equivocada, pero ver a tantos llamados líderes cristianos y personas influyentes, dirigiéndonos a acomodarnos y a comprometer la verdad bíblica en lugar de decir: «Esta es la verdad, y la verdad es lo que te hará libre», con ese gran temor a ofender o crear una ofensa, y no tienen un ministerio efectivo.
Vamos con la cultura, estamos siguiendo la corriente, en lugar de ir como los salmones que nadan contra la corriente, el mundo necesita desesperadamente más cristianos que levanten alto el estandarte de Cristo y de Su verdad. Pero a veces vemos aún las iglesias alejándose y apartándose de la verdad.
Y puedes ver todo esto y puedes sentirte sin esperanza. La velocidad en la que avanza el mal y el pensamiento erróneo en nuestros días… Nunca hubiera imaginado que sucediera a este ritmo. Y muchas de ustedes, y sé que deben estar asintiendo ahora, se sienten de la misma manera. Pueden sentirse desesperanzadas. Es como un ataque violento, un tsunami de maldad y pensamientos erróneos. Uno puede sentirse, tanto sin esperanza, como impotente. ¿Qué podemos hacer frente a todo esto?
Comienzas a preguntarte si todo lo que estamos haciendo individualmente, en nuestras iglesias, en nuestras comunidades, o como un ministerio como Aviva Nuestros, Corazones está haciendo alguna diferencia. Es decir, ¿estamos realmente marcando la diferencia?
Bueno, al pensar en esas preguntas, como lo hago regularmente, recuerdo, en primer lugar, que el resultado de nuestro ministerio y de nuestros esfuerzos no depende de nosotros. Nuestra responsabilidad es ser fieles, decir la verdad, estar llenas del Espíritu Santo, y hacerlo de una manera que sea amorosa y sabia, pero también ser valientes, ser audaces y hablar la verdad. El resultado no depende de nosotras. Depende de Dios.
Pero también requiere fe seguir haciendo las mismas cosas. Y me refiero a contar la antigua, antigua historia de Cristo y de Su amor, como dice el himno. La mayoría de las personas hoy en día no están en este Libro de cubierta negra o en la antigua historia de Cristo y de Su amor. Muchas veces ellos ni siquiera son conscientes de su falta de interés. No creen que les interesa. Algunos hasta la desprecian.
Se requiere fe para creer que cuando enseñas y hablas de la antigua historia de la Palabra de Dios, Su verdad, Cristo crucificado y resucitado por nuestros pecados; la historia del evangelio. Se requiere fe para creer que Dios está obrando cuando presentamos este mensaje, y que Él está cambiando vidas.
Me estoy preparando para enseñar desde Génesis hasta Apocalipsis, como Robert me dice a veces: «Del Génesis hasta los mapas». Voy a enseñar a través de toda la Biblia. Últimamente he estado empapándome de los primeros capítulos del Génesis. Vas a los primeros versículos del capítulo 1, y dice: «La tierra estaba desordenada, vacía, las tinieblas cubrían la faz del abismo». Algunas traducciones hablan de caos o desorden.
Pero luego dice: «Pero el Espíritu de Dios se movía». Me encanta ese verbo. El Espíritu de Dios… Dios no estaba ausente. Dios había estado allí todo el tiempo. Dios se movía. Y entonces Dios dijo: «Sea la luz, y hubo luz». Sin ayuda humana. Sin esfuerzo humano. Sin energía humana. Dios siempre está obrando. En la oscuridad, en el caos, en el pantano y en el lodazal moral en el que vivimos hoy, el Espíritu de Dios se está moviendo.
Él está obrando a través de Su pueblo, a través de ministerios como este, a través de iglesias como la tuya, de esposas y esposos, de personas en diversos tipos de negocios y entornos de trabajo, simplemente viviendo la verdad del Evangelio para marcar una diferencia. Dios está obrando.
Le hemos pedido a Dios desde el principio que nos dé un ministerio que se caracterice por lo sobrenatural, que no se pueda explicar en términos humanos, que sea el fruto de la dependencia del Espíritu Santo.
Yo creo en el poder de la Palabra.
También creemos en el poder de la verdad.
Creemos en el poder de Cristo.
Creemos en el poder del Evangelio para transformar vidas, para transformar culturas, para sanar corazones heridos y para liberar cautivos.
Así que, en última instancia, esto no se limita a ser simplemente un ministerio de mujeres o un movimiento de mujeres. Se trata de un movimiento del evangelio, un movimiento del Espíritu de Dios donde estamos llamando a las mujeres a vivir el evangelio de Cristo, a mostrar Su belleza y Su gracia, hacer que Él y Su evangelio sean creíbles en este mundo caído y desviado.
Estamos desafiando a las mujeres no solo a vivir y disfrutar de esto para ellas mismas, sino a reproducirse espiritualmente. Dios ha dotado a las mujeres con la capacidad de ser dadoras de vida, tanto física como biológicamente. Contrario a lo que puedes haber oído en algún momento, los hombres no pueden dar a luz bebés. Las mujeres sí tienen esa capacidad.
Tienen este instinto natural para dar vida. Aunque no se puede hacer sin los hombres, están hechas para ser dadoras de vida. Y espiritualmente, independientemente de si alguna vez nos bendice con hijos físicos o no, Dios nos ha hecho para ser dadoras de vida, para reproducirnos espiritualmente.
Así que, le oramos a Dios que levante mujeres que amen a Cristo de tal manera que compartan de Él con otras mujeres, con otras personas y con sus hijos, hasta que la Palabra se extienda y corra. Ellas son el sistema de mercadeo para difundir la verdad, mujeres que hablan con otras mujeres, tanto jóvenes como mayores, acerca de lo que han encontrado en Cristo.
Le estamos pidiendo a Dios que levante mujeres que realmente conozcan a Jesús, que estén llenas de Su Espíritu, que estén viviendo el evangelio en su esfera de influencia, mujeres de oración, mujeres de humildad, de fe, de compasión y sabiduría. Imagínense el impacto en las familias, en las iglesias, en las comunidades, en las civilizaciones, de un ejército de ese tipo de mujeres.
De hecho, si te preguntas sobre el impacto de las mujeres, solo piensa en dos mujeres de las Escrituras: Eva en el Antiguo Testamento, que dijo: «Lo haré a mi manera». Y María de Nazaret, en las primeras páginas del Nuevo Testamento, que declaró: «Que se haga según Tu voluntad. Aquí tienes a la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a Tu palabra».
Piensa en la influencia que Eva tuvo en toda la historia del mundo, y piensa en la influencia de María, una adolescente dispuesta a llevar en su cuerpo al Salvador. Ella no era el Salvador, pero estuvo dispuesta a ser utilizada y darlo todo por el bien de Cristo y del Evangelio. Y como resultado de que ese Salvador viniera al mundo, nacido de una mujer, hoy estamos aquí conociendo a Cristo.
Gracias por unirse a nosotros en esta misión. Dios es nuestro constructor. Esta mañana leí algunos pasajes de las Escrituras sobre este tema. No los mencionaré ahora, pero Dios es el constructor.
Y todo el proceso de construcción y remodelación que estamos haciendo en la vida de las personas y en el que estamos involucradas, ya sea criando a los hijos o participando en diversas formas de discipulado y ministerio, toda esa construcción, esa reconstrucción, esa remodelación, tiene un propósito mayor. Se anticipa al futuro. Espera por fe una ciudad santa que Dios está construyendo. El Hacedor, el Constructor es Dios.
Y ese edificio, esa santa ciudad, vendrá a la tierra un día porque, como ves, Dios hizo esta tierra para que fuera Su morada santa y eterna donde Él moraría con seres humanos hechos a Su imagen y semejanza. El Jardín del Edén y todo lo que hemos hecho desde entonces lo hemos arruinado. Pero Dios es un Dios redentor que hace nuevas todas las cosas.
Lo que vemos a nuestro alrededor se parece más a ese desastre en nuestro garaje o en nuestra sala de estar, la mayoría de las veces. Pero lo que Dios ha imaginado es algo mucho más hermoso, más maravilloso de lo que los ojos han visto u oídos han escuchado o de lo que nosotras hemos podido imaginar.
Nosotras podemos ser parte de lo que Él está haciendo en la construcción de esa morada para Dios mismo, donde Él vivirá para siempre con Su pueblo; un hogar donde no habrá más confusión, desorden, caos, pecado, tristeza, ni más muerte. Solo habrá gloria y belleza, donde Cristo será magnificado por los siglos de los siglos, y la gloria del Señor cubrirá la tierra como las aguas cubren el mar.
Esa es la visión y esa es la pasión. Esa es la misión. Pero solo quería comenzar dando algo de perspectiva a nuestros corazones diciendo: «Sí, estamos viviendo en medio de la remodelación en este momento, pero valdrá la pena. Y quería darles las gracias por reconstruir, remodelar y construir con nosotros».
Oh, Señor, estamos tan agradecidas por el privilegio de ser constructoras, colaboradoras en tu labor, como dice Pablo en 1 Corintios 3. Gracias por el privilegio de hacerlo con nosotras, con estas siervas. Te amamos, te bendecimos, en el nombre de Jesús, amén.
Dannah: Amén. Qué palabra tan alentadora, Nancy. Nuestro Dios está en el negocio de la construcción y remodelación.
Nancy: Sí, así es. Él es el Maestro Constructor. Y aunque todo a nuestro alrededor parezca inestable o estuviera cambiando, nuestros cimientos pueden estar seguros. Ese edificio va a estar seguro si hemos anclado nuestras vidas a Cristo y en Su Palabra.
Dannah: Así es. Compartiste ese mensaje en una pequeña reunión de Colaboradores Ministeriales de Aviva Nuestros Corazones. Ellos son personas que creen en lo que Dios está haciendo a través del ministerio, y dicen: «Queremos desempeñar un rol especial para atender las necesidades del ministerio antes de que termine el año».
Nancy: Sí. Me emociona ver cómo estos amigos lo consideran como una inversión. Están acumulando tesoros en el cielo. Y el retorno de esa inversión, bueno, es inigualable.
Dannah: Y por eso, queremos invitarte a ti, querida oyente, a aprovechar también esta maravillosa oportunidad. Si el Señor así lo dispone en tu corazón, tú puedes colaborar para que muchas mujeres de todo mundo conozcan la libertad que Cristo les ofrece.
Nancy: Y realmente lo consideramos así, una maravillosa oportunidad para alcanzar las vidas de mujeres alrededor del mundo que están deseosas, hambrientas y sedientas de conocer a Cristo y de ser transformadas por Su Palabra.
Puede que ya hayas hecho tu donación en este mes de diciembre. Y si es así, quiero darte las gracias. Estamos muy agradecidas. Solo la eternidad revelará todos los frutos que resulten de tu inversión.
Y si aún no has donado antes al ministerio, ¿podrías tomarte un momento para preguntarle al Señor qué podrías dar hoy para ayudar a apoyar a Aviva Nuestros Corazones?
Dannah: Puedes hacer una inversión espiritual en Aviva Nuestros Corazones. Para hacer tu donación de cualquier cantidad, visita AvivaNuestrosCorazones.com
Nancy, ¿hay algo en tu corazón que quieras compartir mientras cerramos este año?
Nancy: Al llegar el final de cada año, me gusta hacer una oración de bendición por nuestras amigas, oyentes, y todas aquellas personas que nos han acompañado a lo largo de este año mientras buscábamos al Señor y respondíamos a Él.
Todas estamos en diferentes etapas de la vida. Algunas están experimentando gran gozo, libertad, bendición, aunque otras están en un lugar difícil, y hay un mundo de sufrimiento y dolor. Algunas están realmente ansiosas por el próximo año que se acerca, anticipando tal vez casarse, tener un hijo o graduarse de la universidad. Pero otras miran al nuevo año con mucho temor porque saben que les esperan montañas difíciles de escalar.
Quiero decirte que dondequiera que estés, no importa lo que estés enfrentando o lo que estés experimentando en tu corazón y en tu mente en este momento, el Señor tiene una bendición para ti. He elegido una del final de 2 Tesalonicenses, capítulo 3. Esto es lo que dice el apóstol Pablo:
«Que el mismo Señor de paz siempre les conceda paz en todas las circunstancias. El Señor sea con todos ustedes…La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes» (vv. 16-18).
Es una bendición muy completa, ¿verdad? Él es el Señor de la paz, y oramos para que te dé paz siempre, en todos los sentidos. Eso significa paz suficiente para atravesar lo que sea que nos depare el año que tenemos por delante.
Y que el Señor esté con todas ustedes. Si el Señor está con nosotras, ¿a qué debemos temer? Él será el vencedor en todo lo que experimentemos.
Y que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todas ustedes.
Y, Señor, así como oro por todas, por cada oyente, y por cada miembro de la familia de cada oyente hoy. Oro para que el Señor de la paz, la presencia de Cristo y la gracia de Jesús estén con cada una, hoy, mañana y durante todos los días del año venidero. Oro en el nombre de Jesús, amén.
Dannah: Amén.
¿Y si pierdo mi trabajo?
¿Qué pasará con mis hijos si ya no estoy presente?
¿Y si el Señor quiere que esté soltera toda mi vida?
¡Miedos! Todos los tenemos, grandes, pequeños, crónicos y pasajeros. ¿A dónde puedes acudir cuando el miedo amenaza con abrumarte? ¿Qué haces cuando tienes miedo de entregar completamente tu vida a Dios y al plan que Él tenga para tu vida?
«Enfrentemos nuestros miedos». Este es el título del nuevo recurso que tenemos disponible para ti este fin de año por una donación. Deja que este sea usado por Dios para calmar tu corazón lleno de miedo. A través de la vida de Abraham, verás la libertad que viene cuando elegimos entregar nuestros temores más profundos a Dios.
Este recurso incluye una sección especial diseñada para poner la Palabra de Dios a tu alcance cuando tengas miedo, estamos seguros de que será una herramienta a la que recurrirás una y otra vez.
Visita nuestro sitio web AvivaNuestrosCorazones.com para obtener este recurso por una donación este mes de diciembre.
Y ahora, querida amiga y oyente, que tengas un maravilloso fin de año.
Llamándote a disfrutar de tu libertad, plenitud y abundancia en Cristo, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación